El complemento de régimen preposicional en español - Alicia María Zorrilla - E-Book

El complemento de régimen preposicional en español E-Book

Alicia María Zorrilla

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Beschreibung

Generalmente, recitamos las preposiciones sin convicción, con un rítmico y terco juego de vocales y de consonantes que se unen y se desunen monótonamente, y siempre nos olvidamos de alguna o resucitamos otras que descansan en paz hace mucho tiempo. A veces, las menospreciamos por su brevedad y no las consideramos palabras, pero también ellas nos dicen, porque su mundo plural rebosa su aparente pequeñez. Con nuestra imaginación, las vemos estáticas, distantes, suspendidas, como vocablos huérfanos, que podemos transformar u omitir a nuestro arbitrio, y que ocupan un espacio propio y ajeno entre los blancos de las palabras. Este libro tiene, pues, como objetivo valorar el uso de las preposiciones, sobre todo, cuando verbos, sustantivos y adjetivos las exigen para completar correctamente su significado. Por eso, nos referimos al complemento de régimen preposicional en español. La palabra complemento alude a un sintagma que depende de otro y completa su significado, y régimen, que proviene del verbo regir, implica la exigencia de una determinada preposición en un complemento (Aspira a ocupar un alto cargo en la empresa; Confía en su amigo; Se desprende de la Antártida un gran témpano; Presentó un escrito sobre la infancia; Es hábil para los trabajos de oficina).

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ALICIA MARÍA ZORRILLA

EL COMPLEMENTO DE RÉGIMEN PREPOSICIONAL EN ESPAÑOL

Zorrilla, Alicia María

El complemento de régimen preposicional en español / Alicia María Zorrilla. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Libros del Zorzal, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-599-865-0

1. Lingüística. 2. Gramática. I. Título.

CDD 465

Diseño de tapa: Osvaldo Gallese

© 2022. Libros del Zorzal

Buenos Aires, Argentina

<www.delzorzal.com>

© 2022. Alicia María Zorrilla

Comentarios y sugerencias: [email protected]

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin la autorización previa de la editorial o de los titulares de los derechos.

Impreso en Argentina / Printed in Argentina

Hecho el depósito que marca la ley 11723

Un libro nace haciendo camino.

Claudio Magris

Índice

El complemento de régimen preposicional en español | 6

Diccionario | 26

A | 27

B | 70

C | 75

d | 108

e | 133

f | 154

g | 160

H | 164

I | 169

J | 189

L | 191

M | 199

N | 208

O | 211

P | 219

Q | 244

r | 246

s | 269

t | 287

u | 299

v | 302

y | 309

z | 310

Bibliografía | 311

EL COMPLEMENTO DE RÉGIMEN PREPOSICIONAL EN ESPAÑOL

Para estar a la altura de los tiempos y siempre dispuestos a estudiar la Gramática en textos reales, humanos, nos entregamos al curioso ejercicio de navegar en el mar de las ciberpáginas. Después de un tiempo de monótona navegación —«mientras se gana algo, no se pierde nada»—, anclamos en un lugar que nos sorprendió primero, por lo distinguido del nombre —EL DIPLOMÁTICO.COM, publicación satírica, iberoamericana y mensual— y segundo, por el titular, que destacaba entre comillas un sintagma curioso:

Detenido un consultor por «perpetrar la lengua española» en su trabajo

Nuestros ojos docentes advirtieron a vuelo de pájaro que era una buena oración para amenizar los últimos minutos de una intensa clase de Gramática, pero se paralizaron cuando leyeron «perpetrar la lengua española». Si bien el verbo es transitivo y admite con naturalidad un complemento directo, nos pareció excesivamente audaz ese complemento directo. Perpetrar es ‘cometer, consumar un delito o culpa grave’. Se perpetran atentados, golpes de Estado, delitos, muertes, masacres, fechorías, secuestros, asaltos, fraudes, estafas, actos terroristas, ataques violentos, asesinatos, matanzas, robos, atracos, crímenes, magnicidios, sacrilegios, etcétera, pero ¿«la lengua española»? Ni en su sentido etimológico perpetrar concuerda demasiado bien con el sustantivo lengua, pues denota ‘hacer, ejecutar, llevar a cabo, realizar cumplidamente, acabar, cumplir, consumar’. Seguimos leyendo:

Insistía en hacerse pasar por jefe de producto, en lugar de ‘Product Manager’

Juan Luis Gómez Carrizosa, consultor de PriceGuaterjausCenture (PGC), fue detenido ayer en las oficinas de esta empresa por «desafiar a los directivos, al perpetrar en repetidas ocasiones un correcto español en su labor profesional», según consta en la denuncia presentada en la comisaría madrileña de Cartagena. El detenido, según los testigos, habría provocado diversas escenas de terror lingüístico entre sus compañeros.

