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"Los ángeles de Dios están a nuestro alrededor… deberíamos saber estas cosas y tembar, y dedicarnos a pensar, mucho más de lo que lo hemos hecho hasta ahora, en el poder de los ángeles de Dios que están vigilándonos y guardándonos… Los ángeles de Dios, que son millares de millares y millones de millones... nos guardan del mal y repelen a las fuerzas de las tinieblas que procuran destruirnos" (pág. 16).
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Seitenzahl: 368
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Elena G. de White
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
La verdad acerca de los ángeles
Elena G. de White
Título del original: The Truth About Angels, Pacific Press Publishing Association, Nampa, Idaho, E.U.A., 1996.
Dirección editorial: Aldo D. Orrego
Traducción: Juan Carlos Viera
Diseño de tapa: Rosana Blasco
Diseño del interior: Giannina Osorio
Ilustración de tapa: Shutterstock
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
Primera edición, e - Book
MMXX
Es propiedad. © Ellen G. White Estate (1996). © Asociación Publicadora
Interamericana (1997). © Asociación Casa Editora Sudamericana (2001).
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.
ISBN 978-987-798-168-1
White, Elena G. de
La verdad acerca de los ángeles / Elena G. de White / 1ª ed. - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo digital: Online
Traducción de: Juan Carlos Viera.
ISBN 978-987-798-168-1
1. Ángeles. I. Juan Carlos Viera, , trad. II. Título.
CDD 235.3
Publicado el 10 de mayo de 2020 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).
Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)
E-mail: [email protected]
Web site: editorialaces.com
Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.
ATO: Alza tus ojos
AUCR: Australian Union Conference Recorder
AUG : Atlantic Union Gleaner
AY: An Appeal to the Youth
BE: Bible Echo
BE&ST: Bible Echo and Signs of the Times
CBA: Comentario bíblico adventista del séptimo día, ts. 1-7 (CB 1:, etc.)
CC: El camino a Cristo
CDCD: Cada día con Dios
CN: Conducción del niño
CS: El conflicto de los siglos
CSS: Consejos sobre la salud
CV: Conflicto y valor
DTG: El Deseado de todas las gentes
EC: La educación cristiana
Ed: La educación
ELC: En los lugares celestiales
EM: Educational Messenger
EUD: Eventos de los últimos días
FCE: Fundamentals of Christian Education
GCB: General Conference Bulletin
HAp: Los hechos de los apóstoles
HL: Healthful Living
HR: La historia de la redención
HRef: The Health Reformer
HS: Historical Sketches of SDA Foreign Missions
JT: Joyas de los testimonios, ts. 1-3 (JT 1:, etc.)
LP: Sketches from the Life of Paul
MB: El ministerio de la bondad
MeM: Meditaciones matinales, 1953
MSV: ¡Maranata: El Señor viene!
MR: Manuscript Releases, ts. 1-21 (MR 1:, etc.)
MS: Mensajes selectos, ts. 1-3 (MS 1:, etc.)
NB: Notas biográficas de Elena G. de White
OE: Obreros evangélicos
OP: El otro poder
PE: Primeros escritos
PP: Patriarcas y profetas
PR: Profetas y reyes
PT: The Present Truth
PVGM: Palabras de vida del gran Maestro
RH: The Review and Herald
RS: Redemption Series, folletos 1-8 (RS 1:, etc.)
SAT: Sermons and Talks,ts. 1 y 2 (SAT 1:, etc.)
SFE: Southern Field Echo
SG: Spiritual Gifts, ts. 1-4 (SG 1:, etc.)
SMC: Spaulding and Magan Collection
SP: Spirit of Prophecy, ts. 1-4 (SP 1:, etc.)
SpTEd: Special Testimonies on Education
SSW: The Sabbath School Worker
ST: The Signs of the Times
SW: The Southern Watchman
T: Testimonies for the Church, ts. 1-9 (T 1:, etc.)
TM: Testimonios para los ministros
YI: The Youth’s Instructor
Este libro trata un tema de amplio interés. En número sin precedentes, los programas de televisión presentan informes de ángeles involucrados en los asuntos humanos. Los periódicos publican numerosos relatos de encuentros con visitantes extraterrestres. Las librerías muestran estantes y más estantes llenos de libros que investigan lo sobrenatural, y las ventas están en continuo crecimiento. En todas partes la gente se pregunta si en verdad existen los ángeles y quiénes son. ¿Son los espíritus de los muertos? ¿Son hostiles o amigables? ¿Pueden comunicarse con nosotros?
La mayoría de las respuestas dadas por “autoridades” en
la materia no satisfacen al sincero investigador de la verdad. Muchas de las respuestas son meras especulaciones. Otras son sensacionalistas. Y otras están basadas en falsas interpretaciones de las Sagradas Escrituras.
Por contraste, esta obra está llena de información inspirada. Ofrece respuestas firmemente basadas en la Palabra de Dios. Y no sólo establece la verdad acerca de los ángeles, sino que, creemos, llevará al lector a una más profunda experiencia espiritual.
