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Este libro es una de las respuestas más originales y optimistas que se han dado en los últimos tiempos a las grandes preguntas de la existencia humana: la obra filosófica de Leonardo Polo. Los tiempos que corren son, en apariencia, poco propicios para la filosofía. Y, sin embargo, el hombre y la mujer de hoy siguen formulándose las mismas grandes preguntas acerca de la existencia humana y del mundo. Enfrentarse a ellas es la tarea más propia del filósofo. Este libro es la puerta de entrada a una de las respuestas más originales que se han dado en los últimos tiempos acerca de la verdad. Para la mayor parte de los estudiosos y del gran público, es todavía poco conocida, pero lo será mucho más en los próximos años. Este volumen reúne escritos en su mayoría inéditos, y ofrecen una visión del hombre radicalmente optimista y lanzada hacia el futuro (de ahí el título), una auténtica filosofía de la esperanza.
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Veröffentlichungsjahr: 2019
LEONARDO POLO
PRESENTE Y FUTURO DEL HOMBRE
Tercera edición
EDICIONES RIALP, S. A.
MADRID
© 2012 by LEONARDO POLO
© 2019 by EDICIONES RIALP, S. A.,
Colombia, 63 28016 Madrid
(www.rialp.com)
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Realización ePub: produccioneditorial.com
ISBN (edición impresa): 978-84-321-5121-7
ISBN (edición digital): 978-84-321-5168-2
ÍNDICE
PORTADA
PORTADA INTERIOR
CRÉDITOS
NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN
INTRODUCCIÓN
1. LA ACTUALIDAD DE LOS CLÁSICOS
2. EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y LA CRISIS DE LA FILOSOFÍA EN LA EDAD MEDIA
PLANTEAMIENTO
LOS TRES GRANDES MOMENTOS HISTÓRICOS DE LA FILOSOFÍA
a) Período ateniense
b) Período medieval
c) Período idealista
LA INTRODUCCIÓN DE ARISTÓTELES EN EL CAMPO MEDIEVAL
LA VOLUNTAD EN ARISTÓTELES
ESCOTO PROCEDE A UN ARREGLO
EL ESTATUTO DE LA INTELIGENCIA
LA RUPTURA DEL ESPEJO: GUILLERMO DE OCKHAM
EL DOMINIO DE LO CREADO
LA TEOLOGÍA EN RÉGIMEN AFECTIVO
ESCOTO, FUNDADOR DE LA EDAD MODERNA
3. LA VERSIÓN MODERNA DE LO OPERATIVO EN EL HOMBRE
ATROFIAS E HIPERTROFIAS
EL PENSAMIENTO
EL HOMBRE ROMÁNTICO
HEGEL: LA FILOSOFÍA DE LA CONCILIACIÓN
LA CRISIS POSTHEGELIANA
LA NEGACIÓN: ¿UNA NOVEDAD PURA?
