Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
¿Es posible en este mundo complejo y convulso reducir el sufrimiento? La respuesta es sí. El autor nos da las claves para conseguirlo. Mediante la práctica de la Aceptación y Mindfulness podremos acceder a un estado emocional más libre y disfrutar más de la vida con plena conciencia. La aceptación nos permite ver el pasado sin culpa y sin duelo. Pero quizá uno de los aspectos más desconocidos y eficaces de la aceptación es la nueva relación que se establece con nuestros pensamientos y emociones, sobre todo con los negativos. De esta forma, uno ya no se pelea con ellos ni los rechaza, sino que acepta que surjan y que desaparezcan. Para la psicología, la aceptación es una técnica especialmente útil para incrementar el bienestar psicológico y para manejar más eficazmente trastornos como la ansiedad, la depresión, el dolor, las enfermedades crónicas o las adicciones.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 230
Veröffentlichungsjahr: 2022
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
CÓMO REDUCIR
EL SUFRIMIENTO
con
Aceptación y Mindfulness
Javier García Campayo
Siglantana
Dirección de la colección «Mindfulness y Meditación»:
Javier García Campayo
© Javier García Campayo, 2020
Para esta edición:
© Editorial Siglantana S. L., 2020
Diseño cubierta: Silvia Ospina Amaya
Maquetación y preimpresión: Carles de Gispert
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).
Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.
ISBN (Siglantana): 978-84-18556-74-6
Depósito legal: B-2851-2020
Impreso en España - Printed in Spain
Sumario
Prólogo
Capítulo 1
EL FUNCIONAMIENTO DE LA MENTE Y MINDFULNESS
El piloto automático y la multitarea
¿Qué es Mindfulness?
Modo hacer y modo ser de la mente
Visión del mundo que subyace en cada modo de funcionar de la mente
Las tres leyes básicas sobre la mente
LEYENDA: El campesino
Capítulo 2
EL DIÁLOGO INTERNO
¿Qué es el diálogo interno o la voz?
¿Cuándo y cómo empieza el diálogo interno?
El objetivo del diálogo interno
Los inconvenientes del diálogo interno
LEYENDA: Vivir sin diálogo interno (Sesha)
Capítulo 3
SUFRIMIENTO Y ACEPTACIÓN
El sufrimiento: el gran tema en todas las religiones
Tipos de sufrimiento: evitable e inevitable
La ecuación del sufrimiento
Tipos de respuesta ante el sufrimiento
LEYENDA 1: El lapicero
LEYENDA 2: El mar
Capítulo 4
LA IMPORTANCIA DE LOS VALORES EN LA ACEPTACIÓN
El sentido de la vida
Los valores
La congruencia con los valores
Diferencia entre objetivos y valores. La acción comprometida
LEYENDA: Los dos ejes de Viktor Frankl y Los dos sabores de la vida
Capítulo 5
LA ACEPTACIÓN ES UNA EMOCIÓN SUBLIME
Tipos de aceptación: interna y externa
Principios de la aceptación
Dificultades para la aceptación
LEYENDA: Achicar agua en un barco y el vestido de Penélope
Capítulo 6
¿CÓMO DESARROLLAR LA ACEPTACIÓN?
La postura de la aceptación
Las frases de la aceptación: nivel básico
Las frases de la aceptación: nivel avanzado
Aceptar solo a corto plazo
La reactividad a lo desagradable: la “Segunda Flecha” del Budismo
Manejo de la aversión
LEYENDA: La princesa que enmoquetaba el mundo
Capítulo 7
LA DISMINUCIÓN DE LA ACEPTACIÓN EN LAS SOCIEDADES DESARROLLADAS
Aumento del malestar psicológico: el efecto cohorte
La pérdida del sentido
El aumento de la sensación de control
El miedo a la aceptación
LEYENDA: La sabiduría de nuestros abuelos
Capítulo 8
LA ACEPTACIÓN DEL CUERPO
Nuestra relación con el cuerpo
La no aceptación del cuerpo por causas estéticas
La no aceptación por causas funcionales
El cuerpo y mindfulness
LEYENDA: El “efecto perspectiva” del tiempo
Capítulo 9
ACEPTACIÓN INTERNA: PENSAMIENTOS Y EMOCIONES
¿Qué hay en la mente?
