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Las Casas de Cultura son instituciones creadas hace más de cuatro décadas por el Ministerio de Cultura (MINCULT), con la intención de garantizar la acción cultural en todos los territorios del país. Estas asumen el trabajo con la población de los municipios particulares donde están enclavadas y, en este sentido, han desarrollado una perspectiva comunitaria, que caracteriza su perfil. En este libro se analiza la relación que establecen los públicos, reales y potenciales, con las respectivas Casas de Cultura, a partir de una muestra de todas las provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud. Sus resultados aportan información estadística de alto valor y profundas reflexiones sobre los intereses de grupos poblacionales que no logran ser convocados, lo cual permite valorar planes de acción para su captación a estas instalaciones; además de que ofrece indicadores de tendencias de prácticas de participación y consumo cultural de la población cubana actual.
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Seitenzahl: 131
Veröffentlichungsjahr: 2023
Página legal
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Edición:AnetteMaríaJiménezMarata
Corrección: Randy Saborit Mora
Diseñointerior,decubiertaymaquetación:AnabelFalcónPeñate
Maquetación para epub:Jadier I. Martínez Rodríguez
© Yisel Rivero Baxter, Pedro Emilio Moras Puig, Honey Piedra Sarría, 2023
©InstitutoCubanodeInvestigaciónCulturalJuanMarinello,2023
©ConsejoNacionaldeCasasdeCultura,2023
©AgenciaItalianadeCooperaciónparaelDesarrollo(AICS),2023
ISBN 9789592422230
Esta publicación se realiza en el marco del proyecto de cooperación internacional La Casa de Todos, desarrollado por la ONG italiana ARCS Arci Culture Solidali APS en colaboración con el Consejo NacionaldeCasasdeCultura(CNCC)yelInstitutoCubanodeInvestigación Cultural Juan Marinello, con la financiación de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS). Los contenidos deestapublicaciónsonresponsabilidadexclusivadelosautoresyno reflejan, necesariamente, la opinión de AICS.
InstitutoCubano deInvestigación CulturalJuanMarinello
Ave. Independencia, No. 63, entre Bruzón y Lugareño,
Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba
Teléfono:7877-57-71
Correos electrónicos:[email protected]; [email protected]
Sinopsis
Las Casas de Cultura son instituciones creadas hace más de cuatro décadas por el Ministerio de Cultura (MINCULT), con la intención de garantizar la acción cultural en todos los territorios del país. Estas asumen el trabajo con la población de los municipios particulares donde están enclavadas y, en este sentido, han desarrollado una perspectiva comunitaria, que caracteriza su perfil. En este libro se analiza la relación que establecen los públicos, reales y potenciales, con las respectivas Casas de Cultura, a partir de una muestra de todas las provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud. Sus resultados aportan información estadística de alto valor y profundas reflexiones sobre los intereses de grupos poblacionales que no logran ser convocados, lo cual permite valorar planes de acción para su captación a estas instalaciones; además de que ofrece indicadores de tendencias de prácticas de participación y consumo cultural de la población cubana actual.
Datos de los autores
Yisel Rivero Baxter. Doctora en Ciencias Sociológicas. Investigadora Titular y Profesora Titular de la Facultad de Sociología de la Universidad de La Habana. Integra el equipo de Participación y Consumo del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, que cuenta con 7 libros publicados sobre este tema.
Pedro Emilio Moras Puig. Máster en Psicología Social. Investigador Auxiliar y Profesor Auxiliar de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Integra el equipo de Participación y Consumo del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, que cuenta con 7 libros publicados sobre este tema.
Honey Piedra Sarría. Máster en Gestión de Recursos Humanos y en Psicología Clínica. Investigadora Agregada. Integra el equipo de Participación y Consumo del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.
