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Ya desde una fecha tan temprana como 1961, los situacionistas disciernen los primeros signos del vasto movimiento de contestación total que algunos años después iba a sobrecoger a las sociedades industriales más desarrolladas. Para los situacionistas, si la revolución tiene alguna posibilidad ésta pasa por su relación con la vida cotidiana. La política debe dejar paso a una revolución permanente generalizada en todos los aspectos de la existencia: las viejas nociones de pobreza y riqueza, fundamentadas exclusivamente en el proceso económico, deberán sustituirse por un concepto nuevo que haga referencia a la plenitud y a la satisfacción del deseo. Las energías de la nueva revolución provienen del rechazo del aburrimiento y de la insignificancia en que la inmensa mayoría de la gente se ve obligada a vivir. La "historia crítica" de Mario Perniola, escrita en 1972, restaura la dimensión procesual y colectiva de la aventura situacionista, atendiendo sobre todo a los 12 números de la revista como su obra concreta principal y sin eludir los claroscuros y los problemas de la experiencia.
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Veröffentlichungsjahr: 2015
MARIO PERNIOLA
LOS SITUACIONISTAS
HISTORIA CRÍTICA DE LA ÚLTIMAVANGUARDIA DEL SIGLO XX
Traducción: Álvaro García-Ormaechea
ACUARELA LIBROS
A. MACHADO LIBROS
Licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 EspañaSe permite copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra, siempre que se reconozcan los créditos de la misma de la manera especificada por el autor o licenciador. No se puede utilizar esta obra con fines comerciales. No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. En cualquier uso o distribución de la obra se deberán establecer claramente los términos de esta licencia. Se podrá prescindir de cualquiera de estas condiciones siempre que se obtenga el permiso expreso del titular de los derechos de autor.
© de la presente edición:
Ediciones Acuarela y Machado Grupo de Distribución, S.L.
Título original:I situazionisti(1972)Traducción:Álvaro García-OrmaecheaIlustraciones:Fotografías cedidas por François de Beaulieu y María Izquierdo de BeaulieuImagen de portada:Detalle del «Mensaje de la Internacional Situacionista a la asamblea general de la Asociación Internacional de críticos de arte», reunida el 14 de abril de 1958 durante la Exposición Universal de Bruselas
Edición:Ediciones [email protected]
Machado Grupo de Distribución, S.L.C/ Labradores, 5 - Parque Empresarial Prado del Espino28660 Boadilla del Monte (Madrid)[email protected]
ISBN:978-84-9114-092-4
Nota editorial
La superación del arte
Los orígenes de la Internacional Situacionista
La ruptura con elestablishmentartístico
Atención prestada al cambio histórico
La innovación tecnológica y la revolución social
La superación del arte
Las técnicas de condicionamiento
La pintura industrial
La psicogeografía y la deriva urbana
El urbanismo unitario
New Babylon
Homo Ludens
El concepto de «situación»
Eldesvío
Hacia un cine situacionista
Las dos almas del hiperfuturismo situacionista
La ruptura con la vanguardia modernista
Los situacionistas y el surrealismo
El sujeto y la creación artística
El sectarismo de la Internacional Situacionista
La teoría crítica de la sociedad
Hacia nuevas formas de expresión
Crítica del neocapitalismo
Crítica del funcionalismo urbanístico
La revolución de la vida cotidiana
Vida y supervivencia
Popularidad virtual de los situacionistas
Crítica de la sociedad del espectáculo
Teoría y práctica de la subversión
Crítica de las especializaciones alienantes
Crítica de la ideología de la comunicación
Crítica de la ideología bolchevique
Crítica de la ideología económica
Crítica de la ideología científica
Crítica de la ideología tecnocrática
Teoría y organización revolucionaria
La realización de la teoría
La subjetividad radical
La espontaneidad
Crítica de la cosificación
El grupo revolucionario
El escándalo
El movimiento estudiantil de Estrasburgo
Transparencia y coherencia
El retorno de la revolución social
Crítica del militantismo
Nuevas estrategias
La revuelta de la juventud
La revuelta negra de Watts
Crítica de la ideología tercermundista
Crítica del maoísmo
Las luchas de liberación nacional
La revolución en los países subdesarrollados
La teoría de los Consejos obreros
Mayo del 68
El juicio sobre Mayo del 68
Grandeza y límites de la Internacional Situacionista
Epílogo: reflexiones y recuerdos a la deriva sobre los situacionistas,Mario Perniola(2007)
Tras la moda situacionista de finales de los años 90, las múltiples traducciones y toda la atención que captaron, ¿por qué nos ha parecido tan importante traducir y publicar el libro de Perniola, ya en un contexto más relajado, menos saturado?
