Las sobras del banquete de los días… Neobarroco, residuo y escatología en la poética de José Kozer - Boris Badía - E-Book

Las sobras del banquete de los días… Neobarroco, residuo y escatología en la poética de José Kozer E-Book

Boris Badía

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Beschreibung

Las implicaciones de la calificación de la escritura de José Kozer (La Habana, 1940) como «neobarroca» podrían ser enunciadas como el centro de atención de este volumen. Su desarrollo lleva a su autor a mapear y confrontar diversos paradigmas teórico-críticos que, desde las actualizaciones sobre el Barroco histórico, han conducido a la generación de discursos de intelección sobre la cultura latinoamericana, generalmente con un sesgo de legitimación de nuestra otredad. Texto informado y provocador el de Boris Badía para entender que: «Sin temor a apologías demasiado entusiastas, y consecuente con un horizonte de recepción exegética previo que durante décadas ha desplegado un responsable catálogo de definiciones («sintaxis Kozer», «efecto Kozer», «alfabeto Kozer», «habla poética universal», «español esperanto», «utopía lingüística») y dispositivos conceptuales (escritura desterritorializada, diaspórica, hipotética, transterrada) para intentar comprender la palabra kozeriana, me atrevería a asegurar que su escritura, ese gran texto cultural que se despliega como un laberinto quebrado por casi todos los resquicios del patrimonio del hombre y la naturaleza, constituye también uno de los fenómenos más extraños, universales y desmesurados de la historia de nuestros procesos literarios».

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Seitenzahl: 287

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Premio Editorial UH 2021

Jurado Ciencias Sociales y Humanidades

Dra. C. Marta Moreno Cruz

Dra. C. Olga Rosa González Martín

Dr. C. Arnaldo Rivero Verdecia

Edición y corrección: 

José Antonio Baujín

Diseño de perfil de la colección:

Alexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada / Claudio Sotolongo

Diseño y composición:

Camila González Rodríguez 

Conversión a ebook:

Grupo Creativo RUTH Casa Editorial

Sobre la presente edición

© Boris Badía, 2021

© Editorial UH, 2024

 

ISBN 9789597265771

 

Editorial UH

Dirección de Publicaciones Académicas,

Facultad de Artes y Letras,

Universidad de La Habana

Edificio Dihigo, Zapata y G,

Plaza de la Revolución,

La Habana, Cuba. CP 10400.

Correo electrónico: [email protected]

Facebook: editorial.uh.98

Tabla de contenido
Agradecimientos
Palabras preliminares
Barroco/neobarroco: inscripciones disruptivas en el cuerpo de lo moderno
Barroco/neobarroco: conceptualizaciones contradiscursivas en el corpus crítico-teórico contemporáneo
Barroco latinoamericano. Variaciones sobre un repertorio ritualizado
Estrambote
Neobarroco kozeriano. El engranaje sin destino de la noria
La poética de José Kozer. (Dis)tensiones críticas y escritura liminal
Se me descuajeringa en cuarenta rombos al día… El neobarroco kozeriano y sus estrategias de lo intrascendente
La fértil horizontalidad de la bienaventuranza…
Mis manos en lo excrementicio… neobarroco de lo residual en el discurso poético de José Kozer
Los borborigmos ya no tan impuros del texto
Después de las imágenes rotas: residuo y escatología en el neobarroco kozeriano
Lezama/Kozer. Modos de recuperar las astillas de la historia
Conclusiones
Bibliografía
Textos de José Kozer
Bibliografía general
Sobre el autor

Agradecimientos

Agradezco el apoyo y la gestión eficiente del personal docente y administrativo del Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Bergen, en especial a la doctora Kari Soriano, a la máster en Ciencias Marta Sánchez, y a la doctora Roxana Sobrino. Su concurso y aliento fue parte significativa de esta investigación. Al Proyecto Erasmus, por el financiamiento de una estancia de investigación en esta institución académica, fundamental para el acceso a recursos bibliográficos imprescindibles y asesoramiento para la culminación del proyecto.

Importante también ha sido la ayuda incondicional de la Dirección de Publicaciones Académicas de la Universidad de La Habana. A todos mis compañeros de la Editorial UH y de la Facultad de Artes y Letras en general, espacio esencial para mi formación profesional, intelectual y humana durante más de veinte años. A todos ellos también va dedicado este libro.

Muchas gracias también a mis colegas y amigos Ariel Camejo, Haydée Arango, Astrid Santana, Pablo de Cuba, Leonardo Sarría, Rogelio Rodríguez Coronel, Hans Ohldieck, por facilitarme materiales claves para el proceso de investigación y escritura; por los consejos oportunos, la acotación precisa y el intercambio limpio de ideas.

A la revista La Siempreviva, por publicar y divulgar en sus páginas la producción científica derivada de este proyecto doctoral.

