El mensaje de los tres ángeles - Elena G. de White - E-Book

El mensaje de los tres ángeles E-Book

Elena G. De White

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Beschreibung

Después de una introducción histórica y teológica al tema del mensaje de los tres ángeles, los siete capítulos de este libro hablan de la centralidad del evangelio, el Dios creador, el juicio previo al Advenimiento, la caída de Babilonia y la imagen de la bestia. También nos recuerda el inmenso poder de la proclamación de Dios del tiempo del fin que precede a la gloriosa aparición de nuestro Señor.

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El mensaje de los tres ángeles

Elena G. de White

Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.

Tabla de contenidos
Tapa
Lista de abreviaturas
Introducción histórica y teológica
1 - El contexto y la relevancia del mensaje de los tres ángeles
2 - El mensaje del primer ángel
3 - El mensaje del segundo ángel
4 - El mensaje del tercer ángel
5 - El ángel de Apocalipsis 18
6 - Proclamando los mensajes de los tres ángeles
7 - El bendecido resultado

El mensaje de los tres ángeles

Elena G. de White

Título del original: The Three Angels´ Messages.

Dirección: Walter Steger

Traducción: Eduardo Kahl, Claudia Blath

Diseño: Karina Varela

Ilustración: Pacific Press

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Printed in Argentina

Primera edición, e-book

MMXXIII

Es propiedad. © 2022 by the Ellen G. White Estate, Inc. © Asociación Casa Editora Sudamericana, 2023.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-798-897-0

White, Elena G. de

El mensaje de los tres ángeles / Elena G. de White / Director Walter Steger. - 1ª ed. - Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

Traducción de: Eduardo Kahl Fichtenberg; Claudia Blath.

ISBN 978-987-798-897-0

1. Vida Cristiana. I. Steger, Walter, dir. II. Kahl Fichtenberg, Eduardo, trad. III. Blath, Claudia, trad. IV. Título.

CDD 248.4

Publicado el 01 de septiembre de 2023 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

E-mail: [email protected]

Web site: editorialaces.com

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

Lista de abreviaturas

ATO: Alza tus ojos

AUCR: (Australasian) Union Conference Record

CBA: Comentario bíblico adventista

CM: Consejos para los maestros

CRA: Consejos sobre el régimen alimenticio

CS: El conflicto de los siglos

CSS: Consejos sobre la salud

CT: Cristo triunfante

CTBH: Christian Temperance and Bible Hygiene

CyM: Cartas y mansucritos

DTG: El Deseado de todas las gentes

EJ: Exaltad a Jesús

Ev: El evangelismo

HAp: Los hechos de los apóstoles

HM: The Home Missionary

HR: La historia de la redención

HS: Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-day Adventists

JT: Joyas de los testimonios

MC: El ministerio de curación

MM: El ministerio médico

Mpu: El ministerio de las publicaciones

MS: Mensajes selectos

MSV: ¡Maranata! El Señor viene

OE: Obreros evangélicos

OP: El otro poder

PE: Primeros escritos

PP: Patriarcas y profetas

PR: Profetas y reyes

PVGM: Palabras de vida del gran Maestro

RH: Review and Herald

RJ: Reflejemos a Jesús

RP: Recibiréis poder

SE: Sermones escogidos

SG: Spiritual Gifts

SP: The Spirit of Prophecy

ST: Signs of the Times

TI: Testimonios para la iglesia

TM: Testimonios para los ministros

VEUC: La voz: su educación y uso correcto

Introducción histórica y teológica

El mensaje de los tres ángeles que encontramos en Apocalipsis 14 es fundamental para las enseñanzas y los consejos de Elena de White. Para ella, no son teorías especulativas. Ella los vivía. Su vida estaba “entretejida” con ellos.1 Vivenció cada mensaje históricamente, a medida que ella y sus compañeros adventistas pasaban de la expectativa al Chasco, y luego a un descubrimiento más profundo.

