¡Algo habrán hecho! - Enrique Pamies Medina - E-Book

¡Algo habrán hecho! E-Book

Enrique Pamies Medina

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Beschreibung

Realidad y ficción se mezclan en este relato en el que un miembro de ETA acabó con la vida de 36 personas entre 1979 y 1989 al más puro estilo de los sicarios sudamericanos. El etarra y sus compañeros son ficticios, aunque basados en miembros de ETA reales. No así sus víctimas, por lo que figuran con filiación y lugar donde cayeron asesinadas. España, sus políticos, pretenden que olvidemos esa época ignominiosa. No lo conseguirán. No se lo debemos permitir. Las víctimas y los que lucharon contra esa lacra no se lo merecen.

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Seitenzahl: 65

Veröffentlichungsjahr: 2023

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ÍNDICE

Introducción

Parte Primera

Parte Segunda

Parte Tercera

Parte Cuarta

Epílogo

Introducción

Euskadi Ta Askatasuna, ETA, fue una banda terrorista que se dedicaba al asesinato y a la extorsión de españoles, todos los españoles. Y los vascos son, han sido y serán, españoles.

Esto que puede parecer una perogrullada es algo que hoy día, en 2023, parece haberse olvidado. Quizás habría que decir que quieren obligarnos a que lo olvidemos por intereses espurios de ciertos políticos que esperan sacar un rédito de todo ello (o que ya lo están obteniendo). Parece mentira, pero es la cruel y absoluta verdad.

Para que ese olvido no cale más en nuestra sociedad, es por lo que veo necesario realizar proyectos como el presente, de forma y manera que unos recuperen la memoria y otros, los más jóvenes, sepan qué fue, pero de verdad, lo que aquellos delincuentes, bastardos asesinos, hicieron durante cuarenta años.

Este proyecto está basado en hechos reales. Todos los asesinatos que se relatan tuvieron lugar en los últimos años de la década de los setenta y casi toda la década de los ochenta del siglo pasado.

Se han cambiado los nombres de los protagonistas; tristes y miserables protagonistas, no así el nombre de sus víctimas y de quienes dieron su vida. Esto es debido a que nuestra justicia, y lo pongo con minúsculas porque no merece otra cosa, no consideró creíbles los informes de nuestras Fuerzas de Seguridad Policía Nacional y Guardia Civil, elaborados cuando los detuvieron y asumieron en sus declaraciones todos los hechos y, sí, en cambio, la palabra de los etarras cuando pasaron a su disposición y dijeron que todo se lo habían inventado. Es imposible, créanme, pues he interrogado a muchos de ellos, que los datos que facilitaban en sus manifestaciones pudiéramos saberlos quienes preguntábamos, y mucho menos con la precisión con la que ellos los daban. Y por cierto, interrogar nada tiene que ver con torturar a pesar de que en la actualidad los progresistas, nacionalistas, y otras especies, quieran hacerles ver lo contrario.

Incluso, hoy por hoy, tenemos que aguantar cómo en privado ya que no tienen lo necesario para decirlo en público, funcionarios de justicia (que es lo que jueces y fiscales parecen querer demostrar son) digan que esto de ETA ya no está “de moda”.

Los nombres de los dirigentes de ETA sí son reales. No creo que se molesten y, si lo hacen, ajo y agua.

Todo lo aquí relatado es pues, una mezcla de realidad y ficción; que cada cual elija con qué verdad o ficción quedarse.

Lo de “algo habrán hecho” es un dicho que se hizo popular entre la sociedad vasca (una gran parte de ella) ante cada nuevo asesinato de ETA, quizás para ocultar así su cobardía o su falta de reacción.

Vaya por delante mi solicitud de perdón a las familias de las víctimas que en este proyecto van a aparecer si les hago rememorar tristes recuerdos, pero creo que es una forma muy pequeña, de hacerles justicia.

Esas víctimas, esa época de España y quienes allí estuvieron, no deben quedar en el olvido ya que, como decía Georges Bernanos: El verdadero odio es el desinterés y el asesinato perfecto es el olvido.

Muchas de los asesinatos que leerán a continuación están todavía sin esclarecer judicialmente, que no policialmente. Espero que pueda servir de algo todo lo que se contará ya que si bien los asesinos son ficticios, guardan o pueden guardar algún paralelismo con personajes de carne y hueso, pero es un mundo donde realidad y ficción se separan por un muy liviano velo

Esto, si para cuando este proyecto vea la luz no han sido declarados víctimas de la represión del Estado e incluso indemnizados o nombrados hijos predilectos de alguna localidad, que al paso que vamos no es nada descartable.

