Vengo de todas partes - Edilberto Rodríguez Tamayo - E-Book

Vengo de todas partes E-Book

Edilberto Rodríguez Tamayo

0,0

Beschreibung

Vengo de todas partes es un texto que se erige como fiel representante de la labor que se viene realizando durante décadas en las emisoras MKV y Moa TV. El presente título sirve como homenaje a los dos medios de comunicación: La Voz del Níquel, emisora de radio comunitaria en el municipio holguinero de Moa, y el canal comunitario Moa TV, que han logrado un acercamiento a la comunidad a través de sus contenidos.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 210

Veröffentlichungsjahr: 2024

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Vengo de todas partes

Edilberto Rodríguez Tamayo

La Habana, 2023

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Título: Vengo de todas partes

© Edilberto Rodríguez Tamayo, 2023

© Sobre la presente edición:

Ediciones enVivo, 2023

ISBN: 9789597276227

Tomado del libro impreso en 2023 – Edición: Norma Gálvez Periut/ Corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diseño de cubierta y emplane: Damaris Rodríguez Cárdenas / Imagen de cubierta: Luis Alejandro Zaldívar Salinas / Título: En los intrincados pasillos del conocimiento, reposa una piedra / Arte digital / Dimensiones. 21 x 29,7 cm

E-Book – EdiciónNorma Gálvez Periut/ Corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diagramación pdf interactivo y conversión a ePub y Mobi: Damaris Rodríguez Cárdenas / Diseño interior: DamarisRC / Imagen de cubierta: Luis Alejandro Zaldívar Salinas / Título: En los intrincados pasillos del conocimiento, reposa una piedra / Arte digital / Dimensiones. 21 x 29,7 cm

Ediciones enVivo

Instituto Cubano de Radio y Televisión

Edificio N, Calle N, entre 23 y 21, Vedado,

Plaza de la Revolución, La Habana

CP 10400

Teléfono: +53 78384070

Correo electrónico: [email protected]

www.envivo.icrt.cu

Índice
Vengo de todas partes
Una introducción necesaria
Prólogo
Parte I
Que cada uno diga lo que tiene que decir
Llenarse de humildad
Un linaje que permanece
Parte II
El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Programa: El sitio que habitamos
Parte III
Radiografía de la ciudad
El sucio
Las bodegas
Basura, basura
Muela
Del béisbol al idioma
Saco de huesos
El peregrino desesperado
Qué bolá con la impunidad
¿Prosperidad?
Emigración
Parte IV
Donde crece la palma
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Emisora: La voz del níquel. Moa. Holguín
Parte V
Cultura cultura
Acerca de la colonización cultural
¡Cuidado con lo que no se habla!
Añoranza por la conga
“El que siembra su maíz...”
La lucha por la cultura
Del verso de la miel en dos tiempos.
¿Hacia dónde vamos?
Una pregunta que no quisiera contestar
Cochambre
Martí, el adelantado
El año bisiesto
La llave del Comandante
Testimonio gráfico

A Pablo Velazco Mir:

Hombre de radio, maestro de periodistas.

A Félix Lobaina:

Por su entrega diaria al periodismo

“El periodismo, en tanto manifestación de la comunicación

y la cultura, es al igual que la literatura un organismo vivo

que construye sin cesar sus lenguajes,

géneros, formas y capacidades de relacionarse con la realidad”.

Julio García Luis

Una introducción necesaria

Vengo de todas partes es un libro para homenajear los aniversarios de la emisora La voz del níquel y del canal comunitario Moa TV. Un texto que se integra a partir de diversas fuentes del periodismo radial, televisivo y de las redes sociales. El autor ha colaborado y trabajado durante poco más de treinta años en la emisora CMKV, en Moa, donde se desempeñó como guionista, locutor y director de programas, y además como jefe del Departamento Informativo.

Durante cerca de diez años colaboró con el programa Café Milenio de la emisora provincial de Holguín con reseñas de libros y críticas de carácter cultural. Otras plantas radiales como Radio Mayarí y Ecos de Sagua también han publicado algunos de sus trabajos. Al inaugurarse en el nordeste holguinero el canal comunitario Moa TV, participa en la selección de su personal creativo y luego es de los primeros que colabora en su programación habitual, inicialmente con críticas culturales y reseñas de libros y luego como guionista.

