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Ser docente hoy, al igual que ayer, es una tarea compleja. Tarea que no está alcance de cualquiera que quiera estudiar Magisterio, ya que se requiere de un talento y de un talante especial. Si nos centramos en el nivel educativo más temprano, la Educación Infantil, seguramente apreciemos -en su doble significado: el de percibir y el de valorar- unas cualidades y unas habilidades concretas entre el profesorado, que definen y caracterizan a este colectivo. La Educación Infantil es pasión por la enseñanza, preocupación por el alumnado, innovación educativa, sentimiento, espontaneidad, curiosidad, crecimiento y grandes dosis de paciencia, templanza y adaptabilidad. Es poner al alumno en el centro del proceso -como debería ser siempre y en todo nivel educativo-, adaptarse al contexto, a la realidad del alumnado y de sus necesidades, es agacharse, bailar, cantar, dramatizar y mancharse las manos de colores, de arcilla o de plastilina. Es entender la educación a largo plazo, plantar la semilla del conocimiento y de la curiosidad, del deseo de aprender, de la autonomía, la libertad y la responsabilidad. Es convertirse en modelo, en guía de aprendizaje, en creador de sueños e ilusiones, en contrapeso familiar y social, si las condiciones así lo demandan. Ser hoy docente, al igual que ayer, es un servicio a la sociedad. Es forjar a los ciudadanos del mañana, construido desde hoy, comprometidos, respetuosos y defensores de valores y principios que nos hacen cada vez mejores. Es formar personas en serio y no en serie, crear un mundo mejor y más justo, permitir a las generaciones venideras disfrutar de una vida digna. Este libro tiene por objetivo fundamental describir y descubrir las competencias y habilidades para convertirse en un buen docente. Un docente que gestiona adecuadamente su aula, que motiva, inspira y desarrolla todos y cada uno de los talentos de sus estudiantes. Un docente capaz de afrontar los conflictos que surgen a diario, con herramientas y técnicas eficaces para detectar, prevenir e intervenir ante cualquier "problema" que distorsione el proceso educativo y/o el desarrollo personal del alumnado. Un docente que educa en valores, con su ejemplo y con estrategias metodológicas adecuadas, que reconoce al niño como un ser con derechos y los vivencia -enseña- en el aula, permitiendo desarrollar el derecho a participar. Un docente que implementa diferentes metodologías y tiene en cuenta los avances de la neuropedagogía, así como diferentes pedagogías alternativas que provocan un aprendizaje sociocívico.
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Seitenzahl: 270
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Han participado en la elaboración de esta obra:
AUTORAS Y AUTORES
Antonio Ramón Cárdenas-Gutiérrez(US)
Ana Castro-Zubizarreta(UniCan)
Juan Antonio Giménez-Beut(UCV)
Empar Guerrero Valverde(UCV)
Elena López-Luján(UCV)
Ángela Martín-Gutiérrez(UNIR)
Olga Meng González del Río(UniCan)
Elisabeth Montoro-Fernández(ULOYOLA)
Santos Prado Martín-Ondarza(UCM)
Silvia Sánchez-Serrano(UCM)
Roberto Sanz Ponce(UCV)
Ángela Serrano Sarmiento(UCV)
Universidad de Cantabria (UniCan) • Universidad Católica de Valencia (UCV) Universidad Complutense de Madrid (UCM) • Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Universidad Loyola Andalucía (ULOYOLA) • Universidad de Sevilla (US)
Competencias y habilidades para la Educación Infantil
NARCEA, S. A. DE EDICIONESMADRID
Presentación
Roberto Sanz Ponce y Juan A. Giménez-Beut
Capítulo 1. Las competencias docentes del profesorado de Educación Infantil
Elena López-Luján
1. Introducción
2. Definición de competencia docente
2.1. ¿Cómo y qué tener en cuenta a la hora de definir qué es una Competencia docente?
2.2. ¿Qué características, cualidades o rasgos tienen las competencias?
3. Distintas clasificaciones de las competencias docentes del profesorado
3.1. ¿Qué competencias deberían tener los docentes en opinión de los alumnos?
