Declarando el fin desde el principio - Dr. Paul G. Caram - E-Book

Declarando el fin desde el principio E-Book

Dr. Paul G. Caram

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Beschreibung

Uno de los aspectos más importantes del cristianismo es aprender a vivir para la eternidad. El Dr. Caram intenta impartir a los lectores la capacidad de ver más allá de nuestra vida natural, y de desarrollar una visión, y así vivir para las realidades y las alegrías del cielo. El Dr. Caram discute temas como el comienzo del universo, los orígenes de nuestros enemigos espirituales, el propósito por el cual Dios puso al hombre sobre la tierra, así como nuestro destino eterno para gobernar con Cristo como reyes y sacerdotes cuando Él venga otra vez.

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DECLARANDO EL FIN DESDE EL PRINCIPIO

EL PLAN ETERNO DE DIOS

Título original: “Declaring the End from the Beginning- the Eternal Plan of God”

© 2012 Paul G. Caram

Título original: “Declaring the End from the Beginning”

© 2012 Dr. Paul G. Caram

Versión 1.0 en inglés

Título en español:

“DECLARANDO EL FIN DESDE EL PRINCIPIO- EL PLAN ETERNO DE DIOS”

 © 2012  Dr. Paul G. Caram Versión 2.0 en español revisada en 2023

Edición: Marlene Zacapa

Todos los derechos reservados

A menos que se indique lo contrario, todas las citas son tomadas de:

La Santa Biblia, versión Reina-Valera © 1960, propiedad de Sociedades Bíblicas Unidas.

Publicado en formato e-book en 2023

En los Estados Unidos de América.

ISBN versión electrónica (E-book) 1-59665-852-5

Para obtener más información comuníquese a:

   Zion Christian Publications

Box 256 

Ulysses, PA. 16948 USA

www.zionchristianbooks.com

[email protected]

(814) 848-9775

Zion Christian Publishers

Un ministerio de Zion Fellowship, Inc

P.O. Box 70

Waverly, NY 14892

Tel: (607) 565-2801

Llamada sin costo: 1-877-768-7466

Fax: (607) 565-3329

www.zcpublishers.com

www.zionfellowship.org

DEDICATORIA

Con profunda gratitud y mucho cariño, es dedicado este estudio del Plan Eterno de Dios al honorable 

Brian J. Bailey

Presidente de la Confraternidad Internacional Sion

Mi padre espiritual y dedicado maestro desde mi juventud en los sagrados misterios del Reino de los Cielos, cuya vida ejemplar y ministerio han inspirado mi amor por Cristo y Sus verdades; quién siempre ha sido para mí, y todos nosotros que le conocemos, el perfecto caballero cristiano, irreprochable y caritativo. Pero sobre todo, es un hombre aprobado por Dios, un hombre a quien Dios le ha mostrado Su rostro. 

RECONOCIMIENTOS

Deseo agradecer especialmente a las siguientes personas y entidades:

• La Fundación Voz de Esperanza de Yakarta—quienes han imprimido muchas de nuestras publicaciones para su nación y fielmente han sostenido y fortalecido nuestra vida y ministerio.

• Rebecca Russell—por su invaluable ayuda en la corrección y edición del presente manuscrito.  Así mismo la ayuda de su madre Barb Bonser, y su hijo Brian Russell.

• Carla Borges—por el maravilloso diseño de la portada de este libro.

• Elton y Bonnie Cooper—quienes por muchos años nos han ayudado con la impresión de los libros.

• Mi esposa Betsy Caram—por su inspiración, experiencia y excelencia literaria.

Índice

INTRODUCCIÓN

Este libro es un estudio acerca de la eternidad. Por lo tanto, hemos encapsulado una enorme cantidad del tiempo en unos cuántos capítulos. El mismo Dios es el Maestro de la condensación, Él puede decir mucho, en pocas palabras. Y aunque creó las infinitas galaxias del universo, Él pudo reducirse a un embrión minúsculo y entrar en el vientre de María. Al convertirse en un hombre, aún permaneció siendo Dios y Creador. Estamos hablando acerca de Aquél que puede colmar los Cielos y la Tierra, y aún así compactarse en una semilla dentro de una virgen. Así que trasladémonos en el tiempo a la era remota, anterior al comienzo de los tiempos registrados.

