Las galas del difunto. Esperpento. - Ramón María del Valle-Inclán - E-Book

Las galas del difunto. Esperpento. E-Book

Ramón María Del Valle-inclán

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Beschreibung

Como su propio título indica, Las gaflas del difunto es una obra de teatro firmemente adscrita al subgénero del esperpento cuyo máximo exponente es Ramón María del Valle-Inclán. Siguiendo la máxima del esperpento de presentar los aspectos trágicos del realismo de un modo hiperbólico y satírico, esta obra de teatro trata sobre Daifa, una prostituta a quien el astuto Juanito Ventolera ha dejado embarazada. Cuando Daifa escribe a su padre pidiéndole ayuda, la sorpresa y el horror de la deshonra harán que el hombre muera. Será Juanito quien, ignorante de la identidad del padre de Daifa, intente expoliar su tumba.

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Seitenzahl: 41

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Ramón María del Valle-Inclán

Las galas del difunto. Esperpento.

 

Saga

Las galas del difunto. Esperpento.Cover image: Shutterstock Copyright © 1930, 2020 Ramón María del Valle-Inclán and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726485615

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

DRAMATIS PERSONAE

LA BRUJA DE LOS MANDADOS EN LA CASA LLANA

UNA DAIFA Y JUANITO VENTOLERA, PISTOLO REPATRIADO

UN GALOPIN MANCEBO DE BOTICA

EL BOTICARIO DON SOSTENES *SÓCRATES* GALINDO Y DOÑA TERITA LA

BOTICARIA

TRES SOLDADOS DE RAYADILLO: PEDRO MASIDE, FRANCO RICOTE Y EL BIZCO

MALUENDA

UN SACRISTAN Y UN RAPISTA

LA MADRE CELESTINA Y LAS NIÑAS DEL PECADO

[13]

ESCENA PRIMERA

(LA CASA DEL PECADO, EN UN ENREDO DE CALLEJONES, CERCA DEL MUELLE VIEJO PRIMA NOCHE. LUCES DE LA MARINA. CANTOS REMOTOS EN UN CAFETIN. Guiños de las estrellas. Pisadas de zuecos. Brilla la luna en las losas mojadas de la acera: Tapadillo de la Carmelitana: Sala baja con papel floreado: Dos puertas azules, entornadas sobre dos alcobas: En el fondo, las camas tendidas con majas colchas portuguesas: En el reflejo del quinqué, la daifa pelinegra, con un lazo detonante en el moño, cierra el sobre de una carta: Luce en la mejilla el rizo de un lunar. A la bruja que se recose el zancajo en el fondo mal alumbrado de una escalerilla, hizo seña [14] mostrando la carta. La coima muerde la hebra, y se prende la aguja en el pecho)

 

LA BRUJA.- ¡Vamos a ese fin del mundo! ¡Si siquiera de tantas idas se sacase algún provecho!...

LA DAIFA.- La carta va puesta como para conmover una peña.

LA BRUJA.- ¡Ay, qué viejo renegado! ¡Cuándo se lo llevará Satanás!...

LA DAIFA.- Es muy contraria mi suerte.

LA BRUJA.- ¡Sí que lo es! ¡El padre acaudalado y la hija arrastrada!

LA DAIFA.- ¡Y tener que desearle la muerte para mejorar de conducta!

LA BRUJA.- ¡Si te vieras con capitales, era el ponerte de ama y dorarte de monedas, que el negocio lo [15] puede! ¡Y no ser ingrata con una vida que te dió refugio en tu desgracia!

LA DAIFA.- ¡No habrá una peste negra que se lo lleve!

LA BRUJA.- Tú llámale por la muerte, que mucho puede el deseo, y más si lo acompañas encendiéndole una vela a Patillas.

LA DAIFA.- ¡Renegado pensamiento! ¡Dejémosle vivir, que al fin es mi padre!

LA BRUJA.- Para ti ha sido un verdugo.

LA DAIFA.- ¡Se le puso una venda de sangre considerando la deshonra de sus canas!

LA BRUJA.- Pudo cubrirla, si tanto no le representase aflojar la mosca, pero la avaricia se lo come. ¿Espero respuesta de la carta?

LA DAIFA.- Si te la da la tomas. Tienes que correr para no hallar la puerta cerrada.

[16]

LA BRUJA.- Volaré.

 

(LA BRUJA encaperuzó el manto sobre las sienes y voló convertida en corneja. La daifa de la bata celeste y el lazo escarlata sale a la puerta haciendo la jarra, y permanece en el umbral mirando a la calle. Por la otra acera, un sorche repatriado, al que dicen Juanito Ventolera)

 

LA DAIFA.- ¡Chis!... ¡Chis!...

JUANITO VENTOLERA.- ¿Es para mí ese reclamo, paloma?

LA DAIFA.- ¿No te gusto?

JUANITO VENTOLERA.- ¡Un pasmo! ¿No me ve usted, niña, con las patas colgando?

LA DAIFA.- Pues atorníllate, pelmazo.

JUANITO VENTOLERA.- ¿Quiere usted sacarme para fuera la llave de tuercas?

LA DAIFA.- Ese timo es habanero.

JUANITO VENTOLERA.- ¿Conoce usted aquel país?

LA DAIFA.- No lo conozco, pero tiene usted todo el hablar de los repatriados. ¡La propia pinta! ¿No lo es usted?

JUANITO VENTOLERA.- No más hace que tres horas. A las seis tocamos puerto.

LA DAIFA.- ¿En qué Regimiento estaba usted?

JUANITO VENTOLERA.- Segunda Compañía de Lucena.

LA DAIFA.- ¡Segunda de Lucena! ¿Y usted, por un casual, habrá conocido a un punto practicante que llamaban Aureliano Iglesias.

JUANITO VENTOLERA.- Buen punto estaba ése.

[18]

LA DAIFA.- ¿Le ha conocido usted, por un acaso? ¿No es una trola? ¿Le ha conocido?

JUANITO VENTOLERA.- Bastante. Simpatizamos.

LA DAIFA.- Era mi novio. Estábamos para casar.

JUANITO VENTOLERA.- Pues aquí tiene usted su consuelo.

LA DAIFA.- ¿De verdad has conocido tú a Aureliano Iglesias?

JUANITO VENTOLERA.- Y tanta verdad.

LA DAIFA.- ¿Sabes cómo murió?

JUANITO VENTOLERA.- Como un valiente.

LA DAIFA.- ¡A los redaños que tenía, algunos mambises habrá tumbado!

[19]

JUANITO VENTOLERA.- Muchos no habrán sido... Siempre se tira de lejos.

LA DAIFA.- Pero alguno doblaría.

JUANITO VENTOLERA.- Pudiera...

LA DAIFA.- ¿Tú no crees?...