Aeronáutica Militar Argentina - Alejandro Vidal - E-Book

Aeronáutica Militar Argentina E-Book

Vidal Alejandro

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Beschreibung

Al independizarse la Fuerza Aérea Argentina del Ejército en 1945, quedaba atrás una etapa de treinta y tres años, iniciada en los campos de El Palomar por un grupo de entusiastas de la naciente aviación, allá por agosto de 1912. A partir de ese momento, la Aeronáutica Militar fue formándose y adquiriendo una importancia tal que llevó a su autonomía como fuerza armada. A esa etapa de evolución y consolidación nos referiremos en este trabajo.

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Veröffentlichungsjahr: 2023

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ALEJANDRO VIDAL

Aeronáutica Militar Argentina

Génesis y evolución hasta su autonomía institucional

With texts in English

Vidal, Alejandro Aeronáutica Militar Argentina : génesis y evolución hasta su autonomía institucional / Alejandro Vidal. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3579-5

1. Ensayo Histórico. I. Título. CDD 359.940982

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

Prólogo

Presentación. Aclaraciones previas

Capítulo 1

Nociones generales

Reseña histórica de la actividad aeronáutica

Antecedentes nacionales hasta 1912

Capítulo 2

Creación de la Escuela Militar de Aviación. Actividad aérea hasta 1919

Capítulo 3

Evolución y consolidación. (1919-1930)

Capítulo 4

La década de los treinta. Una “fuerza dentro de otra fuerza”

Capítulo 5

El camino hacia la autonomía

A brief history of Argentine Military Aeronautics (1912-45)

Síntesis biográficas

Reliquias aeronáuticas

Bibliografía empleada

Sobre el autor

A mi familia

Prólogo

La historia de la Aeronáutica Militar Argentina sigue agregando hitos a su contenido, día a día. Este libro es uno de ellos.

Explorar los inicios institucionales de la Aeronáutica Militar Argentina es una aventura inquietante y épica. El Dr. Alejandro Vidal, elige su desarrollo histórico de los primeros años como sujeto de estudio de una investigación muy detallada y no se equivoca al señalar los hechos destacados que, a pesar de haber sido referidos por otros historiadores, aparecen aquí prístinos y apasionantes ante la vista del lector.

El espíritu inquieto y curioso de este historiador, digno Miembro del Instituto Nacional Newberiano, se ve reflejado en la exposición ordenada, cronológica y completa de cada uno de los elementos de la historia que se encuentran reflejados en la realidad actual que hoy es la Fuerza Aérea Argentina.

Si bien el período de estudio del Dr. Vidal analiza la historia de la Aeronáutica Militar Argentina desde la génesis hasta el año 1945, su trabajo muestra las bases conceptuales de lo que sería años después, una institución que independientemente del momento histórico que se esté analizando, ha sido señera protagonista no solo de actividad aérea militar sino también del ámbito aerocomercial, aerodeportivo, en la investigación del espacio y el continente antártico, en la producción del aluminio argentino, en la fabricación de aeronaves y hasta en su rol como autoridad aeronáutica de la aviación civil durante mas 75 años. En todos los casos, ha estado firmemente ligada al desarrollo argentino.

Como declara el autor en la introducción de este libro, su trabajo está esencialmente dirigido a aquellos que desean dar sus primeros pasos en la aviación militar. Este no es detalle menor ya que quienes dedican su vida a la aviación lo hacen inspirados en su vocación y en los ejemplos de hombres y mujeres que superaron grandes dificultades para resolver los problemas organizacionales y operativos que esta disciplina tiene reservados para ellos.

La lectura de esta obra seguramente servirá también para hacer más obvia la comprensión de por qué dieron su vida muchos aeronáuticos en la paz y en la guerra ya que el vuelo es riesgo y es peligro, por definición. La clave está en dominarlos con el conocimiento.

