Salud Mental en la pandemia por la COVID-19. Recorridos, tránsitos y encrucijadas - José Luis Pedreira Massa - E-Book

Salud Mental en la pandemia por la COVID-19. Recorridos, tránsitos y encrucijadas E-Book

José Luis Pedreira Massa

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"Se trata de un libro imprescindible para conocer el alcance real del impacto de la pandemia en una parte muy importante del bienestar: la salud mental y las condiciones que la influyen. El autor no se limita a realizar un análisis de los resultados de una encuesta bien diseñada, sino que los enfoca desde el conocimiento experto de la ciencia y la especialidad de la psiquiatría. Centra especial atención en la infancia y juventud, por ser esta una etapa crucial en la maduración psicológica y en la socialización. Y lo hace teniendo presente las condiciones impuestas por la necesidad del confinamiento para contener la expansión del virus. Un libro recomendable para cualquier persona interesada en conocer con rigor el verdadero alcance. Un libro necesario para profesionales y un libro muy útil para responsables de decisiones en política sanitaria, singularmente para la convicción de implementar la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud". Dra. Luisa Carcedo Roces Ex Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social Presidenta de la Fundación Pablo Iglesias

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José Luis PEDREIRA MASSA

Salud Mental en la pandemia por la COVID-19

Recorridos, tránsitos y encrucijadas

Fundada en 1920

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas - Madrid - ESPAÑA

[email protected] – www.edmorata.es

© José Luis PEDREIRA MASSA

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Todas las direcciones de Internet que se dan en este libro son válidas en el momento en que fueron consultadas. Sin embargo, debido a la naturaleza dinámica de la red, algunas direcciones o páginas pueden haber cambiado o no existir. El autor y la editorial sienten los inconvenientes que esto pueda acarrear a los lectores pero, no asumen ninguna responsabilidad por tales cambios.

Equipo editorial:

Paulo Cosín Fernández

Carmen Sánchez Mascaraque

Ana Peláez Sanz

© EDICIONES MORATA, S. L. (2023)

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas (Madrid)

[email protected]

Derechos reservados

ISBNebook: 978-84-19287-29-8

Compuesto por: M. C. Casco Simancas

Diseño de la cubierta: Ana Peláez Sanz

A mi hija Sara, porque su apoyo crítico me hace avanzar.

Nota de la editorial

En Ediciones Morata estamos comprometidos con la innovación y tenemos el compromiso de ofrecer cada vez mayor número de títulos de nuestro catálogo en formato digital.

Consideramos fundamental ofrecerle un producto de calidad y que su experiencia de lectura sea agradable así como que el proceso de compra sea sencillo.

Por eso le pedimos que sea responsable, somos una editorial independiente que lleva desde 1920 en el sector y busca poder continuar su tarea en un futuro. Para ello dependemos de que gente como usted respete nuestros contenidos y haga un buen uso de los mismos.

Bienvenido a nuestro universo digital, ¡ayúdenos a construirlo juntos!

Si quiere hacernos alguna sugerencia o comentario, estaremos encantados de atenderle en [email protected] o por teléfono en el 91 4480926

José Luis PEDREIRA MASSA

Psiquiatra y Psicoterapeuta Infancia y Adolescencia. Prof. Psicopatología, Grado Criminología, (jubilado), UNED. Prof. Salud Pública, Grado Trabajo Social (jubilado), UNED. Vocal Consejo asesor del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Coordinador Científico de la Estrategia Estatal de Salud Mental del SNS. Co-director de la encuesta 3312 del CIS sobre Salud Mental en la pandemia covid-19. Coordinador investigación Grupo Delphi de Salud Mental en la pandemia covid-19, promovido por el CIS. Coordinador del Programa de desescalada para la infancia tras el confinamiento en época de pandemia. Integrante del grupo que redactó Posición ética durante la pandemia por covid-19. Asesor para las leyes de eutanasia y contra la violencia en la infancia y adolescencia. Coordinador de la Unidad de Hospitalización de infancia y adolescencia con trastornos mentales, en Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, Madrid (jubilado). Ex Consejero temporal del Programa “Promoción del desarrollo psicosocial durante los 5 primeros años, desde los servicios de atención primaria de salud”, OMS-Europa (1989-1999). Miembro de Red Global de OMS para estudio de la CIE-11. Ex Delegado español en la Monosección especializada de Psiquiatría y Psicoterapia de la Infancia y la Adolescencia de la Unión Europea de Médicos Especialistas (1993-2000).

