Nazis argentinos - Julio B. Mutti - E-Book

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Julio B. Mutti

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Beschreibung

La historia inédita de los argentinos que se unieron al ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. A través de testimonios, entrevistas, fotografías y archivos desclasificados, el escritor e investigador especializado en el tema, Julio B. Mutti, desentraña cómo y por qué estos jóvenes tomaron la decisión de sumarse a las filas alemanas para combatir por el Tercer Reich. Una narración cautivadora que llena un vacío histórico y documental, y nos ofrece una visión única de los argentinos que, voluntariamente, fueron parte de las tropas de Hitler.

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@editorialelateneo

A Ana, Isabella y Santino.

Introducción

Las medallas de mi bisabuelo

En todas las familias se cuentan historias, y la mía no es la excepción. Emigró desde Italia entre 1927 y 1928, escapando del autoritarismo de los “camisas negras”. Mi bisabuelo, Battista Mutti, no era comunista, pero tampoco quería vivir reprimido por el fascismo. Su hija mayor, Virginia, tuvo la osadía, un buen día de primavera, de salir a la calle con un alegre vestido rojo. Los fanáticos de Mussolini que pasaban por allí la dejaron desnuda en plena vía pública, aduciendo que aquel era el color de los comunistas. Ese día, Battista, que era electricista y tenía una casa de dos plantas en el hermoso pueblo norteño de Desenzano del Garda, decidió que aquello era demasiado para una familia que solo quería vivir en paz.

En Argentina, al principio, no pudo gozar de las comodidades de la Italia rica del norte a las que la familia estaba acostumbrada, pero pronto salió adelante, como cada italiano que llegó al país a lo largo de las décadas.

Muchos años antes de que su familia fuera atacada por los fascistas, Battista había combatido en la Gran Guerra. No solo había combatido, había ganado dos medallas por su valentía en el frente de combate. Sin embargo, en ese punto, muy a mi pesar, se detiene su historia en el Ejército italiano; o, en realidad, no se detiene, allí comienza el velo que el paso del tiempo levantó sobre ella. Lamentablemente murió muy joven, en los años cincuenta, y al parecer era bastante reticente a hablar de su experiencia de guerra. De hecho ni siquiera daba importancia a sus medallas, que se oxidaban sin más en un pequeño jarro que usaba para lavar la brocha de jabón para afeitarse.

En cada oportunidad en que escuché el relato sobre las medallas, de las que nadie sabe su paradero en el día de hoy, mi mente se extravió en el infinito: ¿Cómo ganó esas medallas? ¿Fue durante las batallas en los Alpes o durante las derrotas de Caporetto? ¿O fue durante la última y victoriosa campaña de Vittorio Veneto? ¿Habrá logrado ascender de recluta a suboficial? ¿Aprendió, tal vez, el oficio de electricista en el Ejército? ¿Cuál era su unidad de combate?

Podría seguir interminablemente haciéndome preguntas; sin embargo, nadie tiene las respuestas, tristemente, en la familia. Lamento que la historia de las medallas de mi bisabuelo en el Ejército italiano se haya perdido para siempre. ¿Se ha perdido para siempre? Sí, así fue, pero no por eso ha dejado de existir…

Alguien dijo alguna vez que si un árbol cae en medio de un bosque se produce una ola de partículas que vibran en el aire. Sin embargo, si no hay nadie allí para escucharlas, no hay sonido; pero eso no significa que las ondas sonoras o acústicas, que tienen un efecto en el medio ambiente, no existan. Podríamos trazar un paralelismo, si el lector me lo permite, con la historia de las medallas de mi bisabuelo; podría afirmar que las ondas vibratorias representan a la historia de Battista Mutti en la Gran Guerra, que se ha perdido porque no hubo nadie allí para escucharla... Sin embargo, por más que una historia permanezca oculta, anónima, escondida en la noche de los tiempos, no significa que no exista. Así como existen las ondas sonoras del árbol que cae en la soledad de un bosque, aunque no puedan ser escuchadas por nadie, la historia de todos nosotros también existe; también la de Battista Mutti, o la de cualquier otro soldado desconocido, indefectiblemente existe. Solo es necesario ser lo suficientemente persistente como para lograr encontrar el sonido del árbol que ha caído en algún lugar en medio de un bosque inhabitado. Porque a veces las historias yacen ocultas en lugares insospechados, y los ruidos quedan solapados en ecos interminables.

Aun así, pienso que la historia de las medallas de mi bisabuelo es una causa perdida. Pero hay otras causas que pueden ser ganadas.

Hace muchísimos años tuve la idea de escribir un libro sobre argentinos de nacimiento que combatieron en las Wehrmacht, las Fuerzas Armadas de Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial. Dicho de otra manera, argentinos que combatieron por la Alemania nazi. Durante ese tiempo vi editarse algunos libros, bien documentados, que narraron la historia de muchísimos voluntarios argentinos que combatieron en las filas de los aliados. Pero siempre quedaba el vacío de la otra parte de la historia.

Sin documentación respaldatoria era imposible escribir un libro de este tipo. Nunca me hubiera conformado con recopilar algunos nombres y narraciones parciales que apenas pudieran ser comprobadas. Las historias familiares son importantísimas, por supuesto, pero, como la de Battista Mutti, en algún momento se pierden o carecen de datos certeros. La falta de documentación o bibliografía de consulta fue notable por muchos años: un vacío absoluto. Sin embargo, después de un duro trabajo de investigación y de tocar muchas puertas, pude lograr un interesante avance.

La documentación

Durante el transcurso de esta investigación, el Dr. David Hamann, investigador privado acreditado ante el Bundesarchiv, los Archivos Federales de Alemania, me explicó pacientemente que el 85% de los archivos militares alemanes que se alojaban en Potsdam fueron destruidos durante los bombardeos de 1945. Gran parte de la información de los reclutas y oficiales argentinos que allí había se perdió. La única respuesta para mis investigaciones llegó desde un enorme fondo documental que se encuentra en el Abteilung Personenbezogene Auskünfte zum Ersten und Zweiten Weltkrieg del Bundesarchiv (Departamento de información personal sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial, abreviado como PA), a cargo del señor Michael Hemmler.

