Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
REDOBLES POR MANUEL SCORZA es una selección de artículos, en su mayoría reeditados y otros inéditos, fruto del trabajo de varios años de dedicación al estudio de la vida y obra de Manuel Scorza. Este libro celebra al gran cantor de la epopeya ranqueña por los 50 años de herencia scorziana, titulada "Redoble por Rancas" (1970). Diez textos en torno a la pentalogía ("Redoble por Rancas"; "Historia de Garabombo, el Invisible"; "El Jinete Insomne"; "Cantar de Agapito Robles"; "La Tumba del Relámpago") y a la última novela "La Danza Inmóvil", de Manuel Scorza. Incluye una extensa bibliografía de referencias revisitadas, que van desde las primeras críticas al autor del ciclo La guerra silenciosa hasta la actualidad.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 218
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
REDOBLES POR MANUEL SCORZA
––selección de artículos––
Ofelia Huamanchumo de la Cuba
colección ESTUDIOS, 2
Redobles por Manuel Scorza
––selección de artículos––
OFELIA HUAMANCHUMODELA CUBA
Copyright de esta edición (diseño, textos y foto):
Ⓒ Ofelia Huamanchumo de la Cuba.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Foto de portada: Niño asustado
(Festividades en Chango, Chacayán, 1964).
IMPRESSUM: www.ofeliahuamanchumo.com
Published by: epubli GmbH, Berlin, www.epubli.de
A la memoria de Manuel Scorza, porque su redoble pasqueño no ha muerto, ya que, mientras haya sed de justicia social y esperanzas, la lucha poética seguirá en pie.
Los ranqueños, los yanacochanos, los villapasqueños,los yarusyacanos supieron, antes que los búhos o las truchas,que el cielo se desfondaría. Pero no podían huir. El Cercoclausuraba los caminos. Solo podían rezar en las plazas,aterrados. Ya era tarde. Aunque el alambrado no prohibieralos pasos, ¿adónde huirían? Los habitantes de las tierras bajaspodían descender a las selvas o remontar las cordilleras. Ellosvivían en el tejado del mundo. Sobre sus sombreros colgaba un cielohosco a la súplica. Ya no existía escape, ni perdón, ni regreso.
REDOBLEPOR RANCAS, Manuel Scorza
La idea de reunir en un solo archivo los textos, fruto del trabajo de varios años de dedicación al estudio de la vida y obra de Manuel Scorza, tenía como finalidad realizar un ejercicio de revisión de mis saberes para evaluar sus alcances al día de hoy, actualizar datos, confrontarlos con los estudios de las nuevas generaciones de investigadores scorzianos e insistir, o desistir, en subrayar su vigencia. Bajo esas consignas fue que asumí la tarea de corregir erratas y agregar a los textos originales numerosas notas a pie de página, para que las aclaraciones a las coyunturas de entonces pudieran aumentar su legibilidad y su recepción. Deseo haber logrado mi objetivo.
Por lo demás, este libro que celebra la vida y obra de nuestro gran cantor de la epopeya ranqueña puede ser también ––a propósito de las actividades de este año (congresos, lecturas y recitales en línea, reportajes, reediciones) por los 50 años de esa herencia scorziana titulada Redoble por Rancas–– un modesto homenaje a quien alzara su lírica voz para no dejar morir en el olvido histórico el coraje que tantos valientes pobladores pasqueños demostraron en la recuperación de sus tierras hace ya más de medio siglo. Todos estos textos revisitados quieran, pues, ser, en su conjunto, los redobles que anuncien los ecos académicos de esa lucha poética iniciada por Manuel Scorza, para que su tan noble y comprometido legado no desaparezca, mientras persista la búsqueda de la justicia social en el Perú a través de la palabra elevada, siempre portadora de esperanzas y buena fe.
