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Divinas palabras es una obra teatral de Ramón María del Valle-Inclán emparentada con el esperpento. Narra la historia de la familia del sacristán Pedro Gailo, casado con Mari Gaila. Tras la muerte de la hermana de Pedro, la familia se disputa la posesión del hijo de la difunta, Laureaniño el Idiota, un enano con hidrocefalia que puede valer una fortuna si se expone en ferias de pueblo. Con estilo descarnado, el autor presenta esta obra cruel en tono de tragicomedia.
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Seitenzahl: 104
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Ramón María del Valle-Inclán
Tragicomedia de aldea
Saga
Divinas palabrasCover image: Shutterstock Copyright © 1919, 2020 Ramón María del Valle-Inclán and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726485929
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
San Clemente, anejo de Viana del Prior. Iglesia de aldea sobrela cruz de dos caminos, en medio de una quintana consepulturas y cipreses. PEDRO GAILO, el sacristán, apaga loscirios bajo el pórtico románico. Es un viejo fúnebre, amarillo decara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete. Sacude losdedos, sopla sobre las yemas renegridas, las rasca en lascolumnas del pórtico. Y es siempre a conversar consigo mismo,huraño el gesto, las oraciones deshilvanadas.
PEDRO GAILO
...Aquéllos viniéronse a poner en el camino, mirando al altar. Éstos que andan pormuchas tierras, torcida gente. La peor ley. Por donde van muestran sus malas artes.¡Dónde aquéllos viniéronse a poner! ¡Todos de la uña! ¡Gente que no trabaja y correcaminos!...
PEDRO GAILO
se pasa la mano por la frente, y los cuatro pelosquédanle de punta. Sus ojos con estrabismo miran hacia lacarretera donde hacen huelgo dos farandules, pareja de hombrey mujer con un niño pequeño, flor de su mancebía. Ella, triste yesbelta, la falda corta, un toquillón azul, peines y rizos. Elhombre, gorra de visera, la guitarra en la funda, y el perrosabio sujeto de un rojo cordón mugriento. Están sentados en lacuneta, de cara al pórtico de la iglesia. Habla el hombre, y lamujer escucha zarandeando al niño que llora. A esta mujer laconocen con diversos nombres, y, según cambian las tierras, esJulia, Rosina, Matilde, Pepa la Morena. El nombre del farandules otro enigma, pero la mujer le dice LUCERO. Ella recibe desu coime el dictado de POCA PENA.
LUCERO
Tocante al crío, pasando de noche por alguna villa, convendría soltarlo. POCA PENA
¡Casta de mal padre!
LUCERO
Pon que no lo sea.
POCA PENA
Tú mismo eres a titularte de cabra.
LUCERO
Pues titulándome padre del crío, considero que no debo legarle mi mala leche.
POCA PENA
¿Qué estás ideando? ¡No te pido correspondencias para mí, te pido que tengas entrañas de padre!
LUCERO
¡Porque las tengo!
POCA PENA
Si el hijo me desaparece, o se me muere por tus malas artes, te hundo esta navaja en el costado, ¡Lucero, no me dejes sin hijo!
LUCERO
Haremos otro.
POCA PENA
¡Ten caridad, Lucero!
LUCERO
Cambia la tocata.
POCA PENA
¡Escapado de un presidio!
LUCERO
hace un gesto desdeñoso, y con la mano vuelta pegaen la boca de la coima, que, gimoteando, se pasa por los labiosuna punta del pañuelo. Mirando la sangre en el hilado, la coimase ahínca a llorar, y el hombre tose con sorna, al compás quesaca chispas del yesquero. PEDRO GAILO, el sacristán, levantalos brazos entre las columnas del pórtico.
PEDRO GAILO
¡A otro lugar era el iros con vuestros malos ejemplos, y no venir con ellos a delante de Dios!
LUCERO
Dios no mira lo que hacemos. Tiene la cara vuelta. PEDRO GAILO
¡Descomulgado!
LUCERO
¡A mucha honra! ¡Veinte años llevo sin entrar en la iglesia!
PEDRO GAILO
¿Te titulas amigo del Diablo?
LUCERO
Somos compadres.