El primer capítulo presenta una vista panorámica de la existencia y las actividades de los seres del mundo invisible. El segundo capítulo ilustra algunas de las numerosas formas en que los ángeles participan en la vida personal de los seres humanos. Comenzando con el capítulo 3, el libro presenta una secuencia histórica de eventos y experiencias en las que los ángeles han jugado un papel preponderante. Comienza con larebelión de Lucifer en el cielo antes de la creación del mundo, y concluye con la actividad que los ángeles tendrán en el más allá.
Este libro es una fuente invaluable de información. Pero
es más que eso; es una obra que levanta el velo entre el mundo visible y el invisible. Revela la actuación de los ángeles en eventos que los historiadores seculares registraron pero no pudieron explicar, y le da al lector la sensación de ser un testigo ocular de esos eventos; ¡en verdad, una experiencia emocionante!
Estamos convencidos de que este libro será apreciado en
todas partes por los que buscan la verdad. Su lectura les permitirá reconocer tanto las manifestaciones espúrias de los espíritus malignos como gozar de la compañía de los santos ángeles mientras caminan diariamente con Dios.
Los Fideicomisarios de la CORPORACIÓN ELENA G. DE WHITE
La relación entre el mundo visible y el invisible, el ministerio de los ángeles de Dios y la influencia o intervención de los espíritus malos son asuntos claramente revelados en las Sagradas Escrituras y como indisolublemente entretejidos con la historia humana...
Antes de la creación del hombre había ya ángeles; pues cuando los cimientos de la Tierra fueron echados, a una “alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios” (Job 38:7)... Los ángeles son por naturaleza superiores al hombre, pues el salmista, refiriéndose a éste, dice: “Le has hecho poco menor que los ángeles” (Sal. 8:5).
El número y el poder de los ángeles
Las Sagradas Escrituras nos dan informaciónacerca del número, el poder y la gloria de los seres celestiales, de su relación con el gobierno de Dios y también con la obra de la redención. “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”. Y el profeta dice: “Oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono”. Ellos sirven en la sala del trono del Rey de reyes, “ángeles poderosos en fortaleza”, “ministros suyos”, que hacen “su voluntad”, “obedeciendo a la voz de su precepto” (Sal. 103:19-21; Apoc. 5:11).
Millones de millones y millares de millares era el número de los mensajeros celestiales vistos por el profeta Daniel. El apóstol Pablo habla de “las huestes innumerables de ángeles” (Heb. 12:22, VM; Dan. 7:10). Como mensajeros de Dios, iban y volvían “a semejanza de relámpagos” (Eze. 1:14); tan deslumbradora era su gloria y tan veloz su vuelo. El ángel que apareció en la tumba del Señor, y cuyo “aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve”, hizo que los guardias temblaran de miedo y quedaran “como muertos” (Mat. 28:3, 4).
Cuando Senaquerib, el insolente monarca asirio, blasfemó e insultó a Dios, y amenazó con destruir a Israel, “aconteció que en aquella misma noche salió un ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil hombres”. El ángel “destruyó a todos los hombres fuertes y valerosos, con los príncipes y los capitanes” del ejército de Senaquerib, quien “volvió con rostro avergonzado a su propia tierra” (2 Rey. 19:35; 2 Crón. 32:21, VM).
Los ángeles ayudan a los hijos de Dios
Los ángeles son enviados a los hijos de Dios con misiones de misericordia. Visitaron a Abraham con promesas de bendición; al justo Lot, para rescatarlo de las llamas de Sodoma; a Elías, cuando estaba por morir de cansancio y hambre en el desierto; a Eliseo, con carros y caballos de fuego que circuían la pequeña ciudad donde estaban encerrados por sus enemigos; a Daniel, cuando imploraba la sabiduría divina en la corte de un rey pagano, o en momentos en que iba a ser presa de los leones; a San Pedro, condenado a muerte en la cárcel de Herodes; a los presos de Filipos; a San Pablo y sus compañeros, durante la noche tempestuosa en el mar;a Cornelio, para hacerle comprender el evangelio; a San Pedro, para mandarlo con el mensaje de salvación al extranjero gentil. Así fue como, en todas las edades, los santos ángeles ejercieron su ministerio en beneficio del pueblo de Dios...
Así que, aunque expuestoal poder engañoso y a la continua malicia del príncipe de las tinieblas y en conflicto con todas las fuerzas del mal, el pueblo de Dios siempre tieneasegurada la protección de los ángeles del cielo. Y esta protección no es superflua. Si Dios concedióa sus hijos su gracia y su amparo, es porque deben hacer frentea las temibles potestades del mal, potestades múltiples, audaces e incansables, cuya malignidad y poder nadie puede ignorar o despreciar impunemente.
Satanás y los ángeles malignos
Los espíritus malos, creados en un principio sin pecado, eran iguales, por naturaleza, poder y gloria, a los seres santos que son ahora mensajeros de Dios. Pero una vez caídos por causa del pecado, se coligaron para deshonrar a Dios y acabar con los hombres. Unidos con Satanás en su rebeldía, y arrojados del cielo con él, han sido desde entonces, en el curso de los siglos, sus cómplices en la guerra empeñada contra la autoridad divina. Las Sagradas Escrituras nos hablan de su unión y de su gobierno, de sus diversas órdenes, de su inteligencia, como también de sus propósitos malévolos contra la paz y la felicidad de los hombres...
