Ponte las alas cuando la vida te dé calabazas - Rosetta Forner - E-Book

Ponte las alas cuando la vida te dé calabazas E-Book

Rosetta Forner

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Beschreibung

La vida nos da calabazas con más frecuencia de la que nos gustaría. Cuando menos lo esperamos, se nos presentan problemas materiales, emocionales o de salud. Sin embargo, tenemos un arma muy poderosa para enfrentarnos a ellos y transformarlos en oportu­nidades: nuestro genio. En este libro, Rosetta Forner saca su varita mágica y nos ayuda a desplegar nuestras alas para triunfar como seres humanos, con alegría interior, dignidad y plenitud. Rosetta Forner es escritora, coach personal, ejecutiva y crea­dora del Anticoaching & Animacoaching, y de la escuela de emociones La Vida en Rosetta. También es consultora para empresas, articulista y colaboradora de radio y televi­sión. Entre sus libros, destacan: Cuentos de hadas para aprender a vivir, La danza de amor de las hadas, La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada y El último sapo que besé.

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Seitenzahl: 297

Veröffentlichungsjahr: 2019

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© Rosetta Forner, 2010.

© de esta edición digital: RBA Libros, S.A., 2019. Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.

www.rbalibros.com

REF.: ODBO448

ISBN: 9788491873655

Composición digital: Newcomlab, S.L.L.

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Todos los derechos reservados.

Índice

¿Por qué he escrito Ponte las alas... cuando la vida te dé calabazas?

Libro dedicHado

PrólogoS (dos, porque dos son las alas y yo no «quería ir de ala»)

Las damas y las reinas, primero: Carla Royo-Villanova

El turno del caballero: Íñigo Sota Heras

Primera parte. Aprendiendo a vivir sin complejos

Diccionario Rosettiano

1. Déjate de cuentos

2. Confesiones desde mi varita: yo también quiero ser hada

3. Cuando necesites un milagro, sílbale a tu ángel de la guarda

Segunda parte La constelación calabazina. Las 13 calabazas que el CdR te da, te ha dado y te dará

Calabaza n.º 1: Sin blanca y a dos velas

Calabaza n.º 2: Corazón partío (nadie me quiere, soy un/a single)

Calabaza n.º 3: Cuando te impulsan hacia tu destino (o la forma fina de decir «que te han dado una p

Calabaza n.º 4: Cuando la primavera olvidó echar flores

Calabaza n.º 5: Te quedaste sin recreo, y sin piruletas

Calabaza n.º 6: Tu verbena no tiene orquesta ni fuegos artificiales

Calabaza n.º 7: Cáncer no es solo un signo del zodíaco

Calabaza n.º 8: Cuando Leoncio dejó a Tristón y encontró su bastón

Calabaza n.º 9: La pasa marchita

Calabaza n.º 10: Lo que se siembra, se recoge

Calabaza n.º 11: La «Flaca» quiere besarte

Calabaza n.º 12: Papá Noel no hará sonar sus campanillas esta Navidad

Calabaza n.º 13: Mentiras, engaños y otros trucos del CdR

Tercera parte. Al final, porque me da la gana real

1. Cuando la vida te dé calabazas... aprende a elaborar «trampolines de lanzamiento hacia tu destino»

2. Propina hadada en forma de artículos y dos cuestionarios hadados

1. Cuestionario 1. Ponte Alas

2. Cuestionario Liberador

3. Otros hadadeos

Notas

«Il faut supporter deux ou trois chenilles si on veut connaître les papillons.» «Hay que aguantar dos o tres orugas si quieres conocer las mariposas».

El Principito

¿POR QUÉ HE ESCRITO PONTE LAS ALAS... CUANDO LA VIDA TE DÉ CALABAZAS?

Después de unos cuantos libros, y muchas oportunidades en medio de muchas islas de problemas, decidí volver al tema de las calabazas con las que la vida suele obsequiarnos con demasiada frecuencia, o con más de la que nos gustaría.

Las ideas, las creencias, la mente en definitiva, nos da alas o nos sume en pozos de profunda melancolía. Asimismo, la sociedad, a la que yo etiqueté como CdR (Club del Redil, Pídeme la luna, Planeta, 2007), ha ido a la deriva en los últimos años, cayendo en una espiral de materialismo y consumismo que ha acabado por eclipsar los valores humanos además de pervertir el sentido espiritual de la vida. Mucha gente ni recuerda ni quiere creer que son almas, seres espirituales viviendo experiencias humanas. Hemos sustituido valores por enseres. Y así nos va. La infelicidad campa a sus anchas, la insatisfacción vital ha echado raíces en el ánimo de la gente. No hay dinero que calme el hambre interior. El dinero da cosas, pero no proporciona lo que es esencial: compra una casa, pero no proporciona un hogar; paga sexo, pero no proporciona amor; compra tratamientos médicos, pero no otorga salud; paga viajes, pero no incluye el disfrute de las vacaciones... Solo el alma contiene lo esencial, eso que es invisible a ojos de la sociedad consumista, pero vital puesto que sin amor la vida se queda fría y la existencia pierde su sentido.

