Protagonistas del management español - María Victoria de Rojas - E-Book

Protagonistas del management español E-Book

María Victoria de Rojas

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Beschreibung

Arte, ciencia, gobierno de personas… Existen tantas manera de entender el management como personas hay en el mundo. Pero las definiciones solo cobran sentido cuando detrás de ellas se encuentran profesionales con muchas horas de estudio, reflexión, trabajo y experiencia. Las 16 figuras que recoge este libro ofrecen décadas de experiencia en este campo en un texto sin igual que aportará horas de magnífica lectura a quien se adentre en sus páginas. El management merece dedicación y profundización porque, entre otras consideraciones, evoluciona al igual que lo hace el mundo. El abanico de miradas que ofrece este libro al lector le permitirá, a través de una lectura apasionante y amena, conocer muchas de las nuevas visiones y aspectos de la disciplina que puede elevar a límites insospechados tanto a líderes como a dirigidos en la medida en que despliegue todo su potencial.

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PROTAGONISTAS DEL MANAGEMENT ESPAÑOL

MARÍA VICTORIA DE ROJAS

PRÓLOGO DE CHRISTOPHER SMITH

Título original: Protagonistas del management español

Primera edición: Noviembre 2022

© 2022 Editorial Kolima, Madrid

www.editorialkolima.com

Autora: María Victoria de Rojas

Dirección editorial: Marta Prieto Asirón

Maquetación de cubierta: Valeria Hernández

Maquetación: Carolina Hernández Alarcón

ISBN: 978-84-19495-13-6

Producción del ePub: booqlab

No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares de propiedad intelectual.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).

A mi madre,de la que no me pude despedir.

ÍNDICE

Prólogo

«El arqueólogo del management» - Javier Fernández Aguado

«Optimismo y positividad» - Marcos Urarte Alonso

«La forja de un líder» - Lourdes Cascón Ansotegui

«Hacer que las cosas sucedan» - Fernando Botella Antón

«Hábitos que construyen» - Igor González de Galdeano Aranzábal

«Valores en acción» - Marta Prieto Asirón

«Sentimos, pensamos, hacemos» - Koldo Saratxaga Cabezas

«El líder que crea líderes» - Juan Ferrer Cárdenes

«Liberar talento» - Mariano Vilallonga Elorza

«El liderazgo abierto» - Miguel Fernández-Rañada de la Gándara

«El científico del management» - Ricardo Hernández García

«Poner el futuro en la agenda del presente» - Xavier Marcet Gisbert

«Talento libre» - Josep Capell Guiu

«La fuerza de los hechos» - José Aguilar López

«Destilar la esencia» - Ofelia Santiago López

Punto y seguido - María Victoria de Rojas

PRÓLOGO

Es conocida la fascinación que a los anglosajones nos produce España. Desde historiadores a escritores, a lo largo de los años hemos tratado de comprender –probablemente sin éxito– una cultura que nos resulta única a la vez que intrigante, y que nos atrae como un imán. Yo no soy ninguna excepción, y para mí, después de tantos años viviendo aquí, y trabajando en el campo del management, es una gran satisfacción presentar este libro.

Si hay algo que queda claro es que el estudio del management en España cuenta con un numeroso y ecléctico grupo de excelentes profesionales, todos en activo actualmente, que lo sitúa en vanguardia a nivel mundial.

La lectura sorprende por la amplia diversidad de enfoques, todos ellos originales, profundos y valiosos. A lo largo de estas páginas se va destilando un gran conocimiento técnico y humanista, lo que puede que demuestre, una vez más, la capacidad de los españoles, pocas veces reconocida, de destacar tanto en el campo de la ciencia como del arte con naturalidad y brillantez.

Entre los pensadores entrevistados destaca un reducido grupo de pioneros, que hoy en día son respetados referentes internacionales, como Javier Fernández Aguado, Marcos Urarte Alonso, Mariano Vilallonga Elorza y José Aguilar López. Ellos pusieron en órbita una «escuela española» de estudio del management ya hace más de dos décadas. En su estela, y gracias a su perseverancia y a las nuevas aportaciones de los autores, pensadores, investigadores y científicos que aquí se retratan, se ha consolidado una forma «española» de entender el management. Este libro certifica el valor de la denominación de origen.

Abunda la literatura sobre el management proveniente de otras latitudes –que me resultan conocidas– que se centra excesivamente en aplicaciones prácticas, hasta tal punto que, a menudo, resultan limitantes. En cambio, esta escuela española recoge ese espíritu de audacia, hibridación y sentido común tan autóctono, dando lugar a una visión más reflexiva, profunda y trascendente.

