Permiso - Roxana Hatzikián - E-Book

Permiso E-Book

Roxana Hatzikián

0,0

Beschreibung

Permiso surge en realidad como una irreverencia. Ya que no lo pido, me lo doy. Es un permitido luego de un proceso de aprender a equivocarme, y reiteradas veces. Luego de tan duro entrenamiento en el arte de los imperfectos aquí doy a luz… una creación más. Permiso es una mixtura evolutiva de textos que surgieron consecutivamente -sin prisa y sin pausa- donde el VOS y el TÚ se unen a veces y otras claramente se separan. Es mi territorio y lo construí a mi manera, es una forma de invitarlos a recorrer los diferentes espacios de mi ecléctico hábitat. Desde Génesis -que fue lo primero que escribí hace casi 27 años-, pasando por el Autoprólogo hasta las últimas reflexiones a la carta (mi carta) exponen partes de mi Ser Creador inquieto, soñador, a veces mágico y luminoso, y otras definitivamente desagarrado y sombrío. Diferentes momentos generan distintos destinos y creaciones únicas. Llevo acumulados ya muchos momentos, con personas y personajes tan dispares como este contenido. A todos y cada uno ellos con los que me he cruzado en este andar llamado vida: GRACIAS. Tal vez aún sin saberlo han sido parte constitutiva para mis escritos, ya que me han inspirado o motivado. GRATITUD infinita porque son la base y sostén de este Permiso que me doy y que invito a cada uno, a que, en algún momento de su vida, se lo puedan dar. Permiso para pensar "fuera de la lata", romper estructuras, generar y producir lo nuevo, y si nadie lo hizo antes, mejor; hay que ser el primero. Sin riesgos no hay historias que contar, así que a permitirse asumirlos. Ahora sí, Permiso… voy a seguir Creando.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 182

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



 

 

PERMISO

Roxana Hatzikian

Permiso surge en realidad como una irreverencia. Ya que no lo pido, me lo doy. Es un permitido luego de un proceso de aprender a equivocarme, y reiteradas veces. Luego de tan duro entrenamiento en el arte de los imperfectos aquí doy a luz... una creación más. Permiso es una mixtura evolutiva de textos que surgieron consecutivamente -sin prisa y sin pausa- donde el VOS y el TÚ se unen a veces y otras claramente se separan. Es mi territorio y lo construí a mi manera, es una forma de invitarlos a recorrer los diferentes espacios de mi ecléctico hábitat. Desde Génesis -que fue lo primero que escribí hace casi 27 años-, pasando por el Autoprólogo hasta las Últimas reflexiones a la carta (mi carta) exponen partes de mi Ser Creador inquieto, soñador, a veces mágico y luminoso, y otras definitivamente desgarrado y sombrío.

Diferentes momentos generan distintos destinos y creaciones únicas. Llevo acumulado ya muchos momentos, con personas y personajes tan dispares como este contenido. A todos y cada uno de ellos con los que me he cruzado en este andar llamado vida: GRACIAS. Tal vez aún sin saberlo han sido parte constitutiva de mis escritos, ya que me han inspirado o motivado. GRATITUD infinita porque son la base y sostén de este PERMISO que me doy y que invito a cada uno, a que, en algún momento de su vida, se lo puedan dar.

Permiso para pensar "fuera de la lata", romper estructuras, generar y producir lo nuevo, y si nadie lo hizo antes, mejor; hay que ser el primero.

Sin riesgos no hay historia que contar, así que permitirse asumirlos.

Ahora sí, permiso... voy a seguir Creando.

Hatzikián, Roxana

Permiso / Roxana Hatzikián. - 1a ed. - Villa Sáenz Peña : Imaginante, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-8447-58-2

1. Poesía Argentina. 2. Reflexiones. 3. Literatura Feminista. I. Título.

CDD A861

Edición: Oscar Fortuna.

Correcciones: Melanie Delobelle.

Diseño de tapa: Raquel Chanampa.

© 2021 Roxana Hatzikián

© De esta edición:

2021 - Editorial Imaginante.

www.editorialimaginante.com.ar

www.facebook.com/editorialimaginante

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier método, incluidos reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, sin la previa y expresa autorización por escrito del titular del copyright.