El lector encontrará aquí un trabajo formidable de síntesis a nivel institucional pero sin olvidar a las personas, los hechos y los lugares que hacen al objeto de estudio elegido y lo hace con meticulosidad y pormenorizado detalle.

El Dr. Vidal ha incorporado además a su libro una introducción histórica de los antecedentes del vuelo como un activo valioso de la humanidad toda, que vale la pena leer por la excelencia de su metódica investigación. Por último, además de toda la profusa información vertida sobre el nacimiento de la Aviación Militar Argentina, en su obra ha agregado verdaderas “perlas” como las selectas “Síntesis Biográficas” de los prohombres de esta actividad y una selección de “Reliquias Aeronáuticas” que serán las delicias de los entusiastas de la aviación.

La Aviación Militar argentina necesitaba esta mirada de un observador privilegiado que si bien pareciera estar físicamente afuera de la institución, conoce y comparte su cultura organizacional y sus tradiciones, constituyéndose en un entusiasta promotor del espíritu aeronáutico que presenta los hechos y su correspondiente análisis, en forma objetiva.

El Dr. Alejandro Vidal, o Alex para los que admiramos su persona y su trabajo, aporta aquí una obra que todos los argentinos deberían leer con orgullo.

Brig. (R ) Hugo G. di Risio

Decano de la Facultad de la Fuerza Aérea Argentina

Presentación. Aclaraciones previas

Este trabajo consiste en un estudio de lo que fue la primera etapa de la historia de la aeronáutica militar argentina. En él –y sobre la base de años de experiencia como redactor y al frente de clases en la universidad– he procurado desarrollar su evolución de forma clara y precisa, ya que está esencialmente dirigido a quienes han dado sus primeros pasos en la carrera militar aeronáutica, para que conozcan cómo se fue formando la institución a la que ingresaron, así como a todos aquellos interesados en aprender los fundamentos históricos de nuestra fuerza aérea.

Su origen está en un seminario que me tocara en suerte impartir en la Escuela Superior de Guerra hace algunos años; allí, uno de mis profesores, el Dr.Isidoro Ruiz Moreno, me sugirió avanzar en el texto y editarlo, lo que por diversas circunstancias no había podido concretar hasta ahora. Vaya para él mi reconocimiento por el consejo dado.

Antes de ingresar de lleno en el tema, conviene efectuar algunas aclaraciones en relación con ciertos temas que han sido, y son, motivo de controversia:el 10 de agosto de 1912, al ser creada la Escuela Militar de Aviación, nació en el seno del Ejército Argentino, lo que actualmente conocemos como Fuerza Aérea Argentina, que logró su autonomía administrativa en 1945, tras una existencia de cerca de 33 años dentro de la fuerza terrestre como Aviación de Ejército.

Pero siendo dicha Escuela la primera unidad aérea militar de nuestra historia aeronáutica en general, ymás allá de que el decreto de su creación la hubiera ubicado dentro del Ejército, es justo considerar que, a la vez que nació allí la Aviación de Ejército, antecedente inmediato de la actual Fuerza Aérea Argentina, surgió también la aviación militar, o aeronáutica militar en sentido amplio, no vinculada especialmente a una fuerza en particular.

Lo dicho se sustenta en el artículo segundo del citado decreto, según el cual su objeto habría de ser la formación de pilotos seleccionados de entre los integrantes del Ejército y laArmada en conjunto. (Esta última fuerza destacó para realizar el primer curso de la Escuela al teniente de fragata Melchor Zacarías Escola, quien egresó en octubre de 1912).

Por otra parte, dicha norma y su correspondiente reglamentación dejaban en claro que la nueva institución habría de ser parte de la fuerza terrestre: así, se la puso bajo dependencia del Ministerio de Guerra cuando existía a la vez el de Marina; habría de actuar como asesora del primero en lo referente a la navegación aérea, y su director militar sería un (oficial) jefe del Ejército con las atribuciones y facultades de jefe de regimiento y, además, por decreto del presidente Victorino de la Plaza, del 11 de febrero de 1916, la Armada estableció posteriormente su propio Parque y Escuela de Aeroestación en Barragán, con lo que el instituto de El Palomar quedó exclusivamente para la formación de aviadores del Ejército.

