Aplicación De Conceptos Básicos De La Teoría De Género Y Del Lenguaje No Sexista. Uf2683. - Ana María Valero Rey - E-Book

Aplicación De Conceptos Básicos De La Teoría De Género Y Del Lenguaje No Sexista. Uf2683. E-Book

Ana María Valero Rey

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Beschreibung

Puede solicitar gratuitamente las soluciones a todas las actividades y al examen final en el email [email protected] Capacidades que se adquieren con este Manual: - Determinar procesos de recogida de información útil y contrastada que permita realizar el diagnóstico de situaciones de discriminación por razón de sexo. - Identificar la reproducción de estereotipos sexistas y discriminatorios en el lenguaje, en el tratamiento de imágenes y en situaciones planteadas. - Valorar niveles y tipos de participación de la población destinataria, en los diferentes ámbitos donde se desarrolla la vida de las personas: económico, político, asociativo, ocio y calidad de vida, entre otros, desagregando los datos por sexo. - Elaborar procesos que promuevan la participación de mujeres en los ámbitos de toma de decisiones para potenciar su «empoderamiento» en el marco de un proyecto de intervención. - Aplicar técnicas de recogida de información en empresas, organizaciones y entorno de intervención relacionada con los elementos y obstáculos que condicionan la permanencia e igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el empleo. - Determinar necesidades, motivaciones y expectativas tipo de personas, grupos sociales y colectivos que afectan a su calidad de vida, desde la perspectiva de género, estableciendo la forma de implementar las acciones para darles respuesta. - Identificar elementos claves de desigualdad entre mujeres y hombres desencadenantes de situaciones de violencia.

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Veröffentlichungsjahr: 2025

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Aplicación de conceptos básicos de la teoría de género y del lenguaje no sexista. UF2683.

Autora: Ana María Valero Rey.

© EDITORIAL TUTOR FORMACIÓN

C/ San Millán, 7, bajo 10

26004 Logroño (La Rioja)

Tlf. 610687276

Email: [email protected]

Web: www.tutorformacion.es

Edición: 2018

ISBN: 978-84-16482-59-7

Depósito legal: LR145 - 2018

Contenido

1.Introducción a la unidad formativa.

2.Análisis de la información desde la perspectiva de género.

2.1.Caracterización del sistema patriarcal y distribución de poder.

2.2.Aplicación de género como categoría de análisis o la perspectiva de género.

a.Funcionamiento del sistema sexo-género.

b.Definición de roles y estereotipos de género.

c.Detección, valoración y denuncia de estereotipos sexistas.

2.3.Mecanismos de detección de la igualdad formal frente a la igualdad real de mujeres y hombres.

2.4.Identificación de los distintos tipos de discriminación producidos por razón de sexo.

a.Discriminación directa

b.Discriminación indirecta

c.Interseccionalidad o discriminación múltiple

2.5.Mecanismos educativos y su contribución en la construcción de género.

a.Socialización diferenciada de niñas y niños.

b.Educación mixta y coeducación.

2.6.Reconocimiento de las principales fuentes de información para realizar un diagnóstico de partida de situaciones de discriminación y de violencia contra las mujeres.

a.Identificación de fuentes y datos existentes

b.Selección de técnicas (cuantitativas y cualitativas) para recoger la información atendiendo al género.

c.Clasificación de los datos desagregándolos por sexo

d.Conocimiento y manejo de indicadores de género

e.Análisis del impacto de género

2.7.Establecimiento del código deontológico, la protección de la confidencialidad y la ley de protección de datos.

2.8.Resumen.

2.9.Actividad.

3.Identificación y tratamiento de imágenes y utilización de lenguaje no sexista.

3.1.Reconocer la invisibilización de las mujeres y detectar la utilización de imágenes y lenguaje sexista.

3.2.Análisis del lenguaje y análisis de imágenes estereotipadas y su contribución al pensamiento desde el enfoque de género.

3.3.El papel de los medios de comunicación en la construcción del género.

3.4.Propuesta de alternativas que rompan con los estereotipos sexistas.

a.Manejo de estrategias para el uso del lenguaje no sexista.

b.Manejo de estrategias para el uso de imágenes no sexistas.

3.5.Resumen.

3.6.Actividad.

4.Espacios cotidianos de participación: identificación de desigualdades e intervención teniendo en cuenta la diversidad de las personas.

4.1.Detección de ámbitos y niveles de participación y su vinculación con el orden de género establecido.

a.Participación de las mujeres en el espacio público (económico, laboral, asociativo, ocio y calidad de vida, entre otros).

b.Participación de los hombres en el espacio doméstico.

c.Distinción entre espacio público, espacio doméstico y espacio privado:

d.Utilización de los espacios formales y los espacios informales por parte de las mujeres y hombres.

e.La representación paritaria y el sistema de cuotas.

f.Mecanismos de detección y análisis de necesidades prácticas e intereses estratégicos de las mujeres y los hombres dentro del grupo.

g.Identificación de la diversidad de las mujeres en el entorno de intervención.

h.Mecanismos de intervención en el diseño, implementación, evaluación y seguimiento de las actuaciones, en colaboración y coordinación con el equipo experto en igualdad efectiva de mujeres y hombres.