MIGUEL HERNÁNDEZ | Madrid

Los problemas comenzaron en abril, cuando Gómez Carrizosa llegó a la empresa e insistió en poner «Jefe de producto» en su tarjeta de visita, en lugar del Product Manager que aparecía en las de sus compañeros.

«Desde el primer día nos extrañó su actitud», comentó Borja López-Guindaleda y Font, Account Manager [director de cuentas] de PGC, «pero nunca creímos que fuera a reaccionar con la violencia verbal con que se despachó después».

Un mes más tarde, durante la presentación del catálogo comercial, Gómez Carrizosa proyectó sobre una pantalla varias láminas que mostraban rótulos escritos en un perfecto castellano, mientras comentaba en voz alta los gráficos y cifras de la empresa en un discurso totalmente desprovisto de anglicismos.

Terror lingüístico

Ante los ojos de sus compañeros —«horrorizados», según su propio testimonio—, desfilaron varias decenas de frases escritas en la lengua de Cervantes sin que el consultor mostrara ningún pudor o vergüenza por lo que estaba haciendo.

«El catálogo de la empresa había sido traducido y, por lo tanto, manipulado», aseguró el General Manager [director general], Antonio Fontejudo. «Este sujeto había sustituido todos los markets, targets y sponsors por “mercados”, “objetivos” y “patrocinadores”». Además, y, según consta en la denuncia, el detenido habría cambiado las palabras outsourcing, finances y transactions por “subcontratas”, “finanzas” y “transacciones”. «Y se había quedado tan ancho», comentó indignado el responsable de PGC.

Gómez Carrizosa no pudo terminar su presentación porque fue reducido por dos compañeros de la empresa —el Phone&Door Manager [recepcionista] y el Security Surveillance Chief [vigilante jurado]— y maniatado hasta la llegada de la policía municipal, que puso al consultor a disposición judicial. «Lo ha hecho para provocar», comentaba ayer Ramón Antúnez, consultor de PGC, refiriéndose a la actitud de Gómez Carrizosa. «¿Quién se cree que es, un vicepresident [subdirector]? No se puede ser tan hortera», concluyó el Manager Ball [pelota del director].

Comprendimos, entonces, que el periodista, con manifiesta ironía,escribió entre comillas «perpetrar la lengua española» como sinónimo de perpetrar un delito. El pobre Gómez Carrizosa había tenido la valentía y la falta de pudor de hablar en español, en España, y, lo que es peor, de hablarlo bien y de escribirlo mejor.

Como cuando topamos con la sorprendente noticia, estábamos estudiando los sintagmas en español y, sobre todo, los que llevan preposiciones, aprovechamos para motivarnos no solo ese perpetrar la lengua española en su trabajo, sino también ese insistir en, que fastidió en extremo a los compañeros de Juan Luis, horrorizados por tantos percances lingüísticos; el consta en, el desprovisto de y el refiriéndose a.

La voz sintagma denota, etimológicamente, ‘con coordinación’ y puede definirse como «la combinación de dos o más elementos, [...], que contraen relaciones gramaticales»1. La Nueva gramática de la lengua española (2009) destaca que una sola palabra también es un sintagma por la posibilidad que tiene como núcleo de expandirse o de proyectarse, y de admitir modificadores y complementos, es decir, otros componentes. Por ejemplo: cielo (sintagma nominal núcleo) y el cielo azul del verano (sintagma nominal con núcleo expandido). De acuerdo con la categoría léxica del elemento que funciona como núcleo, hay, en español, sintagmas adjetivales o adjetivos, adverbiales, comparativos, interjectivos, nominales o sustantivos, preposicionales, pronominales y verbales. Entonces, para que lo sean, deben tener como núcleo un sustantivo (un correcto español; el consultor); un adjetivo (muy elegante; bien educado); un adverbio (demasiado tarde; muy rápidamente); un pronombre (¿Quién llegó primero?); un verbo (habría provocado diversasescenas de terror lingüístico); una preposición más un término (de terror lingüístico; hasta la escuela); un nexo comparativo más un término (como su madre; cual una estudiante); una interjección (¡Vaya con el maestrito este!). Forman una unidad para asumir una función (sujeto, complemento directo, complemento circunstancial, etc.) en un nivel superior de la estructura oracional2.