Las declaraciones reunidas en esta compilación se basan en las palabras de las Escrituras, concretamente en Apocalipsis 14:6 al 16 y 18:1 al 5. El libro del Apocalipsis tiene un mensaje de gran importancia para quienes viven en los últimos días de la historia de la humanidad. Despliega el gran conflicto cósmico-histórico entre Cristo y Satanás desde su mismo inicio en el reino celestial, su desarrollo a lo largo de la historia humana (Apoc. 12) y el triunfo final de Cristo y sus seguidores. Elena de White se refiere a este libro crucial como el lugar donde “se le quita el sello”2 a las profecías de Daniel y donde “todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan”.3 Ella enfatizó que “los solemnes mensajes que en el Apocalipsis se dieron en su orden deben ocupar el primer lugar en el pensamiento de los hijos de Dios”.4

Dentro del libro del Apocalipsis, el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 proclama las últimas advertencias de Dios al mundo impenitente en preparación para la gloriosa segunda venida de Cristo (vers. 14-20). El primer mensaje anuncia el evangelio eterno de Dios en el contexto de la hora de su Juicio, llamando a la gente a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (vers. 7). El segundo mensaje anuncia la caída de todos los falsos sistemas religiosos e ideologías (vers. 8). Y el tercer mensaje describe la polarización final de la humanidad entre “los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” y los que siguen las enseñanzas de la bestia y su imagen (vers. 12).

Los grandes acontecimientos del siglo XVIII –especialmente el terremoto de Lisboa de 1755 y el encarcelamiento del papa Pío VI en 1798– generaron un renovado interés por las profecías bíblicas, con especial atención a los libros de Daniel y el Apocalipsis. Varios expositores protestantes contemporáneos asociaron a los tres ángeles de Apocalipsis 14 con Martín Lutero, Juan Calvino y la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo, en 1813 William Cuninghame, el expositor escocés de las profecías bíblicas (c. 1775-1849), reconoció que aquellos reformadores “ni siquiera predicaron por toda la Europa cristiana” y, por tanto, no cumplieron el alcance mundial del mensaje del primer ángel. Si bien él creía que el primer ángel había comenzado su misión por medio de las sociedades bíblicas recién organizadas, consideraba que los mensajes de los ángeles segundo y tercero aún estaban en el futuro.5

En una época en la que el mundo luchaba contra la falta de libertad religiosa, Norteamérica aportó un refugio seguro para el cumplimiento escatológico y la proclamación del mensaje de los tres ángeles. William Miller (1782-1849) y otros que creían en la pronta venida de Jesús antes de 1844 consideraron que el mensaje del primer ángel se aplicaba a la proclamación mundial del evangelio, a partir de 1798 aproximadamente, al final de los 1.260 días/años (Apoc. 11:3; 12:6; 13:5). El mensaje del segundo ángel y la caída de Babilonia se aplicaron al Papado. El tercer ángel, escribió Miller, era “el mismo ‘clamor de medianoche’, que da aviso al mundo de la proximidad del Día del Juicio” en 1843 o 1844.6

En el verano de 1843, se produjo una diferencia de opinión entre los milleritas, cuando Charles Fitch (1805-1844) presentó su sermón titulado “Salgan de ella, pueblo mío”. Fitch aplicó el mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14:8 y el del ángel del “fuerte clamor” de Apocalipsis 18 no solo al Papado, sino también a las iglesias protestantes que habían rechazado el pronto regreso de Jesús.7 Durante este tiempo, muchos milleritas fueron expulsados de las iglesias protestantes, o las abandonaron. Miller y algunos de los que lo acompañaban se opusieron firmemente a la opinión de Fitch de incluir a alguna iglesia protestante como parte de Babilonia.8

Durante los primeros años después del chasco del 22 de octubre de 1844, los adventistas observadores del sábado, que más adelante llegaron a ser adventistas del séptimo día, sostenían la postura millerita, con la posición de Fitch de que los dos primeros ángeles de Apocalipsis 14 se aplicaban a la proclamación del Segundo Advenimiento hasta 1844, pero que el mensaje del tercer ángel se aplicaba total o parcialmente al período posterior a 1844, con la proclamación del sábado en los “mandamientos de Dios” y la “fe o testimonio de Jesús”.9

La obra de Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign (1847), vinculó por primera vez el ministerio de Jesús en el Lugar Santísimo del Santuario celestial con el sábado, sobre la base de Apocalipsis 11:19 y 14:12, y le adjudicó al sábado importancia escatológica. La visión del “halo sabático” de Elena de White confirmó y enriqueció este concepto y le añadió un énfasis misionero y evangelizador al sábado. Ella escribió: “Salimos a proclamar más plenamente el sábado”.10