ISBN 978-987-8447-58-2

Conversión a formato digital: Libresque

Permiso, me voy a equivocar

Hace tiempo, ya, que tenía ganas de escribir con la idea de compartir mi posición de observador, o mi mirada, sobre algunos temas, y siempre me paralizaba la idea de herir susceptibilidades o equivocarme en mi manera de pensar.

Con el tiempo y la madurez aprendí, luego de desaprender y reaprender, que para algunos puedo parecer acertada en mis definiciones y para otros, no, y qué interesante que así sea, porque se pueden conjugar diferentes perspectivas sobre una misma situación.

En general, creo que los seres humanos tendemos a procrastinar, a “dejar para mañana… o nunca” por ese temor, ese intruso posesor de nuestro ser que nos bloquea o nos limita a expandirnos e ir más allá del día a día para pensar o soñar en grande, ese “no invitado” que se apodera de situaciones pensadas y no vividas por no asumir el riesgo de “qué pasaría si…”.

Por eso, me he tomado esto muy en serio, y comienzo dándome este permiso de… equivocarme.

Y aviso al lector, para que no lo tome desprevenido.

Sí, puedo equivocarme, y es precisamente porque lo estoy “haciendo”, porque estoy venciendo a ese intruso, llámese “temor” o “miedo paralizante”, para animarme a llegar a vos desde un lugar de encuentro de ser humano a ser humano.

Y quiero invitarte a recorrer conmigo, juntos, este aprender o desaprender o reaprender, resignificar o de-construir cada página de nuestra historia, para reencontrarnos con la esencia, con lo que realmente somos, reconciliarnos con nosotros mismos y abrazar la vida sin rutina, con el asombro de un turista que descubre por primera vez un nuevo lugar y ve en él toda la belleza. Para deslumbrarnos y alumbrarnos, para nutrirnos y alimentarnos interna y exteriormente de bocadillos sagrados y altamente beneficiosos para nuestro Ser.

¿Estás preparado?

¡Vamos! Atrévete a equivocarte… tal vez.

Asume el riesgo de hacer huella, y, para eso… hay que hacer camino y recorrerlo, explorarlo, reconocerlo, mejorarlo si es necesario, y abandonarlo si no nos conduce a donde nuestro propósito de vida nos premia. Ya todos sabemos que, al final del camino, siempre habrá una recompensa y, en el transcurso, mientras andamos, tesoros por descubrir y compartir. Así como sombras que iluminar, heridas que sanar, personas por amar y maestros por soltar. Ese sendero colmado de experiencias es el que nos hace humanos y únicos. Cada situación es un paso hacia adelante en la evolución personal, cada vuelta de página nos deja una lección. Aprenderla y aprehenderla es el desafío… para que el Universo no nos la repita.

¡Somos ricos!

Nacemos ricos, ¿lo sabías?

Cuando nacemos, somos ricos en TIEMPO, puesto que tenemos todo el tiempo por delante, toda la vida. Aunque nadie puede cuantificar esa riqueza, ya que no se sabe cuánto vamos a vivir.

Esta riqueza, este tesoro es una certeza. ¿Lo puedes ver?

Este tesoro que tienes, llamado “tiempo”, lo puedes dedicar a tantas cosas como tu libertad y tu imaginación lo conciban. Teniendo en cuenta que esa misma libertad de elegir marcará tu camino, y con cada decisión que tomes abrirás nuevas puertas, construirás nuevos caminos o bien abandonarás algunos.

Por eso hay que ser consciente de la distribución de tu tiempo. Comienza a mirarlo como “tu moneda de cambio” y te simplificará tenerlo presente. Cómo repartimos ese tiempo es lo que nos va a dar el orden de prioridades para hacer. Lo importante e interesante aquí es que ese “hacer” coincida con lo que quieres “ser”. Si así no fuera, estás alterando tus prioridades por no estar presente con tu tesoro, con tu riqueza, con tu tiempo.

Para ser coherentes, el hacer va de la mano del ser.

Si tienes grandes sueños, y estás nueve horas diarias trabajando para el sueño de otro… ¿qué tiempo le estás dedicando a tu desarrollo, a tu propósito, a lo que te gusta, a tu familia? La idea aquí no es golpearse el pecho en busca de alguna culpabilidad, sino tomar consciencia de qué estás haciendo con tu tiempo, con tu fortuna de millones de minutos a tu entera disponibilidad.