El autor declara que no tiene ningún conflicto de intereses.

Prólogo, por Carolina DARIAS

Introducción

CAPÍTULO 1. Revisión sistematizada

Las metodologías empleadas

Síntomas mentales en la etapa de la infancia y adolescencia

Síntomas mentales en la etapa en la edad adulta y la vejez. B. SANDÍN y J. L. PEDREIRA

Funcionamiento familiar durante la pandemia

Funcionamiento social durante la pandemia

Los profesionales sanitarios

Los negacionistas y su impacto

CAPÍTULO 2. Aplicaciones prácticas de la Salud Mental en época de pandemia

De la información a la comunicación positiva durante la pandemia

La fatiga pandémica

Las conductas autolíticas en tiempos de pandemia

Acciones emprendidas por el Gobierno de España

La resiliencia en época de pandemia

Investigación longitudinal en Salud Mental en la pandemia por coronavirus-19

CAPÍTULO 3. Forma de abordar los problemas mentales detectados en la Salud Mental

Abordaje de la demanda

Trabajo interinstitucional y comunitario

Los temas pendientes

Las prioridades

Conclusiones

Epílogo, por Luisa CARCEDO ROCES

La Salud Mental en la pandemia

ANEXOS

ANEXO 1. Informe del Ministerio de Sanidad sobre los aspectos éticos en situaciones de pandemia: el SARS-Cov-2

Resumen ejecutivo de conclusiones y recomendaciones

Conclusiones

Recomendaciones

ANEXO 2. Principios generales para la salida de niños, niñas y adolescentes a la calle desde el confinamiento por la infeccion por covid-19

Normas y consejos para las medidas de desescalamiento

Desconfinamiento de la población infantil y juvenil

Actividades no permitidas

ANEXO 3. Decálogo de recomendaciones para los profesionales de los medios de comunicación al informar sobre el suicidio

ANEXO 4. Salud Mental en tiempos de pandemia

Bibliografía

Recorridos, tránsitos y encrucijadas. Del silencio al debate y del debate a la acción

La pandemia por covid-19 ha supuesto la mayor crisis sanitaria en la historia reciente del planeta. El impacto producido por el virus ha conllevado una gran carga de morbilidad y mortalidad, como consecuencia de sus efectos fisiopatológicos directos. Además de estas graves consecuencias, la afectación de la pandemia sobre nuestras expectativas vitales, la generación irremediable de grandes niveles de incertidumbre y el efecto provocado por las necesarias medidas de distanciamiento social, han tenido un fuerte impacto en el bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas.

Estas medidas, para las que no teníamos antecedentes, afectaron a nuestra manera de relacionarnos, impidiendo o limitando durante un tiempo —inicialmente imprevisible— el desarrollo normal de las actividades diarias, como el trabajo, los estudios, el deporte, los encuentros y las relaciones sociales. Fueron momentos muy duros, con grandes dosis de esfuerzo, de sacrificio y de responsabilidad, en los que la respuesta ciudadana fue ejemplar.

Sin embargo, el impacto sobre la salud mental producido por estas circunstancias fue también notable. Los estudios llevados a cabo, algunos de los más importantes impulsados por el autor de este libro, el Profesor Pedreira, confirmaron las hipótesis: la salud mental de muchas personas había empeorado durante este período. Pero, sobre todo, los resultados permitieron poner luz a un hecho todavía más relevante: la existencia de una epidemia silenciada y latente desde hacía demasiado tiempo, que se había visto incrementada por las condiciones en las que habíamos tenido que afrontar esta crisis sanitaria sin precedentes, en especial con las personas más vulnerables.

