Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Breve texto teatral en clave humorística del dramaturgo Enrique García Álvarez. Como es habitual en este autor, la historia retrata de manera satírica algunos rasgos de la España de su época. En este caso, todo se articula en torno a un farmacéutico al que encomiendan la tarea de ayudar a una joven a recuperar la memoria. Si lo consigue, le prometen, podrá casarse con ella.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 65
Veröffentlichungsjahr: 2022
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Enrique García Álvarez
ZARZUELA CÓMICA EN UN ACTO, DIVIDIDO EN TRES CUADROS, EN PROSA
música de los maestros ALONSO y GAR CÍA ALVAREZ
Saga
El bueno de Guzmán
Copyright © 1913, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686753
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
PERSONAJES ACTORES
Coro general
En esta obra tomaron parte las notables bailarinas
La Clavellina y La Marujilla
Epoca actual.— Derecha é izquierda, las del actor
Para esta obra ha pintado tres decoraciones el escenógrafo señor Martínez Gari, y construido elegantes trajes la Casa Vila.
La escena representa el interior de una farmacia en una capital de provincia Puerta al foro por la que se ve la calle. A la derecha de dicha puerta escaparate grande con la clásica bola de las antiguas boticas, En segundo término derecha, puerta practicable que conduce á las habitaciones del mancebo y junto á dicha puerta y perpendicular á la batería el mostrador de la farmacia. A la izquierda, y en primer término, puerta practicable, con mampara que conduce al laboratorio y demás habitaciones interiores. Anaquelerías con frascos, tarros, botellas, etc. Procúrese que la decoración tenga el mayor carácter posible. Es de día.
doroteo , á la puerta de la botica. Junto á el y dándole broma,
máscaras 1. a , 2. a y 3. a . Son mujeres y una de ellas disfrazada de hombre
Máscaras (Golpeando á Doroteo y con mucha algazara.) ¡Pillo! ¡Granuja! ¡Sinvergüenza! ¡Calaverón!...
Dor. Bueno, bueno; bromear, pero no golpear.
Másc. 1.a Oye, supongo que esta tarde irás á la Gran Piñata del Parque.
Dor. ¿A la Gran Piñata dices?... Probablemente.
Mascaras ¡Nosotras también!... ¡Nosotras también...
Másc. 1.a Oye; ¿y al baile del Casino, vas esta noche?
Dor. No me han pasao tarjeta.
Másc 2.a ¡Pobre Doroteo!... ¡Me das lástima!
Másc. 1.a ¡Eres un desgraciao!
Dor. Desgraciao en la sujeción ¡pero en otra cosa!... (Dándolas azotes como distraído .)
Másc. 1. a ¡Embustero!... ¡Trapisondista!...
Dor. (Dándola azotes.) Bueno; menos bulla, ¿eh?... menos bulla.
Másc. 1.a (Apartándose.) Oye, que haces daño.
Másc. 2.a Las manos quietas, tú.
Máscaras ¡Calaverón!... ¡Tunante!...
(Sigue la algazara.)
Dor. Bueno, ¿me queréis hacer el favor de iros á la Gran Piñata?
Másc 1.a Sí, hombre, sí...
Másc. 2.a No te enfades, que ya nos vamos...
Másc. 3.a No te enfades, que ya nos vamos...
Másc. 1.a Adiós, adiós... ¡Embustero!... ¡Calaverón!... ¡Trapisondista!... (Mutis por la derecha riendo y gritando.)
Dor. (Avanzando hasta la puerta de la calle y dirigiéndose á las Máscaras que se han ido. ) ¡Andar con Dios! Y que volvais temprano á casa, pa que no se enfade el señorito. (Las Máscaras gritan dentro) ¿Qué?... No os entiendo.(Las Máscarassiguen gritando.) Bueno, que os den morcilla.
doroteo y paquita , que sale por la izquierda
Dor. ¡Que insensatas!... Luego dirán que no las ha conocido nadie y que se han divertidoun porción... En fin, que gocen, que son jovencitas.
Paq. (Que sale llorando.) ¡Ay, Doloteo!... ¡Ay, Doloteo qué desglacia!...