Fue G. W. Holt en 1850 quien mencionó por primera vez en la prensa la vinculación del tercer ángel y la marca de la bestia con los Estados Unidos, representado por la imagen de la bestia con forma de cordero (Apoc. 13:11-18). En alusión a una imagen protestante de la bestia papal, escribió: “Él [la bestia semejante a un cordero] asume el carácter de un cordero (protestante y republicano), pero en el fondo es un dragón”.11 En 1851, J. N. Andrews ofreció una exposición más completa sobre el futuro papel de Estados Unidos como la bestia semejante a un cordero que lleva a cabo la unión de la Iglesia y el Estado al imponer la observancia del domingo.12

Estos hechos prepararon el camino para un gran avance en la comprensión. En el transcurso de 1857 y 1858, los adventistas que guardaban el sábado llegaron a considerar que el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 y el ángel de Apocalipsis 18 se habían estado proclamando desde 1844. Elon Everts acuñó la expresión juicio investigador en una carta al referirse al mensaje del primer ángel:

La pregunta que me hago es: ¿Dónde estamos? Yo respondo: Más de doce años después de la proclamación “La hora de su juicio ha llegado” (Apoc. xiv, 6, 7). Llevamos el mismo tiempo en la purificación del Santuario (Dan. viii, 14). [...]

Pareciera que el orden es que los justos muertos han estado bajo juicio investigador desde 1844.13

James White escribió un artículo ampliado que concuerda con la interpretación de Everts. “Creemos que las evidencias son claras, que desde ese tiempo [1844] el juicio de los que murieron bajo la gracia de Dios ha estado en marcha”. James White presentó un cuadro conmovedor de los que murieron en la fe: “Jesús sonríe; y apoyado en el pecho de su Salvador, el santo exhala allí su vida dulcemente. Se cierra su período de prueba, y su caso descansa hasta que el registro de su vida se abre, y su caso pasa a revisión en el Juicio”. A esta descripción llena de gracia le sigue una referencia a un futuro juicio de los vivos: “¡El Juicio se está llevando a cabo! Muy pronto los nombres de ustedes serán confesados por Jesucristo ante su Padre o serán borrados del Libro de la Vida”.14

Por lo tanto, se observó una estrecha relación entre una visión correcta del estado inconsciente de los muertos y el concepto bíblico de un juicio previo al Advenimiento, ya que las recompensas eternas no se otorgan al momento de la muerte, sino en el tiempo del fin. “Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según sea su obra” (Apoc. 22:12). “Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho cuando estuvo en el cuerpo, sea bueno o malo” (2 Cor. 5:10).

Elena de White describió el mensaje de los tres ángeles como tres escalones de acceso a la sólida plataforma de la Verdad Presente, con dos grupos distintos. El primer grupo era el de los que pasaron por la experiencia millerita y la de los primeros adventistas observadores del sábado y aceptaron el mensaje tal como se predicó originalmente. El segundo grupo estaba formado por los que llegaron después de la proclamación original del mensaje.15 Aunque el mensaje de los tres ángeles se predicó originalmente en un orden secuencial, los tres debían seguir predicándose simultáneamente: “El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes”.16

El concepto del Juicio Investigador en el Cielo posterior a 1844 condujo a un estudio más profundo del “fuerte clamor” del ángel de Apocalipsis 18. Tanto Elon Everts como James White escribieron sobre su importancia, y Elena de White confirmó que este llamado final a salir de Babilonia tenía relación con el mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14:8.17

Tras el énfasis del Congreso de la Asociación General de 1888 en la justificación por la fe y los acontecimientos en los Estados Unidos con respecto a una ley dominical nacional, muchos adventistas esperaban la rápida proclamación del “fuerte pregón”, cuando el evangelio llegaría a todo el mundo. Sin embargo, Elena de White tuvo cuidado de no declarar nunca que el juicio a los vivos había comenzado, o que se estaba aplicando la marca de la bestia. Durante muchos años, escribió: “Pronto –nadie sabe cuándo– les tocará ser juzgados a los vivos”.18 En su edición de 1911 de El conflicto de los siglos, Elena de White expuso su explicación más completa de los acontecimientos del tiempo del fin en conjunción con el mensaje de los tres ángeles y el “fuerte pregón”.

