Bajo las alas del Cóndor - José Luis Méndez Méndez - E-Book

Bajo las alas del Cóndor E-Book

José Luis Méndez Méndez

0,0

Beschreibung

Varios libros se han escrito sobre la Operación Cóndor, siniestra historia de las dictaduras militares en el Cono Sur; pero faltaba desentrañar la participación de los terroristas de origen cubano en esta. El autor la revela a través de una impecable investigación con documentos irrefutables. El libro cuenta con prólogo de la reconocida periodista argentina Stella Calloni.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 284

Veröffentlichungsjahr: 2024

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Página legal

Edición: Iraida Aguirrechu

Diseño de cubierta y pliego gráfico: Francisco Masvidal

Corrección: Olga María López

Realización computarizada: JCV

© José Luis Méndez Méndez, 2024
© Sobre la presente edición: Editorial Capitán San Luis, 2024

ISBN: 9789592116610

Editorial Capitán San Luis.

Calle 38 No. 4717 entre 40 y 47, Reparto Kholy, Playa.

La Habana, Cuba.

[email protected]

www.capitansanluis.cu

Sin la autorización previa de esta editorial, queda terminantemente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, incluido el diseño de cubierta, o su transmisión de cualquier forma o por cualquier medio.

Índice
Página legal
Prólogo
Introducción
La guerra por los caminos del mundo
Los primeros acercamientos
La Operación Cóndor1
El Cóndor vuela a Europa
Volar la embajada de Cuba en París
Michael Townley: ¿Agente de la CIA, de la DINA, o de ambas?
Maten al demócrata cristiano
Eliminar a Carlos Altamirano
Desaparece Orlando Bosch
Bienvenidos a Santiago
Operación en San José
Deportar a Rolando Otero
Nos vemos en Bonao
La Operación CORU
Las operaciones Cóndor y CORU se unen
Maten al Embajador de Cuba
Secuestro, tortura, desaparición y muerte, un estilo de la CORU
Terror en la Avenida de las embajadas
Sospechosos: terroristas de la CORU
El proyecto Andrea
Perú se incorpora a Cóndor
El Cóndor sigue volando
Los documentos del FBI
Epílogo
Anexo 1
Anexo 2
Anexo 3
Anexo 4
Anexo 5
Bibliografía
Índice de organizaciones
Índice onomástico
Datos del autor

A todas las víctimas de las operaciones Cóndor y CORU, a los desaparecidos, a sus familiares, a todos los luchadores contra el fascismo.

Eterna gratitud para quienes me inspiraron, alentaron para alcanzar 

el fin; para quienes contribuyeron con informaciones, 

ideas y sugerencias a dar contenido y forma a este esfuerzo.

Prólogo

El 22 de diciembre de 1992, un pequeño grupo de familiares de desaparecidos y víctimas de la dictadura de Alfredo Stroessner —que perduró 35 años en Paraguay— encabezados por Martín Almada, pedagogo y abogado, y el joven juez Agustín Fernández, llegó sorpresivamente ante una sede policial del barrio de Lambaré en Asunción, la capital paraguaya, y en nombre de la justicia ingresaron al lugar.

Adentro encontraron varias toneladas de papeles. Eran los archivos de la dictadura, la historia del horror escrita día a día por los victimarios.

El hecho intentó ser ignorado por la gran prensa del mundo pero el extraordinario descubrimiento no pudo ser finalmente ocultado. Almada, víctima de la dictadura strossnista, había logrado testimonios y evidencias suficientes para seguir las pistas que llevaron hacia esa sede policial en Lambaré.

Además de la saga de informes, de los partes de la trágica rutina de la represión, de los testimonios de espionajes y transcripciones de los interrogatorios bajo torturas, en esos archivos se encontraronvarios documentos que permitieron comenzar a reconstruir la historia secreta de una criminal acción de contrainsurgencia, que bajo el nombre de Operación Cóndor, dejó centenares de víctimas en la región.

Fue una de las diversas operaciones que se realizaron en el marco de la siembra de dictaduras militares en el Cono Sur en los años setenta, como consecuencia de la aplicación de la Teoría de SeguridadNacional de Estados Unidos. Los pueblos quedaron atrapados bajo la imposición de los terrorismos de Estado que, supuestamente para combatir el “peligro del comunismo”, produjo un genocidio regional.

