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Cáncer, mujer y familia presenta a los lectores un análisis de esta patología desde un enfoque psicológico. Este libro tiene como propósito aliviar el sufrimiento que el diagnóstico de cáncer genera en los pacientes oncológicos, especialmente en las mujeres que padecen de cáncer de mama. Aquí se resalta la importancia de que los pacientes conozcan la enfermedad y además, se comparten algunos testimonios.
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Seitenzahl: 99
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Edición y corrección: Diley Milián López
Edición para Ebook: Bibiana Carbonell Castelo
Diseño e ilustración de cubierta: J. A. Mompeller
Composición: Deborah Prats López
Diseño y composición para Ebook: Raúl García Fernández
EDICIÓN IMPRESA, 2015
© Clara Pérez Cárdenas, 2015
© Editorial José Martí, 2015
ISBN 9789590907128
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INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO
Editorial JOSÉ MARTÍ
Publicaciones en Lenguas Extranjeras
Calzada No. 259 entre J e I, Vedado
La Habana, Cuba
Email: [email protected]://www.cubaliteraria.cu/editorial/editora_marti/index.php
A la memoria de mi madre, a quien no tuve oportunidad de acompañar en sus últimos días,
por circunstancias ajenas a mi voluntad.
A todas las pacientes con las que he tenido vínculo profesional,
por darme la gratificación de sentir que les he aportado
un granito de arena en la calidad de sus vidas.
A todas las familias que me han recibido en sus hogares como a un miembro más, demostrándome respeto profesional e inmenso cariño.
El tratamiento puede ser totalmente impersonal, la atención del paciente debe ser completamente personal. El secreto de la atención del paciente se encuentra en la atención real, cuidando con afecto…
Doctor Francis Peabody
Este libro tiene como propósito aliviar el sufrimiento que el diagnóstico de cáncer genera en los pacientes oncológicos, especialmente en las mujeres que padecen el cáncer de mama. Con la información aquí recogida presentaré al lector aspectos elementales sobre la enfermedad y demostraré la importancia que tiene para los pacientes conocer sobre este problema de salud y las experiencias de otros enfermos.
Expondré algunos testimonios de pacientes que, al conocer sobre las intenciones de esta investigación, decidieron colaborar con sus experiencias y opiniones, para ayudar a otras mujeres y sus familias a rehacer sus vidas.
El cáncer es una enfermedad que continúa siendo muy inquietante para la mayoría de las personas, acerca de este problema de salud se tienen varias supersticiones. Existen relatos populares que la describen como algo sencillamente insignificante o por el contrario la magnifican considerablemente.
En lo adelante abordaremos en profundidad el tema.
La autora
En nuestros días el cáncer es –junto al VIH SIDA– un azote para la población a escala mundial. Generalmente su diagnóstico se asocia con una sobrevida corta y es visto como sinónimo de terrible dolor. Aún existen múltiples criterios erróneos en la población en torno a esta enfermedad. Muchas veces, por ejemplo, el diagnóstico se vincula generalmente con el fracaso médico, se relaciona directamente con la muerte y con la incapacidad que sufrirá la persona diagnosticada, porque tendrá pérdida de funciones. Pocas veces se le da crédito a la posibilidad que tiene el paciente diagnosticado de intervenir en su propio proceso de salud-enfermedad. A continuación veremos algunos de los mitos más frecuentes.
«El cáncer es solo un problema de salud» trata de minimizar la enfermedad, pero esta actitud ante cualquier enfermedad diagnosticada, por insignificante que parezca, es una conducta inadecuada. Como todas tiene repercusiones en el ámbito personal y social. Merita ser tratada con seriedad.
«El cáncer es una enfermedad de ricos, personas mayores y países desarrollados» es un planteamiento equivocado. Muy por el contrario, este es un mal que afecta a personas de diferentes edades y grupos socioeconómicos.