Por lo dicho, la nueva aviación militar creada el 10 de agosto de 1912 fue organizada en el seno del Ejército, adquiriendo en pocos años una relevancia acorde con las experiencias e innovaciones técnicas que fueron consecuencia de la Primera Guerra Mundial.

Esta creciente importancia, por la que se fue dotando a la Aviación de Ejército de una estructura cada vez mayor (1927: Dirección General de Aeronáutica; 1936: Comando de las Fuerzas Aéreas del Ejército; 1938: Comando de Aviación de Ejército; 1944: Comando en Jefe de Aeronáutica) hizo que gradualmente aquella se convirtiera en una “fuerza dentro de otra fuerza” hasta que el 4 de enero de 1945, con la creación de la Secretaría de Aeronáutica, surgió la actual Fuerza Aérea Argentina como organismo autónomo.

Este nacimiento no se produjo “de la nada”, porque reconocía –como se dijo anteriormente– los casi 33 años de formación iniciados en 1912 dentro del Ejército, el que cedió su parque aéreo, personal e infraestructura a la nueva organización. Recién entre 1956 y 1957 la fuerza terrestre recreó una aviación propia, ajustada a sus necesidades y características operativas y sin tener el carácter de custodio de la soberanía nacional aérea, como había sucedido hasta 1945.

Este tema ha sido, como dijimos al principio, motivo de controversia, ya que hay quienes atribuyen a la actual Fuerza Aérea el haberse “apropiado” del período histórico entre 1912 y 1945, mientras que otros reivindican dicha etapa para la más joven de las fuerzas armadas nacionales.

Posiblemente, las diferentes interpretaciones de este tema sean consecuencia del decreto n.º 14204, del 16 de agosto de 1954, del entonces presidente Juan Domingo Perón, refrendado por el ministro de Aeronáutica, brigadier mayor Juan Ignacio San Martín, cuyo artículo primero estableció como Día de la Fuerza Aérea Argentina el 10 de agosto por la ya señalada creación de la Escuela Militar de Aviación como primera unidad aérea militar nacional, mientras que el segundo establecía que la recordación estaría a cargo del ministerio del área y en especial de la Fuerza Aérea Argentina.

Entonces, a partir de dicho decreto, más allá de la intención de sus autores, se identificó oficialmente la historia de la primera aeronáutica militar con la de la nueva Fuerza Aérea. Para complicar más la cuestión, esta última también celebra la creación de la Secretaría de Aeronáutica, el 4 de enero.

Tal vez una forma de concluir estas discusiones pasaría por una reformulación del significado de las fechas en cuestión: así, el 4 de enero podría ser celebrado como Día de la Fuerza Aérea en cuanto órgano independiente, y el 10 de agosto sería entonces el día conmemorativo de la creación de la aeronáutica militar argentina (o fuerza aérea en sentido amplio), cuya recordación estaría a cargo de la actual Fuerza Aérea Argentina, por los antecedentes históricos ya señalados (pero que podría incluso ser compartida por el Ejército y la Armada).

La comprensión acabada de todo el tema, a nuestro entender, requiere tener en claro dos conceptos:

1) La Fuerza Aérea Argentina surgió como entidad autónoma en 1945.

2) Es la sucesora histórica de un proceso iniciado en 1912, con la creación de la Escuela Militar de Aviación.

Dicho lo cual, nos referiremos a los primeros años de la aeronáutica militar, en el seno del Ejército Argentino.