4. Conclusiones
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 2. La gestión del aula: un reto diario
Juan Antonio Giménez-Beut
1. La gestión del centro y la gestión del aula
2. El enfoque educativo
2.1. Modelo de enseñanza
2.2. Estilo docente
3. Relaciones interpersonales
3.1. Las relaciones sociales
3.2. La comunicación
3.3. La convivencia y el clima de aula
3.4. El profesorado: trabajo entre docentes
3.5. La gestión familiar
4. Organización de los espacios y del tiempo
4.1. La importancia del tiempo en Educación Infantil
4.2. Los espacios educativos
5. Los recursos
6. La motivación
7. Reflexión final
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 3. Resolución de conflictos: detectar, prevenir e intervenir en la escuela infantil
Ángela Serrano Sarmiento
1. Introducción
2. Conflictos en la Educación Infantil
3. Tipos de conflictos en la Educación Infantil
4. Actitudes ante la gestión de conflictos en Educación Infantil
4.1. Los modelos y actitudes del docente ante la gestión propia del conflicto
5. La mediación cuando hay conflictos entre varios niños
6. Estrategias de resolución de conflictos en Educación Infantil
6.1. Identificar lo que hay en la base de la conducta problemática general de Manuel
6.2. Factores de riesgo de la conducta de Manuel
6.3. Retornar al punto de equilibrio a Manuel
6.4. La intervención
6.5. Estrategias para el control de la ansiedad
6.6. Estrategias para el control emocional
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 4. Educar en valores en el aula de Educación Infantil
Empar Guerrero Valverde
1. Introducción
2. Conceptualización del término valor y conceptos afines
3. Educar en valores en el sistema educativo
4. Educar en valores en Educación Infantil
4.1. Área de crecimiento en armonía
4.2. Área de descubrimiento y exploración del entorno
4.3. Área de Comunicación y representación de la realidad
5. El rol docente para educar en valores
6. Estrategias metodológicas para educar en valores
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 5. Los Derechos de la Infancia: el derecho a participar
Ana Castro-Zubizarreta y Olga Meng González del Río
1. ¿Qué es la infancia? imágenes de la infancia
2. La participación infantil en la escuela infantil: concepto, sentido y práctica
3. La maestra y el maestro de Educación Infantil como promotores y garantes de una infancia con derechos y capacidades
4. Algunas estrategias para la promoción de la participación infantil
La pedagogía de la escucha
La organización del espacio y los materiales
La Asamblea
El reparto de responsabilidades dentro de la vida cotidiana
Fomentar múltiples lenguajes (formas de expresión) en el aula
4. Conclusiones
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 6. Metodologías para el desarrollo personal del alumnado de Educación Infantil
Antonio Ramón Cárdenas-Gutiérrez, Elisabet Montoro-Fernández y Ángela Martín-Gutiérrez
1. Introducción
2. Aprendizaje basado en problemas
2.1. Claves y riesgos del Aprendizaje Basado en Problemas
3. Aprendizaje basado en proyectos
3.1. Claves y riesgos del Aprendizaje Basado en Proyectos
4. Aprendizaje-servicio
4.1. Claves y riesgos del ApS
5. A modo de conclusión
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 7. La Neuropedagogía: el futuro de la educación
Roberto Sanz Ponce
1. Introducción
2. Claves de la neuropedagogía para la enseñanza y el aprendizaje
2.1. Claves para la gestión del alumno
2.2. Claves para la gestión del aula
2.3. Claves para la gestión de la enseñanza
2.4. Otros aspectos a tener en cuenta
3. Reflexiones de última hora
Actividades
Referencias bibliográficas
Capítulo 8. Aprendizaje sociocívico y pedagogías alternativas en Educación Infantil
Prado Martín-Ondarza Santos y Silvia Sánchez-Serrano
1. Introducción
2. Las relaciones entre iguales en la primera infancia
2.1. Definición, significado y características de las relaciones interpersonales
2.2. Las relaciones entre iguales en la Primera Infancia
2.3. Las relaciones entre iguales en el contexto escolar
2.4. El patio de recreo escolar como contexto sociocívico
3. Las pedagogías alternativas
3.1. Método Waldorf
3.2. Método Montessori
3.3. Modelo Reggio Emilia
3.4. Método Emmi Pikler
3.5. Madre de Día
Actividades
Referencias bibliográficas
Ser docente supone ser permeable a los retos de la actualidad, integrándolos en el saber que se ha ido cultivando y transmitiéndolo de generación en generación. Esa savia que se transmite también evoluciona conforme se desarrollan nuevas experiencias y descubrimientos.
Como consecuencia de ello, las competencias del profesorado de Educación Infantil deben transformarse y responder a las necesidades educativas del alumnado de hoy, contando con los recursos y los medios que proporciona nuestro contexto. Desde este enfoque y desde una visión ética, debe plantearse la manera de gestionar las aulas, el alumnado, los conflictos, los recursos, y otros múltiples aspectos organizativos y relacionales.
Este proceso debe contar con el propio alumnado. La participación de esta infancia en sus propios procesos formativos es un elemento clave, no considerándolos unos sujetos receptores que no tienen voz, sin intereses ni preguntas. Es necesario configurar escenarios que respeten sus tiempos, conformando climas de trabajo que faciliten su expresión libre y las ganas por aprender. Todo ello, despierta su motivación por el aprendizaje y el desarrollo personal.
Los docentes también deben desarrollar destrezas para trabajar junto a otros compañeros, sintiéndose parte de una comunidad educativa que enseña y aprende. Y junto a ello la relación con las familias como parte activa de la educación. En el interior de la comunidad educativa se producen múltiples relaciones y los docentes deben aprender a trabajar junto a los demás, desde una visión democrática y comprometida.