Nadie está en mayor peligro de caer bajo la influencia de los espíritus malos que los que, a pesar del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias ellos nos llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo seguir los dictados de su propia sabiduría. Ésta es la razón por la cual a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia de que no existe. Su política consiste en esconderse y obrar solapadamente...
Precisamente por haberse enmascarado con habilidad consumada es por lo que tana menudo se oye preguntar: “¿Existe en realidad un ser semejante?” Prueba evidente de su éxito es la aceptación general de que gozan entre el público religioso ciertas teorías que niegan los testimonios más positivos de las Sagradas Escrituras. Y es porque Satanás puede dominar tan fácilmente los espíritus de las personas inconscientes de su influencia por lo que la Palabra de Dios nos da tantos ejemplos de su obra maléfica, nos revela sus fuerzas ocultas y nos pone así en guardia contra sus ataques.
Los seguidores de Cristo están seguros
El poder y la malignidad de Satanás y de su hueste podríanalarmarnos con razón, si no fuera por el apoyo y salvación que podemos encontrar en el poder superior de nuestro Redentor. Proveemos cuidadosamente nuestras casas con cerrojos y candados para proteger nuestros bienes y nuestras vidas contra los malvados; pero rara vez pensamos en los ángeles malos que tratan continuamente de llegar hasta nosotros, y contra cuyos ataques no contamos en nuestras propias fuerzas con ningún medio eficaz de defensa. Si se los dejara nos trastornarían la razón, nos desquiciarían y torturarían el cuerpo, destruirían nuestras propiedades y nuestras vidas. Sólo se deleitan en el mal y en la destrucción.
Terrible es la condición de los que resistena las exigencias de Dios y ceden a las tentaciones de Satanás, hasta que Dios los abandona al poder de los espíritus malignos. Pero los que siguen a Cristo están siempre seguros bajo su protección. Ángeles de gran poder son enviados del cielo para ampararlos. El maligno no puede forzar la guardia con que Dios tiene rodeado a su pueblo.–CS 565-567, 570, 571.
Los ángeles nos guardan
Cada discípulo de Cristo tiene su ángel guardián respectivo. Estos centinelas celestiales protegen a los justos del poder del maligno. Así lo reconoció el mismo Satanás cuando dijo: “¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él, y a su casa ya todo lo que tiene?” (Job 1:9, 10). El medio del cual Dios se vale para proteger a su pueblo está indicado en las palabras del salmista: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” (Sal. 34:7). Hablando de los que creen en él, el Salvador dijo: “Mirad que no menospreciéisa uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre” (Mat. 18:10). Los ángeles encargados de atender a los hijos de Dios tienen a toda hora acceso cerca de él.–CS 566, 567.
No sabemos qué resultados traerá un día, una hora o un momento, y nunca debiéramos comenzar el día sin encomendar nuestros caminos a nuestro Padre celestial. Sus ángeles están comisionados para velar por nosotros, y si nos sometemos a su custodia entonces en cada ocasión de peligro estarán a nuestra diestra. Cuando inconscientemente estemos en peligro de ejercer una mala influencia, los ángeles estarán a nuestro lado, induciéndonos a un mejor proceder, escogiendo las palabras por nosotros e influyendo en nuestras acciones.–PVGM 276, 277.
Los ángeles de Dios estána nuestro alrededor... debiéramos saber estas cosas y temblar, y dedicarnos a pensar, mucho más de lo que lo hemos hecho hasta ahora, en el poder de los ángeles de Dios que están vigilando y guardándonos... Los ángeles de Dios están comisionados por el Cielo para guardar a los hijos de los hombres. Sin embargo, muchos se alejan de su influencia protectora y se acercan adonde pueden tener comunicación con los ángeles malignos... ¡Oh, si todos pudiéramos obedecer el consejo del apóstol! [lea 2 Cor. 6:17, 18].–MR 5:125.
Dios manda a ángeles para ministrar a los que están ciegos físicamente. Ángeles guardan sus pasos y los libran de mil peligros que, aunque desconocidos para ellos, acechan su sendero.–MB 251.
[Mientras navegaba en el océano Pacífico.] Aquí estoy ahora para escribiracerca de Cristo cuando caminaba sobre el mar para calmar la tempestad. ¡Oh, cómo impresionó mi mente esta escena!... La majestad de Dios y sus obras ocuparon mis pensamientos. Los vientos están en sus manos; controla lasaguas. Seres finitos, meros puntos sobre las anchas y profundasaguas del Pacífico, éramos nosotros a la vista de Dios; pero los ángeles del cielo fueron enviados desde la excelente gloria para proteger ese barquito de vela.–CDCD 110.