Ejerzo de hada madrina (coach, para entendernos), con mi estilo rosettiano, obviamente. ¿Por qué Hadamadrina y no simplemente coach? Porque veo los talentos y el alma de la gente. Hadadeo sus vidas y desde ahí les animo a desplegar las alas, y a descubrir al ser que habita en su interior: les animo a adorarlo, acunarlo y descubrirlo en su inmensidad y genialidad. Cuando mis amadrinHados se quitan las telarañas del alma, tiran a la basura las ideas del redil (las del CdR), le dan la vuelta al calcetín de la vida y convierten las calabazas en oportunidades... les salen alas en el alma, y eso se nota enseguida porque sus ojos pasan a tener luz y su voz se viste de cascabeles.

El mal de la humanidad son las calabazas que se da a sí misma, el miedo al que se condena, y la pérdida de los valores espirituales a la que se castiga. Tanto materialismo ha acabado por generar una oportunidad de tomar decisiones (en el CdR lo llaman «crisis»). Ha llegado el tiempo de decidir regresar al alma, de reconectarnos y sanear esta sociedad del siglo XXI que se ha tornado agria, falsa, soberbia, prepotente, aburrida, sectarista y fanática. Sin amor, la vida es un centro comercial donde se le podrá sacar humo a la tarjeta de crédito, pero donde no se hallará consuelo para el vacío emocional y espiritual que ha dejado en el alma el hecho de ser ignorada por la parte humana. Ahora bien, no solo es el amor quien anda perdido, la magia también, y la alegría. Lo verdaderamente importante de la vida es ignorado y vilipendiado.

Me refiero al ser humano.

Sin alas estamos desconectados de nuestro ser interior.

Sin alas carecemos de imaginación.

Sin alas no sentimos el amor de nuestra alma.

Sin alas hemos perdido la conexión con la genialidad que crece en nuestra esencia. Sin alas nos ponemos las cadenas del CdR.

Sin alas no recordamos quiénes somos ni qué venimos a hacer aquí ni cuáles son nuestros verdaderos principios y valores.

Sin alas no hay singularidad que valga.

Sin alas competimos por un mendrugo de pan podrido en forma de poder, dinero, fama, contactos, posesiones materiales y consumismos varios.

Estoy comprometida en enseñar (no soy la única) a los humanos a ponerse las alas, ajustarse la corona y coger las riendas espirituales de sus vidas: soy «comadrona del espíritu humano», me apodó así Judith De Lozier cuando aprendía PNL con ella y con Robert Dilts en Santa Cruz (California). No puedo hacer otra cosa que cumplir con mi destino humano. A la gente le veo el alma, y sé cómo puede salir de su laberinto (esto de mi misma, me lo descubrió Robert Dilts). Por eso, cuando llaman a mi puerta, les digo que sé sacarles del infierno; pero, eso sí, me han de dar la mano.

Tuve la oportunidad de conocer a Rosetta por vez primera hará unos siete años en la NLP University, en Santa Cruz de California. La recuerdo en los albores de un profundo viaje, y tuve la sensación de que algo se estaba «gestando» en Rosetta, lo cual traería una bocanada de aire fresco a este, tan a menudo, serio mundo. Ella era como una pequeña mariposa volando de persona en persona, de grupo en grupo, creando alegre celebración a su paso. Rosetta todavía hace esto, a la par que aporta al mundo su experiencia, sus habilidades, su conocimiento y, por supuesto, su toque de varita mágica y sus alas de ángel. Ella nos recuerda el misterio y la magia contenidos en la Vida, y mucho más importante que eso: nos recuerda que somos parte de esa magia. El mundo de Rosetta está lleno de metáforas y de creatividad, y todo ello está reflejado en sus maravillosos libros. Gracias a estas historias ella abre sus alas expresando en palabras su propio viaje vital. Rosetta hace una llamada a las experiencias humanas, esas que compartimos porque somos miembros de la misma especie: nacemos, amamos, se operan profundas transformaciones en nosotros, sanamos, nos perdemos a nosotros mismos y nos volvemos a encontrar. La he observado ejerciendo de monitor, de esponsorización, y de maestra para otros. He sido testigo de su habilidad para despertar a otros: Rosetta es la comadrona del espíritu humano. Les deseo, a todos los lectores, que oigan la llamada que les hace Rosetta para volver al espíritu y que se decidan a expresar su viaje vital con arte, creatividad y amor.