Varios libros se han escrito sobre la Operación Cóndor, que fue una verdadera coordinación criminal entre las dictaduras del Cono Sur, una alianza o “asociación ilícita” para espiar, vigilar, secuestrar personas, intercambiarlas ilegalmente entre un país y otro y para asesinar, desconociendo fronteras, soberanías y derechos.

Pero faltaba escribir la historia de los antecedentes y de la participación de los terroristas “protegidos”, esos verdaderos ejércitos en sombras, que antes de “oficializarse” la Operación Cóndor ya se trasladaban por diversos países para cometer atentados y asesinatos.

Los gobiernos militares y sus servicios de inteligencia contaron con el “trabajo de guerra sucia” sistemático de esos grupos parapoliciales, paramilitares, mafias y asesinos a sueldo, que actuaban al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos o de organizaciones derechistas del mundo.

Entre estos sobresalían por la impunidad de su actuación protegida por la CIA, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, siglas en inglés) y otras instituciones, los terroristas anticubanos que anidan en Miami y que realizaron infinidad de acciones criminales, como gendarmes de esas mismas agencias en todo el mundo.

Por esa razón el libroBajo las alas del Cóndor,de José Luis MéndezMéndez, vino a cubrir un importante espacio vacío en el conocimiento del accionar de esos grupos que fue clave en el ajedrez de la muerte de Cóndor, la operación contrainsurgente más simbólica del terrorismo de la “seguridad nacional”.

El libro revela datos desconocidos, secretos ocultados cuidadosamente, conspiraciones asombrosas tejidas en las oficinas ovales de Washington, donde se traman desde invasiones, guerras sucias, asesinatos individuales y masivos, destrucción de países, guerras ilimitadas. Y es esencial conocer la capacidad criminal de los mercenarios de la muerte, en momentos en que todo el mundo es la frontera de seguridad del mayor imperio que conoció la humanidad.

En ese entramado, el autor traza una línea imprescindible para conocer los caminos de la tragedia latinoamericana y la saga criminal de estas organizaciones terroristas que continúan actuando de la misma manera, como se reveló en el intento de asesinar en Panamá durante la Cumbre Iberoamericana del año 2000, al presidente de Cuba Fidel Castro.

Las andanzas criminales de los terroristas anticubanos como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Virgilio Paz, Dionisio Suárez, los hermanos Novo Sampoll, Pablo Gustavo Castillo Díaz, Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, Orestes Ruiz Hernández, y tantos otros, mostradas a través de una impecable investigación y documentos irrefutables no hacen sino mostrar descarnadamente la doble moral de Estados Unidos.

Los vínculos de esas organizaciones con la CIA o el FBI, y otras agencias similares, para las que trabajaron y trabajan, son también la evidencia de los vínculos de las mismas con el poder político, que les asegura impunidad eterna y buenos negocios. Demuestra Méndez Méndez que el FBI tiene registrado cada paso dado por los terroristas, cada asesinato, atentado o acción desestabilizadora.

Mesurado en el lenguaje y en la exposición, el autor logra un documento preciso y acucioso, que convierte en una narración formidable.

En importantes entrevistas realizadas por el autor, como las que mantuvo con el general (r) Manuel Contreras, quien fue jefe de la policía política del dictador Augusto Pinochet, en Chile —país sede de Cóndor en los años del horror—, en investigaciones y cruzamientos de informes; se labra, con tejido muy fino, una historia clave para entender lo que sucedió y lo que aún sucede.

También existe una cuidadosa cronología de los actos terroristas ejecutados por estos grupos entre 1975 y 1976 y anexos que permiten indagar en documentos hasta hoy desconocidos.

Sin duda,Bajo las alas del Cóndorserá un instrumento clave para llegar a los recovecos más profundos en ese rompecabezas de la muerte; especialmente para los sobrevivientes y familiares de las víctimas que buscan verdad y justicia en una serie de juicios contra la Operación Cóndor, sus responsables ideológicos, intelectuales y ejecutores. Dilucidar los entramados del horror, es dar otro paso para derrotar laimpunidad que prevalece y amenaza a la humanidad.

Stella Calloni,19 de abril de 2006

Introducción

“[...] la muerte de estas personas siempre me alegra [...]”

Guillermo Novo Sampoll1

El 11 de septiembre de 1973 el golpe militar llevó al fascismo al poder en Chile, sus sombras se esparcieron por todo el Cono Sur de América Latina, y durante años llevaron el luto y el dolor a cientos de miles de familias latinoamericanas.