Agradezco enfática y entrañablemente a los tutores de la tesis doctoral que origina este libro, Dr. C. José Antonio Baujin yDra. C. KariSoriano, por su paciencia infinita y su confianza total. Sin su guía certera y sostenida hubiera sido imposible enrumbar y llevar a buen término esta investigación.

Finalmente, quisiera agradecer a mi familia (mis padres América y Enrique, mi hijo José Enrique, a mi hermano Antonio y a Raina) por haber sido, en todos los órdenes, el sostén medular durante todo este exhaustivo proceso. A Camila, con todo mi amor, por soportarme y apoyarme en todos los ámbitos.

Palabras preliminares

A pesar de que la ya desmesurada obra poética de José Kozer suele valorarse como uno de los referentes fundamentales de la producción literaria contemporánea de autores latinoamericanos y de ser una figura en extremo visible en el mundo editorial –hasta el año 2020 se contabilizaba la absurda cifra de más de ochenta títulos publicados–, la recepción crítica de su poesía aún no conforma un corpus exegético vasto en el contexto de la ensayística y los estudios literarios académicos hispanoamericanos. Las aproximaciones a la poesía kozeriana se han caracterizado mayoritariamente por su fragmentariedad, dispersión y carácter circunstancial, no así por los abordajes sistémicos. Lo anterior se evidencia en las múltiples reseñas, entrevistas y comentarios críticos que han aparecido durante décadas en publicaciones periódicas a nivel internacional, en los textos introductorios (prólogos, prefacios, notas, apuntes y otros) a algunos de sus poemarios y, en menor medida, en ensayos que indagan por igual en rasgos específicos y generales de su discurso poético.1

1 En uno de los anexos del volumen La voracidad grafómana: José Kozer, editado y compilado por Jacobo Sefamí (2002), pueden consultarse las fichas bibliográficas de disímiles textos que integran este corpus disperso.

En este panorama levemente esbozado sobresalen dos trabajos imposibles de soslayar: La poesía de José Kozer: de la recta a las cajas chinas, de la académica mexicana Aida Heredia (1994), y La voracidad grafómana: José Kozer, de 2002, editado por Jacobo Sefamí. El primero de estos volúmenes, uno de los cinco monográficos pesquisados durante esta investigación,2 aborda tres cuestiones fundamentales en torno a las cuales se articula el universo poético de este autor: el imaginario simbólico y ritualizado de la familia, las formulaciones de una especie de intrahistoria cotidiana como eje estructurador de la experiencia del sujeto poético, sus concreciones inestables en el espacio poemático y la búsqueda ontológica de lo originario a partir de sus líneas de diálogo interdiscursivo con el budismo zen y la poesía asiática; además del análisis global del poemario Carece de causa (1988) como espacio de conciliación multicultural de los referentes de la tradición hebrea y el sustrato zen. Por su parte, la compilación de Sefamí, además de un valioso conjunto de entrevistas y textos de evocación autobiográfica del propio poeta, constituye quizás el único intento por enmarcar una zona de la ensayística encargada de abordar la producción poética kozeriana, que abarca desde estudios con una vocación de desglose filológico más acentuada, hasta perspectivas analíticas que enfocan la complejísima y elusiva escritura de Kozer en constante roce con nociones neurálgicas del debate cultural contemporáneo como identidad cultural, raza, nación, religión, diáspora, entre otros.3 En líneas muy generales, algunas de las modulaciones exegéticas más significativas que confluyen en La voracidad… son las siguientes: el carácter profundamente experimental y desestabilizador del discurso poético de Kozer, un espacio de enunciación de mixturas culturales heterogéneas, producto de su condición diaspórica; la concepción de una poética en cuyo epicentro se encuentra nociones vinculadas de la imago lezamiana, y los modos de reconfiguración identitaria del sujeto poético a partir de la experiencia plural y transfiguradora del exilio.

2 Un simple dato cuantitativo ilustra el profundo desajuste existente entre esa prolífera extrañeza que es la producción poética de Kozer, su prolongada carrera como figura intelectual, su impacto en la cultura, y su correlato crítico: hasta 2012 se habían producido en el ámbito norteamericano, europeo y latinoamericano solo cinco textos monográficos, entre libros, tesis y tesinas académicas inéditas, dedicadas a su obra (Kozer 2012, pp. 133-140).

