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Libro de ensayo de Ángel Ganivet escrito poco antes de su suicidio en el que reflexiona sobre el futuro de España en relación con el resto de Europa, a la pujanza de las costumbres del resto de Europa y los ideales que empezaban a vislumbrarse en el horizonte del inminente siglo XX.
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Seitenzahl: 78
Veröffentlichungsjahr: 2021
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Ángel Ganivet
Saga
Hombres del norte y el porvenir de España
Copyright © 1898, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726551389
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Jonas Lie
(1)
De las tres personalidades literarias que representan en Noruega el movimiento intelectual, que comienza a llamarse clásico desde que han aparecido en escena los �jóvenes noruegos�, la menos conocida en Europa es Jonas Lie. Henrik Ibsen goza de una celebridad casi universal y Bjornsterne Bjornson es conocido como autor dramático de tendencias modernistas y revolucionarias; la tercera persona del trío clásico, aunque también ha traspasado las fronteras de su país, figura en segundo término y es más citado por su nombre que por sus obras.
El juicio sobre la literatura de un país se ajusta necesariamente a dos perspectivas: hay una perspectiva interior, según la cual cada hombre ocupa el puesto que merece por la importancia nacional de su obra; y hay otra perspectiva exterior, que mide a las personalidades por el valor universal de sus ideas. Lie es un autor nacional que en Noruega ha ejercido y ejerce mayor influencia quizá que Ibsen y Bjornson; pero que por su falta de tendencias doctrinales, por su desdén hacia las ruidosas innovaciones artísticas, carece de relieve para atraer la atención del público europeo, más pagado del brillo de la novedad que del positivo mérito. Lie es el Pereda noruego, y sus obras, a causa del mismo vigor con que están adheridas al suelo del país por el que han sido inspiradas y para el que han sido escritas, se despegan de él difícilmente y no pueden remontar muy alto vuelo. Hay, sin embargo, una diferencia entre Pereda y Lie: éste, ya que no disfrute de gran nombre literario en Europa, es leído, comprendido y admirado en todos los países escandinavos; en tanto que Pereda es considerado poco más que como un novelista regional en nuestra nación, y tiene que acompañar a veces sus libros de un vocabulario montañés para que le comprendan sus lectores de otras regiones; que a tal punto llegan nuestra ignorancia y nuestra desidia, que hasta las cosas de nuestro propio país nos suenan a extranjeras en cuanto se apartan unos cuantos kilómetros del lugar de nuestro domicilio.
Lie no es un innovador ni un doctrinario: es un observador de las costumbres de su país y un escritor natural sin naturalismo. Sus obras son �sanas� tanto como buenas. Una amiga mía que conoce y trata a Lie dice que éste no ha tenido nunca otro secretario que su propia mujer, por la pluma de la cual han pasado una a una todas las líneas que el maestro novelista ha escrito para el público; y como un hombre, por muy despreocupado que sea, suele guardar cierta compostura cuando se expresa delante de su familia, los libros de Lie tienen siempre un carácter comedido y ejemplar que le ponen al alcance de todo el mundo. Dato éste muy importante en la literatura noruega, en la que abundan los escritores desenfadados y aun obscenos, cuya fama comienza a formarse con libros que la policía tiene que recoger para que la moral pública no padezca. Lie se mantiene alejado de la lucha reformadora, en la que Ibsen y Bjornson han conseguido tantos lauros; vive casi siempre fuera de su país para verlo mejor y escribe todos los años una novela que aparece indefectiblemente por Navidad, como julklapp o aguinaldo que el autor hace a sus lectores; éstos compran el libro y lo leen con delectación, y a veces lo compran para regalarlo, porque aquí en el Norte se regalan libros por Pascua y hay una abundancia sorprendente de julliteratur o literatura pascual para gloria y provecho de los que escriben. Yo no sé si esto es mejor que concentrar todos los afectos en el pavo y en el turrón; pero es así.