Dios nunca tuvo un principio. Nuestro Padre Celestial siempre ha existido, y Su Hijo siempre existió en el seno del Padre. Jesús dijo que Él salió y vino de Dios (Jn. 1:18; 8:42). Por lo tanto, un prodigio tuvo lugar tiempo antes de la creación, cuando el Hijo de Dios salió del Padre. El Hijo de Dios también es eterno; se le conoce como el “Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último” y “el Todopoderoso” (Ap.1:8; 22:13).

Dios el Padre “creó todas las cosas por medio de Jesucristo” (Ef. 3:9). Esto significa que Dios creó todo por Su PALABRA: Jesús es el Verbo [la Palabra]. El Padre autorizó a Su Hijo para crearlo todo. Todas las cosas  en  los  Cielos  y  en  la Tierra, lo visible y lo invisible, fueron creadas por el Señor Jesucristo (cf. Col. 1:16-19;  Jn. 1:3; 10). El Señor Jesús creó a todos los ángeles y arcángeles; Lucifer mismo fue creado por Cristo, y no puede de ninguna manera compararse con su Hacedor.

Con el correr del tiempo,  Lucifer, el músico dotado y líder de alabanza, guió una revuelta en el Cielo. Lucifer creyó que él era más sabio que su Creador y quiso usurpar la posición de Dios. Fue tan persuasivo que pudo convencer a un tercio de los moradores del Cielo a que le siguieran y se rebelaran contra Dios.

La rebelión de Lucifer en el Cielo tuvo lugar antes de la fundación del mundo. Por lo tanto, una de las principales razones para la creación de esta Tierra fue producir gente probada que reemplazara a los moradores caídos del Cielo.  Pablo dijo que fuimos llamados a “juzgar a los ángeles” (1 Co. 6:3), por lo tanto, hemos nacido para ser probados (Job 7:17-18).

Al mismo tiempo que Dios creó esta Tierra, también creó el Infierno  (Mt. 25:41; Ez. 32:18). El Infierno está localizado bajo la superficie de la Tierra y esto es evidente en varias Escrituras. El lago de fuego está en lo profundo del Infierno. Los científicos dicen que el corazón de la Tierra es inclusive  más caliente que el sol. Al final de los tiempos, esta Tierra pasará con todos los que no fueron redimidos, y lo único que sobrevivirá es un pueblo que ha elegido seguir a Dios en lugar de a Satanás (1 Jn. 2:17).

El Infierno es el lugar de castigo para los rebeldes; fue hecho para “el diablo y sus ángeles” (Mt. 25:41). También es el lugar para todos los que siguen a Satanás, el mentiroso/el engañador. Es el destino final de todos los que aman la mentira, que aman las tinieblas más que la luz, que se complacen en la injusticia (Ap. 21:27; 22:15;  Jn. 3:19;  2 Ts. 2:12).

Esta Tierra fue creada para que permaneciera por un tiempo limitado, luego pasaría. Los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva que Dios creará en el futuro, permanecerán por las imperecederas edades de la eternidad (Is. 65:17; 66:22; Ap. 20:11; 21:1). La Tierra fue creada para producir gente probada, una novia que ame a Dios y responda a Su amor (Ap. 19:7,8).

El amor debe venir por voluntad propia; nunca puede ser forzado. La constitución de esta Novia, un cuerpo de muchos miembros, es de lo que este libro trata. Nosotros fuimos creados para un propósito eterno (Ef. 2:7). Dios estará desplegando las riquezas de Su benignidad para nosotros durante toda la eternidad.  Durante este breve período de tiempo sobre la Tierra, somos formados y moldeados para nuestro sitio eterno en el Cielo. ¡Aprovechemos al máximo nuestra oportunidad mientras estemos en la Tierra. ¡Amén!

POR LA FE ENTENDEMOS

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios”  Hebreos 11:3; Salmos 33:6, 9

Es exclusivamente por la fe que podemos entender la historia de la creación o tener comunión con el Dios invisible. Solamente por la fe sabemos que hay una mansión que está siendo preparada para nosotros en el Cielo, y que seremos resucitados y tendremos un nuevo cuerpo. Es solamente por la fe que podemos comprender las realidades del Cielo y los terrores del juicio eterno en el más allá. Se requiere de fe para creer los relatos que Dios nos da en Su Palabra. Esta es la razón por lo que Cristo nos dijo que debíamos transformarnos y “ser como niños”, para poder entrar al Reino de los Cielos (Mt. 18:3). Se requiere fe como la de un niño para entender los misterios del mundo invisible (2 Co. 4:18).

