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La Trilogía de los colores, compuesta por películas inspiradas en los ideales de la Ilustración y la bandera francesa (azul, blanca y roja), es con diferencia la obra más reconocida y apreciada de Krzysztof Kieślowski, así como su último testimonio artístico.
Más allá de la primera aparición, esconde significados ocultos y correspondencias evidentes con lo ya escenificado en películas anteriores y que será inspiración y comparación para el público y para quienes intervienen en el entorno cinematográfico.
En este libro analizaremos en detalle los vínculos y significados, el significado y el estilo de cada una de las tres películas y trazaremos una visión de conjunto común en relación con toda la producción del director polaco.
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Veröffentlichungsjahr: 2023
SIMON MALACRIDA
“ La trilogía de los colores de Krzysztof Kieślowski”
ÍNDICE ANALÍTICO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1 - FICHAS TÉCNICAS DE LAS PELÍCULAS
CAPÍTULO 2 – LA IDEA Y LA ESTRUCTURA
CAPÍTULO 3 – TEMAS Y SIGNIFICADOS
CAPÍTULO 4 – CORRESPONDENCIAS
CAPÍTULO 5 – HALLAZGOS Y EVOLUCIONES POSTERIORES
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Simone Malacrida (1977)
Ingeniero y escritor, se ha ocupado de la investigación, las finanzas, las políticas energéticas y las instalaciones industriales.
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1 - FICHAS TÉCNICAS DE LAS PELÍCULAS
CAPÍTULO 2 – LA IDEA Y LA ESTRUCTURA
CAPÍTULO 3 – TEMAS Y SIGNIFICADOS
CAPÍTULO 4 – CORRESPONDENCIAS
CAPÍTULO 5 – HALLAZGOS Y EVOLUCIONES POSTERIORES
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
NOTA DEL AUTOR:
Las opiniones y reflexiones presentes en este libro representan las ideas personales del autor y son el resultado de múltiples visualizaciones de todas las películas de la Trilogía Color (y las demás obras del director Krzysztof Kieślowski).
Todo esto se ha integrado con lo presente en la sección "Bibliografía", extrayendo ideas válidas de entrevistas y análisis anteriores.
La Trilogía de los colores, compuesta por películas inspiradas en los ideales de la Ilustración y la bandera francesa (azul, blanca y roja), es con diferencia la obra más reconocida y apreciada de Krzysztof Kieślowski, así como su último testimonio artístico.
Más allá de la primera aparición, esconde significados ocultos y correspondencias evidentes con lo ya escenificado en películas anteriores y que será inspiración y comparación para el público y para quienes intervienen en el entorno cinematográfico.
En este libro analizaremos en detalle los vínculos y significados, el significado y el estilo de cada una de las tres películas y trazaremos una visión de conjunto común en relación con toda la producción del director polaco.
“¿ Por qué no intentar ver qué significado tienen hoy las palabras libertad, igualdad y fraternidad a nivel muy humano, íntimo y personal y no a nivel filosófico, mucho menos político o social? “
Entrevista de Krzysztof Kieślowski concedida a Danusia Stok y presente en el libro “Kieślowski le dice a Kieślowski”
Entre la filmografía del director polaco Krzysztof Kieślowski, su obra más famosa y destacada es sin duda la que se conoce como "La trilogía de los colores", es decir, tres películas (trilogía) dedicadas a los colores de la bandera francesa (azul, blanco y rojo). y, a su vez, a los conceptos subyacentes a la Revolución Francesa y la Ilustración (libertad, igualdad y hermandad).
Estas son las películas más premiadas y distribuidas internacionalmente, así como las últimas producidas por el director.
Ha habido estudios e ideas interesantes en torno a ellos, pero también muchos intentos de simplificación.
Este libro nace de la necesidad de señalar, de no omitir nada de estas obras, yendo mucho más allá de la pura reseña cinematográfica que, en sí misma, debería ser tan concisa como un artículo periodístico.
Sin embargo, no se expondrá una biografía del director, siguiendo su evolución artística y el camino que lo llevó a concebir y crear la Trilogía.
También habrá espacio para esto, como una de las piezas fundamentales, pero el objetivo del libro es centrarse en todos los aspectos de la Trilogía, desde los significados hasta la trama, desde el feedback del público hasta las innumerables conexiones.
Por tanto, el público objetivo serán tanto aquellos que ya conocen, al menos brevemente, la producción de Kieślowski como aquellos que no la conocen y quieren acercarse a ver las películas de forma no superficial.
