Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El narcotráfico es un peligro real ara la seguridad planetaria. En este texto los autores nos toman de la mano y nos hacen viajar por el corrupto y singular mundo del tráfico de estupefacientes y la lucha que las fuerzas del orden tienen contra este flagelo que, irónicamente, está aupado y protegido por aquellos con los recursos para detenerlo.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 296
Veröffentlichungsjahr: 2023
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Edición, composición interior, diseño de cubierta y conversión a e-book: Jadier I. Martínez Rodríguez
Todos los derechos reservados
© Mario Antonio Padilla Torres,
Juan Rubén Herrera Masó, 2023
© Sobre la presente edición:
Ruth Casa Editorial,
Primera edición e-book, 2023
ISBN: 9789962740223
Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización de Ruth Casa Editorial. Todos los derechos de autor reservados en todos los idiomas. Derechos reservados conforme a la ley.
Ruth Casa Editorial Calle 38 y Ave. Cuba,
Edif. Los Cristales, Oficina no. 6
Apdo. 2235, Zona 9A, Panamá
www.ruthtienda.com
www.ruthcasaeditorial.com
Página legal
Sobre los autores.
Prólogo
Introducción
I. Tendencias principales del tráfico internacional de drogas1
El tráfico internacional de drogas. Tendencias principales.
1. Aumento del número de consumidores de drogas.
2. Aumento del número de consumidores de opioides y de personas que padecen trastornos por consumo de drogas en el mundo.
3. La producción de cocaína alcanzan cifras récord
4. Incremento sin precedentes de las incautaciones.
5. Aumento del consumo de cocaína en América del Norte y en Europa Occidental y Central.
6. Aumento de la preocupación por el consumo de metanfetaminas en varias regiones.
7. Aumento de los daños por consumo de metanfetamina.
8. Auge de los mercados de los opioides sintéticos y de las muertes asociadas a su consumo.
9. Aumento y expansión del tráfico de Fentanilo y sus análogos más allá de América del Norte.
10. Aumento del consumo de Tramadol en varios países
11.Rápido aumento del número de nuevas sustancias psicoactivas (opioides sintéticos) en los mercados.
12. Disminución de la producción de opio.
13. Aumento de las incautaciones de opiáceos a niveles sin precedentes.
14. Reducción de las incautaciones de Cannabis.
15. Diversificación de los productos de la planta de Cannabis y aumento de su potencia desde su legalización.
II. La narcotecnología. Aristas de su dimensión técnica
Produccion de drogas
1. Drogas naturales
Marihuana
Marihuana Transgénica16
Marihuana Hidropónica20
Cocaína26
Clorhidrato de Cocaína
Crack o “Cocaína de los pobres”
Amapola37
El opio38
Opiáceos naturales: La morfina
Opiáceos semisintéticos: La heroína
Opiáceos sintéticos: El fentanilo49-50
Amapola Transgénica64
Drogas de Diseño
Cocaína Sintética
Cocaína impregnada en textiles
Cocaína mezclada en líquidos
Cocaina impregnada en plásticos
Cocaína impregnada en virutas de madera
Cocaína Negra73
Cocaína Líquida76
Cocaína Rosada81
Marihuana Sintética83 (Cannabinoides Sintéticos)
Sales de Baño85(catinonas sintéticas)
Procesamiento de drogas
Laboratorios en zonas rurales
Laboratorios urbanos
Laboratorios móviles
Laboratorios subterráneos
Precursores químicos para la elaboración de drogas
Laboratorios clandestinos de cocaína
Laboratorios clandestinos de Drogas Sintéticas104
Laboratorios de morfina y heroína
Laboratorios de metanfetamina107
Traslado de drogas
1. Por vía terrestre
Narcotúneles108
2. Por vía marítima
Narcosubmarinos112
Lanchas Rápidas118
Contenedores
Radio Boyas
3. Por vía aérea
Narcodrones
Informática y Telecomunicaciones
Supercomputadoras
Celulares176
Criptomonedas 184
Tecnologia militar195
Armas, municiones y explosivos196
Catapultas y Cañones.