Los ángeles participan en la vida familiar
El fiel obrero que trabaja en el hogar está sirviendo al Señor tanto o más que aquél que predica la Palabra. Los padres y las madres debieran comprender que ellos son los educadores de sus hijos. Los hijos son la herencia del Señor, y debieran ser entrenados y disciplinados para formar caracteres que Dios pueda aprobar. Cuando este trabajo se realiza juiciosamente, con oración y fidelidad, los ángeles de Dios guardan a la familia, y la vida más simple se transforma en una vida consagrada.–AUCR, 6 de septiembre de 1909.
Antes de salir de la casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada, y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor de Dios que los guarde durante el día. Acudid con humildad, con un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones y peligros que os acechana vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad a estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios.–CN 491. Los ángeles de Dios, que son millares de millares y millones de millones... nos guardan del mal y repelen las fuerzas de las tinieblas que procuran destruirnos. ¿No tenemos motivos de continuo agradecimiento, aun cuando haya aparentes dificultades en nuestro camino?–MC 196.
Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros. En esta Tierra hay miles y decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna ventaja sobre aquéllos que se niegana caminar en el sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la Tierra están en comunicación con el Padre en el cielo.–ELC 99.
Necesitamos comprender más plenamente la misión de los ángeles. Sería bueno recordar que cada verdadero hijo de Dios cuenta con la cooperación de los seres celestiales. Ejércitos invisibles de luz y poder acompañan a los mansos y humildes que creen y aceptan las promesas de Dios; a la diestra de Dios hay querubines y serafines, y ángeles poderosos en fortaleza, “son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Heb. 1:14).–HAp 125.
Los ángeles iluminan nuestra mente
Dios exhorta a sus criaturas a que aparten su atención de la confusión y perplejidad que las rodean, y admiren su obra. Los cuerpos celestes merecen ser contemplados. Dios los ha hecho para el beneficio del hombre, y mientras estudiamos sus obras, ángeles de Dios están a nuestro lado para iluminar nuestra mente y guardarla del engaño satánico.–CBA 4:1.167.
Ángeles celestiales observan a aquéllos que están buscando ser iluminados. Cooperan con los que tratan de conquistar corazones para Cristo.–BE&ST, 10 de diciembre de 1900.
[Palabras a los médicos.] Vuestra relación con los enfermos puede ser agotadora, y puede secar gradualmente las fuentes de la vida si no hay cambio, oportunidad de recreación, y si los ángeles de Dios no os guardan y protegen. Si pudierais ver los numerosos peligros entre los cuales sois conducidos con seguridad cada día por esos mensajeros del cielo, vuestros corazones se llenarían de gratitud, y ésta encontraría expresión a través de vuestros labios. Si convertís a Dios en vuestra fortaleza podréis, bajo las circunstancias más desanimadoras, alcanzar una norma elevada de perfección cristiana que pensáis que no es posible alcanzar. Vuestros pensamientos podrán ser elevados, podréis tener aspiraciones nobles, percepciones claras de la verdad y propósitos de acción que os elevarán por encima de los motivos sórdidos.–CSS 381.
Me ha sido mostrado el peligro en que usted está, y también me ha sido mostrado su ángel guardián preservándolo una y otra vez de naufragar en la fe. Mi hermano, eleve sus normas, elévelas y no desmaye ni se desanime.–T 8:175.
Los ángeles nos ayudan a hacer lo correcto
[Palabras a la juventud.] Aprended a confiar en Dios. Aprended a ir a Aquél que es poderoso para salvar... Decid al querido Salvador cuál es vuestra necesidad. Aquél que ha dicho: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis”, no rechazará vuestra oración, sino que enviaráa sus ángeles para guardaros y protegeros de los malos ángeles, y para facilitaros el hacer lo correcto. Así será mucho más fácil que si lo intentáis por vuestras propias fuerzas. Entonces, vuestro sentimiento siempre será: “Le he pedido a Dios que me ayude, y él lo hará. Con su fuerza, voy a hacer lo correcto. No voy a entristecer a los queridos ángeles que Dios ha enviado para guardarme. Nunca voy a tomar un curso de acción que los aparte de mí.–AY 55, 56.
Si tratáis de suprimir todo mal pensamiento durante el día, los ángeles de Dios vendrán y morarán con vosotros. Estos ángeles son seres poderosos en fortaleza. Recordad cuando el ángel vino al sepulcro y los soldados romanos cayeron como muertos por la gloria de su presencia. Si un solo ángel pudo mostrar tal poder, ¿qué habría sucedido si todos los ángeles que están con nosotros hubiesen estado presentes? Los ángeles están con nosotros cada día para guardarnos y protegernos de los asaltos del enemigo.
No estáis solos en la batalla contra el mal. Si se levantara la cortina, veríaisa los ángeles del cielo peleando a vuestro lado. Su cometido es guardar a la juventud. “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicioa favor de los que serán herederos de la salvación?” (Heb. 1:14). Miles y decenas de miles, millares de millares de ángeles ministran a la juventud.–YI, 1° de enero de 1903.