3Acercamientos críticos en torno al componente hebreo en Kozer (en lo relativo a una poética de sustrato siempre, pero también en lo pertinente al imaginario sagrado y secular de esta tradición, recuperado por su escritura) pueden consultarse en Rose S. Minc: «Revelación y consagración de lo hebraico en la poesía de Jose Kozer» (1980), Jorge Rodríguez-Padrón: «La poesía como conversión» (2002), Lidia M. Gil: «La poesía de José Kozer o la muerte del guion» (2002), Denise León:El mundo es un hilo de nombres. Sobre la poesía de José Kozer(2013); para el componente diaspórico véase AngelinaMuñizHubermann: «La poética del exilio en José Kozer» (2002), UteMargaretSaine: «El asterisco en la frente; exilio y creación poética en la obra de José Kozer» (2002); las reconfiguraciones identitarias del sujeto poético y la escritura kozeriana son analizadas por Jacobo Sefamí: «Llenar las máscaras con las ropas del lenguaje: José Kozer» (2002), Gustavo Pérez Firmat: «Lenguaje-de-nadie» (2002), Asunción Horno-Delgado: «Retazos del yo: grafías auto-poéticas en José Kozer» (2002); la multiculturalidad en Carlos A. García (2003): «La multirreferencialidad cultural en la obra poética de José Kozer».

En cuanto a la fortuna crítica y divulgativa de la obra de Kozer en Cuba, Jorge Luis Arcos (2001), en su prólogo a la antología No buscan reflejarse, ha sido bastante elocuente: «La poesía de José Kozer, de escasa difusión en Cuba, es, paradójicamente, una de las más significativas del imaginario poético insular» (p. V). La primera muestra de su poesía aparece tardíamente en la Isla a la altura de 1995, en la revista Unión, y un año más tarde La Gaceta de Cuba publica tres poemas suyos y una entrevista realizada por José Homero.4 Desde entonces, la recepción y divulgación de su obra en el conjunto de publicaciones periódicas que circulan en el país, salvo contadas excepciones, se caracterizó por su eventualidad y el comentario crítico al sesgo.5 En lo concerniente a la publicación de volúmenes de Kozer, debe reconocerse que, si bien nuestra industria editorial había resultado en buena medida reticente y «perezosa» al respecto –hasta 2012 solo se habían publicado dos libros: Réplicas (1997), una selección de solo cuarenta y cinco poemas prologada por Víctor Fowler, y publicada por la Editorial Vigía, de Matanzas, cuyas ediciones de manufactura artesanal solo alcanzan los doscientos ejemplares y apenas circulan, y la antología ya aludida, de 2001–, a partir de la década recién finalizada, coincidiendo con una visibilidad creciente y un reconocimiento casi unánime de este autor dentro de la literatura hispanoamericana, se han incorporado a esta lista los poemarios Índole (Matanzas: Ediciones Matanzas, 2012), BBBB160 (La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2013), Ave atque vale (Manzanillo: Ediciones Orto, Colección Anazca, 2016), Pareja inmortal (Matanzas: Ediciones Matanzas, 2017) y Ejes (Matanzas: Ediciones Vigía, 2018).

4Para un detalle pormenorizado de la escasa fortuna exegética de la poesía de Kozer en el ámbito nacional hasta la publicación deNo buscan reflejarse, véase Arcos (2001, p. V).

5En 2007, por ejemplo, la revistaMatanzasle dedicó un dossier homenaje, «José Kozer: un puente, un gran puente», con comentarios críticos y glosas deCarlosGarcía, Damaris Calderón, Víctor Sosa, Alfredo Zaldívar, Laura Ruiz Montes, Jacobo Sefamí y Adolfo Castañón, además de cuatro poemas inéditos de su autoría.

Pese a lo anterior, el discurso crítico y académico insular ha insistido en su parquedad y, sobre todo, en sus abordajes asistémicos al fenómeno kozeriano. El ya citado prólogo de Arcos (2001) representó, en su momento, un notable esfuerzo inicial por familiarizar al lector cubano con algunos de los aspectos medulares de la figura y la obra de José Kozer de forma sucinta y eficazmente: la voluntad totalizadora de su universo mitopoético y la sobreabundante pluralidad que contiene, su cosmovisión panteísta y sus formas de diálogo con lo trascendente, su relación conflictiva y a la vez cercana con la tradición poética nacional, los intentos de la crítica por conceptualizar y fijar las elusivas marcas de su escritura, etcétera. Por otra parte, vale hacer mención a la tesis de licenciatura de 2003, «La multirreferencialidad cultural en la obra poética de José Kozer», de Carlos A. García, que constituye un acercamiento excepcional a la obra de este poeta, en el espacio estrictamente académico dentro de Cuba.