La mente es el sexto sentido
Pensamientos voluntarios e involuntarios. Los racimos de pensamientos
La mente funciona de forma inversa al mundo que nos rodea
La inutilidad de buscar el origen de los pensamientos
Aceptación de los fenómenos mentales
LEYENDA: La casa de huéspedes
Capítulo 10
ACEPTAR PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Aceptar el pasado: la culpa
Aceptar el pasado: la pérdida y la carencia
Aceptar el presente: lo que no nos gusta
Aceptar el futuro: no generar expectativas
LEYENDA 1: El cuento de la lechera
LEYENDA 2: El maestro de artes marciales
Capítulo 11
LA ACEPTACIÓN DE LAS RELACIONES Y EL PERDÓN
Las relaciones difíciles
La conducta de los otros: no tomarse la vida personalmente
El perdón
Ser consciente del daño que hemos hecho y perdonar el que nos han hecho
LEYENDA: Ni tu ni yo somos los mismos
Capítulo 12
LA MÁXIMA ACEPTACIÓN
La impermanencia
El control
La ecuanimidad
La complejidad de la acción
La muerte y la disolución del yo
LEYENDA: La historia de Wei
EPÍLOGO: INDICADORES DE ACEPTACIÓN
Hermoso libro nos ha regalado Javier García Campayo. Nuestras vidas se cruzaron hace años y el tiempo se detuvo. Estábamos a la entrada de la sala de meditación. Aún mantengo vivo el recuerdo de ese momento en el que nuestras miradas se reconocieron. A partir de aquel instante, no hemos parado de compartir, crecer y proyectar juntos la amistad sincera y el amor que ambos sentimos por la tradición budista, así como nuestra apertura hacia otros caminos afines a la misma. Considero que Javier es un ser con una mente privilegiada y un corazón maravilloso.
Esta nueva obra suya, Cómo Reducir el Sufrimiento con Aceptación y Mindfulness, recoge el sabor de lo antiguo y el aroma de los buenos vinos. Viene impregnada con la frescura de los aires nuevos. Desde el primer capítulo, dedicado al funcionamiento de la mente y mindfulness, verá el lector cómo en cada página va desgranando el autor las mieles de la aceptación, una virtud intrínseca en el desarrollo de la atención consciente y en el arte de la contemplación serena. En este sentido, acierta Javier con la incorporación de las prácticas meditativas desde el inicio del libro, pues favorecen el abordaje psicológico en la meditación y ofrecen muy buenos recursos para experimentar en primera persona los temas que se están exponiendo. Asimismo, Javier García Campayo atina en el uso de las citas; siendo todas reveladoras de la verdad, aportan un guiño al lector, para que se disponga y alcance una mirada más amplia en las enseñanzas contenidas en cada capítulo.
La aceptación es siempre generosa, pues va implícito en ella la apertura hacia el otro y la receptividad del nuevo instante. La importancia de los valores es expresada de forma magistral a partir del capítulo 4. Javier nos insta a vislumbrar el sentido de la vida, nos invita a la acción comprometida en cada intervalo donde recibimos una nueva oportunidad para desarrollar el potencial del darse cuenta. ¿Cómo no aceptar el cuerpo, las emociones y nuestros pensamientos? En los siguientes capítulos, García Campayo nos recuerda que es la resistencia al cambio lo que impide que toquemos lo esencial en cada acontecer. Aceptar y entregarse al río de la impermanencia es transitar por el único camino que da sentido a nuestro devenir, el sendero del corazón donde todos nos aceptamos y reconocemos en un infinito proceso de cambios. Al acompañarnos en este proceso, permitimos que el amor benevolente nos arrope por dentro y por fuera en un mismo suceder.
Avanzada la lectura y disfrute de la obra, el diálogo interno es abordado por el autor en el décimo capítulo. Muestra que todo se está dando al mismo tiempo. Cuando un ser humano se permite reposar en la experiencia del instante presente, el sujeto fluye al convertirse en un siendo sin retornos, ni futuros intangibles. Contempla que todo está sucediendo tal y como es. He aquí la hermosa experiencia de la meditación que nos viene sugiriendo el autor, una vivencia en la que conceptos tales como sufrimiento, resignación, sumisión o entrega inconsciente, no alcanzan a tocar la esencia y profunda significación de la experiencia de la aceptación, palabra clave y presente en la mayoría de su obra.
