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Noches lúgubres es la gran obra del escritor y militar José Cadalso. Sin embargo, fue un libro que nunca llegó a publicar en vida. Fue siete años tras su muerte, en 1782, cuando por vio la luz siendo editado en cuatro partes por el periódico el Correo de Madrid. Por su tono infractor y subversivo, Noches lúgubres compareció más de una vez ante el tribunal de la Inquisición y se hicieron de ella varias versiones adecuadas a los ideales de la época. Se entiende que, por su contenido, desde las primeras ediciones se trató de darle un tono moral a la obra. Por medio de modificaciones en el texto o por los prólogos de los editores se intentaba que este libro se impregnase de un tono más moralista, que pudiera hacerla admisible ante la censura o ante los criterios dominantes. Noches lúgubres nos narra la historia de Tediato a lo largo de tres noches especialmente lúgubres. Tediato, su protagonista, dialoga con Lorenzo, el sepulturero del cementerio en que está enterrada Filis, la amada de Tediato. Pretende desenterrar el cadáver para llevarlo a casa y suicidarse, incinerándose a sí mismo junto los restos de la amada. En la primera noche, cuando están a punto de lograrlo, empieza a salir el sol y deben parar. En la segunda, lo confunden con un asesino y lo encarcelan; se topa con el hijo de Lorenzo y conoce las desgracias de la vida de su amigo. Y en la última noche, se ve cómo se marchan para seguir con su cometido. Ninguno de sus deseos puede llevarse a cabo porque noche tras noche los sucesos los interrumpen, y ello lo acaba sumiendo en un negativismo vital. Noches lúgubres es una obra oscura, llena de pesimismo y presagios, escrita siguiendo la moda de los Nights thoughts de Edward Young.
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Seitenzahl: 42
Veröffentlichungsjahr: 2010
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José Cadalso
Noches lúgubres
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: Noches lúgubres.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de la colección: Michel Mallard.
ISBN rústica ilustrada: 978-84-9953-579-1.
ISBN ebook: 978-84-9897-850-6.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Noche primera 9
Noche segunda 29
Noche tercera 47
Libros a la carta 53
José Cadalso y Vázquez (Cádiz, 8 de octubre de 1741-Gibraltar, 26 de febrero de 1782). España.
Su familia procedía por línea paterna del señorío de Vizcaya. Su madre murió durante el parto, y su padre estaba en América y tardó doce años en volver. Fue educado por un tío jesuita, el padre Mateo Vázquez. Cadalso viajó muy joven por Francia, Inglaterra, Italia y Alemania, cuyos idiomas dominaba.
Tras una temporada en el Seminario de Nobles de Madrid, vivió de nuevo en París y Londres hasta la muerte de su padre (1761). Entonces regresó a España y se alistó en el regimiento de caballería de Borbón en 1762, participando en la campaña de Portugal.
Destacado su regimiento a Madrid, Cadalso se relacionó con el poderoso conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla.
Tras unos meses de destierro, Cadalso regresó a Madrid. Por entonces se enamoró de la actriz María Ignacia Ibáñez, quien murió de tifus, a los veinticinco años, el 22 de abril de 1771. Se dice que Cadalso, desesperado ante su muerte, intentó desenterrarla. Poco después escribió Noches lúgubres, obra inspirada en este suceso.
En 1777 fue ascendido a comandante de escuadrón. Dos años más tarde participó en el asedio de Gibraltar y fue ascendido a coronel en 1781. Murió el 27 de febrero de 1782, herido por el impacto en la sien de un fragmento de metralla.
Tediato
Lorenzo
Niño
La Justicia
Sepulturero
Carcelero
Tediato y un Sepulturero
Diálogo
Tediato ¡Qué noche! La oscuridad, el silencio pavoroso, interrumpido por los lamentos que se oyen en la vecina cárcel, completan la tristeza de mi corazón. El cielo también se conjura contra mi quietud, si alguna me quedara. El nublado crece. La luz de esos relámpagos..., ¡qué horrorosa! Ya truena. Cada trueno es mayor que el que le antecede, y parece producir otro más cruel. El sueño, dulce intervalo en las fatigas de los hombres, se turba. El lecho conyugal, teatro de delicias; la cuna en que se cría la esperanza de las casas; la descansada cama de los ancianos venerables; todo se inunda en llanto..., todo tiembla. No hay hombre que no se crea mortal en este instante... ¡Ay, si fuese el último de mi vida, cuán grato sería para mí! ¡Cuán horrible ahora! ¡Cuán horrible! Más lo fue el día, el triste día que fue causa de la escena en que ahora me hallo.
Lorenzo no viene. ¿Vendrá, acaso? ¡Cobarde! ¿Le espantará este aparato que Naturaleza le ofrece? No ve lo interior de mi corazón... ¡Cuánto más se horrorizaría! ¿Si la esperanza del premio le traerá? Sin duda..., el dinero... ¡Ay, dinero, lo que puedes! Un pecho solo se te ha resistido... Ya no existe... Ya tu dominio es absoluto... Ya no existe el solo pecho que se te ha resistido.
Las dos están al caer... Ésta es la hora de cita para Lorenzo... ¡Memoria! ¡Triste memoria! ¡Cruel memoria! Más tempestades formas en mi alma que nubes en el aire. También ésta es la hora en que yo solía pisar estas mismas calles en otros tiempos muy diferentes de éstos. ¡Cuán diferentes! Desde aquélla a éstos todo ha mudado en el mundo; todo, menos yo.
¿Si será de Lorenzo aquella luz trémula y triste que descubro? Suya será. ¿Quién sino él, y en este lance, y por tal premio, saldría de su casa? Él es. El rostro pálido, flaco, sucio, barbado y temeroso; el azadón y pico que trae al hombro, el vestido lúgubre, las piernas desnudas, los pies descalzos, que pisan con turbación; todo me indica ser Lorenzo, el sepulturero del templo, aquel bulto, cuyo encuentro horrorizaría a quien le viese. Él es, sin duda; se acerca; desembózome, y le enseño mi luz. Ya llega. ¡Lorenzo! ¡Lorenzo!
Lorenzo Yo soy. Cumplí mi palabra. Cumple ahora tú la tuya: ¿el dinero que me prometiste?
Tediato Aquí está. ¿Tendrás valor para proseguir la empresa, como me lo has ofrecido?
Lorenzo Sí; porque tú también pagas el trabajo.
Tediato ¡Interés, único móvil del corazón humano! Aquí tienes el dinero que te prometí. Todo se hace fácil cuando el premio es seguro; pero el premio es justo una vez ofrecido.
Lorenzo ¡Cuán pobre seré cuando me atreví a prometerte lo que voy a cumplir! ¡Cuánta miseria me oprime! Piénsala tú, y yo... harto haré en llorarla. Vamos.
Tediato ¿Traes la llave del templo?
Lorenzo Sí; ésta es.
Tediato La noche es tan oscura y espantosa.
Lorenzo