4.2.Resumen.

4.3.Actividad.

5.Participación de las mujeres a lo largo de la historia: procesos de empoderamiento.

5.1.Breve aproximación a la historia de las mujeres y a la evolución de los feminismos.

a.Principales confusiones entorno al término feminismo.

5.2.Identificación del “techo de cristal” como manifestación de la desigualdad en el espacio público.

5.3.Procesos para el “empoderamiento” de las mujeres.

5.4.Herramientas para promocionar la igualdad en colaboración con el equipo experto en igualdad de mujeres y hombres.

a.Acciones positivas

b.Mainstreaming de género o transversalidad de género.

c.La estrategia dual.

d.Presupuestos con perspectiva de género.

5.5.Manejo y utilización de recursos existentes en materia de género.

a.Localización del mapa de instituciones y principales agentes sociales en el contexto de intervención.

b.Localización de Organismos de Igualdad.

c.Localización, actualización y desarrollo de recursos específicos para la promoción de la igualdad de mujeres y hombres, empoderamiento de las mujeres y en materia de violencia de género.

5.6.La utilización de las TIC para promover la igualdad y el trabajo cooperativo.

5.7.Resumen.

5.8.Actividad.

6.Elementos estructurales para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en el ámbito laboral.

6.1.Aplicación del concepto de división sexual del trabajo.

6.2.Aplicación de la definición de trabajo e identificación de elementos diferenciales entre el trabajo productivo y reproductivo.

6.3.Proceso de consolidación de las mujeres en el ámbito del empleo en España, recorrido histórico y referentes a nivel sindical, empresarial, y asociativo. Participación y representación en sus órganos directivos.

6.4.Identificación de los colectivos de mujeres con especiales dificultades en el contexto de intervención.

a.Sistemas de apoyo específicos.

6.5.Identificación y manejo de normativa vigente en esta materia.

6.6.Integración de la perspectiva de género en un proceso de acompañamiento de la búsqueda de empleo.

6.7.Resumen.

6.8.Actividad.

7.Elementos estructurales que determinan situaciones de violencia de género.

7.1.Identificación de las características del sistema patriarcal que inciden en la violencia ejercida contra las mujeres.

7.2.Características de la violencia de género.

a.Violencia machista

b.Violencia doméstica

c.Tráfico.

d.Trata.

e.Prostitución

f.Acoso sexual y acoso por razón de sexo.

g.Violación.

h.Mutilación genital femenina.

7.3.Reconocimiento de las principales consecuencias de la violencia de género.

7.4.Resumen.

7.5.Actividad.

8.Conclusiones.

9.Cuestionario Final.

10.Glosario de términos

11.Bibliografía

Introducción a la unidad formativa.

La Unidad Formativa (UF) 2683: Aplicación de los conceptos básicos de la teoría de género y del lenguaje no sexista es transversal a todo el Certificado de Profesionalidad (CP) SSCE0212.

Esta unidad formativa tiene una duración de 60 horas y se irá abordando durante toda la formación.

Aquí se mostrará una visión amplia y se dará la información y fuentes necesarias para consultar y asentar una base sobre la que se irá desarrollando toda la formación.

Se ha de tener en cuenta que el espacio de los estudios de género, estudios de las mujeres, estudios feministas son un campo en auge. Esto implica que hay cada vez más información sobre la temática. Es un área en constante transformación en la que se produce mucha investigación crítica, lo que demanda de una permanente renovación y revisión de materiales.

Por este motivo, en esta UF se sentarán las bases de la teoría y se prestará especial atención a los lugares de búsqueda y consulta de información para que puedan realizar una actualización constante.

También se proporcionarán las herramientas para el desarrollo de una actitud crítica desde una visión cotidiana. Se conectará lo teórico con lo práctico, mostrando la importancia del análisis de la realidad desde la perspectiva de género y del uso y promoción de las imágenes y lenguaje no sexista.

Análisis de la información desde la perspectiva de género.

El analizar la información desde la perspectiva de género implica posicionarse ante los datos teniendo en cuenta el género. Se ha de ser consciente de la necesidad de aplicar esta perspectiva de género al mirar la realidad y, por tanto, a la hora de realizar la recogida y el análisis de la información.

Para comprender qué aporta esta perspectiva y la necesidad de la misma, ha de reconocerse qué es el género y también cuándo, cómo y para qué se desarrolla esta perspectiva.