Dictaduras militares en esa región, antes y después de esa fecha, sometieron a sus pueblos y en alianza persiguieron, encarcelaron, torturaron, asesinaron y desaparecieron a sus ciudadanos; a estos crímenes se sumaron decenas de terroristas anticubanos que basifi-cados en Estados Unidos se unieron a los fascistas para actuar.

A cambio, los contrarrevolucionarios recabaron de esos gobiernos el apoyo político, diplomático y logístico para operar contra Cuba y atemorizar a países que rechazaron el aislamiento, el bloqueo impuesto y mantuvieron relaciones con el gobierno cubano. En esos países se colocaron bombas y se amenazó a sus representaciones comerciales, diplomáticas, turísticas, líneas aéreas y entidades de losentonces países socialistas, de Europa occidental y Asia.

Desataron campañas de descrédito,difamación contra la Revolución por el apoyo solidario a organizaciones que luchaban contra el fascismo en la región.

Los anticubanos, entrenados por laAgencia Central de Inteligencia (CIA), adiestraron y organizaron a los cuerpos represivos de varios países, fueron enviados a Chile, Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador y Argentina donde trasladaron sus experiencias de contrainsurgencia.

Los terroristas ejecutaron acciones punitivas contra intereses de países que paulatinamente restablecieron distintos niveles de nexos con Cuba lo que erosionó el aislamiento impuesto, no solo en sus territorios, sino en Estados Unidos.

El libro estudia una época particularmente sórdida en la región cuando durante los años setenta gobernaron dictaduras militares que llegaron al poder por medio de cruentos golpes de Estado. En esas condiciones políticas se oficializa un pacto que bajo la denominación de Operación Cóndor constituye una internacional del crimen encargada de eliminar a adversarios políticos, incluso, más allá de las fronteras nacionales, por métodos esencialmente terroristas y donde los anticubanos desempeñaron un papel relevanteal servicio de laDirección de Inteligencia Nacional (DINA)2del gobierno militar fascista de Chile.

Los anticubanos se inspiraron en el fascismo de Pinochet para crear organizaciones terroristas comoOmega 7,3que se identificaron y apoyaron decididamente a los militares fascistas. Concibieron que estos pudieran patrocinar sus objetivos de derrocar a la Revolución. Los golpistas lucharon contra la democracia en el Cono Sur de América Latina, y aspiraron a que ese movimiento se pudiera extender más allá de sus fronteras y alcanzar el Caribe.

Si bien la relación de los anticubanos con los golpistas chilenosfue estrecha y de mutua conveniencia, no fue la única alianza, se registra el nexo de estos con laDirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela, dominada en la primera parte de los años setenta por operativos de origen cubano con antecedentes de haber estado al servido de laCIA, en el marco de la llamada Guerra por los caminos del mundo.

El libro profundiza en este fragmento de la Operación Cóndor, donde los terroristas de Miami entrenados por laCIA tuvieron —como se demuestra— una activa y decidida contribución, denuncia las decenas de fechorías en los cuales fueron protagonistas, además de las conspiraciones en que participaron, se sumerge en los hechos y extrae las raíces donde emerge con fuerza el nexo criminal con esa internacional del crimen. El orígen tiene remota data.

La Operación Cóndor fue un engendro creado por laAgencia Central de Inteligencia de Estados Unidos con la participación de los aparatos de inteligencia de Chile, Argentina, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia en coordinación con elMovimiento Nacionalista Cubano (MNC).

Los patrocinadores de esta ofensiva terrorista fueron RichardHelms, entonces director de laCIA y David AtleePhillips, jefe de la División del Hemisferio Occidental de la agencia, quien además había dirigido una intensa campaña de guerra psicológica. Por Chile, los mencionados AugustoPinochet y el coronel ManuelContreras, a los que después se sumaría el dictador argentino Jorge RafaelVidela.

La cabeza rectora de esta tenebrosa organización sería laDirección de Información Nacional de Chile teniendo en cuenta que su historial represivo, sus garras principales, estarían en elBatallón 601 de la Inteligencia del ejército argentino y laDirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela. Su objetivo: el movimiento revolucionario latinoamericano.

Este esfuerzo constituye una denuncia de la participación de los contrarrevolucionarios de origen cubano con asiento en Estados Unidos, quienes ofrecieron sus conocimientos, experiencias y motivaciones para realizar los actos más infames al servicio del fascismo en una prolongada página oscura del continente.