EL MIEDO A PENSAR
LA VOLUNTAD
NIETZSCHE: LA VOLUNTAD CURVADA
LA AFECTIVIDAD
ARCAÍSMO Y FRENESÍ
EL TÉRMINO DE LA EDAD MODERNA
CONCLUSIÓN: EL FUTURO OBTURADO
4. LA FILOSOFÍA EN NUESTRA SITUACIÓN
LA SITUACIÓN DE LA CIENCIA
LA ACTUALIDAD DE LA TRADICIÓN ARISTOTÉLICA
LA DECISIÓN MODERNA: LA UTOPÍA DE LO SUPREMO
EL PRINCIPIO DEL RESULTADO
UN SER APTO PARA LA PURA MISERIA
LOS REDUCCIONISMOS
LOS SINCRETISMOS
LA PESADILLA DE LA SOLEDAD
CONCLUSIÓN: UNA INSPIRACIÓN INSUFICIENTE
5. EL CONOCIMIENTO COMO OPERACIÓN VITAL
ESPECULACIÓN Y TEORÍA
PRÁXIS Y KÍNESIS
EL VIVIR, OPERACIÓN PERFECTIVA
INMANENCIA Y TRASCENDENCIA
EL HOMBRE, UN SER PRÁXICO
LA PRAXIS MARXISTA
LA CONGRUENCIA
6. CONCIENCIA DE CRISIS EN LA CULTURA CONTEMPORÁNEA
I. LA CRISIS DE NUESTRO TIEMPO
LA CONCEPCIÓN DEL COSMOS
LA IMAGEN UNIVERSAL DEL HOMBRE
EL HOMBRE Y LA TÉCNICA
LA CRISIS DEL ESPÍRITU
LA DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL HOMBRE
II. UNA RESPUESTA A LA CRISIS
SER Y NADA. CRIATURA Y DIOS
HISTORIA Y LIBERTAD
CULTURA Y TÉCNICA
INDIGENCIA DE ESPÍRITU
7. POR QUÉ UNA ANTROPOLOGÍA TRASCENDENTAL
EL HOMBRE COMO SER QUE CO-EXISTE. LOS CUATRO MODOS DE ABANDONAR EL LÍMITE MENTAL
TRES TESIS BÁSICAS SOBRE LA ANTROPOLOGÍA TRASCENDENTAL
EL ABANDONO DEL LÍMITE Y ALGUNOS PRECEDENTES
CUATRO CAMPOS TEMÁTICOS
ALGUNAS INDICACIONES SOBRE LOS ANTECEDENTES CLÁSICOS
AUTORREALIZACIÓN Y DIFERENCIA EN ANTROPOLOGÍA
OTRAS INDICACIONES ACERCA DEL CARÁCTER DE ADEMÁS
GUÍA BIBLIOGRÁFICA
AUTOR
NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN
Se publica ahora la segunda edición de Presente y futuro del hombre de Leonardo Polo. En ella se han corregido algunas erratas que presentaba la primera, tarea que hay que agradecer a quien la ha llevado a cabo con rigor: Gonzalo Alonso Bastarreche. En esta nueva edición se ha considerado oportuno mantener la Introducción de Ricardo Yepes que figuraba en la precedente, pues aunque es incompleta respecto a las ediciones y publicaciones de Polo que señala, fue él quien compuso y revisó el texto que conforma el libro; esas insuficiencias se refieren a libros y otros trabajos de Polo que han sido publicados en fecha posterior, no sólo respecto del año de la publicación de este libro (1993), sino también de la del fallecimiento del profesor Yepes Stork (1996). Por eso también la Guía Bibliográfica, que aparece al final del libro, ha sido reelaborada y completada por Juan A. García González, Catedrático de Filosofía (Teoría del conocimiento) de la Universidad de Málaga; un trabajo que es muy de agradecer al gran discípulo de L. Polo que es el profesor citado. La gratitud se extiende asimismo a la revisión llevada a cabo por Ángel Luis González, Catedrático de Metafísica de la Universidad de Navarra.
El último capítulo del libro se titula Por qué una antropología trascendental; en el prólogo del prof. Yepes se habla de Cinco Lecciones de Antropología. Estas son, en efecto, las cinco primeras de un curso de 12 lecciones sobre antropología trascendental que impartió Polo en la Universidad Panamericana de México, D.F., en 1987 y corresponden al texto aquí incluido. El título con el que aparecen se le puso en función de la temática, desgajada del conjunto del texto.
JUAN FERNANDO SELLÉS
Profesor Titular de Antropología
Universidad de Navarra
INTRODUCCIÓN
Los tiempos que corren son en apariencia poco propicios para la filosofía. Y sin embargo, el hombre y la mujer de hoy se siguen haciendo las grandes preguntas acerca de la existencia humana y del mundo que se han hecho en todos los tiempos. Enfrentarse a esas ultimidades es la tarea más propia del filósofo: siempre se encuentra una respuesta nueva, porque es nueva la situación desde la que se pregunta, como también es siempre nueva la verdad.