Habiendo dicho todo esto, no olvidemos que Rosetta ha trabajado en el mundo de los negocios. Quedando reflejado este equilibrio entre lo espiritual y lo profesional, o mundo de los negocios, en sus libros. Ella camina en perfecta armonía y belleza.

Judith DeLozier, Santa Cruz, California (21 de julio de 2001)

Mucha gente se ha puesto sus alas y ahora vuelan felices sus vidas. Se saben los capitanes de su destino: reinas y reyes que se pusieron la corona según la versión rosettiana de restituirse la dignidad y liderar la vida propia.

Te animo a que te pongas las alas y que hagas con las calabazas lo que te dé la real gana, como si las quieres usar para pasártelas por el arco del triunfo, ¡qué caray!

Desde que escribí La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada (RBA, 2004), muchas son las personas que «hacen lo que les pasa por la corona», «no se quitan la corona ni para dormir», «golpean los problemas con sus varitas», y se dedican a ser la Reina o el Rey de su vida; o lo que es lo mismo, han asumido las riendas emocionales, cuidan de su dignidad y alimentan su integridad.

Desde hoy, además de ponerte la corona, te puedes poner las alas y... ¡ya estás completHada!

La clave de la felicidad es ser auténticamente tú, sin disfraces, sin complejos y... ¡con un buen par de alas!

LIBRO DEDICHADO

Por supuesto, a mi manHada de alma: Eliseo y Rosita, mi aeropuerto humano, o sea, mis padres. El resto de mi familia en la Tierra: Sergio, Mariola y sus hijos Yaiza y Alejandro (soy su madrina). Y los que llevan alas permanentes: mi abuelo Viçent, mi padrino Visantet, mi famosa abuela María Rosseta y mi abuela Lola. Ellos saben que son mi «tesoro», la mejor fortuna que un hada puede hallar y poseer en la Tierra, y lo mejor que hay en mí.

Hay otras almas en forma humana que han cruzado y hadado mi cielo terrícola dejando una estela de esponsorización positiva, de luz, amistad e inspiración maravillosa. Algunos todavía están, aunque en otros países; otros andan cercanos, y otros emigraron a tierras de plenitud: Ingrid Weiner, Pat Ryle, Judith DeLozier, Robert Dilts, Stephen Gilligan, Robert Macdonald, José Carlos Gutiérrez... entre muchos.

A mi reencontrada amiga Alicia Monsonís.

A mi agente literaria y compañera de aventuras literarias Angela Reynolds.

A Íñigo Sota Heras(www.periodistaaudiovisual.blogspot.com), mi hado prologuista con quien me voy intercambiando alas literarias.

A Carla Royo-Villanova, mi prologuista rosHada (www.carlabulgaria.com), Carla Bulgaria Roses Beauty. Por su generosidad y por compartir las alas del alma hadada en esta aventura humana.

A los editores que publican mis libros y me acompañan en esta misión hadada.

Y, cómo no, a todos los hados y hadas que han hecho posible el milagro de que mis libros se vendan y lleguen al alma de muchas personas. Y también, a los amadrinHados y amadrinHadas que me inspiran y hacen que me estruje las neuronas para idear planes de «salida de sus laberintos». Gracias por ejercitar mis varitas. Para muestra, un botón de blog, cuya autora lo dedica a la causa rosettiana: http://di-facil.blogspot.com, y otro blog de un osHado: www. osoasturpp.myblog.es

Por último, y muy especialmente, a Pilar Vidal, mi amiga diseñadora, cuyos maravillosos diseños animo a admirar y vestir (www. pilarvidal.com). Y, por supuesto, a la editora de este libro, Clara Sabrià Miracle, por su claridad, franqueza, apoyo y por hacer honor a su segundo apellido.