El 26 de agosto de 1939, el Alto Mando de la Wehrmacht (Fuerzas Armadas Alemanas) comenzó a operar un centro de información para heridos, muertos en acción, desaparecidos en acción, prisioneros de guerra y para todo soldado con cualquier otra condición que lo afectara. Cada vez que una de estas situaciones se producía, esta oficina creaba una “tarjeta” con la información del soldado y del hecho. El centro de información se denominó Wehrmachtauskunftstelle für Kriegerverluste und Kriegsgefangene (WASt - Centro de información de la Wehrmacht para víctimas de guerra y prisioneros de guerra). En 1943, parte de la agencia se trasladó de Berlín a Saalfeld y otra parte a Meiningen. A partir de enero de 1946, fue utilizada para informar sobre el paradero de soldados desaparecidos en la guerra, y pasó a llamarse Deutsche Dienststelle für die Benachrichtigung der nächsten Angehörigen von Gefallenen der ehemaligen deutschen Wehrmacht (Oficina alemana para la notificación de parientes de miembros de las antiguas Fuerzas Armadas alemanas asesinados en acción). El nombre se abrevia comúnmente como Deutsche Dienststelle. El 1 de enero de 2019, ese servicio pasó a formar parte del Archivo Federal de Alemania, más precisamente del mencionado Departamento PA, con sede en Berlín-Reinickendorf.

Las historias de argentinos en la Wehrmacht que se narran en este libro fueron recopiladas fundamentalmente de una sección de este fondo documental: la de los soldados muertos en acción, que es la única que el Bundesarchiv accedió a digitalizar, ya que fue utilizada para dar a conocer información sobre caídos en combate: “Deutschland, im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”.

De acuerdo al Sr. Hemmler, del mencionado PA, estoy en condiciones de afirmar que los argentinos nativos que fueron reclutados en la Wehrmacht, incluyendo las SS, no fueron menos de 1220. Una estimación muy aproximada sería de 1500 soldados, suboficiales y oficiales, teniendo en cuenta posibles faltantes. Debo esta investigación preliminar a la gentileza del mencionado funcionario del Bundesarchiv. En este libro, en algunos casos extensamente y en otros con menor detalle, se narraron las historias de 104 de esos argentinos, la mayoría de los cuales, por los motivos expresados en el párrafo anterior, murieron en acción durante la guerra.

Otra fuente muy importante de información fue el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden (Comisión de tumbas de guerra del pueblo alemán). Se trata de una organización humanitaria que en representación del Gobierno de Alemania se dedica a la tarea de registrar, preservar y cuidar las tumbas de los muertos de guerra alemanes en el extranjero. Muchas de esas tumbas son de argentinos y soldados de otras nacionalidades que combatieron por Alemania.

Como sería imposible reproducir el documento de la Wehrmacht de cada soldado argentino al que se pudo acceder, ofrecemos aquí un claro ejemplo de la información contenida en cada “tarjeta”:

El CEMLA (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos) fue de enorme ayuda para reconstruir las historias de muchas de estas familias alemanas o de otras nacionalidades que emigraron a Argentina al comienzo del siglo XX.

Para completar la información de cada historia individual, fue fundamental consultar los registros de las organizaciones nazis que operaron en Argentina durante los años treinta y cuarenta, que pueden ser consultados en el Archivo de la Cámara de Diputados.

Como información complementaria fue muy útil consultar viejas publicaciones alemanas de tendencia nazi que circularon en el país durante la guerra. Allí solían aparecer anuncios que destacaban o recordaban a camaradas caídos en combate. Claro que raramente se mencionaba el lugar de nacimiento del soldado en cuestión; habitualmente se trataba de alemanes nativos que habían emigrado antes de la guerra a la Argentina y que habían regresado a Europa para combatir. Esta fuente de información llevó en el pasado a algunos investigadores a creer que estos soldados muertos en acción eran argentinos nativos: entre estas publicaciones se destacan la revista Der Bund o los Ehrenbuch (libros de honor para los caídos), entre otras.

Al final del libro, tal vez a modo de anexo, ofreceremos al lector otras 29 interesantes historias, algunas con mayor detalle que otras, de alemanes que vivieron en Argentina durante años y que murieron en la guerra.

Al final de cada narración citaremos las fuentes utilizadas en cada caso.

La sangre

¿Eran realmente argentinos?

Durante el transcurso de esta investigación, especialmente en el caso de familias alemanas que después de la guerra volvieron a emigrar a Europa, me encontré con la peculiaridad, ya bastante conocida por mí, de que esas familias no consideraban a los soldados en cuestión como argentinos: “Mi padre no califica para su libro, porque era un oficial de la marina de guerra de Alemania, no era un oficial argentino”, me respondió secamente el hijo del capitán Joachim Hans Greter, nacido en Buenos Aires y, como veremos más adelante, un héroe condecorado de la Kriegsmarine.

Claro que Greter era argentino y “califica” para este libro. No voy a aburrir al lector con las teorías del ius solis y el ius sanguinis. Brevemente diré que para Argentina, que adoptó la doctrina del ius solis, cualquier persona nacida en su territorio es naturalmente argentina. Para Alemania, por el contrario, en aquella época, cualquier hijo de un súbdito del Reich era un Volksdeutsche, un alemán étnico, que debía ser educado en la cultura, el idioma y las costumbres alemanas; aun en el extranjero.

La mayoría de las historias de argentinos que narraremos pertenecen a Volksdeutsches, pero habrá algunas excepciones interesantes a los ojos del lector.

Es de suma importancia mencionar que, en aquella época, la Argentina no permitía la doble nacionalidad. Quien desee profundizar algo sobre este conflicto de doctrinas argentino-alemanas durante aquellos años puede recurrir a mi libro En el ojo del huracán; misión en Berlín del embajador argentino Eduardo Labougle, 1932-1939.

Presentación de las historias de los soldados

Para el presente trabajo, las narraciones de las historias individuales se han organizado de acuerdo a la rama de la Wehrmacht a la que perteneció cada soldado argentino. En el caso del ejército regular de tierra (Heer), se incluye a soldados de todos los frentes de guerra y campañas. Los argentinos en las Waffen-SS (la rama armada de las SS) han sido incluidos en un capítulo aparte. Por lo tanto, no resultará necesario seguir el orden de capítulos establecido; quien tenga preferencia, por ejemplo, por conocer las vivencias de los aviadores argentinos, podrá comenzar por el capítulo dedicado a la fuerza aérea (Luftwaffe).

Julio B. Mutti

Buenos Aires

Septiembre de 2022

PARTE I

La Legión argentina

Argentinos nativos en la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial

CAPÍTULO I

Argentinos en el Ejército alemán de Tierra (Heer)

Mario Altgelt, artillero antiaéreo porteño

Altgelt es un apellido poco común en Argentina. Sin embargo, algunos descendientes de esta familia oriunda de Krefeld, denominada “la ciudad de seda”, ubicada en Renania del Norte-Westfalia, Alemania, aún viven en el país sudamericano.