Digamos de inmediato que cada una de las obras de Kieślowski se puede ver, leer e interpretar en varios niveles y depende de la voluntad y la sensibilidad del espectador comprender hasta qué punto se quieren sondear significados y símbolos.
Un primer nivel es el visionado puro y simple de una película o varias películas.
Ver y presenciar la puesta en escena ficticia de una historia.
Un segundo nivel es la comprensión de la obra única, rascando la superficie y la imagen aparente.
Este nivel exige una mayor reflexión y un primer salto en la intrincada maraña del director polaco, que, lejos de querer ser considerado comercial y de producción masiva, salpica cada una de sus creaciones con infinitas referencias.
El tercer nivel se refiere al encasillamiento de cada película de la Trilogía en el contexto del ciclo.
De hecho, aunque cada película es completa y completa en sí misma, si la miramos desde la perspectiva del ciclo hay un mayor salto adelante y nos adentramos aún más en el abismo que se abre frente a nosotros.
Hay que decir que, en este caso, sería mejor ver las películas en el orden de presentación y producción, es decir, primero "Tres colores: azul", luego "Tres colores: blanco" y finalmente "Tres colores: rojo". , de lo contrario se perderán esos vínculos y conexiones que hacen que este trabajo sea único.
Un último nivel, ciertamente más difícil de alcanzar, está relacionado con todo el camino de Kieślowski, es decir, situar la Trilogía como el punto final de un camino que comenzó muchos años antes.
En este sentido, la lectura mínima incluye el "Decálogo", diez mediometrajes producidos para la televisión polaca en 1988, y "La doble vida de Verónica", película estrenada en 1991.
Queriendo retroceder aún más, podemos incluir "Senza fine" de 1985 y "Destino ciego" de 1981, primeros largometrajes que constatan el progresivo desapego de Kieślowski de sus anteriores trabajos como documentalista.
Cada nivel mencionado requiere una mayor reflexión y un estudio en profundidad de los temas de la Trilogía.
De estas pocas palabras entendemos cómo estas películas finales (y no por voluntad del director, sino por su repentina muerte) son el resultado de un largo viaje y una profunda reflexión introspectiva que ha llevado a la explosión de la producción en el último período. por Kieślowski.
Si puedo añadir una nota personal sobre la Trilogía, este libro completa otro tríptico, esta vez completamente mío y no de Kieślowski.
El libro, de hecho, es el tercero de una trilogía que parte del análisis del "Decálogo" y continúa con "La doble vida de Verónica".
Incluso en este caso, la comprensión del libro puede realizarse en múltiples niveles.
Al llegar al final de este manuscrito tendrás toda la información principal para la comprensión (casi) definitiva de la Trilogía, se entiende que todo ha sido filtrado por la sensibilidad del autor y que cada una tiene sus propios mecanismos y diferentes ángulos, pero, siguiendo los pasos de Kieślowski, si quieres captar todo en un nivel superior, no puedes aislar la Trilogía del resto de la producción.
De hecho, una obra de arte no existe en sí misma.
Existe en relación con un público y, de hecho, toma su propia vida de él, separándose completamente de los deseos del propio autor.
Y fue el público el que determinó el papel central de la Trilogía, el mismo público que, después de treinta años, ante los hechos narrados, no tiene dificultad en identificarse, aunque ahora la forma de escribir guiones ha cambiado por completo, con mucho más ritmo y acción, a expensas de la reflexión y la introspección.
Éste es el verdadero secreto de Kieślowski.
La investigación es sobre el hombre y lo hace de forma profunda, como sólo un ex documentalista ha podido saber.
No deja nada fuera, no endulza nada, no plantea finales falsos felices ni soluciones definitivas tan catárticas como ilusorias.
No hace concesiones en la existencia humana, mostrando todos los defectos, carencias y errores, pero sin juzgar jamás.
No se erige en poseedor de la Verdad y la Moral, sino que intenta socavar las certezas de cada espectador.
Es una forma lenta pero constante de proceder.
Una larga marcha que marca distancias y fluye inexorablemente, como lo hace la vida misma.
En tal contexto, los actores transitan intensas interpretaciones, con un papel dedicado a la mujer de primordial importancia, junto a dos enormes pilares del cine de Kieślowski.
Por un lado, la música, a través de las bandas sonoras del brillante y fiel Zbigniew Preisner, y por otro, los colores, que recuerdan directamente de los títulos.
A partir de esta inseparable experiencia de sonidos e imágenes, diálogos y silencios, acciones y pensamientos, la trama se desarrolla en planos espaciales y temporales que regresan a sí mismos, como un Cosmos esférico infinito, pero con la evolución fundamental de los personajes, llamados a pasar de un tesis inicial a una síntesis final, después de un viaje externo que refleja el interno.