Como siempre ocurre, la distribución de la enfermedad tiene una fuerte relación con los determinantes sociales, en este caso mediada notablemente por la edad, el género, o la existencia previa de problemas de salud mental.

Sin perder la perspectiva del sufrimiento de quienes se vieron en esta situación, la pandemia ha supuesto, un punto de inflexión en lo que a salud mental se refiere. Hacernos conscientes de aquello en que éramos más vulnerables, y visibilizar la losa del estigma y el tabú existentes, nos ha permitido iniciar una etapa con unos niveles de consciencia, diálogo y acción también inéditos.

El Gobierno de España ha sido consciente de la necesidad, de la importancia y de la pertinencia de poner el foco en la salud mental, y desde esa convicción, en un proceso de amplio diálogo y de liderazgo integrador, hemos dado importantes pasos para dar respuesta a las necesidades existentes y hemos puesto la salud mental en la agenda pública.

Así, hemos actualizado la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para el período 2022-2026, por primera vez desde 2009, contando no solo con el excelente criterio del Profesor Pedreira como coordinador científico, sino también con la voz de las asociaciones de pacientes, sociedades científicas y profesionales, y con las Comunidades Autónomas. Era necesario contar con un marco amplio y consensuado, que permitiese definir acciones concretas acordes a cada momento.

La especificidad de las necesidades en salud mental durante la infancia y de la adolescencia, como aprendimos durante la pandemia, y como aborda este libro en su primera parte, requería de una respuesta especializada, una reclamación histórica de pacientes y colectivos profesionales. Así, atendiendo a la misma, creamos la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente.

En el marco de la Estrategia, y con el impulso decisivo del Presidente del Gobierno, pusimos en marcha un Plan de Acción en Salud Mental para el período 2022-2024, financiado con 100 millones de euros, que diera respuesta a las necesidades más urgentes. Este marco ha tenido como primer resultado la puesta en marcha del teléfono 024, la línea de atención al suicidio. Una llamada a la vida que, en los primeros cinco meses, ha atendido cerca de 60.000 llamadas.

Además, este Plan de Acción está favoreciendo el trabajo conjunto con los Ministerios de Educación y de Universidades, porque el compromiso con la salud mental, y especialmente la de los jóvenes y adolescentes, es compartido y el trabajo debe ser transversal. El despliegue de medidas frente al suicidio, como la creación y armonización de los códigos suicidio, serán una realidad muy próxima.

Las páginas de este libro capturan los recorridos, los tránsitos y las encrucijadas de la salud mental en tiempos de pandemia por la covid-19. Los antecedentes que nos han permitido llegar a este momento de grandes progresos frente a la salud mental, y que aquí quedan recogidos, serán, a su vez, los antecedentes de muchos otros todavía por llegar. Para ello, nuestra implicación como autoridades sanitarias, como profesionales de la salud, como divulgadores o, simplemente, como ciudadanos y ciudadanas, será absolutamente necesaria.

La pandemia por covid-19 acontecida desde el mes de enero del año 2020 ha sido una piedra de toque para poner a prueba a los servicios asistenciales de los sistemas sanitarios. El Sistema Nacional de Salud de España (SNS) era considerado como uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero lo era para condiciones normales, la llegada de la pandemia originó un impacto sobre el conjunto del SNS, no estaba preparado para estas situaciones de presión masivo sobre la población en general, incluidos los profesionales sanitarios. Es lógico pensar que, en estas condiciones, los lugares más sensibles del sistema iban a ser los más vulnerables y los que iban a tener una importancia capital para la evolución de la propia pandemia.

La Salud Mental (SM) pasó a ser, de forma bastante precoz, en un factor sensible del sistema asistencial y tuvo una gran repercusión en la población. El propio devenir de la pandemia hizo que la SM pasara por diversos avatares, pero se ha transformado en una parcela asistencial que adquiría relevancia progresivamente y la población requiere ayuda y asistencia.