Índice
Página legal
Sinopsis
Datos de los autores
Colaboradoresyparticipantesenlainvestigación
Agradecimientos
Introducción
Encuadreteórico-metodológico
Nocionesconceptuales
Aspectosmetodológicos
Diseñode lainvestigación
Muestra
Instrumentosdeinvestigación
Procesamiento
Principales resultados
Poblacióninfantil
Prácticaseinteresesculturales
RelaciónconlasCasasdeCultura
Tipodepúblico
Poblaciónadolescente
Prácticaseinteresesculturales
Culturamediática
Culturaartísticay literaria
CulturarelacionadaconlasTIC (Internet)
RelaciónconlasCasasdeCultura
Tipodepúblico
Poblaciónde15añosymás
Prácticaseinteresesculturales
Culturamediática
Culturaartísticay literaria
CulturarelacionadaconlasTIC (Internet)
RelaciónconlasCasasdeCultura
Tiposdepúblico
Algunascomparacionesconlaencuestadel 2008
Adolescentes(12y14 años)
Población adulta
Conclusiones
Referenciasbibliográficas
Anexos
Colaboradoresyparticipantesenlainvestigación
Irisday Ramírez del Monte
VioletaRodríguezFernández
Rosana Castro Peguero
Melbis Arias Nápoles
Ana Laura Ortíz García
Lauren Iglesias Sandamil
ManuelAlbertoVaillantRuíz
Marta Martínez Rodríguez
El Consejo Nacional y el Sistema de Casas de Cultura, con sus 350 instituciones en los 168 municipios del país; los Centros Provinciales de Casas de Cultura; los Departamentos de Artemisa, Mayabeque y la Dirección Municipal de la Isla de la Juventud; los metodólogos socioculturales; los profesores instructores de arte; los promotores culturales; los especialistas en programación cultural; los comunicadores sociales; los investigadores y estudiantes de las universidades; y los especialistas de otras áreas del sector de la cultura.
Agradecimientos
La Casa de Todos hizo posible adentrarnos en nuestro sistema de Casas de Cultura, desde una investigación profunda que nos marca nuevos retos. Este proyecto muestra hoy importantes resultados científicos de todo el país, a pesar de las limitaciones de comunicación que tuvieron que enfrentar sus participantes y colaboradores durante la pandemia de la COVID-19. Esta no hubiera sido posible sin el apoyo de los metodólogos socioculturales; los profesores instructores de arte; los promotores culturales; los especialistas en programación cultural; los comunicadores sociales; los investigadores y estudiantes de las universidades; y los especialistas de otras áreas del sector de la cultura en los 168 municipios de Cuba. A todos ellos, muchas gracias.
Introducción
Las Casas de Cultura son instituciones culturales creadas hace más decuatrodécadasporelMinisteriodeCultura(MINCULT),con la intención de garantizar la acción cultural en todos los territorios del país. Estas asumen el trabajo con la población de los municipios particularesdondeestánenclavadasy,enestesentido,handesarrollado una perspectiva comunitaria, que caracteriza su perfil.
Desde su aparición resultaron ejemplo de iniciativa que garantiza la atención cultural de la población en los diferentes territorios, posibilitando el alcance e interacción de variadas expresiones del arte y la cultura en general. Sin embargo, para garantizar su efectividad en la realidadcubanaactual,necesitandevaloracionesque,enestaocasión, se realizan desde una mirada nacional, que incluye tanto zonas urbanas como rurales, reconociendo que, sobre todo, en las urbanas, se complejiza su misión y perfil comunitario, por la proximidad con diversos escenarios culturales.
Las encuestas de Participación y Consumo Cultural del Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello (1998 y 2008)1mostrabanunbajoporcientodeasistenciaaestasinstituciones a nivel nacional; sin embargo, no se habían podido realizar nuevos estudios nacionales. En esta ocasión, la investigación se propuso analizar la relación que establecen los públicos, reales y potenciales, con las respectivas Casas de Cultura, a partir de una muestra detodas las provincias. Fue una investigación conjunta entre el ICIC JuanMarinelloyelConsejoNacionaldeCasasdeCultura(CNCC)a través de sus estructuras provinciales y municipales.
Apesardequelosresultadosapelabanamuestrasdepúblicosasiduos a estas instalaciones, también incluyeron población sin contacto con estas.Elloaportareflexionessobreinteresesdegrupospoblacionales quenologranserconvocados,loquepermitevalorarplanesdeacción para su captación a estas instalaciones; también ofrece indicadoresde tendencias de prácticas de participación y consumo cultural de la poblacióncubana.Lainvestigacióntienecomoantecedenteelestudio de tres municipios de la capital (Centro Habana, Cotorro y Arroyo Naranjo), realizado en el marco del proyecto de colaboración internacional La Casa de Todos2, por lo que se orienta a estabilizar y perfeccionarunametodologíadetrabajoparalosestudiosdepúblico de la cultura en Cuba.
Encuadreteórico-metodológico
Laaproximaciónalosprocesosdeparticipaciónyconsumo cultural demanda acotar los elementos conceptuales y metodológicos esenciales, que guiaron nuestra indagación. Estos constituyen nociones complejas, tanto por los procesos a los que hacen alusión comoporlavariedaddeacepcionesatribuidas,locualconllevaa una ausencia de consenso sobre su definición y dificulta su aprehensión empírica.