El concepto de género aparece entre los años cincuenta y sesenta de la mano de John Money, un médico psiquiatra especializado en sexología que empezó a diferenciar entre la parte social, a la que Money nombró como rol de género, y la parte biológica que serían los caracteres sexuales (secundarios, primarios), hormonas y sexo genético. En sus primeros estudios acerca del hermafroditismo llegó a la conclusión de que no existía una dicotomía absoluta macho-hembra. Así Money empezó a hablar del rol de género o identidad de género, como conductas, no siendo diferenciado como hoy en día.1

“Como categoría de análisis, el concepto “género” es utilizado en las ciencias sociales desde que el antropólogo John Money propusiera, en 1955, el término “rol de género” (gender role) para describir los comportamientos asignados socialmente a los hombres y a las mujeres. En 1968, en sus estudios sobre los trastornos de la identidad sexual, el psicólogo Robert Stoller definió la “identidad de género” (gender identity) y concluyó que ésta no es determinada por el sexo biológico, sino por el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cierto género.” (Murgialday, Clara. Diccionario de Acción Humanitaria de Hegoa)2

John Money fue muy polémico debido a sus prácticas, ya que ante personas intersexuales (sin expresión externa específica de su sexo) les realizó operaciones de sus genitales externos para definirlos como mujeres o varones. Las consecuencias de estas operaciones en la edad adulta de sus pacientes presentaron problemáticas. El caso de uno de sus pacientes tuvo mucha repercusión mediática años después por las consecuencias que tuvieron estas intervenciones en su vida.

Actividad: busca en internet el caso de David Reimer para ver qué es lo que es lo que pensaba Money sobre los roles sociales, y las consecuencias que tuvo en la vida de personas concretas como David Reimer.

Actividad: busca en internet el caso de David Reimer para ver qué es lo que es lo que pensaba Money sobre los roles sociales, y las consecuencias que tuvo en la vida de personas concretas como David Reimer.

Antes de esta primera definición de Money, el concepto de género fue ya perfilado por autoras como Simone de Beauvoir. Ella no usó la palabra género ni lo desarrolló como categoría de análisis, aun así, ya en 1949 en su famosa obra El Segundo Sexo. En esta publicación puso de manifiesto que “no se nace mujer, sino que se llega a serlo”. Con dicha afirmación se focalizaba en el carácter construido de ser mujer. Esta autora ponía el énfasis en la importancia del aprendizaje, de la construcción social de lo suponía ser mujer y ser hombre. Desde esta idea enfoca la perspectiva de género.

Desde el feminismo activista y desde la academia, a partir de los años sesenta del siglo XX se desarrolló mucho el concepto de género en los estudios de las mujeres, los estudios de género y los estudios feministas.

Esta categoría era necesaria para poder entender cómo se había construido la realidad de las mujeres y los varones en las sociedades. También aportaba la posibilidad de llevar a cabo acciones para modificar aquello que limitaba la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades de las mujeres con respecto a los varones. Además de eliminar las exclusiones y las violencias a que se veían expuestas las mujeres.

La perspectiva de género conlleva mirar la epistemología en el momento de enfrentarnos a investigaciones, recogida y análisis de información.

“La epistemología es una teoría del conocimiento que considera lo que se puede conocer y cómo, o a través de qué pruebas las creencias son legitimadas como conocimiento verdadero.

La epistemología feminista3estudia lo anterior, abordando la manera en que el género influye en las concepciones del conocimiento, en la persona que conoce y en las prácticas de investigar, preguntar y justificar.” (Blazquez, Flores y Rios 2012, 22)

Esta cita hace referencia a que, de manera general, se aprende a mirar, interpretar e investigar desde una perspectiva que se supone “objetiva” y “neutra”, pero que en realidad ha sido una mirada construida por varones, una mirada masculina que ha dado valor y tenido en cuenta sólo ciertas vivencias, informaciones, percepciones, etc. Desde ahí se ha desarrollado la ciencia.

“La rigidez de la visión centrada sólo en el hombre ha producido sesgos en el momento de diagnóstico, tanto por considerar que enferman igual hombres y mujeres (cuando hay diferencias) como por considerar inversamente que, como son diferentes no pueden tener problemas similares.” (Valls-Llobet 2009, 43- 44)4

Cuando aparece la perspectiva de género se pone en evidencia que las diferencias sociales que se han construido en base a los sexos determinan los comportamientos y las realidades sociales. Empieza a ser visible cómo se generan las discriminaciones, las exclusiones y las violaciones de derechos.

Para entender lo que supone el análisis de información desde la perspectiva de género hacemos referencia al artículo de Pilar Pérez-Fuentes (2000) El trabajo de las mujeres: una mirada desde la historia.