Ofelia Huamanchumo de la Cuba
Múnich, diciembre 2020
Tout sera oublié et rien ne seraréparé.1 Milan Kundera (Epígrafe a REDOBLEPOR RANCAS)
Cuando hace veinte años ochos periodistas ––ignorando el negro destino que en Uchuraccay les esperaba–– marcharon en comisión de trabajo hacia la sierra alta de Ayacucho,2 hacía ya veinte años antes un insigne poeta peruano de la llamada ‘Generación del 50’, autor de versos como
Hay que vivir ausente de uno mismo hay que envejecer en plena infancia hay que llorar de rodillas delante de un cadáver para comprender qué noche poblaba el corazón de los mineros (Scorza1990a: 15),3
se dirigía por enésima vez también hacia las serranías ––aquella vez a las de Cerro de Pasco4–– con el afán de buscar la verdad. Manuel Scorza era el nombre de aquel valiente. Hasta sus oídos sensibles al dolor y la injusticia habían llegado los rumores sobre la manipulación de las noticias oficiales en torno a unas matanzas de campesinos en los Andes Centrales. Se trataba de pleitos de tierras que envolvían a poderosos hacendados y a una compañía minera internacional. Solo un informe de César Hildebrandt publicado en la Revista Caretas diez años después de sucedidos los hechos cuestionaría los acomodos periodísticos de aquel entonces:
En marzo de 1962, aproximadamente treinta comuneros enbusca de tierra fueron masacrados por fuerzas policiales. [Sinembargo:] “Sorda tensión crece en Pasco” era el titular deExpreso el 3 de marzo. El 5 de marzo La Prensa abríasu edición así: “Mueren ocho comuneros al desalojar fundosen Cerro de Pasco”. Pero al día siguiente su corresponsalrectificaba: “Operación Desalojo de Fundos de Pasco ha dejado15 muertos”. La versión definitiva de La Prensa sería dadael 7 de marzo: “Ocho muertos sería el total en Desalojo”(Hildebrandt1972: 42).
En los comienzos de los años sesenta los pobladores de esas zonas altoandinas de Cerro de Pasco, que al igual que Uchuraccay se ubican a una altura que supera los 4000 msnm, acogieron a Manuel Scorza de buen ánimo, porque tenían confianza en los intelectuales, gracias a los incipientes contactos políticos habidos con el Movimiento Comunal del Perú, a través del cual Scorza había publicado algunos manifiestos,5 en los que denunciaba la prisión de dirigentes de Cerro de Pasco, la negación al derecho de reunión entre comuneros y la preparación de la masacre de las comunidades de Yanahuanca y Yarusyacán. Scorza ya visionaba:
Ni como intelectuales, ni como ciudadanos, ni como hombrespodemos sentir estimación hacia nosotros mismos si guardamossilencio frente a este drama. Ha llegado la hora de decir que sinuestras justas reclamaciones no fueran atendidas, se llevaríaal país a la violencia y al caos (Scorza1961c: 216). [...] En estahora crucial de su historia, que atraviesa el país, ha llegadoel instante de preguntarse si los comuneros del Perú son, ono, peruanos. Ha llegado el momento de preguntarse si losmillones de indígenas, que constituyen nuestras comunidades,tienen algún derecho o si para ellos existe solamente el hambre,la miseria y la violencia. Al comenzar la conquista del Perúlos españoles discutieron si los indios pertenecían, o no, algénero humano. Demandamos a la Justicia y a la Historia queesa respuesta todavía es negativa en el Perú (Scorza1961d:231-232).