Narcotanques blindados226
Iii. El tráfico internacional de drogas y la Covid-19
Los carteles de la droga norteamericanos
Compradores mayoristas
Mimetizados
La telaraña
El papel de los mexicanos en Estados Unidos
Las drogas227 en el contexto de la Covid-19
IV. Consecuencias de las drogas ara la Salud
Millones de personas se inyectan drogas en todo el mundo
Prevalencia de la infección por el VIH entre las personas que se inyectan drogas varía considerablemente de una región a otra
Lenta contención de la epidemia de hepatitis C en las personas que se inyectan
Muertes y años de vida sana perdidos por consumo de drogas
Aumento de la demanda de tratamiento por trastornos por consumo de Cannabis en la mayoría de las regiones230
Aumento de los consumidores de cocaína solicitan tratamiento en Europa por policonsumo de drogas.
Los reclusos vulnerables al abuso de drogas no están suficientemente atendidos por los programas de tratamiento
Existencia de consumo de drogas, incluido consumo por inyección en las cárceles
Consumidores de drogas enfermos de Covid-19
V. Resultados del enfrentamiento
Convención Única sobre Estupefacientes (1961)
Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas (1971)
Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotró-picas (1988)
Organismos internacionales de lucha contra el narcotráfico
Cierre de mercados virtuales de ventas de drogas en la Web Oscura
Concentración geográfica del tráfico de alucinógenos
Concentración de las incautaciones de LSD y otros alucinógenos
La mayor parte de la heroína que se trafica se origina en la misma región
Expansión del tráfico de cocaína desde la década de 1980 hasta convertirse en un fenómeno mundial
Relación entre la producción lícita y los mercados ilícitos sigue sin estar del todo clara en algunos casos
El mercado ilícito de otros fármacos opioides se abastece de fuentes lícitas e ilícitas.
Ocupación de cocaína liquida por vía aérea y marítima
En Cuba han sido detectados varios casos de cocaína líquida, entre ellos:
VI. Consecuencias del trafico internacional de drogas
Conclusiones
Referencias bibliográficas
Mario Antonio Padilla Torres, Caibarién, Villa Clara, 1959. Dr. en Ciencias Filosóficas (2009), Máster en Ciencias Históricas (1989), está Diplomado en Cultura (2007), Licenciado en Ciencias Políticas (1980), Profesor e Investigador Titular y secretario Científico del Centro de Investigaciones de Política Internacional de la República de Cuba. (CIPI), estudia problemas como, teoría de las relaciones internacionales, problemas globales de la humanidad, los problemas del terrorismo a nivel internacional, situación de los países exsocialistas y repúblicas exsoviéticas y Rusia, ha impartido docencia en diferentes universidades del país. Es miembro permanente del Tribunal Nacional de Filosofía de la República de Cuba. Es miembro del Consejo Editorial de las Revistas “Cuadernos de nuestra América” del CIPI y “Política Internacional del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) donde es autor de varios artículos, ha publicado artículos , en medios de prensa cubanos , ecuatorianos, españoles e ingleses. Es autor del libro Juan Marinello Vidaurreta un hombre de pensamiento y acción de la Editorial de Ciencias Sociales (2017).
Juan Rubén Herrera Maso. 64 años de edad. Natural de La Habana. Graduado en, Derecho (1981). Lic. Matemática. Universidad de la Habana (1989). Máster en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Facultad de Filosofía, Historia y Sociología. Universidad de La Habana (2001); Diplomado en Información Geográfica. Facultad de Economía (2007); Doctor en Ciencias Jurídicas (2004); Investigador Titular (2005). Profesor Titular (2007), ratificado (2016). Elegido Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba para el periodo 2018-2022. Cargo actual: Director de Ciencia e Innovación Tecnológica, Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Orden “Carlos J. Finlay” (2007). Premio Nacional de Ciencias Sociales ACC (1997).
