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"La serie que se propone al lector, compuesta por cinco libros y titulada "Preparación de los deportistas de alto rendimiento - teoría y metodología", es una versión complementada y reelaborada del manual ""Teoría general de preparación de los deportistas en el deporte olímpico"", que salió en los últimos años en diferentes países del mundo: España (2001), Basil (2004), Italia (2004), Rusia (2005), Ucrania (2012). En el presente libro se dedica al desarrollo de las diferentes cualidades motrices (físicas) de los deportistas: fuerza, velocidad, plexibilidad, resistencias, coordinación,así como también a la preparación técnica, táctica y psicológica de los deportistas."
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Seitenzahl: 508
Veröffentlichungsjahr: 2015
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Nikolaevich Platonov, Vladimir
Libro 3. Preparación física, técnico - táctica y psicológica en los deportistas / Vladimir Nikolaevich Platonov, MarinaMijailovna Bulátova ; traductor Misael Rivera Echeverry.-- Cali: Programa Editorial Universidad del Valle, 2015.
316 páginas ; 24 cm.-- (Educación y pedagogía)
Incluye bibliografía
1.Entrenamiento deportivo 2.Deportistas- Estrategias y Técnicas 3.Deportistas- Aspectos psicológicos I.Mijailovna Bulátova, Marina, autora II.Rivera Echeverry, Misael, traductor
III. Tít. IV. Serie.
796 cd 21 ed.
A1502315
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
Serie:Preparación de los deportistas de alto rendimiento –Teoría y metodología–
Título:Preparación física, técnico-táctica y psicológica en los deportistas
Autores:Vladimir Nikolaevich Platónov, Marina Mijailovna Bulátova
Traducción:Misael Rivera Echeverry
ISBN: 978-958-765-179-9
ISBN-epub: 978-958-5156-66-1
Colección: Educación y Pedagogía
Primera edición
Rector de la Universidad del Valle
Iván Enrique Ramos Calderón
Rector de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales
Germán Anzola Montero
Traducción autorizada del ruso por sus autores
© Vladimir Platónov - Marina Bulátova
© Universidad del Valle - UDCA de los derechos de autor
© Universidad del Valle, de la traducción
Diseño de Carátula: Hugo H. Ordóñez Nievas
Diagramación y corrección de estilo: G&G Editores
Universidad del Valle - Programa Editorial
Ciudad Universitaria, Meléndez
A.A. 025360
Cali, Colombia
Teléfonos: (57-2) 321 2227 - (57-2) 339 2470
Universidad de CienciasAplicadas y Ambientales U.D.C.A
Calle 222 # 55 - 30
PBX.: 6684700 ext. 177 FAX: 676 1132
Bogotá, D.C.
Impreso en
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PBX (57-1) 410 4977 - 292 4900 Bogotá, D. C.
Este libro, o parte de él, no puede ser reproducido por ningún medio sin autorización escrita de los editores.
El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de los editores, ni genera su responsabilidad frente a terceros. El autor asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos contenidos en la obra, así como por la eventual información sensible publicada en ella.
Cali, Colombia, septiembre de 2015
Diseño epub:
Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Introducción a la serie
Capítulo 1LA VELOCIDAD Y LA METODOLOGÍA DE SU DESARROLLO
Tipos de capacidades de velocidad y factores que los determinan
Metodología del desarrollo de las capacidades de velocidad
Capítulo 2LA FLEXIBILIDAD Y METODOLOGÍA DE SU PERFECCIONAMIENTO
Tipos de flexibilidad y su importancia
Factores que determinan el nivel de flexibilidad
Metodología de desarrollo de la flexibilidad
Capítulo 3FUERZA Y PREPARACIÓN EN FUERZA
Regímenes de trabajo muscular, tipos de fuerza y directrices de la preparación en fuerza
Métodos de preparación en fuerza
Efectividad de los diferentes métodos de preparación en fuerza y particularidades de su utilización
Perfeccionamiento de las capacidades para manifestar las cualidades de fuerza
Desarrollo de la fuerza máxima
Desarrollo de la fuerza rápida
Desarrollo de la resistencia a la fuerza
Metodología del aumento de la fuerza y de la masa muscular en el fisicoculturismo
Construcción del proceso de preparación
Principales ejercicios
Enfoques metodológicos eficaces
Capítulo 4LA COORDINACIÓN Y LA METODOLOGÍA DE SU PERFECCIONAMIENTO
Capacidades de coordinación y factores que las determinan
Capacidad de evaluar y regular los parámetros dinámicos y espacio-temporales de los movimientos
Capacidad de mantener el equilibrio
Sentido del ritmo
Capacidad de orientación en el espacio
Capacidad de relajar voluntariamente los músculos
Coordinación de los movimientos
Directrices básicas de la metodología y principales métodos del aumento de las capacidades de coordinación
Capítulo 5LA RESISTENCIA Y LA METODOLOGÍA DE SU PERFECCIONAMIENTO
Tipos de resistencia
Desarrollo de la resistencia general
Desarrollo de la resistencia especial
Aumento de la potencia, capacidad y movilidad de los procesos anaeróbicos aláctico y láctico
Aumento de la potencia, capacidad y movilidad del proceso aeróbico
Aumento de la capacidad de explotar el potencial energético
Capítulo 6LA PREPARACIÓN TÉCNICA EN LOS DEPORTISTAS
Técnica deportiva y estado de preparación técnica
Objetivos, medios y métodos de la preparación técnica
Etapas y estadios de la preparación técnica de los deportistas
Bases de la metodología del perfeccionamiento de la técnica de los deportistas de alto nivel
Capítulo 7LA PREPARACIÓN TÁCTICA EN LOS DEPORTISTAS
Táctica deportiva, estado de preparación táctica y directrices de la preparación táctica
Estudio de la esencia y de los principales conceptos teórico-metodológicos de la táctica deportiva
Perfeccionamiento del razonamiento táctico
Capítulo 8LA PREPARACIÓN PSICOLÓGICA EN LOS DEPORTISTAS
Cualidades psíquicas y directrices de la preparación psicológica
Establecimiento de la motivación para la práctica deportiva
Preparación volitiva
Consolidación de la seguridad en sus capacidades
Entrenamiento ideomotor
Perfeccionamiento de la reacción
Perfeccionamiento de las habilidades especializadas
Regulación de la tensión psíquica
Perfeccionamiento de la tolerancia al estrés emocional
Dirección de los estados de prearranque
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS AL PIE
La serie que se propone al lector, “Teoría y metodología de la preparación de los deportistas en el deporte olímpico”, compuesta por cinco libros, es una versión complementada y reelaborada del manual “Teoría general de preparación de los deportistas en el deporte olímpico”, que se publicó en los últimos años en diferentes países del mundo: España (2001), Brasil (2004), Italia (2004), Ucrania (2004), Rusia (2005).
Los libros están destinados, ante todo, a los entrenadores de alta cualificación y a los estudiantes de maestría de instituciones de educación superior, especializados en entrenamiento deportivo. Muchas unidades temáticas serán de interés de los administradores que se desempeñan en el campo del deporte y de la preparación olímpica, toda vez que permiten estudiar multilateralmente los procesos del deporte contemporáneo y de esta manera optimizar los fundamentos de la preparación de los deportistas en las distintas etapas del perfeccionamiento a muchos años en la programación, normatividad, organización y aspectos científico y metodológico. También encontrarán en los libros una información suficiente para su desempeño los médicos deportólogos, investigadores, nutricionistas y otros especialistas involucrados en el sistema de la preparación olímpica de los deportistas. Los libros, sin duda, serán útiles también para los deportistas de alta cualificación que se preparan para las competencias internacionales de alto nivel.