He acudido a esta apretada síntesis de la recepción crítica de Kozer pues justamente sobre esa oquedad se sostiene el desarrollo ulterior y la novedad de este volumen.6La textualidad neobarroca de la poética de José Kozer, los modos en que su escritura desautoriza, (re)acomoda críticamente en el contexto de nuestra cultura los repertorios simbólicos y las estrategias de representación del Barroco, tampoco ha sido una de las aristas de indagación más fértiles dentro el discurso exegético kozeriano, tanto a escala nacional como en Hispanoamérica. Este último fenómeno de su recepción exegética resulta extrañamente paradójico, si se considera que, al menos a un nivel taxonómico o como parte de alguna estrategia editorial, esa ha sido una de las etiquetas que más ha reincidido a la hora de valorar la escritura de este autor.7Más adelante, como parte del capítulo dos de este volumen, se analizarán los aportes específicos (y sus zonas controversiales, por supuesto) de algunos acercamientos críticos relacionados con el neobarroco en Kozer: Néstor Perlongher (1993), Aida Heredia (1994), Jorge Luis Arcos (2001), Jacobo Sefamí (2002) y Pablo de Cuba Soria (2013). Por el momento, solo se acotará que, salvo en el caso de Sefamí y, en mayor medida, el de la tesis doctoral inédita de De Cuba, este tipo de abordajes (y otros que aparecen más tímidamente aún) emergen de modo muy periférico o referativo; sobre todo al tratar de insertar sus registros estéticos, formales o discursivos como parte de los presupuestos de la poesía neobarroca latinoamericana (como sucede, por ejemplo, con el caso del grupo «canónico» del neobarroco/neobarroso, articulado y gestionado inicialmente por Perlongher), o cuando se analiza esta estética neobarroca como un elemento ancilar o introductorio dentro un panorama interpretativo mucho más abarcador.8

6 El título del volumen (Las sobras del banquete de los días...) contiene una cita de la investigadora argentina Denise León (2013, p. 88).

7 Respecto a esta cuestión, el propio Kozer ha declarado públicamente en uno de los momentos neurálgicos de su carrera literaria: «una minoría a la que en parte pertenezco, escribe al modo barroco, o si se prefiere neobarroco, o quizás aún mejor, escribe una poesía del lenguaje, y en cuanto tal una poesía de la dificultad» (Kozer 2013).

8Esa asimilación tangencial o periférica del discurso neobarroco kozeriano ha sido una constante de su recepción crítica que se ha prolongado durante décadas. Esto se puede constatar, por ejemplo, en los acercamientos de Jorge Rodríguez-Padrón (1980) y (2002), Enrique Verástegui (1990), Eduardo Milán (1991), Miguel Cabrera (2002), Andrés Fisher (2012), León (2013).

En este volumen, en primer lugar, se ha pretendido el análisis de la poética de José Kozer dentro del complejo –y constantemente actualizado– entramado del discurso neobarroco en los espacios simbólicos de la literatura y la cultura latinoamericanas. Según esta perspectiva, las codificaciones del neobarroco en el discurso poético kozeriano se reorganizan desde espacios de representación liminares, y estos tienden a desarticular el repertorio identitario construido desde una inscripción ritualizada de las realizaciones simbólicas y teóricas del barroco latinoamericano. En tal sentido, se ha indagado, desde los fundamentos de la crítica cultural, en los reajustes contradicursivos del discurso barroco/neobarroco en el ámbito del pensamiento estético y culturológico de la modernidad, así como en las zonas de indagación teórica donde la episteme barroca ha configurado un relato identitario mitologizante y ritualizado en torno a las inscripciones transculturadas del barroco en América. Además, se ha formulado un análisis crítico-exegético de la poética de José Kozer desde los códigos del discurso neobarroco: sus zonas de tensión crítica, sus rasgos estéticos, sus principales estrategias simbólicas y los modos en que su textualidad neobarroca se despliega a partir de un paradigma de representación no teleológico. Por último, se han atendido las modulaciones discursivas, el imaginario y las estrategias textuales del residuo y lo escatológico –lo que aquí se ha denominado neobarroco de lo residual– como dispositivo representacional que desregula zonas medulares del archivo simbólico articulado por el barroco latinoamericano.

En varias ocasiones, el poeta ha hecho referencia a la condición casi fisiológica de su praxis escritural y a la sobreabundancia siempre desajustada de su producción literaria. De ahí la enorme dificultad en cuanto a delimitar un corpus para esta investigación, más aún si se tiene en cuenta que su obra oscila desde encuadres tempranos de contención zen –El jarrón de las abreviaturas (1980), algunos textos de Bajo este cien (1983) y La garza sin sombras (1985)– hasta los momentos de su producción en que ya predomina la sobresaturación retórica y la multiplicidad de registros típicos de su escritura.

No obstante, son apreciables en este vasto conjunto determinadas conexiones de la trama neobarroca. Ello tiene que ver justamente con las propias excepcionalidades de la poética kozeriana, que ha mantenido sostenidamente sus pulsos estéticos, y donde resulta en extremo complejo y peligroso delimitar ciertas periodicidades. Y es que el código neobarroco se verifica con distintas intensidades dentro un lapso temporal considerable, convive, se yuxtapone o hibrida con distintos registros estéticos y discursivos. Mi propuesta exégetica, por tanto, se ha sustentado en varios textos extraídos de los siguientes poemarios: Bajo este cien (1983), Carece de causa (1988), Trazas del lirondo (1993), AAA1144 (1997), la antología No busca reflejarse (2001), Ánima (2002), Índole (2012) y Pareja inmortal (2017).