La mente natural y toda su lógica es un enemigo de Dios, como nos dice Pablo en 1 Corintios 2:14. El mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría humana (1 Co. 1:21).  Los asuntos espirituales son “locura” para el hombre natural.  Sin embargo, Santiago 2:5 nos dice que aquellos que le aman a Él son “ricos en fe” y herederos del Reino celestial. Cualquiera que tenga la fe divina es muy rico;  conoce al Creador: de dónde ha venido, por qué está aquí en la Tierra, y hacia donde va.  Ellos entienden la creación y viven con la eternidad en mente.

Los incrédulos, aquellos que están destituidos de la fe, son indescriptiblemente pobres.  Ellos andan a tientas en la oscuridad, buscando el significado de la vida, pero nunca lo encuentran. Buscan la felicidad y tratan de toda forma imaginable de llenar el vacío en sus corazones,  pero están bebiendo de las fuentes de este mundo que nunca pueden satisfacer. Solamente Cristo, “la Fuente de Agua Viva,” puede saciar la sed en nuestra alma (Jer. 2:13;  Jn. 4:14). Cristo es el Príncipe de Paz. No hay paz sino hasta que el individuo le invita a Él a entrar a su corazón.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”Efesios 2:8

Todo es por gracia, por medio de la fe

Cada bendición que tenemos es por gracia, por medio de la fe. Incluso la fe para creer (la salvación)  “no es de nosotros, sino es don de Dios”.  La fe es un don de Dios. Es también una sustancia divina. A menos que Dios nos imparta Su fe, no podremos creer o entender. 

Algunos no son receptivos a la fe

La fe no puede operar en un corazón endurecido. “La fe obra por el amor” como dice Pablo en  Gálatas 5:6. La fe obra en un corazón suave y tierno. Algunos corazones son tan duros y áridos y tan poco receptivos que la fe no encuentra cabida en su ser.   El corazón de los hombres frecuentemente “resiste al  Espíritu Santo” (Ap. 7:51,54). Jesús les dice a los líderes religiosos,  “Mi palabra no halla cabida en vosotros” (Jn. 8:37), y ellos buscaban matarle.

Otros impedimentos para la fe

“¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” (Jn. 5:44). En este caso, Jesús advierte que los motivos equivocados pueden ser un gran impedimento para recibir la fe divina. Los líderes judíos buscaban recibir la honra de los hombres, en lugar de la honra de Dios. (Ver también Jn. 12:43).

Incluso en la vida de los creyentes, hay bloqueos intelectuales, dureza de corazón, y orgullo espiritual que impiden el fluir de la fe.  Recuerde, se requiere de una fe sobrenatural para entender todo el canon de las Escrituras. Se requiere la fe divina para entender la creación, el final de los tiempos, la Segunda Venida de Cristo, la Era Milenial venidera, y los Cielos Nuevos y la Nueva Tierra. Por lo tanto,  todos los obstáculos para la fe divina deben ser removidos.

¿Cuán antigua es la Tierra?

“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre” (Dt.  29:29).

El asunto del tiempo, (de “cuándo” o “cuánto tiempo”) es una cuestión que Dios ha reservado para Sí mismo. Cuando los discípulos le preguntaron “cuándo” sería restaurado Israel, Jesús les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en Su sola potestad” (Hch. 1:6-7). Así es que Dios no siempre desea que conozcamos las fechas y tiempos exactos. Ningún hombre sabe el día o la hora del retorno de Cristo (Mc. 13:32, 33). Por lo tanto, es necedad, e incluso desobediencia tratar de predecir el día de la Segunda Venida de Cristo.

Algunos ateos y evolucionistas creen que la Tierra tiene más de 400 millones de años.  El autor cree que la Tierra no es tan antigua, sino que tiene miles de años.  Sabemos que la Tierra es más antigua que el hombre y que el hombre tiene cerca de 6000 años. Hubo 4000 años desde Adán hasta la primera venida de Cristo. Esto es un hecho en la Escritura y no una teoría, y sabemos que cerca de 2000 años han pasado desde el momento que Cristo murió en la cruz e inició la Era de la Iglesia.

El relato del Génesis

Las cosas secretas pertenecen al Señor, pero hay cosas que Dios ha decidido revelarnos. Por la gracia de Dios, busquemos entender lo que Dios está revelándonos en el primer capítulo de Génesis. Sabemos que Dios, “[...] Creó los cielos y la tierra” (1:1); y que todo lo que Dios hace es perfecto. Pero algo sucedió en 1:2: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo [...]”.