En el proceso de la escritura de los libros se utilizó la información actualizada producida por nuevas investigaciones realizadas tanto directamente en el campo del deporte olímpico y el sistema de preparación de los deportistas, asi como tambien en fisiología, medicina, bioquímica, morfología, biomecánica, psicología, dirección deportiva, etc. Igualmente, se presenta la experiencia de la práctica deportiva moderna, cuya sistematización permite estudiar en un nivel esencialmente nuevo muchos de los problemas que tienen relacion con este campo del conocimiento, que compone el contenido de los libros.
En el proceso de elaboracion de los libros los autores se apoyan en los conocimientos y experiencias que se distinguen por el más alto nivel científico y los resultados eficaces, por esta razón el contenido de los capítulos referente a los interrogantes sobre la adaptación de los tejidos muscular, óseo y conectivo, suministro energético de la actividad muscular, problemática de las lesiones deportivas, etc., se basa fundamentalmente en los trabajos de los especialistas de los países escandinavos, Alemania, Italia, EE.UU. y Canadá. Las investigaciones más importantes se han realizado precisamente en los laboratorios científicos de estos países. Por otro lado, la presentación de los interrogantes relacionados con la teoría general de la preparación del deportista, metodología de construcción de las diferentes unidades estructurales del proceso de entrenamiento, perfeccionamiento de las distintas partes de la preparación se fundamenta, en primer lugar, en los trabajos de los especialistas de los países de Europa Oriental.
Gran parte del contenido de los libros se basa en los resultados de los estudios propios de los autores y de sus alumnos, realizados en el periodo entre 1970 y 2005. También se tuvo en cuenta la experiencia de los autores y de sus colegas tanto en el campo de la estrategia general de la preparación olímpica, como en el campo de aprovisionamiento científico-metodológico y organizacional del proceso de preparación de muchos deportistas y equipos destacados de diferentes países que han logrado el éxito en los Juegos Olímpicos celebrados entre los años 1976 y 2004.
En el primer libro, “Modalidades olímpicas del deporte, competencias y actividad competitiva de los deportistas”, se da la clasificación y la caracterización multifacética de las modalidades deportivas olímpicas, se exponen las ideas contemporáneas sobre el sistema de las competencias deportivas, sus modalidades, reglamentación, maneras y condiciones de realización, lugar en el sistema de preparación, etc. Igualmente, se caracteriza la actividad competitiva de los deportistas: su técnica, estrategia y táctica, estructura y maneras de dirección de la actividad competitiva en las distintas modalidades deportivas.
En el segundo libro, “Bases generales del sistema de preparación de los deportistas”, se estudia el problema de adaptación en el deporte y se presentan las bases generales de preparación de los deportistas. Se estudian los interrogantes de adaptación del sistema muscular, del tejido óseo y conectivo, del sistema de suministro energético, de la dirección de los procesos de fatiga y recuperación, de la formación de las reacciones adaptativas a largo plazo dentro del sistema de preparación anual y a muchos años, de las cargas de entrenamiento y competición, etc.
El tercer libro, “Preparación física, técnico-táctica y psicológica en los deportistas”, se dedica al desarrollo de las diferentes cualidades motrices (físicas) de los deportistas: fuerza, velocidad, flexibilidad, resistencia, coordinación, así como también a la preparación técnica, táctica y psicológica de los deportistas.
En el cuarto libro, “Construcción del proceso de preparación de los deportistas”, se presenta integralmente el sistema de preparación de los deportistas: la estructura y el contenido del proceso de perfeccionamiento deportivo, la periodización de la preparación durante el año y macrociclo, la construcción de los programas de sesiones de entrenamiento, microciclos, mesociclos, etc.
El quinto libro, “Selección, orientación, dirección y control en el sistema de preparación de los deportistas”, se dedica a la selección de los deportistas con mejor proyección y la orientación de su preparación dentro del sistema de perfeccionamiento a muchos años, dirección, control, modelación y pronóstico en el sistema de preparación deportiva.
Por capacidades de velocidad del deportista se entiende un conjunto de propiedades funcionales que determinan la realización de las acciones motrices en un tiempo mínimo. Se distinguen las formas elementales y complejas de manifestación de las capacidades de velocidad.
Las formas elementales se manifiestan en el tiempo latente de las reacciones motrices simples y complejas, en la velocidad de realización de un movimiento aislado con una insignificante resistencia externa y en la frecuencia de los movimientos.
Se debe tener en cuenta que las capacidades de velocidad, en todas las formas elementales de su manifestación, se determinan básicamente por dos factores: la operatividad de la actividad del mecanismo neuromotor y la capacidad para una veloz movilización del contenido de la acción motriz. El primer factor se determina en gran medida genéticamente y se perfecciona en un grado mínimo. Así, el tiempo de reacción simple en personas que no practican deporte generalmente oscila entre los límites de 0,2-0,3 s y en los deportistas de alto nivel, entre 0,1-0,2 s. De esta manera, en el proceso de entrenamiento el tiempo de reacción normalmente no puede mejorarse en más de 0,1 s. El segundo factor se presta para el entrenamiento y representa la reserva principal en el desarrollo de las formas elementales de la rapidez. Por consiguiente, la rapidez de una acción motriz concreta se logra principalmente por la adaptación del aparato motor hacia las condiciones propuestas para la solución de la tarea motriz y el dominio de una coordinación muscular racional, que contribuyen a una plena utilización de las posibilidades del sistema neuromuscular propias de cada persona.
Vale la pena recordar que el tiempo latente de la reacción simple a menudo supera el tiempo de acción de los estímulos en la actividad competitiva. Así, por ejemplo, el tiempo de vuelo del balón en la pena máxima en fútbol, las rápidas acciones de los boxeadores, esgrimistas, voleibolistas y otros deportistas toman menos de 100 ms, mientras que la duración de las fijaciones visuales puede ser de hasta 500-600 ms y depende de la complejidad del objetivo propioceptivo. Naturalmente, en estas condiciones el deportista no es capaz de reaccionar por medio del tipo de reacción simple en respuesta a la aparición de las señales de carácter auditivo, visual, táctil, propioceptivo o mixto.
Las reacciones adecuadas y eficaces de los deportistas (especialmente en situaciones complejas en deportes de combate y juegos deportivos) pueden ser interpretadas por la ejecución de las acciones según el tipo de reacciones de anticipación. En este caso, el deportista no reacciona con la aparición de uno u otro estímulo, sino que adivina (según el tiempo o el espacio) el inicio o la aparición de la señal para sus acciones, anticipando el momento y el lugar de la acción del rival o el compañero (movimiento del arma en esgrima, aparición del balón en juegos, etc.).
La reacción de anticipación constituye una de las formas del pronóstico probable, una cualidad muy importante que garantiza la efectividad de la actividad del deportista en interacciones complejas y rápidas.
Las reacciones propiamente dichas y las reacciones de anticipación pueden ser simples y complejas. Las reacciones complejas se dividen en disyuntivas (con elección excluyente) y diferenciadas. La reacción de un boxeador a las acciones de su rival, que lo obliga a atacar o retroceder, y la reacción del futbolista para tirar a la portería o transferir el balón al compañero tienen que ver con disyuntivas (o sea, no se puede simultáneamente ceder o avanzar, tirar a la portería y hacer el pase, etc.). Las reacciones de diferenciación constituyen uno de los tipos más complejos de reacciones, exigen de una gran tensión de la atención para una rápida elección de la acción adecuada y, a veces, del cese de una respuesta ya iniciada o del cambio hacia otro tipo de acciones. Por ejemplo, un esgrimista que comenzó el ataque debe saber redireccionar el contraataque del contrincante y continuar el suyo. Un basquetbolista que inicia la acción para encestar y ve una defensa eficaz cambia de idea y pasa el balón al compañero que se encuentra en una mejor posición, etc.