Este libro es la puerta de entrada a una de las respuestas más originales que se han dado en los últimos tiempos acerca de la verdad: la obra filosófica de Leonardo Polo[1]. Para la mayor parte de los estudiosos y del gran público esta filosofía es todavía poco conocida. Sin embargo, tiene un interés propio tan evidente que lo será mucho más en los próximos años.
Los primeros libros filosóficos de Leonardo Polo (Evidencia y realidad en Descartes, El acceso al ser, El Ser) fueron publicados entre 1964 y 1966. En ellos se hacían unas propuestas metafísicas cuya formulación sigue siendo válida, aunque su Curso de Teoría del Conocimiento (cuatro tomos, uno aún por publicar, editados a partir de 1984) ha contribuido en mayor medida a que esas propuestas fueran de nuevo formuladas y entendidas desde su conexión con la filosofía aristotélica.
Después, una considerable cantidad de artículos, su volumen Quién es el hombre (publicado en esta misma editorial en 1991, y editado ya en Italia) y sus conferencias y clases orales en la Universidad de Navarra y en distintas universidades americanas han contribuido a llevar a la conciencia de quienes le leen y oyen el convencimiento de estar ante un pensamiento filosófico de singular importancia. En estos tiempos en los que muchos intelectuales se quejan de estar en una «era del vacío», este hecho supone un acontecimiento intelectual.
Este libro reúne escritos de Leonardo Polo, en su mayoría inéditos, que permiten acercarse de modo sencillo a una de las líneas maestras de su pensamiento filosófico.
Los textos presentados hablan por sí mismos: no van dirigidos a especialistas. Estamos ante una visión del hombre radicalmente optimista y lanzada hacia el futuro (de ahí el título), una auténtica filosofía de la esperanza. No es un análisis apresurado y fácil. Es fruto de largos años de trabajo. Se trata de un planteamiento con un alcance metafísico y gnoseológico que toma su impulso de los requerimientos más exigentes de la filosofía. Es un diálogo de tú a tú con los grandes filósofos de la historia, no un simple ejercicio de erudición o academicismo. Es un planteamiento que da cuenta de nuestra situación intelectual y nos ofrece una ambiciosa concepción filosófica, antropológica y cultural.
El contenido de este libro muestra una de las líneas arguméntales más habituales en el pensamiento de Polo, que retoma cuestiones centrales de la historia del pensamiento filosófico aún no resueltas. Desde ellas se prosigue la reflexión hasta plantear una propuesta nueva: una antropología que el autor denomina «trascendental». A su exposición se dedica el último capítulo del libro. Los seis primeros están dedicados a los grandes temas filosóficos que conducen hacia esa Antropología trascendental:
1. Aristóteles y la tradición griega, a los cuales se considera de particular actualidad, por su interpretación del conocimiento humano y del hombre y, sobre todo, porque abren para la filosofía dos grandes temas: el del fundamento y el del destino;
2. La metafísica clásica, ampliada desde la inspiración cristiana hasta el conocimiento de Dios y del ser humano;
3. La filosofía moderna, en especial Hegel, cuyo intento es reformulado en diálogo con las consecuencias culturales que la crisis de la modernidad ha traído hasta el presente.
Añadimos a continuación algunas observaciones sobre cada uno de los capítulos del presente libro. Todos ellos han sido enteramente revisados y parcialmente modificados por el autor para dar a la imprenta esta edición.
* * *
El texto que abre este volumen, La actualidad de los clásicos, procede de una conferencia pronunciada en la Universidad de la Sabana (Bogotá) en agosto de 1984. En él se justifica de modo sugerente por qué Aristóteles es «sumamente actual». No se trata de que los textos del Estagirita encierren dentro de sí mismos problemas inextricables o aún no resueltos. Más bien se trata de que desde Aristóteles cabe responder a los problemas planteados en el mundo actual: sigue estando vigente, y de un modo particularmente intenso.