“Tomemos como ejemplo algunos municipios vascos cuyo perfil económico y social era muy semejantes en el siglo XIX. […] los padrones de la población de Morga (1889), Mendata (1877), Arteaga (1897) y Yurre (1887) […] En los dos primeros municipios las tasas de actividad de las [mujeres] comprendidas entre los 15-59 años no alcanzaba el 5% mientras que en los segundos era del 60% y 89% respectivamente, es decir la mayoría [de las mujeres] constaba [en el padrón] como sus labores o su sexo. ¿Cómo interpretar tan enormes diferencias respecto a las ocupaciones de las mujeres en poblaciones tan parecidas? Lo que ocurría era que el resultado del recuento de mujeres activas, con ocupación reconocida, dependía de que las esposas de los labradores estuviesen consideradas o no como labradoras […]” (Pérez-Fuentes 2000, 200-201)

Reflexión: mirar la información desde la perspectiva de género implica preguntarse cosas como ¿qué hace que las mujeres se registren o no como labradoras?, ¿cómo se recogen los datos del padrón?, ¿qué define a las personas como trabajadoras?, si las mujeres son las que se ocupan de sus labores y además van al campo, ¿cómo se registran en el padrón de habitantes?, ¿qué hace que se registren de una gorma u otra?

Reflexión: mirar la información desde la perspectiva de género implica preguntarse cosas como ¿qué hace que las mujeres se registren o no como labradoras?, ¿cómo se recogen los datos del padrón?, ¿qué define a las personas como trabajadoras?, si las mujeres son las que se ocupan de sus labores y además van al campo, ¿cómo se registran en el padrón de habitantes?, ¿qué hace que se registren de una gorma u otra?

Todas estas preguntas ayudan a comprender la interrelación que se produce en lo que supone ser mujer y ser hombre, cómo se construye la realidad y qué consecuencias tiene esto en las vidas de las personas. Cómo se crean las preguntas para la recogida de la información, qué información es relevante y cuál no, hacia dónde mirar para comprender la información que tenemos.

“La perspectiva de género permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. Esta perspectiva de género analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los hombres; el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que deben enfrentar a las maneras en que lo hacen. Contabilizar los recursos y la capacidad de acción con que cuentan mujeres y hombres para enfrentar las dificultades de la vida y la realización de los propósitos, es uno de los objetivos de este examen.” (Lagarde 1996, 13).

La perspectiva de género implica mirar a la sociedad teniendo en cuenta cómo se han construido las diferencias entre género. Esto no es sólo fijarse en las mujeres, sino en todas las personas que componen la sociedad. Y cómo todas esas personas han sido construidas en base a dos categorías (mujeres/hombres). En función de esa división se ha generado una base desigual que sustenta estructuras sociales, culturales, económicas y políticas en las que la distribución de poder, de oportunidades y de posibilidades es generadora de discriminaciones.

2.1. Caracterización del sistema patriarcal y distribución de poder.

En la década de los años sesenta el término patriarcado hizo su aparición con fuerza. Varias autoras feministas lo usaron para poder analizar, reflexionar y tener una mirada crítica sobre las sociedades en que vivían. Autoras como Kate Millet (1975), Sulamith Firestone (1976) Heidi Hartmann (1980) lo llevaron a sus trabajos.

Kate Millet en su libro explica desarrolla la idea de que el patriarcado es el sistema de dominación básico sobre el que se edifican otros sistemas de dominación (de raza, de clase). El patriarcado es definido como política sexual, entendiendo por política “el conjunto de estratagemas destinadas a mantener un sistema.” (Millet (1975) 1997, 67).

“el patriarcado es un orden social genérico de poder, basado en un modo de dominación cuyo paradigma es el hombre. Este orden asegura la supremacía de los hombres y de lo masculino sobre la inferiorización previa de las mujeres y lo femenino. Es así mismo un orden de dominio de unos hombres sobre otros y de enajenación de las mujeres.” (Lagarde 1996, 52)

El sistema patriarcal se constituye sobre unas reglas y principios, unos explícitos y otros implícitos, que se establecen como base de una sociedad que dota de mayores privilegios a los hombres y a lo masculino.

Privilegio: ventajas que una persona experimenta en función de su pertenencia a un determinado grupo. Dichas ventajas son adquiridas sin esfuerzo, no son el resultado de talentos particulares y no son comunes ni universales, es decir, pueden variar geográfica y culturalmente.

Privilegio: ventajas que una persona experimenta en función de su pertenencia a un determinado grupo. Dichas ventajas son adquiridas sin esfuerzo, no son el resultado de talentos particulares y no son comunes ni universales, es decir, pueden variar geográfica y culturalmente.

La sociedad patriarcal dota de mayor poder a los varones y a lo masculino, esto tiene su manifestación cotidiana en situaciones como:

Cuando un

hombre habla en un grupo de mujeres y hombres

, lo que diga él tendrá más peso que lo que diga una de sus compañeras.

En un trabajo publicado en 2014 en el Journal of Language and Social Phycology5, se mostraba que es más probable que hombres y mujeres interrumpan cuando habla una mujer. Se le da más importancia y peso a la palabra de los hombres.

Encontramos estos casos cada día, aunque algunos tienen su repercusión en prensa. Por ejemplo, cuando al presidente de Google, Eric Schmidt, se le llamó la atención por interrumpir constantemente a la directora de tecnología del gobierno estadounidense, Megan Smith durante una charla6.