Las formas complejas de manifestación de las capacidades de velocidad en acciones motrices complejas, propias para el entrenamiento y la competencia en las diferentes modalidades deportivas, se aprovisionan por las formas elementales de la rapidez en distintas combinaciones y en conjunto con otras cualidades motrices y hábitos técnicos. A este tipo de manifestaciones complejas pertenecen la capacidad para lograr el alto nivel de la velocidad en la distancia, la habilidad de adquirir rápidamente la velocidad en la salida, el realizar con alta velocidad los movimientos que se dictan por el desarrollo de la lucha competitiva, así como las rápidas maniobras en la persecución individual en pista, giros en natación, lanzamientos en lucha, golpes en boxeo, saltos en gimnasia, lanzamientos del balón a la portería en balonmano o polo acuático, etc.
Una de las principales premisas de las manifestaciones complejas de las capacidades de velocidad es la movilidad de los procesos nerviosos (que se refleja en la perfección de los procesos de excitación e inhibición en las diferentes secciones del sistema nervioso) y el nivel de la coordinación neuromuscular. Las propiedades del tejido muscular también influyen en el nivel de las capacidades de velocidad: correlación de las diferentes fibras musculares, su elasticidad, elongación, nivel de la coordinación intra e intermuscular. La manifestación de las capacidades de velocidad de los deportistas también está relacionada con el nivel de desarrollo de la fuerza, la flexibilidad y las capacidades coordinativas; con la perfección de la técnica deportiva (Vaitsejovskiy, 1985; Verjoshanskiy, 1988); las posibilidades de los mecanismos bioquímicos para una máxima movilización y resíntesis de los suministradores alácticos de energía, y el nivel de las cualidades de voluntad. Un lugar especial entre todos estos factores lo ocupa el porcentaje de las fibras CRa1 y CRb en el tejido muscular, que asumen la carga principal en la modalidad deportiva concreta, es decir, aquellas fibras que poseen una estrecha relación con el nivel de las capacidades de velocidad. Así, entre la velocidad de la carrera en distancias cortas y el número de fibras rápidas existe una estrecha relación. El aumento de las distancias se relaciona con la disminución de esta correlación. Al incrementar la distancia hasta los 1500 m y más, la relación adquiere un carácter negativo: la presencia de un gran número de las fibras CR en los músculos involucrados se refleja negativamente en el resultado.
La gran variedad de cualidades y hábitos locales, que condicionan el nivel de desarrollo de las capacidades complejas de velocidad, junto con la posibilidad de perfeccionamiento de muchos de ellos, debido a un entrenamiento especialmente organizado, determinan las probabilidades de un progreso sustancial respecto a las más diversas y complejas formas de las cualidades de velocidad.
En condiciones de una compleja manifestación de las cualidades de velocidad, en el deporte contemporáneo se determinan tres regímenes específicos en el trabajo de velocidad: acíclico, caracterizado por una manifestación única del esfuerzo explosivo concentrado; de aceleración, que se expresa en una rápida adquisición de velocidad desde la salida para alcanzar los máximos índices en un tiempo mínimo, y de desplazamiento, relacionado con el mantenimiento de una determinada velocidad de avance por la distancia (Verjoshanskiy, 1988).
El régimen de trabajo acíclico se determina más que todo por la magnitud de los esfuerzos musculares, organizado racionalmente en el tiempo y el espacio: entre mayor sea el tramo de aceleración y la fuerza aplicada hacia el cuerpo (implemento), mayor será su velocidad. El aumento de las capacidades de velocidad del deportista en la ejecución del trabajo acíclico puede lograrse, en primer lugar, mediante el incremento de la capacidad del sistema nervioso central para una potente y eficaz eferentación de las unidades motoras involucradas en el trabajo, el perfeccionamiento de la coordinación intra e intermuscular, la ampliación de las posibilidades del mecanismo aláctico de liberación de energía, la formación de una adecuada estructura biodinámica de la acción motriz (Kraemer, 1992; Wilmore y Costill, 2004).
La aceleración desde la salida, como una forma específica de velocidad cíclica, puede resultar definitiva para alcanzar los altos resultados en las carreras cortas, el remo, el ciclismo (sprint, contrarreloj en 1000 m), bobsleigh, descenso en esquí, etc. Entre las condiciones indispensables para demostrar las cualidades de velocidad, junto con una eficaz técnica de las acciones motrices se encuentran la capacidad de una intensa impulsión de las unidades motoras por el sistema nervioso central, la eficacia de la coordinación intramuscular, el nivel de desarrollo de la fuerza máxima, la presencia de un gran volumen de fibras CRa y especialmente CRb en la sección transversal de los músculos, la capacidad y potencia del mecanismo anaeróbico aláctico en lo referente a la movilización de energía (Platónov, 1986; Edman, 1992; Dintiman y Ward, 2003).
La eficacia de la aceleración depende en gran medida del nivel de la potencia máxima: resultado de una manifestación compleja de la fuerza y la velocidad. La revelación de la potencia se determina por el nivel de desarrollo de sus componentes de fuerza (dinámica y explosiva) y de velocidad (tiempo de reacción, tiempo de un movimiento aislado), y por la capacidad de explotarlos plenamente en condiciones de ejecución de una acción motriz concreta (Sale, 1991; Martin, Carl y Lehnertz, 1991).
El régimen de trabajo en la distancia puede lograrse a través de las posibilidades de los diferentes sistemas funcionales, lo que se debe al trabajo en una u otra zona según el criterio de potencia. La primera zona la constituyen los ejercicios de potencia anaeróbica máxima (15-20 s). Aquí la velocidad depende de los procesos que transcurren, en primer lugar, en el SNC y en el aparato ejecutor neuromuscular. Un papel decisivo lo adquieren: la capacidad de los centros motores de activar el mayor número de unidades motoras que se conforman, ante todo, por las fibras CRa y CRb; la potencia del sistema anaeróbico aláctico de aprovisionamiento energético; la efectividad de la coordinación intra e intermuscular, y la perfección de la técnica de las acciones motrices. La segunda zona la conforman los ejercicios de potencia anaeróbica cercana a la máxima (20-45 s). La capacidad de trabajo en estos ejercicios depende mucho de los mismos factores que atañen a los ejercicios pertenecientes a la zona anterior. No obstante, nuevos factores adquieren también gran importancia: la capacidad del organismo para la resíntesis de ATP utilizando el glucógeno muscular; la capacidad del SNC para una eficaz inervación con la acumulación de altos índices de lactato en los músculos y la sangre; la estabilidad psíquica para un trabajo fuerte y veloz, altamente eficaz en condiciones de fatiga creciente, y la estabilidad y variabilidad de la técnica de ejecución de las acciones motrices.
El perfeccionamiento de las propiedades del organismo que determinan la velocidad en la ejecución de los ejercicios en las zonas de potencia anaeróbica máxima y cercana a la máxima está directamente relacionado con el desarrollo de la fuerza especial y la potencia de los movimientos. Por ejemplo, un entrenamiento especial en fuerza de cuatro semanas en nadadores de alto nivel, que fue dirigido al aumento de la fuerza y la potencia de los movimientos, contribuyó al incremento de la velocidad máxima de nado en un 4 %. Al mismo tiempo, el aumento de la potencia de trabajo en máquina constituyó el 19 % (Figura 1.1).
La velocidad de ejecución del trabajo cíclico en las zonas: de potencia anaeróbica submáxima, potencia aeróbica-anaeróbica mixta, potencia aeróbica máxima, submáxima, media y baja, se determina básicamente por la resistencia de los deportistas; este asunto conviene estudiarlo en relación a la problemática de la resistencia en el deporte.