Contiene todos los conceptos queridos por Kieślowski y ya presentes en obras anteriores, junto con el entrelazamiento de azar y necesidad, elección y voluntad.
El mensaje final es complejo e intrincado, como lo es la Vida y como lo es el hombre, punto final de la investigación, el mismo del que partimos al principio.
TRES COLORES – AZUL
––––––––
Dirección
Krzysztof Kieślowski
Guión
Krzysztof Kieślowski
Krzysztof Piesiewicz
Productor
Marin Karmitz
Producción
MK2 Producciones SA
CED Producciones
Francia 3 Cine
CAB Producciones
Canal+
Producción "TOR"
Asamblea
Jacques Witta
Música /
banda sonora
Zbigniew Preisner
Fotografía
Sławomir Idziak
Escenografía
Claude Lenoir
Disfraces
Virginia Viard
Naima Lagrange
País de producción
Francia
Polonia
suizo
Duración
97 minutos
Tipología
Largometraje
Tipo
Dramático
Año productivo
1993
Primera presentación
Festival Internacional de Cine de Venecia, septiembre de 1993
Trabajos derivados
——
Concursos y premios
Festival Internacional de Cine de Venecia 1993:
- León de Oro ex aequo
- Copa Volpi a la mejor actuación femenina
Premio César 1994
- Mejor actriz protagonista
- Mejor edición
- Mejor sonido
- Nominación a mejor película
- Nominación a mejor director
- Nominación a mejor prospecto femenino
- Nominación al mejor guión
- Nominación a mejor fotografía.
Globos de Oro 1994:
- Nominación a mejor película extranjera
- Nominación a mejor actriz
- Nominación a mejor banda sonora
Premio de Cine Europeo 1993
- Nominación a mejor película
Premio Goya 1994:
- Mejor película europea
Festival Internacional de Cine de Chicago 1993:
- Premio Especial del Jurado
Premios Guldbagge 1994:
- Nominación a mejor película extranjera
Premios de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles 1993
- Mejor película extranjera
Personajes y artistas
Juliette Binoche: Julie Vignon
Benoît Régent: Olivier Benoît
Emmanuelle Riva: la madre de Julie
Florencia Pernel: Sandrine
Charlotte Very: Lucille
Hélène Vincent: periodista
Philippe Volter: agente inmobiliario
Claude Duneton: médico
Hugues Questor: Patrice de Courcy
Titulo original
Tres colores: Azul
––––––––
Trama
––––––––
La película comienza con un plano de la rueda de un coche, seguido de imágenes de la carretera, luces y otros medios de transporte distorsionadas y reflejadas en la luneta trasera y que llaman la atención de una niña en el asiento trasero del vehículo.
El auto se detiene y se escucha una voz de mujer llamando a la pequeña, llamada Anne, y a un hombre que conducía el vehículo.
Un detalle deja claro que el líquido del sistema de frenos pierde líquido debido a una fuga.
Al mismo tiempo, un niño al borde de la carretera se dedica a jugar al kendama (el juego de origen japonés que consiste en poner una pelota en un cono de madera al que está unida con un hilo).
Cuando el niño tiene éxito en el juego, se escucha un chirrido de ruedas típico de un accidente de tráfico y efectivamente el coche en cuestión se ha estrellado contra un árbol.
La imagen pasa al primer plano del rostro de una mujer hospitalizada.
Un médico le informa que ella es la única superviviente del accidente y que su marido y su hija han muerto.
La primera reacción de la mujer es de desesperación y, ayudándose de una piedra, rompe un vaso para distraer a la enfermera y poder dirigirse a una habitación donde están contenidos los medicamentos, ingiriendo unas pastillas para intentar suicidarse.
Descubierta por la enfermera, la mujer admite que no puede realizar este gesto.
Poco después, se acerca a ella un hombre, que luego se revela como un colega de su marido llamado Olivier, y le deja un mini televisor portátil desde el que la mujer puede ver el funeral.
Durante la ceremonia se descubren las identidades de los protagonistas.
Su marido, Patrice de Courcy, era un conocido compositor al que le habían encargado un concierto para "la fiesta de Europa" y que todos esperaban con impaciencia.
Julie, la esposa de Patrice, sale del hospital y tiene un primer encuentro con un periodista que quiere entrevistarla, insinuando que la música de Patrice, en realidad, también fue escrita por su esposa.
Julie se niega rotundamente y afirma que la música del concierto no existe.