Sonetos futboleros - Pierre Arrighi - E-Book

Sonetos futboleros E-Book

Pierre Arrighi

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Beschreibung

Un librito precioso e insólito que constituye un aporte original a la cultura del fútbol y a la poesía. Un petit livre précieux et insolite qui constitue un apport original à la culture du football et à la poésie. A precious and unusual little book which constitutes an original contribution to football culture and poetry.

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Para Ilse, mi alemana

Estos sonetos son versos que intentan transmitir razones y recuerdos encontrados. Apuntan al juego de rimas, en la huella de la poesía popular, a veces con un tono deliberadamente forzado, siempre con inspiración francesa. En su mayoría fueron escritos durante las primeras semanas del confinamiento determinado por la pandemia de covid . Algunos datan del año 2003 y se refieren a seres queridos de la juventud. Todos se ciñen a la misma forma soneto, con versos de ocho pies y exigencia gala de rima rica. El Soneto invertido, último de la serie, vuelca el sistema habitual en 4-4-3-3, inaugurando un dispositivo de juego más ofensivo en 3-3-4-4, con los dos bloques de tres versos atrás y los dos de cuatro en clara proyección atacante.

Chantilly (Francia), 26 de abril de 2020

Indice

Pelota de Omar Traoré

Noche 16-17 de julio de 1950

Cámara lenta con Dios

Táctica

Pelota de goma en la Aguada

Lago del ganso salvaje (66’)

Lev Yashin, черный орел

Gol de Ghiggia

Solé

Luis Cubilla

Estadio Centenario

Con Alberto en la tribuna

Chilena de Manicera

Sorocabana café

Admirez la technique de Rocha

Mineirazo 8 de julio de 2014

Aparición de Pelé

Mazalí 1930

Las selladas

Vicente

Yerba Sara

Confinado

Renkonto

Diez estrellas

Esférico 2003

Deportivo Francés

Back Bach 2003

Nombre premonitorio

En el liceo de mi padre

Perla

Equipo (con Spencer y Joya

)

Segundo tiempo. Berna 1954

El abuelo

Sombra azul

Recoba igual

Soneto invertido

Omar Traoré vive en Keur Massar, suburbio de Dakar (Senegal), y fabrica pelotas artesanales con papel de diario. Este soneto evoca una de esas pelotas, diseñada en 2010, cuando Traoré tenía trece años. La foto del objeto figura en la página 79 del libro laar1 publicado por los artistas belgas Éric Dederen y Jacques Faton (taller Graphoui) en 2012.

PELOTA DE OMAR TRAORÉ

Apretando prensa vieja,

cola y bolsas de nilón,

Omar Traoré hizo un balón.

Un defensa lo despeja,

y por el cielo de Dakar,

un aviso de color

le diseña un gajo en flor

bajo el pellejo de nácar.

Como tiene sus defectos,

el balón produce efectos

que interpelan al tropel.

Y cuando el meta la arroja,

desparrama tierra roja

la pelota de papel.

Obdulio Varela fue el emblemático capitán «negro» del conjunto nacional uruguayo que ganó la Copa del Mundo de 1950. Al término del encuentro decisivo, los observadores locales atribuyeron al mediocampista oriental un papel determinante de líder. Y es cierto que, para este carismático organizador, el fútbol era, sobre todo, «una cosa mental». El día de la victoria, después de cenar en el hotel, desoyendo advertencias de los compañeros sobre un clima de hostilidad del público local, Varela decidió salir. Reconocido por los vecinos cariocas, pasó la noche con ellos, tomando cervezas, confraternizando su emoción y recorriendo la ciudad hasta la madrugada.

NOCHE 16-17 DE JULIO DE 1950

De los flamantes campeones

mundiales, el capitán

fue el mayor de los leones,

el negro jefe, el titán.

Pero ahora, va desnudo

titubeando. La viveza

de la cancha le hace un nudo

en la garganta. La cerveza

que en los bares del Río eterno

tantos cariocas fraternos

le regalan, no lo alegra.

Menos aún lo redime. Negra

como esa noche de julio,

la culpa atormenta a Obdulio.

La película grabó para la eternidad el drama interior que avasalló al fino guardametas del Brasil, Moacir Barbosa, cuando el puntero derecho uruguayo Alcides Ghiggia anotó el segundo tanto. Pese a que la prensa lo designó mejor arquero del campeonato, Barbosa fue señalado por sus compatriotas como el gran culpable de la debacle del equipo que lucía entonces vestimenta blanca. Hasta la última hora de su vida, padeció la condena popular alimentada por dirigentes brasileños desde la altura de los poderes políticos y deportivos. La Seleção se negó a alinear guardametas negros hasta la titularización de Dida en el Mundial de Alemania de 2006. Barbosa murió el 7 de abril de 2000. Hasta el día de hoy no ha sido rehabilitado.

CÁMARA LENTA CON DIOS

Quebrado, bajo la carga

de fúnebres pesadillas,

el golero abre su amarga

ceremonia de rodillas.