Los adventistas observadores del sábado consideraban que la proclamación del mensaje de los tres ángeles era el despliegue de un sistema completo de la Verdad Presente. Aunque cada mensaje es distinto, Elena de White y sus contemporáneos a menudo se referían a las verdades de los tres mensajes utilizando la frase general “el mensaje del tercer ángel”. En los primeros días del Movimiento, dos expresiones de estos mensajes recibieron especial atención. Una era “ha llegado la hora de su juicio” (Apoc. 14:7), que se consideraba una alusión a la fase posterior a 1844 del ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial (Dan. 7:9-14; 8:14). La otra expresión era “los mandamientos de Dios” (Apoc. 14:12), con énfasis en la naturaleza permanente del Decálogo y del día de reposo sabático. Este enfoque se basaba en la convicción de que la fe salvífica no anula la Ley de Dios (Rom. 3:31). Los adventistas del séptimo día consideraban que ellos mismos eran los que Juan describe como los que “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12). Incluso relacionaban varias de sus creencias con este fundamento doctrinal. Por ejemplo, después de la visión de la reforma prosalud que tuvo Elena de White en 1863, los principios básicos de la salud se consideraron expresiones de los mandamientos de Dios. Después del Congreso de la Asociación General de Minneapolis en 1888, la doctrina de la justificación por la fe se consideró una parte crucial de la “fe de Jesús”. Esta percepción promovió una predicación cristocéntrica del evangelio, en el contexto de “la hora de su juicio” (vers. 7). Por cierto, el mensaje de los tres ángeles comienza con el “evangelio eterno” y termina con la “fe de Jesús” (vers. 6, 12).

Más recientemente, los autores y los predicadores adventistas han vuelto a centrarse en el énfasis en la Creación que aparece en el mensaje del primer ángel (Apoc. 14:7). Los eruditos bíblicos han reconocido que la expresión “y adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (vers. 7) no proviene del relato de la Creación del Génesis, sino del cuarto mandamiento del Decálogo, que dice: “El Señor hizo el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que contienen” (Éxo. 20:11). También se presta especial atención al tema de la adoración, como evidencia el contraste entre los que adoran a Dios y guardan sus mandamientos (Apoc. 14:7, 12) y los que adoran a la bestia y su imagen y reciben su marca (vers. 9, 11).

El mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 bien puede ser el conjunto de verdades más rico y abarcador del libro de Apocalipsis, por no decir de toda la Biblia. No es de extrañar que Elena de White describiera estos mensajes como “las verdades […] más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales” y su proclamación como “una obra de la mayor importancia”.19 Para resaltar su relevancia perdurable, afirmó: “El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz”.20

Es nuestra oración que el estudio de las ideas inspiradas que se presentan en este libro nos lleve a una mayor comprensión de la naturaleza integral de estos mensajes para los últimos días, así como a un compromiso renovado de compartirlos con el mundo. Junto con Elena de White, clamemos “con gran voz: ‘¡Vamos rumbo a la patria!’ Nos estamos acercando al tiempo cuando Cristo vendrá con poder y grande gloria para llevar a sus redimidos a su hogar eterno”.21

La Junta de Fideicomisarios del Patrimonio Elena G. de White,

Silver Spring, Maryland - Septiembre 2021

1 Elena de White, Mensajes selectos (Florida, Buenos Aires: ACES, 2015), t. 2, p. 484.

2 Elena de White, Testimonios para los ministros (Florida, Buenos Aires: ACES, 2013), p. 131.

3 Elena de White, Los hechos de los apóstoles (Florida, Buenos Aires: ACES, 2009), p. 482.

4 Elena de White, Testimonios para la iglesia (Miami, Florida: IADPA, 1998), t. 8, p. 316.

5 William Cuninghame, A Dissertation on the Seals and Trumpets of the Apocalypse (Londres: J. Hatchard, 1813), pp. 308–313.

6 William Miller, “Miller’s Lectures–Nº 1: The Harvest of the World”, Signs of the Times, 1˚ de julio de 1840, p. 50; ver también Charles Fitch, The Glory of God in the Earth (Boston: Joshua V. Himes, 1842), pp. 31, 32.

7 Charles Fitch, “Come Out of Her, My People”: A Sermon (Rochester, NY: J. V. Himes, 1843); Charles Fitch, “ ‘Come Out of Her, My People’ ”, The Midnight Cry!, 21 de septiembre de 1843, pp. 33–36; ver también Francis D. Nichol, The Midnight Cry (Washington, DC: Review and Herald®, 1944), pp. 148, 149.