Las tres entrevistas con que se inicia esta publicación ganaron premios a diversas instancias en festivales de la radio y luego fueron publicadas en importantes revistas de varias provincias del país como Ámbito, SIC y Videncia. Alcanzaron, además, reconocimientos en concursos convocados por publicaciones culturales.

La segunda parte toma su nombre: El sitio que habitamos, de un programa histórico incluido en la parrilla de programación de Moa TV. Se publican en ella una selección de guiones escritos por el autor para ese espacio televisivo, que abordan, como tema central, aspectos trascendentes relacionados con la identidad cultural del pueblo moense y de la nacionalidad cubana. Las respuestas a las preguntas que aparecen en el guion y que deben hacerse al entrevistado pueden encontrarse en Ecured.

El cuarto bloque del texto: De donde crece la palma, acoge una selección de guiones escritos para la sección del mismo nombre y que salió al aire en la más importante revista informativa de la emisora La voz del níquel con motivo del aniversario 165 del natalicio de José Martí. El objetivo principal fue el de darle promoción a aspectos poco tratados del legado del más grande y universal de todos los cubanos. Los guiones originales se publican para poner al público lector en contacto con este tipo de obras, también desde el punto de vista formal.

En cuanto a Radiografía de la ciudad y Cultura, resultan una selección de trabajos publicados inicialmente en el blog www.elpandespierto.wordspress.com pero que luego han tenido versiones para la radio y la televisión. Por la atención que la actual dirección del Gobierno cubano brinda a estos lugares hacemos énfasis en el análisis de algunas de las principales problemáticas que marcan la cotidianidad en municipios y comunidades.

El autor

Prólogo

Vengo de todas partes es un texto interesante tanto por la organización interna como por los temas abordados, el título recuerda a Martí y su vocación por el mejoramiento humano, en mi opinión es este el eje temático que conduce al lector por los capítulos que lo conforman.

Es destacable la elección de géneros periodísticos para abordar tan compleja intención, merece destacar en primer lugar las entrevistas que conforman el capítulo uno, un lenguaje coloquial facilita la lectura, provoca en el lector la necesidad de llegar al fin. Se disfrutan, sobre todo, las declaraciones de los entrevistados, e incita al mismo tiempo, a la reflexión sobre cómo asumir desde sus indiscutibles méritos de personalidades de la cultura nacional, la sencillez y la modestia como valores morales que permiten, más que leer el texto, prácticamente conversar con el entrevistado. Tiene razón el autor al titularlas: Que cada uno diga lo que tiene que decir.

El segundo capítulo: El sitio que habitamos, toma su nombre del programa que Edilberto Rodríguez escribiera para el telecentro Moa TV; una interesante selección que aborda temáticas vinculadas con la historia de este municipio, algunas de ellas ya abordadas con anterioridad por otros autores, aunque en su conjunto ofrecen una visión más cercana al espectador por la manera de presentar a sus protagonistas. No faltan en estos programas la alusión a personalidades de indiscutible valor en la historia nacional, por ejemplo, la relación del Che con este territorio minero metalúrgico y el diálogo con el legendario Demetrio Presilla, o los numerosos contactos del General de Ejército Raúl Castro Ruz con Moa, desde la lucha guerrillera en el Segundo Frente Oriental y luego del triunfo revolucionario.

En el capítulo se incluyen otras historias que le conceden a su programa un valor particular, entre otras cosas porque lamentablemente son quizás poco conocidas, como la historia de vida de Luciano Fariñas piloto del avión en el que desapareció Camilo Cienfuegos, o de José Sánchez Losada, por su apego a la construcción de este tipo de industrias, sin olvidar la creación de la UNEAC en Moa, el Instituto Superior Minero Metalúrgico y la emisora La Voz del Níquel, historias más recientes, tan legendarias y míticas como las otras, que forman con sabor a pueblo orgulloso de su existencia, la historia del territorio.