PEDRO GAILO
Ahora ríes enseñando los dientes, ya te llegará el rechinarlos.
LUCERO
No temo esa hora.
POCA PENA
Hasta las bestias del monte temen.
PEDRO GAILO
Para toda conducta hay premio o castigo, enseña la doctrina de Nuestra Santa Madre la Iglesia.
LUCERO
Cambie usted la tocata, amigo. Esa polca es muy antigua.
PEDRO GAILO
Dios Nuestro Señor no baja su dedo porque yo calle.
LUCERO
¡Bueno! Una vieja, con mantilla de paño pardo sale al pórtico, despuésotra, más tarde otra. Salen deshiladas; portan agua bendita enel cuenco de las manos y la van regando sobre las sepulturas.La última tira de un dornajo con cuatro ruedas, camastro endonde bailotea adormecido un enano hidrocéfalo. JUANA LAREINA, sombra terrosa y descalza que mendiga por ferias yromerías con su engendro, interroga al sacristán, de quien eshermana.
LA REINA
¿Cómo no disteis la comunión en la misa? PEDRO GAILO
No había partículas en el copón.
LA REINA
Hacía cuenta de recibir a Dios. La tierra me llama.
PEDRO GAILO
Sí que estás decaída.
LA REINA
Esta madre roe en mí.
PEDRO GAILO
¡Madre llamas a la tierra! ¡Madre es de todos los pecadores! Y el sobrino, ¿va despertándose? Él alumbra algún conocimiento, hermana mía.
LA REINA
¡Malpocado!
PEDRO GAILO pone su ojo bizco sobre el enano, que conexpresión lela mueve la enorme cabezota. Y la madre le espantalas moscas que acuden a posarse sobre la boca belfa donde elbozo negrea. Tirando del dornajo cruza la quintana y sale a lassombras de la carretera. La perra del farandul, levantada endos patas, ensaya un paso de danza ante aquella figura triste ycolor de tierra. Lentamente el animal se dobla, y agacha la colaaullando con el aullido que reservan los canes para el aire demuerto. LUCERO silba, y la perra, otra vez en dos patas, vapara su amo que ríe guiñando un ojo.
LUCERO
Este animal tiene pacto con el compadre Satanás.
PEDRO GAILO
Hasta que tope quien le diga los exorcismos y reviente en un trueno. LUCERO
Reventaremos los dos.
PEDRO GAILO
Con la verdad quieres levantar una duda.
LUCERO
Me has conocido el pecado.
POCA PENA
¡Cuánta pamema!
LUCERO
¡Ven acá, Coimbra! Y mira mucho cómo respondes a una pregunta. Mano derechapara el Sí. Mano siniestra para el No. El rabo te queda para El Qué Sé Yo. Y ahoraresponde sin mentira: A este amigo, ¿su señora le hace Don Cornelio?Coimbra, siempre en dos pies, reflexiona moviendo la cabezamanchada de negro y azafrán, con cascabeles en la punta de lasorejas. Poco a poco, poseída del espíritu profético, quedainmóvil mirando a su dueño, y tras un momento de vacilar,temblantes los cascabeles de las orejas, comienza a moverfuriosamente el brazuelo izquierdo.
LUCERO
Amigo, Coimbra responde que no. Ahora va a decirnos otra cosa: Coimbra,¿tendrías ciencia para conocer si este amigo está llamado a ser de la Cofradía de losCoronados? Mano derecha para el Sí. Mano siniestra para el No. El rabo le queda austed, señorita, para El Qué Sé Yo.
Coimbra, removiendo la cola y ladrando, vuelve a saltar en dospatas, y con leve y alterno temblar en los brazuelos, se avizoramirando al farandul. Los cascabeles de las orejas tienen unlargo y sutil temblor. El farandul sonríe siempre guiñando unojo, y de pronto la perra se decide a levantar el brazueloderecho.
LUCERO
¿No estarás equivocada, Coimbra? Saluda, Coimbra, y pide perdón a este amigo de haberle calumniado.
PEDRO GAILO
¡Mala ralea! Burlas de un réprobo no afrentan.
LUCERO
Amigo, hay que tomarlo como juego. ¡Al avío, Poca Pena!