Cabe anotar que en muchas modalidades deportivas los tres regímenes de velocidad mencionados se manifiestan en distintas combinaciones complejas y no de manera pura: por ejemplo, en la carrera de 200 m se presenta el régimen de aceleración y de distancia; en la natación de 50 m, el acíclico (salida) y el de distancia, y en los juegos deportivos se observan los tres regímenes. Esto, obviamente, hay que considerarlo al planificar la metodología dirigida al aumento de las cualidades de velocidad en una modalidad deportiva concreta.
Figura 1.1. Utilización del equipo de entrenamiento y diagnóstico “Biokinetic” en la preparación de los nadadores en velocidad-fuerza
Fuente: Sale, 1998.
Las formas elementales y complejas de las capacidades de velocidad son estrictamente específicas y, como regla, son independientes una de la otra. Así, los índices del tiempo de reacción no están ligados a los índices de la velocidad de los movimientos; la efectividad de la salida en carreras, patinaje y natación no depende del nivel de la velocidad absoluta en la distancia, etc. Esto exige un enfoque diferencial para perfeccionar las capacidades de velocidad. Este enfoque se basa en la utilización de los diferentes medios y métodos orientados al perfeccionamiento selectivo de las formas tanto elementales (por ejemplo, el tiempo de reacción, velocidad de ejecución de los movimientos aislados, frecuencia de los movimientos) como complejas (nivel de velocidad en la distancia, capacidad de adquisición de velocidad en la salida, velocidad de la carrera de impulso en saltos, rapidez del impulso, etc.).
Es necesario diferenciar la metodología del desarrollo de las capacidades locales (tiempo de reacción, de un solo movimiento, frecuencia de los movimientos) y la metodología del perfeccionamiento de las capacidades complejas de velocidad. Junto con esto debe tenerse en cuenta que las formas elementales de manifestación de la rapidez apenas crean las premisas para una exitosa preparación en velocidad, y el desarrollo de las capacidades complejas de velocidad debe formar su contenido principal. La manifestación compleja de las capacidades de velocidad se deriva del contenido de la actividad competitiva en la modalidad deportiva concreta; por eso, el trabajo para aumentar las cualidades de velocidad puede dividirse en dos etapas relacionadas entre sí: la etapa del perfeccionamiento diferencial de los componentes aislados de las capacidades de velocidad (tiempo de reacción, tiempo de un solo movimiento, frecuencia de los movimientos, etc.) y la etapa del perfeccionamiento integral, donde se realiza la unificación de las capacidades locales en actos motores completos, característicos para una modalidad deportiva dada. Está claro que esta división es convencional, pero ella permite garantizar la unión y la relación mutua de los enfoques analítico y sintético en el perfeccionamiento de las cualidades de velocidad de los deportistas.
Los medios de preparación en velocidad son los diferentes ejercicios que exigen de una rápida reacción, alta velocidad en la realización de determinados movimientos y máxima frecuencia de estos. Tales ejercicios pueden tener el carácter de preparación general, auxiliar o especial. Para el desarrollo de las formas elementales de la rapidez en todas las modalidades deportivas se utilizan ampliamente los ejercicios gimnásticos y, especialmente, los juegos deportivos, que plantean altas exigencias para demostrar las cualidades de velocidad. Los ejercicios de preparación especial pueden orientarse tanto al desarrollo de los componentes aislados de las capacidades de velocidad como al perfeccionamiento complejo en las acciones motores completas. Estos ejercicios se construyen de acuerdo con la estructura y las particularidades de la manifestación de las cualidades de velocidad en la actividad competitiva y representan en sí las distintas acciones y gestos característicos para una modalidad específica o grupo de modalidades deportivas y exigen de un alto nivel de las cualidades de velocidad (saltos, lanzamientos, golpes en boxeo, tiros y golpes del balón, maniobras en lucha y juegos deportivos, salida en modalidades cíclicas, arranques, piques, recorrido de tramos en la distancia, etc.).
Los ejercicios competitivos constituyen un medio eficaz en el perfeccionamiento complejo de las capacidades de velocidad. En condiciones de competencia, con la respectiva preparación previa y la motivación se logra registrar tales índices de velocidad en la ejecución de determinados componentes de la actividad competitiva, que normalmente son difíciles de alcanzar en el proceso de entrenamiento, incluso con los ejercicios de menor duración con aislamiento de los ejercicios de velocidad pura (Berger, Harre y Bauersfeld, 1982; Platónov, 2002).
La metodología del perfeccionamiento de las reacciones motrices debe considerar la necesidad de un enfoque analítico: inicialmente, se trabaja el perfeccionamiento aislado de la estructura del componente motor (la técnica del movimiento) y del tiempo del periodo latente; luego, se trabaja en el mejoramiento de la interacción coordinada del periodo latente y el componente motor de las reacciones según la situación de la acción a perfeccionar. Pese al diverso carácter de las exigencias para elegir los medios y métodos utilizados para perfeccionar la capacidad de reaccionar, se pueden definir algunas consideraciones generales de la metodología:
• el dominio de cada tipo de reacción (simple, disyuntiva, diferenciada) tiene su importancia independiente;
• la principal directriz metodológica general consiste en el perfeccionamiento consecutivo de las reacciones simples, disyuntivas y diferenciadas;
• cada tipo de reacción inicialmente se perfecciona de manera independiente, sin integrarse con otras;
• el perfeccionamiento de la anticipación (espacial y temporal) en las reacciones se prolonga después de la adquisición de un determinado fundamento técnico;
• los objetivos pedagógicos del perfeccionamiento deben aumentar el grado de dificultad mediante un incremento consecutivo y la alternancia de las exigencias cualitativas y cuantitativas en los ejercicios;
• para perfeccionar las capacidades de reacción consecutivamente, se deben alcanzar los siguientes objetivos: a) disminución del tiempo del componente motor del gesto; b) disminución del tiempo del periodo latente de la acción, y c) perfeccionamiento de la habilidad de anticipar las interacciones temporales y espaciales.
No se debe pensar que estas formas de rapidez, como el tiempo de un movimiento aislado e incluso el tiempo de reacción, se perfeccionan mejor al realizar los movimientos con una sobrecarga mínima y con la máxima velocidad posible. Con sobrecargas pequeñas el deportista no logra una intensa aferentación propioceptiva que acompañe el movimiento y que logre activar la formación de un eficaz programa motor central. Cuando los ejercicios de velocidad se realizan con determinadas sobrecargas, la intensa impulsión aferente posibilita establecer una concordancia racional y rapidez de incorporación de los músculos en el trabajo; la coordinación de la actividad muscular en el transcurso de los movimientos, y la rápida inclusión del número requerido de las unidades motoras, o sea, la elaboración de una óptima coordinación intra e intermuscular.
La magnitud del sobrepeso utilizado depende en cierta medida de la forma de las capacidades a perfeccionar. Para el perfeccionamiento de la rapidez en la realización de un movimiento aislado sin sobrecarga, como también de la frecuencia de estos movimientos, son más convenientes las sobrecargas que representan un 15-20 % del nivel máximo de fuerza. Al perfeccionar la rapidez de reacción motriz en concordancia con las condiciones específicas de la actividad competitiva, conviene realizar los ejercicios en un amplio margen de sobrecarga: desde el 10-15 % hasta el 50-60 % y más respecto al nivel máximo de fuerza.
