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Texto teatral en tono humorístico del dramaturgo Enrique García Álvarez. Siguiendo el gusto del autor por retratar de forma satírica las costumbres de su época, la obra recorre diferentes escenas de corta duración donde se presentan momentos típicos de una verbena; desde borrachos a carteristas a hombres que miran con intenciones lascivas a las mujeres que pasan, todo ello componiendo un retrato costumbrista impagable.
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Seitenzahl: 47
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Enrique García Álvarez
SAINETE en un acto y en prosa
Estrenado en el TEATRO LARA el 29 de Octubre de 1903
Saga
La primera verbena
Copyright © 1903, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686715
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Cariño, amistad y admiración mueven nuestro ánimo á dedicar á usted este sainete, cuyo principal mérito es el de llevar á su frente el nombre del autor de Elsantodela Isidra.
Sus amigos.
Antonio Casero. Enrique García Ahaíex.
Acompañamiento de señoras y caballeros
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La acción en Madrid.—Época actual
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Derecha é izquierda, las del actor
La escena representa la barraca de una Casa de Socorro en una verbena. Puerta al foro y en primera derecha. Ventanas en el foro izquierda y en primer término izquierda. Al foro, telón donde se ven los puestos de la verbena con sus faroles encendidos. Este mismo telón aforará las dos ventanas.
Al levantarse el telón aparecerán ESPINOSA en la puerta del foro, mirando hacia fuera y REGÚLEZ sentado en la mesa de pino que hay á la izquierda. Se oyen dentro, al levantarse el telón, varias voces de los vendedores que vocean sus mercancías; se oyen dentro el bombo, platillos y varios pitos. Pasearán por el foro varias señoras, caballeros y niños. En cuanto empieza el diálogo en escena, terminarán poco á poco las voces y los ruidos de dentro para no interrumpir el diálogo
Reg. (Redoblando con los dedos en la mesa y cantando .)
«Me tiraste cuatro tientos
por ver si me blandeaba,
por ver si me blandeaba.»
¡Nada, que no le cojo el aire.
«Me tiraste cuatro tientos.. »
Esp. Regúlez, mira qué mujer.
Reg. ¿Dónde? (Yendo con precipitación á la puerta.)
Esp. Aquélla, fijate.
Reg. ¡María Santísima, qué cara! ¡Olé! ¡Bendito sea el escultor que ha modelado ese rostro! ¡Reina!
Esp. ¡Calla, que va con uno! (Viene hacia el pros cenio.)
Reg. ¿Eh? (Figurando que habla con alguien .) No, si no lo decía por usted, buen amigo... Pues llévela usted en litera... ¡Qué gracioso!... Eso se lo cuenta usted á Muley el Habas. ¡Nos ha fastidiao! (Retirándose de la puerta. )
Esp. ¿Qué te ha dicho?
Reg. Que para mí esa mujer, jámala, jámala.
Esp. Pues yo te digo que se ven por la verbena una colección de mujeres hermosas, que mete miedo.
Reg. Y nosotros aquí enjaulados.
Esp. ¡Ca, hombre! ¡Se me ha ocurrido una combina superior.
Reg. ¿Para qué?
Esp. Para que podamos disfrutar de la apacibilidad de la noche y de una mijita de baile.
Reg. ¿Qué es?
Esp. Bueno, pues mira; ya has visto que don Alfredo, el médico, ha tenido que salir escapado á ver á su suegra que está muy grave.
Reg. Ya lo he visto.
Esp. Conque contando que esta noche no aparezca por aquí, se me ha ocurrido que establezcamos un turno. De modo que yo me voy...
Reg. ¡Tú que te has de ir! (Cogiéndole .)
Esp. Digo que yo me voy, me estoy dos horas de solaz, te relevo, te solazas tú otras dos horas y así sucesivamente hasta el clarear. ¿Qué te parece?
Reg. Mira, no me parece mal. Pero, oye; si viene el teniente alcalde y no ve aquí más que á un practicante, ¿qué se le dice?
Esp. Pero si el teniente alcalde le conozco yo. No hace un mes que le han dado la vara y está en palotes. ¿No sabes quién es?
Reg. No.
Esp. ¿Te acuerdas cuando íbamos á la clínica de San Carlos, aquella tienda de ultramarinos que había en la calle de Santa Isabel, dónde tomábamos las copitas de Monóvar?
Reg. ¡Sí, hombre!
Esp. ¿Te acuerdas del dueño, aquel tío tacaño, que no fiaba ni á su abuela?
Reg. Ya sé quien dices.
Esp. Pues ese es el teniente alcalde de este distrito.
DICHOS y FELIPE, que entra por el foro con un cajón de los que se usan para los botiquines, y una botella negra con vino tinto
Fel. Buenas noches.
Reg. Hola, Felipe.
Fel. Aquí está esto y una botellita de percloruro de Valdepeñas. (La deja encima de la mesa.)