4,49 €
En Puentes de aire, Marcelo Miranda traza la fascinante historia de la radio en la vasta y remota región de la Patagonia argentina. Desde los primeros radioteatros locales hasta las actuales emisiones por la web, este libro nos lleva a través de las distintas oleadas de desarrollo radial que forjaron un canal vital para conectar a comunidades dispersas. Con un enfoque en los cambios sociales, políticos y tecnológicos que influyeron en el medio, la obra también recoge testimonios de actores clave, logrando así un relato integral de la radio como parte esencial de la identidad patagónica.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 182
Veröffentlichungsjahr: 2024
MARCELO MIRANDA
Miranda, Marcelo Puentes de aire : historia de la radio en la Patagonia / Marcelo Miranda. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5582-3
1. Ensayo. I. Título. CDD 302.23440982
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Ilustración de tapa: Marcelo Candia
Introducción
El aire, el viento y la distancia
La segunda oleada de radios en la Patagonia en los años 60
Radio Nacional en la Patagonia
Nuevos actores en la comunicación radial. Radios comunitarias y de baja potencia
El sindicato en la radio
Los pueblos originarios en el dial
Radios universitarias
Experiencias de radio en cultos religiosos y escuelas
Distintas experiencias con emisoras provinciales
Radios municipales
Las radios AM de los años 2000
La radio patagónica en la web
Historias de vida que tuvieron a la radio como centro
El Operador
Un oyente, Don Miranda
Fin de la transmisión
Fuentes consultadas
Anexo 1
Anexo 2
El autor
En uno de los lugares del mundo con menor densidad poblacional como la Patagonia argentina, la comunicación es vital, como forma constitutiva de la sociedad. El enviar un papelito con un mensaje que luego se puede escuchar en esa voz que suena en la radio, es algo mágico, es completar el círculo, la comunicación es posible a pesar del tiempo y la distancia. Las ondas electromagnéticas sobrevuelan la estepa, los valles y se meten entre la cordillera de los Andes.
La radio patagónica conformó su identidad con los mensajes al poblador rural, los radioteatros en base a historia de personajes locales, las transmisiones deportivas y los programas de lucha con las heladas tardías que afectan los árboles de fruta. La radio patagónica siempre se debatió entre la producción de contenidos y la reproducción de mensajes provenientes de radios de capital federal. Cada 20 años, más o menos, esta región se ve invadida por nuevas formas de comunicación que tienen directa relación con la radio.
En los años 30 fueron inauguradas las cuatro radios pioneras de la Patagonia, en los 60, un número mayor de radio de amplitud modulada fueron habilitadas, en los 80 hubo una explosión de radio de frecuencia modulada, como en toda la Argentina. Con la Ley de Servicios de Medios de Comunicación otras tantas radios fueron habilitadas, incluso la única radio de amplitud modulad propiedad de un sindicato del país y en el segundo decenio de este siglo las audiciones que se emiten por la web son una constante, libres de estar atadas a la programación de una radio, lo que marca la tendencia de la radio en su forma de producir y también en su recepción activa. Mientras en Europa y parte de Latinoamérica se debate el apagón de las radios de amplitud modulada y la frecuencia modulada, con un viraje a la radio satelital, en la Patagonia argentina, las radios AM y FM son el principal soporte de comunicación social.
Este libro es una recopilación de publicaciones, testimonios y fotografías para hacer pública una historia que todavía no ha sido contada más que en forma fragmentada. Un especial reconocimiento es necesario realizar a la organización que agrupa a los radios aficionados, grupo de radio escucha argentino, que se tomaron la tarea de visitar gran parte de las radios para dar a conocer parte de la historia de la radiofonía patagónica.
