Narcisismo. Una nueva mirada - Keith Campbell - E-Book

Narcisismo. Una nueva mirada E-Book

Keith Campbell

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Beschreibung

«Narcisismo» es una de las palabras que caracterizan nuestro tiempo. Mencionada contínuamente en los medios de comunicación, es el tema de millones de consultas online y el centro de debates políticos. Pero, ¿qué significa realmente este término? Uno de los más aclamados especialistas en la cuestión desgrana el concepto, por lo general mal utilizado, y profundiza en las investigaciones psicológicas y sociológicas más recientes sobre el fenómeno. En lugar de patologizar los comportamientos asociados, Keith Campbell no solo nos revela que el narcisismo se produce en un amplio espectro de contextos, sino que casi todo el mundo muestra tendencias narcisistas en su comportamiento. Basándose en casos reales, Narcisismo contiene herramientas y sugerencias para pulir comportamientos tóxicamente egoístas tanto hacia los demás como en uno mismo. Asimismo, Campbell examina las tendencias actuales que exacerban los comportamientos narcisistas, como la adicción a las redes sociales.

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W. Keith Campbell con Carolyn Crist

Narcisismo

Una nueva mirada

Comprender y afrontar uno de los retos psicológicos de nuestro tiempo

Traducción del inglés de Fernando Mora

Título original: THE NEW SCIENCE OF NARCISSISM

© 2022 by W. Keith Campbell, PhD and Carolyn Crist

Traducción publicada por acuerdo exclusivo con Sounds True, Inc.

© de la edición en castellano:

2023 by Editorial Kairós, S.A.

www.editorialkairos.com

© de la traducción del inglés al castellano: Fernando Mora

Revisión: Amelia Padilla

Composición: Pablo Barrio

Diseño cubierta: Katrien Van Steen

Primera edición en papel: Junio 2023

Primera edición en digital: Junio 2023

ISBN papel: 978-84-1121-140-6

ISBN epub: 978-84-1121-189-5

ISBN kindle: 978-84-1121-190-1

Todos los derechos reservados.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

Para aquellos que, por cualquier razón, tratan de entender el narcisismo, y para Murphy

Sumario

Prefacio. Por qué es necesario este libroI. Definir el narcisismo en la actualidad1. Definir el narcisismo2. La medición del narcisismo3. Rasgos básicos y la receta del narcisismo4. Objetivos y motivaciones narcisistas5. Trastorno narcisista de la personalidad6. Los primos del narcisismo: las Cuatro TríadasII. Observando el narcisismo en el mundo que nos rodea7. Relaciones y narcisismo8. Liderazgo y narcisismo9. Redes sociales y narcisismo10. La cultura 'geek' y la gran migración de la fantasíaIII. Cómo lidiar con el narcisismo en la actualidad y en el futuro11. Utilizar el narcisismo de manera estratégica12. Reducir el narcisismo ajeno13. Reducir nuestro propio narcisismo14. Psicoterapia para el narcisismo15. La ciencia del futuro en torno al narcisismoEpílogo. Afrontar el futuro con esperanzaGlosario de inicio rápidoNotasLecturas recomendadas

PrefacioPor qué es necesario este libro

No hace falta ir demasiado lejos para encontrarnos con el narcisismo. Aparece en los titulares de las noticias referentes a nuestros dirigentes políticos, en los comentarios sobre los influencers de las redes sociales y en los debates online sobre relaciones manipuladoras entre amigos, familiares, parejas, compañeros de trabajo y organizaciones. El término narcisista –definido, por lo general, como la persona que tiene un exagerado interés o admiración por sí misma– genera hasta un millón de búsquedas mensuales en Internet, donde decenas de miles de personas buscan información relacionada con «rasgos narcisistas», «comportamiento narcisista» y «síntomas de narcisismo». También son cientos las personas que desean obtener un conocimiento específico de si están «casados con un narcisista» y cómo «tratar con un narcisista». El narcisismo es un término familiar en nuestra época, y queremos saber qué significa en nuestra vida. La buena noticia es que, en el mundo de la investigación, entendemos ahora mucho más sobre el tema que hace veinte, diez e incluso cinco años.

Al mismo tiempo, cuando hablo con la gente sobre el narcisismo y cómo afecta a nuestra vida, percibo que existe una gran brecha entre la forma en que pienso sobre el narcisismo, como alguien que hace investigación científica sobre el tema, y la manera en que el término se utiliza a menudo. El narcisismo es más complejo y está más lleno de matices de lo que supone la gente, y la forma en que nos referimos a él en las conversaciones cotidianas y en las noticias resulta un tanto confusa. El término narcisismo significa varias cosas distintas, siendo un rasgo básico de la personalidad que la mayoría de nosotros exhibe en cierta medida, o bien un trastorno de la personalidad en toda regla que es grave, diagnosticable y debe ser tratado. Cuando tenemos definiciones mezcladas como estas, nadie en una conversación sobre el tema sabe exactamente lo que dice su interlocutor, lo cual genera confusión. Mi esperanza es que este libro nos proporcione el conocimiento suficiente para entender el narcisismo en sus múltiples modalidades. Aprenderemos cómo funciona en el mundo y de qué manera se aplica a nuestra vida. Mi objetivo es capacitar al lector para que entienda el narcisismo y se enfrente a él en el mundo actual, utilizando para ello la investigación científica más vanguardista que puedo compartir.

De hecho, nuestras conversaciones sobre el narcisismo se han vuelto más difuminadas y confusas porque la ciencia en torno al narcisismo también se ha vuelto más difuminada y confusa. También es posible hablar de una «nueva ciencia» porque durante la última década se ha disparado la investigación en torno al narcisismo, y los psicólogos de las universidades de Estados Unidos –y del resto del mundo– entienden mucho mejor que antes que es tanto un rasgo de personalidad como un trastorno. El lector merece conocer las últimas ideas en este campo. Para describir la ciencia más reciente sobre el narcisismo, también proporciono algunos antecedentes sobre la ciencia de la personalidad y los trastornos de la personalidad, de modo que, si el lector se pregunta por qué ha tropezado con una charla de «Introducción a la personalidad» al principio, le pido disculpas de antemano.