Son tres los motivos de esta actualidad: su reconocimiento del valor de la ciencia, su interpretación no reduccionista del hombre y la superación que hace de los mitos. La explicación del valor sapiencial de lo mítico es una de las tesis centrales de este primer texto. Se sostiene, además, la distinción entre el saber mítico y el filosófico al hilo de las siguientes ideas:
1. La verdad no tiene sustituto útil. La filosofía está en el orden de la verdad, no de la utilidad;
2. Los reduccionismos son interpretaciones pesimistas sobre el hombre;
3. El saber filosófico se estrena con la averiguación sobre dos temas humanos centrales: el fundamento y el destino;
4. La inspiración clásica, en concreto Aristóteles, establece una correspondencia entre el fundamento y la mente (el noûs), pero deja pendiente el conocimiento de Dios, tema que es abierto por la inspiración cristiana (ver capítulo II).
En resumen, La actualidad de los clásicos presenta una idea central: los clásicos, en especial Aristóteles, tienen una inspiración filosófica que en los tiempos actuales puede ser repuesta con mucha fecundidad explicativa. Pero es una inspiración que se completa y amplía desde la perspectiva cristiana. Por eso en las últimas páginas de esta conferencia se dibuja con vigor la raíz cristiana del pensamiento de nuestro autor: «lo más actual es el cristianismo». «Somos capaces de un destino» es una idea básica en su exposición, y es idea cristiana.
Las páginas incluidas bajo el título El conocimiento de Dios y la crisis de la filosofía en la Edad Media, y las del capítulo siguiente, corresponden a un curso de conferencias pronunciado en 1978 y editado en una versión diferente y muy restringida. El comienzo supone en apariencia un fuerte cambio de perspectiva: se trata de plantear cómo es nuestro conocimiento intelectual de Dios.
En primer lugar se explican brevemente los tres grandes momentos de la filosofía, distinción que tiene una gran importancia «estratégica» para entender el conjunto del pensamiento de Polo en la línea heurística aquí presentada: Atenas (Sócrates, Platón, Aristóteles), París (Tomás de Aquino, Escoto, Ockham, Eckhart) y Berlín (Kant, Fichte, Schelling, Hegel). Son las tres cumbres.
Estas páginas se centran especialmente en la segunda, el siglo XIV, exponiendo la teoría del conocimiento de Escoto. Se entiende entonces en qué consiste la reducción o recorte (términos que oiremos desde el comienzo del libro) de la inspiración clásica aristotélica, mantenida sin embargo por Tomás de Aquino. En unas pocas páginas quizá algo más «técnicas» se dibuja con claridad la trascendencia del retroceso de Escoto ante Aristóteles, del cual son consecuencia Ockham y Descartes.
La vigencia del sigloXIVen la cultura actual es una interpretación concreta también presente en este capítulo que reapare ce también en otros escritos de Polo (capítulo de Kierkegaard de Hegel y el posthegelianismo, y prólogo al libro de Ignacio Falgueras La «res cogitans» en Espinosa, y en Claves del nominalismo y del idealismo contemporáneo).
El texto que sigue, La versión moderna de lo operativo en el hombre, está basado en un artículo que, con el título de El hombre en nuestra situación, se publicó en la revista Nuestro Tiempo, n. 295, 1979, págs. 2150. Después ha sido bastante modificado por el autor.
En él se expone otra perspectiva de la Edad Moderna: qué le ha pasado al hombre en ella. Se describe sucesivamente la crisis del pensamiento, de la voluntad y de la afectividad, propuestas por los reduccionismos como instancias explicativas únicas en el angostamiento de la visión del hombre que está en la raíz de la modernidad. La inspiración cristiana, que abrió la filosofía al tema del fundamento, el destino y el conocimiento de Dios (ver capítulo I y II), quedó entonces obturada.