PrólogoS

(DOS, PORQUE DOS SON LAS ALAS

Y YO NO «QUERÍA IR DE ALA»)

LAS DAMAS Y LAS REINAS, PRIMERO:

CARLA ROYO-VILLANOVA

Ponte las alas... cuando la vida te dé calabazas es un título sugerente, apetecible, tanto que yo añadiría: y no te las quites nunca. Nos ha tocado vivir una época «rara», dura, la llaman crisis. Pero «crisis», del griego Krisis, realmente significa decisión, implica algo que se ha roto, y por ello hay que analizarlo. La crisis debe llevarnos a la reflexión, al análisis y, tras él, al cambio. Para los chinos, crisis es peligro, pero también oportunidad. En definitiva, afrontar una época de crisis es una nueva oportunidad que se nos presenta y no debemos desaprovechar. Ponte las alas cuando la vida te dé calabazas es una mirada optimista al futuro, y una sabia petición de reflexión para dejar a un lado la frivolidad escandalosa que nos ha abocado a esta crisis. Ponte las alas cuando la vida te dé calabazas es una llamada a recuperar nuestro lado más mágico y espiritual, nuestra alma, un alma que todos llevamos dentro pero que hemos olvidado y pretendido sustituir por armaduras. Ahora las armaduras se han oxidado, como la del caballero a quien la reina inteligente dio calabazas. Su armadura estaba en crisis, oxidada y a punto de romperse; ella reflexionó y le dio calabazas. Podía haberle dado otra cosa, o podía haber usado la violencia. Pero recurrió a meras calabazas, un rico fruto de vivos colores que en la Antigüedad tenía, además, otras utilidades: servía para transportar agua, para tocar música o para que los niños jugaran. Más tarde, el hombre le dio otros significados menos alegres. Este bello libro, lleno de ilusión y optimismo, nos obliga a meditar, a buscar para encontrar la fórmula que nos lleve a recuperar el alma.

Rosetta Forner cree en el fondo del ser humano, no se da por vencida ante la aparente importancia que damos a la riqueza material. Ella quiere que profundicemos en nuestra riqueza espiritual, porque es esa riqueza alejada de lo material la única capaz de ayudarnos a afrontar este cambio. Rosetta es una buscadora incansable de otras alternativas que nos reconforten el espíritu. No en vano con algunos títulos de sus libros se podría escribir una bella canción: «El creador de sueños nos da grandes Alas de luz para que mientras dure La danza de amor de las hadas me leas, allí donde Nadan las sirenas, Cuentos de hadas para aprender a vivir y puedas, incluso, Pedirme la luna. Porque siempre podremos decir aquello de Déjate de cuentos si por nuestra vida pasa El último sapo que besé...».

Rosetta es pura energía positiva, y allí por donde pasa llena de esperanza y luz. Es generosa y se siente libre. Por eso comparte con nosotros su energía y forma de ver la vida, una vida complicada pero a la que se le puede sacar mucho partido si cambiamos nuestro enfoque... y nos ponemos las alas.

Una nueva sociedad con valores recuperados nos espera al otro lado. Una nueva sociedad deseosa de que seamos muchos los que a ella lleguemos. Una nueva sociedad donde todos llevaremos alas y no nos las quitaremos.

CARLA ROYO-VILLANOVA

Web: www.carlabulgaria.com

Creadora de: Carla Bulgaria Roses Beauty.

Escritora: La sencillez de saber estar, Recibir en casa

y saber vestir en cada ocasión

EL TURNO DEL CABALLERO:

ÍÑIGO SOTA HERAS

La importancia de tener unas alas y la responsabilidad de abrirlas

«Date prisa, Íñigo, te vas ya a entrevistar a Rosetta Forner.» Fueron las palabras que mi redactor jefe vociferó provocando una reverberación que traspasó las paredes de la redacción. Recuerdo perfectamente aquella tarde de primavera. La Feria del Libro de Madrid comenzaba a llenarse cuando me vi frente a ese enorme pasillo de casetas, con mi micrófono en la mano y en busca del rótulo que, efectivamente, produciría el encuentro entre hados. Rosetta ya había decidido que se presentaría ante mí en forma de entrevista hadada. Y yo, ante ella, para desplegar las alas y reconocerme en mi condición. Sabía que existían personas como yo, y verla allí, provista de su permanente e incansable sonrisa, confirmó mis sospechas. «Hoy firma... Rosetta corner», leí en el letrero. Y Juan, mi amigo y compañero, asintió mientras levantaba la cámara de vídeo para posarla en su hombro.

Con Rosetta pronto entendí qué era exactamente el CdR (Club del Redil o «sociedad»). Supe que había encontrado a una persona que, por algún motivo, sabría decirme por qué siempre me he sentido diferente, especial en algún sentido, alejHado (con «H» de hada, recomiendo intercalarla siempre) de las consignas de un mundo que siempre se me ha revelado frío, dado al borreguismo, interesado y egoísta. Sí, supe entonces que había llegado el momento de SER POR FIN YO, no agachar las orejas, y de expresar mis opiniones con valentía y claridad, sin miedo a la represalia del redil que pudiera sobrevenir. ¿Y sabes qué? ¡Que todo funciona mejor desde entonces! Me siento más libre, más abierto, más feliz, he entendido que los verdaderos valores los llevamos dentro, que es absurdo hablar/pensar/expresarse en función de la aprobación final de una supuesta autoridad (del redil, por supuesto) que nos aplauda al ver que hemos conseguido el objetivo que tenía preparado para nosotros.