Pero los desalojos masivos que terminaban en masacres continuaron.6 A las comunidades de Uchumarca, Rancas, Chinche, Chacayán y Yanahuanca7 Manuel Scorza volverá varias veces luego de los terribles acontecimientos para recolectar información en fotos y grabaciones. Veinte años después, en mayo de 1983 en París, Scorza lo confesaría:
Recogiendo testimonios recorrí durante muchos meses la zonade manera clandestina, cuando después de 1962 en Cerro dePasco se siguió el estado de sitio. En la práctica era muy difícilmoverse, era muy peligroso (Suárez1984: 90).8
Si bien al comienzo el poeta quiso solo acoplarse a las protestas pacíficas, que pretendían respaldar con manifiestos las denuncias de los abusos del gamonalismo y la compañía minera, se hizo luego a la lucha junto a los comuneros, para llegar a la triste conclusión de que en el Perú el calendario anual de los pueblos más olvidados del altiplano tenía cinco estaciones: “primavera, verano, otoño, invierno y masacre”.9
Cuando toma conciencia de la gravedad de las cosas y al borde de inmolarse inútilmente en manos de los desalojos policiales, Scorza decide regresar a Lima y denunciar como se pudiera las injusticias; pero sus esfuerzos no prosperaron porque el problema del poblador andino no despertaba el interés de nadie, ni poderosos ni intelectuales le hicieron caso. Es más, acusado de instigador, bajo riesgo de encarcelamiento, tuvo que exiliarse voluntariamente del país. Así, al darse cuenta de la inutilidad del discurso de la Historia decidió valerse de la Ficción confirmando lo que creyó siempre, que la literatura era el primer territorio libre de América Latina.10
Manuel Scorza escribió entonces su primera novela Redoble porRancas (Barcelona: Planeta, 1970), a la que seguirían cuatro más, Historia de Garabombo, el Invisible (1972), El Jinete Insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La Tumba del Relámpago (1979), que conformarían un ciclo novelístico bautizado como ‘La guerra silenciosa’,11 al que finalmente incluso la crítica atacaría con una conspiración unánime de silencio, a pesar del número impresionante de lectores a nivel internacional.12 Para Scorza los libros constituyeron así un recurso de apelación:
Cuando en América Latina se pierden todas las instancias––por ejemplo, cuando en un combate humano un Gobiernomasacra a todo un pueblo––, entonces queda la posibilidad deescribir un libro, y el libro reabre el debate. La rebelión de loscomuneros de Cerro de Pasco ––una de las miles de rebelionesque recorren clandestinamente nuestra historia continental––hubiera desaparecido en el olvido (Osorio1984: 59).
Efectivamente Redoble por Rancas (1970) reabrió el debate y el propio presidente Velasco Alvarado el 28 de julio de 1971 se vio obligado a liberar al ciudadano Héctor Chacón ––que aparece con el mismo nombre como personaje, apodado ‘El Nictálope’, en la novela–– nombrándolo símbolo del sufrimiento de los comuneros del Perú.13 Del mismo modo, el presidente Morales Bermúdez anunciaría más tarde precisamente en Rancas la continuación de la Reforma Agraria.14
Esa guerra silenciosa fue, como el mismo escritor anunciara en el prólogo de la primera novela, “una lucha solitaria, la que en los Andes Centrales libraron entre 1950 a 1962, los hombres de algunas aldeas sólo visibles en las cartas militares de los destacamentos que las arrasaron” (Scorza1977a: 9). Se trató de una guerra acallada, que nadie quiso reconocer y que todos quisieron relegarla al olvido. Los misteriosos héroes andinos que la protagonizaron lograron, sin embargo, resucitar de la muerte en vida dentro de la magia y la fantasía de la pluma de Scorza, casi todos con sus nombres originales, salvo algunos cuantos que el autor modificó “para proteger a los justos de la justicia” (1977a: 10).