De aquí que se empiecen a acular términos como “manterruption” y “mansplaining”.

El

trabajo doméstico

, mayoritariamente realizado por las mujeres no se reconoce ni se le dota de valor económico. Las trabajadoras de hogar se rigen por una regulación laboral que no les reconoce apenas derechos.

El Real Decreto 1620/2011, de 14 noviembre, en vigor desde el 1 de enero de 2012, regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar.

Actividad: ¿qué derechos se amplían con este Real Decreto? ¿Qué es todavía insuficiente y se reclama desde los colectivos de trabajadoras del hogar?

*Busca en Facebook: @igualdadlaboral2016, Trabajadoras de Hogar y de los Cuidados en España y revisa cuáles son sus reclamaciones.

Actividad: ¿qué derechos se amplían con este Real Decreto? ¿Qué es todavía insuficiente y se reclama desde los colectivos de trabajadoras del hogar?

*Busca en Facebook: @igualdadlaboral2016, Trabajadoras de Hogar y de los Cuidados en España y revisa cuáles son sus reclamaciones.

Los

puestos de dirección y de toma de decisiones

son mayoritariamente ocupados por los hombres.

En el Informe Mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): La mujer en la gestión empresarial (2015), se recoge que “durante dos decenios o más, las mujeres han pasado en grandes proporciones a ocupar funciones profesionales, técnicas y de gestión en la mayoría de las regiones. No obstante, siguen representando solo un pequeño porcentaje en los puestos de directivos máximos como el de directora general o presidenta de empresa” (OIT 2015, 31)

Directoras generales en las empresas cotizadas en bolsa7:

Fuente: Informe Mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), La mujer en la gestión empresarial: cobrando impulso (2015).

Leyes como la de

dependencia

en España, apenas se dota de recursos económicos, por lo que las mujeres son las más afectadas y empobrecidas. Ya que ellas son las que mayoritariamente se ocupan de los cuidados.

En el artículo Las que ayudan a vivir (2015), de Mar Gallego, se pone en evidencia esa conexión entre la dependencia y el coste que supone para las mujeres el que no se dote de recursos económicos dicha Ley8.

“Según una investigación realizada por el INSERSO, más del 83% de personas cuidadoras en el entorno familiar son mujeres. Esta cifra que se encuadra dentro de un panorama nacional en el que, del total de tareas de cuidados que precisa una persona en situación de dependencia, el 71,9% de las mismas son asumidos por familiares y personas allegadas. Su labor se sigue considerando un asunto privado.” (Gallego 2015).

Por lo tanto, como pone de relevancia Rosa Cobo, “el concepto de patriarcado tiene capacidad explicativa a efectos de entender la global desventaja social de las mujeres, siempre y cuando no se esencialice esa noción. Para ello es necesario historizar cada sociedad patriarcal y al mismo tiempo las luchas de las mujeres y del movimiento feminista” (Cobo 2008, 111)

Como bien señala esta cita, aunque se hable de sistema patriarcal, ha de contextualizarse cada sociedad y cómo el sistema patriarcal se instaura y actúa en la misma. La forma en que se distribuye el poder y cómo el sistema patriarcal estructura esa distribución es una de las claves para mirar la sociedad desde la perspectiva de género.

Es necesaria una toma de conciencia por parte de los varones sobre los privilegios de que disfrutan por el mero hecho de serlo. Así como también en el caso de las mujeres blancas heterosexuales, que disfrutan de más privilegios que mujeres lesbianas, o mujeres negras. Esto se debe a una sociedad patriarcal, heteronormativa y racista. Análisis que desarrollaremos más adelante cuando se aborde la interseccionalidad.

De manera, que el reconocer los privilegios es un paso complicado. Los privilegios están conectados con el poder y las oportunidades. El perder privilegios implica una pérdida de poder y oportunidades.

Género

Categoría que posibilita relacionar cómo se han creado lo que es ser mujer, ser hombre y las implicaciones que esto tiene a nivel individual y colectivo.

Categoría que se desarrolla de manera amplia a partir de los años 60 del siglo XX.

Patriarcado

Concepto que visibiliza que el poder social, económico y político está mayormente en mano de los varones. Aquello identificado como masculino se dota de mayor valor que lo que se identifica como femenino.

El análisis del mismo se produce también de manera amplia a partir de los años 60 del siglo XX.

2.2. Aplicación de género como categoría de análisis o la perspectiva de género.

La aparición del género como categoría de análisis fue muy relevante en el campo de los estudios de las mujeres (Women’s studies). Depende del periodo histórico, del país y de qué tipo de investigación se realice, encontramos también los estudios de género y los estudios feministas.