Como buen sabio, se reserva Javier los capítulos finales, para abordar en ellos las tres leyes que nos afectan por igual, la verdad de la impermanencia, la certeza de la insustancialidad y la evidencia de que todos somos interdependientes. En el momento que un ser humano se despierta, constata y acepta la primera de ellas, dejando a un lado el sufrimiento generado por el apego ilusorio. Cuando por fin confirma que todos los fenómenos de este universo son inatrapables, puesto que no contienen un ente que los sujete, abandona el dolor propiciado por el egoísmo. Por último, al abrir su corazón y hacerse íntimo con todas las existencias, se vive en sí mismo y en los otros al mismo tiempo, experimentando un estado de dicha y verdadera felicidad. La clave en todo este proceso está en la aceptación, como muy bien explica Campayo en esta bella obra.
Las tradiciones espirituales, las vías contemplativas y las actuales corrientes de mindfulness ofrecen un camino de sanación integral para las personas. Reconocernos en la enfermedad de la ilusión, desenmascararnos del falso personaje, dejar a un lado la aparente representación de una identidad que no nos significa, pasa por aceptar que no somos lo que nos creemos ser. Somos mucho más que una ilusión óptica de la conciencia.
Ajenos al estado de presencia, sufrimos por una falta de atención. Aceptar y reconocer esta verdad es un paso previo hacia la verdadera liberación. Javier así lo apunta a lo largo del libro y se muestra certero en numerosos pasajes que conmoverán al lector tanto por la cercanía en la escritura como por la profundidad de su mirada.
DENKÔ MESA
MAESTRO ZEN
DIRECTOR ESPIRITUAL DE COMUNIDAD BUDISTA ZEN LUZ DEL DHARMA
La vida es lo que nos ocurre
mientras pensamos en otra cosa.
JOHN LENNON
El piloto automático y la multitarea constituyen el estilo normal de funcionamiento de la mente en las personas que viven en los países desarrollados y representan la contraposición al estilo de vida y al tipo de proceso mental que se recomienda con la práctica de mindfulness. Analicemos ambos conceptos:
El piloto automático
Si observas tu mente ves que está siempre pensando, ya sea planificando el futuro, recordando el pasado o juzgando el presente. A esa charla que mantenemos continuamente con nosotros mismos le llamamos en psicología “diálogo interno”. La estudiaremos más a fondo en el siguiente capítulo. Puedes observar que la mente casi siempre quiere estar en un sitio diferente a donde está o le gustaría que las cosas fueran de manera distinta a como están ocurriendo, es decir, tiende a no aceptar las circunstancias externas. Como estamos casi siempre pensando en algo diferente a lo que estamos haciendo, es frecuente que cometamos despistes y errores: que se nos olvide qué habíamos ido a buscar o qué íbamos a decir, que se pase de largo una calle o un portal a donde teníamos que ir, o que nos dejemos algo en casa o alguna actividad sin hacer. Todo ello porque estamos pensando en otra cosa distinta a la que estamos haciendo.
La multitarea
Consiste en hacer varias cosas a la vez. Realmente no es así, lo que ocurre es que la atención cambia rápidamente de foco, de una actividad a otra continuamente. Estamos conduciendo y hablamos por el móvil; mientras vemos la televisión usamos el ordenador; mientras pelamos patatas o planchamos estamos planificando el fin de semana o pensando que le diremos a nuestro jefe. ¿Por qué funcionamos en multitarea? Porque pensamos que así somos más eficientes y que no vale la pena dedicar toda nuestra atención a tareas rutinarias y de baja demanda intelectual como lavar, hacer la comida o andar. Consideramos que durante ese tiempo, podemos utilizar la mente en actividades más valiosas como pensar. Por otro lado, tanto la sociedad como las instituciones en las que trabajamos nos inducen a la multitarea, porque existe la creencia generalizada, pero errónea, de que se rinde más mediante la multitarea.
Sin embargo, los estudios demuestran que estar continuamente en multitarea y mantenerse todo el tiempo con diálogo interno hace que seamos menos eficaces y, sobre todo, que tengamos mayor malestar psicológico, que suframos más, ya que ambos fenómenos producen mucho estrés.
