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«El canto iniciático del Maestro Peter Deunov, está escrito en búlgaro y es, ante todo, un ejercicio musical destinado a realizar la belleza del alma humana en su camino espiritual. Dirigiéndose principalmente a los sentimientos del corazón, nos comunica el recuerdo de nuestra esencia divina. Y también se dirige a nuestros pensamientos, los interroga sobre el sentido de la vida, los ayuda a redescubrir la fe y la memoria de nuestros orígenes espirituales, ilumina la visión de nuestro futuro y revela el trabajo que hay que hacer».
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Seitenzahl: 93
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Traducción del francés
ISBN 978-84-10379-56-5
© Copyright reservado a Editions Prosveta, S.A. para todos los países. Prohibida cualquier reproducción, adaptación, representación o edición sin la autorización del autor y del editor. Tampoco está permitida la reproducción de copias individuales, audiovisuales o de cualquier otro tipo sin la debida autorización del autor y del editor (Ley del 11 de marzo 1957, revisada). - www.prosveta.es
Este libro recoge una parte de las enseñanzas del Maestro Peter Deunov (Beinsá Dounó) sobre la música y los cantos sagrados, tomadas principalmente de las conferencias pronunciadas en Sofía en noviembre y diciembre de 1922.
Peter Deunov tocaba el violín a la perfección. Trabajó según las leyes de la música y compuso muchas melodías sagradas, pero también folclóricas. Para él, la música no era solo un arte, sino la vida misma, y le acompañaba constantemente. Su agradable y profunda voz podía expresar todos los matices, y su rostro y actitud añadían una fuerza extraordinaria a sus melodías.
En algunas conferencias, explicó la manera de interpretar estos cantos sagrados, revelando su significado más profundo. Varias de estas lecciones se transcriben en este libro.
Nota de los editores
En el mundo de los humanos, la manifestación de la música está vinculada al despertar de la conciencia. Aunque la conciencia humana se haya manifestado desde hace más de 300.000 años, la música, como manifestación creativa, como expresión a través de la voz cantada y los instrumentos, no se remonta a tanto tiempo, sino a unos tres o cuatro mil años antes de nuestra era. Hasta entonces, la música, en el sentido actual de la palabra, no existía. Así, por ejemplo, los hombres de la raza de la Atlántida no eran músicos; esto se puede ver claramente examinando sus cráneos.
La música es un enlace que une el mundo de los Ángeles con el de los hombres. La música contiene una fuerza poderosa y, los hombres, si desean crear una generación en la que se pueda confiar y que sea capaz de aportar algo bello, sublime y nuevo al mundo, deben colocar la música en la base de la educación. Si aplicaran la música como uno de los métodos de trabajo más razonables, no perderían tanto tiempo y energía para obtener unos resultados tan insignificantes.
En la naturaleza todo vibra, todo emite vibraciones que se propagan como ondas musicales; se puede decir que en la naturaleza todo es música. En la tierra, donde habitan tantos seres vivos, se propaga una música ininterrumpida; y hay música tanto en las aguas que fluyen como en las agitadas aguas de los océanos; hay música en el aire, en el aliento del viento, en el susurro del follaje, en el canto de los pájaros, en los sonidos de los animales, en el rumor de los torrentes. A menudo, cuando el viento agita los árboles, hay una música grandiosa allá arriba que un oído agudo aprecia como una sinfonía. Cuando la conciencia cósmica despierte en el hombre, y sus capacidades de discernimiento se desarrollen, comenzará a percibir la sinfonía que resuena en el espacio, empezará a escuchar esta música universal y comprenderá el sentido de la vida.
La música de la naturaleza despierta el sentimiento musical del ser humano y le anima a cantar y a tocar; es a través de este medio que el hombre puede expresar sus sentimientos y sensaciones.
Hoy en día, la música se estudia principalmente como una forma de arte; quienes la estudian consideran inicialmente su aspecto puramente técnico, pero la música tiene un carácter muy complejo y presenta muchas facetas. La técnica es solo uno de sus aspectos, el más importante de la música mecánica. Porque hay tres tipos de música:
- la mecánica, que solo anima las cosas,
- la orgánica, que organiza la materia viva,
- la psíquica, que estimula las fuerzas ocultas del alma.
La música que yo llamo “oculta” combina estas tres cualidades; apenas acaba de aparecer en el mundo y solamente es accesible para un pequeño número de personas. Muy pocos músicos han llegado a su dominio; tiene objetivos más elevados y resuelve problemas más amplios que los que se pueden resolver con la música ordinaria.
La música puede ser un alimento para el intelecto; sin música, muchos sentimientos se marchitan sin dar fruto. Si vivís una vida consciente, si vuestra alma está siempre despierta y dispuesta a amar a todos los seres vivos, percibiréis la música divina de la Naturaleza. A través de esta música son transmitidos los pensamientos de los Seres superiores de la Naturaleza Viviente que os permitirá experimentar la alegría indescriptible de sentiros ciudadanos de su reino.
Por música, en el sentido más amplio de la palabra, entendemos la armonía en los pensamientos, en los sentimientos y en los deseos. Cuando el hombre posee esta música en el interior de sí mismo, siente entonces que algo canta suavemente en él, en las profundidades de su alma. Saborea una armonía ininterrumpida que le tranquiliza y da una nueva dirección a sus pensamientos. El hombre debe cantar y tocar para entrar en contacto con la conciencia de la Naturaleza, pero, sobre todo, debe cantar y tocar para sí mismo.
Es esencial que todas las sociedades espirituales empiecen y terminen su trabajo con la música, pues de esta manera atraerán no solo las fuerzas de la Naturaleza que están en armonía con ellas, sino también la atención de los Seres superiores del mundo espiritual. Estos Seres, de una musicalidad excepcional, se interesarán por estos encuentros y descenderán para participar en los trabajos que se realicen; y cuando estos Seres descienden, siempre dejan algo de valor, un estímulo, una luz, una virtud.