En particular, la antologíaNo buscan reflejarseabarca una producción literaria de más de tres décadas y diversifica, en buena medida, la representatividad del corpus analizado.Bajo este cien(1983), por su parte, es un poemario medular para comprender las funcionalidades y tensiones que marcarán posteriormente su poética y quizás un momento de apertura estética en cuanto a la «barroquización»de su discurso poético, donde comienza a sedimentarse una lengua y estrategias de escritura que la crítica ha denominado«efecto Kozer».En un artículo sobreCarece de causa,el crítico López-Adorno (2001) ha afirmado lo siguiente: «el deliberado exceso […] de su lenguaje cabalístico-barroco no está exento del peligro de ser interpretado como ostentación y no interpretación de unatentativaordenadora». El comentario es ilustrativo también de un proceso escritural y compositivo, de un ámbito de tensiones poéticas que ya había emergido casi confruición enBajo este cieny persiste, con ligeras variaciones, enCarecede causa,AAA1144,ÁnimayPareja inmortal. Por otra parte, las configuraciones del residuo y lo escatológico, que alcanzan cotas significativas enTrazas del lirondo, como dispositivo que desestabiliza hiperbólicamente las representaciones del sujeto poético, constituyen una nota sostenida en varios textos de este conjunto.

En efecto, esa desmesura consustancial a la obra poética de José Kozer, sobre todo en el contexto cultural de una modernidad poco propicia a estos discursos monumentales y excesivos, a entramados simbólicos oblicuos y laterales, ha generado tambiénuna praxis exegética que ha intentado modular un cuerpo de escriturasiempre elusivo, siempre en fuga. La escritura kozeriana, teratológica, incontinente y excesiva, sucia y deslumbrante, moderna y arcaizante, experimental y por momentos regresiva, por supuesto ha propiciado su propio repertorio categorial. Todo hecho literario excepcional implica un reajuste de los repertorios críticos tradicionales, de los dispositivos de intelección más apegados a las narrativas de recepción canónicas: modernismo, vanguardia, poesía social, realismo, posmodernidad, incluso, barroco y neobarroco, etc., conforman un archivo instrumentalizado siempre insuficiente, aunque necesario y funcional, para acotar al menos parcialmente un conjunto de proyecciones estéticas que han funcionado en la periferia más crítica de las ortodoxias y los consensos académicos.

La recepción crítica kozeriana (Heredia, Arcos, Sefamí,Pérez-Firmat, Fernández Fe, León, por solo citar algunos referentes más visibles) ha insistido una y otra vez en este rasgo distintivo de la poesía de José Kozer. Justamente, el ya citado Jorge Luis Arcos (2001), siempre atento a los fenómenos más complejos de la tradición poética nacional más reciente, ha sostenido que las singularidades ideo-estéticas de este discurso poético lo ubican en un territorio de enunciación al margen de los discursos asociados a la modernidad. En este sentido, la ensayista Lydia M. Gil (2002) ha afirmado lo siguiente sobre la imposibilidad de cifrar en dos o tres tópicos un hecho literario de esta índole:

 

La poesía de José Kozer es inevitablemente una poesía errante, sin centro, sin fronteras, sin lengua oficial, sin súbditos ni ciudades. Engañados por espejismos de oasis significativos, erramos al confundir el oficio de crítico con el de cartógrafo. Y al errar, vamos dejando falsos rótulos para las caravanas subsecuentes. Pero ¿quién nos culpa? Después de todo […] estamos a merced de la literatura (p. 270).

 

Los comportamientos de esta poesía «errante», de fronteras permeables, y «sin lengua oficial», produce pactos incómodos y laterales; una vez que intentamos leerla a partir de determinados códigos instaurados, genera una terca resistencia cuando pretendemos inscribirla en ciertos campos culturales o determinadas castas. En este último aspecto, la lista de desencuentros, tensiones y disidencias kozerianas se haría casi interminable. Más allá de sus evidentes complejidades y fruiciones como experiencia estética o estilística, la trama neobarroca (al igual, por ejemplo, que intertextualidad, carnavalización, interdiscursividad o cualquier otra categoría) nos brinda un dispositivo conceptual cuyas funcionalidades, si bien limitadas, nos sirven para iluminar determinadas zonas del discurso poético kozeriano y su relación disruptiva con los grandes relatos de la cultura.