8 William Miller, Wm. Miller’s Apology and Defence (Boston: J. V. Himes, 1845), pp. 24, 25; ver también P. Gerard Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist Message and Mission (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1977), pp. 78–84.

9 Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign, From the Beginning, to the Entering Into the Gates of the Holy City, According to the Commandment, segunda edición revisada y ampliada (New Bedford, MA: Press of Benjamin Lindsey, 1847), p. 58; James White, “Thoughts on Revelation 14”, en A Word to the “Little Flock” (Brunswick, ME: James White, 1847), pp. 10, 11.

10 Elena de White, Primeros escritos (Florida, Buenos Aires: ACES, 2014), pp. 62-65; Elena de White, “A Vision”, volante, 7 de abril de 1847.

11 G. W. Holt, “Letter From Bro. Holt”, Present Truth, marzo de 1850, p. 64; ver también Hiram Edson, “An Appeal to the Laodicean Church”, Advent Review extra, septiembre de 1850, p. 9; H. S. Case, “Letter From Bro. Case”, Present Truth, noviembre de 1850, p. 85.

12 J. N. Andrews, “Thoughts on Revelation XIII and XIV”, Second Advent Review and Sabbath Herald, 19 de mayo de 1851, pp. 81–86.

13 E. Everts, “Communication From Bro. Everts”, Advent Review and Sabbath Herald, 1˚ de enero de 1857, p. 72.

14 James White, “The Judgment”, Advent Review and Sabbath Herald, 29 de enero de 1857, pp. 100, 101; ver también Arthur L. White, Ellen G. White, The Early Years, 1827–1862 (Hagerstown, MD: Review and Herald®, 1985), t. 1, pp. 353, 354.

15 Elena de White, Spiritual Gifts (Battle Creek, MI: James White, 1858), t. 1, pp. 168, 169.

16 Elena de White, Manuscrito 32, 1896; Mensajes selectos, t. 2, p. 131.

17 E. Everts, “ ‘Be Zealous and Repent’ ”, Advent Review and Sabbath Herald, 8 de enero de 1857, p. 75; James White, “Revelation Twelve”, Advent Review and Sabbath Herald, 8 de enero de 1857, p. 76; Elena de White, Spiritual Gifts, t. 1, p. 193.

18 Elena de White, El conflicto de los siglos (Florida, Buenos Aires: ACES, 2015), p. 544; Elena de White, “Lessons From the Life of Solomon–Nº 9: The Ark of the Covenant”, Advent Review and Sabbath Herald, 9 de noviembre de 1905, p. 10.

19 Elena de White, Testimonios para la iglesia (Miami, Florida: IADPA, 1998), t. 9, p. 17.

20 Elena de White, Manuscrito 32, 1896; Mensajes selectos, t. 2, p. 131.

21 Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 264.

1

El contexto y la relevancia del mensaje de los tres ángeles22

Ninguna otra cosa tiene tanta importancia

Nada debe desviar nuestra atención–En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece. La Palabra de Dios proyecta sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la mayor importancia les ha sido confiada: proclamar los mensajes de los tres ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella.

Las verdades que debemos proclamar al mundo son las más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales. Nuestra tarea consiste en proclamarlas. El mundo debe ser amonestado, y el pueblo de Dios tiene que ser fiel a su cometido.–JT 3:317 (1909).

Ninguna otra obra es tan importante–El Señor está abriendo el camino de una manera notable para que su pueblo dé el mensaje de advertencia a aquellos que aún no han oído la verdad para este tiempo. Ninguna otra obra que podamos llevar a cabo es tan importante como esta. El mensaje del tercer ángel significa mucho para todos nosotros. También significa mucho para los incrédulos, si es que reciben, creen y viven este mensaje del tercer ángel, que incluye los otros dos mensajes de (Apocalipsis 14) y cuya proclamación destaca el sábado del cuarto Mandamiento.–Carta 18, 1910 (27 de enero).

La obra más elevada y grandiosa–La gran crisis final está justo ante nosotros, cuando el destino de cada ser humano se decidirá para siempre. Se ha de realizar una gran obra en la presentación a las personas de las verdades salvadoras del evangelio. Presentar estas verdades es obra del mensaje del tercer ángel. El plan del Señor es que la presentación de este mensaje sea la obra más elevada y grandiosa que se realice en nuestro mundo en este tiempo.–Manuscrito 19, 1900 (5 de marzo).