Dor. (¡Arrea, la hija de mi principal!) ¿Qué la sucede á usté, señorita Paca?...
Paq. ¡Una desglacia, una desglacia holible!... ¿Tú eles leselvao, Doloteo?
Dor. Tratándose de señoras, soy reservan.
Paq. (Dándole una carta.) Pues toma y lee.
Dor. Con su permiso. (Lee.) «Querida Paca: Hoy es el día más feliz de mi vida. ¿Sabes quién me ha seguido á misa y ha estado guiñándome un ojo y me ha enviado un buque de claveles?...»
Paq. ¿Cómo un buque? Dilás un buqué.
Dor. Es que se ha comido el acento. Ya me parecían á mí muchas flores (Leyendo.) «¿Sabes quién? Pues ese chico tan guapo que tú conoces y que se llama Silverio Guzmán.» (Aparte.) ¡Mi madre!
Paq ¡Sigue!
Dor. (Leyendo.) «¡Figúrate!... ¡Nada menos que Guzmán! ¡Un muchacho á quien se le rifan todas las solteras de Villaplana y algunas casadas!... Comprenderás mi orgullo y mi satisfacción. Estoy frenética, loca de alegría... Ya te contaré. Adiós. Tu amiga, Consuelo.»
Paq. (Rompiendo á llorar amargamente.) ¡Ay, Doloteo! Ya ves; declalalse á la hija de un juez municipal. ¡Es holible!
Dor. Pues verá usté como se entere el padre.
Paq. Ya me encalgalé yo de que se entele. Pelo, ¿tú no me dices que siemple que te encuentlas á Guzmán te plegunta pol mí con intelés?
Dor. Si señora.
Paq ¿Y que hace tles días te dijo que te iba á dal una calta?
Dor. Y me la dió.
Paq ¿Y cómo no me la diste?
Dor. Porque era para un tío suyo que está en Illescas. Yo también me tragué el calamburge.
Paq. ¿Lo ves? ¿Lo estás viendo? Ese homble no ha pensado en mí nunca, Doloteo.
Dor. ¡No diga usté esas cosas, caray! ¿No ha de pensar? El otro dia, sin ir más lejos, me invitó á tomar un vaso de cebada y me dijo: ¿Sabes que la hija de tu principal me gusta con delirio? Y ya ve usté, pa decirme eso se gastó cuarenta céntimos en cebada.
Paq Pues eso es que piensa, ¿veldá?
Dor. Ahora, que usté debe considerar que un muchacho de su figura y asediao por el mujerío no se decide así como asi. Pero no pase usté cuidao, que de usté es el triunfo. Se lo juro con la mano puesta sobre el corazón. (Accionando con la mano del mortero.)
Paq. Glacias, Doloteo, Dios te oiga. Toma diez pesetas, (Se las da.) ¿Te debo algo?
Dor. Cinco del día que la dije á usté que iba á venir.
Paq. Pelo como no vino...
Dor. La rebajo á usté dos y me debe tres. La cuenta no falla.
Paq. Bueno, luego te las dalé. Pelo, pol Dios, que no sospeche nada mi papa.
Dor. Pierda usté cuidao.
Paq. Es que si se entelala de estas lelaciones, selía capaz de matalme. ¡Ya ves, con la fama de mujeliego que tiene Guzmán!...
Dor. Pero, ¿qué va á ser mujeriego ese infeliz, si es más bueno que un pastel de crema? Lo que pasa es que, como es tan guapo y además no sabe decir á nada que no, resulta que, sin comerlo ni beberlo, se mete en cada lío que derrumba. Pero no haga usté caso de habladurías.
Paq. No, si no hago caso. Pelo, ¿sabes lo que me han dicho?
Dor. ¿Qué?
Paq. Que anda en lalaciones con la mujel de Celote, el zapatelo. Y que además le hace cucamonas á Maliquita Pélez y á Conchita Seco, y que pala fin de mes ha plometido raptar del domicilio patelno á Espelanza Oldóñez, la soblina de doña Evalista.
Dor. ¡Calle usté!... Aquí viene la Martina la Guapa.
Paq.