Las bodas de Camacho el Rico - Juan Meléndez Valdés - E-Book

Las bodas de Camacho el Rico E-Book

Juan Meléndez Valdés

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Beschreibung

Una comedia del siglo XVIII que reescribe el episodio de El Quijote en tono de comedia y costumbrismo. La comedia se divide en un prólogo y cinco actos, con cuatro personajes principales que crean un triángulo amoroso. Es una obra pausada, divertida, que muestra a Camacho como un rico cegado de amor y a Basilio como el pobre enamorado de Quiteria. La obra, a través de enredos amorosos, nos muestra las vicisitudes de los cuatro personajes hasta un final feliz y redondo.

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Seitenzahl: 105

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Juan Meléndez Valdés

Las bodas de Camacho el Rico

Comedia pastoral

Saga

Las bodas de Camacho el Rico

 

Copyright © 1784, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726793871

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

TEATRO DE LA CRUZ,

QUE OCUPA LA COMPAÑÍA

DE MANUEL MARTÍNEZ.

Loa

Para Las bodas de Camacho el Rico

 

PERSONAJES

LA PAZ. EL CELO DE MADRID. EL VALOR ESPAÑOL. EL COMERCIO. EL INGENIO. LA AGRICULTURA. LA POESÍA. LA MÚSICA. EL TIEMPO. LA ADMIRACIÓN. LA FELICIDAD. FAMA I. FAMA II.

PERSONAJES QUE NO HABLAN

LAS CUATRO PARTES DEL MUNDO. LAS TRES NOBLES ARTES. LA INDUSTRIA. Guerreros con el VALOR. Comparsas de las naciones convenidas por la Paz.

La acción se supone en un bosque en las cercanías, y de la jurisdicción de Madrid.

Escena I

Al levantar la cortina aparecen el teatro de vistosa y frondosa

selva, con un magnífico templo, o peristilo rodeado de laureles

al lado derecho, y de árboles frutales al izquierdo: la fábrica

será de bello y blanco alabastro, cuya arquitectura estará

moldeada de oro, y festonada de flores al gusto y acreditada

inteligencia del director de las escenas: se ascenderá por tres

gradas a la ara que habrá en medio, o en el centro en forma de

cilindro de la propia piedra; y en el friso se leerán las letras de

oro que digan: PACI ORBIS TERRARUM.

 

En los sitios más avanzados del teatro, y sobre dos ribazos de

yerbas floridas, se verán a la derecha recostada

la POESÍA escribiendo, y la MÚSICA a la izquierda sentada con

una lira en acción de acompañar su canto: por detrás de ellas

aparecerán dos hermosas nubes, y en ellas se irán elevando poco

a poco dos FAMAS: delante del templo

estará MADRID representado por el CELO suyo en figura

heroica, armado de cota escamada de plata, y al pecho un

corazón de fuego pendiente de una cadena de oro, casco de

acero, montado de ramas de madroño, laurel y oliva, una lanza

en la mano derecha, y en el izquierdo brazo un escudo de plata

con las armas de Madrid: tendrá recogido el manto imperial

con aire gracioso, y estará reconociendo y admirando el templo:

después del cuatro saldrá el TIEMPO de gala con sus atributos.

 

POESÍA. MÚSICA. Las dos FAMAS.

 

(A cuatro.)

Del mundo interesados

en la felicidad,

a ejemplo de Madrid, venid,

venid a dar

aplausos al honor, 5

tributos a la Paz.

 

(A dúo POESÍA y MÚSICA.)

Pueda entre sus laureles

el honor descansar.

 

(Las dos FAMAS a dúo.)

La Paz reciba cultos

de la fidelidad. 10

 

(A cuatro.)

A ejemplo de Madrid,

venid, venid a dar

aplausos al honor,

tributos a la Paz.

 

TIEMPO Esas voces que suenan placenteras, 15

y que dos Famas por el mundo esparcen,

heroico Celo de la ilustre villa

de Madrid, cuyo símbolo, hacen fácil,

más que el escudo que te adorna el brazo,

las verdes ramas, y el heroico traje: 20

esas voces repito, que convidan

a la felicidad, a ti me traen,

curioso por saber si a las que tienes,

aún puedes añadir felicidades.

MADRID Después te las diré: permite ahora 25

que nuevamente de mi celo inflame

la pluma, el instrumento y la carrera

de quien dicta, quien canta, y quien aplaude.

(A la POESÍA.)

Genio patricio, en cuya dócil pluma

alma tal vez Apolo inspira suave, 30

ya ves las intenciones de la mía;

grande el asunto es.

POESÍA Pero es tan grande,

que cuanto más le estudia, es al discurso

más imposible de desempeñarse.

MADRID (A la MÚSICA.)