No han de ser eclipsados–Los mensajes de los tres ángeles deben ser proclamados en este tiempo. Estos mensajes no deben ser eclipsados por ningún otro rasgo distintivo imaginado. Su fuerza y su eficacia han de continuar mientras haya tiempo para el arrepentimiento.–Manuscrito 22, 1901 (3 de marzo).

No es anticuado–El mensaje del tercer ángel se considera un asunto anticuado y, sin embargo, el estado de las cosas en nuestro mundo revela que se acerca el fin. Ha de hacerse un trabajo que no está siendo realizado.–Carta 249, 1899 (3 de junio).

La razón de ser de las instituciones de la iglesia–La influencia de estos mensajes se ha ido profundizando y ampliando, ha llevado a la acción a millares de personas, y ha hecho surgir instituciones de enseñanza, casas editoras y sanatorios; todos estos constituyen los instrumentos de Dios que han de colaborar en la gran obra representada por los tres ángeles que vuelan por en medio del cielo para amonestar a los habitantes del mundo, diciéndoles que Cristo está por venir con poder y gran gloria.–RH, 6 de diciembre de 1892 (MS 2:146).

Los mensajes nos llevan a una cercanía sagrada con Dios–Dios llamó a su iglesia en este tiempo, como llamó al antiguo Israel, para que se destaque como luz en la Tierra. Por la poderosa hacha de la verdad –los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero–, la ha separado de las iglesias y del mundo para colocarla en sagrada proximidad a sí mismo. La hizo depositaria de su Ley, y le confió las grandes verdades de la profecía para este tiempo. Como los santos oráculos confiados al antiguo Israel, son un sagrado cometido que ha de ser comunicado al mundo.–JT 2:170 (1885).

No es una teoría de invención humana–Tenemos un mensaje sagrado para llevar al mundo. El mensaje del tercer ángel no es una teoría inventada por el hombre, una especulación de la imaginación; es la verdad solemne de Dios para estos últimos días. Es la advertencia final a las almas de los hombres que perecen. No es un sistema de verdad simplemente para gratificar y complacer al intelecto; implica trabajo diligente y sacrificado para todos los que aceptan su santa enseñanza. Los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús deben ser presentados ante el mundo. Las nuevas de la venida del Salvador deben ser proclamadas. Las escenas del Juicio deben representarse ante las mentes no iluminadas de los hombres, y se deben despertar los corazones para que se den cuenta de la solemnidad de las últimas horas de gracia y se prepararen para encontrarse con su Dios.–RH, 13 de marzo de 1888.

Una obra de purificación claramente presentada–Los que vivan en la Tierra cuando cese la intercesión de Cristo en el Santuario celestial deberán estar firmes ante la mirada atenta de un Dios santo sin un mediador. Sus vestiduras deberán estar sin mácula; sus caracteres, purificados de todo pecado por la sangre de la aspersión. Por la gracia de Dios y por su propio esfuerzo diligente, deben ser vencedores en la batalla contra el mal. Mientras se realice el Juicio Investigador en el Cielo, mientras los pecados de los creyentes arrepentidos sean quitados del Santuario, ha de haber una obra especial de apartamiento del pecado entre el pueblo de Dios que está en la Tierra. Esta obra está presentada con mayor claridad en los mensajes de Apocalipsis 14.–CS 478 (1888, 1911).

La necesidad de estudiar diligentemente los mensajes

Investigar para descubrir el significado de los mensajes–El mensaje del tercer ángel significa mucho más de lo que nos parece. Deberíamos investigar para descubrir todo lo que sea posible respecto de este solemne mensaje. La Tierra ha de ser iluminada por su gloria. Los ángeles de Dios irán por toda la Tierra para despertar la mente de las personas, si cooperamos con ellos. Pero es muy triste que estemos tan retrasados respecto de las providencias de Dios y la obra que debería hacerse para enviar rayos de la verdad a quienes están en la oscuridad.–Carta 1, 1875 (12 de octubre) (OP 120, 121).

Dios abrirá nuestro entendimiento de sus verdades–Estamos viviendo en los últimos días, y hay una gran obra por hacer entre la gente de todos los idiomas. Por lo tanto, toda alma que crea la verdad para este tiempo, cualquiera que sea su país o su lengua, debe tener un conocimiento inteligente de las verdades del mensaje del tercer ángel, a fin de que pueda hacer una obra inteligente para Dios. El Señor abrirá el entendimiento de todos los que entrarán en una relación correcta con él. Si escudriñan las Escrituras y caminan humildemente con Dios, encontrarán que les llegará un entendimiento de la Palabra, y recibirán poder para hacer una obra para Dios.–Manuscrito 77, 1909 (26 de agosto).