El piloto automático y la multitarea debilitan nuestra capacidad de atención. Generalmente pensamos que pelar una patata o limpiar son actividades aburridas y por eso es mejor y más divertido pensar/fantasear en otro tema, con la convicción de que la divagación mental no nos ocurrirá cuando realicemos una actividad importante para nosotros, como hablar con un cliente o estudiar una oposición. Pero la atención apenas depende de lo interesante que sea para nosotros aquello que estamos haciendo, sino que depende, sobre todo, del entrenamiento: si mientras realizas una actividad rutinaria pensamos en otra cosa, cuando estemos escuchando a nuestros hijos o haciendo algo importante, la atención divagará también, porque la mente está acostumbrada a no estar atenta a lo que está haciendo sino a pensar en algo distinto.
PRÁCTICA 1
DESCUBRIR EL PILOTO AUTOMÁTICO
Durante un día cualquiera cuenta las veces que te equivocas al hacer algo, por estar pensando en otra cosa. Son cosas muy sencillas: te olvidas un objeto que tenías que llevar contigo, se te pasa llamar a alguien o ir a una cita, dejas de comprar algo que se necesitaba en casa, no le preguntas a un ser querido algo que es importante para él porque tienes una preocupación. Comprobarás que no hay ningún día en que esto no te pase varias veces.
PRÁCTICA 2
IDENTIFICAR LA MULTITAREA
Observa los momentos que estas en multitarea, que realizas dos actividades a la vez. ¿Por qué lo haces? ¿Piensas que así eres más eficaz? Hay veces que este proceso es involuntario, la mente se ha acostumbrado a este funcionamiento y lo realiza de forma automática. Pero en otros casos, nosotros mismos lo generamos para no “aburrirnos” cuando tenemos que realizar una tarea rutinaria como lavarnos, planchar, andar, conducir. En cualquier caso, observa la eficacia y comprueba cuándo es mayor: mientras estás en multitarea o cuando haces primero una cosa y después otra.
Pero, sobre todo, ¿puedes notar el estrés asociado a realizar varias actividades de manera simultánea? Identifica cuáles son las actividades en las que realizas más multitarea y losmomentos del día en que más piensas, en que más diálogo interno tienes.
Mindfulness es simplemente parar
y estar presente, eso es todo.
JON KABAT-ZINN
Mindfulness o atención plena describe, por un lado, un estado especial de la mente y, por otro lado, las técnicas psicológicas que permiten alcanzar dicho estado:
Mindfulness, como estado de la mente es la capacidad de estar atento al momento presente con aceptación. Es un estado que se asocia a un gran bienestar físico y psicológico y, por eso, esta práctica se está utilizando ampliamente en todo el mundo. Se caracteriza porque la mente apenas genera diálogo interno: casi no existe charla mental con nosotros mismos y, si aparecen pensamientos, no nos identificamos con ellos, no creemos que son reales, sino el simple funcionamiento de la mente.
Mindfulness como técnica psicológica es un tipo de meditación atencional que permite desarrollar progresivamente, mediante la práctica, el estado de mindfulness.
Independientemente del objeto de atención que se utilice, la técnica de mindfulness incluye los siguientes cuatro pasos:
1. Anclaje
Consiste en poner la atención en el objeto elegido. La práctica más habitual es mindfulness en la respiración. Y dentro de esta práctica los tres puntos de anclaje más utilizados son:
a) Las fosas nasales, sintiendo el contacto del aire con los orificios nasales; b) El centro del esternón, en el pecho, donde se toma conciencia del desplazamiento adelante y atrás del pecho durante la respiración y c) El abdomen, unos dos centímetros debajo del ombligo, lugar en el que se observa el movimiento del abdomen con la respiración. La atención se sitúa en la sensación física, corporal, del aire pasando por las fosas nasales o del pecho o el abdomen desplazándose. No es necesario visualizar esa zona corporal, aunque al principio puede resultar inevitable hacerlo y no vale la pena pelearse con la mente para eliminar esa imagen. Irá desapareciendo con el tiempo.