En este libro, hablaré del narcisismo de diversas maneras, pero, en su mayor parte, no me referiré a él como un trastorno, sino como un rasgo de personalidad, si bien los detalles sobre el trastorno narcisista de la personalidad aparecen en el capítulo 5. Tal vez sorprenda que el comienzo del libro esté tan centrado en la personalidad. Es algo totalmente intencionado; gran parte de lo que sabemos en la actualidad considera que el narcisismo es un rasgo de la personalidad que abarca un espectro, que no es del todo positivo o negativo. En última instancia, creo que debemos estudiar el narcisismo para entenderlo mejor en los demás y en nosotros mismos, así como las razones por las que resulta útil o perjudicial. La gente a veces teme el narcisismo y quiere eliminarlo. Comprendo ese sentimiento, especialmente por parte de las muchas personas que se han visto perjudicadas por él. Pero la realidad es que el narcisismo está aquí, y podemos aceptarlo y trabajar con él (o luchar contra él según sea necesario). Con este libro, el lector podrá aprender todos estos matices y estrategias para lidiar con el narcisismo.

Mi propio interés en el narcisismo muestra algunas de estas complejidades. No crecí queriendo dedicarme a investigar este tema. Quería estudiar el yo y el ego y filosofar sobre quiénes somos y qué es lo que nos motiva. Cuando asistí a la escuela de posgrado, me interesó el pensamiento budista y el «no-yo», o lo que existe más allá de nosotros mismos y del alma. Al crecer en la sociedad occidental, a menudo no se nos enseña a pensar de esta manera, y yo quería aprender más. Sin embargo, en un laboratorio de psicología es difícil estudiar y medir la idea del no-yo. En su lugar, se estudia el ego, y así lo hice. A medida que me adentraba en la investigación, mi interés por el ego iba más allá de la autoestima y la identidad y se desplazaba cada vez más hacia el narcisismo: ¿Qué significa el narcisismo? ¿Cómo lo utiliza la gente? ¿Cuáles son sus efectos sociales?

Llevo más de treinta años estudiando el narcisismo y, como imaginará el lector, la comprensión de esta cuestión ha cambiado drásticamente. Crecí en una época en la que los psicólogos sociales, que tradicionalmente estudiaban el ego y el yo, acostumbraban a ignorar la personalidad. Ahora parece una locura, pero eran los años 80. Los psicólogos sociales solíamos pensar que las personas buscaban la automejora y la autopromoción. Y hasta cierto punto, eso es cierto. Sin embargo, cuando empecé a estudiar el narcisismo, me di cuenta de que no siempre sucede de ese modo. Por lo general, las personas son bastante generosas y amables, sobre todo en el plano individual. Por otro lado, cuando nos encontramos con alguien con tendencias narcisistas, es una mezcla. Como rasgo, no es bueno ni malo, pero, como trastorno, puede ser horrible. Y quería saber más al respecto.

Mientras estudiaba el narcisismo, los acontecimientos actuales empezaron a cambiar nuestra comprensión de este como rasgo y el modo en que se manifiesta en las personas. En primer lugar, mientras realizaba mi investigación posdoctoral con el psicólogo Roy Baumeister, en la Universidad Case Western Reserve, se produjo el tiroteo de Columbine. Mi compañera de posgrado Jean Twenge y yo estudiábamos en ese momento el rechazo social, y nos pusimos a estudiar este caso. Y nos dimos cuenta de que, vaya, aquellos tiradores utilizaban un lenguaje narcisista. Querían que se hiciera una película sobre ellos, y más que eso, querían que Steven Spielberg la dirigiera. Ese acontecimiento nos llevó a relacionar el narcisismo con la agresión grupal.

Años después, las redes sociales se apoderaron de nuestras vidas. Recuerdo encontrarme en el laboratorio con mi estudiante Laura Buffardi mientras me enseñaba Facebook en el ordenador de sobremesa. Sabía que era el mayor cambio cultural que había visto jamás (Facebook ha eclipsado a Woodstock, por ejemplo), y que estaba profundamente ligado al narcisismo. Le dije a Laura que buscara la forma de estudiarlo, y ella elaboró un maravilloso estudio inicial sobre Facebook que publicamos en el año 2008, en el que se mostraba que el narcisismo no solo predecía mayores niveles de actividad social en esa página, sino que también estaba relacionado con la publicación de más contenidos de autopromoción.

Después de eso, la gente se interesó por el cambio cultural, que Jean y yo llevábamos años estudiando de diversas maneras –desde los cambios en los nombres de los bebés hasta el uso de pronombres–, especialmente en relación con el individualismo. En el año 2009 escribimos un libro titulado La epidemia del narcisismo, que recogía el auge temprano de los smartphones en la década del 2000, así como los factores financieros, educativos y sociales que influyen en el narcisismo cultural. En general, parecía que nuestra cultura (al menos en Estados Unidos) estaba cambiando hacia una mentalidad más narcisista y centrada en el individuo. El mensaje de YouTube era «Transmítete a ti mismo», y Netflix empezó a crear sugerencias personalizadas solo para nosotros. Parecía que las generaciones más jóvenes estaban cambiando hacia perspectivas y actitudes más narcisistas (aunque ahora, como explicaré más adelante, eso está empezando a cambiar).

Durante estos treinta años, sobre todo durante la última década, la ciencia sobre el narcisismo ha progresado a gran velocidad. Cuando comencé, teníamos una escala básica, denominada Inventario de personalidad narcisista, que medía los rasgos narcisistas. Funcionaba bastante bien para un determinado aspecto del narcisismo, pero obviaba por completo el lado vulnerable del fenómeno y no estaba particularmente bien hecha. A medida que crecía el interés por la investigación del narcisismo, mantuvimos varias disputas académicas, pero, con el tiempo, los psicólogos de la personalidad social como yo empezamos a reunirnos con psicólogos clínicos, psicólogos organizacionales, especialistas en medición y evaluación, y expertos en muchos otros campos, y comenzamos a trabajar en colaboración para entender los matices del narcisismo, tal como es percibido en terapia, así como en la vida cotidiana. Mi propia comprensión del narcisismo se basa ahora en gran medida en el trabajo que he realizado con mi colega Josh Miller y su laboratorio en la Universidad de Georgia. Hablaré de esos nuevos hallazgos a lo largo de este libro y de lo que significan en relación con el modo en que opera en muchas facetas de nuestra vida.