El estudio se centra en los servicios mercenarios prestados por los terroristas de origen anticubano y los actos realizados por estos en el área o por encargo, en otras. Se destaca la década de los setenta, cuando más activa fue la presencia de grupos de terroristas de Miami en las alianzas ejecutivas de los servicios especiales latinoamericanos contra la democracia en la región, en particular durante la mencionada Operación Cóndor, proyecto diseñado por laDINA, oficializado a finales de 1975 y que sumó a sus homólogos de Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia y Brasil, aunque otros países tuvieron vínculos puntuales con ese operativo.4Todavía en el presente, 30 años después, el Cóndor sigue volando y los terroristas anticubanos mantienen sus vínculos con los fascistas.

Se hace un particular análisis de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), diseño de laCIA para unificar y sistematizar el terrorismo de Estado contra Cuba en América Latina y en otras regiones del mundo. Su surgimiento, desarrollo y accionar de los terroristas en el marco de este engendro y su asociación con las dictaduras militares del Cono Sur. La Operación Cóndor no ha terminado.

1 Declaración de Guillermo Novo Sampoll, terrorista anticubano, a periodista del diario soviético Literaturnaya Gaceta, en diciembre de 1976 a quien confundió con un corresponsal norteamericano al referirse al sabotaje del avión civil cu bano en Barbados.

2 Este servicio de Inteligencia fue creado por el Decreto Ley No. 521 de fecha 14 de junio de 1974, nombrándose como su primer director, por Decreto del Ministro de Defensa del 6 de agosto de ese mismo año, al coronel Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda.

3 Organización terrorista creada el 11 de septiembre de 1974, inspirada en el golpe fascista en Chile e integrada por miembros del Movimiento Nacionalista Cubano (MNC).

4 Hasta el momento se ha conocido de la participación de Ecuador, Perú y Venezuela en alguna de las tres fases de este engendro criminal.

La guerra por los caminos del mundo

En 1964 grupos fascistas de terroristas anticubanos habían proclamado atentar contra los intereses y personal de Cuba fuera del territorio de Estados Unidos, a esta forma de agresión la denominaron “guerra por los caminos del mundo”, sus promotores fueron los terroristas FelipeRivero Díaz y su segundo el abogado MiguelSan Pedro delMovimiento Nacionalista Cubano (MNC)1instalado en los estados de Nueva York y Nueva Jersey.

La “guerra por los caminos del mundo” constituyó una escalada de la agresión, nueva modalidad incrementada por la actividad que desplegaban las organizaciones terroristas tradicionales. Si en la década del sesenta se ejecutaron 731 acciones contra las costas y embarcaciones cubanas y 156 actos terroristas en Estados Unidos y otros países, en la década del setenta, esta proporción varió radicalmente a 16 y 279, respectivamente.2

Esta nueva estrategia resultó un recurso desesperado para mantener vigente un clima de beligerancia que perdía de manera acelerada sus asideros, después de los reiterados fracasos por imponerse por medio del terror. Esta situación se agudiza con el impactoque en el área tuvo la consolidación del proceso revolucionario en Cuba a finales de los sesenta, y el avance del proceso de integración de los emigrados a la sociedad norteamericana al apreciar lo definitivo de estos cambios.

El primero de los grupos que asumió, como su principal táctica, esta modalidad terrorista fue elMNC, organización de declarada orientación fascista. Su fundador, FelipeRivero Díaz, figura dramáticamente pintoresca de la contrarrevolución, era descendiente de una de las familias más renombradas de la oligarquía cubana, para mayor simbolismo los dueños del Diario de la Marina.3

Rivero participó en la derrotada invasión de Playa Girón y se destacó por ser uno de los pocos invasores que mantuvo una posición consecuente con sus ideas durante las apariciones públicas y el juicio que se les celebró en Cuba. Con este aval, a su regreso a Estados Unidos aglutinó a un grupo de jóvenes residentes, en su mayoría en el noreste de ese país, e hizo un llamado a la conocida “guerra por los caminos del mundo”, definiendo así una estrategia de terror contra funcionarios e instalaciones cubanos en el exterior y contra todo aquel que apoyara al gobierno de Cuba.4