En los años sesenta y setenta se empiezan a desarrollar a nivel académico los Estudios de la Mujer o Women´s studies. Las mujeres no estaban representadas en las estructuras académicas tradicionales. Había un clima de lucha por los derechos de las mujeres, en un omento de necesidad de comprensión de las diferencias entre los sexos, su origen y sus consecuencias para las mujeres (ver Bellucci 1993).

La historiadora Johan Scott, en 1989 em su artículo Género, una categoría útil para el análisis histórico pone de relevancia las aportaciones de dicha categoría. En su artículo define género como:

“[…] “género” como forma de referirse a la organización social de las relaciones entre los sexos.” (Scott [1989] 1996, 266).

Esta autora apuesta por el desarrollo del término género y lo divide en dos partes:

Género como un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos

. En esta parte la autora identifica elementos interrelacionados:

Símbolos y mitos culturalmente disponibles que evocan las relaciones contrarias de los sexos.

Los conceptos normativos que manifiestas las interpretaciones de los significados de los símbolos

Las instituciones y organizaciones que consagran la repartición binaria de los sexos (parentesco, familia, trabajo, educación, etc.)

La identidad subjetiva.

Género como una forma primaria de las relaciones significantes de poder.

La legitimación de poder que tiene lugar se hace por diferentes caminos:

La jerarquización

La construcción binaria de relaciones

Mujer y hombre definidos uno en función del otro

Constitución de los procesos políticos en los cuales se pone en juego una lucha de poder. (Scott [1989] 1996, 290-300)

En este completo análisis que ofrece Johan Scott expone la riqueza de dicha categoría y lo que ofrece a la hora de analizar la realidad. La perspectiva de género aporta una nueva visión. Teniendo en cuenta las nuevas puertas que abre el género en la investigación, esta categoría es muy bien acogida en el ámbito académico. Esta misma autora relacionó este acogimiento con dos motivos, que actualmente todavía están presentes.

La seriedad que reporta el género a la obra académica. Esto es debido a que el término “género” suena más neutral y objetivo que el de “mujeres”.

Al no nombrarse a “las mujeres” parece que no denota ninguna desigualdad o poder, no señala a la parte oprimida y, por tanto, no plantea amenaza. (Scott, 269)

El término género es más fácil de institucionalizar, se podría decir que tiene mejor prensa. Además, como ya se señaló con anterioridad esta categoría es inclusiva e interrelacional, no sólo arroja luz sobre las mujeres, sino sobre cómo una sociedad y las personas que la conforman se construyen en base a una dicotomía estructurada a partir de ciertas diferencias biológicas.

Funcionamiento del sistema sexo-género.

El concepto teórico sistema sexo-género se desarrolla en el contexto del feminismo anglosajón de los años setenta.

Fue la antropóloga americana Gayle S. Rubín la que, en 1975, en su artículo Tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo, define por primera vez el sistema sexo-género como,

“el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y el cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas” (Rubín [1975] 1986, 97).

Este modelo muestra cómo las diferencias biológicas con el paso del tiempo se han convertido en diferencias sociales. Estas diferencias conducen a relaciones de poder que sitúan a las mujeres en posición de desventaja con respecto a los hombres. Las consecuencias de dicho sistema se dan a muchos niveles, y conlleva discriminaciones, exclusiones, violencias y vulneración de derechos.

En base a los cuerpos sexuados se han conectado una serie de características, modos de ser, de pensar, de vestir, etc., que dividen dicotómicamente a la población.

El conocer cómo funciona este sistema, la relación que se establece entre el sexo, la parte que denominamos como biológica, y el sexo, la construcción social de lo que es ser mujer y ser hombre, muestra las posibilidades de ruptura y de cambio hacia una sociedad más equilibrada.

El funcionamiento de este sistema supone que por el hecho de nacer con unas características biológicas te corresponderá desarrollar ciertos comportamientos, formas de vestir, de actuar, de moverte, etc., determinadas. Eso hará que seas mujer u hombre.

En caso de que tus características sexuales estén poco definidas, habrás de situarte en un lado u otro (varón o hembra), para poder desarrollar aquel género que se corresponda con tu biología.

Reflexión: ¿te acuerdas de John Money? ¿Piensas que hay personas que se las opera hoy día para que estén en uno u otro lado? Aunque no se operen, ¿piensas que la sociedad nos obliga a definirnos como hombres o mujeres?, ¿se acepta la ambigüedad?

*Puedes ver la película documental Orchichs: mi aventura intersexual, de Phoebe Hann (2010). Aquí tienes su tráiler oficial: https://www.youtube.com/watch?v=t3QOTMCVREE

Reflexión: ¿te acuerdas de John Money? ¿Piensas que hay personas que se las opera hoy día para que estén en uno u otro lado? Aunque no se operen, ¿piensas que la sociedad nos obliga a definirnos como hombres o mujeres?, ¿se acepta la ambigüedad?

*Puedes ver la película documental Orchichs: mi aventura intersexual, de Phoebe Hann (2010). Aquí tienes su tráiler oficial: https://www.youtube.com/watch?v=t3QOTMCVREE

Este sistema muestra las limitaciones que se imponen a los seres humanos. Y la conceptualización tan limitada que se hace de nuestra diversidad, tanto biológica como social.

