Liberar la tierra - Leonardo Boff - E-Book

Liberar la tierra E-Book

Leonardo Boff

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Beschreibung

Breve reflexión teológico-espiritual sobre la Tierra y el ser humano, que propone una «ecoteología» que quiere responder a la pregunta «¿Cómo producir, viviendo en armonía con la naturaleza, con los seres vivos, con los seres humanos y con la trascendencia?». La respuesta pasa por incorporar una nueva visión del mundo y repensar nuestra relación con la Tierra y nuestros modos de producción y consumo. Para Leonardo Boff, el escenario actual puede no ser una catástrofe inevitable sino una crisis purificadora capaz de proyectarnos hacia un futuro lleno de promesas. Con la mirada puesta en los profetas, el teólogo ecologista hace en este libro una apuesta por la esperanza y propone una ecoteología para que el mañana sea posible.

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Índice

Portada

Portadilla

Créditos

Introducción

Dejémonos sorprender

Escuchemos de nuevo a los profetas

El hombre, torturador y víctima del medio ambiente

El futuro camino de la vida

Ideas para retomar el camino correcto

Seis cambios para el mañana

Redescubrir la centralidad de lo sagrado

Nuevos tiempos, nueva ética (globalizada)

Otro mundo es necesario

Teilhard de Chardin enseña: el sueño de una civilización planetaria

Notas

© SAN PABLO 2018 (Protasio Gómez, 11-15. 28027 Madrid)

Tel. 917 425 113 - Fax 917 425 723

E-mail: [email protected] - www.sanpablo.es

© EMI, Bolonia 2014

Título original: Liberare la terra. Un'ecoteologia per un domani possibile

Traducido por Juan Antonio Carrera Páramo, SSP

Distribución: SAN PABLO. División Comercial

Resina, 1. 28021 Madrid

Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050

E-mail: [email protected]

ISBN: 9788428561020

Depósito legal: M. 13.258-2018

Impreso en Artes Gráficas Gar.Vi. 28970 Humanes (Madrid)

Printed in Spain. Impreso en España

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio sin permiso previo y por escrito del editor, salvo excepción prevista por la ley. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la Ley de propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal). Si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos –www.conlicencia.com).

Introducción

La causa por la que he trabajado toda mi vida es la de los pobres que claman justicia y liberación, junto con la de la Tierra, que estamos destruyendo sistemáticamente desde hace algunos siglos y que reacciona a través del calentamiento global. El tema que me gustaría tratar es el de la esperanza: ¿cuál será la próxima etapa de la humanidad?

Numerosos indicios nos muestran que nos dirigimos hacia una tragedia ecológica y humanitaria. Vivimos momentos dramáticos para toda la humanidad. Se anuncian amenazas globales que golpearán la Tierra y pondrán en peligro la existencia misma de la especie humana.

Aquí me gustaría recordar algunas palabras esenciales de la Carta de la Tierra, uno de los documentos más bellos y profundos del comienzo de este siglo XXI, promovido por la sociedad civil a nivel internacional y recogido por la UNESCO en 2003. Nos muestra los valores y principios que nos permiten superar la crisis actual: «Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro […]. La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida».

Más allá de estas sombrías predicciones, estoy convencido de que la esperanza superará el miedo y que la vida es más fuerte que la muerte. Los sufrimientos actuales no son los momentos anteriores a la muerte, sino los signos de un nuevo nacimiento. De estos signos deriva una consecuencia: el escenario actual puede no ser una catástrofe inevitable sino una crisis purificadora capaz de proyectarnos hacia delante, en un nivel superior, lleno de promesas.

Dejémonos sorprender

Los últimos siglos se han distinguido por una infinidad de descubrimientos: continentes, pueblos indígenas, especies vivientes, galaxias, estrellas, el mundo subatómico, las energías originarias y ahora el bosón de Higgs, una especie de fluido sutil que impregna el universo; las partículas virtuales, al tocarlo, reciben la masa y se estabilizan. Pero no hemos descubierto la Tierra como un planeta, como nuestra casa común, hasta que nos hemos alejado de ella. Ha sido necesario salir de la Tierra para verla desde el exterior y constatar la unidad de la Tierra con la humanidad.

Este es el gran legado de los astronautas, que fueron los primeros en contemplar la tierra desde el espacio exterior, comunicándonos lo que se llamó «el efecto de la visión de conjunto». Sus hermosos testimonios fueron recogidos por Frank White en su libro: The Overview Effect1. Ellos producen en nosotros una fuerte emoción y un sentimiento de profunda reverencia, una verdadera experiencia espiritual. Vamos a leer algunos.

El astronauta James Irwin dice: «La Tierra nos recuerda a un árbol de Navidad, que cuelga del fondo oscuro del universo; cuanto más nos alejamos de ella, más se empequeñece, hasta que se reduce a una pequeña bola, la más bella que podamos imaginar. Un objeto vivo, bello y cálido, que parece frágil y delicado. La persona que lo contempla se siente diferente, porque comienza a apreciar la creación de Dios, a descubrir el amor de Dios».

Eugene Cernan confiesa: «Fui el último hombre en poner un pie en la luna en diciembre de 1972. Desde la superficie lunar miré con asombro a la Tierra, que emergía de un fondo muy oscuro. Lo que vi era demasiado bueno para ser entendido completamente, demasiado ordenado y sensato como para ser el resultado de un simple accidente cósmico. Uno se sentía interiormente obligado a alabar a Dios. Solo Dios ha podido crear lo que tuve el privilegio de contemplar. La veneración y la acción de gracias surgen espontáneamente. Esta es la razón por la cual el universo existe».

Con gran intuición, otro astronauta, Joseph P. Allen, observa: «Se han realizado muchas discusiones sobre los pros y los contras de los viajes a la Luna. Nunca escuché a nadie decir que teníamos que ir allí para ver la Tierra desde arriba. Sin embargo, a fin de cuentas, esta es la verdadera razón que nos trajo a la Luna».

En esta experiencia singular, el ser humano comprende que él y la Tierra forman una unidad, y que esta unidad pertenece a otra más grande, la del sistema solar, y esta a su vez a otra todavía mayor, la de la galaxia, y esta a todo el universo, y todo el universo al Misterio, y el Misterio al Creador.

«Desde allí arriba –continúa Eugene Cernan– no se perciben las barreras del color de la piel, la religión y la política que dividen el mundo. Todo está reunido en el único planeta Tierra». Y Salman al-Saud comenta: «El primer y segundo día, indicábamos nuestro país con el dedo; en el tercero y cuarto, nuestro continente; en el quinto día, solo teníamos conciencia de la Tierra como un todo».