¿Descansas? ¿Practicas algún deporte o arte que te guste? ¿Preparas una cena o llegas justo para el delivery siempre? ¿Compartes tiempo con tu familia y tus amigos?

Solo algunas preguntas para autoreferencia, aquí no hay juicio. Tú ordenas o alineas tus prioridades, y observa que estén en orden con tu reparto del tiempo.

El Universo es perfecto. Primero nacemos, y empieza el cronómetro del “vivimos” hasta que morimos... físicamente, al menos. En mi caso, elijo definir la muerte como una transformación más de la Vida. Y así se cumple el ciclo vida-muerte-vida.

El tiempo, en definitiva, es algo que adquirimos al nacer y que vamos perdiendo o gastando a lo largo de la vida. Hagamos que esa pérdida sea una inversión, elijamos nosotros mismos en qué invertirlo y que no se nos vaya “como agua entre los dedos”; que el tiempo nos juegue a favor depende de nosotros, de la capacidad que desarrollemos para cuidar de nuestra riqueza medida en días, horas, minutos, segundos, de encontrar razones para vivir con intensidad cada momento y de sentir y ver que la vida tiene muchas experiencias distintas para enriquecernos aún más con la calidad de ese tiempo invertido.

Pensemos en qué o a qué le estamos dedicando la mayor parte de nuestro tiempo, tal vez ahí esté la llave de nuestra motivación.

El llamado en este ítem es a darle a nuestro tiempo la importancia que merece. Porque, luego, renegamos de él, como que “el tiempo no alcanza”, “el día debería tener 25 horas para mí”, “no llegué a tiempo”, “es que mi tiempo, ¿no vale?”, y muchas frases más conocidas, ya tú sabes.

Entonces, y ya cerrando el tema, ¿qué vas a hacer con tu riqueza otorgada al nacer? ¿Cómo la has estado administrando hasta aquí? ¿Vas a reestructurar tus actividades (hacer) para priorizar tu persona (ser)?

Valora tu tiempo, es parte de tu abundancia.

Y valora el tiempo de los otros, por sobre todo: llega a horario a un encuentro, has a tiempo ese llamado, termina hoy lo que puedas hacer y no lo dejes para mañana, que será otro tiempo y una renovación de tus momentos. Gana tiempo e inviértelo en lo que te gusta ser y hacer.

“Un hombre que se atreve a perder una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida” - Charles Darwin.

¿Soluciones mágicas?

¿Existen las soluciones mágicas o se dan y parecen mágicas?

Creo que existen para quienes eligen creer en la magia en lugar de tratar de descubrir el truco.

Hoy en día, está de moda el soltar, como el árbol se desprende de sus hojas. Aunque puede ser confuso eso de andar “soltando” sin elegir con qué nos queremos quedar. Porque no vivimos solos en una isla, tenemos un entorno, tenemos un “otro” cerca. Y el más cercano es el entorno familiar.

En ese entorno se desarrollaron las raíces, las costumbres y ritos ancestrales que permanecen en el inconsciente (o en el yo consciente inclusive) y que conforman la base de ese “yo” que luego será árbol.

Las raíces van a estar siempre, si no, caemos. Ellas nos enlazan con la tierra, con la naturaleza, con el origen de semilla, de ese primer soplo de vida.

Cuando comprendemos esto y dejamos ya de culpar a nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos de nuestras decisiones desfavorables, entonces aparecen las soluciones. ¿Mágicas? Tú decides como denominarlas.

De las raíces, surge el tronco, el cuerpo del árbol. Y ahí entra a tomar relevancia en el juego de la vida la enseñanza, la cultura, los valores, las amistades, los libros que se leen... las elecciones, en definitiva.

Si puedes verlo y empezar a tomar tus propias decisiones, sin juzgarte ni castigarte en el caso de que no salga como esperabas, aunque resultó que era lo que necesitabas… no lo juzgues. Disfrútalo.

Si vas a soltar, que sea la culpa y el resentimiento, suelta eso de andar buscando culpables y abraza fuerte la oportunidad de ver siempre soluciones.