Estoy agradecida por haber podido visitar vuestra escuela [el colegio Oakwood]. Por años he hecho lo que ha estado a mi alcance para ayudar a la gente de color, y nunca había visto un trabajo tan bien comenzado como éste. En todas vuestras experiencias, recordad que los ángeles de Dios están a vuestro lado; saben lo que hacéis, y están listos para guardaros. No hagáis nada que pueda disgustarlos. Al trabajar con ellos, este colegio llegará ser un lugar consagrado. Quiero oír de vuestros éxitos. Todo el cielo está interesado en vuestra actuación. Hagamos todo lo que está de nuestra parte para ayudarnos mutuamentea obtener la victoria. Vivamos de tal manera que la luz del cielo pueda brillar en nuestros corazones y mentes, y nos capacite para conseguir los tesoros del Cielo.–SFE, 1° de junio de 1909.
Los ángeles ayudan en los esfuerzos por recuperar a los perdidos
Cuando las inteligencias celestiales ven a aquéllos que confiesan ser hijos e hijas de Dios tratando de ayudar a los errantes como Cristo lo hizo, manifestando un espíritu tierno y compasivo con el arrepentido y el caído, los ángeles vienen a su lado para traer a su memoria las palabras que suavizarán y levantarán el espíritu... Jesús ha dado su preciosa vida y su atención personal al menos digno de éstos, sus hermanos más pequeños; y los ángeles, poderosos en fortaleza, acampan alrededor de los que temen a Dios.–HL 27.
Los ángeles son enviados desde las cortes celestiales, no para destruir, sino para vigilar y guardara los seres humanos en peligro; para salvaral perdido y traera los errantes de regresoal redil. “No he venidoa condenar, sinoa salvar”, declaró Jesús. ¿No tendréis,acaso, palabras de consuelo para los errantes? ¿Los dejaréis perecer, o les extenderéis una mano ayudadora? Alrededor de vosotros hay personas que están en peligro de perecer; tocados por el amor, ¿no lasatraeréisal Salvador? ¿No cesaréis en vuestros reproches y hablaréis palabras que les inspiren fe y valor?–RH, 10 de mayo de 1906.
Es privilegio de todos los que llenan las condiciones saber por sí mismos que el perdón de todo pecado es gratuito. Alejad la sospecha de que las promesas de Dios no son para vosotros. Son para todo pecadorarrepentido. Cristo ha provisto fuerza y gracia para que los ángeles ministradores las comuniquen a toda persona creyente.–CC 52.
Aquéllos que trabajan por el bien de otros están trabajando en unión con los ángeles del cielo. Gozan de su constante compañía y ministerio. Ángeles de luz y poder están siempre cerca para proteger, confortar, sanar, instruir e inspirar. Ellos pueden brindar la más alta educación; la cultura más verdadera y el servicio más excelenteal que los seres humanos podrían aspirar en este mundo.–RH, 11 de julio de 1912.
Los ángeles del cielo influyen sobre las mentes humanas para que la gente despierte e investigue los temas de la Biblia. Se hará una obra mucho mayor que la hecha hasta ahora, y nada de la gloria de ella será de los hombres. Los ángeles que ministran a quienes serán herederos de la salvación están obrando día y noche.–OP 140.
Dios podría haber encomendado a los ángeles del cielo el mensaje del evangelio y todo el ministerio de amor. Podría haber empleado otros medios para llevar a cabo su propósito. Pero en su amor infinito quiso hacernos colaboradores con él, con Cristo y con los ángeles, para que compartiésemos la bendición, el gozo y la elevación espiritual que resultan de este abnegado ministerio.–CC 79.
Los ángeles fortalecen nuestra fe
“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” (Sal. 34:7). Dios envía a sus ángeles a salvar a sus escogidos de la calamidad, a protegerlos de “pestilencia que ande en oscuridad” y de “mortandad que en medio del día destruya” (Sal. 91:6). Repetidas veces los ángeles han hablado con los hombres como un hombre habla con su amigo, y los han guiado a lugares seguros. Vez tras vez las palabras alentadoras de los ángeles han renovado los espíritus abatidos de los fieles, elevando sus mentes por encima de las cosas de la Tierra, y los han inducido a contemplar por la fe las ropas blancas, las coronas y las palmas de victoria que los vencedores recibirán cuando circunden el gran trono blanco.–HAp 124.
Entre aquéllos que nos rodean están las huestes del enemigo, que tratan de dividir al pueblo de Dios, y las huestes celestiales, miles y decenas de miles, que custodian y guardan al tentado pueblo de Dios, animándolo y fortaleciéndolo. Éstos son los que nos rodean. Y Dios dice a los creyentes: “Vosotros caminaréis entre ellos; no seréis vencidos por los poderes de las tinieblas. Estaréis delante de mí, en la presencia de los santos ángeles, que son enviados para ministrar a aquéllos que serán herederos de la salvación”.–GCB, 23 de abril de 1901.
Cristo, Dios y Creador
Antes de que los hombres o los ángeles fueran creados, “el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.
El mundo fue creado por él, “y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3). Si Cristo hizo todas las cosas, existió antes de todas las cosas. En relación con esto, las palabras habladas son tan definidas que nadie necesita estar en duda. Cristo era Dios en esencia, y en el más alto sentido. Estaba con Dios desde la eternidad; Dios sobre todo, bendito para siempre.
