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Antonio Casero era un maestro del teatro por horas, del género chico, de ese teatro costumbrista de sainetes tan popular en el Madrid finisecular. Este sainete, coescrito junto con Alejandro Larrubiera, se ambienta en un barrio popular y castizo de Madrid, donde se encuentra la carpintería de Nicolás. Este hombre de mal genio es un enamorado de la música clásica y enemigo de la popular, música que encanta a los jóvenes, como, por ejemplo, a su hija Margarita.
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Seitenzahl: 47
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Antonio Casero
SAINETE
ALEJANDRO LARRUBIERA Estrenado en el TEATRO LARA de Madrid, la noche del 8 de Abril de 1911
Saga
Música popular
Copyright © 1911, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726685954
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Al hombre bueuo y noble, al amigo leal y cariñoso, con nu abrazo fraterual de
Antonio. Alejandro.
PERSONAJES
ACTORES
MARGARITA
Seta. Pardo.
BIBIANA
Alba (L.)
MARÍA
Seco.
NICOLÁS
Sr. Mora.
FAUSTINO
Barraycoa.
FABRICIANO
Romea.
DOROTEO
Pérez-Indarte.
BALLENILLA
Carrere.
PEPE
Rodríguez.
EL VIRUTA
Srta. Monero.
UN CIEGO
Sr. De Diego.
UNA MUJER
Srta. Esteban.
__________
La acción en Madrid.—Época actual.—Es primavera
__________
Derecha é izquierda, las del actor mirando al público
Son las siete de una mañana del mes de Abril y en la carpintería del señor Nicolás, hombre de mal genio, propagandista de la música clásica, que no entiende, y enemigo de la popular, se encuentra su hija Margarita, encantadora muchacha de los barrios bajos, «haciéndose la toilette» con la natural coquetería de una niña de dieciocho años, delante de un espejito sobrepuesto en una silla. La puerta principal de la carpintería da á una de las calles más típicas del Madrid castizo. En la ventana, flores y pájaros— ya se dice que es primavera y que hay en el taller una niña de dieciocho abriles.—Cuelga de la ventana en lugar preferente un jaulón con un mirlo que aborrece el «bel canto». Cerca de la ventana, sillas bajas, un cesto con ropa blanca y una mesa arrimada á la pared y próxima á la puerta de entrada á las habitaciones, otra mesa que ha de servir para planchar. En la lateral derecha, dos bancos de carpintero, tablones y la obra terminada, apoyada en la tapia, en la cual se abre un armario para colocar la herramienta y útiles necesarios del oficio; un banquillo, para el aprendiz, arrimado á la pared, en primer término; en fin, un taller de carpintería, como si fuera de verdad; y para que en él nada falte, adornará el testero, una estampa del Patriarca San José, ¡no faltaba más!
margarita , á poco el viruta ( 1)
Marg.(Terminando de peinarse y cantando.)
(La Revoltosa.)
(Pausa corta.) ¡Ajajá! (Saca del bolsillo del delantal una polvera. Después de mirar recelosa á todas partes, se pasa la borla por la cara, dándose una gran cantidad de polvos.) ¡Bueno!... ¡Hoy no dirá mi padre que me he dao polvos... porque no se me nota!... ¡Miste que no dejarla coquetear á una!... Pero, ¿cuala será la que no coquetee?... ¡Uy, he dicho cuala... Esto del bien decir hace mucho en las mujeres... Una muchacha hermosa dice haiga, y le pasa lo que á la Luisa, que por decir truje el día de su boda, la dejó el novio vestida de blanco y con el ramo de azahar haciendo equilibrios... (Coge un clavel de encima de la silla y se lo prende al pecho.) Ahora este clavelito. (Después de prendérselo y con un mohín de coquetería, contemplándose al espejo.) ¡Una tontería de cara!... Pa quitar el hipo está la niña... ¡Uy, qué vergüenza, me estoy llamando guapa!... ¡Seré tonta!... No, pues un coco tampoco soy. (Al espejo.) ¿Verdad que no?... Me es muy simpático este espejito, porque siempre me dice que sí... en cuanto que se lo pregunto... (Al espejo y cantando.)
(El año pasado por agua.)
Vir.(Entra en el taller con la chaqueta al hombro y en la mano el taleguillo con la tartera de la comida. Al oir á Margarita, se acerca picarescamente cantando.)
(El año pasado por agua.)
Marg. ¡Muy bien, Viruta!
Vir. Pero que güenos días. (Cuelga de la percha la chaqueta y deja la tartera en un estante del armario.)
Marg.(Irónica.) ¡Eres un hombre!
Vir.(Con entusiasmo,) Y usté un ojeto de arte.
Marg.(Recogiendo el espejo y colgándolo de la pared.) Y tú un sinvergüenza, porque hace media hora que debías haber venío al taller... Y en cuanto te vea mi padre te da para chufas...
Vir. Como que dice mi madre que desde que estoy en este taller paece que m’han echao en alcohol, no medro, y pa mí que son los golpes... (Transición.) ¿Me permite usté una licencia?...
Marg. ¿Qué pasa?
Vir.(Con gran admiración y acercándose picarescamente á Margarita.) ¡Que es usté el primer desayuno pa un pobre!...
Marg. ¡Sí que te has levantao goloso! ¡Miste el pollito cómo respira!
Vir. Así está su novio de usté de fatuo, que presume más que un ispetor de policía. ¡Usté es una novia y no la que yo uso!... (Saca la petaca y comienza á hacer un pitillo en el que hay más papel que tabaco.)
Marg.(Con sorna.) ¡Ay, qui rico!... Pero ¿tú tienes novia, galán?...
Vir. ¡Como los hombres!... (Suspirando.) ¡Y me está dando una vidita!... ¡Son ustés mu desagradecías!... (Enciende el pitillo y echa una bocanada de humo con gran prosopopeya.)
Marg. Oye, niño, que estás hablando cuasi con tu tía la mayor.
Vir.