En diciembre de 1964, uno de los fundadores delMNC, GuillermoNovo Sampoll, fue detenido por disparar con una bazooka contra el edificio deNaciones Unidas mientras hacía uso de la palabra el comandante Ernesto CheGuevara.Rivero Díaz fue convicto de un atentado parecido contra la Feria Mundial, Expo 67 en Montreal. Ambos fueron liberados después;Rivero se trasladó a Miami, adoptando el estatus de patricio e ideólogo del fascismo cubano, una corriente favorecida por el golpe de Estado en Chile en septiembre de 1973. Años más tarde, él explicó el impacto que tuvo para ellos este acontecimiento: “Pensé en qué tipo de ayuda los chilenos podían darnos quizás una declaración llamando alMNC la esperanza de Cuba. Chile era nuestro niño lindo, un adorado en la comunidad cubana. Si podíamos lograr que dijera queéramos los mejores, hubiéramos sido los nuevos líderes del movimiento exiliado cubano (dándole) una bofetada en la cara a nuestros rivales en la comunidad cubana”.5

Su esperanza no era infundada. El golpe de Estado en Chile fue celebrado por la comunidad cubana enemiga y la fascinación resultó tal que, en 1975, laAsociación de Veteranos de Bahía de Cochinos6condecoró a AugustoPinochet con la Medalla de la Libertad, distinción no otorgada a ningún otro extranjero.7El fascismo se extendía por el Cono Sur latinoamericano y los chilenos articulaban una ofensiva de terror a la que se integraron los cuerpos represivos de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, así como grupos paramilitares fascistas de diversos países. Los terroristas cubanos también hallaron un escenario idóneo para sus fechorías en la Operación Cóndor. Un informe del representante delFBI en Argentina en 1976, RobertScherrer, expresaba que el gobierno militar de Chile mantenía una “relación especial” con los grupos anticastristas cubanos, la cual incluía misiones conjuntas de asesinato. Según este informe, Chile les había ofrecido el tipo de apoyo que les dio laCIA. Las fuentes delFBI describían un programa en el cual la junta chilena se comprometía con el reconocimiento de un gobierno cubano en el exilio, con base en Chile, y suministrararmas, explosivos, entrenamiento y refugio para fugitivos.8

ElMNC se incorporó a este esquema y participó en varios atentados al servicio del régimen chileno; entre ellos, el asesinato del general CarlosPrats González y su esposa SofíaCuthbert en Argentina, el intento criminal contra el líder democristiano BernardoLeighton Guzmán y su esposa AnaFresno en Roma y el asesinato de OrlandoLetelier y RonniMoffit —el 21 de septiembre de 1976— en Washington cuyos casos se describen en este libro. Este último atentado condujo a la detención y condena de tres de los principales operativos delMNC. Otros dos involucrados se dieron a la fuga y vivieron clandestinamente en Estados Unidos por cerca de 15 años. GuillermoNovo9y AlvinRoss Díaz, condenados en un inicio a cadena perpetua, apelaron posteriormente la sentencia y fueron puestos en libertad.

Varios grupos terroristas también hicieron contacto con la junta chilena; entre ellos, el dirigido por OrlandoBosch Ávila, un médico pediatra, con antecedentes gangsteriles, que se incorporó tempranamente a la contrarrevolución en actividades del Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria(MIRR), y apoyó a una banda de alzados que operó en el Escambray desde mediados de 1960.Bosch abandonó rápidamente el país para convertirse en su delegado en el exterior. Recibió entonces entrenamiento de laCIA, que lo destinó a operaciones terroristas contra Cuba. No fue incluido en la operación de Bahía de Cochinos y se dedicó a realizar ataques contra las costas y embarcaciones cubanas. En 1966 es acusado de extorsionar a emigrados en Miami y detenido por la policía de Collier Country cuando se le ocuparon seis bombas en el maletero de su auto. En 1968 fue condenado a 10 años de cárcel por disparar una bazooka contra el barco polaco Polanica, surto en el puerto de Miami. Estando aún en prisión, fundaPoder Cubano, una organización con base en Miami, Nueva York y California, cuyo objetivo expreso fue actuar contra quien apoyara en Estados Unidos negociaciones con Cuba o respaldara otras causas estimadas izquierdistas; entre ellas, la oposición a la guerra en Vietnam. Ese mismo año,Poder Cubano efectuó atentados dinamiteros contra los consulados de España, México, Canadá, Japón y Yugoslavia en Nueva York; contra una agencia de turismo mexicana en Chicago; la embajada cubana en Japón, y colocaron 28 bombas en Miami, entre ellas, en un avión mexicano, en la residencia del cónsul británico, en el consulado chileno, en la oficina de Air Canada y en agencias que enviaban paquetes a Cuba.10