2. Divagar de la mente
Inevitablemente, dado que constituye su funcionamiento habitual, la mente va a divagar en pocos segundos o minutos y va a abandonar total o parcialmente el objeto, en este caso la respiración, para irse a un pensamiento, sensación u otro objeto mental. No hay que enfadarse o preocuparse por este hecho, ni creer que estamos meditando mal o que no sabemos hacerlo. Esto es lo que una mente no entrenada para mantener la atención hace de forma natural. Debemos asumir que estamos entrenándola y tener paciencia.
3. Tomar conciencia del proceso de divagar
Consiste en darse cuenta de que la mente ha perdido el objeto de anclaje, la respiración en este caso, o el cuerpo o el objeto de atención que hayamos elegido. Este paso es el más importante de la práctica porque es el que desarrolla el observador, lo que en psicología denominamos la metacognición, que podríamos definir como el proceso de observar nuestros pensamientos y emociones sin identificarnos con ellos. Pero resulta también el paso más difícil, porque nuestros pensamientos y emociones continuamente nos atrapan, nos secuestran. Dado que el proceso de divagar es la forma habitual de funcionar de nuestra mente, puede llevarnos minutos darnos cuenta de que hemos perdido la atención en el objeto de meditación porque estamos “soñando despiertos”. Hay que incidir en que tener muchos pensamientos "no es malo". Lo importante es darnos cuenta de que la atención se ha extraviado y volver al anclaje lo antes posible, sin quedarnos durante minutos perdidos fantaseando. Cada pensamiento hay que considerarlo como una posibilidad de desarrollar metacognición, la capacidad de no identificarnos con nuestros fenómenos mentales.
4. Volver amablemente al anclaje
Tras notar que la mente está divagando, volvemos de nuevo al punto de anclaje. Es clave que este proceso lo hagamos con amabilidad, con cariño. Sin enfadarnos con nosotros mismos ya que la mente, por su naturaleza, tiende a divagar, puesto que es su forma normal de funcionar. Tampoco debemos enfadarnos con el entorno si, por ejemplo, existe ruido ambiental, exceso de calor o cualquier otra contrariedad. Cuando estemos entrenados, lo que ocurra alrededor no será tan importante.
Este proceso en cuatro pasos se repite una y otra vez, de forma indefinida mientras dura la práctica, y es igual en cualquier ejercicio de mindfulness. En este caso el anclaje es la respiración, pero los cuatro pasos se siguen igual cuando ponemos la atención en el cuerpo, como en la práctica de body scan, al caminar o en los movimientos corporales.
PRÁCTICA
LA PRÁCTICA FUNDAMENTAL DE MINDFULNESS
Adopta la postura habitual de meditación. Ponte un temporizador para que te avise a los cinco minutos. Realiza la práctica de mindfulness con los cuatro pasos que han sido descritos, y repítelos una y otra vez. Puedes cambiar el anclaje de la nariz al pecho o al abdomen. Intenta hacerla todos los días a la hora que te resulte más fácil. Cuando practicar cinco minutos te resulte agradable, puedes alargar la sesión progresivamente a diez, quince o veinte minutos, pero siempre sobre la base de que disfrutes meditando y que no es una “obligación”, una tortura ni un desafío o meta que te propones. Un error frecuente cuando se empieza a practicar mindfulness es forzar la duración de la práctica más allá de lo que resulta agradable. Si no disfrutas durante la meditación, si no te quedas “con ganas” de más, la mente tenderá a rechazarla.
La práctica de mindfulness consiste en pasar de modo hacer a modo ser de forma voluntaria.
JAVIER GARCÍA CAMPAYO,
NUEVO MANUAL PRÁCTICO DE MINDFULNESS
En la neurociencia actual se acepta que existen dos modos básicos de funcionar de la mente que se conocen desde hace miles de años: son los denominados “modo hacer” y “modo ser”.
Modo hacer
Es nuestra forma de funcionar por defecto, por sistema. La mente está continuamente hablando consigo misma, mediante el llamado “diálogo interno”, esa voz interna que comenta lo que ocurre en el mundo. Esa es la principal característica de este modo de la mente. Nuestra mente siempre busca un objetivo, quiere algo. Salta continuamente del pasado al futuro, sin apenas parar en el presente. Se asocia a un estado de gran tensión psicológica y física.