Como bien señala Yves Le Manach, pareciera que la historia de la IS fuera la obra de una sola persona, Guy Debord. Pero la historia de la IS se presenta en primer lugar bajo la forma de una revista con 12 números. Y son esos 12 números los que constituyen la obra concreta de la IS.
El libro de Mario Perniola restaura la dimensión procesual y colectiva de la experiencia situacionista, atendiendo sobre todo a los 12 números de la revista como su obra concreta principal. Frente a las historias teleológicas de la IS (que se escriben como si la IS del 68 estuviera ya contenida en el 57), Perniola narra una trayectoria menos lineal, llena de problemas y contradicciones, donde hubo caminos abiertos que no se transitaron, distintas acepciones de los conceptos, luchas de poder internas que determinaron el devenir del grupo, etc.
¿Cómo puede una teoría crítica morder la realidad? En primer lugar, hay que hundir el pensamiento y la creación enla propia experiencia, en la propia época, en la propia carne. La búsqueda de radicalidad pasa necesariamente porla radicalidad de la búsqueda. Aferrar la realidad desde la propia «vida dañada» no es algo dado. No basta con abrir los ojos para ver el presente sin modelo, sin categorías previas, sin el peso de la repetición, sin ideología. La teoría crítica es unaconstrucción, que en el caso de la IS no pasó sólo por lecturas, sino también por conflictos, encuentros, mezcla de diferentes minerales, vivencias, participación colectiva y aportaciones exteriores, acontecimientos, experimentos, etc. Solemos tener un acercamiento limitado a losresultadosde la crítica, que desconoce (o banaliza) elprocesode elaboración colectiva de esa crítica. El mayor mérito del libro de Perniola es precisamente abrir el código-fuente del proceso de elaboración crítica de la IS,mostrando los mismos materiales de construcción.
Al mismo tiempo, es una historiacrítica. Todo el mundo sabe que los situacionistas eransectarios. Pero, ¿por qué? El hecho se denuncia o se lamenta, pero nunca se explica. Perniola ensaya aquí una interpretación, según la cual la raíz del sectarismo situacionista no es «bolchevique» (un residuo de la idea de vanguardia), sino «artística». Otros problemas son abordados: la cuestión de la organización, de la relación teoríapráctica, del hiperfuturismo situacionista, etc. De hecho, no es difícil ver en este ensayo de Mario Perniola (escrito en 1972) una fuente de otras reflexiones críticas sobre la IS que han ido llegando años más tarde.
La problemática en torno a la crítica radical del arte y su superación revolucionaria1, tal y como fue planteada por Dadá, las vanguardias artísticas soviéticas y el primer surrealismo, se desvanece en el periodo comprendido entre 1925 y 1960, en estrecha conexión con el eclipse de la perspectiva de la revolución proletaria y la afirmación del fascismo, de la socialdemocracia y del estalinismo. La tesis de la independencia del arte, que hace pasar por libertad el aislamiento y la impotencia del artista, y la tesis del compromiso político, que a su vez hace pasar por revolución la subordinación a la burocracia, son sustancialmente solidarias a la hora de neutralizar la dimensión auténticamente subversiva que se halla implícita en la actividad artística, impidiéndole desbordarse en la vida cotidiana y, por otro lado, recuperándola para operaciones de propaganda. La conciencia del carácter esencialmente revolucionario del arte, de la poesía y de su profunda tendencia a la auto-superación sobrevive de manera desmedrada y confusa en el surrealismo, en el letrismo, en el grupo COBRA (1948-1951) o en el Movimiento por una Bauhaus Imaginista. Todas estas experiencias se hallan en el origen de la Internacional Situacionista, que nace precisamente en julio de 1957 en Cosio d’Arroscia (Cuneo) de la fusión del Movimiento por una Bauhaus Imaginista, del Comité Psicogeográfico de Londres y de la Internacional Letrista (que, nacida en 1952 de la ruptura del ala radical del Letrismo con el fundador de éste, Isidore Isou, se expresaba a través de la revistaPotlatch).
