Regresión E-Book

Alan Nehmad

• Herausgeber: Tinta Libre Ediciones
• Kategorie: Ratgeber
• Sprache: Spanisch
• Veröffentlichungsjahr: 2019

Seitenzahl: 56

Beschreibung

¿Cuantas almas tenemos? y ¿Cuál es su estructura? ¿Reencarnamos? ¿Qué es D´s? Estos son fundamentos básicos de nuestra existencia que se revelan con un pensamiento original e imaginación constructiva. Y se traen a la conciencia nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos que producirán soluciones originales para entender el sentido de nuestra vida. No solo es ver cómo se creó el mundo, eso ya pasó de alguna forma; ahora es salvarnos. La primer pregunta es ¿Para qué venimos?, de dónde, cómo, etc. La segunda es cómo nos redencionamos, con ser mejor. La primera pregunta es entender el más allá; la segunda es acá, en el mundo físico.

Leseprobe

Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Nehmad, Alan Isaac

Regresión : la estructura del hombre y del mundo / Alan Isaac Nehmad. - 1a ed . - Córdoba : Tinta Libre, 2019.

72 p. ; 22 x 15 cm.

ISBN 978-987-708-387-3

1. Existencialismo. 2. Espiritualidad. 3. Filosofía del Espíritu. I. Título.

CDD 212.1

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Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2019. Alan Nehmad.

© 2019. Tinta Libre Ediciones

Regresión

Prólogo por Eli Rubinstein

Me llamo Eli. Me gradué en educación y participé en el ejército israelí. Me crié en Israel y vine a la Argentina para generar un movimiento de judaísmo alegre y conectado. Soy parte de un equipo que vive el judaísmo así. Hablamos, escuchamos y hacemos proyectos con amor. Estoy casado y soy papá de dos hijos. En mi vida hay alegría, unión y amor; además de tristeza, separación y dolor. ¡Es un caos increíble! Pero ¿existe la posibilidad de vivir este caos en armonía? ¿Podemos ser seres completos? ¿Podemos convivir en paz el mundo y yo? 

Todos hablamos de “fe”, pero no nos preguntamos ni analizamos lo más importante. ¿Qué es D’s? ¿Quién es D’s? Los monoteístas, los agnósticos y los ateos tienen algo en común. Todos tienen una idea caricaturizada de D’s. En general, nosotros pensamos que D’s es algo o alguien. Una persona con barba blanca, una energía, amor, un estado de ánimo, etcétera. D’s no es algo ni alguien, pero el 99 % de las personas del mundo ¡piensan que D’s es algo o alguien! ¿Por qué? Porque escuchamos hablar de D’s a nuestra maestra jardinera, a Morgan Freeman en una película, hasta en los libros de rezo y en la Torá (la Biblia). Todos hablan de D’s como de algo o alguien. Eso crea en nuestra cabeza una imagen falsa de D’s. El monoteísta, el agnóstico y el ateo tienen la misma forma de ver a D’s: como algo o alguien externo a ellos, y D’s nunca puede ser parte integral de su esencia porque, para ellos, D’s es externo a uno mismo.

¿Qué es D’s? D’s es todo el ser conectado. No es que D’s esté en todo, sino que es todo, es una unidad completa. La ciencia postula que todo está conectado. Por ejemplo: en un vaso con agua que estamos a punto de tomar, podemos apreciar a todas las personas que posibilitaron que lo tengamos. El material del vaso, el que lo hizo, los caños de agua que hacen circular el agua, la camioneta que trajo el vaso, la nafta, la luz, la plata y la economía de China que apoya la nuestra. Pero no solamente todo eso y todas esas personas que trabajaron para que nos llegue ese vaso con agua, también los padres de todos ellos y sus abuelos. Así, podemos apreciar a todas las generaciones de toda la humanidad en un vaso con agua. Y claro que es así en todas las cosas, no solamente en un vaso con agua. Cada uno de nosotros es parte del todo.

La frase principal del judaísmo es: Shema, Israel, D’s elokenu, D’s ejad, que entendemos generalmente como: “Escucha, Israel, D’s es nuestro D’s, D’s es uno y único”. Como vimos antes, D’s es “todo conectado con todo”. Todo es una unidad y cada parte del todo también es única, y el objetivo es unir a los únicos. Pero ¿cómo vivimos únicos y unidos? La respuesta es la continuación del “Shema, Israel…”, que dice: “y amarás a D’s”. Y amarás a... todo conectado. Quiere decir amar a todo: a mi cuerpo, a mi familia, a mi comunidad, a mi pueblo, a todos los pueblos y a todos los humanos en general. ¿Pero se puede amar a todo?

Lo que sabemos es que somos parte de todo el Ser. Somos una unidad. Salimos a la calle y conocemos más personas que son parte nuestra. Nos conectamos. Tenemos que hablar de unión sin perder nuestra singularidad. Cada uno tiene una parte especial en esta unión increíble. Y los judíos somos juD’s, tenemos que ser las personas que hablan sobre la unión mundial.

Y veo que se aproxima una época increíble. Cada día hay más y más personas que desarrollan su conciencia y se preguntan: ¿para qué vine al mundo? Cada vez más personas se sienten en la búsqueda de un significado profundo de su vida. Se hacen preguntas e investigan a través de la filosofía o la psicología. A mí me mueve que los judíos no buscan ese significado en el judaísmo. ¿Qué dice el judaísmo sobre esas preguntas? Tal vez el camino antiguo tenga respuestas a las preguntas de la actualidad y quizás estamos más conectados de lo que pensamos.

Extracto de Viaje antiguo al judaísmo actual

de Eli Rubinstein.

Introducción

Hay un montón de cosas para contar: este podría ser un libro bastante grande. Lo importante es que yo quería ser mejor persona. Y para eso busqué gente, estudié mucho, leí un montón de libros. Y en ese proceso me pasaron cosas que me cambiaron la vida, que mantuve siempre presentes. Me pasaron muchas cosas a lo largo de mi vida (y esto siempre lo cuento) que cambiaron mi rumbo.

Hace unos años, en un viaje por Israel, conocí a Marcelo, que era como nuestro guía. Cuando volví del viaje no conecté realmente con él, y aunque nos seguíamos viendo, no se había despertado en mí ningún tipo de sentimiento de amistad. Hasta que un día me dijo: “Vení, vamos a hablar, sentémonos”. Empezó a decirme que él veía en mí una sensibilidad un poco más profunda que la del resto de las personas, no como algo superespecial, pero que era como si yo pudiera ver un poco más allá de las cosas. Pero que si no aprendía cómo es el mundo, iba a sufrir mucho. Me dijo que no era malo estar un poco solo, pero que todo el tiempo no era sano. Que tenía que aprender a convivir con las cosas que no me gustaban y que no podía esconderme para no sufrir, porque de esa manera no estaba viviendo realmente. En ese momento, algo cambio dentro de mí y sentí que Marcelo realmente me conocía. Nunca me había pasado eso con otra persona. Desde ese día, me pegué a él. Fue automático. Le pregunté: “¿Qué tengo que hacer?”. Me respondió: “Empecemos por juntarnos”. Y nos juntamos, durante no más de dos meses, una vez por semana para almorzar y hablar.