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Por qué este librillo se llama así, Vestidas de Patria? Es sencillo, este texto trata de desempolvar antiguas historias, casi olvidadas algunas, poco conocidas otras, pero plenas de heroísmo todas. Sus protagonistas son mujeres, esas de las que dijo nuestro Apóstol: "[…] Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer […]".2 La vida y el quehacer de un manojillo de patriotas cubanas están contados con profundos respeto y admiración. Ello se debe a la búsqueda de Olivia Diago Izquierdo, quien desde su amor a esta tierra y a sus héroes —mujeres u hombres—
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Seitenzahl: 41
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Cuidado de la edición: Tte. Cor.Ana Dayamín Montero Díaz
Edición: Oliva Diago Izquierdo
Diseño y realización: José Ramón Lozano Fundora
Ilustraciones: Reinier Méndez Cárdenas
Corrección: María Luisa García Moreno
© Olivia Diago Izquierdo, 2019
© Sobre la presente edición:
Casa Editorial Verde Olivo, 2019
ISBN 9789592244375
Todos los derechos reservados. Esta publicación
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Casa Editorial Verde Olivo
Avenida de Independencia y San Pedro
Apartado 6916. CP 10600
Plaza de la Revolución, La Habana
En los Andes puede estar el pedestal de nuestra libertad,
pero el corazón de nuestra libertad está en nuestras mujeres.1
José Martí
Por qué este librillo se llama así, Vestidas de Patria? Es sencillo, este texto trata de desempolvar antiguas historias, casi olvidadas algunas, poco conocidas otras, pero plenas de heroísmo todas. Sus protagonistas son mujeres, esas de las que dijo nuestro Apóstol: “[…] Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer […]”.2 La vida y el quehacer de un manojillo de patriotas cubanas están contados con profundos respeto y admiración. Ello se debe a la búsqueda de Olivia Diago Izquierdo, quien desde su amor a esta tierra y a sus héroes —mujeres u hombres— ha hurgado en este apasionante tema, insuficientemente abordado.
Aunque aún está por investigarse y escribirse la historia de la participación de la mujer en nuestras guerras de independencia y lo que se conoce es más que nada su apoyo a una contienda en la que combatían sus hombres, basta ese ínfimo saber para hallar en ellas ejemplos sublimes de amor y sacrificio en aras de la libertad patria.
Resultan incontables las mujeres que entregaron sus esfuerzos, y hasta su vida, en la larga batalla que durante más de treinta años libró nuestro pueblo por su independencia y aun antes. De igual modo, fueron víctimas de los atropellos y represalias de los más indignos miembros del ejército español.
Quizá la primera que vertió su sangre por el ideal patrio fue Marina Manresa, quien en fecha tan temprana como el 8 de octubre de 1850, por la zona del río Yumurí, en Matanzas, fue parte de un grupo insurgente capitaneado por Juan Arnao Alfonso, quien más tarde sería fundador del Partido Revolucionario Cubano junto a Martí. En aquel enfrentamiento a las tropas españolas hubo dos bajas y una de ellas fue Marina.
Poco después, en julio de 1851, tres damas, vestidas con ropas masculinas, tuvieron el arrojo de salir de la ciudad de Camagüey con el fin de entregar una bandera a los patriotas que, guiados por Joaquín de Agüero,3 se disponían a luchar con las armas en la mano contra el colonialismo.
¿Qué decir de las bayamesas que cuando su ciudad mambisa estuvo a punto de caer en poder de los españoles con sus propias manos prendieron fuego a sus hogares y se lanzaron a la manigua insurrecta? De ellas, la jovencita de 16 años Candelaria Figueredo Vázquez, Canducha, había sido la abanderada de las fuerzas de Céspedes y su prima, Adriana del Castillo Vázquez, apresada por los españoles, enferma de tifus, en gesto sublime se alzó sobre su lecho y murió cantando “La Bayamesa”, con solo 19 años de edad.
¿Y qué decir de Ana Betancourt? Fue Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, quien valoró a esa insigne patriota, cuando afirmó que “[…] adelantándose a su siglo, pidió en Cuba la emancipación de la mujer”.4