La teoría del sistema capitalista mundial - Gabriela Roffinelli - E-Book

La teoría del sistema capitalista mundial E-Book

Gabriela Roffinelli

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Beschreibung

La joven socióloga argentina nos devela la sintonía entre dos generaciones de reflexión marxista distantes cronológicamente casi cuatro décadas. De cierta manera este breve estudio, escrito con claridad, en lenguaje accesible, que incentiva a la lectura, contribuye a demostrar que el descubrimiento marxista no se ha convertido en un incunable o en una pieza de museo. Que de manera paralela a las tendencias marcadas por el anquilosamiento burocrático, reverdece sin cesar una lógica de rescate y recuperación, de creatividad revolucionaria, propiciatoria del continuo de búsqueda, compleja y difícil pero no menos necesaria por ello, del futuro socialista.

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Veröffentlichungsjahr: 2023

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Edición y composición interior: Cary González

Diseño de cubierta: Eddy Herrera

Corrección: Alejandro Sean García

Conversión a ebook: Madeline Martí del Sol

©Gabriela Roffinelli, 2006

© Sobre la presente edición:

  Ruth Casa Editorial, 2023

ISBN 9789962740247

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización de Ruth Casa Editorial. Todos los derechos reservados en todos los idiomas. Derechos reservados conforme a la ley.

Ruth Casa Editorial

Calle 38 y Ave. Cuba, Edif. Los Cristales, Oficina no. 6

Apdo. 2235, Zona 9A, Panamá

www.ruthtienda.com

www.ruthcasaeditorial.com

[email protected]

 

Table of Contents
Prefacio
Prólogo
Introducción
El sistema capitalista mundial
Desconectarse del sistema mundial
Formas impotentes de desconexión
La resistencia mundial
Capítulo I
La mundialización del capital
La fragmentación del mundo
La nueva polarización: los cinco monopolios
Capítulo II
Las raíces de la fragmentación del mundo
La teoría de la acumulación en las formaciones sociales capitalistas centrales / periféricas
Los centros
Las periferias
Ley del valor mundializada
Capítulo III
Globalización imperialista
Distintas fases del imperialismo
Capítulo IV
La ideología dominante del capitalismo
El eurocentrismo
a) Europa: una periferia atrasada
b) La ambigüedad de la cultura capitalista
Capítulo V
Los culturalismos: un callejón sin salida
Las tesis postmodernas
Los culturalismos
Capítulo VI
Por una nueva globalización
Algunas propuestas de desconexión
APÉNDICE
I. Apuntes biográficos
II. Entrevista
“He sido y sigo siendo un comunista”
Militancia y teoría: una misma pasión política
Pensar el capitalismo contemporáneo
El capitalismo como sistema mundial
La agonía de las burguesías nacionales
El desafío de la transición y las experiencias socialistas
Bibliografía citada
Bibliografía de Samir Amin
Samir Amin en Internet
Datos de la autora

Prefacio

Aurelio Alonso1

1Cuba, 1939. Licenciado en Sociología en la Universidad de La Habana. Ejerció la docencia regularmente desde 1963 hasta 1976, donde fue fundador del Departamento de Filosofía. Miembro del Consejo de Dirección de la revistaPensamiento Críticodesde su creación en 1967 hasta su desaparición en 1971. Estuvo a cargo del Departamento de Estudios de Religión adscrito a la Facultad de Humanidades de 1972 a 1976. Publicó en 1998 su libroIglesia y política en Cuba revolucionaria, del cual acaba de ver la luz una edición ampliada y revi­sada. Ha publicado también más de ochenta artículos, desde materiales de pren­sa hasta ensayos en revistas especializadas, en Cuba y en el extranjero. Desig­nado en el año 2003 coordinador del Grupo de Trabajo de CLACSO sobre Religión y Sociedad. Ha participado en numerosos eventos nacionales e internacionales, e impartido conferencias en Universidades en los Estados Unidos, Canadá, Francia, España, Bélgica, Venezuela, Colombia, Argentina, Ecuador, Barbados y Jamaica.

En la actualidad es Investigador Titular del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) y Profesor Titular Adjunto de la Universidad de la Habana. Es miembro del Comité de Redacción de la revistaAlternatives Sud, publicada en Bélgica. Colabora habitualmente en las publicaciones cubanasTemas,Revolución y Cultura,MarxAhora,De­ba­tes Americanos, y en el exterior enAlternatives Sud, Louvain-la-Neuve, Bélgica.