En esa guerra acallada Héctor Chacón ––el Nictálope–– desafió al Juez Montenegro y terminó en prisión; Fermín Espinoza ––Garabombo, el Invisible–– confiado en su invisibilidad, ya que la justicia nunca lo veía al quejarse o reclamar, se enfrentó al ejército para morir abaleado y con eso demostrarles a sus seguidores que el único camino de solución era continuar con una lucha armada organizada; Raymundo Herrera ––el Jinete Insomne–– resiste el sueño durante años confiado en que alcanzaría justicia por las buenas hasta que se da cuenta de que solo les queda la violencia como camino para enfrentar la indiferencia de los poderosos; Agapito Robles ––un danzante con su poncho de colores–– también se decide por las armas; no obstante, cuando cree haber alcanzado la victoria se convence de que los poderosos son indestructibles y opta por enfrentar las masacres con su danza que, de tan bella y tan noble, fue capaz de encender fuego y avanzar incendiando el mundo; Remigio Villena ––un comunero supersticioso–– al creer ver el desastroso final de las comunidades en las imágenes bordadas ––de una derrotado dios Inkarrí–– en los mantos que una ciega había tejido creyendo describir el futuro, los quemará para destruir el mito y dejar que el destino de la comunidades de Cerro de Pasco dependa solo de la valentía de sus comuneros.15 Finalmente, todo conduce a la muerte de ese relámpago que significó, por brillante y fugaz, la lucha de los campesinos de esa parte del país. Los políticos e intelectuales que se habían sumado a la lucha junto a ellos son apresados o huyen y el destino de los más oprimidos queda como una herida abierta, llena de dolor y de rabia por la impotencia y la inutilidad de la sangre derramada, cuya pus acaso veinte años después seguiría afiebrada.16
En una entrevista, precisamente hecha por Jorge Luis Mendívil, uno de los periodistas muertos en Uchuraccay, al preguntarle a Scorza si no pensaba que el relato novelado ––que exigía siempre alguna dosis de ficción–– hacía perder la autenticidad al testimonio de los hechos, el poeta responderá: “No creo que la ficción le quite autenticidad a la historia; al contrario, pienso que se la aumenta. Deja de ser testimonio, pero gana la verdad artística” (Mendívil1982).
Aquella revolución armada ––llevada a los extremos del terrorismo17–– que Scorza había advertido ver venir,18 tuvo que ser enfrentada por los sucesivos gobiernos de Belaúnde, García Perez y Fujimori.19 Más tarde, en momentos de búsqueda de reconciliación y verdades Toledo se pone la banda presidencial en el Cuzco20 y el Alcalde de Lima retira la estatua de Pizarro de la Plaza Mayor de la Capital.21Pero esos gestos se olvidarán. Para reivindicar a los campesinos y mineros relegados de los Andes hace falta imprimirlos en la memoria escrita. Ningún gesto honorable bastará mientras en los libros de ‘Historia del Perú’ de la Secundaria sea apenas un párrafo, un reglón o nada el espacio dedicado a las revueltas campesinas de esos héroes andinos acallados; y mientras en las universidades se discuta poco o nada sobre las causas del surgimiento del terrorismo. El estado de olvido y desamparo no habrá cambiado para los pobladores de la sierra mientras ellos no ocupen un lugar en el discurso oficial de la Historia.22 Ahí empezará la verdadera reivindicación de los relegados de la sociedad como punto de partida para proponer el encausamiento de su fuerza y vitalidad hacia objetivos pacíficos, para que no se haga de las matanzas sangrientas en nuestras serranías un tiempo de ciclos vigésimos.
Si los estudiantes de hoy saben dónde está Uchuraccay,23 pero no tienen ni la más mínima idea de dónde está Uchumarca,24 entonces no hemos avanzado nada. Nada nos garantiza que dentro de veinte años alguien recuerde la matanza de Uchuraccay.25 Solo cuando el drama de esos insomnes bailarines invisibles ingrese a las enciclopedias de Historia,26 entonces los muertos y caídos podrán dormir por fin en paz, vencerán ese insomnio de siglos, perderán su categoría de invisibles ante una sociedad que no quiere verlos y elevarán sus melodías hacia el cielo, no para una danza guerrera, sino para un baile por la paz.
Lima, setiembre 2003.27
1Traducción del francés: Todo será olvidado y nada será reparado.