El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona separada y, sin embargo, uno con el Padre. Él era la gloria más excelsa del cielo; el Comandante de las inteligencias celestiales. Con pleno derecho recibía la adoración y el homenaje de los ángeles.–RH, 5 de abril de 1906.
Cristo declaró a través de Salomón: “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desdeel principio,antes de la tierra... Cuando ponía al mar su estatuto, paraque las aguas no traspasasen su mandamiento; cuando establecía los fundamentos de la tierra, con él estaba yo ordenándolo todo, y era su delicia de día en día, teniendo solaz delante de él en todo tiempo” (Prov. 8:22-25, 29, 30).
Al hablar de su preexistencia, Cristo conduce nuestra mente al remoto pasado de una eternidad sin fechas. Nos asegura que nunca hubo un tiempo en el cual no haya estado en plena comunión con el Dios eterno... La suya, es una relación de seres que han estado juntos desde el principio.–ST, 29 de agosto de 1900.
¿Qué es la obra de los ángeles comparada con la humillación de Cristo? Su trono es desde la eternidad. Él levantó cada arco y cada columna del gran templo de la naturaleza.–ELC 40.
Cristo el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno con el Padre eterno; uno en naturaleza, en carácter y en designios; era el único ser en todo el universo que podía entrar en todos los consejos y designios de Dios.–CS 547.
Dios ya tenía un plan antes de que el pecado apareciera
Dios y Cristo sabían desde el principio en cuanto a la apostasía de Satanás y a la caída de Adán por el poder engañador del apóstata. El propósito del plan de salvación era redimir a la raza caída, darle otra oportunidad. Cristo fue designado como Mediador desde la creación de Dios, designado desde la eternidad para ser nuestro sustituto y garantía.–MS 1:293.
Conocidas son ante Dios todas sus obras, y el pacto de la gracia existió en la mente de Dios desde las edades eternas. Es llamado el pacto eterno porque el plan de salvación no fue concebido después de la caída del hombre sino “que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que sido manifestadoahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocera todas las gentes para que obedezcana la fe” (Rom. 16:25, 26).–ST, 5 de diciembre de 1914.
El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, formulada después de la caída de Adán. Fue una revelación “del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio” (Rom. 16:25, VM). Fue una manifestación de los principios que desde edades eternas habían sido el fundamento del trono de Dios... Dios no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su existencia, e hizo provisión para hacer frente a la terrible emergencia.–DTG 13, 14.
Creación de los ángeles
El Padre obró por medio de su Hijo en la creación de todos los seres celestiales. “Porque por él fueron creadas todas las cosas... sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades, todo fue creado por medio de él y para él” (Col. 1:16).–PP 12.
Antes de la creación del hombre, había ya ángeles; pues cuando los cimientos de la Tierra fueron echados, a una “alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios” (Job 38:7). Después de la caída del hombre, fueron enviados ángeles para guardar el árbol de la vida, y esto antes que ningún ser humano hubiese fallecido. Los ángeles son por naturaleza superiores al hombre, pues el salmista refiriéndosea éste dice: “Le has hecho poco menor que los ángeles” (Sal. 8:5).–CS 565.
Desde las edades eternas, había sido el propósito de Dios que todo ser creado, desde el resplandeciente y santo serafín hasta el hombre, fuese un templo para que en él habitase el Creador.–DTG 132.
Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son receptores dependientes de la vida de Dios. Desde el más sublime serafín hasta el ser animado más humilde, todos son renovados por la Fuente de la vida.–DTG 729.
Cuando Dios creó a estos seres [angélicos] para estar delante del trono, eran hermosos y gloriosos. Su benevolencia y santidad se comparaban con su exaltada posición. Estaban investidos de la sabiduría de Dios y equipados con la panoplia celestial.–ST, 14 de abril de 1898.
Creación de Lucifer
Dios lo creó [a Lucifer] bueno y hermoso y, en todo lo posible, a su propia semejanza.–RH, 24 de septiembre de 1901.
Dios lo creó [a Lucifer] noble, ricamente dotado. Lo colocó en una posición de elevada responsabilidad. No requirió de él algo que fuera irrazonable. Debía administrar el cargo dado por Dios con mansedumbre y devoción, y promover la gloria de Dios, quien lo había coronado de gloria, belleza y encanto.–SSW, 1° de marzo de 1893.
Aunque Dios había creado a Lucifer noble y hermoso, y le había dado un alto honor entre la hueste angélica, no lo había colocado fuera de la posibilidad del mal. Estaba dentro de las posibilidades de Satanás1 elegir hacer el mal y pervertir sus dones.–SP 4:317.
La posición elevada de Lucifer
En el cielo, antes de su rebelión, Lucifer era un ángel honrado y excelso, cuyo honor seguía al del amado Hijo de Dios. Su semblante, así como el de los demás ángeles, era apacible y denotaba felicidad. Su frente alta y espaciosa indicaba su poderosa inteligencia. Su forma era perfecta; su porte noble y majestuoso. Una luz especial resplandecía sobre su rostro y brillaba a su alrededor con más fulgor y hermosura que en los demás ángeles. Sin embargo, Cristo, el amado Hijo de Dios, tenía la preeminencia sobre todas las huestes angélicas. Era uno con el Padre antes de que los ángeles fueran creados.–HR 13.
