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San Agustín

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Beschreibung

El milagro con el que Nuestro Señor Jesucristo convirtió el agua en vino no es una maravilla a los ojos de quienes saben que fue obrado por Dios.

En efecto, el que durante las bodas produjo el vino en las seis ánforas que mandó llenar de agua, es el mismo que todos los años hace algo semejante en las vides.

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Lo extraordinario de lo ordinario

 

(Comentario Evangelio de San Juan, 8, 1)

 

CRC/GLORIFICAR-D ALABANZA/CREACION: El milagro con el que Nuestro Señor Jesucristo convirtió el agua en vino no es una maravilla a los ojos de quienes saben que fue obrado por Dios. En efecto, el que durante las bodas produjo el vino en las seis ánforas que mandó llenar de agua, es el mismo que todos los años hace algo semejante en las vides. Lo que los servidores echaron en las hidrias, fue transformado en vino por obra de Dios, lo mismo que también por obra de El se cambia en vino lo que cae de las nubes. Si no nos maravillamos de esto, es porque sucede todos los años y por la frecuencia ha dejado de ser admirable.

 

Sin embargo, esto merecería mayor consideración de lo que sucede dentro de las ánforas con agua. ¿Quién puede, en efecto, considerar las obras del Señor, con las que rige y gobierna el mundo entero, sin pasmarse de asombro ni quedar como aplastado ante tantos prodigios? La potencia de un grano de semilla cualquiera es tan grande que casi hace estremecer de espanto a quien lo considera con cuidado. Pero como los hombres, ocupados en otras cosas, han dejado de prestar atención a las obras de Dios, por las que sin cesar deberían glorificar al Creador, Dios se reservó hacer prodigios inusitados para inducir a los hombres, que están como amodorrados, a adorarlo a través de estas maravillas.