El neumólogo de EE. UU. Viktor Tseng publicó, a los dos meses de iniciada la pandemia, un modelo comprensivo acerca de la demanda sanitaria de la población en base a la acción de la pandemia. Este modelo se extendió rápidamente por las redes y los artículos sanitarios hasta hacerse eco en publicaciones de gran Impact Factor, como el BMJ. Se denominó modelo de las “oleadas” de la atención sanitaria, describiendo cuatro oleadas, sintetizadas en la Fig. I.1, en donde se representan en su dimensión temporal: la primera se refería a la asistencia directa y primordial a los pacientes afectados por el covid-19, el ascenso rápido y las elevadas proporciones de morbi-mortalidad, obligó a poner toda la atención en abordar esta oleada, a medida que disminuía la presión asistencial y sobre la población y la curva descienda, se inició la recuperación post-covid-19, pero comenzaba la segunda oleada en la demanda asistencial: los pacientes con afecciones urgentes no covid-19, que habían visto demorada su atención porque los recursos se habían reorientado a la atención de los pacientes de la pandemia y sentían temor al contagio si acudían a los servicios de urgencia; en esta oleada la altura es mucho menor y el descenso también será rápido.

Figura I.1. Las oleadas asistenciales en la pandemia covid-19.

Fuente: Victor Tseng (2020). Disponible en https://twitter.com/VectorSting/status/1244671755781898241

Casi cuando la segunda oleada comenzaba el descenso, apareció lenta y persistente la tercera oleada cuya cima es menor y con mayor meseta y su descenso es muy lento y se mantiene a un nivel de prevalencia bastante constante, sin desaparecer del todo. Esta tercera oleada se corresponde con el impacto de la interrupción de los cuidados que se mantenían previamente a las afecciones crónicas, por la derivación de los recursos hacia la atención al covid-19.

Vemos en el gráfico que desde casi el inicio de la primera oleada, cuando se estaba iniciando el ascenso, aparece la cuarta oleada, esta cuarta oleada tiene un ascenso en paralelo con la curva del covid-19 hasta el pico. Cuando llega el pico de la curva del covid-19, esta cuarta oleada sigue ascendiendo de forma lenta, tórpida pero persistentemente a lo largo del tiempo, traspasa las otras oleadas y sigue ascendiendo lentamente hasta sobrepasar la cima de la primera oleada del covid-19. Esa cuarta oleada se corresponde con las vivencias y experiencias que se suceden a lo largo de la crisis, es decir es la afectación de los mecanismos mentales y emocionales de la población, desde los síntomas más tenues a los más severos, también al malestar que acompaña la crisis económica y que, en definitiva, esta cuarta oleada explicita las desigualdades en la atención de salud.

Entre oleada y oleada de contagio de covid-19 se inicia la exposición de los problemas de salud mental, unas veces porque los profesionales se ven saturados, agotados y con alteraciones del humor. Otras veces con los miedos y temores de la población, con sus duelos, con el impacto de los confinamientos, con el efecto económico y social. Tras todo ello los niños, niñas y adolescentes afrontaban una situación que era demasiado complicada para ellos, emergía un mensaje: “hemos perdido un año de nuestra vida”, este grito ahogaba las llamadas a la responsabilidad e invitaban a la transgresión.

Los grupos de salud mental se estimulaban para investigar acerca de los efectos de la pandemia en el mundo mental, pronto surgieron mensajes con un cierto alarmismo, pero lo cierto es que era más importante el tipo e importancia de los síntomas que se detectaban que el diagnóstico que se perseguía. Había síntomas detectados que eran comunes a multitud de población, pero pertenecían a estructuras clínicas diferentes, por lo que el abordaje terapéutico tampoco era generalizado ni uniforme, el tratamiento farmacológico podía ser necesario, pero no era suficiente, se precisa un abordaje psicoterapéutico que, en no pocas ocasiones, debía ser la única intervención terapéutica o la prioritaria.