Y tú, Genio, de ciencia lisonjera, 35

cuyas maestras fueron las deidades

inventa nuevos tonos, que dupliquen

la armonía de versos y de bailes.

MÚSICA Si el metro es digno de tan alta idea,

¿qué lira puede haber que le realce? 40

MADRID (A las FAMAS.)

Y vosotras, ¡oh hijas de la tierra!

moradoras eternas de los aires,

alzad el vuelo, prevenid las trompas,

y publicad en las inmensidades

del orbe de la tierra los esfuerzos 45

del ansioso Madrid, porque se ensalcen

el honor de las Armas Españolas,

y la paz que le da Carlos el Grande.

 

(Recitado.)

 

FAMA I Albricias, españoles:

FAMA II Sea, para bien universal, mortales: 50

FAMA I Que llegó el suspirado feliz día,

que a vuestros ojos cierra

su templo el feroz Numen de la guerra.

FAMA II Ya los estruendos de la artillería

substituye la plácida armonía, 55

que os llama de la Paz al Templo honroso,

que Madrid la dedica generoso:

FAMA I Para que gratos a sus beneficios...

 

(Las dos.)

 

... vengáis a tributarla sacrificios.

 

(Aria a dúo y ECOS.)

 

FAMA I En los acampamentos 60

la música marcial

publique ya festiva

los ecos de la Paz.

ECOS Viva la Paz,

viva la Paz. 65

FAMA II La Industria y el Comercio

aplaudan en el mar

con saludos corteses

los bienes de la Paz.

ECOS Buen viaje, 70

buen pasaje,

viva la Paz,

viva la Paz.

FAMA I También las nobles Artes

celebren en su afán 75

los premios y el aplauso

que produce la Paz.

ECOS Viva la Paz,

viva la Paz.

FAMA II Y los pastores, 80

y labradores

en sus cabañas

y sus campañas

ya desde hoy más:

 

(Las dos FAMAS a dúo con flautas.)

 

Aligerados 85

de sus tributos,

y enamorados,

verán los frutos

que trae la Paz.

ECO (Solo.)

Verán los frutos 90

que trae la Paz.

 

(A cuatro.)

 

Y en las cabañas

y las campañas

dulces sus ecos

resonarán. 95

 

(Todos los coros de los ECOS unidos y las dos FAMAS.)

 

Viva la Paz,

viva la Paz.

 

(Al tiempo de concluir el coro general, se ocultarán del todo las tramoyas de las dos FAMAS.)

Escena II

MADRID. El TIEMPO. POESÍA. MÚSICA. ADMIRACIÓN, que sale manifestando su carácter.

 

ADMIRACIÓN ¡Que es esto! ¿Desde cuándo acá la Fama

toleró competencias de su imagen?

¿No bastó una para hacer notorias 100

de tantos siglos tantas novedades?...

Este gozo que sube, y que se extiende

cual el humo veloz, ¿de dónde nace?...

¡Aquí que nuevo templo!... A tantas cosas

no puede haber admiración que baste. 105

MADRID ¿Quién eres, peregrino, que dudoso,

o admirado, los pies mueves cobarde?

ADMIRACIÓNLa misma Admiración.

MADRID ¿Y qué te para?

ADMIRACIÓNUn cúmulo de causas admirables

que mi oído fatigan y mis ojos 110

a un tiempo, todas y en distintas partes.

MADRID Pues porque te sosiegues, te recobres,

y te prevengas para en adelante

a mayor novedad, oye.

ADMIRACIÓN ¿Y quién eres

tú que ufano el blasón de Madrid traes 115

por divisa?

MADRID Soy quien le representa

como fiel Celo suyo; y a quien cabe

porción de los desvelos, que su ilustre

cuerpo ha tomado, para que parase

la admiración del público los pasos 120

de su curiosidad, siempre insaciable.

ADMIRACIÓNPues ya lo consiguió: ya me detuvo.

MADRID (A la ADMIRACIÓN.)

Hablando, pues, con ambos, tú no extrañes

ver emplear dos Famas, cuando intento

celebrar tantas glorias como añade 125

la Casa de Borbón a sus antiguas.

Siempre dudé que una las bastase:

y lo dudó ella propia, pues me dijo:

«Si quieres que te sirva, y que yo inflame

el espíritu y voz del prodigioso 130

número de las gentes; dame, dame

nuevas lenguas, que ya cansé las ciento:

y prevén de más sólidos metales,

y más sonoros otros cien clarines,

que esfuercen hoy mi voz, y la dilaten. 135

Dos siglos ha que puso sobre el Sena

la Casa de Borbón el pie triunfante:

y ha dos siglos también que sus conquistas,

la razón de su estado formidable,

su extensión, y el temor de sus contrarios, 140

al escuchar crujir los tafetanes

en medio de las filas combinadas

de los franceses y españoles Martes,

me ocupa de manera, que es preciso

que cualquiera otro asunto le desaire: 145

ni esto es justo, ni yo tengo más fuerzas».