Como veremos, el libro se inicia con una conversación sobre la personalidad, los rasgos de personalidad y la receta que compone el narcisismo. Por supuesto, podemos leer los capítulos como deseemos, pero me parece importante conocer los aspectos fundamentales del narcisismo para estar en condiciones de percibir cómo funciona en los capítulos de la «vida real» que siguen acerca del liderazgo, los medios sociales y las relaciones. Una vez que conozcamos los ingredientes, podremos tratar de cambiar nuestras propias tendencias o ayudar a otras personas en nuestra vida. Conocer la receta del narcisismo también nos ayudará a mantenernos al día con las futuras investigaciones que se presenten en la esfera pública.

Además, en los últimos años, los psicólogos investigadores de la personalidad y de las áreas clínicas han llegado por fin a un acuerdo sobre los ingredientes básicos de la personalidad narcisista. Antes de eso, discutíamos sobre qué era, cómo mensurarla y qué hacer al respecto. Resulta que ambos grupos teníamos razón a nuestra manera, y ahora ese conocimiento se ha integrado dando lugar a una visión cohesiva del narcisismo. Esto nos prepara para un gran debate durante los próximos veinte años. He escrito este libro para invitar a todas las personas interesadas a formar parte de ese debate.

Pero no deseaba que ese debate terminase yéndose por las ramas y se dividiera en demasiadas derivaciones. Por eso, al final de la mayoría de los capítulos, encontraremos dos secciones extra tituladas «Entre bastidores» y «Una visión más profunda». Si es usted un intelectual como yo, apreciará los detalles más sutiles que hay detrás de los conceptos científicos, mientras que la sección «Una visión más profunda» le permitirá profundizar en la investigación. Del mismo modo, la sección «Entre bastidores» ofrece un vistazo más profundo a mis propias ideas sobre algunas de las investigaciones existentes, incluidos los estudios que he realizado con estudiantes y colegas, así como algunas de las discusiones y debates que tienen lugar en el mundo de la investigación psicológica actual.

Antes de que nos sumerjamos en la lectura, desearía subrayar un punto importante: el objetivo de este libro no es insistir en el horror del narcisismo, especialmente en su vertiente extrema, la forma patológica, su modalidad más negativa. El objetivo es entender el narcisismo en sí mismo, lo cual significa tomar perspectiva y verlo desde una distancia psicológica. Para ello, me sirvo de metáforas y de mucho humor. Esta distancia no pretende despreciar los sentimientos intensos o las experiencias personales, sino que se trata de proporcionar un poco de espacio psicológico para dar sentido a las cosas y seguir avanzando.

En última instancia, espero que el lector salga de este debate con más conocimiento y poder en torno al narcisismo en nuestra vida. En una reciente investigación, hablé con varios amigos sobre el narcisismo en la vida de sus clientes, en la política de varios países, en las salas de juntas, en los quirófanos y en las plataformas emergentes de las redes sociales. A medida que la conversación y la comprensión sigan creciendo en nuestra sociedad, podremos identificar mejor dónde funciona el narcisismo y dónde no, y qué podemos hacer al respecto. Percibo esperanza y positividad para la próxima generación, y es mi deseo que el lector también participe de esa percepción.

W. KEITH CAMPBELL

Athens, Georgia

Enero 2020

IDefinir el narcisismo en la actualidad

1.Definir el narcisismo

El narcisismo abarca desde acciones cotidianas hasta comportamientos más extremos. Quiero empezar expresamente con un ejemplo extremo que nos resulta familiar a todos: un tiroteo indiscriminado impulsado por el narcisismo. Es un caso extremo y desgarrador, pero proporciona un punto de partida general para abordar los elementos del narcisismo que impulsan ciertos comportamientos. Este ejemplo es similar al tiroteo de Columbine, ocurrido en el año 1999, que incorporé en mi investigación sobre el rechazo social, pero es una ilustración más reciente que se inserta en el contexto cultural actual de los medios de comunicación social. Aunque este caso es extremo y patológico, todos podemos sentirnos rechazados. Y algunos de estos sentimientos de tener derecho a determinadas cosas pueden resultar familiares en pequeñas dosis en uno mismo o en amigos.

Nuestro ejemplo se centra en Elliot Rodger, el hijo de veintidós años de un director de cine de Hollywood que, en mayo del año 2014, asesinó a seis estudiantes e hirió a otros catorce en la ciudad universitaria de Isla Vista, California. Cerca del campus de la Universidad de California, en Santa Bárbara, Rodger apuñaló a tres hombres –sus dos compañeros de piso y un amigo de estos– en su apartamento y, tres horas después, condujo hasta la casa de la hermandad Alpha Phi y, en el exterior, disparó a tres mujeres. A continuación, pasó por delante de una tienda de delicatessen y disparó a un estudiante, y luego cruzó a toda velocidad la pequeña ciudad, disparando e hiriendo a varios peatones y atropellando a otros tantos con su coche. Durante la persecución, Rodger intercambió disparos con la policía en dos ocasiones y recibió un disparo no mortal en la cadera. Al final, estrelló su coche contra un vehículo aparcado. La policía lo encontró muerto en el coche, él mismo se había disparado en la cabeza.

Las autoridades encontraron más tarde un vídeo que había subido a YouTube, titulado «Elliot Rodger’s Retribution», en el que se describía el ataque y sus motivos. En el vídeo, Rodger decía que quería castigar a las mujeres por haberle rechazado, así como a los hombres que conseguían ligar con mujeres. También envió por correo electrónico un manuscrito, titulado «My Twisted World: The Story of Elliot Rodger», a dos docenas de personas, entre ellas su terapeuta y algunos miembros de su familia. Lo que se conoce como su «manifiesto» detalla su infancia relativamente acomodada, los conflictos familiares, el odio a las mujeres, el desprecio a las parejas, la frustración por su virginidad y sus planes de venganza. En la sección final del documento, Rodger afirma: «Yo soy la verdadera víctima en todo esto. Yo soy el bueno».1

El caso de Rodger apareció en los principales medios de comunicación como un ejemplo extremo de narcisismo con un desenlace trágico, y se pidió a los psicólogos que comentaran sus fantasías grandilocuentes, sus motivaciones retorcidas y sus delirios continuos en YouTube, que podrían haber indicado un trastorno diagnosticable. Utilizaremos este ejemplo para explicar qué es el narcisismo, cómo motivó las acciones de Rodger y cómo se manifiesta en nuestra sociedad. En primer lugar, definamos el narcisismo, y luego desgranaremos el caso a lo largo del capítulo con el fin de entender mejor los detalles.