Si vas a soltar, que sean esos enojos guardados que enferman el alma y pueden llegar al cuerpo con dolencias.

Si vas a soltar, que sea la victimización, y toma con fuerza la protagonización de tu historia.

Si vas a soltar algo, que sea tu pelo, tu ropa, tu cuerpo, para despeinarte, para andar cómodo, para bailar.

Suelta lo que pesa, suelta el pasado traumático, suelta esas situaciones que te lastimaron y que hoy, al recordarlas, te contracturan. Suelta lo tóxico que albergaste sin saberlo siquiera y aférrate a ti mismo. Cuídate con amor. Priorízate.

Abrázate hoy sinceramente, como nunca has abrazado a nadie.

Siente tus latidos, pon la mano en tu corazón y bendícete, que TÚ eres lo más importante para ti mismo.

Porque, si vas a amar, primero debes sentir amor por ti.

Si vas a cuidar a alguien o de alguien, debes saber cuidarte tú antes.

Y, si vas a vivir, que sea tu vida, y de ninguna manera la que otros esperan de ti.

Sé libre, sé autentico, sé quien quieras ser.

El día ocurrirá, te levantes o no

Y la decisión de vivirlo o padecerlo está en ti. Puedes elegir el letargo o dar el primer paso para salir de donde estás.

Y vas a sentir miedo… tal vez.

Y vas a sentir que no puedes… tal vez.

Y vas a sentir pánico… tal vez.

¿Y qué? Hazlo igual. Valiente es quien se atreve, quien, a pesar del miedo, lo hace.

No quien lo intenta o lo “va a pensar”, sino quien lo hace, definitivamente, quien acciona, quien se mueve, quien se arremanga, quien se duerme tarde, quien se despierta temprano, quien asume riesgos, quién fracasa; porque, si fracasó, es por qué estaba haciendo. El fracaso es un error, y ya basta con darle tanta entidad, que todos nos equivocamos, y es el auspiciante mejor logrado para una inolvidable lección. Sponsor oficial del éxito (¡o lo que se entiende por éxito! Ya lo veremos más adelante).

Esa cuota de valentía se renueva a diario. Y se refuerza. Y se incrementa con la práctica.

Valentía que originamos desde la pulsión primera del despertar, esa que va acompañada de la actitud, mental y corporal. Valentía para sentirse y ser vencedores de nuestros propios enemigos, esas partes oscuras a las que iluminamos erróneamente cuando les otorgamos la relevancia que no poseen.

El miedo se vence con valentía, con amor, con actitud, con accionar. Cuando das el primer paso con valentía, el miedo y todas sus sombras quedan detrás. Siguen en tu camino, solo que un paso atrás. Y, cuando sigas avanzando, si al sentimiento de valor le sumas amor, propósito, enfoque, acción constante, dirección, tiempo de calidad, irás hallando capacidades como el disfrute y las ganas constantes de agradecer y celebrar la vida. Y, entonces, el miedo que sigue estando parece ausente, y tú evolucionas. Y tú y tu miedo se hacen amigos, al punto tal que, cuando comienzas a notar SU presencia surgiendo, sabes qué tipo de señal te está indicando. A veces, podrá ser positiva, otras, no, lo importante es que tú, desde tu saber e instinto, ya sabrás de qué se trata y qué te quiere comunicar.

Y, entonces, vas a decidir si sigues por ese camino o es momento de detenerse y replantear.

Tú eliges, tú decides. Si estas acciones las llevas adelante tú y lideras tu vida convirtiéndote en tu propio maestro o dejas que estas decisiones las tomen otros y te conviertes en un penitente esclavo de sueños ajenos.

Puedes seguir sobreviviendo o viviendo la vida que eliges y de la que eres merecedor/a.

Decidas lo que decidas, el día transcurrirá… te levantes o no.

“Empoderarse”, palabra de moda

Hoy el empoderamiento está en auge. Empoderamiento del ser, empoderamiento femenino, empoderamiento de clases, empoderamiento de países, empoderamiento individual, empoderamiento económico…

Pero… ¿qué es empoderarse?

Aquí, una posible definición: “proceso mediante el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo en cuanto forman parte de un grupo social para impulsar cambios positivos en las situaciones en las que viven” (Diccionario de Acción Humanitaria).