El primero de los capítulos que conforman este volumen («Barroco/neobarroco: inscripciones disruptivas en el cuerpo de lo moderno») estará dedicado a un análisis de la reemergencia del código barroco como discurso crítico del proyecto de la modernidad. Desde que, en 1915, Heinrich Wölfflin (1952) revalorizara el barroco como categoría estética más allá de su legitimidad solo como estilo histórico, esta área de estudios ha experimentado una constante actualización de sus posturas teóricas, con un saturado corpus de acercamientos exegéticos que van desde el culturalismo esencialista de Eugenio D’Ors ([1930] 1993); las rescrituras no historicistas dentro del paradigma posestructuralista (Michel Foucault, 1968); la conceptualización del barroco/neobarroco como uno de los regímenes que definen la producción simbólica y teórica finisecular, sobre todo a partir de la compleja trama de desplazamientos epistemológicos propiciada por los debates en torno a la posmodernidad –en una medida parcial, Severo Sarduy ([1974] 1999a y [1972] 1999b), Giles Deleuze (1989), Omar Calabresse (1989)–; la persistencia –tal vez, resistencia– de posturas historicistas que legitiman solo su inscripción histórica entre los siglos xvi y xvii –Antonio Maravall ([1975] 1981), Arnold Hauser (1964)–; y, en el ámbito de la crítica cultural latinoamericana, sus actualizaciones poscoloniales como discurso irrisorio, disruptivo y contracultural respecto a las codificaciones hegemónicas de la modernidad –Irlemar Chiampi (1994, 2000), Mabel Moraña (1998, 2010), Mónica Kaup (2006) –. La propia productividad hermenéutica del código neobarroco ha generado un amplio espectro categorial y conceptual para entender sus relaciones siempre desestabilizadoras con los repertorios simbólicos instaurados. El eón barroco (D’Ors, 1993), la tensión y el «plutonismo» (Lezama, [1957] 1988a), el pliegue (Deleuze, 1989), el rizoma (Deleuze y Guattari, 1980), y la retombée (Sarduy, 1999a), a pesar de sus diferencias conceptuales, constituyen ejemplos elocuentes del propio potencial de la episteme barroca como registro liminal, como estética de la entropía y el reordenamiento umbrático de los discursos totalizadores de la cultura. La siguiente reflexión del estudioso Irlemar Chiampi (2000) alude solo a las inscripciones contemporáneas del barroco/neobarroco en Latinoamérica, sin embargo, ha permitido modelar teórica y epistemológicamente el desarrollo de esta investigación:

 

La función del barroco, con su excentricidad histórica y geográfica, amén de estética, frente al canon del historicismo […] construido por los centros hegemónicos del mundo occidental, permite replantear los términos en que América Latina ingresó en la órbita de la modernidad euroamericana. El barroco, encrucijada de signos y temporalidades, la razón estética del duelo y la melancolía, de la convulsión erótica y el patetismo alegórico, reaparece para atestiguar la crisis/fin de la modernidad y la condición misma de un continente que no pudo incorporar el proyecto del Iluminismo (p. 17).9

9Mónica Kaup (2006), por ejemplo, sostiene la tesis de que el neobarroco constituye la «modernidad alternativa» de América. Su criterio, dentro del ámbito de los estudios sobre la modernidad global, parte de la idea de que los procesos modernizadores en Latinoamérica no pueden analizarse a partir de una episteme posmoderna eurocéntrica, articulada por una dinámica centro-periferia que responde a la lógica del capitalismo tardío: «For Latin America, the twentieth-century disillusionment with Enlightenment rationality opens the door for the rediscovery of what existed there in the place of the Enlightenment: the baroque. For unlike the discourses of modernity and its sequent developments (postmodernism, poststructuralism), the baroque is historically rooted in Latin America» (p. 130). Su ensayo recupera, entre otros autores y teóricos contemporáneos, la figura y el pensamiento poético de Lezama Lima como uno de los posibles ejes articuladores de estas lecturas antihegemónicas, refractarias y disruptivas de las teleologías de la historia y de un concepto occidental de los procesos configuradores del texto constitutivo de la nación.

 

Es justamente este comportamiento desestabilizador el que nutre la capitalización simbólica y discursiva del barroco latinoamericano como estrategia de alterización frente a los procesos modernizadores, sobre todo a partir de la irrupción en este campo cultural de los textos fundacionales de Lezama Lima, «La curiosidad barroca» (1957), y Alejo Carpentier, «Lo barroco y lo real maravilloso» (1975). Como consecuencia lógica de lo anterior, el capítulo inicial abarcará también un acápite con un breve bosquejo, un análisis crítico-teórico sobre cómo el pensamiento cultural latinoamericanista en torno al fenómeno barroco ha configurado un imaginario simbólico y una escritura de la alteridad, tanto en lo pertinente a la producción cultural derivada de los procesos de transculturación acaecidos en este espacio geopolítico durante el periodo colonial, como en lo que atañe a la construcción de relatos identitarios ubicados en el vórtice de los procesos de descolonización y cuestionamiento a los principios de autoridad. Se partirá de la premisa de que, a pesar de su componente contradiscursivo, la episteme barroca también genera zonas, ámbitos liminales e inestables, donde se gestionan repertorios ritualizados a partir de heterogéneos procesos de construcción identitaria.