El tercer capítulo Radiografía de mi ciudad es un conjunto de crónicas y comentarios, acertados, críticos, que, a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, no han perdido actualidad. Se disfrutará su lectura y nos preguntaremos mientras la hacemos cuántas de estas problemáticas tenemos en nuestro entorno más cercano, sin obviar el análisis de otras preocupaciones que hoy en día nos acechan sobre la prosperidad, la emigración y otros tópicos. Sin embargo, estos no son solo los valores destacables de este capítulo, hay también una búsqueda de los valores morales, por ejemplo, las historias que el autor nombra Saco de huesos, Que bolá con la impunidad y Muela, nos sitúan en problemáticas actuales que deben ser resueltas para garantizar la feliz continuidad de la obra humanista de la Revolución.

El cuarto capítulo De donde crece la palma está dedicado al análisis de importantes temas a partir de Martí, lo interesante es que no se aborda el pensamiento del Apóstol desde su generalidad, sino que se dirige a tópicos poco abordados en sus ideas sobre la belleza, la libertad, la educación, la cultura, la patria. Desde esta perspectiva soslaya el enfoque esquemático o tradicional de estos temas y motiva al lector a indagar en esas ideas.

El capítulo cinco Cultura incluye comentarios que abordan problemáticas de la cultura nacional, son críticos, reales, necesarios. A pesar del tiempo transcurrido desde su concepción, sus puntos de vista mantienen plena vigencia, y apuntan hacia problemáticas que han de resolverse, contra viento y marea para sostener a la cultura como escudo y espada de la nación.

En el texto que tiene el lector en sus manos se aprecia el compromiso de Edilberto Rodríguez Tamayo, o mejor Taino, como lo nombramos sus amigos, con la cultura, enriquecida no solo con su obra poética o narrativa de incuestionable valor a la que debemos agregar sus experiencias en la conducción de procesos culturales a partir de su desempeño como presidente de la UNEAC en ese municipio durante quince años, y director municipal de cultura de Moa en los duros años del periodo especial, temas que subyacen en los capítulos de este libro.

Más allá de elementos formales o técnicos, respecto a los guiones o los géneros periodísticos el valor de la obra está en su actualidad y compromiso con la cultura, tiene razón Taino, viene de todas partes y como el Maestro hacia todas partes va.

Fidel Troya García

Presidente de la UPEC

Provincia Holguín

Parte I

Que cada uno diga lo que tiene que decir

Llenarse de humildad

Barnet: Mis expectativas se han sobrecumplido. En este recorrido por la parte oriental del país, me he encontrado con personas muy amables, muy preparadas, algunos lugares me han sorprendido. Se nota que en la población en general existe una gran avidez por la cultura. He abandonado otras tareas y compromisos para dedicarme a la Isla por entero. Tuve la oportunidad de visitar sitios relacionados con la vida y obra de Antonio Núñez Jiménez, como la Universidad de Moa que lleva su nombre y esto me conmovió mucho, pues mi vínculo con él fue muy estrecho. Yo entré a la Academia de Ciencias como fundador, tendría unos 21 años, y él como 34, y ya era el presidente de esta, un humanista, un geógrafo, fundador del Instituto de Antropología de Cuba y de otras instituciones, autor de aquel libro de Geografía que Batista mandó a quemar, un libro formidable, hasta ahora insuperado. Él, además de mi amigo, fue uno de los primeros tutores de mi obra, sobre todo de Biografía de un Cimarrón.

Periodista: Ud. hablaba de sus emociones, pero también para nosotros resultó algo muy especial poder compartir nuestros poemas y canciones y sobre todo escucharlo, en esa suerte de estado de gracia, interpretando un canto congo.

Barnet: Esos son cantos muy conocidos dentro de la Regla de Palo. Sobre todo, en el nordeste holguinero con el llamado Palenque del Frijol, cerca de Moa, donde fue muy fuerte la presencia conga, la presencia bantú a partir de cimarrones llegados desde Angola, de lo que hoy es Mozambique y Congo, de todos esos países del tronco lingüístico bantú.

Periodista: Es muy conocido el Miguel escritor. ¿Cómo es el Barnet funcionario?