En efecto, la línea de trabajo que, tanto intuitiva como ordenadamente, han seguido los protagonistas del management español, ha dado lugar a un rico y amplio corpus intelectual que aúna humanidades, filosofía, psicología, sociología, historia, ciencia, coaching, know-how técnico y sentido práctico. Así queda de manifiesto a lo largo de estas páginas, donde se entrelazan con exquisita fluidez y gracias a la excelente labor de María Victoria, las reflexiones personales y profesionales de todos ellos.

Es fundamental observar una idea subyacente a lo largo de estas páginas, y expresada por todos los entrevistados, consistente en destacar la importancia de desarrollar lo que se viene en llamar los soft skills por encima de los hard skills. Sin lugar a duda sería complicado abordar el management sin mencionar la imperiosa necesidad de establecer estrategias de crecimiento, toma de decisiones, concreción de objetivos y logro de resultados. Pero en el enfoque de esta escuela de pensadores predomina la propuesta de que la observación de la naturaleza humana está por encima del dominio de la técnica.

Cada página destila, en su esencia, esta profunda visión humanista. Se subraya la importancia de las personas y de la adecuada gestión de los sentimientos colectivos e individuales. Es decir, el empoderamiento del nosotros frente al yo. ¿Acaso podríamos estar ante el rasgo identitario de la escuela española del management?

Por este motivo, la ética, la armonía, el equilibrio y la justicia ocupan un lugar destacado en la gestión del cambio. La empatía con los equipos y la humildad son bases fundamentales y causa directa de la eficiencia económica. La responsabilidad personal, la habilidad de escuchar lo que se dice –y lo que no se dice– y el intra-emprendimiento se ponen en valor como factores críticos en el desarrollo individual y profesional.

No es de extrañar, por lo tanto, que lo que tiene usted en sus manos sea un libro repleto de reflexiones sobre el viaje transformador del ejecutivo en líder. Los autores profundizan en el liderazgo, entendido como un conjunto de influencias que permiten avanzar hacia una visión empresarial, a partir de la transición del dirigir al gobernar. El líder se presenta como aquel que ha aprendido a edificar comunidades de confianza a partir del liderazgo consciente, intergeneracional, compartido y abierto. El que transforma culturas de obediencia en culturas proyectivas, en las cuales el compartir sin competir crea una sociedad y un mundo mejor. E, inevitablemente, estas reflexiones desembarcan en el otro gran eje del libro: la incubación de un sentido del propósito.

Me alegra sobremanera que los autores apunten en esta dirección, ya que a lo largo de mi trayectoria como consultor en posicionamiento corporativo, el propósito siempre ha ocupado un lugar central en mis trabajos. Siendo un concepto sencillo de entender a nivel individual, es más complejo de embridar a nivel colectivo. La clave reside en alcanzar un entendimiento común del proyecto empresarial que inspire a todos los stakeholders, tanto internos como externos, alineando equipos y personas en torno a un profundo sentido de la misión.

Para ir finalizando, si busca un libro que ofrezca herramientas de gestión, propuestas de métricas o metodologías de elaboración de estrategias, abandone toda esperanza. En cambio, si su afán es comprender cómo evolucionar de ejecutivo a directivo y, con el tiempo, a líder, tiene en sus manos un texto imprescindible. Provoca la reflexión sobre modos de actuar y formas de pensar, sentir y vivir. Como indica uno de los autores, «la gente necesita quien les ayude y no quien les predique».

Tal vez no estén todos los protagonistas del management español, pero, sin duda, todos los que están lo son: arqueólogos del conocimiento; deportistas de alto nivel; amantes de la naturaleza; arquitectos sociales; aprendices; impulsores del cambio y la transformación; estudiosos del futuro; científicos; humanistas racionales, y, sobre todo, eternos optimistas.

Porque, ante todo, este libro es un homenaje al optimismo, a la confianza en el ser humano y una oda a la libertad. Le deseo una feliz lectura.

Christopher Smith

CEO de BrandSmith

«EL ARQUEÓLOGO DEL MANAGEMENT»

 

Sobre Javier

Tras años de trabajo como alto directivo y luego como empresario, Javier Fernández Aguado es en la actualidad, y desde 2001, socio director de MindValue (www.mindvalue.com). Ha sido catedrático del departamento de Comportamiento Humano de la Escuela de negocios de Navarra (2006-2010) y director de la Cátedra de management Fundación la Caixa en el IE (2015-2021).