Ernst Otto Altgelt, nacido en Krefeld el 1 de febrero de 1868, emigró a Buenos Aires en el año 1884, siguiendo los pasos de su hermano Johann Wilhelm y de sus tíos Adam y Hermann, según cuenta la familia en la actualidad. Casualmente, Adam es el único Altgelt que “sobrevivió” en los registros de inmigración del CEMLA (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos). Su registro dice que ingresó a la Argentina el 12 de enero de 1890, a bordo del vapor Paraguay, proveniente del puerto de Havre; tenía 60 años. Es posible que Adam entonces siguiera los pasos de su sobrino, y no a la inversa, si es que este ingresó al país en 1884 como afirma la familia.

Ernst Otto Altgelt se casó en 1910 con una hamburguesa llamada Maria Wilhelmina Elisabeth Hagen, que era varios años más joven que él, ya que había nacido el 1 de marzo de 1885. El matrimonio tuvo tres hijos en los años siguientes: Isabel María Susana Altgelt, nacida en Buenos Aires el 12 de agosto de 1913, quien luego se casó con Klaus Ruffmann y tuvo tres hijos, Ralf, Kai y Vivian; Ernesto Gerardo Altgelt, nacido en Buenos Aires el 22 de julio de 1915 y fallecido en Nueva York el 30 de septiembre de 1985, generador de una rama de la familia en Ecuador; el tercer y último hijo fue Mario Máximo Altgelt, nacido en Buenos Aires el 7 de agosto de 1917.

Ernst Altgelt murió prematuramente en 1920, un par de meses antes de que el pequeño Mario cumpliera los 3 años. Por lo tanto, podemos decir que el más joven de los hermanos pasó toda su juventud sin su padre.

No está claro en qué momento un veinteañero Mario Altgelt, sintiendo la gravedad de la hora que vivía la patria de su padre, decidió emprender la marcha en dirección a la tormenta que se cernía sobre Europa. Lo que sí está claro es que mucho antes de que la guerra estallara el 1 de septiembre de 1939, Altgelt había sido ya reclutado como artillero antiaéreo ligero.

La unidad de combate del argentino era la 2.º Batterien Leichte (2.º Batería Ligera) del Flak-Abteilung 76 (76.º Sección Antiaérea Motorizada). Se trataba de una unidad independiente de defensa antiaérea ligera, es decir que empleaban cañones ligeros de 20 mm montados en blindados o tirados por camiones, que se utilizaban principalmente para repeler los ataques rasantes de los cazas enemigos sobre otras formaciones de infantería o mecanizadas. El Flak-Abteilung 76 (que tenía otras dos baterías además de la de Altgelt) se había formado antes de la guerra, el 15 de noviembre de 1938, en Hamburgo-Altona, con elementos del II/Flak-Regiment 6 (6.º Regimiento Antiaéreo, II Batería).

Cuando la maquinaria de guerra alemana desató su ira sobre Polonia, el joven Gefreiter (cabo) argentino y su unidad antiaérea marcharon al ataque como parte de la 1.º División Panzer Ligera (al mando del Generalleutnant Friedrich-Wilhelm von Loeper), que era parte del X Ejército y que a su vez pertenecía al Grupo de Ejércitos Sur.

El 1 de septiembre de 1939, la 1.º División Panzer Ligera contaba con 65 tanques Panzer II, 112 Panzer 38 t, 41 Panzer IV y 8 Panzerbefehlswagen 35 t. Todos eran blindados ligeros excepto los Panzer IV, que, a pesar de su reducido número, no tenían rival en el bando enemigo.

Si reconstruimos los pasos de la 1.º División Ligera, podemos saber las localidades polacas por las que combatió nuestro soldado argentino: la división tomó Wieluń el 2 de septiembre, luego cruzó el Warta en Konopnica y Rychlocice, y luchó por la posición de Widawka el 5 y 6 de septiembre. El día 8, la división luchó en Wierzbica y luego hasta el 12 por Radom. Del 17 al 20 de septiembre luchó entre Modlin y Varsovia.

A las 08:40 de la mañana del 19 de septiembre, cuando la carrera hacia la capital polaca estaba ya por concluir, el argentino Altgelt encontró su destino final unos 200 km al sudoeste de Varsovia, mientras las tropas de la 1.º División Panzer Ligera marchaban indetenibles hacia Varsovia, que se veía en llamas sobre el horizonte en la misma dirección; los bombarderos Stukas habían hecho su parte. Un puñado de días después los alemanes entraron en la capital. Los restos del cabo argentino Mario Máximo Altgelt, artillero antiaéreo, quedaron sepultados para siempre en el pequeño pueblito llamado Sierakow, no muy lejos de Radom.

El cuerpo del argentino no pudo ser rescatado años más tarde como parte del trabajo que se hizo en Alemania para reunir los restos de soldados alemanes en el Cementerio Colectivo de Joachimow-Mogily. De todas formas, su nombre está registrado en el memorial de ese cementerio.

Flak ligero. Fuente: Bundesarchiv.

Documento que registró la muerte de Mario Altgelt.

Fuentes de información: Cecilia y Carlos Altgelt. Abteilung Personenbezogene Auskünfte zum Ersten und Zweiten Weltkrieg del Bundesarchiv (en adelante PA Bundesarchiv): fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA883/1070-1420. Certificate number: G-A 883/1385. Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

Bublitz, Paul. A las puertas de Leningrado

Paul Bublitz nació en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, el 2 de junio de 1914. Hasta el momento de escribir estas líneas, no he podido obtener más información que la que se desprende de su “tarjeta” de baja de la Wehrmacht. No hay información alguna en los archivos argentinos y menos todavía he podido dar con descendientes de este joven argentino que empuñó las armas para defender la causa alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

El rosarino era un cabo (Gefreiter) perteneciente a la 7.º Compañía del 409.º Regimiento de Infantería del Ejército. Este regimiento fue establecido el 10 de octubre de 1940 con elementos de los Regimientos de Infantería 4.º y 78.º. Por lo tanto, es imposible saber si Bublitz entró en combate en teatros bélicos durante los primeros dos años de guerra. Lo que sí se sabe es que el argentino formó parte de la operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941.

Para el momento del ataque, el 409.º Regimiento de Infantería había sido adscripto a la 122.º División de Infantería (al mando del Generalleutnant Friedrich Bayer), que tomó parte del ataque alemán en el frente septentrional. La división era parte del Cuerpo de Ejército XXVIII, que pertenecía al 16.º Ejército y que a su vez formaba parte del Grupo de Ejércitos Norte.