Lucifer era el querubín cubridor, el más exaltado de los seres celestiales creados. Su posición era la más cercana al trono de Dios, y estaba íntimamente ligado e identificado con la administración del gobierno de Dios. Había sido ricamente dotado por Dios con su pro pia gloria, majestad y poder.–ST, 28 de abril de 1890.
El propio Señor dioa Satanás su gloria y sabiduría, y lo hizo querubín cubridor, noble, bueno y extraordinariamente hermoso.–ST, 18 de septiembre de 1893.
Excluyendo a Cristo, Satanás fue, en un tiempo, el más honrado de Dios y el más alto en poder y gloria entre todos los habitantes del cielo.–ST, 23 de julio de 1902.
Lucifer, el hijo del alba, que superaba en gloria a todos los ángeles que rodean el trono... estaba unido al Hijo de Dios por los vínculos más íntimos.–DTG 402.
Lucifer, “el hijo de la mañana”, era el principal de los querubines cubridores, santo e inmaculado. Estaba en la presencia del gran Creador, y los incesantes rayos de gloria que envolvían al Dios eterno caían sobre él.–PP 13.
[Lucifer] había sido el más alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo.–DTG 706.
Antes que el mal se originara
Entre la hueste angélica existían paz y gozo, en perfecta sumisión a la voluntad del cielo. El amor a Dios era supremo y el amor entre uno y otro era imparcial. Tal era la condición que existía por siglos antes de la entrada del pecado.–SP 4:316, 317.[Lucifer] tenía conocimiento del inestimable valor de las riquezas eternas que el hombre no poseía. Había experimentado la paz, el puro contentamiento, la completa felicidad y los indecibles gozos de las moradas celestes. Había sentido, antes de su rebelión, la satisfacción de recibir la completa aprobación de Dios. Había contemplado y apreciado plenamente la gloria que rodeaba al Padre, y sabía que no hay límite al poder divino.–ST, 4 de agosto de 1887.
Hubo un tiempo en el que... [Satanás] se gozaba en ejecutar los divinos mandatos. Su corazón estaba lleno de amor y gozo por servir a su Creador.–ST, 18 de septiembre de 1893.
Satanás era un ángel exaltado y hermoso, y hubiera permanecido así por siempre si no hubiese retirado su alianza con Dios.–ST, 21 de diciembre de 1891.
1 En ocasiones, Elena de White usó la “prolepsis”, una figura literaria que permite hablar de asuntos futuros como si ya hubieran sucedido. En este caso, ella se refiere a Lucifer como “Satanás”, aun cuando la rebelión no había ocurrido.
El origen del mal, un misterio
Los ángeles habían sido creados llenos de bondad y amor. Se amaban unos a otros sin parcialidad y a Dios de forma suprema. Ese amor los motivaba a complacer al Creador. Para ellos, la ley de Dios no representaba un yugo penoso, sino que se deleitaban en cumplir sus mandamientos y estar atentos a la voz de su palabra. Sin embargo, en ese ambiente de paz y pureza, se originó el pecado en aquél que había sido perfecto en todos sus caminos. El profeta escribe acerca de él: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Eze. 28:17). El pecado es algo misterioso e inexplicable. No hay razón para su existencia. Intentar explicarlo nos llevaría a tratar de encontrar una razón y un justificativo. El pecado apareció en un universo perfecto, algo que se muestra inexcusable.–ST, 28 de abril de 1890.
Dios tenía un conocimiento de los eventos futuros aun antes de la creación del mundo. No adaptó sus propósitos a las circunstancias sino que permitió que éstas se desarrollaran. No produjo ciertas condiciones,pero sabía que éstas existirían. El plan que se llevaría a cabo en caso de que alguna de las inteligencias celestiales desertara era el misterio “que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” (Rom. 16:25). En los concilios celestiales se preparó un ofrecimiento que habría de cumplir lo que finalmente Dios ha hecho por la humanidad caída.–ST, 25 de marzo de 1897.
La entrada del pecado en el cielo no puede ser explicada. Si pudiera explicarse se daría alguna razón para la aparición del pecado. Pero como no hay siquiera una excusa para su existencia, su origen permanece rodeado de misterio.–RH, 9 de marzo de 1886.
Dios no creó el mal. Sólo hizo lo bueno; aquello que es a su semejanza... El mal, el pecado y la muerte... son el resultado de la desobediencia que se originó en Satanás.–RH, 4 de agosto de 1910.
Los primeros indicios del mal
Hubo un tiempo cuando Satanás estaba en armonía con Dios y se gozaba en ejecutar los divinos mandatos. Su corazón estaba lleno de amor y gozo al servir a su Creador, hasta que comenzó a pensar que su sabiduría no provenía de Dios sino que era inherente a sí mismo; que él era tan digno como Dios de recibir el honor y el poder.–ST, 18 de septiembre de 1893.