Doctor en Economía por la Universidad Complutense (1996) (premio nacional J.A. Artigas de Ciencias Sociales), ha publicado sesenta libros sobre gobierno de organizaciones y creación de empresa (la mitad de ellos en colaboración). El estudio realizado sobre el management de la Iglesia católica, 2000 años liderando equipos, ha recibido el reconocimiento internacional incluido el de la propia Iglesia. Después de analizar Egipto, Roma o el III Reich, su obra más reciente El encuentro de cuatro imperios, analiza el management de españoles, aztecas, mayas e incas, en un momento crucial de la historia de España.

Su trabajo de formación y asesoramiento ha sido solicitado por quinientas organizaciones de cincuenta países y es el único profesional citado en todos los libros que se han escrito sobre autores de management de habla hispana. En 2015 fue incluido por Nuria Ramos y Sergio Casquet en el libro Pensadores españoles universales (LEO), que incluye a diez intelectuales. Entre otros, María Zambrano o Laín Entralgo.

En febrero de 2010, AEFOL promovió el I Simposio Internacional sobre su pensamiento. Asistieron más de 600 profesionales procedentes de doce países de Europa y América. En 2019 tuvo lugar el II Simposio Internacional, celebrado al igual que el anterior en Ifema, para reflexionar sobre las aportaciones realizadas en los nueve años transcurridos. Asistieron cientos de profesionales de muchos países.

A lo largo de la última década Javier Fernández Aguado ha recibido numerosos premios por el trabajo desarrollado como asesor de alta dirección, conferenciante y orador. En septiembre de 2018 fue investido doctor honoris causa por Eucim Business School.

https://javierfernandezaguado.com/

Cuatro preguntas en primera persona

¿Cuál es su definición personal del management?

Gobierno de personas y organizaciones.

Desde que el mundo es mundo y dos personas se reunieron, fue preciso establecer de forma implícita o explícita el modo en el que iban a tomar decisiones. Al igual que en otras obras, pero de forma especial, en 2000 años liderando equipos (Kolima) me detengo en este aspecto de manera detallada a la hora de analizar cómo instituciones tan dispares como los templarios o la Compañía de Jesús definieron sus órganos de gobierno. Un experto en management ha de conocer el máximo posible de opciones para luego proponer la más adecuada en función del tipo de organización, la época histórica, las circunstancias que confluyen, la preparación de los participantes en el proyecto, la duración potencial de la iniciativa, la dimensión numérica de los implicados, etc. Sin conocer lo que hicieron nuestros ancestros, el asesoramiento padecerá de graves carencias.

¿Cómo se define?

Como un arqueólogo que se esfuerza por rescatar del pasado las mejores prácticas del management y aplicarlas al presente. Así lo he hecho en libros como Egipto, escuela de directivos; Roma, escuela de directivos; El encuentro de cuatro imperios; y más. Mi mayor ilusión es dejar algún trozo de este mundo un poco mejor de lo que lo encontré al nacer. Cuando recibo algún mensaje en esta dirección de directivos que han buscado mi asesoramiento, de profesionales que han asistido a alguna conferencia o de alumnos que han acudido a una de mis ponencias, me siento reconfortado.

Un personaje, real o ficticio, que haya influido de manera notable en usted

Debo mencionar necesariamente a tres.

En primer lugar, a mi padre, Enrique Fernández Peña, persona de ética delicada y maravilloso paradigma de rigor profesional y amistad. Cuando falleció en 1995, se multiplicaron homenajes, necrológicas y reseñas. Me gustó especialmente una muy amplia escrita por un subdirector del Banco de España con el título: «Un caballero de la amistad». Durante décadas me he ido encontrando a personas que, antes o después de una conferencia, me han comentado: «Yo fui amigo de su padre». Siempre que pudo hacer un favor lo hizo. Siempre que alguien le necesitó, allí estuvo de forma generosa y entregada.

Inmediatamente, Marta, mi esposa, pues ella, desde que nos conocimos, es rodrigón fundamental de mi existencia. Con un sentido común aplastante y una intuición sensacional, siempre tiene sugerencias de altísimo valor añadido para la toma de decisiones. Sin particular trascendencia pública es una líder excepcional. Además, gracias a ella o junto a ella, tengo la fortuna de ser el padre de dos hijos maravillosos, Sofía y Enrique. En el caso de Enrique, tengo que decir que con sus pocos años, ha publicado ya su primer libro, Trayectoria manipulada. Un hecho que no solo me llena de orgullo sino que me alienta a continuar intentando ser para ellos el modelo que mi padre fue para mí.