Las sustancias psicotrópicas y los estupefacientes están relacionadas con culturas ancestrales y con la medicina, pero también son el eje de un comercio mundial que mueve cientos de millones de dólares, que en su segmento ilegal enfrenta a grupos al margen de la ley con autoridades y gobiernos, ocasiona pérdidas humanas, destruye comunidades y países.
Cuba ha mantenido, durante más de 60 años de Revolución, una política de tolerancia cero respecto a las drogas, actitud que ha protegido al país de este flagelo y sus ramificaciones. Nuestro archipiélago está geográficamente situado entre algunos de los principales productores y uno de los mayores consumidores, pues Colombia solo produce el 70% del volumen mundial de la cocaína, que en buena medida trata de ingresarse a los Estados Unidos de América.
Esta realidad implica un esfuerzo enorme en recursos y medios por parte de las autoridades cubanas para interceptar recorridos, intercambiar información con organismos especializados, actuar contra los comisores, mantener alerta todo el sistema de prevención, pero también educar a la ciudadanía sobre las consecuencias del consumo de dichas sustancias.
Los autores del presente volumen brindan suficiente información para poder acercarnos no solo a un tema volátil y peligroso, sino también al debate político que ha generado, en especial durante el presente siglo XXI.
Si abordáramos este tema con ciudadanos que protegen culturas milenarias, escucharemos cómo sus antepasados utilizaron la hoja de coca o la amapola con fines terapéuticos y como estimulante para enfrentar las duras tareas de la agricultura. Si nos acercamos a grupos sociales que se autodefinen como progresistas, conoceremos las campañas que se organizan para legalizar el consumo de algunas de estas sustancias y despenalizar la tenencia de dichos productos en pequeñas cantidades.
Sin embargo, si se investiga sobre la cantidad de personas que se quitan la vida anualmente por no poder sobrevivir a la dependencia que crean las drogas, o si conocemos el total de vidas que se han perdido en cualquier país tanto en guerras entre bandas rivales, como entre la población civil, entonces la percepción del tema varía completamente. Aún más cuando se constata que dicho comercio ilegal ha sido la razón aparente, o la fuente de financiamiento, para derrocar gobiernos y asesinar líderes.
El comercio ilegal de estupefacientes replica en buena medida los desequilibrios que vive la Humanidad en casi todos los campos. En las prisiones usted podrá encontrar muchos más consumidores y traficantes de poca monta, que grandes capos, empresarios y banqueros beneficiados con el ingreso y blanqueo de miles de millones de dólares. Como otro producto más del gran mercado, aquellos que consumen drogas más caras con menos impurezas y mejor procesadas industrialmente, tendrán mejores opciones para sobrevivir que los adictos al crack callejero.
Incluso en el caso de las drogas lícitas existe también una brecha entre aquellos que tienen acceso y pueden pagar la alta tecnología y otros, la inmensa mayoría, que han sido utilizados como animales de laboratorio para probar en ellos medicamentos que han creado una adicción de la cual después no se pueden recuperar.
Los organismos multilaterales de las Naciones Unidas y organizaciones regionales han articulado un grupo de iniciativas importantes para hacer frente a esta realidad, pero siempre sus recursos y medios son inferiores a los que maneja el narcotráfico. Este último en conjunción con otros males sociales como la corrupción y la industria del juego, terminan reafirmando una alianza que debilita por dentro las estructuras de gobiernos y entidades judiciales, que en su estado más puro debía servir como valladar a un tema que tiene escalas de epidemia.
En poco espacio de tiempo la fabricación, comercio y consumo de las sustancias prohibidas pasó de utilizar los rudimentos más arcaicos a entrar a toda máquina en la alta tecnología. Se han localizado labo-ratorios en confortables subterráneos bien equipados, se han ocupado alijos en submarinos y aeronaves; se han interrumpido operaciones por internet y se han detenido pagos internacionales que se movieron por decenas de cuentas bancarias en pocas horas.