El breviario ocupa sin duda un lugar prominente en la tradición editorial de nuestro tiempo. Las generaciones que atravesaron el sigloxxy las que se asoman al presente tendrán que reconocer su deuda impagable al significado de este tipo de publicación, que aportó del vehículo más funcional al ensayo corto. Individualizado, manuable, idóneo para esa ensayística que no requiere de la extensión de los tratados, como para la poesía, que es capaz de dar tanto en pocas líneas.

El libro que hoy presentamos goza precisamente de las virtudes de la concisión. Lo componen un ensayo introductorio de Gabriela Roffinelli al pensamiento de Samir Amin, una ficha biográfica y una entrevista al biografiado, presentadas en anexo. Así como una bibliografía selecta de la obra del eminente economista egipcio, que dista seguramente de ser completa pero que exhibe una amplitud muy satisfactoria.

La edición de este libro se hace importante por dos motivos.El primero es que Samir Amin se ha convertido en uno de los pensado­res más relevantes de nuestro tiempo. Sus teorías le hicieron ascen­der a este peldaño en el mundo académico desde la segunda mitad del siglo pasado. Y a partir de su última década, en la cual el aconte­cer histórico confirmaba, con dolorosos rigores sociales, políticos y bélicos, la certeza de sus postulados, su figura ha crecido al plano destacado que ocupa hoy en el pensamiento revolucionario. Sobre todo porque Amin no ha sido lo que se suele llamar un científico de gabinete, sino que su quehacer teórico se ha vinculado siempre a su militancia antimperialista, que le ha llevado a jugar un recono­cido papel en la inspiración y la articulación de los movimientos de resistencia que se despliegan en el mundo de hoy, y que concen­tran la herencia de las mejores tradiciones de lucha por la superación de la tiranía del capital. Y con ellas la única esperanza fiable de salvación de la humanidad, aunque esto pueda sonar apocalíptico.

La incuestionable identidad marxista del pensamiento de Samir Amin se pone de manifiesto por contraste a las respuestas esquemáticas y la apologética, y está signada por la creatividad que ha caracterizado a los genuinos continuadores, y que muchas veces ha sido cuestionada, o al menos marginada en la historia, por la consagración dogmática realizada desde las instituciones partidarias. La vigencia perdurable del descubrimiento de Marx es lo que encontramos en sus análisis, con el ingenio requerido por las complejidades de la realidad que se abre ante nosotros.

Su mirada hacia el capitalismo como sistema mundial recorre toda su producción teórica. Una cosa es admitirlo así y otra convertirlo en principio que nos permita sortear la férrea distinción entre factores externos e internos. Y es esto lo que en él hallamos. En esta dirección coinciden hacia los años sesenta los teóricos de “la dependencia” en América Latina (Fernando Enrique Cardoso, Enzo Faleto, Andre Gunder Frank, Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos, y otros), y los que con posterioridad han desarrollado la perspectiva del “sistema-mundo” como esencial (Inmanuel Wallerstein, Giovanni Arrighi y otros).

En Samir Amin vamos a ver una redefinición de la tesis leninista cuando concluye que el imperialismo no es una etapa del capitalismo sino un componente esencial del mismo desde su nacimiento. Se remonta al inicio del sigloxvicon la colonización de América y sus efectos en la formación del capitalismo en la sociedad europea. Esta lectura implica un tratamiento integral de las relaciones entre lo económico, lo social, lo político y lo cultural, diferente al que la ortodoxia marxista convirtió en estereotipo teórico. Nos propone, en consecuencia una periodización del imperialismo que abarca cinco siglos de relaciones de estratificación y dominación centro/periferia. Ni el saqueo colonial, realizado al amparo de la cristianización, ni el movimiento inversionista desde los centros del capital hacia los países periféricos cuando la acumulación se tradujo en competencia monopolista, se orientaron a replicar allí el sistema propio del centro, sino a crear, renovar y consolidar lazos de subordinación y dependencia que han dado cuerpo al modelo imperante de intercambio desigual.

Personalmente estimo que el intercambio, dentro de las coordenadas del capitalismo, busca siempre la desigualdad, la genera, es parte de su naturaleza misma, tiende a extremarla, y la aspiración del capital será más intensa donde mayor sea la brecha entre el centro y la periferia. La aplicación de otros términos de intercambio no solo es una alternativa sino un desafío de primer orden.