Para agosto de 1941, la 122.º División de Infantería se encontraba enfrascada en duros combates en las cercanías del lago Ilmen, no muy lejos del Novgorod. El día 5 de agosto, el cabo Bublitz fue reportado como muerto en acción, producto de un proyectil de artillería, mientras las tropas al mando de Bayer intentaban romper el frente ruso en dirección a Leningrado, unos 140 km al norte.

Los restos del rosarino quedaron en medio de un pequeño paraje rural llamado Melkovichi, donde una vieja torre de iglesia, que aún muestra las cicatrices de la metralla alemana, parece vigilar desde hace décadas los restos de una batalla monstruosa.

Años más tarde los restos de los soldados fueron levantados. Paul Bublitz descansa en el cementerio de guerra de Korpowo (Rusia). Sin embargo, durante el trabajo de entierro, su cuerpo no pudo ser individualizado completamente de los de otros soldados, por lo que fue enterrado en una fosa común como un “soldado desconocido”. La ubicación de la tumba es: bloque 27, “soldados desconocidos”.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GB243/0700-1059. Certificate number: G-B 243/0888. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

Documento que registró la baja del rosarino Bublitz.

Adolf Casten, enterrado en Bélgorod

Adolf Casten (padre) llegó a la Argentina a principios del siglo XX, posiblemente en el período de entreguerras. Existe registro de un ingreso a Buenos Aires en el año 1925, aunque sospecho que ese no fue su primer arribo a la capital argentina, sino que fue producto de un viaje posterior a Alemania. Digo esto porque es seguro, según los registros de las Fuerzas Armadas alemanas, que su hijo Adolf Casten nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1924. Por lo tanto, hacía ya tiempo que los Casten, originarios de la ciudad Hannover, Baja Sajonia, estaban instalados en el país sudamericano.

Adolf Casten (hijo) era muy joven cuando se unió como recluta a la infantería del Heer (Ejército alemán). Cuando se produjo la invasión de la Unión Soviética, a mediados de 1941, el argentino apenas tenía 17 años, por lo que puede deducirse que solo combatió en el frente del este a partir de ese año. La unidad a la que fue asignado Casten era la 9.º Compañía del 172.º Regimiento de Infantería, que estaba mandado por el coronel Berthold Stumm. Este regimiento siempre formó parte de la 75.º División de Infantería, la integró también en 1940 durante la campaña de Francia.

El 22 de junio de 1941 la división participó en el inicio de la campaña rusa como parte del Grupo de Ejércitos Sur, 6.° Ejército, Cuerpo de Ejército XVII. Desde el área al oeste de Sokal, la división cruzó el Bug, se abrió camino a través de Ucrania, Dubno y Teterew hasta el área de combate alrededor de Kiev. Después de la batalla de Kiev, la unidad del argentino Casten se dirigió al Donets, a un área al sur de Bélgorod. La división luchó en esa área hasta junio de 1942.

Posteriormente, la división participó en la ofensiva alemana hacia el Volga. Pero antes de llegar a Stari Oskol, al noreste de Bélgorod, el Oberschütze (fusilero o soldado de 1.º) Casten fue abatido por los soldados rusos en un paraje rural llamado Iwanownsky. El joven porteño tenía apenas 18 años de edad.

Desde septiembre de 1942, la división participó en las batallas de posición y defensiva alrededor de Vorónezh, que duraron hasta febrero de 1943.

El cuerpo de Adolf Casten nunca fue trasladado a un cementerio militar. Según la información de la que dispone el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden (Comisión de tumbas de guerra del pueblo alemán), su tumba se encuentra actualmente en Petropavlovskoye.

Fuentes de información: Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos. PA Bundesarchiv: fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GB252/0730-1139 y GA172/0953-1505. Certificate number: G-B 252/1020 y G-A 172/1217. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

Uno de los dos documentos que registró la muerte de Casten.

Dos suboficiales rosarinos

Manfred Dartsch, una tumba entre los campos de girasol

Walter Alfred Max Dartsch fue un berlinés nacido en 1898 que llegó a la Argentina en los albores del siglo XX, cuando era apenas un muchacho. Se casó con Luise Therese Agathe P. de Dartsch. En la ciudad argentina de Rosario nacieron sus tres hijos: Manfred, el 22 de febrero de 1923, Walter Máximo en 1929 (que se transformaría en maestro, al igual que su esposa, Jutta Renatte Bauch) y el más joven, Ernesto Martin, en 1930.

Manfred no quería ser maestro, en él ardía la sangre prusiana de su padre. Al estallar la guerra y alcanzar la edad mínima de 17 años subió al primer barco disponible y se lanzó a las “aventuras” de los campos de batalla europeos. Sus hermanos eran todavía demasiado jóvenes.

El Unteroffizier Dartsch (suboficial de un rango menor a sargento) fue asignado a la 3.º Compañía del 196.º Regimiento de Granaderos, que operó como parte de la 68.º División de Infantería, una unidad que pasó por diferentes grupos de ejércitos, ejércitos y cuerpos de ejército durante la guerra, pero que mayormente combatió con Grupo de Ejércitos Sur en la campaña rusa; para 1941 estaba en el 17.º Ejército, XXXIV Cuerpo de Ejército.

En julio de 1943 la división se encontraba en plena retirada desde el Dniéper. En noviembre de ese año, la formación del argentino Dartsch se trasladó al área de Radomyshl y en diciembre llegó a Zhitómir, donde casi fue destruida en enero de 1944. Los restos de la división, entre los que se contaba al suboficial rosarino que había logrado sobrevivir a duras penas, se retiraron del frente y se replegaron al área de entrenamiento militar de Demba. Ya en abril de 1944, la división se trasladó al frente nuevamente y se desplegó en el área de Kóvel. Entre mayo y julio de 1944, luchó con el 1.º Ejército Húngaro en el área de Lemberg, en Ucrania.

Hacemos un alto aquí. El 20 de junio de 1944, mientras el mundo contenía el aliento ante la invasión aliada de Francia, en los lejanos campos de girasol ucranianos caía un soldado argentino. Manfred Dartsch murió ese día combatiendo al Ejército Rojo en una localidad rural llamada Samotoivka, unos 25 km al sureste de Sumy. Aún hoy es un lugar desolado, cubierto de plantaciones de girasoles; aquí y allá, alguna vieja tumba improvisada señala el lugar donde cayó algún soldado desconocido… En su mayoría son tumbas de soldados soviéticos, pero entre ellas se halla también la del rosarino Dartsch, aunque ni siquiera una vieja y sucia piedra señale el lugar donde exhaló su último suspiro. Su cuerpo nunca fue trasladado a un cementerio militar.

