Los trabajos del infatigable creador Pio Cid - Angel Ganivet - E-Book

Los trabajos del infatigable creador Pio Cid E-Book

Angel Ganivet

0,0
2,99 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Es novela sociologica, en la que propone la reforma social de España, a la que compara graciosamente con Purilla, la criadita temerosa que se acerca a el para aprender a leer y escribir. Es, en suma, una gigantesca novela de ensayo, en la que realiza una exposicion de todas sus ideas. Pero el verdadero tema es el conflicto consigo mismo.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB

Veröffentlichungsjahr: 2017

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Los trabajos del infatigable

creador Pío Cid

Ángel Ganivet

TRABAJO PRIMERO

TRABAJO SEGUNDO

TRABAJO TERCERO

TRABAJO CUARTO

TRABAJO QUINTO

TRABAJO SEXTO

TRABAJO PRIMERO

PÍO ClDINTENTA DESASNAR A UNOS ESTUDIANTES

En una modesta casa de huéspedes de la calle de Jacometrezo vivía Pío Cid cuando le conoció mi amigo Cándido Vargas, de quien he recogido las escasas noticias que tengo sobre los primeros años de vida madrileña del original protagonista de esta instructiva historia. Yo le conocí algunos años después, y me interesó tan profundamente la rareza, con visos de genialidad, de sus dichos y hechos, que formé el firme propósito de estudiarle de cerca para satisfacer mi curiosidad de novelista incipiente y utilizarle en una obra de psicología novelesca al uso, que me quitaba entonces el sueño y el apetito.

Por fortuna mía, la amistad que, andando el tiempo, llego a unirme con Pío Cid fue tan íntima, tan desinteresada y tan fraternal, que, aun supuesto que yo no me hubiera arrepentido de mi deseo de ser escritor a la moderna, nunca hubiera tenido la avi-lantez de emplear en esta historia de mi desgraciado amigo los procedimientos literarios que las escuelas en boga preconizan. No merece, en verdad, mi amado héroe que se le observe, analice y maltrate como a un conejo o rata de Indias, en los que el frío y descorazonado vivisector ensaya sus venenos; merece, al contrario, que se le ame y se le saque a la luz pública para universal enseñanza, como ejemplo de un hombre que vivió muy humanamente y que con humanidad debe de ser juzgado. Esta historia será, pues, una biografía escrita con amor; un retrato moral exacto en lo que afirma y piadoso en lo que encubre, que será todo lo que el original tuvo de censurable. Y aun sospecho que muy poco he de encubrir, porque los numerosos disparates que mi amigo cometió lo fueron solo en apariencia, y dejan de serlo cuando se los mira en el conjunto de su extraña vida, con los ojos con que él, al realizarlos, los miraba; tuvo momentáneos desfallecimientos y dio grandes caídas, como hombre que era, y tampoco esto se ha de ocultar, porque realza la humanidad de su carácter y de sus obras; en suma, solo he de guardar reserva sobre aquellas acciones que, por arrancar de los bajos instintos materiales, descom-ponen y afean la noble figura humana.

Aquella malsana curiosidad mía fue, sin embargo, provechosa, porque me movió a conocer a Pío Cid y a averiguar muchos misterios de su vida que, sin mi diligencia, hubieran quedado ocultos, y, por ultimo, a convencerme de que aquel hombre que yo había tornado por extravagante o estrambótico era el pro-totipo de la sencillez admirable y de la noble naturalidad. Que la virtud del esfuerzo de la inteligencia se reconoce, entre otras muchas señales, en la purificación de nuestro espíritu, el cual comienza a veces a ejercitarse con intención dañada o malévola, y conforme avanza en su tortuoso camino va distinguien-do claramente lo innoble de su proceder hasta concluir por el arrepentimiento; de suerte que el trabajo que dimos en la sombra sale a la luz de pronto, transformado y como transfigurado por nuestra tardía bondad, más fecunda, de cierto, que la bondad temprana de aquellos que nunca sufrieron la atracción del mal y nunca sintieron tampoco el inefable contento de descubrir el bien como tesoro escondido y de regocijarse con él como con hallazgo inesperado. Así, esta historia, concebida con ánimo de arrojar a la voracidad publica los más íntimos secretos de un amigo confiado, se transfigure al calor de la amistad y de la confianza en algo semejante a un legado piadoso, historia escrita para cumplir un deber de conciencia: el de dar a conocer a quien poseyó la suma grandeza humana y vivió oculto en una envoltura humildísima, y murió sin molestarse en que le conocieran sus contemporáneos.

Porque una de las rarezas de Pío Cid, que más que rareza parecía cumplimiento obstinado de algún voto solemne, consistía en rehuir la conversación siempre que se le preguntaba algo de su vida. No daba explicaciones ni dejaba entrever recuerdos dolorosos, ni excitaba la curiosidad con estudiadas reservas; su silencio era despreciativo, acompañado de encogimiento de hombros, y se podía interpretar de varias maneras: "-Me incomoda hablar de mí mismo." "-A mi no me ha ocurrido nunca nada de particular." "-No nos demos tanta importancia, habiendo, como hay, cosas más interesantes en que fijar la atención." O bien, en sus momentos de aparente misantropía: "-Déjeme usted en paz." Todo esto y mucho más lo decía sin decirlo, con los ojos, con los que solía hablar mas que con la boca, salvo en las raras ocasiones en que su locuacidad retenida se desataba y se desbordaba en un hablar rápido y penetrante, en el que las ideas originales salían a borbotones y se despenaban como manantial que brota entre las rocas de un alto tajo. Pero ni en sus arranques más fieros de verbosidad rompía su natural reserva tocante a su persona; sus ideas eran, co-mo él decía, ideas puras, humanas, no personales; según él, la idea personal es inútil y ocasionada a trastornos en quien la tiene, y más aún en quien la conoce, la acepta y la practica. Hay que dejar dormir esa idea primitiva para que ahonde en el espíritu del que la concibió, para que lo que era esencia de una impresión fugaz se convierta en sustancia de nuestra propia vida, en idea humana fecunda en todos los hombres que la reciben. La causa de los males de la humanidad es la precipitación: el deseo de ir de prisa rigiéndose por ideas en flor. Así las flores se ajan y los frutos nunca llegan.

Comprenderá el amable lector lo difícil que ha de ser a un historiador o novelista habérselas con un héroe de tan repelosa catadura. Un hombre que no suelta prenda jamás, un arca cerrada como el protagonista de esta historia, es un tipo que parece inventado para poner a prueba a algún consumado maestro en el arte de evocar en letras de molde a los seres humanos. Mi obra no es una evocación sino una modesta relación de un testigo de presencia; pero un hombre que, si no oculto su vida, no dio a nadie noticias de ella, dejando a los curiosos el cuidado de escudriñarla, no es posible que sea enteramente conocido y justificado. Mucho me temo que, a pesar de mi buena voluntad, el malaventurado Pío Cid tenga que sufrir la pena póstuma de no ser comprendido o de que le tomen por engendro fantástico y absurdo, fundándose en lo incongruente de mi relato, que no abraza toda su vida, sino varios retazos de ella, zurcidos por mí con honradez y sinceridad, pero sin arte.

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!