Igualmente, el enfoque de la educación en valores, los derechos de la infancia, el Diseño Universal de Aprendizaje y el desarrollo personal de los niños y niñas deben trasladarse a la cotidianeidad de las aulas, teniendo en cuenta a todos ellos.
Aprender a convivir con los demás desde una visión amplia, respetuosa, axiológica…, solo se puede hacer desde la propia práctica. Se aprende a convivir, conviviendo, pero acompañando estos momentos de procesos reflexivos sobre la propia acción y con la disposición hacia el cambio y la mejora. Todo ello sirve para su vida presente, pero también para el desarrollo de competencias sociocívicas que aplicarán en su futuro, convirtiéndose en un espacio donde experimentar y rectificar ajustando sus propias actuaciones.
Igualmente es importante mostrar metodologías activas que renueven los procesos de enseñanza-aprendizaje y que faciliten el desarrollo personal del alumnado, apoyadas en los nuevos descubrimientos y enfoques de la neuropedagogía. Y esto ha de hacerse desde el conocimiento de los alumnos y alumnas, de sus formas de pensar y sentir, creando ambientes de aprendizaje desde el conocimiento del sujeto educado y generando aprendizajes significativos desde retos motivadores, siempre desde el respeto y la atención a sus ritmos de aprendizaje.
Este manual está dirigido a todo el alumnado que realiza estudios vinculados con la educación, en todos sus niveles, escenarios y contextos, pero, más en concreto, se destina a los estudiantes del Grado de Magisterio de Educación Infantil. En ese sentido, los autores se marcan como objetivo promover un proceso profundo de reflexión en cuatro aspectos o ámbitos:
La toma de contacto con la información y los conocimientos.
La práctica como modo de vivencia y aprendizaje experiencial.
La confrontación con las ideas de autores relevantes.
La reflexión personal sobre los propios aprendizajes, los nuevos conocimientos y los procesos para lograrlos.
Se puede renovar la escuela de muchas maneras, pero una de ellas viene de la mano de la formación, inicial y continua, del profesorado. El maestro, tal y como escribe Meirieu, tiene el privilegio de ser al mismo tiempo el mayor problema de la educación y la mejor solución. Para que se convierta en la mejor solución, en una palanca de cambio, como nos recuerda Fullan, debemos apostar por la formación de calidad del profesorado. Mejorar la formación de los futuros maestros y maestras* es la forma de alcanzar los anhelos, esperanzas y deseos de muchos pedagogos y pedagogas, que entienden la educación como herramienta de transformación social y de desarrollo personal, cívico, social y humano.
ROBERTO SANZ PONCE JUAN A. GIMÉNEZ-BEUT Universidad Católica de Valencia
* Nota. A lo largo del texto se utiliza el lenguaje inclusivo, si bien “en aplicación de la Ley 3/2007/de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres”, toda referencia a cargos, personas o colectivos incluida en este texto en masculino se entenderá que incluye tanto a mujeres como a hombres.
Elena López-Luján
“La enseñanza es, por definición, un camino de esperanza basado en un conjuto de ideales” (Day, 2011, p. 36). Esta frase define el sentido de la educación y el papel del maestro en el proceso educativo. Educación como camino que aspira a la consecución de un conjunto de ideales. Pero este camino y estos ideales se escenifican en el docente. Es el docente el responsable de acompañar, guiar y orientar a los alumnos en el camino del aprendizaje con su ejemplo y su modelo. Por ello, es fundamental que los docentes tengan unas competencias adecuadas tanto a nivel profesional (pedagógico) como personal para dar una educación de calidad. Una educación de calidad, que aúne competencias técnicas y competencias socioemocionales:
Si se limita al intelecto, la educación se convierte en una fría y abstracta instrucción. Si se la restringe a las emociones, se convierte en narcisismo. Y si se la reduce a lo moral-existencial, pierde su ancla para la totalidad. En definitiva, todas deben estar entrelazadas en el ser humano mismo y en la mejor educación (Jordán y Codana, 2019, p. 36).
La formación del profesorado es un tema siempre de actualidad, relevante, por lo que hay intentos de homogeneizar ciertos principios clave. En esa línea, la Comisión Europea (2015) intenta consensuar una visión general acerca de la profesión docente en Europa. Una visión que suponga un flujo constante de teorías y prácticas pedagógicas con el objetivo de saltar fronteras, culturas y políticas y, de esta manera, poder mejorar la calidad educativa de los propios profesores independientemente de su país de procedencia. Además, se plantea qué estímulos se pueden instaurar para atraer a los mejores estudiantes a la carrera docente.
Una adecuada formación en competencias docentes del profesorado, capacita a los maestros para enfrentarse y vivir con el cambio y los dota de un claro propósito moral: mejorar la vida de las personas mediante su educación (Fullan, 2002). Tengamos presente que la formación docente puede, al mismo tiempo, ser el mayor problema de la educación y su mejor solución, siempre y cuando se haga un estudio sosegado acerca del sentido de la educación, de lo que significa ser docente hoy y de cuáles son las competencias que se necesitan para poder implementar una educación de calidad para todos.