Pocos autores se refieren al daño ecológico del consumo de drogas, a pesar de que no es exagerado decir que es una de las causas principales para que nuestro planeta deje de ser en poco tiempo la maravillosa nave en la que hemos navegado durante siglos y en la que probablemente desaparezca la vida humana en un relativamente corto período de tiempo.
El narcotráfico genera el desmonte de importantes lotes de bosques tropicales y otros cultivos, la utilización de los químicos envenenan lechos acuíferos, los recalos contaminan zonas de pesca. Miles de seres humanos se aniquilan entre sí para ocupar territorios de influencia, robarse mutuamente las ganancias. Los consumidores que sobreviven tendrán disminuidas sus capacidades mentales y físicas hasta el final de sus vidas y sus descendientes nacerán con marcas genéticas irrecuperables.
Para el lector cubano, y también de otras latitudes, los datos y razonamientos ofrecidos deben llamar a la reflexión y a concluir el enorme peligro de probar “una sola vez” los efectos de una sustancia psicotrópica, para comprender que la pequeña ventana que se abre con el consumo no se cerrará nunca, como sucede con todas las consecuencias sociales que trae aparejadas.
Los países que sufren la mayor afectación en la producción y comercio de estupefacientes y sustancias prohibidas han visto incluso cómo se transforma el concepto de Estado: cada vez dominan menos territorio, sus fronteras de desdibujan en ciertas zonas y porcientos considerables de su población no pueden ser protegidas, o actúan al margen de la ley.
El narcotráfico reconfigura también la noción de soberanía, que usualmente vemos como independencia respecto a un poder extranjero, para sustituirlo por la incapacidad de alejar las decisiones soberanas de la influencia de cárteles, internos en algunos países, pero también transnacionales.
La drogadicción sustrae anualmente a miles de ciudadanos de la producción y de la educación, de la cultura y de la vida familiar. Limita la participación política y ciudadana.
Quizás el peor delito asociado al narcotráfico haya sido su utilización consciente para enajenar grupos poblacionales, ciudades y financiar el ataque contra países independientes.
Los autores, desde sus respectivas áreas de especialización, nos comparten datos y ejemplos concretos, según los cuales agencias federales de los Estados Unidos canalizaron sustancias prohibidas al interior de la geografía de aquel país y utilizaron el resultante beneficio económico para armar la contrarrevolución nicaragüense, en los años 80 del siglo XX. La invasión contra Panamá en 1989 fue lanzada teóricamente para poder capturar a un solo hombre, que desde el mayor puesto ejecutivo no enfrentaba de forma adecuada el comercio ilegal. El texto muestra algunas claves de cómo la contrarrevolución cubana, y la ciudad de Miami en particular, mejoró su estatus económico a partir de ser protagonista o servir de fuerza de trabajo especializada en importantes operaciones de tráfico que se tejieron dentro del espacio estadounidense.
La supuesta guerra estadounidense contra el Terrorismo, que culminó con una desordenada carrera a través del aeropuerto de Kabul, también esconde un sucio capítulo en la interrelación entre Estados Unidos y el narcotráfico, pues durante los años de ocupación estadounidense Afganistán continuó siendo el principal productor de opio.
En la discusión del tema a nivel internacional se ha puesto mayor énfasis en la producción y el comercio, que en el mercado de destino final, aunque en las cárceles estadounidenses se pueden encontrar una buena cantidad de consumidores, en su mayoría afroamericanos. Es conocido que las dos terceras partes del bene-ficio económico de esta actividad ilícita se registran a nivel minorista en los países de destino.
La llamada industria de las drogas ilícitas genera un entorno de 300 a 500 mil millones de dólares cada año, por encima del PIB de muchos países subdesarrollados. Se trata de una cantidad de fondos que difícilmente pueda ser transportada en bolsillos o al menudeo. Es un comercio que no puede funcionar sin la complicidad de algunos actores de la gran banca internacional.