El cartel de esta conferencia es muy simbólico de los cambios que estamos viviendo

Sexo

Hace referencia a las diferencias biológicas existentes entre los varones y las hembras. Genitales externos, órganos sexuales internos, hormonas, cromosomas. Estas características sexuales también se han dicotomizado en dos extremos, pero hay un amplio espectro biológico9.

Género

Hace referencia a las diferencias construidas entre lo que hemos denominado como mujeres y hombres. Estas se han construido en base a las diferencias sexuales (varón/hembra).

Definición de roles y estereotipos de género.

Para el análisis de la información desde la perspectiva de género se han de conocer también los conceptos de roles y estereotipos de género.

Los seres humanos, como seres sociales, aprenden pautas de conducta, moldean sus comportamientos, adquieren y hacen suyos valores y creencias concretas. El nacer varón o mujer en esta sociedad conlleva vivenciar procesos de socialización diferenciados.

Según la Real Academia de la Lengua Española, RAE (2017), un rol es un papel, o una función que algo o alguien desempeña. Es decir, rol de género es un papel que se desempeña según seas mujer o varón.

Se generado una conexión de los roles de las mujeres con el espacio privado y los de los hombres con el espacio público. Las mujeres desempeñan más roles como el de cuidadoras que están más relacionados con la esfera reproductiva. Mientras que los hombres desempañan más roles en el espacio público, más conectado con la esfera productiva, como el rol de líder.

En el caso de los estereotipos, la RAE (2017) lo define como “aquella imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”. Es decir, que los estereotipos de género son ideas preconcebidas que son asimiladas por la mayoría de la sociedad y que determinan nuestras conductas, actitudes y comportamientos que hemos de tener en función de si se es mujer u hombre.

En relación a la definición que nos proporciona la RAE sobre los estereotipos, hemos de señalar que estos no son inmutables. Ya que son ideas preconcebidas, creadas socialmente por lo que existe la posibilidad de modificarlos.

Estereotipos sobre las mujeres

Estereotipos sobre los hombres

Ternura

Violencia

Debilidad

Fuerza

Subordinación

Líderes

Superficiales

Inteligentes

Pasivas

Aventureros

Dependientes

Independientes

Histéricas

Centrados

Emocionales

Racionales

Detección, valoración y denuncia de estereotipos sexistas.

Los estereotipos sexistas presuponen un mundo dividido en dos categorías construidas en función del sexo: mujeres/hombres. Sobre esas dos categorías se construyen formas de ser y estar en el mundo rígidas. Se naturalizan dos únicas identidades con unas características muy definidas y enfrentadas.

Estos estereotipos están tan arraigados y presentes en la vida cotidiana que muchos de ellos pasan desapercibidos. Se han naturalizado como una esencia, algo inherente al ser mujer o ser hombre. Pero, como hemos visto los estereotipos se pueden modificar, hay posibilidad de cambio.

¿Cómo detectar los estereotipos?

Según el Observatorio de la Imagen del Instituto de la Mujer (OIM) del Gobiernode España, para determinar si un contenido es sexista o discriminatorio, se analiza la presencia de alguno de los siguientes factores:

Frivolizar o justificar, de cualquier manera, comportamientos o actitudes que impliquen alguna forma de violencia contra las mujeres.

Situar a las mujeres en posiciones de subordinación o inferioridad, con menores capacidades o no aptas para asumir responsabilidades.

Menospreciar o ridiculizar las actividades o valores atribuidos a las mujeres, o contraponer la superioridad de los masculinos o femeninos.

Ridiculizar, infravalorar o presentar de forma vejatoria a las mujeres en cualquier clase de actividad profesional.

Utilizar a la mujer y su cuerpo reducido exclusivamente a un mero objeto sexual, pasivo y al servicio de la sexualidad y los deseos del hombre.

Exhibir imágenes del cuerpo femenino o partes del mismo, como un recurso para captar la atención o como un adorno o reclamo, ajeno al contenido del anuncio y lo anunciado.

Fomentar un modelo de belleza femenino basado en la juventud, delgadez o perfección corporal, de acuerdo a cánones poco reales, y que puedan proponer comportamientos lesivos para la salud de las mujeres o asociarse a su éxito personal y social.

Asignar a las mujeres, de manera clara y diferenciada, la responsabilidad exclusiva o principal de cuidados a terceros y al ámbito doméstico, excluyendo o asignando un plano secundario a los hombres en dicha responsabilidad.

Atribuir capacidades según el sexo para el ejercicio de diferentes profesiones o categorías profesionales, de forma que se sugiera la falta de aptitud de las mujeres o los hombres para el ejercicio de alguna de ellas.

Establecer diferencias con respecto a las distintas opciones o actividades sociales que son adecuadas para hombres o para mujeres. Con especial atención a la infancia y la publicidad de juguetes.