Y resalto “cambios positivos” y me centro y enfoco en esto.

Entonces, empoderarse es ir en busca de un bien común mayor al actual, y no tiene que ver con enfrentamientos. Si es tan simple, ¿por qué se complica y una parte de la sociedad resulta herida cuando la otra se está empoderando?

Será que el Ser Humano como tal no necesita empoderarse, sino tomar consciencia de la acción (no pensamiento) de su Poder.

O, al menos, tomar consciencia de dónde está depositando ese poder, en mentes de quiénes está dejando ciertas decisiones relevantes que son su responsabilidad y, tal vez inconscientemente (o no), está dejando en manos de otros ese hacer. Delegando lo suyo, su territorio, su dignidad, su destino y misión.

Será por eso de quedarse sin ganas y sin energías que considera que debe empoderarse y, en realidad, hace tiempo viene perdiendo poder esencial, que lo deja escapar sin detenerse a pensar dónde está mal invirtiendo esa energía.

Tampoco es cuestión de alquimia, magia o hechizos, ni de implementar técnicas ultra novedosas o conectar con las altas esferas para crear, hacer o ser. Como ser humano, estás creando todo el tiempo, como cocreador con el Gran Creador estás constantemente creando todo lo que deseas, solo que, usualmente, no tienes consciencia de lo que realmente deseas.

Si crees que no tienes poder, pues no lo tienes. Y si crees que lo tienes… lo tienes, y eres poderoso/a.

Lo que tú creas es lo que define tu creación.

Si aún después de leer y aprehender esto sigues creyendo que no tienes poder o no tienes tiempo para todo lo que quieres o deseas hacer o ser ni energía para crear tu vida, o te sientes incapaz de crear tu paso a paso en este camino, pregúntate: ¿a quién le estás cediendo tu PODER? Piénsalo, en serio, tienes la respuesta, y lo sabes.

Estás a tiempo de que ese Poder regrese a ti.

Ese poder es tuyo, no es del gobierno de turno ni de la economía del país ni de tu padre o tu madre ni de tu pareja ni de tu familia ni de tu jefe ni de tu vecino. ¡Es tuyo, ya reclámalo!

Y reclama con responsabilidad, con compromiso.

Pregúntate si estás repitiendo ideas de otros, si estás viviendo sueños de otros.

Si tienes pensamientos “enlatados” por no animarte a pensar diferente.

Pregúntate, cuestiona, repregunta si es necesario, pero define tú el próximo paso.

¡El tiempo, tan valioso, el tiempo! Ese que inviertes en hacer, ¿es para tu logro o es para el logro de otro?

¿Estás siguiendo tus deseos del corazón o el de otros?

¿Inviertes tiempo en TU sueño, en tu propósito?

¿Inviertes en ti? ¿En capacitarte, en disfrutar? ¿Disfrutas realmente o solo trabajas y acumulas?

¿Cuántas veces has estado inmerso en ese tiempo sin reloj de sostener desde cosas hasta personas y situaciones que ya sabes que no deseas y que no aportan a tu misión?

Si hoy sientes que te falta energía… ¿te preguntaste dónde la estás perdiendo?

Ya es tiempo de empezar a hacerse estos interrogantes; frena un poco el mundo y no te bajes.

Empieza a observar y observarte.

¿Estás viviendo en automático o estás realmente viviendo y disfrutando de tomar tus decisiones de cada día? ¿Estás asumiendo riesgos?

¿Estás haciendo algo diferente para obtener otros resultados? ¿Estás conociendo lugares nuevos, personas con otras miradas?

¿Sabes realmente lo que quieres, lo que deseas? ¿Y qué estás haciendo para llegar a eso, para materializarlo?

¿Quieres empoderarte?

Empieza a reconocer tu poder, reconoce tu Ser como creador, con esa capacidad inagotable de idear y materializar. Si reconoces tu capacidad creadora, podrás construir tu propio camino hacia tu propósito con autoliderazgo.

Y así podrás invertir tu tiempo y energía con sabiduría para hacer lo que hay que hacer y no malgastar.

Confía en ti y en tu poder.

Y, cuando lo hayas creado, aquello que sueñas y deseas, serás feliz de haberlo logrado.

Y ya nada podrá frenar tu andar empoderado.