Capítulo 1

Nociones generales

Reseña histórica de la actividad aeronáutica

Antecedentes nacionales hasta 1912

Conforme el Diccionario militar aeronáutico, naval y terrestre de Guillermo Cabanellas de Torres, podemos definir a la aeronáutica como la ciencia y arte de la navegación aérea (o aeronavegación).

Esta estudia “el hecho de atravesar el espacio aéreo en aparatos tripulados o dirigidos por el hombre, aunque este actúe a distancia”, mediante el empleo de máquinas más pesadas que el aire o más livianas que él.1

Cuando dicha ciencia es aplicada con fines militares, se estaría en presencia de la aeronáutica militar.

Define al aeroplano como el aparato de locomoción aérea más pesado que el aire, con grandes planos de sustentación, de donde viene el nombre.

Aeroestación sería el “arte de elevarse y sostenerse en el aire, de surcarlo y retornar a tierra, con aparatos menos pesados que aquel”.2

En sentido amplio, la aviación militar abarcaría todas las fuerzas aéreas de un país. En sentido restringido, abarcaría solamente a la aviación de su ejército.

Al principio de la Primera Guerra Mundial, la aeronáutica militar desempeñó un modesto papel accesorio e inorgánico pero de cooperación armónica después, como arma del ejército terrestre.

En el transcurso de dicho conflicto, pasó de ser una auxiliar de las fuerzas de mar y tierra a adquirir una importancia y un papel cada vez más relevantes, lo que quedó demostrado con las enormes cantidades de aeronaves y personal destacado que las potencias beligerantes tenían hacia fines del conflicto.

***

La posibilidad de conquistar el aire y volar como las aves ha fascinado al hombre desde tiempos remotos: los antiguos griegos crearon el mito de Ícaro, que al intentar escaparse del laberinto de Creta con su padre, Dédalo, se acercó demasiado al sol, provocando que la cera de sus alas se derritiera, estrellándose contra el suelo.

En la Biblia aparecen algunas referencias al vuelo; en el libro de Reyes se dice que el profeta Elías fue llevado al Cielo en un carruaje de fuego, y en Salmos 18:10, escribía David: “Cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento”.

A lo largo de los siglos, los seres humanos intentaron aplicar su ingenio para resolver esta cuestión, tratando de imitar el vuelo de las aves; así, fueron ideados muchos proyectos de toda índole, algunos de los cuales fueron llevados a la práctica con resultados normalmente trágicos (muertes o lesiones).

Entre los antiguos estudiosos que se dedicaron a resolver el problema del vuelo estuvieron Arquitas de Tarento, Aristóteles, Plinio el Antiguo y el emperador Galieno.

En 1055, el monje Oliver de Malmesbury intentó volar lanzándose desde una torre con un sistema de alas adosado que no resistió el esfuerzo, condenándolo a la muerte. Desde ese momento y hasta el siglo XIV, no hubo mayores intentos de volar.

Durante dicha centuria, el matemático italiano Juan Bautista Dante hizo experimentos exitosos con unas alas artificiales proporcionales al peso del cuerpo, pero intentando ofrecer un espectáculo en público, cayó sufriendo la rotura de su cadera.

En el Renacimiento el genial Leonardo da Vinci estudió la fisiología de las aves, que les permitían volar como no podía hacerlo el hombre, pero aparentemente no comprendió que imitar el vuelo de aquellas sobre la base de la fuerza muscular humana era imposible, a pesar de lo cual ideó un “ornitóptero” (alas de pájaro) donde pretendía establecer un sistema mecánico que reprodujese dicho vuelo a partir de la fuerza humana (con el tiempo se dio cuenta de que esta era insuficiente a los fines pretendidos).

También ideó diversos modelos de aparatos voladores autónomos e incluso imaginó lo que siglos después sería conocido como el paracaídas.