Hoy el mercado mundial se ha convertido, según los estudios de Samir Amin, en el escenario primario de la competencia de los gigantes empresariales, e imponerse en ese mercado se hace condición para imponerse en los escenarios nacionales. A diferencia del pasado en que los monopolios debían imponerse primero en lacompetencia a nivel nacional, y del éxito en ese espacio dependíasu expansionismo. Hablamos de un mercado en disputa que se calcula aproximadamente en 600 millones de consumidores, en el cual las propias transnacionales retienen el espacio principal. Cerca de un 80% de ese comercio, irónicamente promovido como “libre”, tiene lugar entre ellas mismas.

El tiempo de la competencia monopólica entre los Estados centrales ha cedido al tiempo de los monopolios de los Estados centrales, que Samir Amin resume en cinco: 1) el monopolio de las nuevas tecnologías, 2) el control de los flujos financieros, 3) el monopolio del acceso a los recursos naturales del planeta, 4)el monopolio de los medios de comunicación, y 5) el control de las armas de destrucción masiva.

En rigor no me corresponde en estas líneas ir más lejos en torno a las tesis de Samir Amin. Eso lo hace Gabriela con mucha seriedad. Yo solamente me he atrevido a reseñar algunos avances con la esperanza de transmitir a los lectores —al menos a aquellos que todavía consideren que los prólogos merecen ser leídos— los méritos del pensamiento que este libro se aventura a resumir.

Decía al principio que eran dos los motivos que quería subrayar en la importancia del libro de Gabriela Roffinelli. El segundo tiene que ver con las cualidades propias del ensayo que llega ahora a las manos de ustedes.

La autora, que se ha familiarizado a fondo con la obra y las impresionantes proyecciones de Samir Amin, ha logrado recorrer y presentar, con mucho acierto, a mi juicio, en los seis capítulos deLa teoría del sistema capitalista mundial, una exposición coherente y bien argumentada de este pensamiento. Escrita además con claridad, en lenguaje accesible, que incentiva a la lectura, lo cual le confiere un apreciable valor divulgativo.

No se limita Gabriela a exponer las tesis de Amin, sino que aporta sus criterios en el contrapunteo con otras teorías surgidas paralelamente como respuesta a la problemática que nos plantea el fenómeno de la globalización capitalista. En este plano podemos observar la confrontación con las ideas expuestas por Michael Hardt y Antonio Negri enImperio, o las conexiones de Amin con los teóricos de “la dependencia” a las cuales me referí anteriormente, y su tributo a los enjundiosos estudios de Paul Baran y de Paul Sweezy, que le antecedieron.

El lector encontrará también una fundamentada crítica a reacciones viciadas de cara al orden actual, como es el caso del eurocentrismo, o el más generalizado repliegue culturalista expandido especialmente en las últimas décadas, el cual cobra forma en la búsqueda de respuestas restringidas al plano étnico, el religioso, o el de identidad nacional. Este repliegue culturalista, que en el plano religioso se manifiesta tanto en el fundamentalismo islámico como en los movimientos de conversión que se han extendido por América Latina, encuentra un apoyo bien identificado en las esferas de poder de los Estados Unidos.

Finalmente no quisiera dejar pasar el tema del debate acerca de la postmodernidad, que tanta tinta ha hecho y hace correr aún. Amin vindica la vigencia de la modernidad. Una modernidad despo­jada de la estrechez del occidentalismo, y de los moldes impuestos por la historia de la acumulación capitalista. Una moder­nidad que todavía no ha sido colmada históricamente. El desgaste por descifrar la postmodernidad se revela superfluo si simplemente nos atenemos, con Néstor García Canclini, al dato de que “en nuestro continente los avances de la modernidad no han llegado del todo ni a todos”. Recuerdo muy bien a Franz Hinkelammert cuando objetaba, hace ya más de diez años, que solo podía llamarse postmodernidad a algo carente en sí mismo de cualidad propia definible, y apostrofar con agudeza que al capitalismo lo llamamos capitalismo y no postfeudalismo.

Se trata de una acotación que nos debe conducir a acotar también el concepto de postcapitalismo, tan generalizado hoy para acudir al paradigma de un mundo más justo y equitativo. No diría rechazarlo, porque no se han curado las cicatrices y las decepciones que los fracasos socialistas han dejado. Pero tampoco se puede subestimar la imprecisión que hace que lo que querríamos calificar como objetivo de lucha social no cuente con un concepto que lo identifique sin ambigüedad.

Por mi parte, confieso que coincido con Samir Amin y con los que piensan que no contamos con un término más legítimo, adecuado y explícito para designar la dimensión paradigmática del mundo que queremos construir que el de “socialismo”. A pesar de los fracasos del experimento del siglo xx. Lo justifica precisamente la connotación teórica esencial que le ha sido sesgada, su vigencia, y la necesidad de rescatar el sentido que las torceduras coyunturales le han restado. Pero de algún modo habría que decir que también en consideración a los esfuerzos y sacrificios empeñados por varias generaciones en estas 90 décadas de experimentos frustrados o sostenidos a duras penas, por las ilusiones que pusimos en sus promesas, y por el estoicismo con que hayamos tenido que padecer sus arbitrariedades.