Recurrir a un lenguaje que de forma clara invisibiliza o excluye a las mujeres, como por ejemplo cuando hay contradicción entre la imagen y el texto en el género aludido.

Actividad: presta atención a lo largo de un día a la publicidad que ves por la calle, en internet o en la televisión, y analiza la presencia de los factores que se identifican desde el Observatorio.

Actividad: presta atención a lo largo de un día a la publicidad que ves por la calle, en internet o en la televisión, y analiza la presencia de los factores que se identifican desde el Observatorio.

Valoración y denuncia de estereotipos sexistas

Las pautas que proporcionan Observatorio permiten detectar cuando estamos ante estereotipos sexistas. Este observatorio se encarga de hacer valoraciones específicas de denuncias o de contenidos sexistas detectados, para contribuir a la supresión de la imagen estereotipada de mujeres y hombres.

El OIM realiza “un seguimiento de contenidos en los medios de comunicación y la publicidad, bien directamente a través de quejas ciudadanas recibidas, para detectar aquellos que incluyan un tratamiento sexista o discriminatorio hacia las mujeres y, en los casos en que pueda estar incumpliéndose la legislación vigente, dirige un escrito a las empresas anunciantes o medios de comunicación emisores solicitando el cese o la rectificación de los mismos y/o trasladando recomendaciones para la supresión de estereotipos denigrantes o discriminatorios en sus futuras estrategias de comunicación.”

Entre las funciones de este Observatorio está la “recogida de quejas ciudadanas y seguimiento de oficio de los contenidos considerados sexistas”. De forma que, cuando se detecte un contenido sexista se pondrá en conocimiento del OIM bien a través de su correo electrónico: [email protected], o su dirección postal: C/ Condesa de Venadito, 34. 28027 Madrid.

Cuando se recibe la información el Observatorio se pone en contacto con la persona agradeciendo su contribución y confirmando que se procede al análisis de la información enviada.

Esto es posible gracias a unas bases jurídicas que se han ido estableciendo con el paso de los años para acabar con estos estereotipos sexistas.

Ley 34/88, de 11 de noviembre, General de Publicidad.

Artículo 3º. Declara ilícita la publicidad que “presente a las mujeres de forma vejatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados que vulneren los fundamentos de nuestro ordenamiento coadyuvando a generar la violencia a que se refiere la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.”

Artículo 6º.  Legitima, entre otras entidades, al Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades y a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género para actuar frente a la publicidad ilícita por sexista.

Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.

Artículo 41º. Considera ilícita la publicidad que comporte conducta discriminatoria de acuerdo con esta ley.

Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual.

Artículo 4.2. Establece que “la comunicación audiovisual nunca podrá incitar al odio o a la discriminación por razón de género o cualquier circunstancia personal o social y debe ser respetuosa con la dignidad humana y los valores constitucionales, con especial atención a la erradicación de conductas favorecedoras de situaciones de desigualdad de las mujeres “.

Artículo 18.1. Establece que “está prohibida toda comunicación comercial que vulnere la dignidad humana o fomente la discriminación por razón de sexo, raza u origen étnico, nacionalidad, religión o creencia, discapacidad, edad u orientación sexual. Igualmente está prohibida toda publicidad que utilice la imagen de la mujer con carácter vejatorio o discriminatorio”.

2.3. Mecanismos de detección de la igualdad formal frente a la igualdad real de mujeres y hombres.

Como resultado de las demandas sociales en cuestiones de género, principalmente promovidas por los movimientos feministas, encontramos en España un importante marco legislativo. La promoción de la igualdad entre mujeres y hombres tiene una Ley propia.

La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres es uno de los hitos legislativo que sostienen las afirmaciones sobre la consecución de la igualdad formal.

Es decir, formalmente, a nivel legislativo, normativo y protocolario encontramos leyes y documentos ratificados a nivel internacional y nacional en contra de la desigualdad entre mujeres y hombres.

Por el contrario, en el espacio cotidiano esa desigualdad se hace manifiesta en las cifras de desempleo, en las cifras de violencia de género, en las encuestas del uso del tiempo, etc.

Hay una brecha entre, por un lado, lo que la legislación y los discursos políticos y sociales afirman “mujeres y hombres tenemos los mismos derechos, oportunidades y posibilidades”, y por otro, las realidades vividas por muchas mujeres que se ponen de manifiesto:

En la Encuesta de Empleo del Tiempo del INE encontramos que entre los años 2009-2010, las mujeres empleaban una media diaria de 4:04 a actividades relacionadas con el hogar y la familia. Por su lado, los varones empleaban 1:50 h.

En la Encuesta de Empleo del Tiempo del INE encontramos que entre los años 2009-2010, las mujeres empleaban una media diaria de 4:04 a actividades relacionadas con el hogar y la familia. Por su lado, los varones empleaban 1:50 h.