La efectividad de la preparación en velocidad depende mucho de la intensidad de la realización de los ejercicios y de la capacidad del deportista de movilizarse al máximo. Precisamente, el grado de movilización de las cualidades de velocidad, la capacidad del deportista de realizar estos ejercicios a un nivel máximo o uno cercano a éste en los entrenamientos, y el mejoramiento frecuente de sus resultados personales en determinados ejercicios, se convierten en los principales estímulos para aumentar su nivel de velocidad. La manifestación de la velocidad en el entrenamiento de los deportistas, especialmente de alto nivel, depende mucho de la selección de los medios y enfoques metodológicos que garanticen el nivel óptimo de estimulación de la actividad del sistema nervioso central y los órganos ejecutores.
Para elevar la eficacia de la preparación en velocidad un recurso de gran relevancia es la variación de las acciones motrices en la ejecución de los ejercicios competitivos y básicos de la preparación especial, que se manifiesta por medio de la alternancia de las condiciones normales, facilitadas y de mayor dificultad.
En lucha, por ejemplo, puede ser la alternancia de lanzamientos de maniquíes de diferente peso (grandes, medianos, pequeños) con el ritmo máximo; en natación, el recorrido de tramos cortos (10-15 m) con máxima velocidad, después de nadar con cuerda elástica estirada al máximo, o el recorrido de tramos de 25 m con el uso del líder (velocidad 110-120 %), después de nadar sujeto 30 s con máxima intensidad; en el remo, el alternar los tramos rápidos realizados en condiciones normales o implementando el freno hidráulico; en el ciclismo de pista, el variar los tramos rápidos en condiciones habituales con persecución de un líder, etc. Este tipo de entrenamiento perfecciona la coordinación intra e intermuscular, y la facultad de explotar las capacidades de velocidad-fuerza en condiciones de la actividad competitiva, e influye positivamente en la consolidación de una técnica variable de los movimientos.
Un importante enfoque metodológico que ayuda al aumento de la eficacia de la preparación en velocidad se fundamenta en una correcta motivación psíquica y la creación de unas condiciones emocionales especiales que posibilitan el máximo aprovechamiento del potencial funcional en la ejecución del trabajo de entrenamiento y la competencia. Con este fin se crea un ambiente competitivo en las sesiones, se realiza un entrenamiento conjunto de los deportistas con capacidades similares, se recurre a la variación de los ejercicios, se posibilita la información permanente sobre la efectividad de la ejecución de las tareas, etc. Un uso sabio de estas vías permite en un 5-10 % aumentar el nivel de manifestación de la velocidad en los deportistas, lo que resulta muy importante para la eficacia del proceso de entrenamiento.
Un enfoque igualmente eficaz es la estimulación neuromuscular previa de la capacidad de trabajo de los deportistas. En él se practica un estiramiento de los músculos con la subsiguiente contracción intensa; previamente se emplean los implementos de mayor peso, como la bala, la jabalina y el disco en atletismo, o maniquíes pesados en lucha. La utilización de los distintos medios de estimulación previa de la capacidad de trabajo también es altamente eficaz en las modalidades deportivas cíclicas. El número de variantes es bastante grande: los medios de la estimulación previa pueden tener un carácter selectivo (por ejemplo, solo pedagógicos o físicos) o combinado (diversos medios en un solo complejo de estimulación); pueden planificarse antes de una serie de ejercicios de velocidad, o introducirse parcialmente entre estos ejercicios.
Se puede demostrar la efectividad de la estimulación previa de la capacidad de trabajo con los resultados de las investigaciones realizadas con los nadadores de alto nivel. Así, antes de una serie de cinco saltos de salida, se realiza un conjunto de ejercicios de corta duración que exijan la movilización de las posibilidades de los músculos de las extremidades inferiores; esto conduce a un aumento esencial de la efectividad de la salida. También se reduce el tiempo de la salida bajo la influencia del uso previo de los medios físicos (por ejemplo, un hidromasaje de 5-7 min en una tina con pino, Figura 1.2). No obstante, el mayor efecto se observa con el empleo conjunto de los medios pedagógicos y físicos (Figura 1.3).
No menos positiva resulta la variante relacionada con el aumento de los índices de velocidad bajo el efecto de la realización previa de los ejercicios cercanos con cargas adicionales; por ejemplo, antes de los ejercicios de velocidad en distancias cortas se realiza un trabajo de 15-20 s en las máquinas de fuerza, que permiten imitar los movimientos rápidos. En este caso, los deportistas con mayor frecuencia alcanzan mejores índices de velocidad en los principales ejercicios, que sin la realización previa de los ejercicios con carga elevada.
Una de las opciones para aumentar la efectividad de la preparación en velocidad es la planificación de los microciclos orientados a esta cualidad en el proceso de entrenamiento. Esta necesidad (especialmente en el entrenamiento de los deportistas de alto nivel) se debe ante todo a que los grandes volúmenes y la intensidad de trabajo, característicos para el entrenamiento contemporáneo, a menudo implican la realización de los planes de sesiones y microciclos en condiciones de una fatiga progresiva. Esto en gran medida detiene la manifestación de las cualidades de velocidad en sesiones con esta orientación. La planificación de los microciclos independientes enfocados hacia la velocidad, en alto grado permite eliminar esta contradicción. Sin embargo, el alto efecto de entrenamiento de estos microciclos se hace posible solo cuando los planifican después de los microciclos de recuperación, lo que posibilita lograr los mayores índices de la capacidad de trabajo en determinados ejercicios.
1. sin la estimulación previa; 2. con la estimulación previa
Figura 1.2. Efecto de los medios pedagógicos (a) y físicos (b) de la estimulación previa de la capacidad de trabajo en la eficacia de la salida
1. sin la estimulación previa; 2. con la estimulación previa
Figura 1.3. Efecto de la utilización conjunta de los medios pedagógicos y físicos de la estimulación previa de la capacidad de trabajo en la eficacia de la salida
Entre los medios pedagógicos eficaces para la estimulación de las cualidades de velocidad hay que anotar la ejecución de los ejercicios de corta duración al final de las sesiones de carácter aeróbico, basados en un gran volumen de trabajo de intensidad moderada. En este caso, los deportistas a menudo logran demostrar la velocidad en un nivel que era inaccesible al inicio de la sesión de entrenamiento, inmediatamente después del calentamiento. Esto se explica ante todo por la influencia positiva de la realización prolongada del trabajo, relativamente de baja intensidad, para mejorar la coordinación intra e intermuscular junto con la óptima interacción de las funciones motriz y vegetativa.
Para estimular las capacidades de velocidad en la realización de los diferentes ejercicios son eficaces algunos medios y enfoques técnicos como, por ejemplo, el uso de los aparatos de arrastre que permiten al corredor, remador, nadador desplazarse a una velocidad superior en un 5-20 % a la accesible para él. De este modo, el deportista realiza los movimientos con la máxima intensidad, tratando de que estos correspondan a un nuevo nivel de velocidad, que es superior. El mismo papel cumple la persecución de un líder en el entrenamiento de los ciclistas.
La manifestación de las cualidades de velocidad tiene que ver con una correcta motivación psíquica durante el entrenamiento; la utilización de los métodos competitivo y de juego en la ejecución de los diferentes ejercicios, y la creación de un microclima de competencia en cada sesión de entrenamiento (Vaitsejovskiy, 1985).
Se entrará a examinar brevemente las exigencias básicas para los componentes de la carga (carácter y duración de los ejercicios, intensidad de trabajo al realizarlos, duración y carácter del descanso entre los ejercicios, número de repeticiones) que deben tenerse en cuenta en el proceso de preparación en velocidad.
