Los caminos de la sabiduria - Confucio - E-Book

Los caminos de la sabiduria E-Book

Confucio

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La regla fundamental del confucionismo es: No desees para otros lo que no desees para ti. Confucio recomienda huir del exceso de locuacidad, y predica el hábito de la benevolencia, la tolerancia y la humildad, la práctica de la compasión, la discreción y el respeto mutuo, y la puesta en marcha de la armonía social, el culto a los antepasados y el cumplimiento del deber. La filosofía política de Confucio señala que el gobernante debe tener autodisciplina, ser virtuoso, justo y sabio, para gobernar a sus súbditos según su ejemplo, y siempre tratarlos con amor.   Esta edición compila proverbios de Ta Hio (La gran ciencia), Chung Yun (La doctrina del medio), Lun Yu (Los comentarios filosóficos, Las analectas) y Meng-Tse (El libro de Mencio).

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Los caminos de la sabiduría

Confucio

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¿Quién fue Confucio?

Confucio

Los caminos de la sabiduría / Confucio ; compilado por Carlos Santos Sáez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Del Nuevo Extremo, 2016.

Libro digital, Amazon Kindle

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-987-609-654-6

1. Filosofía China. I. Sáez, Carlos Santos, comp. II. Título.

CDD 181.112

© 2016, Editorial Del Nuevo Extremo S.A.

A. J. Carranza 1852 (C1414 COV) Buenos Aires Argentina

Tel / Fax (54 11) 4773-3228

e-mail: [email protected]

www.delnuevoextremo.com

Imagen editorial: Marta Cánovas

Diseño de tapa: @WOLFCODE

Diseño interior: Marcela Rossi

Primera edición en formato digital: mayo de 2016

Digitalización: Proyecto451

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

Inscripción ley 11.723 en trámite

ISBN edición digital (ePub): 978-987-609-654-6

¿Quién fue Confucio?

Confucio (K’ung-fu-tzu, Maestro Kong) fue un filósofo chino nacido en Lu, actual Shantung, China, h. 551 a. C., en una familia noble venida a menos.

Trabajó como maestro y se desempeñó como funcionario durante la dinastía Chu. No pudo seducir con sus ideas a los príncipes, solo logró ejercer influencia directa sobre algunos discípulos.

Su fama es producto de la divulgación posterior de su pensamiento, conocido como confucionismo, una réplica a la permanente lucha entre señores feudales de la época histórica que le tocó vivir.

El confucionismo es considerado una filosofía y no una religión, porque hay en él escasas referencias a la divinidad. Confucio nunca quiso teorizar sobre el más allá. Su núcleo de pensamiento estaba conformado por las conductas privadas y las normas del buen gobierno.

Su doctrina está sustentada en la benevolencia, la tolerancia, el respeto mutuo, la armonía social y el cumplimiento del deber. Al sistematizar esos paradigmas, ya presentes en la cultura china, logró difundir su modelo social con facilidad, y contribuyó en la formación de un concepto político. Confucio lo presentó como un pensamiento conservador, instalando en el pasado la edad de oro, en la que habían imperado los buenos principios a los que los chinos debían regresar. Reforzó la importancia de la familia, y el rechazo a la tiranía. Los súbditos debían obediencia al soberano, ya que el Estado existía para buscar el bien de los gobernados; pero, por la misma razón, los gobernantes debían gobernar según rectos principios éticos, aplicando el ejemplo moral y no la fuerza.

Soñaba con la vuelta a un ayer utópico en el que un príncipe sabio y bueno (el hijo del Cielo) gobernara y fuera obedecido como un padre por sus hijos, en un ambiente tranquilo y organizado. Conjeturaba un orden cósmico perfecto, imitado en los asuntos humanos, logrando la armonía de la tierra con el Cielo, fuerza inteligente que gobierna el mundo.

El pensamiento de Confucio era conservador, pero, al mismo tiempo, se presentaba como transformador. Exigía un gobierno justo, pregonaba que la nobleza no procedía del nacimiento sino de la sabiduría; y dejaba abierta la puerta a la rebeldía contra los gobernantes inmorales. Por eso sus ideas no fueron toleradas por los dirigentes de la época, a pesar de ser populares entre la gente.

A pesar de ser perseguido durante la época de la dinastía Ts’in (221-206 a. C.), el confucianismo se convirtió en la filosofía oficial del Estado bajo la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.). Desde entonces, el sistema de selección del personal al servicio del Estado mediante oposiciones convirtió el estudio del pensamiento de Confucio y de sus seguidores en uno de los pilares de la formación de un hombre sabio, que abría las puertas de la burocracia y de la promoción social.

Esta doctrina moderada y fuertemente anclada en la mentalidad tradicional ha marcado la ética dominante en China al menos hasta comienzos del siglo XX y su influencia sigue siendo perceptible hasta nuestros días, a pesar del esfuerzo de las autoridades comunistas por erradicarla; su influencia se propagó también a Japón, Corea y Vietnam como parte del influjo cultural que en términos generales han recibido esos países de la vecina China.

El confucionismo

La posición adoptada por la mayoría de teólogos y estudiosos de las escuelas de pensamiento es considerar al Confucionismo como una filosofía y no como una religión.

Se apoya en tres pies:

1. La armonía del cosmos, que regula tanto la vida animal y vegetal como el ser humano y las estaciones.

2. La práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales.

3. El culto a los antepasados.

Las enseñanzas de Confucio y las conversaciones con sus discípulos están recogidas en las Analectas. Confucio cree que las personas viven su vida según parámetros establecidos por el cosmos, pero que los hombres son responsables de sus acciones, especialmente en lo concerniente a su relación con los demás. De esta forma, no tenemos capacidad para alterar nuestro ciclo existencial, pero si determinamos nuestros logros y aquello por lo que somos recordados.

Confucio representaba sus enseñanzas como lecciones transmitidas desde la antigüedad, diciendo que era un transmisor y no un creador, y que todos sus actos tenían como objetivo el amor hacia los ancestros. Pero no se deben entender las Analectas como una compilación de ideas ancestrales, porque muchas de las enseñanzas de Confucio son originales suyas.

La doctrina social de Confucio gira sobre el concepto de compasión o amor por el otro, que incluye la humildad hacia uno mismo.

Recomienda huir del exceso de locuacidad y cortesía, que puedan crear una falsa impresión de uno mismo, y cultivar la simpleza y la discreción.

La regla fundamental del confucionismo es: “No desees para otros lo que no desees para ti”.

Confucio, como muchos de sus seguidores, predica que es a través de la experiencia de los deseos y anhelos que aprendemos el valor de las normas sociales que conforman la base para una sociedad justa.

La filosofía política de Confucio señala que el gobernante debe tener auto-disciplina, para gobernar a sus súbditos según su ejemplo, y tratarlos con amor.

En los tiempos de Confucio, los legalistas tenían muchos seguidores entre las clase gobernante, por eso el filósofo advertía sobre las consecuencias de una excesiva promulgación de leyes.

Confucio percibía que las instituciones políticas se encontraban al borde derrumbe, porque ostentaban el poder en primera persona.

Para Confucio, la característica principal de todo buen gobernante es la virtud, concebida como un tipo de autoridad moral que permite la captación de adeptos sin el uso de la fuerza.