Barnet: Yo no entiendo de la cultura del ego ni de la vanidad, aunque en el fondo todos somos un poquito vanidosos. No entiendo otro diálogo que no sea ese diálogo cómplice, íntimo entre las personas. Ni los honores de las medallas, ni las condecoraciones, ni siquiera mi obra publicada en el mundo y traducida a varios idiomas es capaz de transformarme, sigo siendo la misma persona.

Cuando tú preguntas por el Barnet funcionario, yo no lo conozco. Solo soy una persona que tiene responsabilidades y las he asumido con mucho gusto; y de verdad ese título de funcionario no me gusta, porque me lleva a un plano meramente burocrático. Tú eres un poeta, un escritor y conoces que no nos gusta que nos digan funcionarios. Siento mucho orgullo de hacer una labor de promotor cultural, lo digo y lo repito, me siento un promotor cultural, y no existe nada que me brinde mayor placer que observar que uno de mis proyectos o alguno de los que llevo adelante con el colectivo que me rodea, alcanza resultados. Por ejemplo, la Fundación Fernando Ortiz es como la niña de mis ojos, es algo que he creado y cuidado con un grupo de personas fabulosas, como María Teresa Linares y un grupo de personas muy valiosas. Es un proyecto que amo entrañablemente y, por supuesto, la UNEAC, que es como una prolongación de mi casa. Debo decirte que yo fui muy atrevido, muy precoz, me gustó siempre acercarme a los grandes árboles que me dieron sombra.

Periodista: Ud. revolucionó la novela cubana con la inclusión tácita del testimonio. Lo que muchos llaman “la nueva narrativa cubana” tiene una alta dosis testimonial. ¿Qué opinión le merece este movimiento?

Barnet: Un respeto muy grande. Creo que hay gente de mucho talento e imaginación, como creo también que las generaciones más jóvenes en ocasiones se apresuran en publicar, en intentar tener éxito sin darse cuenta que el éxito verdadero se logra peldaño a peldaño. El consejo que yo les doy a esos jóvenes es que escriban y escriban y se olviden de las publicaciones y del éxito, que es algo que, si te pertenece, llega. A mí me llegó rápido, con 25 o 26 años alcancé una primera mención en Casa de las Américas.

La publicación de Biografía de un Cimarrón que fue algo muy diferente, un acontecimiento, sin embargo, no dejé que me cegara. Luego hice algo totalmente diferente que fue Canción de Rachel, después Gallego, La vida real, Oficio de Ángeles, un libro de fábulas, escribí ensayos. Creo que uno no debe obnubilarse con el éxito de una primera pieza y seguir escribiendo y estudiando todo lo que caiga en sus manos. A mí me gusta leer hasta las etiquetas de los pomos de medicina y de las cajas de cigarros, todo…y en los periódicos hasta las noticias más pequeñitas, que en ocasiones son las más enjundiosas, porque en la lectura está la mejor enseñanza.

Periodista: ¿Qué cree acerca de los concursos y los premios?

Barnet: Los premios estimulan mucho. Pero si un autor tiene una obra que no es bien recibida en un concurso o en una editorial y luego se gana un premio, esto, además de ser estimulante, puede tener determinada repercusión adicional. Pero no hay que cegarse. Cuando publiqué Biografía de un Cimarrón, el primer gran elogio que recibió fue de Alejo Carpentier, luego de Ìtalo Calvino, Lisandro Otero, Onelio Jorge Cardoso y de Fernando Ortiz, quien le decía a todo el mundo que era una obra importante. Pero yo me propuse no ser, como dicen por ahí, compositor de una sola pieza, de un solo estilo y decidí entonces escribir a continuación algo totalmente diferente. Me puse a estudiar todo lo del Teatro Alhambra y me fascinó el mundo de Amalia Sorg y escribí entonces una novela totalmente diferente en temática y época. Luego hice Gallego y todo lo demás. Para escribir hay que llenarse de coraje, de fuerza y sobre todo de humildad. ¡Cuidado con la vanidad que es lo más estéril que puede existir!