Aquí nos vamos a referir a comentar aspectos acerca de la cuarta oleada de Tseng, porque es la que traduce la vivencia subjetiva de la pandemia y lo hace como un altavoz de las experiencias vitales previas y de las características definitorias de la personalidad de cada uno. Lo primero a señalar es que suele ser una oleada silente, casi nadie se ocupa de ella y su cobertura adquiere una aparente menor importancia pero pudiera adquirir dimensiones muy relevantes, tal como se expresa en la gráfica: va por detrás en un segundo plano, pero de forma constante realiza su ascenso exponencialmente, tanto en casos como en relevancia clínica. Todas las voces, que han adquirido audiencia en el período de la pandemia, callan ante esta cuarta oleada y por ello se va a intentar darles voz aquí.

La expresión mental de esta cuarta oleada asistencial va a tener cuatro tipos de poblaciones en las que se manifiesta: en los pacientes afectos por el covid-19, las familias de los pacientes, la población en general y, por fin, los profesionales sanitarios.

Se visibilizarán estos malestares y síntomas mentales que la población ha padecido durante todo este período de pandemia. Los trabajos de investigación sobre la SM han sido numerosos y casi desde el primer momento de aparición de la pandemia, por lo tanto existen gran variedad de trabajos sobre la SM, en este trabajo se realizará una síntesis de los hallazgos más relevantes y que poseen traducción asistencial y clínica, con la suficiente evidencia científica. Por fin se intentará aportar propuestas asistenciales que sean razonables y posibles, pero que se deben desarrollar de forma decidida, con la dotación de profesionales adecuada, pero sin que se creen unidades específicas, sino integrando la asistencia en el conjunto de la atención a la SM en el sistema asistencial sanitario.

Las oleadas sucesivas en la evolución de la pandemia, solo ha hecho que evidenciar lo señalado y poner de manifiesto la interacción de los factores en la definición de los problemas de salud pública y en la complejidad del abordaje sanitario integral.

Finalmente, es justo agradecer al entonces Secretario General del Ministerio de Sanidad, el Dr. Faustino Blanco, me llamó como miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, para ser una persona de refuerzo en su gabinete. El trabajo fue apasionante y con una visión general que ha posibilitado el acceso a informaciones básicas para la redacción de este trabajo. Siempre sentí también el apoyo de la exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Dra. Luisa Carcedo Roces en las actividades que emprendía. Un “encargo” de la Directora General de Salud Pública, Dra. Pilar Aparicio, fue el detonante para iniciar este trabajo. Por fin, el ex Director General de Ordenación profesional, Dr. Rodrigo Gutiérrez, con quien intercambiaba ideas y señalaba algunos contenidos de gran agudeza.

Mi agradecimiento especial a la actual Ministra de Sanidad, Dª Carolina Darias, que accedió a realizar el prólogo a esta publicación y al Director del CIS, Prof. José Félix Tezanos, que me incitó a coordinar trabajos de investigación de gran relevancia con el CIS.

No quisiera dejar de agradecer a compañeras y compañeros de sanidad de Madrid, personificados en Matilde y Satur. La Agrupación de Villa de Vallecas, Nacho, Rosario, Sandra, Gonzalo y Paco. Mis “jefes” de la Facultad de Psicología de la UNED, Boni y Paloma. Todo este conjunto empujaba a que siguiera pensando y produciendo.

Resumo todo el agradecimiento a quién resultó el apoyo afectivo con exigencia y ternura: mi hija Sara.

Las metodologías empleadas

Es muy importante señalar la metodología que se ha empleado en los trabajos de investigación realizados, pues de este análisis se podrá derivar el grado de fiabilidad o evidencia científica de los estudios.

Los contenidos más importantes se han ordenado en la Tabla 1.1, donde se sistematizan los ítems metodológicos más relevantes de las investigaciones publicadas.