PEDRO GAILO
Mucho vas a reír en los Infiernos.
POCA PENA tercia el pañolón, recogiendo al niño en sus pliegues, y el farandul se carga a la espalda la jaula del Pájaro Sabio. Caminan.
POCA PENA
¡Ten entrañas de padre, Lucero! LUCERO
¡Boca callada!
POCA PENA
Romperé la esclavitud de esta vida. Me desapartaré de ti.
LUCERO
¿Sospechas que iría a cortejarte? Estás engañada.
POCA PENA
Ya fuiste una vez y a un hombre diste muerte.
LUCERO
Mi intención no era.
POCA PENA
Si el golpe venía para mí, ¿por qué lo erraste?
LUCERO
Suspende la tocata. ¿Tiene alpiste el pájaro?
POCA PENA
Se niega a comer.
LUCERO
Coimbra, ¿dónde encontraremos otro? ¿Te parece pedírselo al compadre Satanás? POCA PENA
Pamemas.
Se desconsuela el niño en brazos de la madre, y sobre la espalda del errante bambolea la jaula del pájaro que saca la suerte: Dorada bajo el Sol, es Alcázar de la Ilusión.
Paraje de árboles sobre la carretera. JUANA LA REINA, en aquellas sombras, pide limosna con el pañuelo de flores abierto en las ribas de la cuneta, y el enano, hundido en el jergón del dornajo, vicioso bajo la manta remendada, hace su mueca.
LA REINA
¡Un bien de caridad para el desgraciado sin luz de razón! ¡Miradle tan falto de valimiento!
A lo largo de sus palabras, gime oprimiéndose los vacíos. Y ROSA LA TATULA, que en el buen tiempo de romerías y sementeras también pide limosna, le da sus consejos de vieja prudente y doctora.
LA TATULA
Habías de estar en el Hospital de Santiago. ¡Te entró fiera la dolor!
LA REINA
¡Años va que no me deja!
LA TATULA
¡Y fortuna que el hijo te vale un horno de pan!
LA REINA
¡Pudiera él salir de su jergón, aun cuando contra su madre con un puñal desnudo se viniera!
LA TATULA
Dios Nuestro Señor te lo dio así, y con ello se cumple su divina voluntad.
LA REINA
¿Has visto que vaya contra ella?Suspirando y tranqueando, con un plato de peltre en las manos,iba al encuentro de los ricos feriantes. Un CHALÁN queconduce novillos del monte, levantándose sobre los estribos, davoces por que se aparte del camino.EL CHALÁN
¡Eh!... ¡No me espante el ganado!
La mendiga, oprimiéndose los flancos, vuelve a la sombra de losrobles. Tiene los ojos con vidrio, y la boca del color de la tierra.Los juvencos del monte, berrendos en negro, desfilan en unanube de polvo, y EL CHALÁN, de perfil romano, encendido yobeso, trota a la zaga.
LA REINA
¡Ay, muero! ¡Ay, muero! LA TATULA
¿Es mucha la dolor?
LA REINA
¡Un gato que me come en el propio lugar del pecado!
LA TATULA
¡Es mal de ijada!
LA REINA
¡Un trago de anisado dábame la vida!
LA TATULA
Alguno pasará que lleve su caneco.
LA REINA
¡El Señor me abre sus puertas!
LA TATULA
Los trabajos del mundo ganan el Cielo.
LA REINA
¡Este día acabo!
Se dobla con la boca pegada a la tierra, el pelo sobre lasmejillas, y las manos arañando la yerba. Bajo el cairel roído delrefajo, las canillas y los pies descalzos son de cera. ROSA LATATULA la contempla con expresión de sobresalto.
LA TATULA
¡Prueba a levantarte! ¡No entregues el alma en este camino, criatura! ¡Tienes que hacer confesión y ponerte a las buenas con el Señor!
LA REINA
¡Ay, qué gran romaje! ¡No falta condumio!
LA TATULA
La dolor te priva el sentido.
LA REINA
¡Recogedme ese pañuelo, que no le cabe encima más moneda!... ¡Calla, Laureano!... ¡Ay, qué bueno!...
LA TATULA
¡San Blas! ¿Esto es delirio?
LA REINA