Como dijimos, nos interesaban los sintagmas preposicionales. Estos equivalen al adverbio y funcionan como adjuntos circunstanciales cuando no son exigidos por el verbo (Joaquín compró un cuaderno en la librería de la esquina) o como complementos circunstanciales cuando lo son (Puso la fuente sobre la mesa); equivalen también a un adjetivo como complementos en un sintagma nominal (las calles de Buenos Aires; las oficinas de esta empresa) o como predicativos (Jerónimo es de Montevideo; Esas floresparecen de papel). Los sintagmas preposicionales tienen, además, una función privativa con varias denominaciones: complemento de régimen, complemento de régimen preposicional, complemento preposicional o suplemento3, complemento regido, complemento seleccionado, circunstancia régimen o circunstancia de régimen. Dice Oswald Ducrot que «una palabra “rige” a otra cuando le impone cierta forma»4.

El sustantivo masculino régimen(del latín regere ‘dirigir, gobernar’) denota ‘conjunto de normas por las que se rige una institución, una entidad o una actividad’ (régimen carcelario,régimen económico, régimen institucional,régimen legal); ‘sistema político por el que se rige una nación’ (régimen federal); ‘modo regular o habitual de producirse algo’ (régimen delluvias, régimen de visitas,régimen hidrográfico); ‘estado de una máquina o dispositivo cuando funciona de un modo regular y permanente’ (régimen de funcionamiento). Pero cuando decimos régimen, sin duda, no evocamos esas acepciones ni pensamos en la Gramática, sino en la comida, es decir, en ‘el conjunto de normas que regulan la cantidad, el tipo y la distribución de los alimentos que debe tomar una persona, generalmente por motivos de salud’5. Es una palabra que deseamos y que tememos; ejerce sobre nuestra sensibilidad una atracción estimulante que incentivan cuantas publicaciones hay al respecto. Régimen es bienestar, esperanza de belleza, sobre todo, porque siempre se recomienda para adelgazar, aunque también lo hay para engordar, pero este no se promociona demasiado. Además, su esdrujulismo la jerarquiza hasta tal punto que, para muchos legos, es la palabra culta con que debe reemplazarse dieta. También reconocemos que nuestra inconstancia interrumpe los regímenes por benévolos que sean y que reincidimos, sin culpa, en las tentaciones gastronómicas.

La escasa afición a la Gramática quiebra también regímenes, pero de otra índole; por ejemplo, en este audaz ejemplo de la sintaxis adolescente: Tipo llegarán tipo las cinco. Tipo era medio oscuro el departamento. Tipo que bueno fueron a ver tipo nada otro departamento y no tenía tipo cochera. La quinta acepción del Diccionario académico dice que régimen significa ‘rección’,y la sexta, ‘término regido por otro’. Por ejemplo: El régimen del verbo aspirar es la preposición a.

El catedrático español Rafael Cano Aguilar aclara que «el término “régimen” señala por lo general una relación de dependencia entre elementos sintácticos, en la que uno de ellos aparece como “principal” o “núcleo” y el otro como “subordinado” o “modificador”»6. De acuerdo con una primera definición, es la dependencia que tienen entre sí las palabras en la oración, determinada por la función de unos vocablos respecto de otros, estén relacionados o no mediante preposiciones7. Recordemos una de las oraciones de la noticia española: El detenido, según los testigos, habría provocado diversas escenas de terror lingüísticoentre sus compañeros. Primero, podemos hablar, entonces, del régimen de las palabras en laoración:

Los alumnos estudian poco.

El director busca a la profesora Zabala.

Deseamos que lo premien.

Los perros corrieron hacia el jardín.