En estas páginas, Polo expone las líneas maestras de su interpretación de Hegel y del posthegelianismo. Hegel es la cumbre de la modernidad. Su peculiar importancia radica en la magnitud de su intento filosófico, condicionante de todo el pensamiento posterior, que viene a ser así un «posthegelianismo» obligado a tomar postura frente a él. Pero si se señala la limitación de este autor («El destino de Hegel no es el del pensamiento humano»), y se descubre su reduccionismo metodológico («con un único método no es posible pensarlo todo, ni agotar el pensar»), puede proponerse una nueva síntesis.
Así queda anunciada la interpretación poliana del pensamiento: una facultad que tiene capacidad de operaciones múltiples y distintas entre sí, pero susceptibles de ser unificadas. Es éste un aspecto que se desarrollará ampliamente en su Teoría del Conocimiento.
La conclusión de este capítulo es clara: la modernidad ha absolutizado la dimensión operativa del hombre. Deshaciendo ese equívoco no es difícil volver a una propuesta optimista sobre el futuro.
Los juicios sumarios a la situación actual («obturada» por la crisis de las tres instancias señaladas) no debe difuminar el evidente optimismo antropológico del autor. El lector encontrará por primera vez unas breves alusiones a Kant, al hablar de la voluntad, que tienen una formulación algo más especializada.
La filosofía en nuestra situación está basado en un artículo que, apareció con el mismo título en la revista Nuestro Tiempo, n. 289290, 1978, págs. 538. También ha sido modificado posteriormente por el autor.
Además de las ideas explícitas afirmadas en este capítulo (la complejidad de nuestra situación, la fecundidad de enfrentarse con la ciencia, la historia no es un proceso sucesivo de fases ascendentes, etc.) aparece de nuevo aquí, como en el primer capítulo, una propuesta de regreso a los clásicos.
La perspectiva desde la que se plantea este regreso atiende a algunos aspectos de la interpretación poliana de la historia de la filosofía y, en general, de la historia y de la modernidad desarrollados en otros escritos. El sentido de la historia como un trayecto libre, en el cual pueden quedar desaprovechadas algunas virtualidades, alude de nuevo a la crisis del siglo XIV abordada en páginas anteriores.
Le sigue una interpretación de la acción como principio del resultado, llevada a cabo por la modernidad. El desarrollo de este principio se hace en seis apartados que muestran sus consecuencias, y justifican la vigencia actual de los clásicos propuesta en el capítulo primero. Se insiste, continuando la mención del capítulo anterior, en los reduccionismos antropológicos operados en la edad moderna, y se mencionan los sincretismos, lógica consecuencia de aquéllos.
El capítulo titulado El conocimiento como operación vital tiene una especial importancia para entender lo que constituye la puerta de la filosofía de Polo: la teoría del conocimiento.
Partiendo de una distinción inicial que conecta con lo expuesto sobre el conocimiento como espejo en Escoto se establece la distinción entre especulación y teoría. Teoría es una noción aristotélica. Todo lo expuesto en este capítulo también es genuinamente aristotélico, y está de acuerdo en la interpretación corriente de los textos del Esta— girita sobre la praxis (acción) y la kínesis (movimiento). La tesis nuclear es la enunciada en el texto de la Metafísica, 1048 b, 1836: praxis es aquella operación vital en la que la acción misma es simultánea con su resultado; ver y tener lo visto se dan al mismo tiempo; no hay hiato entre ambos. Lo mismo cabe decir del vivir, del oír, del crecer, y de las operaciones vitales.