¡Basta ya! Eso solo supone quedar bien con el CdR a costa de nuestra dignidad y singularidad. Como dice Rosetta (y es una de mis frases favoritas), «solo me preocupa quedar bien conmigo mismo». ¡Y cuánta razón tiene! Mejor nos iría a todas y a todos si dejáramos de pensar en la complacencia ajena en detrimento de la propia.

¿Que cómo entendí qué era el CdR? Muy sencillo. Por aquella época solo había caído en mis manos un libro de Rosetta, La maldición de Eva, una radiografía realista y muy inteligente acerca de las mujeres y sus actitudes al filo de este siglo. Me encontraba yo un buen día leyéndolo en una cafetería, expectante, cuando apareció el amigo al que estaba esperando. Él, tras mirar con extrañeza la portada y hacerme volver a la realidad de la Gran Vía madrileña, exclamó: «¡Literatura femenina! ¡Cada día estás peor!». Y, en fin, fue en ese momento cuando lo comprendí: un perfecto ejemplar redilero se había presentado ante mí sobrepasando las barreras de la humildad y el prejuicio, como a ellos les gusta hacer. Una de sus estratagemas favoritas es esa: dar por hecho e intentar imponer sus ideas a golpe de aquello que debería ser y no es en ese momento. Me guardo la frase que solté por mi boca en aquella ocasión, pero adelanto que fue una forma elegante de «mandar a mi amigo a freír monas».

Ahora que tienes este libro entre tus manos, aprovecha cada palabra y cada idea para pensar un poco en ti, en tus expectativas, en aquello que quieres hacer y en las razones por las que tantas veces (o no) saliste perdiendo en pro de una idea preconcebida sobre la que no te dieron la oportunidad de opinar, y ni mucho menos de disentir. Atrévete a ser tú.

Rosetta vuelve a las andHadas con este Ponte las alas... cuando la vida te dé calabazas, mostrando su particular forma de analizar y diagnosticar la realidad vital y el ser que cada uno somos. Da igual si ya la conoces o si es la primera vez que te acercas a las páginas de esta magnífica escritora-hada madrina, quien no ha hecho sino enseñarnos que otra realidad es posible, más que eso, ¡necesaria!

Al principio, nos enseñó la importancia de desplegar la luz de las alas del alma y volar con la libertad que merecemos; después, nos presentó a un selecto conjunto de hadas que consiguieron arrancar de nosotros lo mejor que llevamos dentro; conocimos a las diversas Evas que existen a nuestro alrededor, y supimos de la importancia de ser una reina o un rey en lugar de propugnar la «flojera de diadema más propia de las damiselas»; nos atrevimos a dar calabazas a un caballero de dudosa calidad humana, y más tarde nos pedimos la Luna para entender definitivamente que los «Planes C» existen y son la forma más inteligente de ganar (porque «los perdedores suelen tener siempre su excusa apropiada»).

Más tarde vinieron otros libros encantHados y llenos de luz: con El secreto está en el genio aprendimos que desplegar la genialidad que cada uno alberga en su interior es importante para ser felices y tener un alma sana y fuerte, además de contener otra de mis frases favoritas: «En el CdR, en lugar de “¡que viene el lobo!”, gritan “¡que viene el ostracismo!”». El último sapo que besé sirvió para que todos nos diéramos cuenta de la importancia-elegancia de ser un rey, y la decepción continua que provocan los sapos-sapetes-sapones. Y el año pasado Rosetta nos sorprendió con un libro de cuentos (que curiosamente coincidió en el tiempo con la publicación de mi segundo libro, también de relatos), o más bien de contra-cuentos: un diagnóstico astuto y real sobre el engaño que esconden algunos de los cuentos clásicos más conocidos y, por supuesto, la alternativa hadada perfecta para ellos.