Incluso los niños y los jóvenes entenderán el mensaje–El mensaje del tercer ángel revela la gran verdad salvadora para este tiempo. Sus verdades se dan a conocer constantemente, y Dios se propone que aun los niños y los jóvenes comprendan inteligentemente lo que él requiere, para que puedan distinguir entre la justicia y el pecado, entre la obediencia y la desobediencia.–Manuscrito 67, 1909 (7 de octubre).

Debemos estudiar especialmente el Santuario y los tres mensajes–¡Con cuánto cuidado debe acercarse cada uno al estudio de las Escrituras! Con cuánta determinación de conocer todo lo posible sobre las razones de cada punto de la fe. Debemos estudiar especialmente la cuestión del Santuario y los mensajes de los tres ángeles.–Carta 98a, 1897 (8 de abril).

Estudiarlos en conexión con Daniel y Apocalipsis–Los que toman a la ligera el mensaje del tercer ángel lo hacen porque saben poco de Daniel o Apocalipsis. No han leído con la determinación de descubrir el significado por medio de la oración, el estudio y el ayuno. Si hubieran tenido la experiencia de Daniel o de Juan, sabrían que el mensaje del tercer ángel avanzará hasta llegar a una perfecta victoria. Los que proclaman ese mensaje, porque lo ven y lo creen, entenderán que en él se abarcan muchas cosas. La Biblia representa al tercer ángel volando por el cielo con un estandarte en el que está escrito: “Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” [Apoc. 14:12].–Manuscrito 21, 1897 (17 de marzo).

Estudiarlos en conexión con Apocalipsis 13–En conexión con este pasaje [Apoc. 13:4-8, 11-18], el pueblo de Dios debiera estudiar detenidamente todo el capítulo 14 de Apocalipsis. Los versículos 9 al 11 traen a la vista el mensaje especial de advertencia de no adorar a la bestia y su imagen y de no recibir su marca en la frente o en la mano. Esta advertencia ha de ser dada al mundo por quienes fueron mencionados en el versículo 12, los que guardan “los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.–Manuscrito 153, 1902 (5 de noviembre).

La mayoría de los creyentes no lo comprende cabalmente–Por la luz que Dios me ha dado, puedo decir que ni la mitad de los que profesan creer en la Verdad Presente comprenden cabalmente el mensaje del tercer ángel. Muchos creen en la verdad porque han escuchado que la predicaba alguien en quien tenían confianza. Cuando nuestro pueblo examine la Palabra de Dios por sí mismo, oiremos menos murmuraciones de las que oímos hoy. Necesitamos aquella fe que nos llevará a estudiar la Biblia por nosotros mismos y a tomarle la palabra a Dios.–ST, 11 de noviembre de 1889.

Hay tan solo unos pocos –incluso entre quienes dicen creerlo– que comprenden el mensaje del tercer ángel, y sin embargo este es el mensaje para este tiempo. Es una verdad presente. Pero ¡cuán pocos toman este mensaje en su verdadera orientación y se lo presentan a la gente en toda su fuerza! Muchos lo presentan con muy poco poder.–Manuscrito 15, 1888 (1º de noviembre).

Hay una gran obra que debe hacerse en nuestros días, y apenas estamos captando lo que el Señor desea realizar en favor de su pueblo. Hablamos del mensaje del primer ángel, y también del segundo, y pensamos que comprendemos algo del mensaje del tercer ángel; pero no debiéramos estar satisfechos con nuestro conocimiento actual. Nuestras peticiones, mezcladas con fe y arrepentimiento, debieran ascender a Dios para que nos permita comprender los misterios que él está deseoso de dar a conocer a sus santos.–RH, 4 de junio de 1889 (RP 103).