Abordar el debate sobre el narcisismo

Aunque el narcisismo se ha convertido en un término enormemente popular, a menudo no tenemos una idea clara de lo que significa. ¿Se trata de ser arrogante o vanidoso? ¿Se trata de ser un idiota? ¿Se trata de manipulación? ¿Se trata de inseguridad? ¿Es un rasgo normal, un trastorno psiquiátrico o bien algo intermedio? La verdad es que, si bien la respuesta a todas estas preguntas es «sí», también es un poco más sutil que todo eso. El narcisismo posee matices y se sitúa en un tipo de espectro. Por ejemplo, los siguientes tres individuos demuestran diferentes tipos de rasgos y comportamientos narcisistas:

Nuestra bloguera favorita habla de la gente de alto standing que conoce y de los lugares elegantes a los que va. No deja de mencionar diferentes nombres, y tenemos la sensación de que se considera superior a la mayoría de la gente. Es una experta en desviar las conversaciones hacia ella misma y sus experiencias, sin importar el tema. Sin embargo, también resulta encantadora y divertida, lo que la hace simpática a pesar de su egocentrismo. Creo que podríamos ser amigos. Un conocido nuestro es tímido e inseguro. Parece deprimido, pero al mismo tiempo está un poco pagado de sí mismo. Quiere que todo se haga a su manera, no muestra demasiada compasión por los demás y se queja de que la gente no se percata de lo inteligente que es. Hemos hablado con él sobre su depresión, pero es incapaz de asumir su responsabilidad. Para él, todos sus problemas son el resultado del trato injusto que el mundo le dedica. Si el mundo reconociera su brillantez, todo iría bien. Nuestro compañero de trabajo utiliza su cuenta de Twitter para presumir de sus logros laborales, aunque nosotros no los consideremos tan importantes como él. Menosprecia a sus compañeros de trabajo y es incapaz de mostrar gratitud a quienes le ayudan en sus proyectos. Espera un trato especial y, cuando no lo consigue, es mezquino y vengativo. Algunos le llaman «espinoso» porque es muy sensible a las críticas. A pesar de todos estos defectos, al jefe le gusta. Él lo ve como una persona ambiciosa, aunque los demás lo vemos más como un adulador.

Estas tres personas parecen diferentes, pero cada una de ellas muestra rasgos narcisistas. La primera es extravertida y encantadora, la segunda es insegura y está deprimida, mientras que la tercera es una combinación de las dos anteriores, es decir, arrogante pero también a la defensiva.

En esencia, el narcisismo consiste en darse importancia uno mismo, el antagonismo y la sensación de que se tiene derecho a algo. Los narcisistas creen que son más importantes que otras personas y que merecen ser tratados de esa manera. Aunque cada uno de estos tres individuos comparte la esencia egoísta del narcisismo, también difieren en aspectos importantes que la ciencia del narcisismo está empezando a revelar.

El primer individuo es lo que llamamos un narcisista grandilocuente. Se trata de individuos ambiciosos, motivados y seductores. Tienen una elevada autoestima y, por lo general, se sienten bien consigo mismos. Estos son los narcisistas que veremos más a menudo en nuestra vida: trabajamos para ellos, salimos con ellos y nos entretienen. A menudo nos sentimos atraídos por su audacia, pero también nos repele su egocentrismo y su falta de empatía. Muchos personajes de ficción son narcisistas grandilocuentes, como Tony Stark en Iron Man, Gilderoy Lockhart en las películas de Harry Potter, Gastón en La bella y la bestia y Miranda Priestly en El diablo viste de Prada. Estos personajes oscilan desde el humor, como Ron Burgundy en Anchorman, hasta la maldad, como el personaje de Nicole Kidman en Todo por un sueño. Históricamente, muchas etiquetas describen a los narcisistas grandilocuentes, entre las que se incluyen las de abierto, exhibicionista y especial. Es posible que pensemos en este primer ejemplo con mayor frecuencia a medida que avancemos en el libro.

Por otro lado, también podemos empezar a pensar en el segundo ejemplo, la persona que se considera narcisista vulnerable. Estas personas son introvertidas, depresivas y se sienten fácilmente heridas por las críticas. Dicen tener una baja autoestima, pero, a pesar de ello, se consideran merecedores de un trato especial. Los narcisistas vulnerables resultan más difíciles de identificar en la vida, tanto que los psicólogos suelen llamarlos narcisistas «ocultos». El narcisismo vulnerable también es más difícil de identificar en la ficción. Woody Allen interpreta a un narcisista vulnerable en muchas de sus películas –neurótico y ensimismado–, siendo Alvy Singer en Annie Hall un buen ejemplo de ello. Otro personaje dotado de estas cualidades es George Costanza en Seinfeld. Las etiquetas para los narcisistas vulnerables incluyen encubierto, cerrado y vergonzoso. La tabla 1.1 enumera los términos que se han utilizado históricamente para identificar a los narcisistas grandiosos y los vulnerables. De este modo, empezaremos a entender a estos narcisistas y qué es lo que los motiva.

Tabla 1.1.Etiquetas históricas de narcisismo

NARCISISTA GRANDIOSO

NARCISISTA VULNERABLE

Manipulador

Ansioso

Abierto

Encubierto

Niño mimado y maleducado

Niño mimado e infantilizado

Insensible

Insensible

Olvidadizo

Hipervigilante

Exageradamente grandioso

Vulnerabilidad manifiesta

Exhibicionista

Encerrado

Niño especial

Niño vergonzoso

Arrogante

Tímido

Carente de principios

Compensatorio

El individuo del tercer ejemplo es una combinación de los dos tipos anteriores de narcisismo. Posee las cualidades extravertidas y ambiciosas del narcisismo grandioso, así como las cualidades más defensivas del narcisismo vulnerable. Y sí, para hacer las cosas más confusas, algunos individuos pueden ser tanto grandiosos como vulnerables y vivir en la «zona intermedia» entre ambos tipos. El expresidente estadounidense Richard Nixon es un buen ejemplo de grandiosidad y vulnerabilidad combinadas. Otra figura más reciente que parece tener tanto una alta grandiosidad como una alta vulnerabilidad, al menos en su imagen pública, es el rapero e icono de la cultura pop Kanye West, que es conocido por tener una elevada opinión de su propio trabajo, pero que no acepta las críticas demasiado bien. Aunque técnicamente no definimos los tipos de narcisismo en un espectro, puede ser útil concebirlo de ese modo. Tal vez percibamos un poco de grandiosidad o de vulnerabilidad en nosotros mismos; en general, la mayoría mostramos cierta dosis de narcisismo, pudiendo manifestarse de diferentes maneras, tanto positivas como negativas.