(Extractos de una conferencia pronunciada en Sofía el 12 de octubre de 1922)
Esta tarde, me gustaría daros una idea sobre la manera de transformar las energías utilizando un método musical.
El amor se manifiesta a través de tres cualidades. En primer lugar, cuando se manifiesta en el corazón, produce el sentimiento más dulce, el cual penetra en todos los demás sentimientos. Por lo tanto, no hay otro sentimiento más dulce que éste. Esto concierne al corazón. Cuando experimentáis este sentimiento, entonces, un nuevo corazón se forma en vosotros. El apóstol Pablo dice en su Carta a los Corintios: “Nos transformaremos...” ¿Cómo nos transformaremos? Cuando el amor entre en el intelecto, producirá la mirada más bondadosa, una mirada con una dulce luz, que penetra en todas partes y bajo la cual maduran los mejores frutos; todo crece y madura bajo esta luz. Esta es la segunda cualidad del amor. La tercera cualidad del amor llega cuando se manifiesta en la vida material, donde produce la más dulce de las palabras. Estas palabras, en apariencia, no tendrán nada de especial, serán ordinarias; solo podrá captarlas aquél en quien se manifieste este amor. Pueden ser palabras ordinarias como: “¿A dónde vas?”, pero serán pronunciadas de tal manera, y con tal sonoridad, que nunca olvidaréis, siempre os inspirarán. Así pues, experimentaréis el sentimiento más dulce, la mirada más dulce y la palabra más dulce.
Pregunto: si ahora pudierais pronunciar la palabra más dulce, ¿qué ocurriría? - Os convertiríais en los mejores discípulos. Así pues, si pudierais decir esta palabra, estarías todos en el Cielo. Cuando este dulce sentimiento se manifieste, nacerá el amor más delicado, y de este dulce sentimiento nacerá también la pureza; solo entonces seremos puros. Sin él, la pureza es imposible. Tan pronto como este sentimiento se manifieste en vuestra alma, podéis esperar que la pureza divina entre en vosotros. En segundo lugar, cuando la dulce mirada se manifieste, es seguro que la luz llegará a vuestro intelecto. Y cuando llegue la dulce palabra, es seguro que la libertad se manifestará en vuestra alma. Estas son las tres cualidades que debéis tener. Fuera de estas cualidades, podéis filosofar tanto como queráis, podéis pensar que sois lo que deseéis, estaréis siempre en el camino equivocado. Este sistema es el de la naturaleza, es divino, y no tiene excepciones.
A veces pensáis: “¿Debe un hombre que habla de Dios cantar y tocar un instrumento?”- Los religiosos tienen concepciones ridículas y piensan: “¡Cómo puede un santo tocar el violín! Debe ser silencioso como un roble...” - No, el rostro de un santo emanará la luz y hablará en abundancia, y hablará a todos poniendo a cada uno en el camino correcto.
Ahora, quiero que entre vosotros reine una libertad razonable y que os relacionéis con naturalidad. Debéis ser naturales, sin ninguna afectación. No hablo de la franqueza, pues hay una franqueza que no es natural, os hablo de la franqueza que es natural, la de un corazón puro, la de un hijo de Dios.
Cantad cuando os apetezca. Empezad a hacerlo sin temer la presencia de nadie. - “¿Y si alguien está enfermo?” - Si vuestro canto es divino, el enfermo se levantará de la cama y sanará. Dirá: “Os agradezco que hayáis cantado para mí.” A veces, las canciones irritan a la gente; en ese caso, no cantéis.
Esta tarde os daré una canto para que lo practiquéis: Sila Zhiva - Fuerza Viva. Este será el primer ejercicio de música oculta. Nos desviaremos de todas las reglas de la música. Esta tarde interpretaremos música oculta. Si podemos estudiarla bien, ¡mucho mejor! Si no, la dejaremos para más adelante. (El Maestro afina su violín).
Ahora, relajaros y cantad. Dejad que vuestras laringes se relajen. En estos momentos os considero a todos como parte de un mismo coro. En cualquier otra parte, vuestras voces habrían sido probadas con un violín para hacer una selección. Yo no selecciono. Os tomaré a todos tal como sois, y creo que todos podéis cantar. Vamos a entonar, este es un ejercicio tonificante. (El Maestro toca el ejercicio con el violín y lo canta).
Este ejercicio debe realizarse cantando. Todos juntos varias veces. Con este canto intentaremos experimentar la transformación de las energías.
Fuerza viva, fuerza viva, dime, dime dónde brota el agua.
Las palabras de este ejercicio están relacionadas con los tonos ascendentes. Lo mismo ocurre con las vibraciones. Si queréis tonificaros, podéis cantar este ejercicio. Cantar os tonifica. Si no estáis bien dispuestos, empezad a cantar. Con este ejercicio haréis un experimento: si os encontráis en las peores condiciones, cantad el ejercicio y veréis el resultado, pero solo podréis hacerlo si no olvidáis la melodía. Aseguraos de recordarla. Volved a realizar el ejercicio.
En la música oculta, las palabras tienen un efecto regulador. Son fuerzas que lo regulan todo. Debéis saber que estos ejercicios, como muchos otros, son necesarios para vosotros. Experimentaréis con ellos y los compartiréis cuando estéis convencidos de su fuerza. Experimentaréis y observaréis, y un día, cuando hayáis obtenido resultados, los podéis transmitir. Si dais algún día un concierto, añadid algunas de estas canciones entre las demás piezas musicales, como una curiosidad para sorprender al público, y veréis el efecto que producen.