Nocionesconceptuales
Acontinuación, una sistematización de los referentes teóricos que se emplearon como presupuestos en esta investigación.
La cultura es una palabra que designa múltiples significados y hace referenciaadiversosacontecimientossocialesyacciones,yaseanlas políticas institucionales, la cotidianidad o el hecho artístico-literario. En todas ellas está presente el interés por nombrar aquellos aspectos simbólicos y expresivos, que trascienden la racionalidad económica-social. Disímiles autores, a nivel tanto teórico como práctico, han tratadodedelimitarestossignificadosyenesteesfuerzo,Richard(2000) ha identificado tres perspectivas fundamentales:
La antropológico-social: Abarca el modo de vida en sentido general, donde se incluyen conocimientos, creencias, arte, moral, leyes,
costumbres
y
todas
aquellas
disposiciones
y
hábitos
adquiridos por el hombre, a través de los cuales revelan sus identidades y diferencias específicas.
La
ideológico-estética:
Se
refiere
al
campo
profesional
(artístico, intelectual), donde se producen formas y sentidos, expresadas tanto en obras (el arte, la literatura) como debates de ideas en torno a lo estético y lo ideológico, que se rige por instituciones y reglas de discurso especializadas. En esta visión se destaca la propuesta de Pierre Bourdieu, para el cual constituye un campo del sistema social al igual que el económico, político, educativo, jurídico, etcétera.; ámbito de la acción humana, con sus instituciones, actores y lógicas propias, que produce bienes y discursos específicos.
La político-institucional: Comprende todas aquellas dinámicas de
distribución
y
recepción
de
la
cultura,
asumiendo
esta
última
como hecho a administrar a través de las distintas entidades, medios y agentes que conforman el mercado cultural.
Estostresenfoques,sibientienenvisionesespecíficas,anuestrojuicio pueden también integrarse en el abordaje de este campo social. De esta manera, asumimos la complementariedad de estas al identificar dentro de la cultura como campo general, determinados subcampos, agrupados según las instituciones comprometidas, el tipo de bienes que se producen y las necesidades sociales a las que responden. Clasificación que obedece más a un recurso metodológico, que a una división real en la vida social, dado que las fronteras entre estos resultan, en ocasiones, difusas y pueden solaparse o simultanearse.
Una de las características principales que se le ha adjudicado a este campo,fundamentalmenteporBourdieu(1990),eseldesuautonomía relativa. O sea, tiene independencia para generar procesos propios presentes en la dinámica social, los que en determinadas circunstancias pueden llegar a transformar el orden social establecido.
Ahorabien,dichaautonomíanoesabsoluta,sinorelativa,puesloque sucedeencadacampoestácondicionadonosoloporsulógicainterna, sinotambiénporlamúltipleinfluenciadelosrestantes,conloscuales establece una articulación dinámica, que se expresa en relaciones de subordinación, dominación o interdependencia.
Otrasconceptualizacionesenfatizantantoelcaráctermanifiestocomo latentedelacultura.TaleselcasodeRaymondWilliams(1992),para el cual el primer sentido está referido a las prácticas activas, o sea, a la acción directa y conscientemente actuada (se escribe una novela, se va al teatro, se ve televisión, etcétera); mientras que el segundo, a losestadosmentalesqueacompañandichasprácticas,comoson:los sentidos, significaciones, valores, creencias, actitudes y representaciones compartidos socialmente.
Alos efectos de esta investigación, se asume un concepto amplio de cultura, que no se limita a lo artístico-literario, sino que abarca otros contenidos.Abogamosasíporincluirprácticasdevidacotidianadonde emergen juegos, tradiciones, usos de espacios, consumos mediáticos ydenuevasTecnologíasdelaInformaciónylaComunicación(TIC). Asícomousodelaciudad,prácticasdeentretenimientoyrelacionadas conelmundoaudiovisual;siemprequelasmismasadquieransignificación para los individuos.
Ahora bien, dentro de la cultura interesa el proceso de participación, palabra de uso común, que se define como acción y efecto de participar, y esta última como dar, tener y tomar parte. Se manifiesta en la vida económica, política, cultural y familiar. Pero también en los procesos de producción, consumo e intercambio de información, opiniones y creencias; así como en las expresiones colectivas más disímiles, como reuniones, organizaciones o en todo un conjunto de decisiones,conmayoromenortrascendenciaparanuestraexistencia (Linares, Rivero y Moras, 2008).