¿Uno u otro? Narcisismo grandioso versus narcisismo vulnerable

Hasta hace poco, muchos psicólogos no separaban estos términos y normalmente investigaban la modalidad de narcisismo grandioso, por lo que los primeros estudios sobre el narcisismo se centraban en sus cualidades extravertidas y arrogantes. Al mismo tiempo, los psicoterapeutas atendían a pacientes que mostraban más la modalidad vulnerable del narcisismo. Como podemos imaginar, la mayoría de las personas acuden a psicoterapia cuando se sienten mal –ansiosos o deprimidos– o tienen problemas sociales. Y no solo mal, sino lo suficientemente mal como para buscar tratamiento psicológico, a pesar de sus costes y de su potencial estigmatización. La psicoterapia no suele ser el plan A en la vida.

Debido a esto, los psicoterapeutas no solían ver a los narcisistas grandiosos, quienes no creen necesitar ayuda. Los narcisistas grandiosos no tienden a tener problemas sociales, ni a sentirse deprimidos por sus circunstancias, ni a percibir en sí mismos conductas angustiosas que necesiten abordar mediante la terapia. De hecho, a menudo se sienten llenos de autoestima y son socialmente exitosos. Algunos narcisistas grandiosos buscan tratamiento para problemas ajenos a la depresión y la ansiedad, como el consumo de sustancias o la terapia relacional, pero aun así no con tanta frecuencia como los narcisistas vulnerables. La consecuencia de este sesgo es que los narcisistas que se someten a tratamiento muestran más vulnerabilidad que el narcisista grandioso medio. Y puesto que se anima a las personas a expresarse o a «abrirse» en terapia, los narcisistas grandiosos que acuden a tratamiento pueden ser más propensos a hablar de sus debilidades personales en terapia de lo que lo harían en caso contrario. En esencia, es probable que los terapeutas vean más vulnerabilidad en los narcisistas grandiosos que el mundo exterior, incluso en los estudios que realizamos en los laboratorios de psicología.

Y aquí es donde interviene la nueva ciencia. Cuando los psicólogos y psiquiatras se reunieron en los últimos años para definir y debatir el narcisismo, quisieron incluir las dos caras de lo que los investigadores y los clínicos estaban viendo. Sabíamos que era un problema tener dos formas de narcisismo, y también era extraño que un solo término describiera dos estructuras de personalidad distintas.

Al principio, la distinción grandioso/vulnerable se resolvió asumiendo que los narcisistas grandiosos se sienten vulnerables en el fondo y que esconden un núcleo vulnerable revestido con una máscara grandiosa, algo que en ocasiones se denomina el «modelo de la máscara» del narcisismo. Bajo esta interpretación, sin embargo, significaría que cuando el presidente Donald Trump va a casa por la noche y se mira en el espejo, ve a Woody Allen mirándole fijamente. Se trata de una idea muy atractiva, pero que, como muchas otras, no se sostiene. Los investigadores (entre los que me incluyo) han intentado identificar esta vulnerabilidad oculta en los narcisistas grandilocuentes con las herramientas disponibles, incluidos los test de asociación de palabras, los test proyectivos, la neuroimagen y el ingeniosamente denominado «falsa canalización» (bogus pipeline), que es esencialmente un falso test detector de mentiras. Hay algunos indicios de la vulnerabilidad oculta de los narcisistas grandiosos, pero sigue siendo un poco como el Bigfoot: difícil de localizar y, probablemente, un humano disfrazado de simio. Lo que encontramos es que los narcisistas grandiosos se vuelven reactivos ante las amenazas. Además, no suelen sentirse tristes o deprimidos, sino agresivos y furiosos; y se ensañan con quienes creen que les critican o les tratan injustamente.

A medida que los psicólogos investigadores y los terapeutas clínicos fueron construyendo sus teorías, descubrimos que cada grupo tenía razón a su manera, por lo que desarrollamos un modelo cohesivo que combina todo y aporta un sólido fundamento para el debate. Este nuevo modelo, llamado «modelo trifurcado del narcisismo», conecta el narcisismo grandioso y el vulnerable como dos rasgos relacionados pero independientes. Ambos comparten un núcleo de desagrado, autoimportancia y privilegio psicológico, pero difieren mucho en los rasgos adicionales que mezclan con ese núcleo. En el narcisismo grandioso, se observa confianza, audacia y autoestima; en cambio, en el narcisismo vulnerable, se observa escasa confianza, ansiedad y baja autoestima.

Volviendo a la historia de Elliot Rodger, es posible identificar en ella ciertos elementos de narcisismo vulnerable. Sintió el rechazo social y escribió un manifiesto acerca de sus frustraciones y lo que creía merecer. También se observan aspectos de narcisismo grandioso y de privilegio psicológico, ligados en cierto modo a su educación privilegiada y a su origen acomodado. A lo largo del libro, proporciono ejemplos de ambas formas de narcisismo para que el lector vea cómo el nuevo modelo ha cambiado nuestra comprensión. A medida que aclaramos y unimos ambos conceptos de narcisismo grandioso y narcisismo vulnerable, vemos un incremento importante en la comprensión del funcionamiento del narcisismo en su conjunto, desde la violencia hasta los selfis. Esta nueva comprensión debería contribuir a cambiar el debate cultural sobre el funcionamiento del narcisismo en nuestra sociedad.

¿Cómo empezaron los psicólogos a estudiar el narcisismo?

Dado que el narcisismo suele considerarse un trastorno de la personalidad o un rasgo de la personalidad (y ahora sabemos que está relacionado con ambos), quiero dedicar unos momentos a explicar brevemente cómo los psicólogos empezaron a dar sentido a los mundos superpuestos de la personalidad y los trastornos de la personalidad. Esto sentará las bases para nuestra comprensión del narcisismo y el modo en que se manifiesta en nuestra vida.