La personalidad literaria de Lie tiene varias fases, bien que la principal sea la de novelista, y en la de novelista, la de autor de cuadros de costumbres. Como autor dramático, ha escrito algunas obras, como Grabows Kat y Lystige Koner, que no bastan para asignarle un papel importante en la literatura dramática noruega, tan abundante en obras magistrales. Y como novelista, su especialidad más saliente son las narraciones novelescas. Porque en el Norte es tan considerable el número de los escritores, que el género novelesco se subdivide en especialidades: hay cultivadores del sojoeroman o novela marítima, como si dijéramos marinistas literarios; hay quien, como Kielland, consigue crearse una gran reputación escribiendo sólo novelas satíricas sobre la gente de negocios (Garman, Worse, SkepparWorse); otra variedad de las más importantes es la narración de aventuras fantásticas o cuentos de hadas, que en el Norte despiertan gran entusiasmo; la novela de carácter religioso, la de costumbres literarias y muchas más. Lie es de los contados autores que abarcan los diversos géneros, y en el catálogo, bastante crecido, de sus obras, no hay aspecto de la vida noruega que no se halle representado por una o varias producciones. Como narración más íntima, tiene su Gaa paa (� Ibala!), y como maravilloso cuentista fantástico, dos volúmenes de Trold, en los que la Noruega aparece al través de un encantamiento, poblada de gigantes y monos, geniecillos y brujas, no desprovistos de simbolismo. Este rasgo, así como la importancia extraordinaria que en estas narraciones se da a las descripciones de la Naturaleza, son los distintivos entre la fantasía del Norte y la de los cuentos árabes, con los que tiene el Trold cierta semejanza. Las creaciones fantásticas y alegóricas que tanto sirven para conservar en estos climas helados el espíritu poético territorial son mal comprendidas por nosotros los meridionales; porque en una atmósfera clara y brillante como la nuestra, las figuras no se mantienen mucho tiempo a media luz y bien pronto se contornean y aparecen a nuestros ojos con carácter más real y más humano. Para formar una idea aproximada del Trold tenemos un ejemplo en los gnomos con que la fantasía genial de Zorrilla pobló nuestra Alhambra, único paraje quizá en toda España que se presta a servir de asilo a estas pequeñas tribus poéticas; y a pesar del tiempo transcurrido, aun no se sabe si los gnomos se aclimatarán, si lo que fue capricho de un poeta se convertirá en fecunda amalgama de lo oriental y lo septentrional en nuestro suelo.
Pero el carácter más saliente de la figura literaria de Jonas Lie hay que buscarlo en las novelas y cuadros de costumbres. Más formalistas que nosotros en este punto, los literatos del Norte diferencian la novela de la narración y aplican el nombre de fortoelling o berraettelse a narraciones que nosotros llamamos novelas, aunque no se ajusten a las reglas de la preceptiva. La mayor parte de las novelas de Lie son series de cuadros con unidad novelesca, en las que se describe la vida noruega observada desde diversos puntos de vista. Thomas Ross, Adam Schrader, Rutland, Maissa Jons, Lodsen oglians hustru (Lodsen y su mujer), Onde magter (Fuerzas maléficas), Livsslaven (Esclavo dela vida), no son más que cuadros de la vida en los que va desfilando toda la sociedad noruega, desde las clases llamadas directoras, hasta el proletariado.
Los tipos preferentemente estudiados por Lie, y los que interpreta con mayor acierto, son los de mujer; y las obras consagradas a la mujer, como Famiyen paa Gilje (La familia enGi1je), Kommandoerens doctre (Las hijas del comendador) y Niobe (estas dos últimas tituladas ya novelas), son las más celebradas del fecundísimo autor noruego. Algunos de sus libros son, más que novelas, visiones o contemplaciones en que lo esencial no son ni la acción ni los tipos, sino el sentimiento de la Naturaleza. Sus diversos foertaellinger y skildringer de Noruega, y en particular su libro más popular, Den Fremsyute (El clarividente), son comparables a las Escenas montañesas y Tipos ypaisajes de nuestro Pereda.
Lo menos importante en las obras de Lie es el asunto novelesco, porque su fuerza reside en la reproducción viva, fiel, sin realismo sistemático, de lo natural, siendo ésta la causa, como indico de que sus novelas sean casi intraducibles y con dificultad apreciadas por quien no conozca la vida noruega. Sin embargo, en sus últimas novelas el asunto va adquiriendo gradualmente importancia y aun tendencia resueltamente contraria a las tendencias corrientes en esta literatura. En su reciente narración Naar sol gaar ned (Cuando el Sol sepone) estudia uno de los problemas más debatidos en la actualidad, el del adulterio, con vistas a la emancipación femenina. Cerca de Cristianía vive la familia del doctor Grunth, médico militar: el doctor; su mujer, llamada Estefanía; sus hijos y el padre del doctor, capitán de Marina retirado. Éste nota el primero la extraña conducta de su nuera y pone al lector en autos de lo que ocurre; y el lector presencia el cuadro de una familia en la que poco a poco se va infiltrando, como germen de disolución, la traición conyugal.