«El cáncer es una sentencia de muerte» resulta una idea diametralmente opuesta a la expresada en el primer mito, pues se sobrevaloran la enfermedad y sus consecuencias. Este es un problema de salud conformado por alrededor de doscientos cuadros clínicos diferentes, que evolucionan también de diversas maneras y no siempre llevan al paciente al término de la vida. El diagnóstico de cáncer no puede verse como augurio de muerte. En la actualidad se pueden curar muchas variantes que fueron consideradas mortales, el tratamiento, en general, es ahora mucho más eficaz.
«El cáncer era mi destino» es una expresión fatalista al extremo. Es como si alguien estu-viese predestinado a padecerlo, da la impresión de que nada se puede hacer. Pero por el contrario, un tercio del conjunto de los tipos de cáncer pueden prevenirse, si se aplican las estrategias correctas. Esta idea es totalmente pesimista, con ella la persona pierde por completo el deseo de vivir y ser feliz, pues se ciñe voluntariamente a algo que no puede modificarse.
Estas interpretaciones de la enfermedad quizás partan del significado de la propia palabra que se le ha asignado a cualquier cuadro oncológico. Me refiero a la palabracáncerque proviene del latín cancri y del griego kánkinos. En ambos idiomas, significa cangrejo. Esta palabra alude a la representación –que en muchas personas prevalece– de la forma en que la enfermedad apresa y destruye a los individuos diagnosticados con cualquiera de sus formas clínicas. Sin embargo, la palabra tiene otras acepciones.
Si revisamos el Pequeño Larousse ilustrado, encontraremos la siguiente definición: «Cáncer: tumor sólido, maligno. Lo que devora una sociedad, una organización:“la burocracia es el cáncer de muchos gobiernos.” Signo y constelación zodiacal».
Una búsqueda reciente sobre el término nos lleva a algunas categorías que se manejan actualmente al definir esta enfermedad. Tal es el caso de la palabra neoplasia, que se refiere –según su raíz etimológica– a un «tejido de nueva formación». Este es un término que se aplica generalmente a los tumores malignos, aunque también puede emplearse de manera genérica y significa simplemente «tumor».
No se sabe de una causa única y específica para esta enfermedad, pero se conocen factores de riesgo que predisponen a padecerla o precipitan su aparición. Uno de ellos es el tabaquismo, pero también la enfermedad puede estar relacionada con una dieta poco saludable, o con una excesiva exposición a los rayos solares, así como con otros inadecuados estilos de vida. Se dice que la persona llega a enfermar de cáncer por la interacción de múltiples factores, entre los cuales se incluyen el ambiente que la rodea, los hábitos alimenticios y la herencia genética.
Entre los tratamientos del cáncer se encuentra la cirugía que tanto preocupa, sobre todo a las mujeres con cáncer de mama, por el temor a qué procedimiento concreto se hará y cómo quedará su imagen después del acto quirúrgico. Otro procedimiento muy utilizado es la quimioterapia (conocida como «los sueros»), en este caso la preocupación de la mayoría de las mujeres está relacionada con la caída del cabello que ocurre como consecuencia de los medicamentos empleados. Por último, la radioterapia (radiaciones), inquieta a las pacientes por las marcas en la piel que identifican la zona expuesta al tratamiento y las molestias posteriores.
Se estima que hasta un 50 % de los casos de cáncer podrían ser evitables. Existe una prevención primaria, que se refiere a todas las acciones que se desarrollan con el objetivo de disminuir la aparición de la enfermedad. Para prevenir, lo fundamental es tener hábitos de vida saludable, entre ellos, por ejemplo:
• No fumar. Prácticamente todo el humo que se inhala, posee elementos carcinógenos, por ejemplo, el alquitrán.
• Tener una dieta saludable. Es recomendable que sea una dieta variada, con la suficiente cantidad de nutrientes, en especial vitaminas. Se recomienda el consumo de alimentos orgánicos, en particular repollos o coles, coliflores, brócolis; frutas ricas en vitamina C, como granada, tomate, almendra, los cítricos en general; así como alimentos ricos en fibra (por ejemplo, el pan integral), porque facilitan el tránsito intestinal y la eliminación de toxinas. Para este último propósito es muy bueno el consumo de más de un litro de agua potable por día.