Entre ambos, pues le traté de forma más intensa tras el fallecimiento de mi padre y antes de enamorarme y casarme, José Aguilar, porque es una persona profunda, equilibrada, con visión estratégica desde el punto de vista antropológico y profesional. Me iluminó en diversos momentos de mi existencia y, fundamentalmente, cuando me engañaron determinadas personas en las que había depositado toda mi confianza. Conocí de forma directa la falta de preparación humana, profesional y ética de determinados individuos. José Aguilar fue esencial con sus consejos y sugerencias.

Sin alguno de los tres, yo sería muy diferente. Con toda probabilidad, mucho peor.

Tres recomendaciones: un libro, una película y un lugar que visitar que tengan un significado especial para usted

La película, sin ninguna duda, El violinista en el tejado (Norman Jewison, 1971). Es una extraordinaria explicación de que en esta vida todos buscamos la felicidad y todos tenemos límites que no deberíamos cruzar desde el punto de vista personal y ético. Y cómo todos debemos afrontar la imperfección y hemos de procurar hacerlo siempre con una sonrisa tanto en el ámbito matrimonial como en el profesional. Como cuando surgen contradicciones exógenas que no esperábamos, hay que procurar afrontar cada momento con ilusión, con esperanza, tratando de no dañar nunca a nadie y, en la medida de lo posible, ayudar a aquellas personas que estén en nuestra área de influencia. Todo eso y mucho más es lo que yo encuentro en esta película.

Elegir un libro es muy difícil, pero quizás La última lección de Randy Pausch (Debolsillo, 2015). Se trata de una interesante reflexión sobre la vida de un profesional que conoce ya la fecha en que tendrá que entregar su alma a Dios a causa de una enfermedad degenerativa.

Al igual que Tolstói en su obra La muerte de Iván Ilich, o Dostoyevski en Memorias desde el subsuelo, ayuda a todos contemplar nuestras actividades diarias a la luz de la trascendencia.

Esa perspectiva nos facilita tomar decisiones más consistentes, no limitadas a intereses temporales.

Un lugar, Budapest. Viajé por primera vez a esa ciudad en el año 1992, con ocasión de la posible expansión a otros países de la Escuela de Negocios de Praga que había puesto en marcha con el apoyo financiero de un buen amigo, abogado vallisoletano. Tras muchos años sin regresar, aterricé de nuevo en torno al 2010 con mi mujer. Desde entonces hemos viajado a esa ciudad en una docena de ocasiones. Me encanta pasear por sus calles, verificar que tras el desastre del comunismo ha sabido reinventarse. Cada rincón de la capital húngara me genera buenas vibraciones.

Conversando sobre su pensamiento

Una de las aportaciones más significativas del pensamiento de Javier Fernández Aguado es su visión antropomórfica de las organizaciones. Al equipar tanto las virtudes como los vicios de las personas con los problemas y ventajas que presentan las instituciones, nos encontramos con que es posible abordar su voluntad, sus sentimientos, su conocimiento e identificar, para luego tratar, sus patologías.

En esta extrapolación de la condición humana a las organizaciones me surgían dudas acerca del tratamiento con el que se trabajaban aptitudes y actitudes. Aptitudes son las potencialidades que cada uno de nosotros tenemos de fábrica. Actitud es lo que podemos y lo que queremos hacer, que se traduce en los hábitos que vamos construyendo o menospreciando a medida que vamos transitando por la vida. «Hay gente que podría tener más actitudes si hubiera puesto más medios», y dentro de este modelo cuadran a la perfección en el Will management o gestión de la voluntad organizativa.

Cada uno de nosotros tenemos tres facultades. «Esto en el mejor de los casos, porque en ocasiones no se cumple», apunta Fernández Aguado haciendo alarde de esa fina ironía que le caracteriza. Tenemos inteligencia, voluntad y sentimientos.

La inteligencia, trasladada a las organizaciones, es lo que se conoce como Knowledge management o gestión del conocimiento, que fue desarrollado básicamente por el pensador japonés Ikujiro Nonaka. La propuesta del modelo trataba de entender el porqué de la gestión del conocimiento y añadir áreas como la gestión de los sentimientos y de la voluntad organizativa, que suponen la traslación de estas mismas dos facultades del ser humano.