Desde el punto de vista sintáctico, la rección es la relación que se establece entre un elemento principal o regente —en esos ejemplos, las formas verbales estudian, busca, deseamos y corrieron— y un elemento subordinado o regido —el adverbio poco, el sintagma preposicional a la profesora Zabala, la oración subordinada sustantiva que lopremien y el sintagma preposicional hacia el jardín—. Por ejemplo, en construcciones preposicionales latinas, como ex Roma (‘desde Roma’), la preposición ex rige el caso ablativo8. Desde el punto de vista semántico, el elemento regido es el que precisa o completa el elemento principal. Poco es adjunto circunstancial de cantidad; a la profesora Zabala, complemento directo; que lo premien, complemento directo; y hacia el jardín, adjunto circunstancial de lugar. En estos ejemplos, preferimos evitar la denominación de régimen, que implica exigencia, pues su forma depende de la fun-ción que desempeñan y no de un mandato del verbo. En la última oración —Los perros corrieron hacia el jardín—, la preposición hacia rige el sintagma nominal el jardín, porque mantiene con él la relación de núcleo + término, pero ni hacia domina ese sintagma, ni este a aquella. La forma verbal corrieron no puede regir el sintagma nominal el jardín (*Los perros corrieron eljardín) porque se le interpone hacia como una barrera para lograr la rección; el verbo corrieron rige, entonces, el sintagma preposicional completo hacia el jardín.

Cuando decimos incorrectamente dieta *para el colesterol; champú *para la caspa; loción *para lospiojos, sin un verbo que salve sintagmas tan absurdos y opuestos a la prédica de los médicos (dieta para evitar el colesterol) o de los peluqueros (champú para combatir lacaspa; loción para matar los piojos), la normativa del español señala que, por el significado, la preposición debe ser contra y no «para», pues esta última parece favorecer el aumento del colesterol, la profusión de caspa y la vida placentera de los piojos: dieta contra el colesterol, champú contra la caspa, loción contra los piojos; el sustantivo dieta rige el sintagma preposicional contra el coleste-rol; el sustantivo champú, el sintagma preposicional contra la caspa; y el sustantivo loción, el sintagma preposicional contra lospiojos.

La concordancia también es una clase de rección: por ejemplo, el sustantivo como palabra rectora impone su género y su número al adjetivo. Leímos antes que el español Gómez Carrizosa había proyectado varias láminasque mostrabanrótulos escritosen unperfecto castellano.

La función sintáctica privativa de los sintagmas preposicionales nos conduce al concepto de régimen como exigencia, que debe aplicarse a la preposición que acompaña obligatoriamente a un verbo (Tus palabras equivalen a una denuncia; No se avino a lo que le pidieron; Cuenta con nuestro apoyo;Se arrepintió de su mala conducta); a un sustantivo (Cuida la atención al cliente; No hay constancia de su inscripción) o a un adjetivo (La crema es dulce al gusto; Es oriundo de Santiago del Estero). El verbo, en el que nos detendremos, el sustantivo y el adjetivo rigen una preposición porque la exigen, la seleccionan o la determinan. Esta clase de construcciones, específicas de ciertos verbos intransitivos o pronominales, de sustantivos o de adjetivos, existe desde los orígenes del idioma, se remonta al latín. Pueden explicarse, entonces, desde el punto de vista histórico: en latín, se decía, por ejemplo, consistere in (‘consistir en’) o constare ex (‘constar de’); el verbo uti (utor-uteris-uti-usus sum ‘usar de’) se empleaba con el caso acusativo9 o con el caso ablativo, por eso, decimos usó el tapado (acusativo) y usó de suhabilidad para hacerlo (ablativo). No puede probarse que estos sintagmas preposicionales surjan de circunstancias propiamente dichas. Desde sus orígenes hasta hoy, los mismos verbos presentan el mismo régimen, que el uso ha enriquecido con otras preposiciones (Entró en la casa /Entró a la casa; Lo incorporará en ese equipo / Lo incorporará a ese equipo;Se preocupa de sus hijos /Se preocupa por sus hijos;Sequejaban de los gritos de los niños /Se quejaban por los gritos de los niños;Se equivocó en la suma /Se equivocó con la suma;Se esforzaron en conseguir el libro /Se esforzaron para conseguir el libro/ Se esforzaron por conseguir el libro;Nos interesamos en las noticias /Nos interesamos por las noticias); o alternancias (Cumple con la tarea /Cumple la tarea; Gocen del día /Gocen el día; Disfruta de tu tiempo libre /Disfruta tu tiempo libre; Piensan en lo que hacen /Piensan lo que hacen10); a pesar de eso, no es posible la alternancia con el verbo pensar cuando nos referimos a personas (Pienso en usted y *Pienso usted). Enseña Cano Aguilar que la lengua culta seleccionó, «en la mayoría de los casos, un régimen exclusivo para cada verbo»11.