La gran diferencia consiste en que hoy podemos discernir tanto lo que se pudo haber hecho y no se realizó como lo que no queremos repetir de aquella experiencia. Y seguramente tenemos más razón que la que existió nunca en el pasado para vindicar, a favor de lo que construyamos a partir de las resistencias de ahora y de nuevas formas de lucha, el nombre del “socialismo”.

La Habana, 22 de junio de 2005

 

Prólogo

François Houtart1

1 Bélgica, 1925. Licenciado en Filosofía y Teología, de Malines. Ordenado sacerdote católico en Malines en 1949. Diplomado del Instituto Superior Internacional de Urbanismo, aplicado en Bruselas. Postgrado en la Universidad de Chicago y de Indiana, los Estados Unidos. Doctor Honoris Causa de Notre Dame University, Indiana. Director del Centro de Estudios Socio-religiosos y profesor de la Universidad Católica de Louvain (1958-1990). Secretario general de la Conferencia Internacional de Sociología Religiosa (1956-1964). Secretario general de la Federación Internacional de Institutos de Investigaciones Socio-religiosas (FERES), y vicepresidente (1964-1980). Doctor en Sociología, Universidad de Louvain. Profesor Emérito de la Universidad Católica de Louvain. Director del la revista internacional de estudios socio-religiosos Social Compass. Experto en el Concilio Vaticano II (1962-1965). Director del Centro Tricontinental y de su revista Alternatives Sud, Lou­vain-la-Neuve (1994-2005). Ha trabajado y viajado por más de 100 países. Secretario del Foro Mundial de Alternativas y fundador y directivo del Foro Mundial de Porto Alegre. Ha escrito más de 50 libros, y decenas de artículos especializados y de prensa.

El libro de Gabriela Roffinelli recoge lo esencial del pensamiento de Samir Amin en una coyuntura particularmente significativa en América Latina: el momento que el neoliberalismo empieza su declive, que nuevas barreras se edifican contra el imperialismo y que alternativas nacen. Son circunstancias que necesitan un análisis sólido, capaz de inspirar políticas nuevas.

Samir Amin es un gran pensador marxista de nuestra época. Él ha publicado un número importante de libros y textos que influyeronen muchos intelectuales y responsables de movimientos sociales en el mundo, tanto en el Norte como en el Sur. Al mismo tiempo él es un lector incansable y sigue las producciones de los demás intelectuales muy de cerca. Gusta de trabajar en los cafés, inspirado por el ruido de fondo que le recuerda la vida real. No duda de expresar sus sentimientos en sus escritos y puede indignarse frente a la explotación de los seres humanos y al ejercicio dominante del poder. La política de Israel en el Medio Oriente y el imperialismo de los Estados Unidos no tienen merced a sus ojos y sus escritos científicos lo reflejan también.

A pesar de tener una doble pertenencia, su padre egipcio y sumadre francesa, Samir Amin es un pensador del Sur y lo manifiestaen toda su obra. Frente a un Sur relativamente poco indus­tria­li­za­do se preocupó siempre de pensar cuál es el tipo de transformación revolucionaria adaptada a esta situación. Por eso la cuestión agraria fue siempre el centro de sus preocupaciones. Sintió en la revolución china, a pesar de sus defectos, una orientación más adecuada a estas situaciones. Se trata en el Sur de sociedades imperfectamente integradas a la ley del valor y por eso las estrategias de acción deben ser diferentes de lo que se aplicó en las naciones industrializadas del Norte.

Por la misma razón, su preocupación de la cultura como elemento constitutivo de los cambios, lo llevó a mostrar cómo el eurocentrismo se construyó históricamente imponiendo valores en correspondencia con sus intereses al resto del mundo y en particular al Sur por la colonización. La recuperación cultural es importante, pero no se puede pensar sin su relación con los otros componentes de la sociedad: el económico y el político. Las religiones tienen un papel en este sentido, porque si pueden retrasar la emancipación de los pueblos, como son los casos de la Iglesia católica y del islamismo político, pueden también promover una cultura de resistencia y de esperanza. Por eso él se interesó por el pensamiento de Mahmoud Mahomed Taha (Un Islam a vocacion libertadora) y por la Teología de la Liberación.