En esencia, los psicólogos de la personalidad observan el mundo de unas cuantas maneras generales que han influido mucho en la forma en que nos referimos a la personalidad y a los trastornos de la personalidad en las conversaciones cotidianas. Uno de los modelos más amplios y «anticuados» para pensar en la personalidad es el modelo psicodinámico, que estudia las fuerzas psicológicas que subyacen a la conducta humana, especialmente el consciente y el inconsciente. Sigmund Freud, conocido por ser el fundador del psicoanálisis, habló de este modelo y de las principales pulsiones psicológicas de sexo, agresión y búsqueda de placer. Según el modelo freudiano, la energía sexual y las experiencias de la primera infancia –a menudo influidas por los padres– son las que conforman el ego y la personalidad. Los investigadores posteriores, como el célebre psiquiatra Carl Jung, ampliaron las ideas de Freud al hablar de las formas en que se representan las relaciones entre nuestro inconsciente y el inconsciente colectivo. Con este modelo psicodinámico, se podría decir que el narcisismo y los rasgos narcisistas provienen de nuestras primeras experiencias en la vida. Aunque los psicólogos que se dedican a la investigación ya no utilizan tanto este modelo, seguimos pensando en Freud y Jung con frecuencia. Numerosas teorías modernas se basan en estas ideas, y algunos clínicos todavía utilizan variantes modernas de los métodos derivados de los modelos psicodinámicos.

Otro modelo amplio y generalizado es el modelo humanista, que hace hincapié en la empatía y los aspectos positivos en el comportamiento humano. En este modelo, se afirma que la personalidad se desarrolla a partir de necesidades básicas como alimentación, refugio, amor, autoestima y autorrealización, y, basándose en ello, los psicólogos se centran en el modo óptimo de ayudar a las personas a mejorar su imagen. Es posible que conozcamos la teoría de la jerarquía de necesidades del psicólogo estadounidense Abraham Maslow, la cual señala que, en primer lugar, tenemos que atender nuestras necesidades fisiológicas (como comida, agua y sueño) y, luego, la seguridad, la amistad, la autoestima y la autorrealización. En relación con el narcisismo, se podría hablar de la autoestima y de cómo el narcisista grandioso tiene un alto sentido del yo, o de qué modo el narcisista vulnerable tiene un sentido herido del yo. Este modelo es útil, pero, al igual que los modelos psicodinámicos, los modelos humanistas han sido descartados o asimilados por otras ideas.

En la actualidad, la cultura popular suele utilizar, en los Estados Unidos, lo que yo denomino el «modelo psicológico estándar», una mezcla de psicodinámica y humanismo moderados, para explicar la personalidad. Básicamente, las personas consideran que sus problemas se basan en la infancia, pero también creen en la posibilidad de una mayor realización a través de la superación personal. Y, aunque no todo el mundo cree esto, es bastante común en la cultura occidental. Pensemos en los problemas a los que se enfrentan los personajes de la televisión: suelen tener su origen en conflictos de la infancia y se resuelven mediante la confrontación con verdades duras. Esto lleva a un camino de crecimiento trascendente y a una vida mejor llena de más amor, autenticidad y alegría, lo que es paralelo al «viaje del héroe» que los escritores suelen utilizar. Por decirlo de otro modo, estas tramas rara vez giran en torno a personajes que se dan cuenta de que sus síntomas depresivos o sus problemas de ansiedad son en buena medida de origen genético y bioquímico, que piden a sus padres historiales familiares detallados de enfermedades mentales y modifican luego su psicobiología mediante una combinación de intervenciones dietéticas, físicas, sociales, cognitivas y farmacológicas. A pesar de que este proceso funciona, no se presta a un emocionante drama televisivo.

Sin embargo, este último ejemplo se alinea con el pensamiento clínico en los estudios actuales de psicología de la personalidad y áreas afines. Las áreas clínicas, como la medicina y la psicología clínica, utilizan el modelo biopsicosocial, que afirma que biología, personalidad y dinámica social están conectadas entre sí. Por eso, si nuestro amigo nos confiesa: «Necesito medicarme. Mis hijos me están volviendo loco y odio mi trabajo», asentimos con comprensión. La personalidad, al igual que el narcisismo, emerge a partir de la biología, la psicología y la sociedad.

Dado que la mayoría de modelos se construyen para las necesidades humanas, tienden a centrarse en el tratamiento de la enfermedad más que en el aumento del potencial. Por eso, primero se estudiaron los trastornos de la personalidad más que las fortalezas de esta, y también por eso tendemos a concebir el narcisismo como su forma más negativa, el trastorno narcisista de la personalidad que trataremos en el capítulo 5. El estamento médico quiere comprobar qué riesgos presenta la personalidad para los seres humanos. Con este objetivo, desarrollan líneas divisorias para definir los extremos, los clasifican como trastornos y luego tratan a los pacientes para que vuelvan a los «niveles normales», o los aíslan de la población en las cárceles. Estos mismos sesgos se aplican al trabajo sobre el narcisismo y, en realidad, a toda la salud mental. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, o DSM, formalizó en el año 1982 un diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad, junto con el resto de la selección original de trastornos de la personalidad. Este interés clínico en el narcisismo como trastorno de la personalidad fue anterior al interés de la investigación en el narcisismo como rasgo, que es en lo que nos centramos en este momento.

¿Cómo estudian los psicólogos en el momento actual el narcisismo?

A medida que la ciencia de la personalidad se fue ampliando, los investigadores superaron los modelos generales antes mencionados y pasaron a modelos más centrados en explicar el funcionamiento de la personalidad. Por ejemplo, los modelos de rasgos se centran en la personalidad como parte normal de la naturaleza humana, y las personas pueden oscilar entre los rasgos más altos y los más bajos, lo cual no constituye un problema clínico. A menudo pensamos que la personalidad es una gigantesca red de correlaciones entre rasgos, más formalmente conocida como red nomológica, la cual conecta las diferentes variables de la personalidad. Al estudiar el narcisismo, por ejemplo, los investigadores observan la asociación entre este y las puntuaciones en autoestima o ansiedad. Si alguien obtiene una puntuación alta en una determinada escala, también puede tener una puntuación alta en la otra. Esta red nomológica es importante para la ciencia de la personalidad porque es el equivalente a un sistema de navegación. Todos los aspectos de la personalidad deben relacionarse (o no relacionarse) con el resto de aspectos. Si medimos el narcisismo en un grupo concreto y descubrimos que se correlaciona positivamente con la amabilidad y los problemas de memoria (lo que no suele ser el caso), sabemos que algo está mal en nuestras ideas sobre el narcisismo, en la medición o en los datos.