Documento que registró la muerte del rosarino Dartsch.

Fuentes de información: Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos. PA Bundesarchiv: fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA087/0001-0341. Certificate number: G-A 087/0013.

Lenuweit, entre Las Rosas y Rosario

Otro suboficial argentino que nació en la ciudad de Rosario fue Adalbert Otto Georg Werner Lenuweit. Al menos eso dice su certificado de baja de la Wehrmacht, mientras que la Comisión Alemana de Tumbas de Guerra ubica su lugar de nacimiento 90 km al noroeste, en el pueblo de Las Rosas. Más allá de las discrepancias, podemos afirmar que este Unteroffizier era originario de los alrededores de la importante ciudad santafesina y que nació el 6 de octubre de 1915.

Lenuweit fue asignado a la 4.º Compañía del 195.º Regimiento de Granaderos, que a su vez era parte de la 78.º División de Infantería. Si bien estas formaciones se crearon en agosto de 1939, durante los primeros dos años de guerra solo se utilizaron en tareas fronterizas y en Bélgica y el norte de Francia como tropas de ocupación. El verdadero bautismo de fuego para el rosarino llegó el 22 de junio de 1941, el día de la invasión de la Unión Soviética. La 78.º División de Infantería, como parte del Grupo de Ejércitos Centro, 4.º Ejército, Cuerpo de Ejército XIII, se lanzó al ataque en el área de Sokolow, Polonia, desde donde atravesó completamente Bielorrusia y alcanzó Roslavl a fines de agosto. Cuando los alemanes atacaron Moscú, la división de Lenuweit cruzó el río Desná al sur de Yelnia y desde allí se dirigió a Ugra y Ossma y al área de Viazma. Desde allí continuaron vía Gzhatsk, Mohaisk y Russa hasta Zvenigorod y Yershovo, ya cerca de Moscú. Pero en ese punto la división, como todo el frente germano, fue golpeada por la contraofensiva rusa. La retirada inevitable llevó a la formación a las regiones de Gzhatsk y Yuchnov, 150 km al oeste de la capital. Allí permaneció mientras soportaba fuertes combates defensivos.

El 25 de noviembre de 1942, en la localidad de Gredyakino, cerca del río Osuga, cayó muerto el suboficial argentino Lenuweit del 195.º Regimiento de Granaderos. Adalbert Lenuweit probablemente fue trasladado al cementerio de guerra de Rzhev como soldado desconocido.

Documento sobre la muerte de Lenuweit.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA087/0001-0341 y GA775/1000-1349. Certificate number: G-A 775/1339 y G-A 775/1255. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

Los últimos kilómetros del terreno ganado a los rusos

Un cordobés de Río Cuarto participó de la encarnizada lucha con que los alemanes defendieron, sin éxito, a sangre y fuego, los últimos kilómetros de la Rusia soviética conquistada más de dos años antes.

Alfred Dornhoeffer nació el 20 de marzo de 1923 en la mencionada ciudad cordobesa, al sur de la provincia. Hay pocos rastros del apellido en Argentina, pero se ha podido confirmar que un Leopold Dornhoeffer era miembro del Frente Alemán del Trabajo, célula de Villa Ballester, a principios de los años cuarenta. Villa Ballester, provincia de Buenos Aires, se ubica bastante lejos de Córdoba, pero no debemos descartar el parentesco debido a lo escaso que es ese apellido en Argentina.

Al enrolarse en la Wehrmacht como voluntario, Alfred fue enviado a la 6.º Compañía del 553.º Regimiento de Granaderos, subordinado a la 329.º División de Infantería, que era parte del Grupo de Ejército Norte, 16.° Ejército, II Cuerpo de Ejército (pasaría también a formar parte de otras grandes formaciones).

Las “aventuras” del cordobés se desarrollaron en los últimos meses de la siguiente manera: el 10 de mayo de 1943, la división fue trasladada al oeste del lago Ilmen. Allí reemplazó a la 225.º División de Infantería en el área de Stáraya Russa-Schimsk. El frente allí se mantuvo en calma hasta el 18 de agosto de 1943. Ese día, el Ejército Rojo desencadenó la quinta batalla de Ládoga. Las pesadas batallas defensivas duraron hasta finales de agosto de 1943, luego los ataques rusos disminuyeron. El 3 de noviembre de ese año, el 553.º Regimiento de Granaderos, el mismo del cabo argentino Alfred Dornhoeffer, fue transferido al frente cerca de Newel, donde las unidades rusas habían logrado romper el frente alemán. El resto de la división lo siguió el 9 de noviembre. De acuerdo con el plan alemán, las 329.º y 81.º Divisiones de Infantería debían restablecer la conexión con el Grupo de Ejércitos Centro al sur de Newel mediante un ataque.

El 21 de noviembre, la división del argentino tomó posición en la carretera Pustoschka-Newel desde el oeste de Belonsova. Pero hasta allí llegaría el cordobés. Mientras su 6.º Compañía defendía parte de la carretera, los rusos atacaron y se cobraron la vida del argentino, el 16 de diciembre de 1943, en las cercanías de Pustoschka, 46 km al noroeste de Newel. Murió por el impacto de un proyectil de artillería. Su cuerpo nunca fue recuperado ni trasladado a un cementerio militar.

Documento que registró la muerte del cordobés Dornhoeffer.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA083/1015-1356. Certificate number: G-A 083/1254. Comisión Investigadora de las Actividades Antiargentinas, listados de miembros de la Unión Alemana de Gremios.

Richard Ewert, de Esperanza, Santa Fe

Richard Ewert nació en Esperanza el 6 de septiembre de 1910. Una vez en Alemania se unió a la Wehrmacht y fue incorporado a la 9.º Compañía del 389.º Regimiento de Infantería. Esta era una vieja formación que participó en la Segunda Guerra Mundial desde las primeras campañas. Debido a esto, y a la edad bastante avanzada del argentino, si bien no puedo asegurarlo completamente, es muy probable que haya participado en la guerra desde el primer año. Otro indicio al respecto es que alcanzó al menos el grado de suboficial (Unteroffizier), para lo que necesariamente había que tener una cierta experiencia en el frente si uno era un recluta ordinario.

El 389.º Regimiento de Infantería siempre estuvo adscripto a la 217.º División de Infantería, que pasó por diferentes grupos de ejércitos, ejércitos y cuerpos de ejército.