Para aumentar las posibilidades de velocidad en los deportistas, se utilizan los más diversos ejercicios de preparación general, especial y competitivos. Entre más alto sea el nivel de los deportistas, en mayor proporción se utilizan los ejercicios competitivos y de preparación especial, que garantizan un perfeccionamiento conjunto de las cualidades de velocidad para realizar los distintos gestos y acciones que forman el contenido de la actividad competitiva. Una de las principales exigencias frente a los ejercicios de velocidad es conseguir un buen dominio al realizarlos; con esta condición, los deportistas se encuentran capaces de concentrar la atención principal y los esfuerzos volitivos no en la técnica, sino en la velocidad de la ejecución de los ejercicios.
La duración de los ejercicios en el proceso de preparación en velocidad se determina por su carácter y la necesidad de garantizar un alto nivel de velocidad en su ejecución. Al perfeccionar determinados componentes de las capacidades de velocidad (por ejemplo, el tiempo de reacción, la velocidad de un movimiento aislado), algunos ejercicios son muy cortos, menos de un segundo, y con varias repeticiones alcanzan los 5-10 s. También son cortos (hasta 5-10 s) los ejercicios dirigidos al perfeccionamiento de las capacidades complejas de velocidad en la realización de algunos gestos en los juegos deportivos, modalidades de combate, de velocidad-fuerza y de coordinación compleja. Cuando se trabaja en el aumento del nivel absoluto de la velocidad en la distancia en las modalidades deportivas cíclicas, la duración de algunos ejercicios puede oscilar dentro de los límites más amplios: desde los 5-6 s hasta 1 min y más.
Al planificar la intensidad de trabajo o la velocidad del recorrido de los tramos y las distancias, es necesario partir del hecho de que el trabajo debe ejercer en el organismo del deportista una influencia que estimule los cambios adaptativos, que forman base de la manifestación de las propiedades y que en su conjunto determinan el nivel de las posibilidades de velocidad. También resulta útil trabajar los ejercicios con una alta intensidad, prácticamente máxima. Al realizar los ejercicios de velocidad, el deportista debe tratar de asegurar el nivel de velocidad por medio de la máxima movilización de la fuerza y la rapidez, y una gran amplitud y potencia de los movimientos.
Sin embargo, el desarrollo de la velocidad no puede reducirse a los ejercicios con la intensidad máxima y cercana a ésta. Para perfeccionar los diferentes tipos de velocidad y sus componentes, ayudan también los ejercicios que se realizan con una intensidad más baja. Para perfeccionar la rapidez de un solo movimiento, es conveniente utilizar un ritmo distinto: desde el moderado (30-40 % del máximo posible) hasta uno cercano al máximo (85-95 %) y el máximo. Al final de cada ejercicio se requiere relajar los músculos.
Al perfeccionar la frecuencia de los movimientos, los ejercicios se realizan a un ritmo cercano al máximo y al máximo. Para mejorar la rapidez de reacción, es necesario realizar los movimientos con la máxima velocidad posible y la atención del deportista debe concentrarse en ejecutar de la forma más rápida posible los elementos iniciales del movimiento en respuesta a la señal recibida. En calidad de señal, es conveniente utilizar diferentes estímulos (como los auditivos, táctiles, luminosos) y variar constantemente el lugar de su emisión, el orden y el ritmo de alternancia.
La amplia variedad de ejercicios, de las condiciones de su ejecución y de la intensidad de trabajo, junto con el significativo volumen de los medios en la preparación, que exigen la máxima movilización de las cualidades de velocidad, es una de las condiciones indispensables para el aumento paulatino de la velocidad en los deportistas y la profilaxis de la aparición de la “barrera de velocidad”, un estereotipo rígido que limita las posibilidades del posterior incremento de las cualidades de velocidad.
La duración de las pausas en el desarrollo de la velocidad debe planificarse de tal manera que, para el inicio del siguiente ejercicio, la excitabilidad del sistema nervioso central esté incrementada y que los cambios físico-químicos en el organismo ya se encuentren en gran medida neutralizados.
Si las pausas van a ser más cortas, en el organismo del deportista se producirá una acumulación relativamente rápida de los productos de degradación, lo que conllevará al descenso de la capacidad de trabajo en los ejercicios posteriores. La siguiente realización de trabajo en estas condiciones provocará más un aumento de la productividad anaeróbica (glicolítica) que el perfeccionamiento de las posibilidades de velocidad.
En el proceso de la preparación en velocidad las pausas oscilan ampliamente; su duración depende de la complejidad coordinativa de los ejercicios, el volumen de los músculos implicados en el trabajo al realizar un ejercicio concreto, la duración del ejercicio y la intensidad de trabajo al ejecutarlo. Las pausas entre los ejercicios complejos, en el sentido coordinativo, y relacionados con alta carga para el sistema nervioso central, deben ser más largas que entre los ejercicios relativamente sencillos y bien dominados por los deportistas. Entre los ejercicios de velocidad de carácter local, que involucran en el trabajo menos del 30 % de la masa muscular, las pausas son más cortas que entre los ejercicios de carácter parcial (con la participación del 60 % de la masa muscular) o global (más del 60 % de las masa muscular).
Las pausas entre los ejercicios de corta duración (menos de 1 s) de carácter local (por ejemplo, un “fondo” en esgrima, un corto golpe en boxeo, un golpe en tenis de mesa, etc.) pueden ser de apenas unos segundos.
Los ejercicios de velocidad prolongados (por ejemplo, carrera en 100 y 200 m con salida baja, recorrido de tramos en 500 m en ciclismo de pista, natación de la distancia de 50 m), que involucran en el trabajo grandes volúmenes musculares, pueden requerir de un descanso prolongado, desde 2-3 hasta 10-15 minutos y más.
Al realizar los ejercicios del mismo tipo, la disminución de la velocidad está relacionada con el acortamiento de los intervalos de descanso. Pero, en este caso, la dependencia no lleva el carácter lineal: incluso una leve disminución de la velocidad permite acortar esencialmente las pausas entre determinados ejercicios (Figura 1.4).
Figura 1.4. Relación entre la velocidad del recorrido de los tramos de distancia en modalidades deportivas cíclicas y la duración de las pausas entre los ejercicios
La utilización de esta relación permite planificar la duración de las pausas entre algunos ejercicios al cambiar la intensidad de trabajo. Por ejemplo, para el recorrido de una serie de cuatro tramos de 50 m con la velocidad máxima realizado por los nadadores de alto nivel, la duración óptima de las pausas será de aproximadamente 120-150 s. La disminución de la velocidad en tan solo 10 % exige la reducción de las pausas en un 25-30 %, y al descender la velocidad hasta el 80 %, la duración de las pausas puede disminuirse en dos veces.
La relación presentada en la Figura 1.4 puede implementarse con eficacia también en la planificación de la duración del descanso en otras modalidades deportivas al realizar los más diversos ejercicios. Es necesario controlar que se determine correctamente la duración de las pausas cuando se trabaje con la velocidad máxima.
La realización periódica de los ejercicios de 5-30 s de duración con largos intervalos de descanso, de 10 a 20 min, contribuye al aumento del nivel de velocidad. La particularidad de estos ejercicios radica en que al realizarlos el deportista tiene como objetivo lograr los índices record de velocidad.
Durante las pausas entre ejercicios se planifica un conjunto de procedimientos de tonificación y recuperación: masaje, baños, ejercicios de relajación y estiramiento, la predisposición psíquica, etc. El objetivo de todos estos procedimientos es garantizar unas condiciones óptimas para la ejecución de los ejercicios al límite de las posibilidades de velocidad.
En la Tabla 1.1 se presenta la duración racional de las pausas entre algunos ejercicios para desarrollar las capacidades complejas de velocidad, dependiendo del volumen de los músculos involucrados en el trabajo en cada ejercicio y la intensidad de trabajo (en porcentaje respecto los índices máximos de la velocidad). Junto con esto se debe tener en cuenta que la realización múltiple de los ejercicios de velocidad con alta intensidad, incluso con pausas óptimas, provoca una acumulación de los cambios físico-químicos y un descenso del nivel de la disposición psíquica para la ejecución de trabajo de alta intensidad. Para aumentar el volumen de trabajo en condiciones óptimas con el fin de desarrollar las posibilidades de velocidad, se recurre a la realización de ejercicios por series.