Si atendemos a las raíces del concepto de “Competencia” observamos que proviene de los términos griegos egon y agonistes, términos que hacían referencia al sujeto preparado para triunfar, fundamentalmente en el ámbito de las competiciones deportivas. Desde el punto de vista etimológico, competencia deriva del verbo latino competere (ir al encuentro una cosa de otra, coincidir), que evoluciona hacia los verbos competer y competir. Esta división en dos verbos —solo ocurre en castellano— con significados diferentes (pertenecer e incumbir, por un lado y pugnar o rivalizar, por otro) es lo que acarrea en la actualidad diferentes concepciones, lo que hace más compleja una definición unívoca y consensuada, y agita la polémica entre sus detractores.
Si bien es cierto que existen algunos términos muy en sintonía con el concepto de competencia, estos no significan exactamente lo mismo. Para clarificar el significado de cada uno de ellos mostramos la siguiente tabla (Tabla 1.1).
TABLA 1.1. Conceptos similares al término Competencia. Clarificación conceptual
TÉRMINO
DEFINICIÓN
Conocimientos
Representaciones mentales sobre diferentes hechos.
Aptitudes
Potencialidades innatas que los seres humanos poseen y que necesitan ser desarrolladas mediante la educación.
Capacidades
Condiciones cognitivas, afectivas y psicomotrices fundamentales para aprender y que denotan la dedicación a una tarea. Son el desarrollo de las aptitudes.
Destrezas
Originariamente, este término significaba lo que se hacía correcto con la mano derecha. Luego, pasó a significar las habilidades motoras requeridas para realizar ciertas actividades con precisión.
Habilidades
Procesos mediante los cuales se realizan tareas y actividades con eficacia y eficiencia.
Actitudes
Disposiciones afectivo-evaluativas.
Fuente: Adaptación Morales-Mantilla (2007).
Si se revisan los primeros estudios internacionales sobre el concepto de competencia, se observa cómo las competencias están íntimamente ligadas a las capacidades que poseen los profesionales para desempeñar las tareas de su puesto de trabajo. Por ello, al campo educativo se llega desde el ámbito de la formación profesional.
El concepto de competencia aparece por primera vez en documentos educativos dentro del marco del Proyecto DeSeCo (1999) (Definition and Selection of Competencies: Theorical and Conceptual Foundations) y en las publicaciones de los profesores Perrenoud (2010 y 2012); Meirieu (2019); Day y Gu (2012); Day (2005, 2011 y 2019); y Hattie (2017) quienes lo perfilan y le dan una vertiente más pedagógica.
La profesión de maestro ha cambiado sustancialmente en los últimos años, teniéndose que adaptar su formación a los diferentes desafíos y retos que la sociedad del siglo XXI le ha ido planteando. La labor del docente de hoy tiene muchas similitudes con las tareas del docente de ayer, fundamentalmente en cuanto a su sentido y finalidad, pero al mismo tiempo también ha sufrido multitud de cambios en cuanto a la forma de enseñar, los contenidos y los destinatarios. Las nuevas tecnologías, la preocupación por la educación emocional de los alumnos (Goleman, 2002) o la generalización de la enseñanza básica a toda la población hasta los 16 años —lo que aumenta la diversidad de capacidades, de ritmos y de intereses de los alumnos en las aulas— está provocando la redefinición de las competencias del profesorado.
Como primera definición, podríamos decir que se trata del conjunto integrado de cualidades personales, de conocimientos —pedagógicos, legislativos y epistémicos—, de habilidades, valores y actitudes que son necesarios para el desempeño eficaz en contextos docentes diversos. A esta definición Perrenoud (2012, p. 57) le añade un nuevo factor: el aspecto emocional dentro del concepto de competencia; y Meirieu (2019) el de transferencia, es decir, dota al maestro de la capacidad para resolver los problemas derivados del proceso de enseñanza-aprendizaje en una situación concreta e implementar esa competencia docente ante una situación nueva y diferente.
Las características, cualidades o rasgos más importantes son:
Las competencias son aprendizajes adquiridos en contexto
y, por ello, su implementación también debe darse en un contexto concreto, en este caso, el aula y/o el centro escolar.
Las competencias son aprendizajes de carácter complejo
. En el imaginario social se tiene la percepción de que los estudios de Magisterio son sencillos y que cualquiera, con poco esfuerzo, los puede obtener. En ese mismo imaginario, también se respira que el ejercicio docente, al menos en los niveles de Educación Infantil y de Educación Primaria, es sencillo. Pero esta percepción no se ajusta a la realidad. Por ello, las competencias docentes son complejas, ya que sirven para el desempeño de una profesión difícil.