Otro marco utilizado por los investigadores de la personalidad es el modelo autorregulatorio, que afirma que la personalidad está relacionada con los objetivos y los logros. En esencia, nuestras personalidades son diferentes porque estamos programados para perseguir objetivos de forma diferente, como ser feliz, iniciar una relación romántica o evitar el daño. Algunas personas, por ejemplo, se preocupan más por las amenazas en su vida. Se centran en cómo las circunstancias pueden ir mal y tratan de evitar los riesgos, lo que puede manifestarse como germofobia, ansiedad social o miedo a los lugares públicos. Otras personas no están en sintonía con estos miedos y pueden comer la comida unos segundos después de que se caiga al suelo, conocer a extraños sin miedo y ver películas de terror. Esto influye en la forma en que las personas se autorregulan o actúan frente a los acontecimientos de su vida, lo cual también puede explicar algunas de las motivaciones que subyacen a las acciones de los narcisistas.

Un tercer modelo de personalidad, denominado psicología evolutiva, sostiene que la personalidad evoluciona para hacer frente a los retos comunes del entorno, como la alimentación, el refugio, el apareamiento, la guerra y la dinámica social. Para quienes tienen personalidades temerosas o ansiosas, esto presenta beneficios evolutivos evidentes, puesto que les permite evitar mejor las amenazas. Pensemos en una ocasión en la que hayamos volado en un avión que sufrió grandes turbulencias, o en la que hayamos estado atrapados en un ascensor que se detuvo entre dos plantas. Lo que percibimos en esas situaciones es que la gente empieza a charlar entre sí. En presencia del peligro, tienen el deseo natural de acercarse a otros seres humanos. Como les digo a mis alumnos, los antepasados que, cuando aparecían los leones, huían de la tribu no sobrevivían para reproducirse.

Además del modelo evolutivo, un cuarto modelo sostiene que la personalidad está formada por la cultura. A menudo, estos dos modelos de personalidad –evolutivo y cultural– entran en competencia. Las personas son producto de la evolución o de la cultura. En realidad, la cultura y la evolución probablemente trabajan al unísono para moldearnos.

Cada uno de estos cuatro modelos o enfoques es útil para entender el narcisismo, por lo que utilizamos los cuatro a lo largo de este libro. El modelo nomológico de rasgos funciona bien para cuestiones relacionadas con la estructura del narcisismo, como, por ejemplo, «¿Cómo encaja el narcisismo con otros rasgos?». El modelo autorregulatorio es útil para pensar en el modo en que opera el narcisismo, incluyendo preguntas del tipo «¿Cómo consigue alguien mantener una opinión tan elevada de sí mismo?». En cierto nivel, el narcisismo también es adaptativo en un sentido evolutivo. Esto es útil para entender las similitudes del narcisismo en el mundo, sobre todo en lo que respecta al comportamiento de apareamiento.

El narcisismo también está relacionado con la cultura, y como mi colega Jean Twenge y yo documentamos en La epidemia del narcisismo hace ya más de una década, ciertas sociedades apoyan el narcisismo más que otras. En China, por ejemplo, existen dos grandes prácticas agrícolas históricas: el cultivo de trigo en el norte y el de arroz en el sur. En comparación, el cultivo de arroz requiere más cooperación entre los agricultores. El agua tiene que fluir de un arrozal a otro de manera sincronizada para que todos se beneficien de ella. El cultivo de trigo requiere menos cooperación. Las puntuaciones de narcisismo siguen el mismo patrón, con un narcisismo más bajo en el sur que cultiva arroz y un narcisismo más alto en el norte que cultiva trigo.

La tabla 1.2 muestra cómo cada uno de estos cuatro modelos considera el narcisismo.

Tabla 1.2. Modelos psicológicos y narcisismo

MODELO

DESCRIPCIÓN

EJEMPLO

Red nomológica o modelo de rasgos

El narcisismo es un rasgo estable que existe en una red junto con otros rasgos

El narcisismo está relacionado con el privilegio psicológico

Modelo de autorregulación

El narcisismo es un rasgo, pero necesita ser mantenido activamente mediante el cumplimiento de objetivos

El narcisismo conduce a la formación de amistades, lo que a su vez propicia la autoestima

Modelo evolutivo

El narcisismo evolucionó para cumplir con ciertos objetivos de aptitud

El narcisismo predice a corto plazo el éxito en el apareamiento

Modelo cultural

El narcisismo es creado, modificado y difundido por fuerzas culturales

El narcisismo se formó y se extendió debido al enfoque más acusado en el individualismo

Unamos ahora estos modelos: volvamos a Elliot Rodger

Ahora que estamos familiarizados con los diferentes modelos, podemos abordar el caso de Rodger desde el punto de vista de la ciencia de la personalidad. Desde una perspectiva psicológica general, el razonamiento de Rodger para matar es complejo e incierto, pero destacan algunos aspectos que este caso presenta en común con varios otros tiroteos masivos recientes, ocurridos en los Estados Unidos.

En primer lugar, Rodger sentía amenazado su ego, algo que puede derivarse de desencadenantes narcisistas como el rechazo social, ser despedido del trabajo, una separación matrimonial o un trabajo académico fallido. Como escribió Rodger: «Todo mi sufrimiento en este mundo ha sido provocado por la humanidad, sobre todo por las mujeres». Parece que uno de sus grandes problemas era que las mujeres no salían con él, pero sí con sus compañeros asiáticos de piso. Rodger era birracial y pensaba que su blancura debía darle una ventaja. Además, era un joven apuesto que conducía un BMW y tenía un padre exitoso, lo que pudo aumentar su ego. El reto, en el caso de Rodger, es que parecía ser un narcisista vulnerable. Tomemos como ejemplo este extracto de su «manifiesto»:

Todo lo que mi padre me enseñó demostró ser erróneo. Me educó para ser un caballero educado y amable. En un mundo decente, eso sería lo ideal. Pero el caballero educado y amable no vence en el mundo real. Las chicas no eligen a los caballeros, sino al macho alfa. Buscan a los chicos que parecen tener más poder y estatus. Y era una lucha despiadada llegar a esa altura. Era demasiado para mí. Todavía era un niño pequeño con una mente frágil.