Tabla 1.1. Régimen de trabajo y descanso en el desarrollo de las capacidades complejas de velocidad
El número de ejercicios que conforman cada serie, así como el número general de las series, dependen de la duración de los ejercicios, su intensidad y el volumen de los músculos involucrados en el trabajo. Por ejemplo, en una serie puede haber hasta 10-15 ejercicios de corta duración de carácter local. Cuando se realizan los ejercicios bastante largos de carácter parcial y global, su número en una serie puede reducirse hasta 3-4 o 2-3. La duración de las pausas entre las series también depende del carácter de los ejercicios, su duración, número dentro de cada serie, intensidad de trabajo, y generalmente oscila entre los límites de 2-6 min.
Al construir los planes de las sesiones orientados a la velocidad, el entrenador puede basarse en los datos presentados en la Tabla 1.1. Sin embargo, se debe precisar que estas recomendaciones han sido establecidas para los deportistas de alto nivel. No menos importante es determinar correctamente a qué tipo pertenecen los ejercicios (locales, parciales o globales) seleccionados para el programa de velocidad.
Los diversos ejercicios gimnásticos para los músculos de los brazos con pequeño sobrepeso, algunos golpes breves en voleibol, toques en esgrima, golpes cortos en boxeo y otras acciones motrices que no implican grandes volúmenes musculares, son ejercicios de carácter local. La mayoría de golpes en balonmano, fútbol, jóquey exigen participación de volúmenes musculares medios en el trabajo y, por consiguiente, pertenecen a los ejercicios de carácter parcial. En calidad de ejemplos de ejercicios de carácter global, se pueden citar el lanzamiento de martillo, el arranque en pesas, muchas técnicas en distintos tipos de lucha, carreras de velocidad, natación en distancias cortas y remo.
Como flexibilidad se entienden las propiedades morfofuncionales del aparato locomotor que determinan la amplitud de los movimientos del deportista. El término flexibilidad es más conveniente para valorar la movilidad general en las articulaciones de todo el cuerpo. Cuando se trata de algunas articulaciones en particular, es más correcto hablar de su movilidad (movilidad en el tobillo, movilidad en el hombro, etc.).
La flexibilidad determina en gran medida el nivel de la maestría deportiva en las diferentes modalidades. Con una flexibilidad insuficiente se dificulta y se retrasa el proceso de asimilación de los hábitos motores, se limita el nivel de manifestación de la fuerza, de las capacidades de velocidad y coordinación, se deteriora la coordinación intra e intermuscular, se reduce la economía de trabajo y se incrementa la probabilidad de lesiones de los músculos, tendones, ligamentos y articulaciones.
Un nivel insuficiente de flexibilidad también se convierte en una causa de disminución de la efectividad de entrenamiento orientado hacia el desarrollo de otras cualidades físicas. Se sabe que una escasa movilidad en las articulaciones no permite utilizar debidamente las propiedades elásticas de los músculos previamente estirados para elevar la eficacia de la preparación en fuerza, limita las posibilidades de los métodos de entrenamiento dirigidos al perfeccionamiento de la economía de trabajo, al aumento de la potencia de los movimientos y al mejoramiento de las capacidades coordinativas.
Las distintas modalidades deportivas plantean exigencias específicas hacia la flexibilidad determinadas fundamentalmente por la estructura biomecánica del ejercicio competitivo. Por ejemplo, los deportistas especializados en remo necesitan tener una movilidad máxima de la columna vertebral, los hombros y las articulaciones coxofemorales; los patinadores y los corredores, en las articulaciones coxofemorales, de rodilla y de tobillo; los esquiadores, en las articulaciones de hombro, coxofemorales, de rodilla y de tobillo; los nadadores, en el hombro y el tobillo.
Se distingue la flexibilidad activa y pasiva. La flexibilidad activa es la capacidad de realizar los movimientos con gran amplitud mediante la actividad de los grupos musculares que rodean la articulación correspondiente. La flexibilidad pasiva es la capacidad de lograr una amplitud máxima de los movimientos como resultado de la acción de las fuerzas externas. Los índices de la flexibilidad pasiva siempre son más altos que los de la flexibilidad activa.
Con un suficiente nivel de desarrollo de la flexibilidad en un deportista, su amplitud de movimientos en las diferentes articulaciones supera la necesaria para una eficaz realización de los ejercicios competitivos. Esta diferencia se denomina como la reserva de la flexibilidad.
Se requiere saber que la relación entre la flexibilidad activa y pasiva es insignificante. A menudo se encuentran deportistas que poseen un alto nivel de flexibilidad pasiva junto con un desarrollo débil de la activa, y viceversa. El nivel de la flexibilidad pasiva es la base para aumentar la activa, pero el incremento de la última requiere de un trabajo especial que frecuentemente tiene que ver no solo con el perfeccionamiento de las capacidades que determinan directamente el nivel de flexibilidad, sino también con el incremento de las capacidades de fuerza en los deportistas. En particular, esta situación se observa cuando hay una gran diferencia entre la flexibilidad activa y pasiva: entre mayor sea esta diferencia, más conducirá el incremento de la fuerza al aumento de la movilidad en las articulaciones.
Es importante saber que la magnitud de la amplitud de los movimientos es específica para cada articulación, es decir, un alto nivel de movilidad en unas articulaciones puede acompañarse de un bajo nivel en otras. Esta regla se extiende hacia articulaciones diferentes (por ejemplo, las del hombro y las coxofemorales), las mismas articulaciones (por ejemplo, uno de los hombros puede tener alta movilidad, al tiempo de que el otro no) y también movimientos aislados de una determinada articulación (por ejemplo, alta movilidad en la extensión de la rodilla puede acompañarse de baja en la flexión). Esta especificidad en el desarrollo y la manifestación de la flexibilidad está condicionada ante todo por el volumen y el carácter del entrenamiento y la actividad competitiva dirigidas al desarrollo de esta capacidad, por la inclusión del tejido muscular y conjuntivo en la realización de movimientos concretos. De esta manera, surge la necesidad de un desarrollo multilateral de la flexibilidad dentro del proceso de preparación física general y un aumento dirigido de la movilidad en las articulaciones que son más importantes para una u otra modalidad deportiva en el proceso de la preparación física especial.
También se distingue la movilidad anatómica, la máxima posible, que se limita por la preparación de las articulaciones correspondientes. La actividad competitiva en las diferentes modalidades deportivas plantea altas exigencias hacia la movilidad en las articulaciones. En la realización de algunos elementos de la técnica, la movilidad anatómica de las articulaciones puede alcanzar el 85-95 % y más. También debe considerarse que la flexibilidad excesiva puede conllevar consecuencias negativas: desestabilizar las articulaciones y elevar el riesgo de traumatismo.
La flexibilidad está condicionada por las propiedades elásticas de los músculos, la piel, la base subcutánea y el tejido conjuntivo; por la efectividad de la regulación nerviosa de la tensión muscular; por el volumen de los músculos, y por la estructura de las articulaciones. La flexibilidad activa se determina también por el nivel de desarrollo de la fuerza y el perfeccionamiento de la coordinación. Los datos de la Tabla 2.1 dan una idea sobre la oposición de los diferentes tejidos al estiramiento.