Las competencias se manifiestan en desempeños
. La competencia docente del maestro se demuestra en el propio ejercicio de la docencia. La competencia no se demuestra en el discurso, ni en la palabra escrita, sino que necesariamente precisa de un
saber hacer
.
Las competencias son evaluables
. Las competencias docentes del profesorado son evaluables, únicamente, a través de la observación directa del desempeño profesional.
Las competencias apuntan a la transversalidad
. Ser un docente competente lleva aparejado el dominio de ciertos conocimientos en:
Didáctica y Pedagogía, ya que se trata de un conocimiento transversal, multidisciplinar y teórico-práctico.
Psicología evolutiva, para poder entender cómo evolucionan los alumnos en los diferentes ámbitos de desarrollo: cognitivo, motor, social, lenguaje y emocional.
Sociología para comprender las relaciones sociales —humanas—, sus normas, sus problemáticas, sus códigos.
Conocimientos epistémicos para poder enseñar, ya que “nadie enseña lo que no sabe”.
Conocimientos históricos, políticos y legislativos para entender la realidad del mundo, para saber de dónde venimos y hacia donde vamos, para interpretar las leyes, con el objeto de poder formar ciudadanos libres y críticos.
Conocimientos antropológicos, para conocer al sujeto de la educación para educarlo conforme a un modelo antropológico, de persona, de sociedad.
Como puede fácilmente comprobarse un docente competente es un docente transversal, que domina varios saberes y los implementa en su quehacer educativo.
Las competencias requieren del aprendizaje a lo largo de toda la vida
. Las competencias nunca se adquieren en plenitud, siempre se encuentran en un proceso de consecución continuo. Cuanto más competente eres, más competente puedes llegar a ser.
Son muchos los autores que han descrito las competencias docentes del profesorado, haciendo sus propias clasificaciones y poniendo el acento en aquellos aspectos que, a su modo de entender, mejor definen el perfil del docente competente.
Haavio (1969) describía tres cualidades fundamentales que debía poseer un docente excelente. Por un lado, debería estar dotado de Discreción pedagógica (capacidad de utilizar la enseñanza más adecuada para cada persona). Además, debería sentir Amor pedagógico (el deseo de ayudar, proteger y apoyar a los alumnos). Y, por último, debería poseer Consciencia vocacional (la búsqueda de la excelencia profesional y de la excelencia educativa de los estudiantes). Estas tres cualidades daban un perfil docente concreto: un profesor que personaliza su docencia y atiende individualmente a cada uno de sus alumnos, se preocupa por ellos y se encuentra “enamorado” (comprometido) con su profesión.
Freire (2012) afirmaba que la educación no podía limitarse a la simple transmisión de conocimientos, sino que debía potenciar la liberación del ser humano, convirtiéndolo en un ser libre, crítico y reflexivo. Para llevar a cabo este objetivo debía poseer una serie de cualidades. La primera, la Humildad, para poder oír al otro, aprender del otro, reconocer al otro. La segunda, la Amorosidad, entendida como el amor hacia los alumnos y el amor hacia el proceso de enseñanza-aprendizaje. La tercera, la Valentía para enfrentarse a las autoridades, a los poderosos, al mercado y ponerse siempre del lado de los alumnos, de los más débiles, de los olvidados. Por último, la Tolerancia hacia los alumnos, hacia los diferentes. Tolerancia como “la virtud que nos enseña a convivir con lo que es diferente, a aprender con lo diferente, a respetar lo diferente” (Freire, 2012, p. 79).
Sockett (1993), por su parte, definía las cinco virtudes que debe poseer un maestro. Afirmaba que todo docente debe ser Sincero, tanto consigo mismo como con sus alumnos. Además de la sinceridad, debe tener Valor para enfrentarse a los desafíos diarios de la educación. Y a estos desafíos debe hacerles frente con Afecto, tanto a sus alumnos como a su enseñanza y a su profesión. Otra de las cualidades de cualquier maestro debe ser la Imparcialidad, es decir, tratar con justicia —que no con igualdad— a todos y cada uno de sus alumnos. Por último, un docente competente debe tener Sabiduría práctica, para afrontar las diferentes situaciones de aprendizaje que se producen en el aula y sacar de ellas el máximo provecho.
Day (2005) se planteaba en su investigación cómo, cuándo y en qué condiciones se debe formar a los docentes para garantizar el aprendizaje de los estudiantes. Requiere Autonomía para la toma de sus decisiones, pero esta autonomía debe ir acompañada de capacidad, de conocimientos, de competencias docentes para no errar en la decisión. Junto a esta autonomía demanda la formación en las emociones, como elemento clave para una educación de calidad. Según palabras de Day (2005, p. 32) los buenos docentes no sufren la “desconexión entre la cabeza y el corazón, lo cognitivo y lo emocional”. Por ello, afirma que es imposible privilegiar una cosa sobre otra, favoreciendo o demandando una verdadera educación integral, que atienda al alumno en todas sus capacidades y dimensiones. Para esta educación, cognitiva y emocional, el docente debe poseer las siguientes competencias (Tabla 1.2).