En su vinculación con las estrategias de desarrollo, es considerada comounmedioparalograrelrepartoequitativodelosbeneficios,asícomo el elemento indispensable para una transformación y modernización autosostenidadelasociedad.Asuvez,esinterpretadacomounmedio detransformaciónyacercamientoentrequienesdecidenyejecutan,la posibilidad de incrementar y redistribuir las oportunidades de tomar parte en los procesos decisores.
La participación en el ámbito específico de la cultura supone la posibilidad de acceder, interactuar, apropiarse y ejercer el control sobre los recursos y bienes simbólicos propios de esta esfera. En consecuencia, implica tomar parte en el consumo, la creación o la gestión de estos (Linares, Rivero y Moras, 2008). En este último sentido,lograrquelossujetosproponganproyectosdedesarrollo,que talcomonossugiereBonfil(1988)estimulenresistencia,apropiación e innovación, en aras del enriquecimiento del universo de lo propio.
En tanto la participación no es algo abstracto, sino concreto, es importanteprofundizarenlosespaciosenquesemanifiesta.Ámbitos conunadinámicaparticulardeinterrelación,cuyanaturalezapuedeser privada(lugaresíntimosofamiliares)opública(sistemainstitucional de la cultura y otras instituciones reguladas por el Estado; las sociedades, asociaciones,clubsoliceosylosparquesolugaresabiertos).Deesta maneratodoprocesodeparticipaciónseexpresaendistintosniveles, loscualesadquierenenesteámbitocualidadesespecíficas.
Losniveles3serefierenalosgradosenquelosactoressocialesdeciden sobresuvidacultural,tantodemaneraindividualcomocolectiva,los cualespuedenserordenadosenunespectroquevadesdeelconsumo hasta acciones que remiten a una mayor actuación e implicación en las estrategias y políticas de esta esfera. Los niveles propuestos son:
Consumo:
Disfrutar
y
utilizar
los
servicios
culturales.
Movilizativo: Ejecutar tareas asignadas para apoyar proyectos elaborados en sus aspectos esenciales fuera de su radio de acción y sobre el cual no tiene atribuciones para modificar o influir sobre los objetivos y alcance de este.
Consulta, discusión y/o conciliación: Proyectos de acción elaborados en sus aspectos esenciales sobre los cuales se pide el parecer, opinión y contribución. Se concilia y se llegan a acuerdos o incluso a decidir algunas alternativas, pero de elementos no vitales.
Delegación y control: Transferencia de poder para aplicar y controlar un proyecto ya elaborado en sus líneas esenciales, pero
pueden
hacerse
variaciones
de
acuerdo
con
las
condiciones
particulares
del
escenario
en
cuestión,
siempre
que
no
se
traicionen
sus
postulados
fundamentales.
Responsabilidad compartida y codeterminación: Intervención en
la
toma
de
decisiones,
que
incluye
desde
la
identificación
de las necesidades y los problemas, la articulación de los objetivos, la formulación y negociación de propuestas para la solución, ejecución y evaluación de las acciones y el reparto de los beneficios.
En las indagaciones empíricas, un resultado reiterado es que la población participa más como público, o sea, al nivel de consumo. Elloobligaaatenderlosprocesosdeconsumocultural,conceptualizado como: “Conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio,odondealmenosestosúltimosseconfiguransubordinadosa la dimensión simbólica” (García Canclini, 1992:12).
Para Canclini (1995) concebir el consumo cultural como el lugar de losuntuarioylosuperfluo,esreducirsucapacidadexplicativadelas sociedades actuales, de sus procesos (integración/diferenciación), de la estructura política y cultural, además de negar la capacidad que el sistema social le concede para integrarse a sí mismo. Reflexiona, en laselecciónyapropiacióndelosbienes,sedefineloqueseconsidera públicamente valioso, así como las maneras en que se integran y distinguen las personas.
Ahora bien, ese consumo se expresa en prácticas concretas, que varíanenfuncióndelosindividuos,losgruposylassociedades.Esto conectaconotrodelospresupuestosteóricosdeestainvestigación:el carácteractivodelconsumo.Enrespuestaalosdebatesquecuestionan tal afirmación, se considera que este no es una mera manipulación o integracióntotaldelindividuoenunmundoderepresentacionesquelo coartan,lodomestican,loenajenanylodistorsionan.Porelcontrario, implicalaconstrucción