El complemento de régimen es, entonces, un sintagma preposicional. El Diccionario académico lo define como ‘complemento preposicional exigido o seleccionado por un verbo, adjetivo o sustantivo’. El verbo, por ejemplo, selecciona una preposición —o más de una—, y esta, impuesta por el verbo, se relaciona estrechamente con él, se suelda con él, es inherente a ese verbo: abastecer de/con, abstenerse de, adolecer de, alimentarse de/con, acordarse de, alejarse de, anticiparse a, apartarse de, arrepentirse de, asegurarse de, asimilarse a, atender a, atenerse a, avenirse a, avergonzarse de, ayudar a, burlarse de, carecer de, cargar con12/de, cerciorarse de, coincidir con/en, conectar a/con, confiar en, constar de, contar con, convertirse en, cubrir de, decidirse a, dedicarse a, deducir de, defenderse de, depender de, descender de, desconfiar de, desistir de, diferenciarse de, diferir de, discrepar de, disentir de, disfrutar de, disponer de, distinguirse de, divergir de, empeñarse en, emplear en, entrar en/a, entretenerse con, equivocarse de/con, fijarse en, gozar de, hartarse de, incautarse de, incitar a, inducir a, influir en/sobre, ingresar en/a, internarse en, invitar a, jactarse de, llamar a/de/por, motejar de, necesitar de, obligar a, obstinarse en, oler a, olvidarse de, oponerse a, pensar en, percatarse de, pertenecer a, precaverse contra/de, preciarse de, preocuparse por/de, privar de, proceder a/contra/de, propender a/hacia, prorrumpir en, provenir de, quedarse con, quejarse ante/de, rayar con/en, rebosar de, recuperarse de, recurrir a/ante/contra, reducir a, redundar en, reírse de, relacionarse con, rendirse a/ante/de, renegar contra/de, renunciar a, resarcir de, residir en, retar a, saber a/de, salvarse de, separarse de, simpatizar con, sobreponerse a, someterse a, sorprenderse de, sujetar a, tachar de, tardar en, tender a, tildar de, transformarse en, tratar con/de/en/sobre, valerse de/por, vanagloriarse de, vengarse de/en, versar en/sobre, vestir con/de, vincular a/con, etcétera. El contenido de la preposición es afín al del verbo, por lo tanto, la dependencia es re-cíproca. Lo mismo sucede con sustantivos y adjetivos: aficionado a, alejado de, apto para, confianza en, dependencia de, digno de, dispuesto a/para, experto en, interés en/por, necesitado de, opositor a, perteneciente a, predisposición a/para, predispuesto a/para, proclive a, propenso a, rayano con/en, reacio a, reducible a, reductible a, relacionado con, relleno de/con, remiso a, responsable de/por, sabio en, subyacente a. Para saber si un sustantivo y un adjetivo tienen complemento de régimen, debe probarse que el verbo del que descienden acepte la preposición con que estos se construyen: abierto a (abrir a), abstención de (abstenerse de), arrepentido de (arrepentirse de), invitación a (invitar a), lleno de (llenar de), olor a (oler a), oposición a (oponerse a), perteneciente a (pertenecer a), privado de (privar de), proveniente de (provenir de), relacionado con (relacionar con).

Respecto de los ejemplos antes citados (Tus palabras equivalen a una denuncia;Cuenta con nuestro apoyo ySe arrepintió de su mala conducta), algunos lingüistas, como la doctora Ofelia Kovacci13, consideran que los sintagmas preposicionales a una denuncia, con nuestro apoyo y de su mala conducta cumplen la función sintáctica de circunstancia régimen o circunstancia de régimen, y que «no coocurren con el objeto directo»14, o bien, dicen —como Emilio Alarcos Llorach— que actúan como «suplementos obligatorios» u «objetos preposicionales», «pues su ausencia privaría de sentido cabal al enunciado» y «dejaría secuencias truncas e insólitas»15 (*David ingresó la Facultad de Arquitectura). Otros —como el mencionado Cano Aguilar— sostienen que solo es un tipo de rección16, un «complemento preposicional de régimen verbal», nombre que se basa «en aspectos formales: la exigencia de tales o cuales preposiciones por tales o cuales verbos»17. Por lo tanto, si comparamos la oración Confía en sus amigos con Veo mucha gente en la calle, el sintagma en sus amigos no puede analizarse de la misma manera que el sintagma en la calle, a pesar de que ambos comienzan con la preposición en. En esto, se diferencia el régimen o complemento exigido de un complemento posible. La relación entre confiar y en es más estrecha que entre veo y en la calle. Desde nuestro punto de vista, el significado del verbo confiar se extiende y penetra en la preposición; hasta tal punto forma con ella una especie de ligamiento semántico que, no pocas veces, los alumnos tienden a analizar, agramaticalmente, confiar en como núcleo del predicado verbal. Consideramos, pues, que el sintagma en sus amigos no debe analizarse como un complemento circunstancial, sino como un complemento preposicional de régimen verbal, precisamente, para distinguirlo de aquel.