En todos los trabajos analizados la definición de los estudios era buscar síntomas mentales en el entorno de la pandemia por coronavirus covid-19, hay estudios sobre población general y sobre poblaciones clínicas, tanto de poblaciones específicas de los casos derivados a los servicios de SM, como los casos de especialidades médicas hospitalizados o de centros de salud. En general existen estudios sobre edades infanto-juveniles y sobre edades adultas, últimamente se han realizado algunos estudios para la tercera edad.

El método de los diferentes trabajos es de tipo descriptivo de los síntomas y malestares que se perciben subjetivamente por las personas. Son estudios transversales, en efecto solo existe un estudio longitudinal, quizá porque aún no ha trascurrido el tiempo necesario como para tener una perspectiva evolutiva lo suficientemente fiable. Todos los estudios son de diseño unifásico, es decir que no existe una segunda fase para la evaluación del cumplimiento de criterio de caso, en este sentido la fiabilidad es para la detección sintomática, pero no son útiles para el diagnóstico clínico.

La referencia para caso o no caso son los criterios de las categorías definidas en el sistema de clasificación americana de los trastornos mentales DSM-5. La forma de recoger los síntomas es por medio de escalas sintomáticas basadas en los criterios de caso DSM-5, son escalas mayoritariamente realizadas por los propios autores y para la investigación en concreto, en otras ocasiones incluyen ítems de otras escalas ya testadas en escalas previas.

Tabla 1.1. Características metodológicas de las investigaciones sobre SM en la pandemia covid-19

Definición

Síntomas mentales durante pandemia

Origen

Población general

Poblaciones clínicas

Método

Descriptivo

Transversal

Fases investigación

Unifásicos

Referencia para definición de caso

DSM-5 (mayoritariamente)

Instrumento utilizado

Escalas sintomáticas criterios DSM-5

Escalas elaboradas por autores

Items de escalas previas

Nivel de evidencia científica

C-D

Por todo ello hay que reseñar que se detectan síntomas percibidos por las personas, pero no son diagnósticos clínicos como tal, por ello es muy relevante decirlo para no sobrepasar el criterio fundamental de cada investigación y contextualizar los resultados de forma adecuada.

En resumen, la evidencia científica que se obtiene en estas investigaciones es de tipo C-D.

Síntomas mentales en la etapa de la infancia y adolescencia

PREVALENCIA

Casi desde el inicio de la pandemia los investigadores en China se preocuparon por la salud mental de la infancia y adolescencia, recogieron los datos por síntomas fundamentales (Fig. 1.1).

Figura 1.1. Trastornos Psicológicos edades 3-18 años, en epidemia covid-19 (enero-febrero, 2020, China).

Fuente: Jiao, Wang, Liu et al, 2020.

Fundamentalmente eran síntomas de tipo reactivo-adaptativo, incluido que el síntoma más prevalente se correspondía con el incremento de la dependencia del niño con la figura de apego (superior al 35%), le seguía con prevalencias entre el 20-32% las ideas obsesivas, las preocupaciones en torno a lo que estaba sucediendo, la irritabilidad y las dificultades de atención.

Al inicio de la cuarentena, se realizó un estudio de colaboración sobre la infancia española e italiana (Fig. 1.2). En este caso los síntomas más prevalentes eran las dificultades de concentración (superior al 70%). Además, se detectaron síntomas reactivos de tipo comportamental como nerviosismo, inquietud e irritabilidad (30-40%), importante es que la cuarentena les produce a los niños y niñas sentimientos de soledad (30%).

Figura 1.2. Tipo de trastornos comunicados por figuras parentales durante el confinamiento de covid-19 (Italia y España).

Fuente: Orgilés et al, 2020.

El estudio 3312, realizado por el CIS en el mes de febrero de 2021, aporta resultados sobre una población española representativa del conjunto del Estado, en él se recogen datos sobre la población infanto-juvenil, los datos obtenidos son de un gran interés y en ellos se basan los comentarios siguientes por dos razones: ser recientes y de población española.