2Estos datos hacen referencia al triste capítulo en la historia del periodismoperuano, conocido como la ‘matanza de Uchuraccay’, ocurrida en el departamento deAyacucho, Perú, en 1983, cuando ocho periodistas de Lima, que habían llegado a esazona para recabar información precisamente sobre una matanza, terminaron siendoasesinados, junto a su guía y a un comunero, al parecer, por pobladores del lugar,quienes los habrían confundido con terroristas, según el informe redactado por elescritor Mario Vargas Llosa, quien en su faceta de periodista formó parte de lacomisión de investigaciones de ese entonces (Mantilla1983), y por lo que fueduramente criticado ––entre otros, en el diario La Voz (1987)––, incluso por elmismo Manuel Scorza: “Los antropólogos han comprendido muy poco. Hancomprendido tan poco que ahora después de la masacre y de la crucifixiónde los periodistas de Ayacucho en 1983, en la conclusión del informe de lacomisión presidida por M. Vargas Llosa, que lo ha publicado toda la prensaperuana, que es fundamentalmente criolla, se dice que existe un Perú profundo,que existe la sociedad india. En 1983 la comisión designada por el gobiernodel Perú descubre que existen los indios. ¡Sí, esto es un escándalo de tipopolítico y moral! Contra este escándalo de tipo político y moral es que se alzanmis libros para proponer la memoria de los hechos ejemplares” (Suárez1984:91-92).
3Del poema Canto a los mineros de Bolivia, que obtuvo el Premio de losJuegos Florales de la Universidad Autónoma de México en 1951, cuando Scorzaestaba exiliado en ese país.
4Cerro de Pasco (4380 msnm) es la capital de la provincia y del departamentodel mismo nombre: Pasco. A 15 km al oeste queda el pueblo de Rancas. Se trata de unazona rica en cobre, plata, plomo y zin; de ahí que sea centro principal de losyacimientos mineros en Perú.
5Algunos de estos manifiestos, así como citas textuales de noticias y anunciosperiodísticos, son reproducidos en el discurso ficcional de tres de sus novelas de Laguerra silenciosa: en Redoble por Rancas (Scorza1977a: 11); en El Jinete Insomne(Scorza1977b: 225-228) y en La Tumba del Relámpago (Scorza1961b), (1961c),(1961d).
6Las masacres conmemoradas en la actualidad son principalmente dos: laocurrida en Huayllacancha (4240 msnm, cerca a Rancas, perteneciente a laprovincia de Pasco), el 2 de mayo de 1960, que dejó tres mártires y es llevadaa la ficción en Redoble por Rancas; y la ocurrida el 3 de marzo de 1962 enUchumarca (perteneciente al distrito de Yanahuanca, de la provincia Daniel AlcidesCarrión), con un saldo de ocho campesinos fallecidos, recreada en Historiade Garabombo, el Invisible. Según estudios antropológicos, anualmente cadados de mayo se cultivan en la zona, en memoria de dichos acontecimientos,tradiciones y rituales que se van reinventando con el paso del tiempo (LinoCornejo2020).
7Los nombres mencionados corresponden a lugares donde reside una población,ya sea caserío, pueblo, centro poblado, distrito, o capital de provincia, y se usanmuchas veces recortados; por ejemplo, el nombre completo de Yarusyacán es SanFrancisco de Asís de Yarusyacán. En La guerra silenciosa, de Manuel Scorza,aparecen estos nombres muchas veces sin mayor especificación geopolítica.Uchumarca, Chinche, Chacayán, Yanahuanca pertenecen a la provincia DanielAlcides Carrión, mientras que Yarusyacán, Rancas y Cerro de Pasco, a lade Pasco. Ambas provincias se ubican en zonas andinas que pertenecen aldepartamento de Pasco, cuyo territorio abarca, no obstante, en gran parte lazona amazónica, como en su tercera provincia, que completa su composición:Oxapampa.
8En otra entrevista, publicada también póstumamente, Manuel Scorza cuentahaber estado presente entre 1960 y 1963 en el lugar de los hechos de las masacres,primero como miembro y luego como secretario general del Movimiento Comunal,así como haber vuelto clandestinamente a esos lugares poco después para recogermaterial y testimonios antes de partir a París (Osorio1984: 56-57).