Rosetta es clara desde el principio. Abre las alas... cuando la vida te dé calabazas contiene al comienzo una máxima clara y directa: «He venido a contarle a la gente que existe otra realidad». Y prosigue con la nítida intención de subrayar que «si todos fuéramos un poco más atrevidos, osHados, descarados, valientes, francos y sinceros, este sería un mundo mejor donde vivir». Resalto esta idea porque siempre he pensado del mismo modo. Y la remarco porque ya va siendo hora de pensar qué queremos, qué nos llena, y movernos de forma efectiva para ser más felices. E insisto en ella una vez más porque desgraciadamente somos herederos de aquellos cuentos chinos que nos han querido contar, y vale la pena realmente incorporar dichos adjetivos a nuestra vida cuanto antes. Por todo esto, vuelvo a suscribir otra máxima de este libro que no paro de repetirme: «Cree en ti como nadie lo ha hecho, cómprate una buena dosis de autoestima y unos cuantos kilos de auto-valoración, consideración e inspiración». Y apostillo: ¿Todavía sigues creyendo que necesitas la aprobación de los demás y que todo lo que hagas ha de estar encaminado a ella? ¡Vale ya de mareos, de ideas torpemente urdidas para beneficiar a unos pocos, de sandeces que solo consiguen la auto-anulación en pro de un bien ajeno! ¡No esperes que otros te hagan buena publicidad, porque seguramente tendrán otras cosas mejor que hacer (en el mejor de los casos, porque en el peor harán lo contrario, a saber, publicidad negativa de ti)! Cree en ti, cree en tus alas, y despliégalas con todos tus mejores deseos. Rosetta es el mejor ejemplo de lo que esto significa: una persona atrevida, genial, sonriente, feliz, reina en todo su ser, dueña de sí misma, singular y... ¡una estupenda hada madrina!

Este libro es mágico. Créelo, porque así es. Siente su fuerza, observa la luz que irradia, inmiscúyete entre sus páginas. Entre otras cosas, te enseñará que las naranjas enteras son mucho más importantes que las medias naranjas atontadoras de sentimientos y adoradoras de complejos; que todos estamos a tiempo de coger nuestra dignidad y dar con la puerta en las narices al Club del Redil; que el éxito o fracaso no se mide por lo que a «los otros» les apetece disponer, sino por aquello que se encuentra en lo más hondo de nuestra genialidad; que una patada en el culo por parte del CdR es lo mejor que puede pasarnos, porque de ese modo no hace otra cosa que «impulsarnos hacia nuestro destino»; que lo mejor que puedes hacer es quererte como nunca nadie lo hará, pasando olímpicamente de lo que digan o piensen los demás; que la rebeldía es la mejor cualidad con la que podemos contar para abrir las alas, batirlas y desplegar así el ser genuino que somos; que será mejor que salgas corriendo antes de resignarte a un «te aguantas porque la vida es cruda y así nos pasa a todos»; que «nadie debe ser figura de autoridad para nosotros, excepto nosotros mismos»; que la verdadera magia reside en el alma, no en las compras del sábado por la tarde, ni en el poder en cualquiera de sus formas o en la apariencia más glam-hourrorosa; que el infantilismo no existe, sino que solo se trata de una invención interesada (como todas) del CdR; que las máscaras en carnaval son divertidas, pero en cambio en la vida solo procuran falsedad y problemas... Y un sinfín de consejos y palabras cargadas de ideas rompedoras y, sobre todo, impolíticamente incorrectas o ImpInc (parafraseando a la autora).

Hace dos años Rosetta se prestó, como buena hada madrina, a prologar Las distancias cortas, mi primer libro. El año pasado volvió a llenar de luz el segundo libro en mi haber, Monika sonríe frente al espejo, además de amadrinarme en la presentación del primero. La alegría que sentí cuando recibí el pedido hadado de prologar este libro se hizo tan patente que... ¡no encontré forma mejor de desplegar las alas una vez más (porque ya las llevo puestas desde siempre) y devolver a Rosetta esa enorme luz con la que me ha obsequiado desde aquella tarde de libros, firmas y sonrisas! Es mi forma personal de agradecer su apoyo.

Espero que lo leas con ganas, que descubras toda la magia que mora en tu interior y que, si es la primera vez que te acercas a ella, sea para ti una fuente de inspiración y autoconocimiento. Y, por supuesto, ¡que te pongas las alas cuanto antes y comiences a disfrutar de lo más preciado que tienes... tú misma/o!

¡Ah! Y hazme el favor de intercalar una «H» en cada paso que des.

ÍÑIGO SOTA HERAS

[email protected]

Web: periodistaaudiovisual.blogspot.com

Periodista y autor de: Monika sonríe frente al espejo,

Las distancias cortas

Primera parte

APRENDIENDO A VIVIR SIN COMPLEJOS

Vivir, a veces, no es una tarea fácil. En cambio, en otras ocasiones nos salen alas en los pies, el corazón se nos llena de gozo, y despierta el alba de la esperanza en nuestra alma. Considero, asumo que acertadamente, que a casi todos nos gustaría que la magia de la infancia se prolongara más allá de sus confines cronológicos y envolviese nuestro último hálito hasta más allá del arco iris.