En este punto es necesaria una precisión teórico-metodológica. En la elaboración de este capítulo me he centrado en aquellos alumbramientos contemporáneos del barroco que asumen un posicionamiento epistémico más cuestionador de los relatos canónicos o discursos historicistas, aquellos que reivindican una reflexión liminal sobre la trama del barroco en el cuerpo de nuestra cultura. Más que historiar la saturada recepción teórica de este texto cultural (pretensión que excede los objetivos de este volumen), me he detenido en aquellas zonas de desplazamiento en las que se verifica justamente su potencial contradiscursivo, tanto en el corpus teórico de sus relecturas europeas como latinoamericanas.

El segundo capítulo, «Neobarroco kozeriano. El engranaje sin destino de la noria», examina las realizaciones del neobarroco en el discurso poético de José Kozer. En el primer acápite, se aprovechará el diálogo crítico con lo que considero importantes zonas de desencuentro conceptuales en la recepción kozeriana; por ejemplo: sus complejidades a la hora de delimitar un estatuto canónico, sus tematizaciones del repertorio cubano, las articulaciones críticas y periféricas de determinados rasgos estéticos de su escritura. Con este análisis general se pretende contextualizar una serie de nociones que permiten entrever el funcionamiento de sus dispositivos poéticos: sus principales estrategias de representación, los rasgos que articulan una escritura liminal y sobrecodificada, en extremo descategorizadora, plural y vorazmente panteísta. El segundo acápite atenderá propiamente aquellos ámbitos de problematización exegética de su poesía como textualidad neobarroca, en particular las tensiones y zonas de convergencias de su poética con el proyecto canónico de la poesía neobarroca latinoamericana.En este punto del debate, la propia condición desestabilizadora, liminal y descentrada del discurso kozeriano propicia una línea de reflexión crítica significativa para la investigación: las actualizaciones del neobarroco kozeriano tienden a articularse mediante los desplazamientos o recombinaciones de una textualidad de carácter posmetafísico: una trama lúdica de procesos de desautorización de lo simbólico y de las representaciones instituidas a partir de la cancelación de un paradigma de representación teleológico/trascendental.

Desde las propias operatorias de disrupción simbólica del neobarroco en Kozer, tal vez una de las zonas más preteridas por los estudios críticos se relaciona con las recurrentes articulaciones de un imaginario poético de lo escatológico/residual:10motivos vinculados con los residuos «impuros» del cuerpo (heces, orina, sangre, sudor) que configuran una especie de fisiología marginal en las representaciones del sujeto poético; ademásde estrategias simbólicas que codifican una estética siempre lateral de lo sucio, lo degradado y lo abyecto. La ensayista argentina Denise León (2013) ha acotado lo siguiente sobre ese tejido siempre poluto y excedente que es la escritura kozeriana: «Ese poeta judeo-cubano que cosey cuese sus poemas presenta siempre su poesía como una segregación de su propio cuerpo. […] en ese retablo que su memoria va destilando y reconstruyendo conlas sobrasdel banquete de los días, la poesía se presenta como un material mestizo, rebajado, impuro» (p. 88).

10Hasta donde se ha podido pesquisar, el tema de lo escatológico y los residuos del cuerpo ha sido solo tratado por Denise León (2013) dentro de sus ensayos «El texto que nunca se termina. Algunas notas sobreÁnima» (pp. 37-51) y «Sermo Intimus.Sobre materia e intimidad en la poesía de José Kozer» (pp. 76-86); Gerardo Fernández Fe (2011) y, muy tangencialmente, en un momento del texto ya citado de Sefamí (2002, p. 22).