De la adecuada comprensión de esta idea tan sencilla depende la correcta interpretación de la filosofía aristotélica, tomista y poliana. La perspectiva clásica es reconquistada por Polo al atender a la distinción aristotélica entre enérgeia y entelékheia. El abandono del límite mental, método adoptado por nuestro autor, insiste en esa distinción. Este capítulo muestra cómo en la modernidad se perdió la idea de que el conocimiento es una praxis, una operación vital, es decir, un acto. Para Aristóteles, acto significa ante todo esto: operación inmanente, ver y haber visto, pensar y tener lo pensado. No es corriente entender que acto es ante todo algo propio del conocimiento. Suele aplicarse más a lo que ya es, en contraposición a lo que todavía no es (potencia). Y, en efecto, esos sentidos de acto están también presentes en Aristóteles. Pero el principal es el que Polo explica en este capítulo, a partir del texto citado[2].
Toda la teoría del conocimiento de Polo arranca de esta observación. Amplificando su alcance, y detectando cómo está ausente en los pensadores modernos (Kant, Hegel, etc.), que dan una interpretación «construccionista» del conocimiento, se muestra esa teoría, desarrollada en los tres tomos del Curso antes mencionado. Importa, pues, captar esta idea básica, resumida y explicada en este capítulo. Con ella se puede acceder además al método característico de nuestro autor: la detectación y abandono del límite que para el pensamiento supone la presencia mental del objeto. También se menciona, por primera vez, en estas páginas.
Importa resaltar también la aparición de la noción de congruencia: «En Teoría del Conocimiento cabe mostrar que todos los errores son incongruencias», es decir, una inadecuación, por exceso o por defecto, entre los temas que se tratan y las nociones u operaciones mentales que se utilizan para exponerlos. Recordemos que Polo insiste en que las operaciones mentales son varias, es decir, hay distintas «maneras de pensar» (la abstracción, la negación, el juicio, etc.).
El capítulo titulado Conciencia de crisis en la cultura contemporánea amplía la perspectiva abierta en los anteriores. En él se hace balance, desde la inspiración cristiana, de la crisis de la cultura contemporánea a la que ha conducido la quiebra del tema del fundamento, del destino, del conocimiento de Dios y la reducción antropológica moderna. Y se apunta a una continuación de la filosofía clásica, es decir, al aprovechamiento de sus implícitos.
Se esbozan muchas ideas que conectan con la propuesta de una antropología trascendental que se expondrá después y que aclarará en parte distinciones que aparecen ya aquí En primer lugar la doble distinción que introduce la noción de creación entre sernada y criaturacreador, siendo la segunda mucho más radical que la primera. Respecto de Dios (principio originario) el hombre es dependencia pura o radical. El hombre es radicalmente diferente de Dios (Polo dice que es una «diferencia trascendental», como se verá en el capítulo siguiente), en un triple aspecto, abierto desde los llamados transcendentales personales: porque conoce, porque es libre, y porque es capaz de destino.
Otra nación clave es la de universo, criatura distinta del hombre, que se despliega y se une en una pluralidad de sentidos causales. Los sentidos de la causalidad del universo y su conocimiento es el tema de la física que Polo desarrolla en el tomo IV de su Curso de Teoría del Conocimiento (en trance de publicación), y cuya prosecución es el tema del fundamento, esto es, el ser como primer principio (ya expuesto en su libro El Ser y al que de modo meramente indicativo se ha aludido en el capítulo I).
En este capítulo (originalmente publicado como artículo en mayo de 1967 en la revista Palabra) se mencionan, al hilo de la exposición y sin estorbarla, otras nociones claves en la antropología poliana que atienden a la vertiente esencial del hombre, distinta realmente de su ser: mundo, o entorno que el hombre forma a su alrededor, situación, o modo de estar el hombre en la historia, y cultura, en cuanto plasmación del espíritu objetivo, que hace del mundo algo disponible, es decir, algo de lo que yo puedo disponer libremente. En suma, este capítulo, además de su interés intrínseco, muestra el rendimiento de la antropología trascendental, que se deriva de alcanzar el ser personal, y que tiene en cuenta la situación aporética del hombre a que ha conducido la historia del pensamiento filosófico en la línea argumentativa aquí desarrollada.