También reseñar que, como en todo en esta vida, generalizar no es siempre justo. Hubo vascos de bien (aunque en Guipúzcoa pocos), incluso entre gente nacionalista. Vaya para ellos mi respeto y gratitud.

PERSONAJES PRINCIPALES DE FICCIÓN Y SUS APODOS

Alex ARZALLUS

CASERO

Koldo EGUIBAR

TXIKI

Julen MONZÓN

BELTZA

Iker MENDIA

CALVO

Patxi ANDUEZA

BESTIA

LISTADO DE LÍDERES ETARRAS Y SUS APODOS

Domingo ITURBE ABASOLO

TXOMIN

Santiago ARRÓSPIDE SARASOLA

SANTI- POTROS

Isidro María GARALDE BEDIALAUNETA

ANTXON

José Ramón LOPEZ DE ABECHUCO LIQUINIANO

JOSERRA

Juan Lorenzo LASA MICHELENA

TXIKIERDI

Carlos IBARGUREN AGUIRRE

NERVIOS

Jesús ARCAUZ ARANA

JOSU DE MONDRAGÓN

José Javier ZABALETA ELOSEGUI

BALDO

José Luis ANSOLA LARRAÑAGA

PEIO EL VIEJO

PARTE PRIMERA

“COMANDO LEGAL”
(1979-1980)

1978.

Tercer año desde la muerte de Francisco Franco y año en que se promulgó la actual Constitución española.

A pesar de la llegada de la democracia y de las libertades, ETA seguía su particular camino de violencia. Los asesinatos, extorsiones, secuestros, bombas y demás de su siniestro quehacer, iban a más. Obviamente, el Estado se defendía como podía sobre todo con la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Guipúzcoa y Vizcaya eran los territorios más azotados por la tormenta terrorista seguida por Álava y Navarra.

Tres amigos de la misma quinta, 1955, y uno un par de años mayor, todos de una localidad próxima a San Sebastián, deciden integrarse en la organización terrorista ETA Militar. Estos eran sus nombres: Alex ARZALLUS “CASERO”; Koldo EGUIBAR “TXIKI”; Julen MONZÓN “BELTZA”; e Iker MENDIA “CALVO”.

El líder de la cuadrilla era “CASERO”, quien se había hecho con publicaciones y escritos tanto de Sabino ARANA como de Telésforo MONZÓN; hacía proselitismo cada vez que cuadraba la ocasión de algunas de sus histriónicas y esquizofrénicas máximas. Era de estatura media, sobre 1,76, atlético y gustaba de usar barba. De estudios medios, se dedicaba a trabajar en lo que salía esperando hacerse fijo en cualquiera de las prósperas (por aquel entonces) empresas ubicadas en las inmediaciones de Donostia. Había mamado en su casa el nacionalismo y era muy aficionado a leer cualquier documento sobre la materia, muchos de ellos memorizándolos, aunque buena parte de las veces no entendiera qué era lo que leía. Los mitos y leyendas se convertían en actos de fe para el joven Alex. Pelín borono, de ahí lo de su apodo “CASERO”, pero con dotes de liderazgo.

Era de los pocos que usaba el chubasquero Karhu que se puso de moda por aquellas fechas. Claro que eso lo hizo hasta que las “lumbreras” del Ministerio del Interior de Madrid elaboraron el “Plan ZEN (Zona Especial Norte)”. Como casi todo en materia de antiterrorismo por aquel entonces (y años después), debió de ser elaborado por algún Gabinete cuyos integrantes no habían pisado el País Vasco y a los terroristas los conocían en los periódicos y de lejos.

Una de sus máximas era que si veías a un joven con Karhu, barba, y calzando deportivas, etarra al canto. ¡Qué linces había y hubo en esos gabinetes! Eso sí, fijo que alguna condecoración pensionada se llevaron, aunque su máximo riesgo fuera que se les cayera una grapadora del despacho en el dedo gordo del pie. Si era en el meñique la condecoración se quedaba en Cruz Blanca al Mérito de la Policía o Guardia Civil.

Por cierto, el 80 por ciento de los policías que andábamos por aquellos años en esa tierra trabajando llevábamos Karhu como chubasquero. Pero claro, ¡para qué iban a preguntar a los que vivían sobre el terreno si los listos eran los de Madrid!

Koldo EGUIBAR era el más pequeño de los cuatro y de ahí su apodo de “TXIKI” ya que apenas llegaba a los 1,65 metros de estatura. Fibroso de complexión, al igual que casi todos los jóvenes de aquella época, era un amante del monte. Había sacado los estudios de primaria con dificultad por lo que se dedicaba a tareas del campo para ganarse la vida.