TABLA 1.2. Competencias docentes Day
1. Eruditos.
2. Bondadosos.
3. Libres de prejuicios.
4. Justos en el trato.
5. Responsables.
6. Capaces de mantener la disciplina.
7. Optimistas y entusiastas.
8. Capaces de afrontar los imprevistos.
9. Cariñosos y sonrientes.
Fuente: Day (2005).
Galvis (2007) pretendía definir un nuevo perfil docente que se enfrentase al perfil tradicional y elabora un listado propio de competencias del profesorado para el ejercicio profesional en la escuela del siglo XXI, que divide en cinco bloques (Tabla 1.3).
TABLA 1.3. Competencias docentes Galvis
1. Competencias intelectuales.
2. Competencias profesionales.
3. Competencias sociales.
4. Competencias interpersonales.
5. Competencias intrapersonales.
Fuente: Galvis (2007).
La Comisión Europea (2007) se planteaba la necesidad de una reflexión conjunta, entre los países miembros, acerca de los parámetros que deben regir la formación del profesorado. En este documento se subrayaba la importancia del papel del docente en el desarrollo de los talentos y del crecimiento personal de los estudiantes, así como en la adquisición de los conocimientos y capacidades para la formación de buenos ciudadanos y trabajadores. Define al maestro como un mediador entre el mundo y el alumno, asumiendo el incremento sustancial en cuanto a la complejidad, exigencias y retos del nuevo rol docente. Y para dar una respuesta adecuada a esta complejidad, exigencias y retos propone (Tabla 1.4) desarrollar entre el profesorado las siguientes competencias docentes.
TABLA 1.4. Competencias docentes Comisión Europea
1. Capacidad de identificar necesidades específicas de cada alumno y responder a ellas con variedad de estrategias didácticas.
2. Capacidad de fomentar la autonomía en el aprendizaje.
3. Capacidad de desarrollar competencias en los estudiantes.
4. Capacidad de trabajar en entornos multiculturales, favoreciendo el valor de la diversidad y respetando las diferencias.
5. Capacidad de trabajar con compañeros, familias y Comunidad educativa.
Fuente: Comisión Europea (2007).
Pesquero et al. (2008), a lo largo de su investigación, pretenden diagnosticar las competencias profesionales de los docentes en ejercicio de la Comunidad de Madrid. A partir de sus opiniones afirman que las competencias docentes más valoradas son las que figuran en la Tabla 1.5.
TABLA 1.5. Competencias docentes Pesquero et al.
TÉRMINO
DEFINICIÓN
Por orden de importancia
Saber implicar a los padres en el aprendizaje de sus hijos.
Ser capaces de desarrollar en el alumnado valores como la responsabilidad, la solidaridad y la justicia.
Perfecto dominio de los contenidos de las diferentes áreas de conocimiento que imparten.
Competencias centradas en el aprendizaje
Detectar las dificultades de su alumnado en aprendizajes concretos.
Ayudarles a encontrar sentido a los contenidos escolares.
Enfatizar la cooperación entre los alumnos.
Competencias relacionadas con las habilidades sociales
Resolución de conflictos.
Personalidad del docente
Vocación.
Entrega a la profesión.
Fuente: Pesquero et al. (2008).
Coronado (2009) define la competencia docente como el Saber, Saber hacer y Saber hacer reflexivo y contextualizado puesto en juego en un contexto incierto. Nos habla de la pericia de los docentes para resolver situaciones pedagógicas complejas y diversas. Estos tres saberes a los que hace alusión los desarrolla en cinco competencias (Tabla 1.6).
TABLA 1.6. Competencias docentes Coronado
1. Elaborar y comunicar un Programa didáctico.
2. Planificar didácticamente el proceso de enseñanza-aprendizaje.
3. Producir actividades, entornos y materiales de aprendizaje.
4. Guiar, orientar, acompañar, gestionar y promover el proceso de enseñanza-aprendizaje.
5. Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Fuente: Coronado (2009).
Casero (2010) elabora una clasificación propia (Tabla 1.7) que divide en ocho dimensiones.
TABLA 1.7. Competencias docentes Casero
1. Conocimientos teóricos.
2. Estructuración de las clases y de los materiales.
3. Comunicación.
4. Metodología utilizada y motivación docente.
5. Trato y respeto con el alumnado.
6. Autoevaluación docente y evaluación del alumnado.
7. Entorno académico.
8. Aspecto físico y estética.
Fuente: Casero (2010).
Perrenoud (2010) elabora uno de los listados más conocidos acerca de las competencias docentes (Tabla 1.8). Afirma que el sentido de la educación se encuentra en el aprendizaje del alumnado. Esta necesidad de aprendizaje condiciona la relación de las diez competencias docentes que establece, ya que el foco se encuentra en el alumno.