Modo ser
Es el estado mental que intentamos alcanzar con la práctica de mindfulness. La mente no busca conseguir nada, no hay nada que obtener ni nada por lo que luchar. La mente está en silencio, sin diálogo interno y siempre en el momento presente. Percibe todo lo que le rodea con una brillantez y claridad inusual, de manera que el mundo se convierte en un lugar fascinante. Por eso, se asocia un estado de gran bienestar psicológico y físico.
Ambas formas de funcionar de la mente van ligadas a la actividad de diferentes circuitos cerebrales. Los estudios demuestran que la práctica sistemática de mindfulness durante años modifica el funcionamiento cerebral. Esa es la razón por la que, con el tiempo, el estado de mindfulness se va alcanzando de manera automática, sin esfuerzo, sin tener que practicar tanto como al principio.
PRÁCTICA 1
OBSERVA MOMENTOS ESPONTÁNEOS DEL MODO SER DE LA MENTE
Observa cuántas veces aparece en esta semana ese estado de la mente llamado “modo ser”. Lo notarás porque no hablas contigo mismo, porque experimentas una admiración profunda por lo que te rodea que te deja sin palabras. Tendrás la sensación de que lo que nos rodea tiene una magia, una belleza y un colorido único, aunque estés haciendo algo rutinario y normal. Intenta sensibilizarte a esos momentos especiales y, cada vez, tendrás más, porque serás más consciente de ellos. No te desanimes si, inicialmente, puede pasar toda una semana sin que observes momentos en “modo ser” de forma espontánea.
PRÁCTICA 2
REALIZAR UNA ACTIVIDAD EN MODO HACER Y EN MODO SER
Como es fácil que tengas escasos momentos espontáneos de “modo ser”, es importante saber que podemos desarrollar voluntariamente estos momentos practicando mindfulness de modo informal, durante el día a día.
Mira un cuadro de un autor que te guste y obsérvalo en los dos modos de la mente para ver la diferencia en cuanto al bienestar que nos produce.
Primero puedes hacerlo en modo hacer: Vas a generar pensamientos del tipo: ¿Quién pintó este cuadro? ¿Cuál es su biografía? ¿Qué otros cuadros ha pintado? ¿A qué estilo pictórico pertenece y cuál ha sido su evolución artística? ¿Qué técnicas pictóricas ha utilizado? ¿Cuánto valdrá este cuadro en este momento?
Posteriormente, observa el cuadro en modo ser: intenta sentir los colores y las formas, la luz o el volumen sin pensar sobre ello, como si la pintura se generase dentro de ti, como si fueses uno con ella. Puedes cerrar los ojos, desenfocarlos, moverte libremente para observar otros ángulos sin reflexionar sobre ello, fundiéndote con el cuadro.
¿Cuál de las dos formas de observarlo es más placentera? ¿Menos estresante? Lo mismo ocurre en nuestra vida. Ves que, en la mayoría de las actividades diarias, fuera del trabajo y de tus obligaciones, no necesitas ser eficaz, sino disfrutar de la vida y de lo que estás haciendo en el momento presente. No hay nada especial que conseguir, solo sentir que estás vivo y disfrutar de ese enorme regalo.
El espíritu del zen es mushotoku:
nada que conseguir, nada que obtener.
TAISEN DESHIMARU, PREGUNTAS A UN MAESTRO ZEN
La forma de ver el mundo que subyace en cada modo de funcionar de la mente, el “modo hacer” y el “modo ser” es muy distinta. Vamos a analizarlas a continuación.
Modo hacer
Se caracteriza porque la mente siempre quiere algo. La idea que tenemos la mayoría de los seres humanos es que la felicidad depende de un objeto que está fuera de nosotros, que no tenemos en este momento, porque si no ya seríamos felices, y que cuando lo consigamos nos producirá bienestar. Toda la vida buscamos objetos externos de este tipo: dinero, poder, casas, coches, relaciones de pareja o amistad, viajes, éxito. La lista es interminable y la sociedad de consumo se basa en la premisa de que “la felicidad consiste en tener objetos”, sobre todo si son caros, únicos, especiales.