Al comienzo de la campaña polaca, la división del argentino Ewert fue retenida como reserva del III Ejército y luego participó en las batallas por Mlawa y Serok y en la conquista de Varsovia. A principios de mayo de 1940, la división fue transportada al área de Soest-Westfalia como reserva. Luego del ataque alemán a Francia, se movió al sur de Bruselas hasta Lille. Durante la segunda mitad de la campaña, la división marchó hacia el área de París y se desplegó brevemente allí como fuerza de seguridad.

Lo que llegó a continuación, la invasión de la Unión Soviética, sin dudas, fue la experiencia más dura para el santafesino Ewert. Desde el 22 de junio de 1941, la división cruzó la frontera germano-rusa cerca de Heydekrug , como parte del Grupo de Ejércitos Norte, 18° Ejército, XXVI Cuerpo de Ejército.Avanzó hasta el lago Peipus a través de Mitau, Riga y Wolmar y participó en la batalla de Reval. Luego se abrió camino hacia el área frente a Leningrado. Desde octubre de 1941, la división se utilizó en el golfo de Finlandia, en el borde occidental del Oranienbaumer Kessel. En abril de 1942 se trasladó al frente de Leningrado nuevamente.

Richard Ewert, según los documentos de la Wehrmacht, cayó en combate el 14 de junio de 1942, casi un año después de la apertura de la campaña rusa, cuando la metralla de un proyectil de artillería le abrió el pecho. Su cuerpo nunca fue trasladado a un cementerio militar y se cree que está enterrado como un soldado desconocido en Prijutino, cerca de Leningrado, actual San Petersburgo. Su división ese día estaba al noreste de Novgorod, en el frente norte, exactamente en Rjabowo, 60 km al sudeste de Leningrado. Su documento de defunción indica que murió y fue sepultado a unos 400 m al norte de Prijutino.

La división, trasladada luego a Ucrania, fue aniquilada en las batallas defensivas de diciembre de 1943.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA089/0319-0600. Certificate number: G-A 089/0474.

Documento que registró la muerte del santafesino Ewert.

Cazadores de tanques

A las puertas de Moscú

Hans Fänger nació en Saladillo, provincia de Buenos Aires, el 8 de julio de 1913. Los Fänger eran alemanes del Volga, miembros de una comunidad germanoparlante que vivió en las entrañas rusas desde el siglo XVIII. Emil Fänger, su padre, había llegado a la Argentina a bordo del Oldenburg en 1906, luego de lo cual se estableció como un próspero comerciante.

El argentino Hans Fänger se unió a la Wehrmacht al inicio de la guerra, y fue parte de la elite militar con que Hitler ejecutó su famosa Blitzkrieg (guerra relámpago), las divisiones acorazadas, llamadas divisiones Panzer.

En realidad, Fänger era un “cazador de tanques”. Para 1941 ya habían aparecido los primeros blindados Panzerjäger I, que estaban montados sobre los viejos chasis de los obsoletos Panzer I y dotados de una casamata y un cañón antitanque de 47 mm. Su función era emboscar y destruir a los tanques enemigos. Varios Abteilungs (secciones) fueron dotados de estos blindados en la campaña rusa, y más tarde llegó su sucesor, el Marder, mucho más potente y acorazado: ambos fueron famosos y temidos Panzerjäger.

La unidad del argentino era la 3.º Compañía del Panzerjäger Abteilung 19 (Sección de Cazatanques 19), que a su vez era parte de la 19.º División Panzer. Es decir que las divisiones blindadas tenían una sección de cazacarros, con vehículos destinados a destruir a los tanques enemigos. Seguramente por falta de vehículos, el Abteilung cazacarros del argentino entró en la campaña rusa apenas equipado con los cañones antitanque de 37 mm y 50 mm, que ya para ese momento eran obsoletos en su uso contra las unidades rusas mejor blindadas. Para mantener el ritmo de la división Panzer, este cañón debía ser remolcado por un vehículo semioruga Sd.Kfz. 10 o similar.

La 19.º División Panzer participó en la campaña rusa como parte del III Grupo Panzer del Grupo de Ejércitos Centro, LVII Cuerpo de Ejército. Como una división de la segunda ola, la formación marchó hacia el este a través del Niemen y luego giró hacia el sur en dirección a Minsk. Más tarde, marchó hasta Dzisna en el Daugava, que fue tomada el 4 de julio. El día siguiente, la división cruzó el Daugava y rompió la Línea Stalin, para marchar poco después hacia Pólotsk y doblegar la posición enemiga en Drysa. Antes de Pólotsk, la división giró hacia el norte, el 17 de julio, y llegó a Velíkiye-Luki. Siguió avanzando por la carretera Smolensk-Bjeloy hasta la zona de Pochenki. Después de intensos combates en esa área, la división se reorganizó en Schischkowo.

El 18 de agosto de 1941, la formación del argentino Fänger recibió la orden de moverse de regreso a Velíkiye-Luki y encerrar a las fuerzas enemigas que resistían allí. Antes del final de la lucha, la división marchó hacia Toropyets, luego hacia Kholm y Demyansk. Después de marchar a través de Demyansk, la división cerró el borde trasero de la bolsa formada alrededor de Stáraya.

Desde el 12 de octubre de 1941, la unidad participó en el tan comentado ataque sobre Moscú, la capital de la Unión Soviética, que se defendía desesperadamente con Stalin a la cabeza. Para ese momento el frío y la nieve arreciaban tanto como las salvas de artillería enemiga; aun así, el Gefreiter Fänger había recorrido el largo camino desde Saladillo hasta las puertas del Kremlin.

Pero ya sabemos que la suerte de los alemanes se acabó frente a Moscú. Cuando comenzó la contraofensiva rusa, la división fue empujada de regreso hacia el área de Juchnow-Sukhinichi. Formó un anillo defensivo alrededor de Juchnow y hubo fuertes batallas defensivas.

Alrededor de 60 km al sudoeste de Moscú, en un paraje rural llamado Marino, a las 06:00 de la mañana, la posición de Fänger fue destruida por el fuego directo de artillería pesada soviética, que fue especialmente nutrido ese día, el 15 de noviembre de 1941, una jornada en que la 19.º División Panzer tuvo gran cantidad de muertos y heridos. Su cuerpo nunca fue recuperado.

Fuentes de información: el holandés Dennis Zwart es un investigador especialista en la 19.º División Panzer y aportó información sobre el Panzerjäger Abteilung 19. PA Bundesarchiv: fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GB174/0830-1174. Certificate number: G-A 089/0474. Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos.

Panzerjäger Abteilung 19. Pack de 37 mm tirado por un semioruga en octubre de 1941, en el frente ruso. Fuente: Bundesarchiv.