A pesar de esto,Bosch obtiene la libertad condicional en 1972, su salida de prisión coincide con una campaña de reacomodo de la corrupción en la contrarrevolución que tiene una de sus expresiones más violentas en el asesinato de una de sus principales figuras de entonces, José Elías de laTorriente Ajuria, el 12 de abril de 1974 —por lo cualBosch es interrogado— y la colocación de una bomba en el auto de Ricardo MonoMorales, contrarrevolucionario cubano y agente de laCIA, quien resultó ser, además, informante delBuró Federal de Investigaciones y declaró contraBosch en el juicio en que lo condenaron.Bosch abandona de manera ilegal Estados Unidos y crea la organización terroristaAcción Cubana. Inmediatamente inicia una campaña para recaudar 10 millones de dólares, tres de ellos estarían destinados a pagar una recompensa para quien asesinara a FidelCastro.

En 1974Bosch es acogido y protegido porPosada Carriles y otros cubanos en laDISIP en territorio venezolano a condición de que no realizara actos criminales. El terrorista, ante la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Cuba, ordena detonar bombas y por ese motivo es detenido, acusado de realizar acciones terroristas en ese país. El gobierno venezolano dispone su deportación a Estados Unidos, por ser prófugo de su justicia, pero ese país no lo acepta.Bosch es liberado, viaja a Curazao y de ahí a Chile, adonde arriba el 3 de diciembre de 1974.

El testimonio de uno de sus colaboradores describe este proceso: “El contacto deBosch con los chilenos se hace a través de los hermanosNovo, los que junto conBosch y DionisioSuárez viajan a Chile. CuandoBosch sale de la cárcel en Estados Unidos, plantea pasar inmediatamente a la clandestinidad, cosa a la que inicialmente me opuse, porque en realidad no estaba siendo perseguido por nadie. No obstante,Bosch argumentó que hacerlo así tenía más impacto y en definitiva colaboro con su traslado a Puerto Rico y más tarde en avión a Santo Domingo, posteriormente creo que fue a Bahamas y de allí a Venezuela y a Chile. En todo ese tiempo la organización lo estuvo manteniendo, le enviábamos 1 500 ó 2 000 dólares mensuales y él, por sus vías, se buscaba otra cantidad. Lo visité en Chile y me disgustó la forma como vivía, tenía un apartamento caro e incluso había contratado una criada que vivía en la casa, junto con la esposa y una muchacha que supuestamente trabajaba en el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno. A Chile habíamos ido a discutir el problema de los gastos y la actuación inconsulta deBosch respecto al resto de la organización”.11

Cuando en la anterior administración de GeraldFord se había iniciado un proceso de conversaciones secretas entre representantes de ambos países para distender sus relaciones12la contrarrevolución reaccionó de inmediato, y fue, ya avanzados los años setenta, con el paso de la administración norteamericana de James E.Carter, que se orientó a mejorar las relaciones con Cuba. Este probable cambio podía afectar no solo a los grupos terroristas más activos, sino a toda una infraestructura política al servicio de los intereses de la mayoría de la burguesía cubanoamericana, así como a los sectores reaccionarios dentro de Estados Unidos comprometidos e interesados por el derrocamiento de la Revolución.

Por ello, a partir de ese momento, el terrorismo —siempre en función coercitiva hacia el resto de la comunidad emigrada— hará de este objetivo su principal prioridad, reflejando el origen de un nuevo momento político que tendrá su elemento distintivo en la competencia por el dominio de la emigración. Aun cuando no se producen cambios radicales en la composición de las organizaciones, el terrorismo estará integrado entonces a la lucha que enfrenta el movimiento contrarrevolucionario por su propia supervivencia y será un elemento que se incorpora a la irrupción de los cubanoamericanos en la política estadounidense.

Los antecedentes de la presencia de terroristas anticubanos al servicio de laCIA para asesorar, entrenar y participar en la represión de los movimientos revolucionarios en América Latina tienen su origen en el programa de contrainsurgencia diseñado en la década de los sesenta por esa agencia con el empleo de mercenarios de origen cubano. El entonces fiscal general de Estados Unidos, RobertKennedy, controló este operativo destinado a enviar asesores norteamericanos para fortalecer los órganos represivos de países de América Latina, que expresaran temor por la influencia de la Revolución Cubana en sus territorios.