En la Fig. 1.3 se exponen los resultados acerca de la conducta social que presenta la infancia y adolescencia, donde resalta que en casi dos de cada tres niños, niñas y adolescentes mostraron un incremento de las conductas de dificultad social, haciendo que fueran menos sociables, en general. A esa disminución de la sociabilidad le acompañaba una menor tolerancia a la presencia de los otros.

Figura 1.3. Conducta social durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

En la conducta familiar (Fig. 1.4) destaca que en proporciones al 60% de los niños, niñas y adolescentes se presentan, según sus adultos de referencia, con conductas de irritabilidad, protesta con facilidad ante la norma o ante cualquier situación, reclaman mayor atención por parte de los adultos de referencia, cuando son reprendidos se muestran contestones y reivindicativos y ante las normas y las demandas parentales se manifiestan más desobedientes. En torno al 40-50% los niños, niñas y adolescentes se muestran más apegados y “pegajosos” a las figuras parentales, a diferencia de lo recogido en los estudios de China, donde consideraban que era la característica más relevante, pero con menor porcentaje (37,5%) que en nuestra infancia y adolescencia.

En la Fig. 1.5 se contempla, de forma complementaria en el seno de la relación familiar, las relaciones e interacciones fraternas durante la pandemia, donde los dos datos más representativos, superiores a 50% son que se pican entre los hermanos con mayor facilidad que antes y que se exterioriza de forma muy constatable la presencia de los celos entre los hermanos, estas circunstancias hacen que, casi en el 50% de los casos, lleguen a pegarse con facilidad.

Figura 1.4. Conducta familiar durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

Figura 1.5. Relaciones fraternas durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

En la Fig. 1.6 se sistematizan otros comportamientos relevantes en la infancia y la adolescencia, entre ellos destaca que en más del 50% y por encima de todos los demás comportamientos, se encuentran el uso/abuso en la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), sea más tiempo en la TV, el uso de las tablets o del teléfono móvil. La hiperutilización de las TIC es muy significativa y tiene gran relevancia si lo contemplamos con otras características comportamentales descritas con anterioridad y que explicarían el perfil de conductas adictivas sin sustancias que presentan muchos de nuestros niños, niñas y adolescentes. Además, esta hiperutilización de las TIC es importante con otro tipo de comportamientos disfuncionales como las dificultades de concentración y el sedentarismo, al disminuir la realización de ejercicio físico.

Figura 1.6. Reacciones comportamentales durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

Figura 1.7. Síntomas emocionales durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

Entre los síntomas emocionales el más prevalente, con tasas superiores al 70% es la irritabilidad. Luego viene un grupo que presenta una prevalencia entre el 50-65% de los niños, niñas y adolescentes y que se refiere a síntomas del tipo como mostrar quejas ante cualquier cosa, mostrarse nervioso e inquieto, moverse constantemente y mostrarse exigentes hacia las figuras parentales. Con prevalencias entre el 30-40% se sitúan dos síntomas de gran interés, el primero de ellos es la presencia de llanto, incluso varias veces al día, lo que hace que este grupo de edad sea el que presenta este síntoma de forma más frecuente en relación a los demás y, el otro grupo de síntomas son la presencia de quejas somáticas; somatizaciones y llanto son dos formas prioritarias de expresión emocional cuando existen dificultades en el reconocimiento y en la forma de expresar verbalmente el estado en el que se encuentran.

En la Fig. 1.8 se expresan los síntomas emocionales inespecíficos prevalentes en la infancia y la adolescencia, su prevalencia es baja pero tiene importancia tenerlo en cuenta. Entre ellos destacan los tres primeros como son el miedo a relacionarse, en relación con otros miedos expresados en torno al temor de contagio y de contagiar; la ansiedad por la ausencia de relación, muy presente durante el confinamiento y la suspensión de la escolaridad y la verbalización del deseo de ver de nuevo a sus amistades; el tercer grupo prevalente se refiere al sentimiento subjetivo de tristeza y apatía, que junto al llanto y la presencia de somatizaciones tiene importancia para definir los estados ansioso-depresivos en la infancia y la adolescencia.