Documento que registró la muerte de Fänger.

El Dr. cazacarros

Además de Fänger, fue posible ubicar a otro argentino dentro de una unidad de cazacarros durante la invasión de la Unión Soviética. El Dr. Joachim Hans Kulenkampff nació en Buenos Aires el 2 de mayo de 1912. No era un oficial médico; era un Oberleutnant der Reserve, un teniente de la reserva, que no tenía asignado un rango de oficial de sanidad, por lo que su especialidad es un misterio por el momento.

Hay muy pocos registros del apellido Kulenkampff en los archivos migratorios argentinos; me arriesgaría a afirmar, entonces, que sus padres eran Elise y Jules, de 22 y 28 años respectivamente al momento de radicarse en Argentina en 1910. Llegaron al país a bordo del vapor Aragon, el 6 de marzo de ese año.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Kulenkampff fue asignado a la 3.º Compañía del Panzerjäger Abteilung 168 (Sección Cazatanques 168.º), que formaba parte de la 68.º División de Infantería. Al estar adscripta a una formación de infantería, con toda seguridad esta unidad cazacarros utilizó en los primeros años de la guerra, al igual que el Abteilung de Fänger, que pertenecía a una división acorazada, los cañones antitanque tirados por vehículos blindados. Los cañones autopropulsados llegarían más tarde.

Kulenkampff participó de la campaña de Polonia y del frente del oeste. En 1941 entró en la Unión Soviética a través del Frente Sur. Su unidad pertenecía al Grupo de Ejércitos Sur, 17.º Ejército, XXXIV Cuerpo de Ejército (aunque fue cambiando de cuerpo con el correr de los meses). El Dr. cazacarros atravesó Ucrania completamente. Fue herido gravemente entre fines de octubre y principios de noviembre de 1941, entre Poltava y Járkov. En principio logró sobrevivir y fue evacuado a Alemania. Tenía una herida grave en la pelvis, su brazo izquierdo estaba muy comprometido y padecía múltiples infecciones. Murió a las 13:30 horas del 25 de noviembre de 1941, en el Reservelazarett V (Hospital de la reserva V) de Breslau, cuando sufrió una insuficiencia cardíaca a causa de sus heridas e infecciones.

Joachim Hans Kulenkampff descansa en el cementerio de guerra de Berlín-Zehlendorf I. Ubicación de la tumba: bloque 17, tumba 82.

Documento que registró la muerte de Kulenkampff. Desde mi punto de vista, este documento tiene un error, ya que debió decir “Abteilung” en lugar de “regimiento”.

Fuentes de información: Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos. PA Bundesarchiv: fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA818/0630-0939. Certificate number: G-A 818/0747. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

En Crimea, el Cáucaso y más allá

En el Regimiento de Granaderos Beyrouth

Adolf Gestefeld nació en Buenos Aires el 14 de enero de 1923. Su padre, del mismo nombre, fue un viejo oficial alemán nacido el 4 de abril de 1889; en 1911 había sido promovido al rango de teniente del Ejército Imperial y en 1914 a teniente primero. Luego de la Gran Guerra y de vivir varios años en la Argentina, donde nació su hijo, Adolf padre volvió a Alemania e ingresó en la temida Sicherheitspolizei, más conocida como SiPo. Esta agencia estatal de seguridad, dedicada a la investigación de crímenes y delitos políticos, era anterior a la era nazi. En 1936 combinó fuerzas con la Gestapo (Policía secreta del Estado) y la KriPo (Policía criminal) y mantuvo su independencia hasta 1939, cuando cayó en la órbita de la recién creada RSHA (Reichssicherheitshauptamt, Oficina Central de Seguridad del Reich) de las SS. Adolf tenía el rango de mayor, pero no está claro si sirvió en este cuerpo en la época en que cayó bajo el dominio de las SS, aunque parece ser lo más probable.

Adolf padre ingresó en la Luftwaffe el 5 de junio de 1942 como Hilfsoffizier, oficial asistente, del IV Gasschutz Landesschützen Bataillon (IV Batallón Antigas), una formación de la guardia local. Todas las formaciones Landesschützen consistían principalmente en reclutas de Landwehr de 35 a 45 años que eran demasiado viejos para servir en el frente. El 1 de noviembre fue promovido a mayor de la reserva, mientras que en 1943 fue designado comandante de otra formación de guardia local, en ese caso la Landesschützen Abteilung I (I Sección de Fusileros de la Guardia Local). El 25 de junio de 1943 fue nombrado comandante del Luftschutz Ersatz Abteilung I (I Sección de Reemplazos de Protección Aérea). En 1944 comandó el Gasschützen Abteilung Magdeburg y en 1945 el Gasschutz Landesschützen Korp del Reich (otras dos secciones de protección de gases).

El porteño Gestefeld, el hijo del oficial de la SiPo y de la Luftwaffe, eligió el Ejército de tierra para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Fue reclutado por la 12.º Compañía del 42.º Regimiento de Granaderos (antes 42.º Regimiento de Infantería), adscripto a la 46.º División de Infantería.

En marzo de 1941, el regimiento Beyrouth, como era conocido en honor a la ciudad bávara, fue trasladado a Rumania para su entrenamiento, y desde el 6 de abril de 1941 formó parte de la campaña de los Balcanes durante la invasión de Yugoslavia. Después del final de esa campaña, permaneció en el Banato. Más tarde, con el inicio de la campaña rusa, el regimiento permaneció en la reserva del OKH (Estado Mayor del Ejército), y fue finalmente transferido al frente en agosto de 1941. Con grandes pérdidas avanzó a través del sur de Ucrania hasta el estrecho de Perekop y en el invierno alcanzó la península de Kerch, en Crimea. Allí el regimiento luchó hasta septiembre de 1942. No muy lejos de allí, en Kotlovyna, Odesa, sur de Ucrania, el Grenadier argentino Adolf Gestefeld fue gravemente herido por disparos de armas livianas durante los combates del 23 de noviembre. Fue auxiliado por sus compañeros y llevado al hospital de campaña Feldlazarett 10. Allí murió por sus heridas el 28 de noviembre. Según los documentos alemanes que aquí se reproducen, fue enterrado en una tumba marcada 46/1, unos 3 km al este de la mencionada localidad ucraniana de Kotlovyna. Sin embargo, luego de la guerra las tumbas alemanas en esa localidad fueron removidas. Adolf Rudolf Hoger Gestefeld probablemente fue trasladado al cementerio de guerra de Krasnodar-Apscheronsk como soldado desconocido.

