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Cuba es un Estado-nación con una nacionalidad única, inclusiva y mestiza, aunque diversa por la variedad de tonalidades de piel, el heterogéneo origen étnico de sus componentes y las peculiaridades locales y regionales de sus costumbres, hábitos y tradiciones. En este libro se aborda la conceptualización de este complejo fenómeno de la etnicidad cubana.
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Seitenzahl: 48
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Revisión técnica: Ana Molina González, Ricardo Luis Hernández Otero y María de los Ángeles Navarro González
Edición: Yanelis González Leyva
Diseño de cubierta, interior y composición: Damaris Rodríguez Cárdenas
Corrección: Yenia Silva Correa
© Rolando J. Rensoli Medina, 2021
© Sobre la presente edición:
Editorial de Ciencias Sociales, 2021
ISBN 9789590623745
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Instituto Cubano del Libro
Editorial de Ciencias Sociales
Calle 14 no. 4104 entre 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba
El presente trabajo es el fruto de un análisis colectivo en el Grupo Coordinador Ejecutivo de la Comisión Nacional del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial. Aquí se exponen conceptos, términos y categorías que resultan claves para entender el asunto del etnos cubano y de la persistencia de criterios raciales, actitudes de discriminación racial y prejuicios raciales en la sociedad cubana.
Hemos preferido hacer un manual que sirva, en el orden práctico, para el sistema de enseñanza, para que sea utilizado por maestros, profesores, educadores en general y el alumnado; también en el sistema de la cultura por los creadores, instructores de arte y directivos; así mismo, en el sistema de información por los periodistas y comunicadores sociales. Además, que sea de utilidad a los cuadros y dirigentes políticos, tanto partidistas como administrativos y gubernamentales, así como para las organizaciones de la sociedad civil socialista cubana.
No tiene un orden histórico de los fenómenos ni tampoco alfabético, está organizado de lo general a lo particular. Se aborda el mundo, nuestro continente y área geográfica, y después nos situamos en Cuba. Es una manera de comprender cuánto nos parecemos a la universalidad y a nuestros vecinos y cuán atípicos somos respecto a ellos, o sea, nuestras peculiaridades.
Algunos científicos sociales —incluso, hasta algún académico asesor científico del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial— sostienen el criterio de que no existe una teoría cubana sobre la etnicidad y el racismo en Cuba. Sin desestimar esa opinión, el diagnóstico del programa demuestra al menos que existe la base para esa teoría, con novedades claras sustentadas en resultados de las ciencias biológicas y de las sociales.
Cuenta esta teoría en ciernes y en desarrollo con un aparato conceptual y un sistema de categorías propias que explican la realidad cubana desde lo histórico-lógico. Aquí los compartimos y esperamos que sean de utilidad.
No quiere este autor comenzar con un tema que es el abc del saber filosófico para aburrir a sus lectores, quienes pueden suponer, a cierta altura de la vida, que lo conocen todo respecto a la relación del ser humano con su mundo circundante. Considero oportuno retomar algunas concepciones.
El mundo es bidimensional: natural y cultural. La naturaleza es objetiva, no es creada por el hombre y existe fuera e independiente de su voluntad. La cultura es todo lo material y espiritual que el hombre crea a partir de representar, reproducir o transformar la naturaleza. Debieran darse la mano la naturaleza y la cultura. La ciencia es parte de la cultura y lo que la ciencia valida debiera asumirse irreversiblemente por la cultura del hombre, pero no siempre es así.
La religión, la ciencia-ficción, los cuentos infantiles de hadas… forman parte de la cultura del ser humano. La ciencia ya ha demostrado desde finales del siglo xx que la homosexualidad y la bisexualidad no son enfermedades fisiológicas ni psíquicas, no son trastornos de la personalidad ni de la conducta, no son aberraciones ni conductas antisociales; sin embargo, continúa en la cultura del hombre el debate sobre su legitimidad o no; y la racialidad —por desgracia, en mi opinión, y no por suerte— también forma parte de la cultura del hombre, aunque la ciencia niegue su existencia. No forma parte de la naturaleza la existencia de las razas en el hombre, pero es una construcción cultural muy fuerte y persistente. Tal vez, un día el ser humano comprenda definitivamente su trasfondo inhumano y la destierre, como debería desterrar la guerra y la violencia en general.
Pero todo ello sucede porque el hombre es una criatura compleja. En el mismo organismo conviven cinco dimensiones: es un ser biológico, psicológico, cultural, social y medioambiental.
Su primera dimensión es la biológica, en tanto ser vivo o biótico perteneciente al reino animal, pero su segunda dimensión, la psicológica, lo convierte en un ser pensante o racional y esa cualidad lo diferencia del resto de las especies de su reino y a partir de su racionalidad, pues entonces concibe las otras tres: es un ser cultural, porque, como ya apuntamos, crea una cultura material o tangible y otra inmaterial, intangible o espiritual. Es un ser social porque vive en sociedad, o sea, construye de manera consciente su convivencia, establece relaciones sociales, normas morales, políticas, jurídicas, costumbres… y finalmente, un ser medioambiental porque interactúa con los ecosistemas y el medioambiente en general. Esa es la complejidad del ser humano.
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