En 1:2, la palabra “estaba” es interpretada correctamente “se volvió” en el hebreo original. La Tierra se volvió desordenada, vacía y oscura por un largo período de tiempo. Esta misma palabra se encuentra en varios versículos. También es traducida “aconteció” u “ocurrió” (Gn. 22:1; 24:15; 27:1; Jos. 4:1, 5:1; 1 R.13:32;  Is.14:3). También puede traducirse “ser” o “se volvió”. En todas las situaciones, significa “algo que no era, pero luego se materializó”.

Génesis 2:7   “y fue un  alma viviente”

Génesis 19:26  La esposa de Lot “se volvió estatua de sal”

2 Samuel 7:24 “Oh Jehová, fuiste a ellos por Dios”

Dios creó el Cielo y la Tierra hace mucho tiempo; ésta era perfecta,  y fue creada para ser habitada (Is. 45:18). Pero algo sucedió entre Génesis 1:1 y 1:2. La Tierra se volvió desordenada y vacía; se volvió un planeta oscuro, muerto y frío. Entonces, hace cerca de 6000 años, el Espíritu de Dios nuevamente se desplazó y durante siete días, Dios restauró la Tierra. Al cuarto día, Dios no creó el sol, la luna y las estrellas sino hizo que ellas reasumieran sus funciones. De nuevo esto se aclara cuando examinamos el hebreo original, en el sexto día Dios creó al hombre. El relato de los siete días en Génesis 1:3 al 2:3 no es la creación sino una restauración de la Tierra. La creación original (1:1) va mucho más allá en el tiempo.  Existen únicamente tres hechos originales de creación en Génesis uno: En  (1:1) el Cielo y la Tierra; (1:21) los grandes monstruos marinos, etc.; y (1:26) el hombre.

Puesto que la Tierra fue creada para ser habitada, creemos que hubo una civilización inteligente asentada aquí en ese tiempo, pero no fue el hombre; ellos fueron corrompidos por Satanás, el Corruptor, y perecieron. Comúnmente se cree que los demonios son los espíritus incorpóreos de la antigua civilización. Todos los fósiles y vestigios pertenecen “al mundo de entonces” como dice Pedro en 2 Pedro 3:5-6. En la siguiente página, tenemos una rápida exposición de la historia del universo.

Repaso

• Los asuntos espirituales solamente son entendidos por una mente espiritual.

• La mente de los que no son redimidos está cegada por Satanás (2 Co. 4:3-4).

• Para el hombre natural, las cosas espirituales son “locura” (1 Co. 2:14).

• Por la fe entendemos la historia de la creación (He.11:3).

• Por la fe amamos a un Dios al que aún no hemos visto (1 P. 1:8).

• Por la fe vemos lo invisible, no lo visible (2 Co. 4:18).

• Por la fe creemos en la Palabra de Dios y en un porvenir.

• Por la fe sabemos que Dios está preparándonos una mansión (Jn. 14:2).

• Por la fe recibimos la salvación (Ef. 2:8).

• Toda bendición que recibimos es “por gracia, por medio de la fe” (Ef. 2:8).

• Los herederos de Dios son “ricos en fe” (Stg. 2:5).

• Cualquiera que tiene fe divina es muy rico.

• Por la fe sabemos por qué estamos aquí y hacia dónde vamos.

• Los no redimidos, destituidos de la fe, son desesperadamente pobres.

• Ellos andan sin dirección alguna, sin idea del verdadero significado de la vida.

• Nuestra mente carnal, debe rendirse a Dios (Ro. 8:7).

• La mente natural es un enemigo de Dios. Se opone a la fe.

• La fe es una “sustancia” divina que Dios nos imparte.

• La fe nos ayuda a vencer el sistema del mundo (1 Jn. 5:4).

• La fe nos hace pasar por pruebas purificadoras (Job 23:10).

• Por la fe entendemos el futuro y los propósitos de Dios.

• Por la fe creemos en la Segunda Venida de Cristo.

• Por la fe creemos en el reinado de 1000 años de Cristo.

• Por la fe entendemos que esta Tierra pasará.

• Por la fe sabemos que habrá Cielos Nuevos y la Nueva Tierra.

• Por la fe tenemos entendimiento de la eternidad y utilizamos sabiamente nuestro tiempo durante esta corta vida, preparándonos para la próxima vida.