En la década del 30 grandes masas de trabajadores se trasladaron hacia los centros urbanos de la Argentina en busca del empleo de la creciente industria. En la misma época se fortalecen los sindicatos como la Unión Tranviaria, los empleados de comercio, metalúrgicos, textiles, madereros, trabajadores de la carne y la construcción. La sucesión presidencial está dada por Juan B. Justo, lo sustituye Roberto Ortiz y este es reemplazado por Ramón Castillo. Paralelamente en esta época, donde se da el inicio de la Segunda Guerra Mundial, se incrementa el intercambio comercial con Estados Unidos, Inglaterra y los países vecinos.
Un acercamiento hacia Norteamérica se paralizó cuando el país del norte entró en la guerra, pero la Argentina mantuvo su neutralidad. En esta década comenzó a crecer con fuerza el nacionalismo que en la cultura se tradujo en folletines o radioteatros como “chispazos de tradición”.
En 1943 el gobierno de Ramón Castillo fue derrocado por las fuerzas militares encabezadas por Pedro Ramírez y Edelmiro Farrel; ya entonces crecía con fuerza la imagen de Juan Domingo Perón. Fue precisamente Perón, que tras asumir la presidencia en 1946 le dio un papel importante a los medios de comunicación, especialmente la radio nacional, propiedad del estado.1
Desde la primera transmisión de radio en la Argentina, en 1920, los gobiernos otorgaron permisos precarios en forma individual a empresarios. En el caso de las radios del interior de país, se fueron agrupando en cadenas, con cabeceras en emisoras de la Capital Federal y retransmitían audiciones mediante tarifas convenidas previamente.2
Desde 1937 hasta 1941 las estaciones de radio se agruparon en dos redes que estaban encabezadas por LR 1 Radio El Mundo y por LR 3 Radio Belgrano de Buenos Aires. En 1941 el Congreso nacional autorizó a LR 4 Radio Splendid a organizar la tercera red.
Un artículo publicado por “La Razón” el 2 de septiembre de 1940 daba a conocer que la población argentina, que en 1939 ascendía a 13.000.000, poseía 1.000.000 de aparatos de radio en uso, en tanto, las ventas anuales de equipamiento eran de 200.000. Los datos implicaban que Argentina ocupaba el primer lugar entre todos los países latinoamericanos en lo referente a actividades de radiofonía. En la misma publicación, se destaca: “Vemos así que la venta anual de receptores llega a la considerable cifra de 200.000 unidades. Y de acuerdo con otras estadísticas (...) la importación de aparatos armados desde los Estados Unidos hacia la República Argentina, durante el año 1939 alcanzaron a la insignificante cifra de 1.116 unidades, ocupando en este respecto nuestro país el 14º lugar, entre todos los países sudamericanos en lo que se refiere a la exportación desde los Estados Unidos para los 21 países americanos. Si comparamos la ínfima cifra de 1.116 receptores frente a los 200.000 que se venden en nuestro país, podemos colegir que la importación de aparatos es virtualmente nula, ya que el estado de guerra de los países europeos imposibilita que puedan enviarnos aparatos de radiotelefonía. (...) El hecho real es que la industria argentina de radio está plenamente desarrollada”.3
Las primeras cuatro radios de la Patagonia fueron propiedad de la “Compañía Broadcasting de la Patagonia”, que componían LU 4 de Comodoro Rivadavia, LU 12 de Río Gallegos, LU 8 de Bariloche y LU 5 de Neuquén. “Compañía Broadcasting de la Patagonia”4, formaba parte de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, actualmente conocida como “La Anónima”. La empresa se originó en 1908, cuando José Menéndez y Mauricio Braun unieron sus almacenes generales, con estancias y una flota naval de su propiedad. Para 1929 ya contaba con 25 sucursales en distintas localidades sureñas, además de 4 barcos.5
El nacimiento de la radio en la Patagonia se da en el marco de la llamada “década infame” o la “restauración conservadora”, entre 1930 y 1943, que comenzó el 6 de setiembre de 1930 cuando el general José Félix Uriburu asumió como presidente provisional después de derrocar el gobierno constitucional de Hipólito Irigoyen.