9Esta idea aparece en la novela Cantar de Agapito Robles (Scorza1977c: 22) yel autor la repite en más de una oportunidad cuando habla de su forma de considerarlos hechos que ha ficcionalizado en sus novelas (Moraña1983: 188-189). Quienes loconocieron personalmente afirman que era una sentencia que él solía repetir(Couffon1984: 11).
10Esta máxima scorziana en torno a la esencia de la literatura latinoamericana ysu poder liberador y de denuncia llegó a tener fuerte eco a través de entrevistas(Soler1977) y notas en la prensa (Vega1979), y será subrayada por varios críticos,entre ellos, González Vigil (1983a: 323-324), (1983b: 325), (1983c: 328), (1991),González Soto (1998: 271-272), etc.
11El mismo Manuel Scorza, frente a la pregunta de por qué había elegido eltítulo de La guerra silenciosa, dijo en una entrevista que tenía que hacerla aclaración de que se trataba de un título que amparaban las edicionesinternacionales de sus libros desde 1979 (González Vigil1982: 317). En otraentrevista televisiva a mediados de los años 70 afirmó: “En el año de 1960estalló la última de estas rebeliones indias que no figuran en la Historia y queconstituyen otros tantos capítulos de lo que yo llamo La guerra invisible”(Scorza2018).
12Hubo una “falta de seriedad y honestidad del establishment literario nacional”,en palabras de Escajadillo (1991a: 97), quien siendo crítico pionero de la obrascorziana, luego de la muerte de Manuel Scorza, hará un sucinto recuentode la recepción nacional indiferente en varios artículos (Escajadillo1978),(1984).
13Héctor Chacón fue liberado gracias al escándalo desatado por una carta queManuel Scorza enviara a fines de abril de 1971 a la revista Caretas agradeciendo loscomentarios generosos hacia su novela, pero informando que los personajes eran reales yque muchos de ellos ya llevaban varios años en la cárcel injustamente. Caretas tambiéndio espacio a una carta de Héctor Chacón. Tres meses después el personaje de carne yhueso, el señor Héctor Chacón, fue indultado y puesto en libertad (de los Ríos1983:59).
14La llamada ‘Reforma Agraria’ fue un proceso iniciado en 1963, durante elgobierno de los generales Pérez Godoy y Lindley López, con la promulgación de la Leyde bases para una reforma agraria (Decreto Ley Nº 14389). Después, el gobierno civilde Belaúnde Terry promulgó el 21 de mayo de 1964 una Ley de Desarrollo Agrario(Decreto Legislativo Nº 002), que se distinguió por no incluir a los complejosagroindustriales azucareros de la costa norte peruana; hasta que el 24 de junio de1969 el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas bajo la dirección deVelasco Alvarado (1968-1975) promulgó la Reforma Agraria (Decreto Ley Nº17716) que, entre otros efectos, dejaba eliminado el latifundio. En 1975 elnuevo régimen militar, bajo el mando de Morales Bermúdez, en Consejo deMinistros celebrado en Rancas proclamó la continuación de la Reforma Agraria([-]2015).
15En más de una entrevista Manuel Scorza subrayó su intención de presentar enlas historias de sus novelas ––contrariamente a lo que García Márquez había hecho enCien años de soledad: ir de la historia al mito–– el paso del mito a la realidad(Escajadillo1991b: 111), considerándolo como una marcha hacia la lucidez(Osorio1984: 9).
16Para el escritor y crítico literario Eduardo Zavaleta, Manuel Scorza con suobra previó en la sierra de Cerro de Pasco lo que sucedería después en Ayacucho, acasode manera similar a Vargas Llosa en su Historia de Mayta (Zavaleta1992:120).