Confluyen así de esta manera en la Internacional Situacionista la búsqueda experimental de Constant, de Pinot-Gallizio y de Jorn –que tiende hacia formas de realización cada vez más distantes y ajenas a la actividad artística tradicional–, la indagación psicogeográfica de A. Khatib, anticipada por las observaciones de Gilles Ivain (seudónimo de Ivan Chtcheglov), que opone al funcionalismo arquitectónico y urbanístico las perspectivas emergentes de la experiencia vivida del espacio urbano, así como la consideración crítico-teórica de la vanguardia dadaísta, surrealista y letrista de Guy Debord y Michèle Bernstein, que rechaza el proceder ecléctico y oportunista imperante entonces en los ambientes del arte moderno en nombre del frente revolucionario cultural. Toda esta serie de matrices diferentes buscan su punto de encuentro en la construcción de unmovimiento coherente, en laconciencia de los nuevos tiemposy en lasuperación del arte.
La primera preocupación de la Internacional Situacionista fue la de romper definitivamente con el eclecticismo cultural, que es la cortina ideológica tras la cual el mercado de las obras de arte, articulado en variosracket2, oculta intereses exclusivamente comerciales: los marchantes de arte, los críticos complacientes, los directores de galerías, etc., representan las múltiples patas que sostienen el orden social dominante en el ámbito de la producción y circulación de un tipo de mercancía de lujo. La IS (que es como los situacionistas solían referirse a su organización, por sus iniciales) no nació como un par de nuevas siglas, uno de tantos «ismos» bajo los cuales, desde principios del siglo veinte, artistas y críticos bautizados con nombres solemnes y altisonantes venían especulando con modestas novedades estilísticas. Así como no ha existido el «dadaísmo», sino simplemente Dadá, tampoco el «situacionismo» ha existido jamás, sino tan sólo la IS: «Es evidente que la noción de situacionismo ha sido concebida por los anti-situacionistas»3, y se conecta con un intento de recuperación para el mercado artístico de las producciones de los miembros del movimiento. No en vano una de las primeras iniciativas de la IS fue la contestación en Bruselas de la asamblea general de los críticos de arte internacionales (en aquella ocasión los situacionistas difundieron una octavilla que condenaba sin paliativos la crítica de arte, mostrando la solidaridad sustancial de la misma con la burguesía, en su condición de perspectiva parcelaria al servicio del capital).
Esta exigencia de realizar la IS según los imperativos de unmovimiento coherentecomporta ya desde el principio la práctica de las depuraciones y de las exclusiones. Así, en el primer número de la revistaInternationale Situationniste, que se presenta como «boletín central editado por las secciones de la Internacional Situacionista» puede leerse el artículo «Nada de indulgencias inútiles», en el que Michèle Bernstein precisa que «no hay retorno posible (al movimiento) para aquellos a quienes una vez estuvimos obligados a despreciar». La participación en la IS no puede ser una mera adhesión verbal: «Nadie debe poder considerar su pertenencia a la IS como un simple acuerdo de principio; esto implica que lo esencial de la actividad de todos los participantes debe corresponderse con las perspectivas elaboradas en común y con las necesidades de una acción disciplinada, ya sea en la práctica o en tomas de posición públicas»4. Hay aquíin nuceuna distinción neta entre situacionistas y simpatizantes: estos últimos no tienen ninguna función directa y activa en el movimiento. Por otro lado, una actitud de espera y de reluctancia a entrar en la IS podía ya considerarse como un signo de hostilidad.