El mundo estaba en medio de una crisis económica por lo que el estado tomó protagonismo creando medidas proteccionistas, fortaleciendo el consumo del mercado interno, los gremios lograron concretar algunas reivindicaciones con la reducción de la cantidad de horas, el “sábado inglés”. En este período hubo una incidencia de Gran Bretaña en la economía local mediante acuerdos como el conocido pacto “Roca-Runciman” que limitó al 15% el cupo que podía ser manejado por los frigoríficos locales.6 Otro hecho relevante fue la Segunda Guerra Mundial y su efecto en la economía Argentina, al provocar una sustitución industrial de las importaciones.7
Este nacionalismo se tradujo en todos los sectores hasta llegar a la radio “en la literatura los temas rurales o camperos solían traer la contraposición entre el interior nacional y el litoral gringo, o entre el mundo rural y criollo y el mundo urbano y extranjero. Los temas históricos donde la presencia del restaurador era frecuente, abundaban en los folletines y también en exitosos radioteatros como chispazos de tradición, ávidamente consumidos”.8
El 13 de abril de 1936, la Dirección General de Correos y telégrafos llama a licitación pública para otorgar licencias de radiodifusión correspondientes a las zonas 68 y 78 del territorio de la República Argentina. Su finalidad: la instalación y explotación de broadcasting previstas por el plan nacional de acuerdo con los tratados internacionales, en Comodoro Rivadavia y Río Gallegos. El 28 de agosto del mismo año, las licencias de radiodifusión para Comodoro Rivadavia y Río Gallegos fueron otorgadas.
En el comienzo de la radiofonía argentina se disputaban dos visiones posibles de abordar la temática: la postura inglesa con una fuerte impronta del estado y el modelo norteamericano con protagonismo de la propiedad privada y la publicidad. El modelo que primó en el tiempo que surgieron las radios patagónicas fue el modelo norteamericano “A medida que se ponían en práctica las reglamentaciones que le permitían al estado controlar la actividad radiofónica los sectores que soñaban una configuración al estilo BBC (radio británica regulada por el estado) comenzaron a acallar sus reclamos.
En los primeros años de la década del treinta, el proceso de industrialización amplio considerablemente el mercado publicitario, con lo que el modelo inglés basado en una entidad nacional, de carácter público y sin publicidad cedió ante la variante estadounidense, basada en redes privadas financiadas por la venta de espacios”.9
Al tiempo que la radio comenzaba a gestarse en la Patagonia se habría un universo de nuevos actores: los empresarios del medio, los realizadores de radio y los oyentes. La inserción de la radio en esta vasta zona modificó hábitos e incorporó nuevas rutinas en la vida cotidiana. La presencia del aparato, el receptor, en los espacios públicos y privados reacomodó las formas de percibir la realidad en forma simultánea a acontecimientos que sucedían a miles de kilómetros “La inserción de la radio en la vida cotidiana creó una nueva categoría social, el oyente, que en un primer momento se formó en saberes técnicos pero que más tarde, con el crecimiento industrial del medio, se volvió el oyente multitudinario y abstracto (o masivo). Esta masividad se estableció en un diálogo permanente con la cultura popular, hecho que puede comprobarse en la constante interrelación entre los gustos del público y la programación: los cambios en las audiencias fueron acompañados por la modernización empresarial, y la radio y el público se volvieron masivos simultáneamente. La radio actuó como mecanismo de integración social y llegó a todos los rincones del país con una programación heterogénea que mostró valores y costumbres “universales” combinados con elementos cotidianos y locales”.10
La primera radio patagónica fue puesta al aire en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz. Río Gallegos nace al instalarse la Sub Prefectura Marítima, el 19 de diciembre de 1885. Su destino era al parecer muy modesto, en el aspecto material, pero de denso contenido por su finalidad: “ejercer dominio permanente, directo y categórico sobre el extremo continental del país, en el marco de la defensa de nuestra Soberanía”.11
FOTO 1 FRENTE LU 12
En el año 1938 comenzó la puesta en el aire de la primera radio patagónica y lanzó su programación con el simple objetivo de informar. Con un pequeño equipo, LU 12 Radio Río Gallegos comenzó su labor al aire, llegando a modernizarse con la tecnología necesaria para alcanzar a ser la emisora con más potencia de la región.