TABLA 1.8. Competencias docentes Perrenoud
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje..
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes.
3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.
4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo.
5. Trabajar en equipo.
6. Participar en la gestión de la escuela.
7. Informar e implicar a los padres.
8. Utilizar las nuevas tecnologías.
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
10. Organizar la propia formación continua
Fuente: Perrenoud (2010).
Max van Manen (2010) aboga por el cuidado del “momento pedagógico” y de las “relaciones educativas” como base de una educación de calidad. Propone como cualidad prioritaria del docente la sensibilidad, entendida como el respeto a los niños de los que son responsables, a sus antecedentes e historias de vida, a sus cualidades y sus circunstancias vitales. Y para desarrollar esta sensibilidad elabora (Tabla 1.9) una serie de competencias docentes.
TABLA 1.9. Competencias docentes van Manen
Sensibilidad pedagógica
Responsabilidad.
Conocimiento de las cualidades y de la vida de los alumnos.
Ambiente afectivo
Amor.
Seguridad.
Estabilidad.
Amor pedagógico
Confianza en la capacidad del alumno.
Autoridad pedagógica
Confianza.
Entendimiento crítico.
Comprensión pedagógica
Escucha activa a los alumnos.
Tacto pedagógico
Conectar con el alumno.
“Tocar” al alumno.
Fuente: van Manen (2010).
Apple (2011) en su idea de democratizar la educación y convertirla en una palanca para la transformación social —justicia social—, plantea una serie de retos a la educación de los EEUU. La realidad social del país norteamericano reflejaba, en aquellos años, unos porcentajes de población inmigrante muy altos, lo que suponía un gran reto para la escuela y para los docentes. Bajo ese contexto, elabora la siguiente clasificación competencial (Tabla 1.10).
TABLA 1.10. Competencias docentes Apple
1. La implementación del proceso de aprendizaje y el desarrollo de métodos pedagógicos.
2. Resolver dificultades y trastornos múltiples de los alumnos.
3. Atender a las demandas sociales y familiares.
4. Establecer un compromiso ético con la profesión.
Fuente: Apple (2011).
Gairín (2011) describe un cuadro de competencias docentes específicas (Tabla 1.11) muy sugerente.
TABLA 1.11. Competencias específicas de los docentes Gairín
Docente
Planificar, organizar y animar situaciones de aprendizaje significativo.
Gestionar la progresión de los aprendizajes.
Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.
Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo.
Contribuir a crear ambientes para el aprendizaje autónomo y colaborativo.
Tutor
Competencias sociales.
Competencias afectivas.
Miembro de la organización
Trabajar en equipo.
Participar en la gestión diaria de la escuela y en los procesos de innovación.
Favorecer la cultura y el clima positivo para el cambio.
Informar e implicar a los padres y a la comunidad.
Como profesional
Afrontar los deberes y dilemas éticos de la profesión.
Organizar su formación continua a lo largo de su trayectoria profesional.
Establecer y aplicar procesos de mejora permanente de su calidad como profesional.
Fuente: Gairín (2011).
Merino, Cortón y Cortón (2012) realizan una investigación con estudiantes de Magisterio a los que preguntan acerca de su propia autopercepción en cuanto al desarrollo de sus competencias profesionales a lo largo de su formación inicial. De este análisis y discusión acerca de las competencias de Perrenoud surge la clasificación que figura en la Tabla 1.12.
TABLA 1.12. Competencias docentes Merino, Cortón y Cortón
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje.
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes.
3. Elaborar y poner en práctica estratégias de atención a la diversidad.
4. Implicar al alumnado en su aprendizaje y en la vida del centro.
5. Trabajar en equipo con otros docentes.
6. Participar en la gestión del centro.
7. Informar e implicar a las familias.
8. Utilizar las tecnologías de la información y la comunicación.
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
10. Organizar la propia formación continua.
11. Fomentar el interés por la lectura.
12. Fomentar la educación en valores.
13. Elaborar diseños curriculares (programaciones y unidades didácticas…).
Fuente: Competencias docentes Merino, Cortón y Cortón (2012).
La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León (2012), tomando como referencia los documentos de la OCDE y de la UNESCO, elabora una clasificación de las Competencias docentes con el objeto no solo de mejorar la acción docente, sino también con el propósito de potenciar el cambio en los contextos donde el profesorado desarrolla su quehacer educativo (Tabla 1.13).
TABLA 1.13. Competencias docentes Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León
Saber
Competencia Científica.
Saber Ser
Competencia Intrapersonal.
Competencia Interpersonal.
Saber Hacer qué
Competencia Didáctica.
Competencia Organizativa y de Gestión del centro.
Competencia en Gestión de la Convivencia.
Saber Hacer cómo
Competencia en Trabajo en equipo.
Competencia en Innovación y mejora.
Competencia Comunicativa y lingüística.
Competencia Digital (TIC).
Saber Estar
Competencia social-relacional.
Fuente: Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León (2012).
