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Un recorrido con todas las claves para entender el fenómeno que impulsa a los jóvenes a vivir con intensidad. "Carpe Diem", la expresión que nació con los pensadores de la antigüedad se recicló en una filosofía encapsulada en la era de Internet. YOLO está en Instagram, Facebook, Twitter, Pinterest y en los mensajes que circulan por Whatsapp, sin freno, durante las veinticuatro horas del día.
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Seitenzahl: 34
Veröffentlichungsjahr: 2015
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Introducción
El 31 de mayo de 2013, una adolescente en Estados Unidos escribía en Twitter: “Una noche #YOLO no estaría nada mal”. Unos días más tarde, un hombre joven en México hacía lo propio: “Twitteo desde el trabajo porque #YOLO”. Una adolescente en Perú, el 3 de junio: “¿Por qué les preocupa tanto lo que digan los demás? #YOLO”.
Y, el 28 de ese mes, un argentino: “¿Qué es eso de YOLO que de repente todo el mundo empezó a decir?”. Una consulta simple al buscador de Twitter, sin tener siquiera que caer en sistemas complejos de análisis de tendencias en las redes sociales, alcanza para constatar el nacimiento y crecimiento exponencial de una filosofía de vida que hoy está absolutamente instalada.
¿Qué quiere decir YOLO? La sigla viene del inglés “You only live once”, que, en español, significa “sólo vives una vez” o “sólo se vive una vez”. La idea detrás del concepto es que hay que disfrutar todos los momentos, que hay que vivir el hoy, que hay que atravesar la existencia con intensidad porque no hay toma dos, porque no se puede rebobinar y es la única oportunidad que tenemos para ser felices. Y esa ansiada felicidad es entendida como goce, como los placeres del cuerpo y la mente en un plazo inmediato. Es una idea propia de la posmodernidad, sí, pero no es la primera vez que aparece en la historia.
Sin ir más lejos, es la misma idea detrás de “Carpe Diem”, esa expresión que nació con los filósofos latinos de la antigüedad pero se recicló a través de los siglos y hoy suele estar a la vista, por ejemplo, tatuada en la piel de jóvenes y adultos. ¿Cuál es la diferencia, sin embargo, entre estas dos expresiones de filosofía encapsuladas al alcance de todos? YOLO es hija de su época y su época no es otra que la de Internet y sus movimientos en manos de la mayoría de la población: células individuales que desde sus portátiles, sus teléfonos móviles, sus tabletas y sus computadoras de escritorio la reproducen, una y otra vez, la hacen circular en red y la convierten en un fenómeno viral.
A la vez, nace en un momento en el que, como nunca antes, la producción de sentido, de mensajes que circulan a la velocidad de los bytes y la inscriben en el imaginario popular, está en manos de la juventud. YOLO ya no es –como puede haber sido Carpe Diem– un fenómeno contracultural, una idea para rebeldes. YOLO y su presente puro y exacerbado está en Instagram, en Facebook, en Twitter, en Pinterest y en los mensajes que circulan por Whatsapp, sin freno, durante las veinticuatro horas del día.
YOLO es “mainstream” (parte de la cultura dominante) y no puede ser pensado sólo como una tendencia fugaz, como algo que va a desaparecer apenas aparezca la próxima frase ingeniosa, sino que exige un análisis en el contexto de la época y de las ideas que hay detrás, tan antiguas y tan nuevas a la vez.
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Algo parecido a un manifiesto
Los pilares fundamentales detrás del concepto del YOLO son el presente, el goce y la libertad. El primero aparece como la única posibilidad, como lo único que hay, porque el pasado ya no es, ya no será y no se puede vivir anclado en él. El futuro no importa, porque la vida puede ser corta y hay que disfrutarla ahora, porque no tenemos la certeza de que lograremos disfrutarla después. Además, ¿qué sentido tiene preocuparse por algo que todavía no está aquí, que no existe, que no podemos ver ni tocar?