Calló la hermana vil de los Titanes;

y habló Madrid, diciéndola: «Descansa;

que ya imagino de mejor linaje

nueva Fama Católica Española, 150

que con más clara voz divulgue, y, cante

por otros muchos siglos de las Lises

triunfos, aumentos, y tranquilidades».

Esto dijo y el cuerpo de la Fama,

que imaginó Madrid, se vio en el aire. 155

Se estremeció la antigua; y envidiosa,

de ver su compañera prepararse

al fin glorioso para que nacía,

alzó el vuelo también, y desde el aire

émulas una de otra en el empeño, 160

dividieron el mundo en dos mitades.

TIEMPO Con giro tan veloz, voz tan robusta,

que de toda la tierra, y de los mares

nos vuelven ya los ecos.

MADRID ¡Dulces ecos

de la Paz, con que alientan y renacen 165

valor, ingenio, tráfico, y labranza,

en el campo, el taller, plazas y valles!

ADMIRACIÓN¿Y este templo?

MADRID A la Paz se le dedico,

que le merece bien huésped tan grande.

Y tú, Tiempo cruel, a cuyo impulso 170

no hay monumento sólido de jaspe,

de mármol, o metal, que se resista:

devorador de imperios, de ciudades,

fábricas, y hombres, mírale sin ceño:

no se acerquen jamás a sus umbrales 175

la ruina, y el olvido: a cargo tuyo,

pongo su duración: en que afiancen

las glorias de esta paz, y de su augusto

y digno protector, perpetuidades.

TIEMPO Yo lo prometo: y tú no desconfíes; 180

pues en vano me fueron respetables

héroes insignes, y acontecimientos

de otros siglos, habiendo, en mi dictamen,

tantas ventajas en los que hoy celebras

a cuanto tengo escrito en mis anales. 185

ADMIRACIÓN¿Y allí tan distraídas,

o atareadas la Poesía y Música, qué hacen?

POESÍA Yo descurrir en vano idea digna

que los deseos de Madrid iguale:

MÚSICA Y yo desesperar de encontrar tonos 190

a que sus expresiones no aventajen:

POESÍA Y arrojando la pluma...

MÚSICA Yo la lira:

POESÍA Iré a solicitar otra más hábil.

MÚSICA Otra más diestra imploraré rendida...

LAS DOS ... que de tu celo las fatigas calmen. 195

Escena III

MADRID. El TIEMPO. La ADMIRACIÓN.

 

MADRID Música, Poesía, sin vosotras

¿qué regocijo puede haber que sacie

el público embeleso?

TIEMPO No discurras,

que es huir del empeño, el retirarse

donde...

 

(Preludio.)

 

ADMIRACIÓN¡Pero qué es esto?

Otro motivo 200

mayor que se presenta de admirarte.

Escena IV

MADRID. El TIEMPO. La ADMIRACIÓN. La PAZ. El VALOR.

El INGENIO. La AGRICULTURA. El COMERCIO. Las ARTES.

La INDUSTRIA. Las ESTACIONES DEL AÑO. Las CUATRO

PARTES DEL MUNDO. Guerreros heroicos con el VALOR.

Vasallos de las potencias pacificadas, que sobre un pavés

conducen a la PAZ en triunfo.

 

Marcha majestuosa. Saldrán por la izquierda el INGENIO:

seguirán las NOBLES ARTES, e INDUSTRIA, y luego varios

guerreros, concluyendo el VALOR a caballo. Por la derecha,

la AGRICULTURA, las CUATRO ESTACIONES, y luego

el COMERCIO seguido de las CUATRO PARTES DEL MUNDO,

presidiendo la PAZ, sostenida de cuatro comparsas, vestidos en

traje español, inglés, moro, y turco. La ADMIRACIÓN, y

el TIEMPO ocupan las dos puntas del tablado. MADRID acude

al obsequio de la PAZ; y habiéndose apeado esta, y el VALOR,

queda en medio, y los demás en los proporcionados lugares de

su representación, formando el más grato, y magnífico

espectáculo a la vista.

 

MADRID Paz, de las gentes tan desconocida,

y suspirada en las adversidades,

obras son tuyas las satisfacciones,

que goza España, y a Madrid persuaden 205

a que en memoria de tus beneficios

ese pequeño templo te consagre;

no menos digno que el de Vespasiano,

siendo aquí el Celo superior al Arte.

VALOR A gozar los laureles de tu sombra, 210

llega el Valor pacífico y triunfante,

y a colgar de tu templo en las paredes

los ajenos y propios estandartes,

que opuestos tremolaban, y ya unidos

alfombra tuya son, con estas llaves 215

del negro calabozo, en que las furias

quedan presas del ya templado Marte.