Las Cinco lecciones de antropología trascendental fueron pronunciadas en la Universidad Panamericana de México en el verano de 1987. Pertenecen a la parte más inédita y culminar de la filosofía de nuestro autor. Ya a lo largo de este libro han ido apareciendo muchas nociones que tienen una cabal explicación dentro de esta antropología, cuya exposición sistemática, sin embargo, todavía no ha sido publicada. Polo ha considerado interesante dar ya a la imprenta estas páginas, y que sirvan de adelanto a ese futuro libro titulado Antropología trascendental.
Para los que ya conocen la filosofía de Polo, sin duda estas Cinco lecciones resultarán todavía insuficientes, porque en ellas no se expone un esquema completo de esta antropología. Se trata solamente de un comienzo, de una justificación de por qué es necesaria, y un planteamiento inicial de cómo se llega a ella, y de cómo se progresa en ella. En el fondo, estas Cinco lecciones son un capítulo introductorio de ese futuro libro.
Para los lectores que no hayan estudiado a nuestro autor, estas Cinco lecciones resultarán sin duda más arduas que las páginas precedentes. Hay un cambio de nivel, que conviene advertir, adecuado al rigor requerido para una ampliación de la filosofía tradicional como la que aquí se plantea. Quizá podrían haberse elegido otras lecciones más fenomenológicas o descriptivas. Hemos optado sin embargo por las aquí presentadas porque llegar a la antropología trascendental desde la teoría del conocimiento y desde el método propio de nuestro autor —el abandono del límite— es el camino más adecuado para comprenderla.
Desde el planteamiento inicial que aquí se hace se puede llegar, por una parte, a la comprensión de lo que Polo llama trascendentales antropológicos, que son el despliegue y la caracterización de las dos dimensiones, realmente distintas, del hombre: su ser y su esencia. A lo largo de las Cinco lecciones veremos desarrolladas principalmente tres nociones que definen el ser del hombre: libertad, co-existir y ser además. Pero hay otras como intimidad, dar e intelecto que también son trascendentales antropológicos y que aquí no se mencionan. El principal de todos ellos es la libertad, que en la tercera de estas cinco lecciones recibe una particular atención.
Por su parte, en estas lecciones aparece ya la caracterización de la esencia humana como disponer. La esencia humana se diferencia radicalmente de la esencia del universo (tema también tratado en estas páginas) y se expresa en nociones como tener, crecer, manifestarse o expresarse... La sociedad, la ética, el hombre como animal simbólico, etc., son desarrollos de este planteamiento que llena todos los escritos antropológicos de nuestro autor[3]. Estos desarrollos se entienden mejor cuando se fundamentan en esta antropología trascendental.
Por tanto, estas lecciones pretenden solamente adelantar un planteamiento que será mucho más amplio y rigurosamente formulado en el libro Antropología trascendental. La conexión, insisto, entre los primeros libros metafísicos de Polo y sus escritos más divulgativos se hace desde esta antropología.
La dificultad fundamental de las páginas de este último capítulo, que no debe desanimar al lector, es la exposición del abandono del límite, que tiene un cuádruple desarrollo: el ser del universo —el fundamento o principio—, la esencia del universo —las cuatro causas—, el ser y la esencia del hombre. Son cuatro campos temáticos cuya explicación puede encontrarse en algunos momentos un poco más árida. Lo importante es retener las nociones propuestas, y aceptar la reiteración explicativa. La explicación del carácter de único (mónon) propio del conocimiento sirve como introducción al abandono del límite, junto con el tema del conocimiento transobjetivo como precedente ya aparecido en la historia de la filosofía.