Y si este es el caso cabría preguntarse, ¿por qué al nivel de la cultura popular los peores narcotraficantes casi siempre tienen patronímicos latinos?, ¿por qué los nombres de los principales cárteles que se pueden recordar son también del Sur del Río Bravo?, ¿por qué lo que proyecta la industria del entretenimiento es una agencia antidrogas estadounidense muy fuerte y apegada a la ley, que debe viajar al Sur a “hacer el trabajo” de unos débiles e ineficaces funcionarios?
Como en tantos otros temas, es importante que la historia del comercio ilegal de estupefacientes se escriba con palabras bien ordenadas. Según las propias leyes del capitalismo “no existe mercancía que no tenga mercado”, y esa es una de las claves de esta difícil ecuación, para la que no se encontrará una solución simple.
Es un acierto de los autores investigar el impacto de este flagelo sobre la pandemia de Covid-19. Pocas informaciones han tratado a nivel global la comorbilidad asociada a la adicción, pero sin lugar a dudas un amplio segmento de los fallecidos a causa de la pandemia eran consumidores habituales de estupefacientes. De la misma manera se establece el nexo con otras enfermedades mejor conocidas, o más “tradicionales”. Incluso si tal relación directa no existiera, aún se podría calcular el beneficio que tendría para otros tratamientos y el ahorro que significaría invertir el dinero que hoy utiliza en el enfrentamiento a las adicciones en la lucha contra el cáncer, o las enfermedades cerebrovasculares.
Tanto en el plano bilateral como multilateral, Cuba ha mantenido una actitud transparente y de total cooperación en este tema. En varias ocasiones propuso a los Estados Unidos establecer mecanismos técnicos que permitieran la acción temprana contra los transgresores. Durante muchos años los servicios de Tropas Guardafronteras de Cuba y de Guardacostas norteamericanos, han mantenido un intercambio y una actuación conjunta que ha salvado la vida quizás de miles de personas. Todo ello a pesar del juego político de aquellos funcionarios estadounidenses electos que lucran con mantener enfrentados a nuestros países. En enero de 2017, estos esfuerzos se vieron coronados con la firma de un Memorando de Entendimiento bilateral para la Aplicación y el Cumplimento de la Ley, dentro del cual el combate al Narcotráfico tenía un papel principal.
De forma deplorable subsiguientes gobiernos han desconocido tal hito, no han apoyado la cooperación técnica con Cuba y han vuelto a poner sobre la mesa la pregunta de: ¿a quién beneficia que no exista el diálogo entre las autoridades a las cuales les toca poner en vigor el acuerdo?; pues la respuesta es clara: a los traficantes.
No caben dudas de que, al finalizar la lectura de este volumen, el lector estará en mejores condiciones para formarse una idea más clara sobre el peligro que se cierne sobre la humanidad, con el comercio ilegal de sustancias prohibidas y para actuar en su entorno con el objetivo de que, tanto su familia como la sociedad cubana en su conjunto puedan mantenerse alejadas de sus efectos nocivos.
Dr. C. José Ramón Cabañas Rodríguez.
Director del Centro Investigaciones de Política Internacional.(CIPI)
El tema de la droga ha sido abordado desde diferentes disciplinas y enfoques; en este trabajo será abordado esencialmente, desde una perspectiva sociopolítica y científico-tecnológica, argumentando cómo, a pesar del azote mundial de la pandemia de Covid19 y sus notables impactos en la economía, los problemas del tráfico, distribución y consumo de la droga no se detienen; recobran vigencia como flagelo universal.
El narcotráfico es el comercio de drogas ilegales, estupefacientes, adictivos o no, potencialmente dañinos para la salud (conocidos comúnmente como drogas), La mayoría de las leyes internacionales prohíben o limitan el narcotráfico, con penas que incluyen la ejecución por diversos medios.