Desafortunadamente, no suele ser así. La mayoría de las personas tiran sus alas de magia a la basura, abjuran de su singularidad, y se pierden en la noche oscura del alma, ¡caput! Si creyeran en la magia, si no se hubieran soltado de la mano de su hada madrina, si se hubiesen dedicado a cuidar de su singularidad, si hubieran alimentado la dignidad de su niño-niña interior, si nunca hubieran comprado el lote «complejos»... otro gallo les cantaría.

Crecemos envueltos en consignas que tratan por todos los medios de hacernos creer que no somos correctos, ni válidos, ni dignos de magia, genialidad, amor o milagro alguno. Lo de la magia, incluso lo del amor, se nos hace creer que son memeces, creencias propias de seres de inferior neurona y vulgar destino. Nada más lejos. La magia existe. El amor es real. La felicidad no es una utopía. Ahora bien, nada es gratis. El CdR (Club del Redil), está empeñado en que abjuremos de nuestra singularidad, de manera que se nos pueda hacer sujetos fácilmente manipulables.

¿Has probado alguna vez a sentirte invulnerable?

¿Has probado a pensar que un «no» pueda ser la antesala de tu éxito, o de tu sueño hecho realidad?

¿Has probado a considerar la idea de que, pase lo que pase, siempre te tendrás a ti, y de que un «no» no es el fin del mundo? A veces, más bien es el principio de un gran comienzo.

La composición de nuestro Universo interior es muy diferente cuando nos programamos para la independencia del resultado; esto es, cuando no nos importa si nos dan calabazas, porque nosotros estamos dispuestos a cocinarlas en caso de que nos las den.

Prueba a negociar contigo que te independizas del resultado, y que en su lugar solamente deseas hacer feliz a tu alma, ser fiel a tu integridad, respetar tu singularidad y ocuparte de ti como nadie más lo haría.

Recuerda que eres lo mejor que te ha podido pasar. Animo y enseño a muchas personas a amarse a sí mismas, a creer en ellas, a salir de su noche oscura, a recuperar la memoria de quien son más allá y por debajo de la capa de mierda emocional (perdón por la grosería, pero es muy gráfica la metáfora. Así, la próxima vez, cuando estés pensando en traicionar tu integridad y tomarte una dosis de complejos, la tendrás presente y desistirás, eso espero).

Sin complejos, abre tus alas y muéstrale al mundo el ser tan maravilloso que hay ahí dentro. El mundo necesita personas como tú. Yo te necesito. Yo quiero un mundo lleno de gente que sea capaz de soñar, de reír, de llorar y de expresar todas y cada una de sus emociones, de ser quien es a pesar de quien sea. Quiero un mundo lleno de personas auténticas, singulares y espirituales (que expresen el alma que son). Nadie es mejor que nadie, no importa si se es mujer u hombre, rico o pobre, triunfador o no, al estilo del CdR. Todos somos maravillosas gotas de agua caídas del cielo, ángeles cuyas alas, si se abrieran, llenarían el mundo de felicidad.

Mmm... No creas que la maldad no existe, o que me ha dado un ataque de flower power. No, nada de eso. El lado oscuro existe como existe el luminoso. Yo los he etiquetado como «humanoides», seres que parecen humanos y se comportan como tal. Sin embargo, son una suerte de «visitantes» —¿has visto la serie V?— que nos traen un mensaje de paz o de guerra con el propósito de someternos. Unas veces ponen al mundo en guerra. Otras, en cambio, se disfrazan de salva patrias, ecologistas, gurús de la New Age, reparten beneficios económicos y nos hacen creer que todos podemos ser ricos como ellos. Nos elevan para luego dejarnos caer desde lo alto de la cima del dinero. Nos han convencido de que consumir, acumular bienes materiales, apuntarnos al código de las apariencias, es lo mejor que podemos hacer. Incluso el amor lo han convertido en un bien de consumo perecedero.

Sin complejos, di no.

Lárgate del CdR.

El Universo está hecho para los humanos, pensado en los humanos. No te dejes llevar por la desesperación, ni por las falsas apariencias de los humanoides. No creas en sus patrañas ni en sus encantadores anzuelos para que dejes de amar al ser más importante de tu vida: TÚ.

Déjate de complejos. Déjalos. Tus principios son tuyos y no has de tener ningunos otros. Defiéndelos a capa y espada, o a golpe de corona si prefieres. Pero defiéndelos.