Sin embargo, hay nociones mencionadas en las páginas anteriores, que aquí reaparecen y se amplían: el disponer, la irreductibilidad de la persona, su incomunicabilidad y crecimiento, así como las referencias a la ética, las comparaciones con las personas trinitarias, y sobre todo las referencias a la creación, en especial la superioridad del dar sobre el hacer como lo propio de la persona divina y humana.
Por último, aparece en estas lecciones el entronque de Polo con Tomás de Aquino. Ha quedado ya patente la inspiración aristotélica y cristiana de nuestro autor. Importa insistir en que Polo tiene una inspiración en Tomás de Aquino del mismo rango que las dos anteriores. Es más, en rigor, la filosofía de Polo es una continuación de la filosofía tomista, hecha como un desarrollo, aplicado a la antropología, de la distinción real entre essentia y esse, que Tomás de Aquino estableció. Polo asume en toda su amplitud el alcance de esa distinción y la extiende al hombre: también en él se distingue el ser y la esencia. Ésa es la clave desde la cual se construye todo el edificio de su pensamiento. Dicho de otro modo, Polo pretende establecer la entera congruencia de la distinción real al aplicarla a la antropología. Tomás de Aquino es el descubridor e inspirador de la distinción real, pero su desarrollo completo se puede efectuar en la antropología. Es éste el intento poliano.
* * *
Sin duda, la obra de Leonardo Polo exigirá un estudio amplio y detenido. Por el momento parece preferible presentarla como lo que es: algo vivo, en constante proceso de creación y búsqueda de la verdad, pendiente aún de publicar un magnífico cuerpo de inéditos que no cesa de incrementarse. Los lectores de Leonardo Polo que quieran continuar el estudio de su obra pueden encontrar una Guía bibliográfica al final de este volumen, con unas pequeñas orientaciones. Esperamos contribuir con ellas a difundir una obra filosófica que, aunque deba recibir las críticas precisas, pues de otro modo el diálogo en busca de la verdad no sería auténtico, tiene sin embargo una savia creadora que la distancia considerablemente de otras contemporáneas.
Agradecemos vivamente al autor las facilidades que nos ha dado para acceder a sus escritos y publicar este libro[4]. M.a José Franquet, Ángel Luis González, Jorge Mario Posada y Patricia Pintado Mascareño han llevado a cabo el trabajo de preparación de estas páginas. A ellos, nuestro agradecimiento por su meritoria e imprescindible tarea, con el deseo de que puedan seguir ayudando al autor en futuras ediciones y en los trabajos sobre su material inédito.
RICARDO YEPES STORK
[1] En Quién es el hombre. Un espíritu en el tiempo, Rialp, Madrid, 1991, 258 pp., puede encontrarse una semblanza biográfica de este autor y una relación completa de sus obras. Ver también la Guía biliográfica al final de este volumen.
[2] Hay un amplio tratamiento de los sentidos del acto, y una justificación de esta afirmación en R. YEPES STORK, La doctrina del acto en Aristóteles, Pamplona, Eunsa, 1993.
[3] Algunos de estos escritos: Quién es el hombre. Un espíritu en el tiempo, Rialp, Madrid, 1991, 258 pp.; además: La coexistencia del hombre, Actas de las XXV Reuniones Filosóficas de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Navarra, Pamplona, 1991, págs. 33-48; Tener y dar, en Estudios sobre la Laborem exercens, BAC, Madrid, 1987, págs. 201-230; Antropología, Universidad de Piura, PAD, editado por Pablo Ferreiro, Lima, 1985, págs. 1-55; La vida buena y la buena vida: una confusión posible, en Atlántida, 7, 1991, págs. 28-36. He hecho un breve resumen de esta antropología en Leonardo Polo y la Historia de la Filosofía, en Anuario Filosófico, XXV, 1, 1992, págs. 101-124.
[4] El tomo-homenaje del Anuario Filosófico, XXV-1, 1992, presenta un conjunto de trabajos documentados sobre el pensamiento de Leonardo Polo.