Cuando me dan un premio, un reconocimiento, en vez de ufanarme siento una gran modestia, un enorme compromiso y hasta un poco de vergüenza, honestamente te lo digo. Con apenas 19 años, entré por primera vez a la casa de Fernando Ortiz y lo trataba con un respeto y delicadeza tan grandes, porque sabía que estaba ante un gigante. Después tuve el privilegio de trabajar con Alejo Carpentier y luego en 1968 pasé a la UNEAC junto a Nicolás Guillén. Fui amigo de Lezama Lima, de Virgilio Piñera, de Eliseo Diego. He tenido incluso el privilegio de colocarle el cenicero a esos grandes que fumaban o las pantuflas a Fernando Ortiz, hay que tener esa sabia humildad de saber reconocer a los grandes, y ese es el mensaje que le envío a los jóvenes. Con esa actitud se gana más que dándoles la espalda a las generaciones que los preceden, porque de ellas siempre hay algo que aprender, aunque sean escritores que no tengan la más mínima afinidad con uno.

Periodista: Ud. estuvo muy cerca de Nicolás Guillén. Quisiera que se refiriera a esa relación tan estrecha que tuvieron.

Barnet: Tengo muy buenos recuerdos de Nicolás. Me reía mucho porque él, además de ser el más grande poeta, era un gran conversador, un gran cronista y periodista. Disfruté mucho todos sus escritos, sus memorias. Era un hombre que conocía al dedillo la cotidianidad, un extraordinario conocedor de la poesía de los clásicos españoles, de la obra de Rubén Darío, Pablo Neruda, de toda la poesía contemporánea. Además, era un hombre que había vivido mucho y viajado otro tanto. Residió en Argentina, en Brasil, en París, tenía ese savoir vibré, ese saber vivir, esa gran elegancia que también tienen los camagüeyanos, ese donaire acompañado de un humor cáustico.

Era como un niño grande, le encantaban los juguetes, tenía una gran colección de tractores, tanques, junto al tanque de guerra y el yate Granma en miniatura que le regaló Raúl, además de cajitas chinas, de esas que son como matrioshkas rusas.

Te voy a hacer una anécdota, un día era muy tarde y estábamos un grupo de personas en la Bodeguita del Medio, que era uno de sus sitios predilectos. Yo, por lo general, me cuido de comer mucha carne de cerdo, pero como esa noche Nicolás, un hombre de casi ochenta años, estaba comiendo con tanto apetito, pues también comí bastante. Luego él repitió y le dice a Martínez: “Tráeme ahora un poco de tasajo”, y este le responde: “Oiga Nicolás, cómo le gusta la comida de aquí”; a lo que Guillén respondió: “Estás equivocado, a mí lo que me gusta es el alka seltzer”.

Era un hombre extraordinario y pienso que quizás los jóvenes debieran leer un poco más su poesía. Por cierto, disfruté mucho hace un tiempo de un texto muy lindo que creo que está incluido en El Diario que a diario, dicho por la actriz holguinera Norma Arencibia. Ella es verdaderamente una excelente actriz y el texto habla de agujas de coser, de estropajos de aluminio, en fin, de una serie de artículos que pueden existir en una quincalla, y él hace una relación, aunque lo importante es la manera en que él ordena un accesorio detrás de otro, dando lugar a un ensamblaje que le da un ritmo al texto que la actriz sabe descubrir muy bien. Eso es un ejemplo de que hasta en las cosas más cotidianas, hasta en las aparentemente prosaicas, Nicolás sabía descubrir la poesía.

Periodista: Hemos conversado de una buena cantidad de temas, agradezco sus palabras y ahora para terminar, quisiera pedirle algo especial, algo íntimo.

Barnet: ¿Tú conoces la anécdota de cómo escribí mi poema al Che? Es un poema muy pequeño y uno de los pocos que recuerdo de memoria. El día que Fidel anunció su partida hacia otras tierras del mundo, en el teatro Kart Marx, tuve el honor de estar allí con una amiga. Ella es una fumadora empedernida y fumaba unos cigarritos suaves, por cierto, aún conserva la cajetilla. Salí de allí muy conmovido por el hecho que el Che, ese hombre que uno admira tanto por su rigor, su inteligencia, austeridad y espíritu revolucionario, se fuera a otras tierras pudiendo haberse aplomado aquí y entonces sentí deseos de escribir y como no había otra cosa, le pedí a Margarita, que así se llama mi amiga, que me diera la cajetilla y escribí el poema en la parte blanca, en el reverso, por eso es tan pequeño. Es bueno que cada uno diga lo que tiene que decir.