Observa el proceso que ocurre siempre: Durante meses o años nos esforzamos duro para alcanzar ese objeto, dedicándole mucho tiempo de nuestra vida. Por ejemplo: estudiar una carrera, obtener un trabajo, tener una pareja o hijos, comprar una casa o tener un negocio. Cuando al final lo conseguimos, experimentamos una gran sensación de felicidad. Pero observa que, en el mismo momento en que consigues ese objeto, la sensación de bienestar empieza a disminuir de forma muy sutil, pero progresiva. Hacia los 3-6 meses el bienestar se diluye y volvemos a necesitar otro objeto externo que nos produzca de nuevo esa sensación de felicidad. Y empezamos de nuevo la lucha, generando un proceso sin fin. Y a esa pelea dedicamos la mayor parte de nuestra vida.
Modo ser
En este modo de funcionar la mente no quiere nada, no busca nada, no tiene ningún objetivo especial en ese momento. Aunque, por supuesto, puede realizar planes de futuro ocasionalmente y de forma voluntaria. Sobre esa base, el diálogo interno apenas surge y la mente está en calma, con una sensación de bienestar natural que no depende de ningún objeto externo, sino que surge por el simple hecho de sentirse vivo aquí y ahora. La clave de este modo de funcionar es la aceptación, cualidad que constituye el objeto de este libro.
PRÁCTICA
LA FELICIDAD ESTABLE
Adopta la postura de meditación.
Recuerda algunas de las diferentes cosas que has perseguido a lo largo de tu vida dedicándoles mucho tiempo y esfuerzo. Quizá una carrera, un trabajo, una relación, dinero, un estatus profesional, una casa.
¿Por qué no has sido feliz de manera permanente? ¿Has encontrado algún objeto fuera de ti que te produjese una sensación de felicidad estable?
¿Sigues embarcado en la actualidad en la búsqueda de nuevos objetos externos pensando que alguno de ellos te dará la felicidad?
Reflexiona si quieres seguir dedicando el resto de tu vida a esta búsqueda interminable o crees que vale la pena explorar otra forma de ver el mundo.
Así como un campesino riega su campo,
así como un arquero endereza su flecha,
así como un carpintero talla un trozo de madera,
así el sabio disciplina su yo.
BUDA, DHAMMAPADA 80
Habría tres aspectos que tendríamos que tener siempre en cuenta sobre la mente:
1. La mente siempre está pensando: siempre estamos hablando mentalmente, recordando temas del pasado, anticipando situaciones del futuro, o juzgando lo que nos ocurre en el presente. A esa charla mental continua la llamamos "diálogo interno". Hablaremos de este tema a fondo en el siguiente capítulo.
2. Los pensamientos no son la realidad, son una opinión influenciada por nuestras emociones: los pensamientos condicionan nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos. Pero no son hechos, no son la realidad, sino una interpretación que nosotros hacemos en base a nuestra experiencia biográfica, a los patrones de pensamiento que hemos desarrollado a lo largo de la vida. Por ejemplo, cuando nos encontramos con una persona que conocemos y que vemos por la calle y cruza de acera sin mirarnos, podemos interpretar dos causas: 1. Que no quiere saludarnos por la razón que sea o 2. Simplemente, que no nos ha visto.
Los pensamientos se encuentran muy influenciados por las emociones por lo que, si estamos tristes, por ejemplo porque nos ha dejado nuestra pareja, van a ser "inevitablemente" tristes. Si tenemos miedo, por ejemplo, porque hemos sufrido un atraco reciente, van a ser irremediablemente temerosos. Mientras que, si estamos muy alegres, como cuando iniciamos una relación y estamos muy enamorados, nuestros pensamientos son invariablemente optimistas y sobrevaloran a la otra persona.
Continuamente estamos confundiendo la realidad con nuestros pensamientos. Por ejemplo, a veces creemos que la persona que no nos saluda en la calle lo hace porque está enfadada con nosotros, cuando sencillamente no nos ha visto porque ella también está muy preocupada por sus problemas personales y no estaba atenta. Nuestros pensamientos los asumimos como una verdad incuestionable, sin darnos cuenta de que no lo son, de que solo constituyen una opinión y que muchas otras personas verán esa situación de otra manera diferente. ¿Qué pasaría si dejáramos de creernos los pensamientos que aparecen en nuestra mente y comprendiésemos que solo son una opinión, no la realidad? Comenzaríamos a sentirnos mejor.