El complemento de régimen no puede reemplazarse con los pronombres personales átonos lo, la, los, las como el complemento directo. El término del sintagma preposicional se sustituye por un pronombre personal tónico: Confía en sus amigos / Confía en ellos (*Los confía en); Cuenta con su apoyo / Cuenta con él (*Lo cuenta con). Además, no es posible transformar la oración activa en pasiva.

Reconocemos que, funcionalmente, algunos complementos de régimen preposicional se aproximan a los complementos circunstanciales o a los adjuntos circunstanciales. Por ejemplo, en El profesor habla de sus viajes, de sus viajes (de ese tema) puede analizarse como complemento circunstancial de tema o argumento, o como complemento preposicional de régimen verbal; la preposición de denota aquí ‘sobre’, ‘acerca de’. Leonardo Gómez Torrego dice que son «complementos fronterizos» y los denomina «argumentos o complementos adverbiales»18. En Viene de Bogotá, de Bogotá (de allí) puede funcionar como complemento circunstancial de lugar o como complemento de régimen preposicional, porque existe adhesión entre el significado del verbo y el del complemento preposicional. Lo mismo ocurre con Residió en el Perú o con Vive en Chile. Pero no sucede esto en El libro consta de veinte capítulos; El éxito del proyecto depende de su idoneidad; La obligó aordenar las carpetas; Los ayudaron a reconstruir la escuela porque de veinte capítulos, desu idoneidad, a ordenar las carpetas, a reconstruir la escuela no responden semánticamente al valor de un complemento circunstancial, que es ‘el accidente de tiempo, lugar, modo, etc., que está unido a la sustancia de algún hecho o dicho’19.

Sin duda, no podemos basar el reconocimiento de los complementos preposicionales de régimen verbal en el hecho de que, con determinados verbos, sean obligatorios, pues si tenemos en cuenta las oraciones recién mencionadas, advertiremos que no podemos decir El libro consta o El éxito del proyecto depende, pero, sí, La obligó o Los ayudaron. Por lo tanto, en algunos casos, estos complementos son exigidos por el verbo y deben estar expresos porque, de lo contrario, la oración se torna agramatical; en otros, pueden omitirse ya que se sobrentienden. Señala Cano Aguilar que el lingüista Guillermo Rojo ha aislado, incluso, un tipo de antiguas circunstancias, a las que llama «complementos adverbiales», «que se caracterizan, entre otros rasgos, por su obligatoriedad (Reside enVigo, Procede de Francia, etc.)»20. Entonces, es infrecuente darles carácter de oraciones a Reside o Procede, pues necesitan el complemento locativo.

Las características básicas del complemento de régimen preposicional son las siguientes:

• La rección de la preposición. No es elevado el número de preposiciones que lo conforman; se habla de la pobreza del paradigma preposicional. Son, en general, a, con, de, en (referirse a, contar con, distinguir de, transformarse en).

• Es un sintagma preposicional. Su contenido completa el significado del verbo.

• La relación de la preposición con el verbo es más estrecha que la del complemento circunstancial. Dice Hortensia Martínez García que «constituye una extensión del “lexema” verbal»21. Cada verbo exige su preposición; pocas veces esta puede sustituirse con otras preposiciones.

• La preposición no puede omitirse porque se altera la estructura oracional. Como el complemento directo, los complementos de régimen preposicional son obligatorios y nucleares. Escribe Ana María Serradilla Castaño que «no se pueden eliminar sin cambiar el significado o crear una oración agramatical y están regidos por el verbo»22 (*El libro consta/El libro consta de diez capítulos), pero, a veces, el complemento de régimen preposicional se sobrentiende (Valentina desistió depedirle los libros/Valentina desistió).

• Generalmente, aparece pospuesto al verbo, pues carece de libertad posicional23 (Sacó del florero las rosas). Esta libertad solo se da en algunos casos (Sacó las rosas delflorero; De nosotros depende el éxito del proyecto; De ese rincón salieron las cucarachas).

• No puede reemplazarse con adverbios como los complementos circunstanciales24.