Las organizaciones, lo mismo que las personas, tienen que procurar encauzar los sentimientos en la medida en que esto sea posible, porque los sentimientos son «como los gatos, imposibles de domar». En cuanto a la voluntad, hay que procurar desarrollarla porque, al final, es el motor de las actitudes, y son precisamente las actitudes las que permiten, o no, desarrollar hábitos que sean valiosos para una vida.

* * *

De todas las frases que con cierta frecuencia pronuncia Javier Fernández Aguado –y tiene muchas–, algunas sencillamente gloriosas, mi favorita es «las organizaciones, al igual que las personas, son deliciosamente imperfectas». Quien aspira a la perfección vive en una permanente frustración, ya sea a nivel personal o profesional. «La perfección en esta Tierra no existe. Para los que somos creyentes, esperamos y confiamos en que en el Cielo esa perfección exista, pero, aquí en la Tierra, no hay ni persona ni organización perfecta», me explica para añadir a continuación «la frustración es la distancia que existe entre las expectativas y los logros». Ansiar la perfección en esta Tierra es condenarse a vivir permanentemente frustrado, al no poder conseguirla ni en el terreno personal ni organizativamente.

Esto no es una frase derrotista. Se trata de diferenciar entre la búsqueda de la mejora y la obsesión por la perfección. Fernández Aguado recomienda «surfear sobre las imperfecciones», tanto las internas como las exógenas. La felicidad, que suele ser la máxima aspiración que todos queremos alcanzar, consiste en llevarse bien con el entorno, personal o corporativo, y procurar llevarse bien con uno mismo, algo que no es siempre fácil.

* * *

Otra de esas frases magistrales es «el poder se impone, la autoridad se merece». Una sentencia que aclara en gran medida por qué, y por desgracia, seguimos contando con manipuladores en vez de con líderes.

«Por algún misterio que no entendemos, independientemente de que creamos que este mundo existe por causalidad o por casualidad, y yo me apunto a la causalidad, solo hay dos opciones: o estamos aquí por un Big Bang que nadie sabe cómo o por qué sucedió, o porque existe un Creador. La casualidad unifica a los marxistas-comunistas con los extremadamente liberales y es que es muy interesante comprobar que la única coincidencia intelectual que tienen Marx y Hayek es que los dos ensalzan a Darwin. Y esto no es ninguna casualidad, o crees en Dios o crees en cualquier cosa, y este cualquier cosa es creer en Darwin», me explica como paréntesis o digresión.

Vuelve aquí a surgir el tema de la imperfección y es que, con independencia de lo que uno crea, desde que empezó, el mundo está repleto de imperfecciones y no ha habido jamás un líder que haya sido perfecto. Todos estamos llenos de incongruencias e incoherencias y es en medio de esta vorágine donde tenemos que aprender a llevarnos bien con nosotros mismos y procurar crear un equilibrio armónico que nos permita entender esas imperfecciones, procedan de donde procedan. Como muy bien explica en su libro 2000 años liderando equipos, esto afecta a empresarios y directivos, pero también a papas o a los mayores santos de la historia. Por poner un ejemplo de lo que se vislumbra en este libro, al analizar la vida de un personaje tan apasionante como san Bernardo de Claraval, referente en el siglo XII a todos los efectos y el coach al que todo el mundo aspiraba a acceder, Fernández Aguado detalla que tuvo un enfrentamiento con san Pedro el Venerable, responsable de la Orden del Cluny, que hoy sería parangonable a cualquier debate entre Santiago Abascal y Pedro Sánchez. Lo increíble de bucear en la historia es que en este caso se trata de dos santos enfrentados en la Edad Media sobre un tema tan crucial como si es mejor santificarse en Cluny o en el Císter. De lo que resulta que no existe una organización en cualquier lugar del mundo o en cualquier época que no tenga esquinas.

La transición entre el directivo y el líder reclama una gran cantidad de habilidades y hábitos comportamentales. «El principal de todos, el más difícil, el que nadie logra en esta Tierra, es la humildad. La humildad es la verdad, como decía la mejor literata de Castilla. Todos vivimos ciertamente engañados por nosotros mismos y, quien vive engañado es complicado que lidere». Así llegamos a la principal y primera habilidad que todo directivo que aspira a ser líder debería proponerse: la humildad.