Figura 1.8. Síntomas inespecíficos durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

La Fig. 1.9 nos muestra las alteraciones del sueño en la infancia, donde se resalta que casi el 70% tiene dificultades para dormirse, entre el 30-50% encontramos problemas del tipo de dormir menos, llevarse el teléfono móvil a la cama y trastear con él por la noche y la presencia de pesadillas; dormirse durante el día es reseñado en uno de cada cuatro niños y niñas.

Figura 1.9. Alteraciones del sueño durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

Otro de los grupos sintomáticos de importancia en la infancia y la adolescencia son los problemas de la alimentación (Fig. 1.10), en este caso se constata que entre el 40-50% de los casos muestran dos grupos sintomáticos de importancia: caprichos alimenticios y disminución de la ingesta alimentaria. En mucha menor proporción se encuentran otro tipo de problemas tales como incremento de la ingesta o ingesta de chucherías por encima de lo habitual. La presencia de otros síntomas, como los vómitos, tienen una prevalencia pequeña, en el entorno de 5%.

Figura 1.10. Alteraciones alimenticias durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

Se ha expresado una cantidad de síntomas emocionales importantes, por lo que es muy importante evaluar la percepción de la gravedad de esos síntomas (Fig. 1.11), donde se comprueba que, de forma mayoritaria se percibe como de una intensidad leve en más del 50% de los casos, por ello podría explicarse la actitud ante la demanda y solicitar asistencia de SM, como se explicará con posterioridad.

Figura 1.11. Intensidad de los síntomas durante la pandemia en infancia y adolescencia (Estudio 3312, CIS).

COMPRENSIÓN PSICOPATOLÓGICA

La población infanto-juvenil se ha encontrado presente durante todo el proceso, pero no se la consideraba en su particularidad. En primer lugar, por el debate de su relevancia o irrelevancia en cuanto a padecer y/o trasmitir el contagio de la afección covid-19. En segundo lugar, porque es un segmento de población “silenciado”, en parte por paternalismo y en parte por desconocimiento. Lo cierto es que forman parte de las familias que expresaban sus miedos, sus temores y la infancia lo escuchaba y lo vivía; sufrían y participaban del duelo familiar por muertes o por enfermedades graves o por el hecho de lo que ocurría con sus abuelos en las residencias de mayores; porque en su entorno pasaban cosas que o no entendían, o no se lo explicaban, simplemente lo vivían y sentían. El colegio fue cerrado, los niños y niñas se alegraron inicialmente, pero a lo largo del tiempo de confinamiento lo iban pasando mal, porque el “cole” es algo más y representa su núcleo fundamental de sociabilidad. Luego su particular desescalada, luego la de la familia, luego la apertura de los colegios y todo lo que se fue armando en torno a ello.

El padecimiento de la afección por el covid-19 origina síntomas inespecíficos de tipo afectivo-emocional, como expresión del perfil reactivo-adaptativo al proceso. Se encuadran en la categoría descrita, en la clasificación internacional de enfermedades de la OMS, CIE-10, como F54. Esta categoría se denomina como “factores psicológicos y del comportamiento en trastornos o enfermedades clasificados en otro lugar”. Esta categoría se utiliza clínicamente para diagnosticar la presencia de influencias psicológicas o comportamentales que se considera juegan un papel principal en la manifestación de los trastornos somáticos, p. e. alargando el tiempo de duración de los procesos, intervienen en la intensidad de algunos síntomas, como en la percepción del dolor, contribuyen a desencadenar nuevas crisis o recaídas. Este tipo de alteraciones mentales, en la mayoría de las ocasiones, suelen ser leves aunque prolongadas en el tiempo, se muestra como preocupaciones excesivas, conflictos emocionales, temor, miedo a cosas y situaciones diversas (al empeoramiento propio, al contagio a otros miembros de la familia), aprensión por la enfermedad y/o sus complicaciones.