El técnico encargado de realizar la instalación del equipamiento fue Tomás Luis Barbería Duran (1896-1969), nacido en Avellaneda, hijo de un vasco francés y una gallega. Tomás viajó en su niñez (9 años), al país de origen de su madre, España, donde recibió, primordialmente, educación rural y mecánica. Durán, desde muy joven, se vinculó a una empresa dedicada a la radiodifusión y participó en el montaje de Radio Pontevedra, adquirida a la RCA Victor.
Escapando del régimen franquista, retornó a la Argentina en 1937, comenzando a trabajar en esta última empresa norteamericana, que había sido contratada por la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, para el montaje de la Cadena de Emisoras de la Patagonia.
FOTO 1 FRENTE LU 12
El técnico español llega a Río Gallegos en 1938, encargado de la instalación de LU 12, que por aquel entonces se definía como “La más austral de las emisoras argentinas”.12
Hacia fines de los años 60 introdujo el primer equipo de radioteletipos para el servicio informativo público que hubo en Santa Cruz.
En marzo del año 1978 la planta fue víctima de un incendio que derivó en pérdidas totales. Los grandes logros alcanzados eran ahora cenizas. 13 Tras mucho esfuerzo se puso al aire nuevamente la emisión de la radio en un nuevo edificio donde continúa funcionando actualmente.
Una voz conocida de LU 12 fue Hugo Giménez Agüero. Referente del folclore de la Patagonia, comienza su otra profesión, la locución, en LU 12 Radio Río Gallegos y en 1966 continua en LU 14 Radio Provincia de Santa Cruz, la emisora oficial. También con mucho éxito realiza un programa de tango en televisión.
Mientras seguía componiendo temas para Santa Cruz, primero con ritmos de baladas o canciones, empieza a investigar la flora, fauna, costumbres de la gente del Sur. Había mucho y muy rico, pero le faltaba “el ritmo”, hasta que conoció a Oscar Giménez, un músico que recopilaba ritmos tehuelches por toda la Patagonia y a través de sus cintas descubre la belleza de los ritmos indígenas. “Los paso a la guitarra, le pongo mi propia creación y empiezo a componer poesía referente a Santa Cruz”. Así el cantor empieza a insertarse en el mundo tehuelche.1415
FOTO 3 ALBERTO AGUERO
La instalación de una radio en Río Gallegos fue seguida de otra en Comodoro Rivadavia. La ciudad de Comodoro Rivadavia, nació como puerto y fue fundada en 1901 como salida marítima de la producción agrícola-ganadera de Colonia Sarmiento; constituyéndose en eje central regional durante la etapa agro exportadora de la economía argentina. El hallazgo del petróleo en 1907 encauzó el dinamismo económico y social de la ciudad. 16
La noticia de la instalación de una radio en Comodoro despertó incredulidad primero y gran expectativa después. Hasta ese momento solo se vinculaba al país y el mundo, únicamente de noche, con muy buenos receptores y cuando las condiciones atmosféricas lo permitían.
En 1938, próxima al lugar conocido por “Campamento 99”, comenzó a levantarse una torre. Para llevar adelante la radio se alquila el edificio que actualmente ocupa, planta baja: vivienda del director; primer piso: oficinas y discoteca; segundo piso: estudios y controles.