Aunque Dios había creadoa Lucifer noble y hermoso, y le había dado un alto honor entre la hueste angélica, estaba dentro de las posibilidades de Satanás elegir hacer el mal y pervertir sus dones. Podría haber permanecido en el favor de Dios, amado y honrado por la multitud angélica. Dentro de su exaltada posición, podría haber presidido con espíritu generoso y altruista, y haber utilizado sus nobles poderes para bendecir a otros y glorificar a su Hacedor. Pero poco a poco comenzó a buscar su propio honor y emplear sus poderes para atraer la atención y la alabanza hacia sí mismo. Gradualmente llevó a los ángeles que estaban a su cargo a servirlo a él, en lugar de dedicar toda su energía a servir a su Creador.–SP 4:317.
Pocoa poco Lucifer llegóa albergar el deseo de ensalzarse... Aunque toda su gloria provenía de Dios, este poderoso ángel llegóa considerarla como perteneciente a sí mismo.–PP 13.
Dios comunica el verdadero lugar de Cristo
Antes de que la gran controversia principiara, debía presentarse claramente a todos la voluntad de Aquél cuya sabiduría y bondad eran la fuente de todo su regocijo.
El Rey del universo convocó a las huestes celestiales a comparecer ante él, con el fin de que en su presencia él pudiese manifestar cuál era el verdadero lugar que ocupaba el Hijo y manifestar cuál era la relación que él tenía para con todos los seres creados... Ante los habitantes del cielo reunidos, el Rey declaró que ninguno, excepto Cristo, el Hijo unigénito de Dios, podía penetrar en la plenitud de sus designios y que a éste le estaba encomendada la ejecución de los grandes propósitos de su voluntad.–PP 14, 15.
El gran Creador convocó a las huestes celestiales para conferir honra especial a su Hijo en presencia de todos los ángeles. Estaba sentado en el trono con el Padre, con la multitud celestial de santos ángeles reunida a su alrededor. Entonces el Padre hizo saber que había ordenado que Cristo, su Hijo, fuera iguala él; de modo que dondequiera que estuviera su Hijo estaría él mismo también. La palabra del Hijo debía obedecerse tan prontamente como la del Padre. Aquél había sido investido de la autoridad de comandar las huestes angélicas. Debía obrar especialmente en unión con él en el proyecto de creación de la Tierra...
Lucifer estaba envidioso y tenía celos de Jesucristo. No obstante, cuando todos los ángeles se inclinaron ante él para reconocer su supremacía, gran autoridad y derecho a gobernar, se inclinó con ellos, pero su corazón estaba lleno de envidia y odio. Cristo formaba parte del consejo especial de Dios para considerar sus planes, mientras que Lucifer los desconocía. No comprendía, ni se le permitía conocer los propósitos de Dios. En cambio, Cristo era reconocido como Soberano del cielo, con poder y autoridad iguales a los de Dios.
Lucifer creyó que él era el favorito en el cielo entre los ángeles. Había sido sumamente exaltado, pero... aspiraba llegar a la altura de Dios mismo. Se glorificaba en su propia exaltación. Sabía que los ángeles lo honraban. Tenía una misión especial que cumplir. Había estado cerca del gran Creador, y los persistentes rayos de la gloriosa luz que rodeaban al Dios eterno habían resplandecido especialmente sobre él. Pensó en cómo los ángeles habían obedecido sus órdenes con placentera celeridad. ¿No eran sus vestiduras brillantes y hermo sas? ¿Por qué había que honrar a Cristo más que a él?–HR 13, 14.
Los ángeles reconocieron gozosamente la supremacía de Cristo y, postrándose ante él, le rindieron su amor y adoración. Lucifer se postró con ellos, pero en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad, la justicia y la lealtad luchaban contra los celos y la envidia. La influencia de los santos ángeles pareció por algún tiempo arrastrarlo con ellos... Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía, y nuevamente dio cabida a su envidia hacia Cristo.–PP 15.
Lucifer comienza su campaña contra Cristo
Satanás... comenzó su trabajo de rebelión entre los ángeles que estaban bajo su comando y trató de diseminar el espíritu de descontento entre ellos. Trabajó tan subrepticiamente que ganó la alianza de muchos de ellos antes de que sus propósitos fueran plenamente conocidos.–RH, 28 de enero de 1909.
Satanás... ambicionaba los más exaltados honores que Dios había concedido a su Hijo. Sentía envidia de él. Y comenzó a sembrar entre los ángeles que lo honraban como querubín cubridor el sentimiento de que no había sido honrado con el honor que su posición demandaba.–RH, 24 de febrero de 1874.
Mediante insinuaciones sutiles, sugiriendo que Cristo había usurpado el lugar que le pertenecía a él, Lucifer sembró las semillas de la duda en la mente de muchos ángeles.–EM, 11 de septiembre de 1908.
Su obra de engaño la hizo con tanta astucia que los ángeles menos exaltados supusieron que él era el gobernante del cielo.–CDCD 256.