Muchas personas aseveran que los cubanos somos teatrales por naturaleza; nuestras formas extrovertidas, e incluso esa manera de hablar gesticulando, pudieran avalar esa información. No es de extrañar entonces que tengamos en este verde caimán antillano una buena cantidad de excelentes actores y actrices, entre las que se distingue como una de las grandes de la escena cubana actual Corina Mestre.

Periodista: ¿Cómo llega usted al teatro, fue un problema de vocación familiar, de tradición o de acercamiento personal?

Corina: Llego al teatro por un problema de formación de gusto. Resulta que yo comencé a decir poesías desde muy pequeña; ya con cuatro años recitaba a Raúl Ferrer y José Martí. A los diez años me encontré con los textos de Neruda y Vallejo, que estaban muy de moda en mi generación, y a los trece años conocí a Noel Nicola, por razones familiares, pues era amigo de mi familia. Con Noel conozco a la gente del Movimiento de la Nueva Trova. Los que estuvimos cerca de él sabemos que Noel era un individuo muy inteligente, de una gran cultura, y a partir de esta relación un buen día me presenta a un instructor de teatro, por allá por la Isla de la Juventud, que es la tierra de mi madre y sus hermanas. Él estaba montando una obra de teatro, pero en eso le avisan que había concluido oficialmente su servicio social, regresa para La Habana, y comienza a trabajar con un grupo de teatro de la FEEM, en la 8 de octubre, la primera escuela en el campo que se hizo en Cuba, en Güira de Melena. Entonces pasa por mi casa y cuenta que iban a participar en un festival de aficionados y que la actriz que hacía el protagónico se había enfermado, que no encontraba quien la sustituyera. Yo fui a visitarlo a uno de los ensayos; varios muchachos estaban llorando y a mí me dio mucha lástima, entonces él dijo que probara, y yo le contesté que ni muerta me encaramaba en un escenario; pero al otro día volví para el ensayo, recogí los papeles, fui para mi casa y cuando regresé ya me sabía de memoria casi todo el texto.

Hice la obra y, a partir de ese momento, comencé mi carrera sin abandonar el trabajo con la poesía y la Nueva Trova, ni mi relación laboral, pues desde los catorce años entré en el Ministerio del Interior.

Periodista: Pero luego, ¿realizó estudios de teatro?

Corina: Estando en el MININT, estudié Matemática y Sociología; pero al final de mi etapa en el ministerio, se abrió el Instituto Superior de Arte e ingresé en él y me gradué, aunque de forma simultánea seguía actuando tanto en grupos de aficionados como profesionales.

Periodista: Desde el teatro bufo, los sucesos del teatro Villanueva y otros muchos, existe una larga tradición revolucionaria que implica a la escena cubana, ¿se siente usted parte de esa tradición?

Corina: Absolutamente. Yo creo que el teatro es algo que se hizo para que la gente reflexione en su tiempo, con sus contemporáneos; como creo también que el arte siempre cumple dos funciones: la expositiva y la reflexiva. De todas maneras, ya en la época que vivimos la gente no puede existir sin la función reflexiva, y el teatro tiene la obligación de llevar a las personas a reflexionar sobre su tiempo. Como un elemento de todo eso es que creo que soy parte de esa tradición.

Periodista: En los últimos años han aparecido obras en el teatro cubano con una visión bastante crítica de nuestra realidad, sobre todo en autores jóvenes; pienso, por ejemplo, en Abel González Melo. ¿Qué opinión le merecen este tipo de propuestas tan controvertidas, pero muy apegadas a lo que pudiéramos denominar realidad cubana?

Corina: Yo creo que el teatro, para ser rico, tiene que ser diverso y que cada miembro de sus generaciones tiene que defender una posición, sin abandonar lo de la función reflexiva. Ello