En una fecha sin precisar, comienzan las transmisiones experimentales de la “LU 4 Radio Comodoro Rivadavia”, emisiones estrictamente musicales que no con anuncios de José Santiago, argentino pero con fuerte acento español y Arturo Davies, de voz grave y profunda, repetían espaciadamente…”esta es LU 4 Radio Comodoro Rivadavia en transmisión experimental…”.17
Los primeros micrófonos de la emisora fueron los RCA, la sala de control incluía mezcladora valvular para tres micrófonos, dos bandejas giradiscos o pick-ups con cápsula de cristal y tres líneas telefónicas para transmisiones de exteriores. Las transmisiones en cadena se efectuaban recibiendo las señales de onda corta de la estación cabecera en Buenos Aires lo cual resultaba dificultoso los días de viento por la carga estática del viento en las antenas.
Una característica que siempre distinguió a LU 4, desde sus comienzos, fue la gran cantidad de programas y contenidos de producción local, tanto originados por la misma radio como por agencias de publicidad que formaron sus propios elencos de productores, locutores, operadores y artistas de radioteatro. A lo largo de los años surgieron varios de estos emprendimientos privados, muchos duraron décadas, otros desaparecieron o se fusionaron. LU 4 fue cuna de locutores, conductores, artistas de radioteatro y otros géneros, muchos de los cuales continuaron su carrera en la misma emisora y otros emigraron a Buenos Aires para desarrollar sus talentos en las más importantes emisoras de la capital del país.18
En 1954 aparece al aire, por primera vez, el “Mensajero de LU 4” programa de mensajes para los oyentes escuchado en la provincia del Chubut y norte de Santa Cruz, continuando hasta la actualidad. A partir de 1966 LU 4 pasa a llamarse LU 4 Radio Patagonia Argentina. En los primeros años de la década del 70 la emisora padece los problemas propios de un panorama nacional muy agitado con nombres que se van y otros que ingresan. Se destacan los programas, “El Programa Rural”, “La Bicicleta” y continúan las audiciones deportivas acompañando a todas las actividades de la región.
LU 4 pasó momentos difíciles como el país durante los años 2001 a 2002 donde casi desaparece por falta de recursos económicos llegando a estar los empleados sin cobrar sus sueldos por más de 5 meses. Gracias a gestiones de sus autoridades ante el gobierno nacional, sumado al esfuerzo de los empleados por mantener el servicio radial, LU 4 sobrevivió a su peor momento pudiendo continuar su historia hasta el presente, sin interrupciones.
En cuanto a la gestión económica y publicitaria cuando LU 4 pasó a manos del Estado y particularmente en las décadas de los 80 y los 90, la Nación aportaba el 70% de los sueldos, debiendo la radio lograr cubrir el 30% restante y los gastos operativos mediante su publicidad. Pero a partir del 9 de diciembre del año 2009, el Estado Nacional a través de RTA S.E. afronta el 100% de los sueldos y gastos operativos, recibiendo este organismo el 100% de los ingresos publicitarios.19 La planta transmisora de amplitud modulada se ubica en el mismo predio original que tuvo la emisora desde su nacimiento en 1938. En aquellos años estaba alejada de la ciudad, hacia el sur por la Ruta 3 y hoy totalmente rodeada de barrios, oficinas e industrias.2021 No existe registro de una fecha precisa de la primera transmisión pero sí que fue en 1938.
Dentro de la programación de LU 4 hay programas históricos como “el mensajero de LU 4”, que aparece en 1954 por primera vez con las voces de Domingo Alberto Ragni, Francisco “paco” Cruz y Domingo Bonardo. Se suman Tita Sánchez, Luis Sicardi, Tomás Gonzalo, Isabel Bilbao, Amelia Cano, Muñoz, Ortega y Micky Condal.
En febrero de 1971 aparece la voz de Félix Diantina con su “El Programa Rural” que por muchos años se emite en esta emisora, inicia la voz de Gustavo Bove Bonet con su “La bicicleta”. A estas voces se suman las de Lidia Mabel Croce, María Elena Iparrea y Eduardo Lucena coordinados por Ricardo Jorge Haedo.