Grupos ilegales, mafias o también denominados carteles o cárteles en América del Sur, gestionan la cadena de suministro. Los cárteles varían en tamaño, longevidad y organización, dependiendo de la sustancia, rentabilidad y volumen de cada proceso. En la parte superior de la jerarquía de estas organizaciones se encuentra el jefe del cartel, que controla la producción y distribución de la sustancia. Junto con los intermediarios financieros, blan-quean los capitales obtenidos de actividades ilegales graves. En la parte inferior de la jerarquía se encuentran los traficantes callejeros de bajo rango, distribuidores que suelen ser también consumidores dependientes.
La mayor parte de las sustancias estupefacientes producidas en el mundo se cultiva o produce en países de Sudamérica, Sureste Asiático y Oriente Medio, y después se introduce de contrabando en los países consumidores.
La Primera Guerra del Opio se supone fue el primer conflicto internacional relacionado con el narco-tráfico. Inglaterra protegió con su armada el tráfico de opio entre la población general de China, algo que era ilegal por decreto imperial.
Los chinos llevaron el opio a México por el puerto de Mazatlán y se dieron cuenta rápidamente de que las condiciones climáticas de Sinaloa permitían el cultivo de esta planta. Así fue como se iniciaron las primeras rutas de narcotráfico hacia los Estados Unidos por territorio mexicano.
El negocio del narcotráfico alcanza tales dimensiones desde hace tiempo, porque es capaz de involucrar a centenares de miles de personas en sus diversos eslabones, a cientos de Estados y reporta miles de millones de dólares en ganancias; para ello corrompe a las altas esferas de gobierno de países de naciones ricas y pobres, abasteciendo un enorme mercado que satisface la demanda de millones de consumidores en todas las regiones del mundo.
El narcotráfico se ha acentuado en las últimas décadas como una actividad delictiva transnacional que genera astronómicas ganancias y capacidades tecnológicas suficientes para desplegar sus negocios ilícitos y a la vez enfrentar a las agencias antinarcóticos y de inteligencia de los organismos globales, nacionales y territoriales.
Muchos traficantes individuales y organizaciones ilegales que se dedican a él han conseguido acumular enormes cantidades de dinero y medios materiales, lo que le ha posibilitado desde una posición de fuerza influir en regiones y gobiernos específicos.
El fenómeno más interesante y dañino internacionalmente es que, desde su origen hasta su recepción por el consumidor final, en ocasiones su valor se multiplica hasta por 100.000, cuestión que repercute en la estabilidad regional e internacional.
En efecto, las dimensiones colosales del negocio de la droga son refrendadas por cifras como los más de 50 millones de consumidores existentes de heroína, cocaína y drogas sintéticas (entre un 3% y un 4% de la población mundial), así como los 400.000 millones de dólares estadounidenses en beneficios que genera anualmente esa industria, cantidad que supera la obtenida por el sector turístico internacional en su conjunto. También se trata de una actividad de la cual dependen decenas de miles de personas, ya sea en los procesos productivos, transporte y distribución, o en el blanqueo de los beneficios.1
Los carteles de la droga u otras organizaciones que se dedican al tráfico, no respetan la inmensa cantidad de personas infestadas en el mundo y los millones de decesos; las tácticas empleadas para que lleguen distintos tipos de drogas a los diferentes escenarios, son disímiles.
El consumo de la droga no se detiene en el territorio estadounidense, su distribución es una telaraña que abarca prácticamente toda la nación, los contagiados por la Covid-19 suman 83 118 074 personas hasta mediados de 2022, con 1 020 945 fallecidos; esta enfermedad, aunque no discrimina clase social, si se sabe que los que más sufren son aquellos con menos recursos, casi 40 millones de personas en los Estados Unidos de América (EUA).2El 11% de los niños blancos en EUA viven en la pobreza, en los niños negros, la tasa llega al 32% y en los niños latinos al 26%, según estudios del Centro de Datos Kids Count, vinculado a estadísticas de la oficina del censo.3
A pesar de la situación complicada que existe en la actualidad, el gobierno de los E.U.A, se entretiene más en la lucha partidista por el poder en las elecciones, que por la vida de los que cada día se enferman o mueren por el nuevo coronavirus.