Documento que registró la muerte de Gestefeld.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA453/0001-0499 y GA453/0388. Certificate number: G-A 453/0383 y G-A 453/0388. Luftwaffe Officer Career Summaries, Section G-K, Version: 01.04.2022. By Henry L. de Zeng IV and Douglas G. Stankey. Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V. Gemeinsam für den Frieden.

Hacia Oriente Medio

La unidad de Adolf Gestefeld detuvo su avance en la península de Crimea, sobre la costa del mar Negro. Sin embargo, hubo otras unidades alemanas que continuaron avanzando hacia el sudeste con la esperanza de reunirse, algún día, con las tropas japonesas y el Afrika Korps de Rommel en el Oriente Medio, y penetraron a paso firme sobre la región del Cáucaso, allí donde la Unión Soviética limitaba con Turquía. Ambas naciones del eje tenían entre sus objetivos lograr hacerse con los recursos petrolíferos vitales que controlaban los británicos en esas lejanas regiones.

Un suboficial argentino acompañó en aquella odisea de miles de kilómetros a un regimiento de zapadores alemanes que llegó tan lejos como hasta Kizlyar, a 60 km del mar Caspio, y estuvo estacionado a solo 400 km al norte de la frontera de Armenia con Irán. Era casi imposible para los alemanes, como cualquiera puede imaginarse, mantener las líneas de suministro abiertas hasta sitios tan remotos.

El Feldwebel (sargento primero) Walter Meyer había nacido en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1916. Su unidad era la 2.º Compañía del 370.º Batallón de Zapadores (Pionier Bataillon). Esta formación, creada en Reims en marzo de 1942, fue subordinada a la CCCLXX (370.º) División de Infantería, también creada en Francia en ese año. Por la edad y el rango de suboficial Meyer, podrían caber pocas dudas de que este soldado era un veterano de otros regimientos, tal vez diezmados o destruidos al inicio de la operación Barbarroja. Como he comprobado a lo largo de esta investigación, los alemanes formaban nuevas unidades con reclutas frescos, pero utilizando como núcleo a veteranos de otras formaciones. El porteño Meyer, con toda seguridad, era un veterano de guerra para 1942, pero fue imposible averiguar a qué unidad perteneció antes de ese año.

La flamante 370.º División de Infantería fue enviada a Rusia a mediados de 1943, y fue de inmediato arrojada al combate en el Frente Sur, cerca de Rostov. Quedó bajo el mando del Grupo de Ejércitos A, 17.º Ejército, LII Cuerpo de Ejército. Desde Rostov del Don se dirigió a toda marcha a cubrir los 800 km hasta el mar Caspio.

El suboficial argentino Walter Meyer cayó en acción el 2 de septiembre de 1942 en la pequeña ciudad de Kizlyar, que como dijimos se ubica muy cerca del mar Caspio. El grueso de su división aún estaba en las cercanías de Grozni, varios kilómetros por detrás de la unidad de Meyer, que seguramente estaba en la cabeza del avance con su compañía de zapadores.

El cuerpo del argentino Walter Meyer fue enterrado allí mismo, en Kizlyar, por sus compañeros, y no hay información que indique que alguna vez fuera trasladado a un cementerio militar. Algo de esperarse para un caído en una región tan remota.

El apellido Meyer es tan común entre los descendientes de alemanes que fue prácticamente imposible vincular al suboficial con alguna de las familias que ya poblaban la Argentina antes de la Segunda Guerra Mundial. Hubo muchos Meyer diseminados por toda la Argentina, que eran parte de las viejas organizaciones alemanas de aquellas épocas.

Documento que registró la muerte de Walter Meyer.

Fuentes de información: PA Bundesarchiv, fondo documental “Deutschland im Kampf gefallene Soldaten, 1939-1948”. Box number: GA604/0960-1304. Certificate number: G-A 604/1014.

Fritz Köhn, un cabo argentino nacido en Quilmes

Quilmes, al sur de Buenos Aires, fue una localidad donde varios alemanes se asentaron a principios de siglo. Muchos eran miembros del partido nazi o de otras organizaciones afines como el Frente Alemán del Trabajo. Al menos 33 alemanes radicados en Quilmes eran miembros de la célula local del partido, mientras que los de la asociación gremial eran todavía muchos más; unos 350 germanos.

Al escribir estas líneas, inmediatamente viene a mi mente la historia del que tal vez fue el nazi más famoso de Quilmes. Entre los hitleristas de esa localidad se destacó la familia Nagel. Ya fuera nazi convencido o no, lo cierto es que Otto Nagel entró al partido el 1 de diciembre de 1934 bajo el número 3591673, y fijó domicilio en Humberto Primo, número 21; de profesión era dibujante y había nacido en Donndorf el 14 de marzo de 1913. Las historias que se tejieron en Argentina alrededor de Otto Nagel son tan fantásticas como falsas. Se ha escrito, entre otras cosas, que este germano-argentino fue un submarinista que llegó a la Argentina en su nave luego del final de la guerra, en los últimos meses de 1945. Otto no era submarinista ni salió de Argentina para pelear en la Guerra Mundial por Alemania. En mi libro Sumergibles alemanes en Argentina y Sudamérica se ha mencionado una gran cantidad de datos sobre la historia de los Nagel: cómo llegaron a la Argentina y cómo Kurt Nagel, hermano de Otto, tripuló el submarino U-423, un sumergible del tipo VII C que formaba parte de la 8.º Flotilla con base en la ciudad de Danzig. El 17 de junio de 1944 ese submarino fue hundido por un avión aliado. Podemos leer en los archivos alemanes que todos los tripulantes del U-423 perecieron en aquella ocasión. Sin embargo, los descendientes directos de Kurt Nagel escucharon varias veces otra historia, la de cómo el Obergefreiter Nagel debió permanecer en las gélidas aguas del mar del Norte en una pequeña balsa de goma, por horas, a la deriva, antes de ser rescatado. Quien desee ahondar en todos los detalles de esta historia puede recurrir al libro mencionado.

Otro quilmeño, en este caso de nacimiento, el Oberfeldwebel Fritz Köhn, nació el 8 de mayo de 1910 y formó parte de la 1.º Compañía del 209.º Regimiento de Infantería del Ejército alemán, que estaba adscripto a la 58.º División de Infantería desde la invasión de Polonia en 1939. El 10 de mayo de 1940 se puso en marcha la invasión de Francia; el regimiento del argentino cruzó la frontera francesa cerca de Tréveris, después de atravesar Luxemburgo. El 22 de mayo alcanzaron Arlon.