Un caso representativo es el del criminal FélixRodríguez Mendigutía, quien perteneció a laBrigada 2506 y, después de la derrota de la invasión, laCIA lo reclutó para el mencionado proyecto, lo envió al Congo, después a Bolivia, estuvo en Perú y luego de servir en dos ocasiones en Vietnam, fue destinado a Argentina donde estuvo de asesor del general TomásSánchez de Bustamante,13quien fuera el comandante general del Primer Cuerpo de Ejército argentino, con sede en Buenos Aires.Rodríguez Mendigutía, estuvo en Argentina hasta julio de 1974, donde dejó sembradas sus experiencias represivas y el adiestramiento recibido para combatir a los “marxistas” como él calificaba a todos los que luchaban por mejoras sociales en la región.

Durante las últimas cuatro décadas del sigloxxy la iniciada delxxiotros grupos de extremistas cubanos han enarbolado esa tendencia para su ataque contra la Revolución, tal es el caso de la mencionadaAcción Cubana —organización creada y dirigida por OrlandoBosch a principios de los setenta— para sacar el terrorismo del territorio estadounidense, realizó actos de terror en Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Argentina y en otros países latinoamericanos; también laCoordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), alianza terroristapromovida porBosch como “sombrilla” para sus acciones y que integró a varias organizaciones con esas condiciones que reunidas en República Dominicana juraron llevar el terror por todos los continentes.14

MientrasAcción Cubana, dentro y fuera de losComandos de Organizaciones Unidas, agredía a la Revolución; en Estados Unidos operó con letal eficaciaOmega 7.15Hombres delMNC con vasta experiencia en el terror crearon sus grupos operativos para atentar contra intereses de Cuba, de emigrados que viajaban a la isla y de países relacionados con la misma. Entre 1974 y 1983 realizaron 63 ataques con bombas y varios asesinatos. Según documentos desclasificados delBuró Federal de Investigaciones,Omega 7 era una prolongación especializada delMNC.

Entre 1973 y 1976, elFBI investigó 103 atentados dinamiteros y seis asesinatos cometidos por estos grupos en Estados Unidos.16Estudios aún no concluidos reportan que, en la década del setenta, las organizaciones terroristas cubanas ejecutaron al menos 279 acciones en diversas partes del mundo, más de la mitad —144— dentro del territorio norteamericano.17Cuando la administración Carter replanteó el propósito de mejorar las relaciones con Cuba y un sector importante de la comunidad cubana apoyó esta política, el 68 % de las acciones realizadas ocurrieron dentro del territorio estadounidense y en estos cuatro años, se produjeron el 58 % de los actos terroristas de la década.18Según cálculos delFBI, aunque en este período solo unas 200 personas estuvieron involucradas en estas acciones, llegaron a constituir la red terrorista más peligrosa de cuantas operaban en esa nación.19

1 Se fundó en Nueva York en noviembre de 1959. Su plataforma fue desde sus inicios el terrorismo y su filosofía la fascista.

2 Dato tomado de la investigación realizada por el autor sobre el comportamiento del terrorismo contra Cuba entre 1959 y 1997.

3 El Diario de la Marina se distinguió por su comprometimiento con el colonialismo español y por representar los intereses más conservadores de la sociedad prerrevolucionaria.

4 Rivero Díaz fue criticado por participar en la invasión, ya que los grupos terroristas afines a él abogaban por métodos de lucha más violentos.

5 John Dinges y Saul Landau: Assassination on Embassy Row, Pantheon Books, N.Y., 1980, p. 149.

6 Después del regreso de los miembros de la Brigada 2506 presos en Cuba, se creó la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos. A esta organización se integraron los participantes en la invasión y otros muchos que supuestamente iban a participar y no lo hicieron por distintas razones. La 2506, como ha seguido llamándosele, se ha involucrado tanto en acciones terroristas, como en actividades sociales y en la política local de Miami.

7JohnDinges y SaulLandau: Ob. cit., p. 147.

8Ídem, p. 265.

9 Según el detective del FBI Fernando Mata, los hermanos Novo Sampoll fueron también parte del grupo que colocó una bomba en un avión de la línea TWA en Los Ángeles, California.

10José Duarte Oropesa: Historiología cubana, ed. cit., t. IV, pp. 467-469. Según el propio Duarte, él era el jefe de Poder Cubano en California.