La segunda sería la audacia: «Quien siempre hace lo mismo y del mismo modo, pronto dejará de hacerlo». Hay que romper moldes, lo que no es una tarea sencilla porque, como me explica, los problemas para cualquiera de nosotros comienzan en el mismo instante en que salimos de nuestra habitación porque, tanto si hacemos como si no hacemos nada, siempre alguien se sentirá ofendido. Así que atreverse deja de ser una opción para convertirse en un requisito esencial.

En tercer lugar, es necesario desarrollar la virtud de la paciencia, para soportarnos a nosotros mismos y para practicar una razonable llevanza con cualquiera de las personas con las que compartimos algún momento a lo largo del día. Incluso entre las personas de mejor voluntad siempre se producen roces, por eso Javier Fernández Aguado mantiene que «la clave de la convivencia es la no convivencia», haciendo aflorar de nuevo su particular ironía.

Y, por último, visión estratégica, que es lo que Aristóteles (uno de sus mayores referentes, aunque no lo eligiera personaje a destacar) define como causa final. ¿A qué aspiramos en la vida? Lo primero en la intención, lo último en la consecución. La visión estratégica es indispensable para no llevarse la sorpresa de llegar a donde no se quería.

En la conversación se detiene en estas cuatro habilidades esenciales: humildad, audacia, paciencia y visión estratégica. Para ahondar en el tema, nada mejor que leer su libro El idioma del liderazgo, donde expone alrededor de 250 habilidades comportamentales que marcan la diferencia entre un directivo, un manipulador y aquello que realmente buscamos: un líder.

* * *

Otra de las mayores aportaciones del profesor Fernández Aguado al mundo del management han sido los libros publicados sobre diferentes culturas y organizaciones. Roma, Egipto, Grecia, la Compañía de Jesús o la Iglesia católica, culminan en el recientemente publicado El encuentro de cuatro imperios, donde analiza el management de españoles, aztecas, incas y mayas.

El detonante de salida de su labor como arqueólogo del management fue la lectura de una reflexión de un promotor de una organización contemporánea española, ahora de dimensión universal, que decía «tengo miedo de que acabemos como los templarios». Así llegó el primer ensayo de management histórico, o de historia del management, como prefieran, un ensayo breve titulado Enseñanzas de los templarios para organizaciones contemporáneas. Fue necesario invertir varios cientos de horas para realizar el estudio ya que sobre los templarios existe mucho mito y él quería encontrar las fuentes originales que buscó tanto en España como en archivos italianos. Lo más sorprendente de esta primera incursión como arqueólogo del management es que llegó a la conclusión de que, siendo un lector apasionado de Harvard Review y de Harvard Business Press, la mayor parte de las reflexiones que encontraba en estas publicaciones ya estaban inventadas. «Están intentando venderme como novedosas cosas que he descubierto que existían en el siglo XII y en el XIII», lo que hizo que prendiera la llama del interés por el pasado.

Tras los templarios llegaría la Grecia clásica, management: la enseñanza de los clásicos, para continuar con Roma, escuela de directivos y Egipto, escuela de directivos. Con este último descubriría que el nilómetro tenía mucho que ver con la fiscalidad, y que la gestión de equipos, la formación o la retribución variable ya fueron aplicados por Ramsés II en la Batalla de Qadesh, allá por el año 1274 a. C.

Dicen que la mejor manera para aprender sobre un tema es documentarse para escribir un libro. Fernández Aguado reconoce que nunca ha conseguido entender cómo puede ser que todavía existan comunistas y esta falta de entendimiento fue la responsable de que escribiera ¡Camaradas! De Lenin a hoy, y es posible que fuera el mismo motivo el que le llevara a publicar un par de años antes El management del III Reich. Tras ellos llegaría Jesuitas, liderar talento libre, que fue el detonante para escribir 2000 años liderando equipos, para rematar (de momento) con El encuentro de cuatro imperios.

Si tuviera que elegir solo un título me habría embarcado en un gran problema porque de todos ellos se sacan grandes enseñanzas y es que, como él mismo dice, «no es necesario saber de historia, pero el que no sabe de historia no sabe nada».

Tras analizar a un sinfín de directivos la conclusión es que falta sentido común, humildad, perspectiva, visión estratégica, generosidad, empatía… En resumen, afirma: «Creo que, si hubiera una asignatura de sentido común en las escuelas de negocios, mejoraríamos la vida de miles de personas».