17Manuel Scorza hablaba de la peligrosa brecha que, a manera de bomba detiempo, persistía en el Perú entre las ideologías de los partidos políticos y la realidad:“El APRA ha tenido una retórica proindigenista; y los partidos de izquierda tuvieronsiempre en sus programas lo que se conoce con el nombre de ‘la reivindicación delindio’; el derecho a la propiedad, el derecho al reconocimiento de la personalidadhumana, jurídica y cultural del indio. Pero en la práctica ha habido un abismoabsoluto. Los partidos políticos existen en un país criollo que no tiene nada que ver,absolutamente nada, con el país real que viven los indios. Y esto es lo que se estámostrando con los acontecimientos de Sendero Luminoso” (Mendívil1982:91).
18Manuel Scorza consideró que las consecuencias de las rebeliones de Cerrode Pasco hacia 1960 causarían gran impacto: “En ese año el campesinadoquechua se rebeló en el Perú porque se dieron condiciones extremas: bajaron losprecios de los minerales de la región, las minas arrojaron brutalmente miles dehombres a los campos, al mismo tiempo que el gamonalismo del Perú expulsó desus tierras a la mayor parte de los comuneros. Entonces, estos hombres seencontraron frente a una situación límite: no tenían a dónde ir. [...] En la mismaépoca que se producía esta rebelión, Hugo Blanco organizaba la rebeliónde los campesinos del Sur. La conmoción que causó en el país fue inmensa:provocó un golpe de Estado y posteriormente la revolución militar de VelascoAlvarado. Después de la rebelión de los comuneros vino la guerilla” (Osorio1984:91).
19Periodos presidenciales de gobernantes civiles del Perú: FernandoBelaúnde Terry (1980-1984), Alan García Perez (1985-1989) y Alberto Fujimori(1990-2000).
20Alejandro Toledo fue elegido presidente del Perú luego de varios meses deintensas campañas de protestas y marchas contra la corrupción del gobiernoanterior que tuvo a Alberto Fujimori a la cabeza y su cómplice VladimiroMontesinos. Luego de la ceremonia oficial de entrega a Alejandro Toledo de la BandaPresidencial el 28 de julio de 2001 en Lima, se llevó a cabo otra de caráctersimbólico al día siguiente, en el complejo arqueológico de Macchu Picchu, en elCuzco.
21La estatua ecuestre de Francisco Pizarro estuvo originalmente desde 1935 en elatrio de la Catedral de Lima, de donde fue trasladada en 1952 a una esquina de laPlaza Mayor, para finalmente volver a ser removida y quedarse desde 2004 por obra delentonces burgomaestre de Lima, Luis Castañeda Lossio, en el Parque de laMuralla, ubicado detrás del Palacio de Gobierno y a orillas del río Rímac (VarónGabai2006).
22El ‘discurso’, entendido en términos de Michel Foucault, como aquel que seproduce en la sociedad y que es controlado, seleccionado y redistribuido por ciertonúmero de procedimientos que tienen como función conjurar sus poderes y peligros,pero también sus limitaciones y exclusiones (2005). Para el caso peruano, el discurso dela Historia, visto como memoria escrita, dejaría afuera a las culturas ágrafas que aúnexisten en el Perú y, por ende, supondría la subordinación de las historias de‘todas las sangres’ a una oficial, escrita, en castellano, por los ‘vencedores’. Laguerra silenciosa puede ser también vista como una protesta contra esa brechacultural.
23Uchuraccay es el nombre de un distrito ubicado a 4010 msnm, a una distanciaaproximada de 43 km al noreste de Huanta, provincia a la que pertenece, en elDepartamento de Ayacucho. Después de ocurridos los escabrosos hechos y dado losmomentos críticos de violencia que vivía el país en ese entonces por las acciones deSendero Luminoso el lugar se despobló, aunque en la actualidad es un centro poblado.La ley Nº 30221, promulgada por el Poder Ejecutivo en 2014, creó el distritode Uchuraccay, otorgándole además al centro poblado Uchuraccay el títulohonorífico de ‘Capital histórica del heroísmo campesino y del periodismonacional’.
24Uchumarca es actualmente el nombre de un centro poblado de la comunidadSan Pedro de Yanahuanca. Yanahuanca es el nombre de uno de los ocho distritos de laprovincia Daniel Alcides Carri