11Testimonio de DuneyPérez Álamo dado al doctor JesúsArboleya, el 7 de junio de 1995. Pérez Álamo fue uno de los principales jefes deAcción Cubana. En CIHSE.

12Estas conversaciones concebidas por HenryKissinger, no estaban destinadas a un reconocimiento de la Revolución y su derecho a existir, sino se incluía en factores de geopolítica norteamericanos diseñados para debilitar a la entonces unidad del campo socialista. Se había producido la derrota en Vietnam y RichardNixon había iniciado conversaciones con la República Popular China, en el marco de la política del “ping-pong”.

13El general TomásSánchez de Bustamante había sido embajador de Argentina en Vietnam, donde conoció aRodríguez Mendigutía y solicitó sus servicios a laCIA.

14 Véase “La Operación CORU” en este mismo libro, p. 68.

15 Considerada según estudios del FBI entre 1977 y 1983 como la más violenta dentro del territorio norteamericano.

16Félix R.Masud-Piloto: With Open Arms. Cuban migration to the U.S., Rowman and Littlefield, New Jersey, 1988, p. 77.

17 José Luis Méndez: El terrorismo de origen cubano. 1959-1997, Tesis doctoral, MES, La Habana, 1998.

18 Ídem.

19 Carlos Forment: Caribbean Geopolitics and Foreign States-Sponsored Social Movements: The case of Cuban Exile Militancy, ob. cit., p. 86.

Los primeros acercamientos

Uno de los próximos pasos que laCIA decidió dar junto con laDINA fue seleccionar y trasladar a un grupo de connotados terroristas de Miami. Entre los escogidos, con amplia trayectoria criminal, estaban OrlandoBosch Ávila, GuillermoNovo Sampoll, VirgilioPaz Romero, José DionisioSuárez Esquivel, AlvinRoss Díaz y otros contrarrevolucionarios cubanos, los que salieron hacia Chile para recibir entrenamiento en el manejo de explosivos y en otras técnicas que les permitirían cumplir tareas de la Operación Cóndor.

El comienzo de estas relaciones con los planes del militar chileno ManuelContreras Sepúlveda data de las visitas de OrlandoBosch1a Santiago de Chile entre diciembre de 1974 y febrero de 1975, cuando el coronel PedroEspinosa fue designado oficial de enlace entre laDINA y la contrarrevolución anticubana. Se negoció con el dictador AugustoPinochet yContreras el entrenamiento de miembros delMNC a cambio de apoyo a las operaciones encubiertas de laDINA en el extranjero.Bosch llegó a participar personalmente en operaciones de esta última con un pasaporte oficial chileno a nombre de HéctorDavanzo Cintolesi.2

El documento delFBI 185-419, fechado el 2 de mayo de 1975, certifica la presencia deBosch y el viaje de GuillermoNovo a Chile. El memorando redactado por el agente especial Thomas F.Dowd y dirigido al Director delFBI en Washington expresa que por fuentes propias conocieron queNovo había viajado a Santiago de Chile en diciembre de 1974 para entrevistarse conBosch, añadía que lo había hecho con un pasaporte, presumiblemente falso y facilitado por los militares chilenos.

El motivo del viaje era entrevistarse con el mencionado terrorista y con miembros de la junta fascista chilena. El informe aseguraba que esa agencia le estaba dando seguimiento priorizado a los movimientos deNovo, debido a la activa participación de este y elMNC en actividades terroristas.

En febrero de 1975,Bosch —clandestino desde el verano anterior— fue presentado en el Canal 23 de la televisión de Miami, en una entrevista que le hiciera “en algún lugar de Sudamérica” el periodista EstebanLamela. La filmación en blanco y negro duró unos cinco minutos y técnicamente resultó ser una dudosa y mala película. En esa ocasiónBosch se manifestó decidido a no detenerse hasta que cayera FidelCastro, adelantó que se iban a llevar a cabo importantes acciones y que el objetivo final de su lucha era producir acontecimientos dentro de Cuba que sacudieran la nación y que finalmente produjeran la eliminación física del máximo líder de la Revolución Cubana.

Meses después, en octubre, tuvo lugar una reunión en las oficinas de laDINA en Santiago de Chile. Los asistentes fueron los jefes de las inteligencias militares de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Un representante especial de laAgencia Central de Inteligencia de Estados Unidos actuaba como “observador”.