Tras esta epifanía, Rodger decidió trasladarse a Santa Bárbara y a la cercana Isla Vista, que creía que era una ciudad festiva llena de mujeres atractivas. Según su documento, lo vio en una película:

Todo se debió a que vi la película Alpha Dog. La película tuvo un profundo efecto en mí porque mostraba a un montón de guapos jóvenes disfrutando de una vida sexual placentera. Pensé en ello durante muchos meses, y leí constantemente sobre la historia en Internet. Me enteré de que tenía lugar en Santa Bárbara, lo que me llevó a leer sobre la vida universitaria en Santa Bárbara. Me enteré de la existencia de Isla Vista, la pequeña ciudad adyacente a la UCSB en la que todos los universitarios viven y celebran fiestas. Cuando me enteré de esto, tuve la infundada esperanza de que, si me mudaba a ese lugar, también viviría esa vida. Esa era la vida que quería, una vida de placer y sexo.

Sin embargo, cuando Rodger arribó a Isla Vista, no encontró una vida de placer y sexo, ni siquiera una novia. Aunque una vez intentó pedirle a alguien una cita, ella no le escuchó ni le hizo caso. En lugar de enfrentarse a su fracaso con las mujeres, Rodger optó por el plan B, «El día de la venganza». El primer paso fue comprar una pistola, una Glock 34. El arma le proporcionó parte del subidón de ego que necesitaba:

Después de recoger la pistola, la llevé a mi habitación y sentí una nueva sensación de poder. Ahora estaba armado y pensé para mis adentros con respecto a todas las chicas que me habían despreciado en el pasado: «¿Quién es el macho alfa ahora, perras?». Rápidamente admiré mi nueva arma.

Y ya sabemos lo que ocurrió después. Este caso es un ejemplo extremo, pero nos permite reflexionar sobre el narcisismo y los cuatro modelos mencionados. Según el modelo de rasgos, Rodger mostraba ciertamente los rasgos clásicos de la personalidad narcisista de autoimportancia, antagonismo y privilegio, y su comportamiento y creencias eran en gran medida coherentes a lo largo del tiempo. Describió un sentido básico de privilegio y una falta de éxito o respeto (que él creía merecer) que se remontaba a la infancia. Lo documentó para que el mundo pudiera conocer el mal trato que había recibido.

Según el modelo autorregulatorio, Rodger también intentó mantener activado su ego cumpliendo sus objetivos de autoestima. Se mudó a Isla Vista en un intento de llevar una vida de placeres y sexo. Compró una pistola para sentirse más poderoso. Quitó la vida a otras personas en un esfuerzo por obtener el estatus de macho alfa. Se esforzó por alcanzar sus sueños más grandiosos, pero fracasó.

En lo que respecta al modelo evolutivo, este incidente pone de relieve la dinámica cambiante en torno al estatus social masculino y el acceso sexual a las mujeres, tanto en Estados Unidos como en muchos países occidentales, que ha incluido en ocasiones un sistema patriarcal de dominio y control. Aunque las normas sociales han cambiado y siguen cambiando, Rodger se sentía con derecho a recibir atención y admiración, sobre todo por parte de las mujeres. Otra versión de esta historia es la del narcisista grandilocuente que se siente marginado y rechazado y reivindica su estatus vengándose de todos los que le han perjudicado.

Al mismo tiempo, esta historia nos muestra cómo los elementos culturales moldearon el narcisismo de Rodger. El estilo festivo de vida de Isla Vista le atrajo de entrada a ese lugar. Pudo acceder a un arma. Las víctimas también simbolizaban una cuestión cultural. En un homicidio más típico, un hombre (habitualmente) se siente rechazado y ataca a esa persona en concreto. En el caso de Rodger, sin embargo, atacó a mujeres que simbolizaban a quienes le rechazaban. En cierto sentido, fue un acto terrorista. No fue tanto un acto de rencor o de venganza personal como una declaración cultural y política.

¿Qué modelo es el correcto para interpretar los aspectos narcisistas del caso de Rodger? Todos ellos aportan una pieza del rompecabezas para entender su situación, y los científicos de la personalidad hacen lo mismo cuando tratan de entender a los narcisistas y cómo opera el narcisismo en nuestro mundo actual. En el próximo capítulo, daremos un nuevo paso y exploraremos de qué modo los científicos de la personalidad miden el narcisismo y cómo saben que esa medición es precisa.

Una visión más profunda: pensar en los modelos como si fueran mapas

Cuando los modelos psicológicos se tornan confusos, parece útil pensar con mapas en la ciencia de la personalidad. En otras palabras, al igual que los mapas, los modelos de personalidad son guías del terreno. Mientras conducimos, queremos un mapa que destaque las carreteras y el tráfico, pero probablemente no nos importe la altitud. Pero, si vamos de excursión, querremos un mapa que no muestre el tráfico pero sí la altitud. Cuando se navega, se necesitan cartas de navegación especiales que incluyan arrecifes y escollos. Al hacer una perforación, se necesitan mapas geológicos. Al igual que los modelos de las ciencias sociales, utilizamos muchos tipos de mapas, que son más precisos para unas tareas que para otras. El mapa que nos lleva a la estación de esquí no es el mismo que nos ayuda a subir la montaña.

Los modelos predictivos también son importantes. Esto resulta obvio en el caso de los mapas: tienen que predecir que el lugar al que nos dirigimos estará allí. Los callejeros son buenos en este sentido porque las calles cambian lentamente, por lo que los cartógrafos pueden seguir el ritmo. Pero la predicción también es importante en la ciencia de la personalidad. Si mi modelo dice que los narcisistas se enfadan cuando se ven avergonzados en público, debería ser capaz de avergonzar a un grupo de personas en público y luego medir su enfado. Las personas de este estudio que son más narcisistas deberían mostrar una mayor ira. Este poder predictivo de la psicología de la personalidad es muy importante en áreas aplicadas, como la selección de líderes o la evaluación clínica para diagnosticar un trastorno.