Conocer las razones de nuestra fe–Hay que instruir a la gente sólidamente sobre las razones de nuestra fe. Hay que educarla en forma mucho más amplia en las doctrinas de la Biblia, y especialmente en las lecciones prácticas que Jesús les dio a sus discípulos. Debe impresionarse a los creyentes con su gran necesidad de conocer la Biblia. Hay que realizar un esfuerzo diligente para afirmar los sólidos argumentos de la verdad en la mente de todos, porque todos serán probados, y los que estén arraigados y fundados en la obra de Dios serán inconmovibles frente a las herejías que surgirán en todas partes; pero si alguno descuida obtener la preparación necesaria, será barrido por errores que tengan apariencia de verdad. En nuestras reuniones campestres, los sermones deben ser predicados de tal manera que preparen a los oyentes para dar con mansedumbre y respeto una razón de la esperanza que hay en ellos. Se me ha mostrado que tan solo unos pocos del pueblo en nuestras iglesias conocen por sí mismos qué constituye el mensaje del tercer ángel. Este hecho debiera hacernos ver la necesidad de clases bíblicas. Especialmente en nuestras reuniones campestres, debiera haber clases diarias para estudiar la Biblia. Debiera darse instrucción en los asuntos de la fe y la experiencia cristiana, y debiera haber momentos de oración ferviente. Entonces, la influencia de nuestras reuniones campestres no sería de un caracter tan transitorio, sino que dejarían una impresión duradera.–Gospel Workers (ed. 1892), pp. 228, 229.

Demostrar los mensajes en la vida diaria–El tema de mayor importancia es el mensaje del tercer ángel, que abarca los mensajes del primer ángel y del segundo. Todos deben entender las verdades contenidas en estos mensajes y demostrarlas en la vida diaria, porque esto es esencial para la salvación. Tendremos que estudiar con fervor y con oración, con el fin de comprender estas grandes verdades; y nuestro poder para aprender y comprender será exigido hasta el extremo.–Carta 97, 1902 (7 de julio) (Ev 198).

El evangelio y el mensaje de los tres ángeles son inseparables

Debe proclamarse la justicia de Cristo–El mensaje de la justicia de Cristo debe proclamarse de un extremo de la Tierra hasta el otro. Hay que despertar a nuestro pueblo para que le prepare el camino al Señor. El mensaje del tercer ángel –el último mensaje de misericordia a un mundo que perece– es muy sagrado, muy glorioso. Que la luz se encienda como una antorcha. La iglesia de Dios debe revelar misterios que aun los ángeles ansían contemplar, que profetas, reyes y justos desearon conocer.–Carta 404, 1907 (30 de diciembre).

El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la Tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que termina la obra del tercer ángel.–JT 2:408 (1901).

Predicar a Cristo incluye predicar sus verdades–La Verdad Presente, el mensaje especial dado a nuestro mundo –el mensaje del tercer ángel–, abarca un campo amplio que contiene tesoros celestiales. No tiene excusa quien diga: “No quiero saber nada más de estos mensajes especiales; voy a predicar a Cristo”. Nadie puede predicar a Cristo y presentar la verdad como es en Jesús a menos que presente las verdades que deben llegar a la gente en el tiempo presente, cuando se están desarrollando eventos tan importantes.–Manuscrito 33, 1897 (6 de abril) (VEUC 295, 296).

El medio ordenado por Dios para restaurar su imagen moral en la humanidad–El Señor no cerrará el tiempo de gracia hasta que se haya predicado al mundo el mensaje. Pero debemos darle a la trompeta un sonido cierto, para que el nombre del Señor pueda ser glorificado.

[...] Se ha de realizar una gran obra al presentar ante el mundo las verdades salvadoras del evangelio. Este es el medio ordenado por él para refrenar la ola de corrupción moral. El mensaje del tercer ángel ha de avanzar con poder y debe ser un medio para restaurar la imagen moral de Dios en la humanidad. Los mensajes que provienen del Cielo son el único poder que unirá los corazones del pueblo de Dios. Es su propósito que la gente entienda estos mensajes como el último mensaje probatorio que se dará a un mundo caído.–Manuscrito 175, 1907 (11 de noviembre).

Proclamar el evangelio completo–En estos últimos días, es nuestro deber indagar el pleno significado de los mensajes de los tres ángeles. Todas nuestras acciones debieran estar en armonía con la Palabra de Dios. Los mensajes de los tres ángeles están unidos entre sí, y se encuentran revelados en el capítulo 14 de Apocalipsis, desde el versículo 6 hasta el final. Hay que proclamar por todo el mundo el evangelio completo.–Manuscrito 15, 1896 (27 de abril).

Los mensajes forman una perfecta cadena de verdades

Aceptados uno tras otro–