El último capítulo del volumen, «Mis manos en lo excrementicio… Neobarroco de lo residual en el discurso poético de José Kozer», se concentra justamente en analizar este neobarroco de lo residual en la poética kozeriana. Un abordaje inédito de este componente implica la articulación de un territorio teórico, destinado sobre todo a una exégesis de las inscripciones del residuo y la escatología en Kozer, que trascienda las lógicas culturales de ordenamiento dicotómico y excluyente de regímenes de significado: lo alto y lo bajo, lo puro y lo impuro… entre otras distinciones, que pautan una frontera ontológica entre las distribuciones de los regímenes de significados, las representaciones y los imaginarios. Las inscripciones neobarrocas de lo residual en la poética kozeriana, esa noción de la «poesía como una segregación de su propio cuerpo», la reconstrucción desdiferenciadora de una escritura sobrepoblada con «las sobras del banquete de los días», reclama, por supuesto, una trama transdisciplinaria de saberes sociales diversificados. En relación con lo anterior, ha sido significativa la tesis temprana de la antropóloga Mary Douglas (1966, p. 36) en torno a las resignificaciones de lo sucio (dirt) y lo impuro (impurity) (lo residual, lo escatológico), de una «materia fuera de lugar» (matter out of place) como agente desestabilizador de legibilidades social y culturalmente construidas, y con el potencial de reorganizarse desde lo simbólico a partir de su propia legitimidad contaminante y liminal, de sus reutilizaciones dentro de ese mismo sistema antropológico. Desde la sociología,los estudios de Michael Thompson (1979, p. 8) aportan un ámbito fértil para la reflexión. Su puesta en valor de la categoría basura (garbage), y sus procesos de reutilización y reciclaje, constituyen una productiva «región de flexibilidad» (region of flexibility). Este territorio teórico genera una legitimidad axiológica otra en el ordenamiento de las asignaciones de valor social, que no puede ser sometida a los mismos dispositivos de regulación que otras categorías previamente instituidas. En el ámbito de la crítica cultural, Walter Moser (2007) interroga, en la producción cultural contemporánea, los escenarios de desplazamiento (o la cancelación) de los límites tradicionalmente trazados por los sistemas simbólicos y axiológicos de la cultura para regular las dinámicas de inclusión/exclusión del objeto. En su ensayo, Moser habla de procesos de «aculturation of garbage», cuyas estrategias simbólicas están directamente relacionadas con los modos de producción industrial, y son sintomáticas de un cambio de paradigma estético/axiológico para la intelección de la producción cultural moderna:

 

The aesthetic exposed in these terms directly adopts the reverse position of traditional aesthetic principles and values we have been living with for a long time: the ontological superiority of the original over the copy, the valorization of originality, unicity and authenticity of the art work, the durability of the art work, etc. (s. p.).

 

Asimismo, serán importantes para el análisis a lo largo del capítulo los estudios de Richard Sennet (1994), Zygmunt Bauman (2005) y Rem Koolhaas (2012).

El segundo acápite del capítulo tres se concentra en el estudio de las realizaciones de lo residual en el discurso neobarroco kozeriano. En primer lugar, a partir de la reinscripción de determinados códigos del Barroco histórico (Quevedo y, más indirectamente, Góngora), se examinan zonas de escritura donde se producen, a partir de una escatología disruptiva, una serie de violentos procesos de desregulación simbólica de los repertorios instaurados de la cultura. Más tarde, se localizan tres dispositivos conceptuales extraídos de las propias declaraciones de Jozé Kozer (ecología,vertederoysubsuelo), que permiten un análisis discursivo de este espacio poético como ámbito donde se cancelan las lógicas dicotómicas tradicionalmente asociadas a lo residual y lo escatológico. Y, finalmente, se analizan los regímenesliminaresde lo residual como discurso crítico que tiende a desestabilizar las estrategias de representación metafóricas, que tematizan una extenuación de su función simbólica. El tercer acápite reflexiona en torno a cómo el paradigma neobarroco kozeriano y sus inscripciones de lo residual desarticulan el relato transculturado del barroco americano.

Barroco/neobarroco: inscripciones disruptivas en el cuerpo de lo moderno

Barroco/neobarroco: conceptualizaciones contradiscursivas en el corpus crítico-teórico contemporáneo

Una de las zonas neurálgicas del debate cultural contemporáneo se localiza en la emergencia, con cierta intensidad, de un discurso de raigambre barroca en el contexto de la producción simbólica y la reflexión teórica occidental durante el sigloxx. A pesar de que la actualización de las inscripciones de esta suerte de neobarroco cobra una extraña fuerza en el espacio de la puesta en crisis de los discursos hegemónicos de la modernidad, la génesis histórica, los antecedentes fundacionales de tales reflexiones habría que buscarlos en el pensamiento estético y cultural de la primera mitad de esa centuria.

No es mi objetivo historiar los avatares de este producto cultural en una tradición crítico-teórica y de pensamiento tan desbordada, laberíntica y rizomática como el propio entramado barroco que la genera, tampoco insistir bizantinamente en la legitimidad epistemológica de un término (neobarroco), polémica ya superada a estas alturas. Mi propósito es solo trazar una suerte de «cartografía» de las adecuaciones del concepto en un ámbito teórico que responde a los violentos reajustes experimentados por la modernidad, es decir, la instrumentalización de lo barroco y neobarroco1a partir de su potencial contradiscursivo, su poder de articulación de un discurso diferenciador, tendiente a la configuración de una serie de estrategias desautomatizadoras relacionadas con los repertorios tipificados de lo moderno.

1El términoBarroco