Pero aún hay más. El ser humano es como es, con sus luces y sus sombras, desde los orígenes de la humanidad. Lo que varían son aspectos instrumentales, tanto en el bien como en el mal. «En lo epidérmico creo que hemos avanzado bastante, en lo sustancial creo que no hemos avanzado nada». Y es que nos creemos que somos absolutamente innovadores cuando en realidad todo está ya escrito. En casi todas las épocas ha habido hombres y mujeres que han estudiado y han procurado profundizar, pero el problema que ahora tenemos es que estudiar cuesta esfuerzo y tratamos de sustituirlo por cosas que no funcionan. «Yo no conozco otro modo de aprendizaje que no sea el estudio y las conversaciones con personas que valen la pena». Y en esto último, tengo que decir que conversar con Javier Fernández Aguado siempre es un privilegio.

De alguna manera todos transitamos por la vida buscando referentes a los que emular, pero parece como si ahora estuviera mal visto y hubiera que callarlo o esconderlo. «De algún modo esto sigue sucediendo, pero impregnado de pereza. Esta es la explicación de la falta de ética». No hace mucho trató el tema de la ética empresarial en una de sus habituales conferencias: «Ganar dinero es razonable, lo que no es razonable es buscar un atajo y saltarse la ética para enriquecerse. ¿Es lógico querer ganar dinero en una operación mercantil? Evidentemente. Lo que no se puede hacer es vender algo que te ha costado ocho céntimos por quince euros, porque eso es robar. La ética no deja de ser una ciencia de equilibrio y yo no sé si eso que te costó ocho céntimos se deba vender por veinte o por un euro, pero de lo que estoy seguro es que no es quince». Mantiene que vivimos en unos momentos de particulares dificultades, aunque la verdad es que siempre las ha habido, pero las de hoy son las que nos preocupan porque son las que tenemos que enfrentar y afrontar.

En relación con la ética le comento un suceso que me ha sorprendido en los últimos tiempos. Una gran empresa emprendió una gran gesta humanitaria, muy de agradecer, pero poco después descubrí que no era tan altruista como pensaba y que se trató más bien de una gran labor de comunicación. Le pregunto si lo importante no es vivir, sino contarlo. «Como aspecto positivo, las personas somos seres interrelacionales. Salvo los eremitas, que es gente muy especial, nadie puede vivir solo. De hecho, incluso ellos dirían que no viven solos sino con Dios». Pero existe un aspecto negativo: «Todos llevamos un ángel y un diablo. El ángel nos lleva a reconocer a los demás y a ser reconocido por ellos. El diablo nos lleva a querer aparentar y, quien más quien menos, exagera. Pero todos necesitamos reforzar nuestra personalidad mediante la autoestima».

* * *

Está claro que todos tenemos limitaciones, pero seguimos sin buscar la ayuda profesional que abriría nuestros horizontes. Para Fernández Aguado el gran problema de la mayoría, por no decir todos, es que «nos creemos que salimos de la pata del Cid y la jactancia muere siempre después que nosotros». Solo es capaz de liderar bien el que hace un esfuerzo por disminuir su vanagloria, y en esto los coaches pueden ser de gran ayuda, aunque la profesión esté un tanto denostada por culpa del intrusismo, pero existen profesionales de muy alto nivel. El problema es que la primera condición para recibir ayuda es querer recibirla, y raramente alguien que piense que está por encima del bien y del mal va a reconocer que la necesita.

Esto también está muy ligado al desprecio que hoy manifiestan las organizaciones por el talento sénior, aunque, en realidad, se trata de un problema clásico. Ignacio de Loyola decía que el joven tiene la energía y el anciano la experiencia. Pero unir ambas cosas no siempre es fácil y tenemos tendencia a prejubilar a personas que están en su plenitud, despreciando todo lo que pueden aportar, que es muchísimo. Hace ya muchos años que Fernández Aguado manifestó públicamente que «habría que prejubilar a muchos prejubiladores» que luego siguen aferrados a sus puestos hasta más allá de los 80 años.

Necesitamos más sentido común, ¡otra vez falta de sentido común!

«OPTIMISMO Y POSITIVIDAD»

 

Sobre Marcos

Marcos Urarte es ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Catalunya e Ingeniero de sistemas por la Universidad de Fujitsu Limited en Tokio (Japón).

Profesor invitado de las principales escuelas de negocios, destacando del Massachusetts Institute of Technology (MIT), de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), que aparece como la mejor universidad de Asia y del prestigioso programa «Oxford Scenarios Planning Approach».