No hay nada como ponerse las alas de la autenticidad para que las mañanas de la vida parezcan otra cosa.

Afortunadamente, el Universo, ese «dios» de varios nombres y de todos los géneros, fue previsor y proveyó a la Tierra de tesoros al alcance de todos, siendo el más grande de ellos el que habita en las alforjas del alma humana: el amor.

Si buscas dentro de ti, nunca más volverás a tener hambre; nunca más. Porque tu alma estará saciada de cariño, de magia, de abrazos angelicales. El amor del alma, el de verdad, no es posible sustituirlo por nada material. Por eso, si quieres amar y que te amen con el corazón espiritual (el de tu alma), deberás ir a tu interior y buscar al ser que eres, descubrir sus principios, sus valores, sus creencias, su identidad, y serle fiel, no traicionar su integridad por nada ni por nadie. Harías bien en que te dejara de importar si te aceptan o no en el CdR, porque de lo contrario no te librarás de la infelicidad y de las calabazas podridas que el CdR suele repartir a diestro y siniestro para tener a sus socios manipulados, asustados y bajo el influjo de su falso buenismo.

¿Quieres ser feliz?

¿Quieres ser una persona rica?

¿Quieres tener mañanas de gloria y noches repletas de estrellas fugaces?

Si de verdad lo quieres con toda tu alma, tendrás que dejarte de complejos y ponerte las alas. Solo siendo el alma que eres podrás ser todo lo que se te antoje y más.

La riqueza no es algo meramente material, ni tan siquiera estrictamente material.

No lo es.

¿No te lo crees?

La riqueza es un estado interior. Hay quien es más rico con cinco que otro con cien (lo aprendí de mi abuela María Rosseta). El sentirse rico, afortunado, tiene que ver con el alma. Con el estar conectado a los principios y valores del alma que uno es más allá de las apariencias humanas.

Si eres de los que se relacionan con sus semejantes en función de a las apariencias, es que tienes muchos complejos.

Si, por el contrario, pasas del CdR, eres de los humanos.

Dios previó la existencia de los humanoides, o desarrolló una estrategia de supervivencia cuando estos aparecieron; esto es, pintó atardeceres, dibujó estrellas fugaces, hizo cantar a las olas del mar y dio alas a los ángeles para que todos nos sintiésemos criaturas afortunadas.

Si amas con tu alma, te sentirás feliz. Ese amor te alimentará hasta las entretelas de tu cotidiana vida material, y no necesitarás sucedáneos, ni atiborrarte de pastillas, ni le darás a las compras compulsivas, ni tampoco aguantarás que te humillen por un mísero sueldo de unos cuantos billetitos de papel al mes que tan solo pagan cosas pero que no compensan la pérdida de dignidad.

No tengas complejo de mostrar el rostro de tu alma.

No te guardes las alas para otra vida, para otra ocasión. Ésta es la tuya, es tu vez, es tu vida humana.

No somos mejores ni peores según a la cantidad de dinero que ganamos o poseemos, ni en función de los metros cuadrados de nuestras casas, de la cilindrada de nuestro coche, de la edad cronológica que tengamos o de nuestra orientación política o religiosa.

Todos tenemos un lugar en las alas de Dios.

Todos tenemos un lugar en el alma del Universo.

Despojados de nuestros atributos materiales, terrenales y propios de la vida humana, tan solo queda el alma. Y ese es el rostro que debemos mostrarle al mundo cada día al despertar. No te menosprecies por tener más o menos de esto o de aquello. No traiciones tu integridad por un contrato, un trabajo o una relación. Nada es más importante, o no debería serlo, que la felicidad de tu alma.

He crecido en una ciudad pequeña donde repartían, y aún hoy reparten (como en la mayoría de las comunidades que alberga la Tierra), una buena dosis de complejos y de apariencias. He visto a gente agachar la cabeza o elevarla según el «postín». Absurdo. Humillante. Lamentable. Mi abuela solía decir que «más era el fosero (enterrador) que nos daba tierra». Tenía razón. Así pues, no malgastes tu vida alimentando las apariencias. Quien te quiera amar, que te ame porque vea tu luz y honre tu autenticidad. No permitas que te quiera alguien que solo se acerque a ti por lo que representas porque, al igual que te adora, dejará de hacerlo cuando pierdas todo «eso».

Si eres feliz, si amas con la luz del alma, si te han llenado las alforjas de tu alma con amor verdadero, pasarás por las diversas vicisitudes de la vida humana con ánimo y voluntad. Tus estructuras emocionales no se quebrarán ni traicionarás tu integridad.