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Un Árbol Reseñable
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Veröffentlichungsjahr: 2016
Un árbol reseñable
Patrice Martinez
––––––––
Traducido por Noelia Román Sanz
“Un árbol reseñable”
Escrito por Patrice Martinez
Copyright © 2016 Patrice Martinez
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Traducido por Noelia Román Sanz
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Un árbol reseñable
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Patrice Martinez
Un árbol reseñable
Breve historia
Phanès-éditions
ISBN : 979-10-91877-56-5
Ilustración: John-William Waterhouse Ophélia -1894 – Propiedad intelectual© junio 2016 de Phanès-éditions
Martinez Patrice
01, calle Monts d'Olmes 31770 Colomiers (Francia)
Traducción : Noelia Román-Sanz
La acción transcurre en Larisa, una fortaleza de Tesalia. Bajo un cielo matinal, repleto de nubes pintadas de ocre y de un extravagante rosa, la villa destacaba en la llanura fértil de la ciudad de Aquiles, bañada por el río Peneo. En la puerta oeste de la ciudad, dos hombres caminaban hacia la entrada de una magnífica casa burguesa. Nada más entrar en sus dominios, se desvelaba la magnificencia de la propiedad: el terreno se tapizaba con suntuosos árboles (almendros, manzanos, perales y magníficas higueras) que desplegaban sus ramas generosamente cubiertas de frutos. Los densos arbustos y los setos podados con habilidad, así como los macizos de flores silvestres, que adornaban aquel lugar idílico, formaban una brillante réplica del jardín de las Hespérides. Al fondo, el río Peneo, oculto por los frondosos bosques, fluía apaciblemente. Sus aguas claras y límpidas ofrecían loas a la náyade Larisa, la bulliciosa amante de Poseidón, divinidad del mar y de los terremotos.
La propiedad se extendía alrededor de un campo, rodeado por un bosque de robles donde las espinas limitaban el acceso. En el centro de la parcela, un majestuoso roble solitario desplegaba su frondosidad, extendiendo su gigantesca sombra justo a los pies de la vivienda. Por la gracia del sol naciente, el viejo árbol caduco presentaba su relieve accidentado, maltratado por la edad y las condiciones climáticas. Fotio parecía contrariado por el emplazamiento de este impresionante árbol, que devoraba una buena parte del lugar.
—Por ahora, estoy gratamente sorprendido por la amplitud de la propiedad. — Afirmó el millonario Fotio con los ojos abiertos y las mejillas de un rojo escarlata, al joven intermediario Antemio, que había venido expresamente desde Tebas para este asunto de propiedad territorial. —Sin embargo, espero algo más que una simple extensión de terreno lleno de árboles.
—Aún no ha visitado esta sorprendente vivienda. Esta antigua residencia perteneció a un rico hombre de negocios ateniense, el señor Eumenio. El propietario venía de vez en cuando, acompañado de sus allegados, y aprovechaba la apacible comarca para reponer fuerzas. Por desgracia, dejó precipitadamente este mundo de dolor para unirse a los apacibles Campos Elíseos, dejando su capital inmobiliario a su mujer y a sus dos hijos. En vida, hizo todo lo necesario para mantener este edificio, respaldado por los artesanos locales.