Colaborador académico del «International Center for Leadership Development», del «Corporate Leadership Campus» y del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN).

Ha participado en las más prestigiosas publicaciones, como la Harvard Business Review y es conferenciante habitual en los más prestigiosos eventos y congresos. Co-autor de diversos libros.

La revista FORBES, en su edición de junio 2021, lo ha identificado como uno de los principales «futuristas» de España. Miembro del IFTF (Institute for the Future).

Es miembro de los think tanks Club de Roma, «International Institute for Strategi Studies» (ISS) de Reino Unido y del Instituto Elcano.

Consultor estratégico y organizacional en más de 100 entidades públicas y privadas de España y Latinoamérica, participa como consejero independiente en diversos Consejos de Administración y asesores de prestigiosas compañías internacionales.

Pertenece al Grupo de Reflexión Estratégica del Estado Mayor de la Defensa y a la Comisión de Prospectiva Estratégica del Instituto de Estudios Estratégicos de España (IEEE). Y es colaborador del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

https://www.pharos.es/

Cuatro preguntas en primera persona

¿Cuál es su definición personal del management?

Creo que el management está absolutamente relacionado con todo lo que son las personas. Para mí, es alinear y cohesionar un equipo de personas para conseguir unos objetivos.

El management necesita un modelo de liderazgo, pero, sobre todo, que ese modelo de liderazgo esté absolutamente orientado y centrado en las personas.

¿Cómo se define?

Primero voy a dar dos definiciones que han hecho sobre mí, aunque ambas me parecen un tanto pretenciosas: arquitecto social y visionario futurista.

Si me tuviese que definir, hay dos rasgos que me caracterizan fundamentalmente y es que soy un optimista patológico y tengo una curiosidad infinita. Esa curiosidad infinita hace que tenga una capacidad, valga la redundancia, infinita para complicarme la vida, porque casi todo me hace ilusión. A todo digo que sí, aunque después me asalten las dudas y me pregunte ¿para qué me habré comprometido con esto? Pero la verdad es que tengo una capacidad enorme para ilusionarme. Soy una persona de retos, por eso tengo un perfil mucho más creador y desarrollador que mantenedor.

Un personaje, real o ficticio, que haya influido de manera notable en usted

Quizá estemos mencionando todos lo mismo y sea un poco recurrente, pero, para mí, un referente fue mi padre. De mi padre valoro fundamentalmente dos cosas: el amor infinito por sus hijos que pocas veces he conocido en otros, y que era una persona con unos principios y unos valores inquebrantables. Cuando él asumía un compromiso, ese compromiso era ley.

A nivel histórico o de personajes referentes no tengo uno definido. Al final, creo que es una combinación. Hay diferentes competencias o características que me gustan de distintas personas, pero no me siento totalmente identificado con nadie.

Tres recomendaciones: un libro, una película y un lugar que visitar que tengan un significado especial para usted

Empiezo por el final. El lugar es Fornells, en general Menorca, pero particularmente Fornells porque es donde tengo mi casa. Está a tan solo veinte metros del mar y eso es todo un privilegio. Puede que también sea un tópico, pero allí mis biorritmos bajan, me permite reflexionar, desconectar de lo que es mi actividad el resto del año y disfrutar de los amigos y la familia. Lo utilizo mucho para leer y para escribir. Durante once meses al año viajo continuamente y trabajo muchísimo, así que durante el mes de agosto es donde recargo las pilas para continuar el resto del año.

Como película, sería la trilogía de El padrino (Francis Ford Coppola, 1972, 1974 y 1990). Creo que debería ser obligatoria en los MBA porque en esta trilogía vemos estilos de liderazgo, gestión de conflictos, trabajo en equipo, toma de decisiones… Sobre todo la primera y la segunda me parecen excepcionales y las vuelvo a ver con una cierta periodicidad porque siempre encuentro cosas distintas.

Sobre el libro, la verdad es que soy muy ecléctico. No soy, ni muchísimo menos, una persona de ensayos y, sobre todo, leo dos tipos de literatura. Durante todo el año leo mucho sobre todo lo que tiene que ver con el trabajo, la estrategia, la innovación, el management y, después, durante el verano, aprovecho a leer mucha más novela. Uno de los libros que más me impresionaron fue Los pilares de la tierra (Kent Follet, 1989), pero también disfruté mucho con Los miserables (Victor Hugo, 1862).

Conversando sobre su pensamiento