Según especialistas en el tema, cada treinta segundos se les diagnostica cáncer de mamas a millones de mujeres de diversas partes del planeta. En todos los casos solucionable «si las mujeres cada mes tomaran cinco minutos de su tiempo durante el baño para examinarse las mamas».
Por eso es muy importante la educación para la salud en los temas de prevención de la enfermedad; es una realidad que nuestra población femenina no está instruida adecuadamente en este sentido. Hacia este aspecto se dirigen los resultados de algunas investigaciones. Menéndez Guerrero y colaboradores concluyeron que casi el 16% de las pacientes implicadas en la investigación, reconocieron no haber realizado nunca el auto examen de mamas, solo el 10% declaró que lo realizaba cada mes.
Según el Programa del Control del cáncer en Cuba, la enfermedad oncológica en general se incrementará en nuestro país en los próximos años, con un pronóstico para el 2020 de dieciséis millones de casos diagnosticados. Sin embargo, es importante destacar que en estos momentos no es vista como enfermedad mortal. Se considera como una enfermedad crónica, por dos razones fundamentales: el número de pacientes que se curan y el número de personas diagnosticadas que tienen remisiones de la enfermedad (desaparición de síntomas o de la intensidad de estos) y sobreviven varios años.
Es por tanto, en este momento, una enfermedad como la diabetes mellitus, el asma bronquial y la hipertensión arterial, por mencionar algunas. Sin embargo, el cáncer sigue siendo recibido por las personas de manera bien diferente al resto de los diagnósticos mencionados en el grupo anterior. Para la mayoría significa enfermedad grave, tratamientos crueles, incluso la muerte. Es considerado un acontecimiento vital estresante, que afecta tanto a la persona que lo recibe, como a su entorno familiar y social más próximo. Esta situación está condicionada, como comentábamos antes, por la connotación popular de la palabra cáncer. También juega un papel fundamental la forma en que es manejada en los medios de difusión.
Cuando hablamos de tratamiento mediático, nos referimos a cómo se habla de este problema de salud en los medios de comunicación. En oportunidades, la forma que se utiliza para referirse a algún aspecto de la enfermedad oncológica en la prensa o la televisión, no es adecuada y lejos de beneficiar, provoca daños.
A menudo se utilizan expresiones que establecen semejanza entre la enfermedad y situaciones o procesos sociales muy negativos, o se brindan mensajes que crean falsas expectativas de curación en los pacientes. Un ejemplo de expresiones de este tipo es la siguiente: «Avance sensacional contra el cáncer».
En otros momentos, la enfermedad no es abiertamente declarada, pero queda implícita en el contexto que expresa el comunicador. Este es el caso de expresiones como: «Murió a consecuencia de una penosa y larga enfermedad».
Es muy frecuente la frase anterior insertada en la noticia de una muerte, con lo que inmediatamente estamos convencidos de que esa persona a la que se están refiriendo, estaba enferma de cáncer. La enfermedad se convierte en un secreto a gritos. Todos sabemos que detrás de lo dicho, hay una enfermedad oncológica. ¿Por qué no hablarlo claro, por qué mistificar esta enfermedad? Bien distinto es el tratamiento si la muerte es provocada por un infarto o cualquier otro problema de salud.
Una información así está en contraposición con la intención educativa que tiene la televisión cubana. No sería justo ignorar o negar que en el mismo medio televisivo existen varios spots con mensajes educativos sobre el cáncer, en los que se sugieren medidas de prevención a la población contra diferentes tipos de enfermedades oncológicas. Sin embargo, la dualidad daña y cada individuo seleccionará la información que desee de todo el bagaje de datos que le llegan. Por tanto, una labor educativa efectiva exige una misma línea de pensamiento en la información.