Marina, Pellicer y Manso (2015) elaboran una serie de competencias docentes del profesorado, con la finalidad de dar respuesta a las nuevas demandas de la sociedad del conocimiento. Para dar respuesta a estos desafíos elaboran este Cuadro de Competencias (Tabla 1.14).
TABLA 1.14. Competencias docentes Marina, Pellicer y Manso
1. Conocimiento de la asignatura.
2. Conocimiento del desarrollo intelectual de los alumnos.
3. Comprensión.
4. Capacidad de comunicación.
5. Entusiasmo.
6. Habilidades sociales y emocionales.
7. Compromiso ético.
Fuente: Marina, Pellicer y Manso (2015).
Fernández-Díaz et al. (2016) llevaron a cabo una investigación con el objeto de diagnosticar las competencias docentes del profesorado y, así, detectar las posibles deficiencias y carencias en su formación. Su resultado fue el que aparece en la Tabla 1.15.
TABLA 1.15. Competencias docentes Fernández, Rodríguez y Fernández
Competencias instrumentales
A) Conocimiento y metodología
Dominio de los temas.
Planificación.
Comunicación.
Búsqueda de dinamización de los grupos.
Uso de recursos didácticos variados.
Atención individualizada de las dificultades.
B) Evaluativa
Uso de técnicas variadas para la evaluación.
Coherencia y justicia en las correcciones y calificaciones.
Competencias interpersonales
A) Individual
Actitud activa y entusiasta.
Actitud motivadora y de ánimo con los alumnos.
B) Social
Fomento de un clima de confianza en el aula.
Corrección en el trato.
Mantenimiento de la disciplina.
Fuente: Fernández, Rodríguez y Fernández (2016).
López-Luján (2018) elabora un exhaustivo marco de competencias docentes (Tabla 1.16), en el que recoge la mayoria de las funciones de un buen docente.
TABLA 1.16. Competencias docentes López-Luján
Gestión del aprendizaje
Conocer los contenidos curriculares.
Planificar la docencia.
Metodologías docentes. Estilos de enseñanza y de aprendizaje.
Evaluación.
Atención a la diversidad. Ritmos de aprendizaje. Enseñanza personalizada.
Gestión del aula
Resolución de conflictos.
Autoridad/Disciplina.
Tiempos y espacios de aprendizaje.
Competencias socio-emocionales.
Competencias comunicativas/relacionales/motivacionales.
Compromiso con la profesión
Ética profesional docente.
Innovación educativa.
Formación permanente.
Tutor de ciudadanía
Educación cívica.
Educación intercultural.
Trabajo en equipo
Trabajo con los compañeros.
Trabajo con las familias.
Trabajo con el equipo directivo.
Trabajo con la Comunidad Educativa.
Fuente: López-Luján (2018).
Meirieu (2019) elabora una lista de competencias necesarias para asumir los retos de enseñar hoy. Afirma que este listado (Tabla 1.17) es tan discutible como los demás, pero afirma que muestra lo que los centros de formación del profesorado están exigiendo hoy para ser maestro.
TABLA 1.17. Competencias docentes Meirieu
1. Concebir y organizar situaciones de aprendizaje (identificar el objetivo, la tarea, el obstáculo, las imposiciones y los recursos en función de la operación mental por efectuar).
2. Animar las situaciones de aprendizaje e intervenir para mantener el compromiso de cada alumno.
3. Ayudar a formalizar los aprendizajes efectuados: permitir a cada alumno observar lo que ha aprendido a través de lo que ha hecho.
4. Articular las situaciones de aprendizaje para que constituyan una progresión coherente y perceptible para el sujeto.
5. Hacer uso de los recursos materiales, documentales y tecnológicos necesarios.
6. Documentarse y trabajar en equipo pedagógico.
7. Participar en la gestión de la escuela.
8. Informar e implicar a los padres.
Fuente: Meirieu (2019).
Si preguntamos a los alumnos: ¿cómo os gustaría que fuesen los docentes?, la mayoría de ellos se decantaría por aspectos de calado personal. Probablemente dirían: que respetase a los alumnos, que fuese justo, que prestase apoyo, que les dejase pensar y que escuchase sus opiniones, además de que les diese seguridad.
En cuanto a las cualidades pedagógicas, dos serían las más demandadas: que diese autonomía a los estudiantes para llevar a cabo los aprendizajes, y que lanzase retos que les estimulasen y motivasen para emprender los procesos educativos. En ese sentido, la competencia emocional del docente es muy importante para el aprendizaje. Se trata, en definitiva, de establecer un compromiso afectivo entre docente y alumnos, y entre ambos, con los contenidos de enseñanza.
Un maestro auténtico, humano, accesible, fiable, coherente, motivado y que viva lo que enseña con pasión. Un maestro que actúa de manera respetuosa y sensible ante las dificultades de aprendizaje de los alumnos, entusiasta, positivo, tranquilo y con sentido común.