Comienza a conducir sus programas Juan Carlos Rodríguez (JC) y así se escucha “Tango de todos los tiempos”. Se van, previa renuncia, Ricardo Jorge Haedo, Alberto Alfredo Spinzanti, Eduardo Uranga, Mónica Díaz, Juana Carrizo de Mendoza, Elsa Zarcos, Guillermo Quiroga Burnett y decide hacer un parate en sus actividades Pablo Miranda.
En 1984 se destaca la designación de Nelson Dames al frente de LU 4. Un cambio total se produce en la radio, modificaciones en las estructuras edilicias, modernización… a este cambio se suman nuevas voces...” por esa época se pueden escuchar a Alfredo Sahadi (h), María Marta Russeaux, Marta Villamayor, Silvia Hernández, Carlos López Salini, Gabriela Monquat. Más tarde estaría Raúl Rivas y Alberto Puccini”. Para 1986 “se inaugura la primera radio Frecuencia Modulada de Comodoro Rivadavia. Se llamará Alfa, nombre salido de un concurso. No son muchas las voces que se suman con posterioridad a LU 4, podemos citar a Rosana Acosta (actualmente en otra tarea), Norberto Cárdenas (actual jefe de locutores). Ya más en la actualidad pasaron muchas voces como locutores de esta radio como Alejandra Coronel, Fabián Fernández, Liliana Rubini y Cristian Olmos, por ejemplo.22
Otra radio pionera de la Patagonia e integrante de la red de radios que conformaban LU 12 y LU 4 fue LU 5, de Neuquén capital, que pudo ser inaugurada en 1939, pero debido al inicio de la Segunda Guerra Mundial, no se disponían de equipos ni materiales específicos, agregándose a ello las falencias propias de la usina que entregaba corriente desfasada. La primera fecha tentativa para su nacimiento fue 1942, pero las negociaciones no se concretaron. Mario Luis Moretti, jefe de programación de Radio Splendid, fue quien inauguró la emisora en nombre de RADES el 7 de abril de 1945, transmitiendo por primera vez desde exteriores en el Club Cipolletti, en motivo de una muestra-exposición.23
En sus columnas en el diario La Mañana de Neuquén, Vicky Chávez, describió parte de la historia de LU 5. Uno de sus textos está dedicado a Carlos Agundez, a quien en 1966, le tomaron una prueba para evaluar su capacidad como locutor-en la emisora rionegrina LU 19 y lo contrataron. A fines de ese año ingresó a LU 5 cuando era interventor de la entidad el coronel Fox. Se inició como locutor comercial y luego se desempeñó en los informativos con Pedro Brodi, Osvaldo Arabarco y Luis Díaz.
FOTO 4 BANDA DE MUSICA
Agundez trabajo en compañía de Milton Aguilar, Aníbal Forcada, Agustín Orejas y Eduardo Alizzeri. En la década del 70 la radio había encarado un emprendimiento comercial en La Pampa, por esta razón realizaban los comerciales del programa “Aquí La Pampa” que se transmitía los sábados a las 15. “Me regodeaba poniendo música de Alberto Cortez”, recuerda Carlos.
Germán Zan, primer director de la radio, contó que la radio estuvo presente en momentos históricos “Relatamos el primer viaje a la Luna en 1969, hacíamos los comentarios. Fue increíble y mágico. También los mundiales de fútbol de 1978 y 1986”.
“Cuando el avión de los uruguayos cayó en la cordillera de los Andes, me llamó un radioaficionado para decirme que los habían encontrado y fuimos primicia”, evoca Carlos.
LU 5 también estuvo presente cuando se estrenó la cantata para Don Jaime De Nevares, que fue una obra cultural que ocupó varios géneros artísticos y que reunió a muchos artistas. Esta cantata fue realizada en homenaje y memoria del obispo neuquino con letra de Hamlet Lima Quintana y música de Naldo Labrín. En esa oportunidad hubo varios artistas y cantantes, entre ellos Luis “Muñeco” Ordóñez, que también nos deleitaba con su voz desde LU 5.24