El segundo punto en el que confluyen las corrientes que dieron vida a la IS esla conciencia de vivir en un periodo histórico derapidísima y radical transformaciónque abre un ámbito amplísimo de posibilidades nuevas. Esa conciencia suscita un estado emotivo marcado por el entusiasmo y la exaltación:
«Nosotros somos los partidarios del olvido. Olvidaremos el pasado y el presente, que son nuestros. No reconocemos como contemporáneos a todos aquellos que se contentan con demasiado poco».5
«Nosotros representamos el primer esfuerzo sistemático por descubrir, partiendo de las condiciones de vida modernas, posibilidades, necesidades, juegos superiores. Somos los primeros en conocer algo nuevo y apasionante, ligado a la actualidad y al futuro próximo de la civilización urbana».6
Había llegado el momento de desterrar de una vez por todas los términos al uso, aceptados y asumidos por los surrealistas, para distinguir entrevida real(lugar del aburrimiento y de la insignificancia) yvida imaginaria(lugar de la maravilla y del sentido), ya que es la realidad misma la quepuedeser maravillosa. Al atribuir a lo maravilloso un estatussurreal, el surrealismo indicó mecanismos de liberación que continúan siendo imaginarios: los sueños, el arte, la magia… «El surrealismo no puede ser superado bajo las condiciones de vida con las cuales se topó y que se han prolongado escandalosamente hasta nosotros»7; es más, desde el momento en que se abre la posibilidad concreta de cambiar dichas condiciones, aquél está destinado a ocupar una posición reaccionaria. En la medida en que sigue alimentando la oposición entre una realidad concebida como el ámbito en el que se ejercita la eficacia racional, por un lado, y una irrealidad entendida como el reino en el que se expresa la fantasía irracional, por el otro, el surrealismo está de hecho sustentando elstatu quo.«Hasta ahora la época ha vivido muy por debajo de sus medios»8, y los surrealistas, que se niegan a considerar la posibilidad de un trastorno profundo y radical de las condiciones de existencia, no pueden colmar ese desfase. Sólo un puñado de ex intelectuales y ex artistas lanzados a la acción colectiva, a la experimentación e invención de modos de vida superiores, cualitativamente distintos a los del pasado, podrían estar a la altura del proceso histórico en ciernes.
Sin embargo, esta conciencia de la novedad tiene dos orientaciones distintas que se esfuerzan por confluir: una, de inspiración técnico-científica, tiene como portavoces a Constant y a Pinot-Gallizio mientras que la otra, de inspiración social-revolucionaria, tiene como portavoz a Guy Debord. La primera de estas orientaciones sitúa el motor de los nuevos tiempos en el progreso técnico, la automatización y el pleno desarrollo de la sociedad de la abundancia, la cual, se dice, aumentará de manera sorprendente la cantidad de tiempo libre a disposición de los trabajadores, tenderá a eliminar el precio de las mercancías y a liberar las energías creativas de todos: «Con la automatización», escribe Gallizio, «dejará de existir el trabajo y el reposo tal y como los entendemos hoy, y se dará paso a un tiempo libre a disposición de energías libres y antieconómicas… Es necesario dominar la máquina, orientarla al gesto único, inútil, anti-económico. Ello contribuirá a la formación de la nueva sociedad, post-económica pero supra-poética…»9. La segunda de estas orientaciones, en cambio, si bien no pone en duda el papel positivo que habrá de desempeñar la industria y la importancia del desarrollo material de la época, tiende a ligar la posibilidad de una nueva era a un renacimiento de la revolución social proletaria: «Yo considero al capitalismo», dice Debord, «incapaz de dominar y emplear plenamente a sus fuerzas productivas, incapaz de abolir la realidad fundamental de la explotación y por lo tanto incapaz de dejar pacíficamente el sitio a las formas superiores de vida que su propio desarrollo material convoca»10. Así, en el primer caso, la nueva era ha de surgir mecánicamente del desarrollo de la producción, mientras que en el segundo surgirá dialécticamente de las contradicciones, tensiones y resistencias sociales que dicha producción genera. En el primer caso se trataría de una aplicación en la existencia cotidiana de un nivel artístico permitido gracias al progreso técnico, mientras que en el segundo caso estaríamos ante un cambio cualitativo de vida que sería inseparable del renacer de la revuelta proletaria.