Las drogas y la pandemia azotan el país, el gobierno se niega a cooperar con otras naciones, se retiró de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los laboratorios farmacéuticos, junto a científicos, luchan por vacunas que les den gananciasy no precisamente para los que más las necesitan.
En este país el diapasón etno-poblacional es amplio, siendo los menos favorecidos los inmigrantes, la lucha es por la sobrevivencia de cada persona. Los gobiernos estaduales se encuentran prácticamente en secesión, la ayuda federal se ausenta y más aún cuando se trata del partido opositor.
El mundo se encuentra convulso, no solo por la pandemia, sino porque existen naciones que alientan, las tensiones entre naciones, avivan los conflictos, bloquean países pequeños, desarrollan prácticamente guerras comerciales con otras potencias mundiales, apoyan el terrorismo y lo practican, sancionan a grupos de países que cooperan para vencer la pandemia e irrespetan el llamado de la Organización de las Naciones Unidas. En fin, las relaciones internacionales se encuentran en tensiones permanentes, llevando al mundo a realidades insospechables, que ponen en peligro la existencia humana.
Y ese es el objetivo general de este libro: Caracterizar el narcotráfico como flagelo global en el contexto de las actuales relaciones internacionales.
1https://www.monografias.com/trabajos27/narcotrafico/narcotrafico.shtml
2 Redacción MARCA Claro; https://us.marca.com/claro/mas-trending/2020/08/12/ 5f33c7 db2 68e3ee6298b4...
3 Gerardo Lissardy BBC News Mundo, Nueva York; https://www.bbc.com/mundo/ noticias-internacional-53440439
En general, las incautaciones indican que la cantidad de cocaína disponible para el consumo ha aumentado más lentamente que la fabricación. De esto se desprende que, a nivel mundial, la actuación de las fuerzas del orden y la cooperación internacional se han vuelto probablemente más eficaces y que se está incautando una proporción de productos de la cocaína mayor que en años anteriores.
Gráfico: Producción de Opio Fabricación de Cocaína Tendencia del Opio
Fuentes: UNODC, estudios sobre la coca y la adormidera en varios países; respuestas al cuestionario para los informes anuales; y Departamento de Estado, EE.UU. International Narcotics Control Strategy Report.
África Occidental, Central y Septentrional experimenta una crisis provocada el Tramadol opioide sintético, que durante décadas fue utilizado como analgésico.
La escasa información de que se dispone sobre su oferta con fines no médicos apunta a que este se fabrica (ilícitamente) en Asia Meridional y desde allí se introduce en los países africanos y en zonas del Oriente Medio.
Las incautaciones mundiales de esta sustancia pasaron de menos de 10 kg en 2010 a casi 9 toneladas en 2013, y en 2017 alcanzaron un máximo histórico de 125 toneladas. Los datos procedentes de Nigeria parecen indicar que el problema es mayor de lo que se suponía. El estudio nacional sobre drogas realizado en ese país en 2017 muestra que el 4,7% de la población de 15 a 64 años comunicó haber consumido opioides sujetos a prescripción médica con fines no médicos en el año anterior y el Tramadol era, el opioide del que más comúnmente se hacía un uso indebido.El número de Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) que son opioides sintéticos, mayormente análogos del Fentanilo, ha venido aumentando a un ritmo sin precedentes: de una sustancia en 2009, pasó a 15 en 2015 y a 46 en 2017, mientras que el número total de NSP presentes en el mercado se estabilizó en torno a 500 sustancias por año en el período 2015-2017.
De las NSP que se comunican por primera vez, los opioides sintéticos se han convertido en el segundo grupo más importante después de los estimulantes. El 29% de las nuevas sustancias psicoactivas que se identificaron por primera vez en 2017 pertenecía a ese grupo.