Tabla 2.1. Caracterización comparativa de las estructuras del tejido blando respecto la oposición en una articulación
Estructura
Oposición a la flexibilidad (porcentaje total)
Cápsula de la articulación
47
Músculo
41
Tendón
10
Piel
2
Fuente: Fox, Bower y Foss, 1993
Dentro de los factores que determinan el grado de estiramiento del tejido muscular y conjuntivo se encuentran: la ubicación y orientación de las fibras musculares; el número de fibras y miofibrillas; las particularidades del entrelazado de las moléculas de colágeno en cada miofibrilla; la proporción del colágeno y la elastina; la composición química de los tejidos y su hidratación; el grado de relajación de los componentes de contracción; la temperatura de los tejidos estirados; la magnitud, duración y carácter de la carga, etc. Un programa óptimo de estiramiento, que garantice el mayor aumento de la longitud de los tejidos sin lesiones, prevé el incremento de la temperatura interior antes del estiramiento, unas pequeñas sobrecargas y esfuerzos, junto con el mantenimiento del esfuerzo de estiramiento durante un tiempo prolongado.
La estructura de algunas articulaciones predetermina los reducidos límites del margen de movimiento. Esto se refiere, por ejemplo, a la extensión del brazo en el codo y de la pierna en la rodilla. No obstante, para la mayoría de los movimientos, la limitación de su amplitud obedece a los tejidos blandos y a la regulación neuromuscular, o sea, las propiedades que se modifican bajo la influencia del entrenamiento.
Al referirse a las propiedades elásticas del tejido muscular y a las posibilidades de su perfeccionamiento, se debe anotar que los elementos contráctiles de los músculos son capaces de aumentar su longitud en un 30-40 % o incluso un 50 % respecto a su longitud en estado de reposo, creando de esta manera las condiciones para la ejecución de los movimientos con gran amplitud.
La movilidad en algunas articulaciones puede estar condicionada por la forma de los músculos y las particularidades de las fascias, al igual que por la acción del músculo en una o varias articulaciones. Las particularidades de la ubicación de las aponeurosis de los tendones en los músculos con estructura penniforme, naturalmente, predeterminan su menor extensibilidad en comparación con los músculos fusiformes, que generalmente poseen una menor superficie de interacción de la masa muscular y el tendón (De Vries y Housh, 1994).
Los músculos que involucran varias articulaciones, a diferencia de los que involucran una sola, pueden frenar en mayor grado algunos movimientos en las articulaciones junto a las cuales estos pasan.
En particular, la amplitud del movimiento en la articulación coxofemoral al llevar el muslo adelante (su flexión) y atrás (su extensión) depende de la posición de la pantorrilla respecto al muslo. Si en el primer movimiento la rodilla se encuentra flexionada, la amplitud de la articulación coxofemoral será mucho mayor que con la rodilla extendida. Esto se debe a que los músculos situados en la parte posterior del muslo, que van desde la pelvis hasta la pantorrilla, al flexionar esta última, no impiden la elevación significativa del muslo. Con la rodilla extendida estos músculos se templan debido a su menor longitud relativa y frenan el movimiento, a diferencia de los músculos que involucran una sola articulación. Esta particularidad de los músculos de dos articulaciones se denomina insuficiencia pasiva, de la cual depende en gran medida el grado de movilidad de algunos eslabones de las extremidades. Contrariamente, se distingue también la insuficiencia activa, que se interpreta como la escasa fuerza (en comparación con la necesaria) de los músculos para realizar una elevación con el fin de adelantar un determinado tipo de trabajo.
De todos los elementos que limitan la movilidad articular, el que más se presta para el entrenamiento es el tejido muscular. Con el estiramiento se aumenta significativamente no solo la longitud del músculo respecto a su longitud en reposo, sino que bajo la influencia del entrenamiento se incrementa esencialmente la capacidad del músculo para estirar. No obstante, un excesivo volumen de la masa muscular, especialmente si éste se ha formado a través de un entrenamiento con el régimen excéntrico e isométrico, es capaz de limitar significativamente la capacidad de estiramiento del tejido muscular y convertirse en un factor que limita la movilidad articular (De Vries, Housh, 1994). Al mismo tiempo, con una preparación racional en fuerza, que se une orgánicamente al trabajo dirigido al desarrollo de la flexibilidad y al aumento de la capacidad de los músculos para relajarse, la capacidad de estiramiento del tejido muscular no obstaculiza la manifestación de la flexibilidad (Platónov y Bulátova, 1995).
Un asunto más delicado tiene que ver con la elasticidad y capacidad de estiramiento del tejido conjuntivo: ligamentos, tendones, fascias, aponeurosis y cápsulas de las articulaciones. Desde los tendones, ligamentos y fascias se origina respectivamente el 10, 50 y 40 % de la oposición general al movimiento del tejido conjuntivo, llegando a limitar esencialmente el margen de los movimientos.
No obstante, el tejido conjuntivo también se presta muy bien para el estiramiento.
Por otro lado, las aponeurosis y las fascias se caracterizan por una menor capacidad de estiramiento: éstas comprenden un tejido conjuntivo fibroso compuesto por unas membranas densas e inflexibles de distinto grosor en las que los paquetes de fibras de colágeno (entre las que se sitúan fibroblastos en determinado orden) se ubican en varias capas. En cada capa los paquetes ondulados de las fibras de colágeno van en una dirección de manera paralela uno encima del otro. En diferentes capas, la dirección de las fibras es distinta; algunos paquetes de las fibras traspasan de una capa a otra, uniéndolas entre sí. Esta estructura provee poca capacidad de estiramiento del tejido y gran firmeza frente a un rompimiento. Bajo la influencia de las cargas intensas, la elasticidad de las aponeurosis y las fascias crece sustancialmente y éstas se ponen mucho más sólidas. En lo referente a la capacidad de estiramiento, aquí no se puede lograr un buen efecto.
Los tendones poseen una capacidad de estiramiento mayor. Estos se forman por unos paquetes de fibras de colágeno, paralelos y densamente ubicados, entre los cuales se encuentra una delgada red elástica que permite un pequeño estiramiento en el tendón. Los tendones están rodeados por una densa envoltura conjuntiva que obstaculiza el estiramiento y a través de la cual pasan las terminaciones nerviosas que mandan al sistema nervioso central las señales sobre el estado de tensión del tejido del tendón.
En comparación con las aponeurosis, las fascias y los tendones, en las cápsulas de las articulaciones predominan las fibras elásticas, que determinan su buena capacidad de estiramiento y su aumento bajo la influencia del entrenamiento. Sin embargo, una mayor capacidad de estiramiento y entrenamiento la poseen los ligamentos, que se componen por unas tiras de fibras elásticas ubicadas paralelamente. Las fibras elásticas gruesas, delgadas, redondas y aplanadas a menudo se ramifican y salen una de la otra bajo estrechos ángulos, formando una alargada red.
El nivel de tensión del tejido muscular estirado disminuye con la influencia de un entrenamiento racional basado en la utilización de los movimientos suaves y de gran amplitud realizados con baja velocidad. Esto se confirma con el hecho de que un rápido estiramiento provoca una activa reacción del sistema nervioso para emitir los estímulos defensores para la contracción y, al contrario, la disminución de la velocidad del estiramiento de los músculos conlleva a la creación de un régimen más suave de la regulación de la tensión muscular (Moore y Hutton, 1980; Platónov y Bulátova, 2003).
El traspaso del umbral individual de estiramiento de los músculos y tendones en la etapa concreta del perfeccionamiento del deportista estimula el comienzo temprano de la reacción tendinosa defensiva frente a un sobreestiramiento, gracias a la que se presenta una tensión del huso neurotendinoso, que impide el posterior estiramiento de los músculos.
En la literatura existen afirmaciones de muchos investigadores (Magid y Law, 1985; Hutton, 1991