Vuelo de Charles y Robert

Recién a fines del siglo XVIII se encuentran los primeros avances concretos en la actividad aérea:

Históricamente, los aeróstatos,o aeronaves más livianas que el aire–globos y dirigibles–, antecedieron a los aeroplanos existiendo numerosos ensayos en la materia, hasta que el 5 de junio de 1783, los hermanosfranceses Joseph y ÉtienneMontgolfier elevaron un globo aerostático de su invención, inflado con aire caliente, producto de calentar lana y paja (la Mongolfiera) a 2000 metros del suelo. En aquel aeróstato, una oveja, una oca y un gallo hicieron, el 19 de septiembre de 1783, el primer viaje aéreo de la historia, volando 2400 metros en diez minutos, tras lo cual regresaron a salvo a la tierra.

Ese vuelo tuvo gran repercusión en toda Europa y simbolizó un gran avance en la carrera de la conquista del aire por parte del hombre.

El 21 de noviembre del mismo año, el físico Jean-François Pilâtre de Rozier y el mayor de infantería, marqués de Arlandes, fueron los primeroshombres en volar en un globo Montgolfier, lo que constituyó otro hito en la historia del vuelo.

Poco tiempo después de la histórica ascensión, Jacques Charles, miembro de la Academia de Ciencias francesa, junto con su ayudante Nicolas-Louis Robert, se elevó en otro globo impulsado, no por aire caliente, sino por hidrógeno, el 1 de diciembre de 1783. Salieron del Jardín de las Tullerías y llegaron a los 2500 m de altura, recorriendo 43 kilómetros impulsados por el viento antes de descender (lámina de 1784).

El rey de Francia, Luis XVI, en conocimiento de que se preparaba ese vuelo, ordenó a su prefecto de Policía que lo impidiera. No logró evitarlo y el vuelo se produjo, tras lo cual hizo llamar a Robert, para primero amonestarlo y posteriormente entregarle una pensión… El hecho parece ser un antecedente de lo sucedido en 1912 en nuestro país con el aviador Fels…

Con fines militares, los franceses utilizaron un globo en Argelia (1830) y otro en la guerra contra los austríacos en 1859. Durante el sitio de Venecia (1849), estos últimos usaron un globo para arrojar bombas incendiarias, en lo que habría sido el primer intento de bombardeo aéreo de la historia.

Modelos de dirigibles

En cuanto a los dirigibles, implicaron una evolución respecto del globo, porque le acoplaron el motor –primero impulsado por baterías, luego a explosión–, que impulsaba una hélice y era dirigido por un timón.

El primero que puede considerarse tal fue el denominado “La France”, construido por el capitán Charles Rénard, y su primer vuelo tuvo lugar el 29 de agosto de 1884, volando 300 metros en semicírculo, y volviendo al punto de partida por voluntad del piloto, a una velocidad media de 15 km por hora.

Por su parte, el ingeniero brasileño Alberto Santos-Dumont fabricó varios modelos de dirigibles, con uno de los cuales (el n.º 6) realizó un vuelo el 19 de octubre de 1901, que lo hizo ganador del premio instituido por el Aero Club de Francia.

Alrededor de 1900, el conde alemán Ferdinand von Zeppelin ideó un nuevo tipo de dirigible rígido, es decir, con una estructura metálica interna, lo que significó una evolución técnica que llevó a identificar el apellido de su creador con el mismo concepto de dirigible.

Lámina que muestra los principales modelos de artefactos aéreos de 1500 a 1880.

El primer vuelo tuvo lugar el 2 de julio de 1900, elevándose a 430 metros sobre el lago Constanza, con cinco pasajeros en las barquillas, navegando durante 17 minutos y cubriendo una distancia de 15 km.

El concepto del dirigible rígido de Zeppelin superó otros que eran no rígidos o semirrígidos. Ello quedó de manifiesto cuando, durante un vuelo, sufrió averías en la cubierta que pudieron ser fácilmente reparadas, regresando a su base sin inconvenientes.

Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos emplearon el dirigible con fines militares, obligando a sus fabricantes a perfeccionar sus capacidades.