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La llegada del mes de abril en cada año suele evocar para muchos lo sucedido en el archipiélago sur, en las Islas Malvinas, allá por 1982. Ocurrió un día viernes, la vida de los argentinos era sacudida por la noticia: "Se recuperaron las Malvinas". La ansiedad por las noticias era constante, esperar el diario y los noticieros informativos de esa época. A la par de ello, jóvenes que se formaban en institutos de las distintas fuerzas –ejército, marina, armada– y soldados se pertrechaban rumbo a una guerra. Este libro nos contará el testimonio de cuatro de ellos, su vida antes y después, su relato en primera persona.
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Seitenzahl: 110
Veröffentlichungsjahr: 2023
Prof. Javier A. Navarro
Navarro, Javier A.En primera persona, Malvinas : testimonios e información / Javier A. Navarro. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3858-1
1. Literatura Testimonial. I. Título.CDD 808.883
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
TESTIMONIO DE LUIS VALLEJO
TESTIMONIO DE JUAN TORRES
TESTIMONIO DE NÉSTOR ALMAZA
TESTIMONIO DE JULIO MENDEZ
DIARIO: RÍO NEGRO
Título: “Perspectivas sobre las relaciones con Estados Unidos”
DIARIO: RÍO NEGRO
Título: “Cronología de los acontecimientos”
DIARIO: RÍO NEGRO
OPINION DE BUSH
AGRADECIMIENTOS
A todos los veteranos de MalvinasGracias a Marina, Mariana y Franco
Nuestros héroes de Malvinas.
Escribir, leer, escuchar sobre Malvinas es recordar el pasado, pero con un sentimiento especial, recordar el pasado con la esperanza de que no se repita, con la esperanza de evitar que la propaganda del vencedor se convierta en la historia oficial del vencido.
No hay en nuestra historia reciente, una jornada comparable a la del 2 de abril de 1982. No recordamos una vivencia tan cargada de emociones contradictorias y desconcertantes como las que experimentamos durante los días del conflicto los habitantes de este suelo.
De pronto, sin previo aviso, dos sentimientos antagónicos, enfrentados, casi imposibles de conciliar, se instalaron en el ánimo de los argentinos; de un lado el inesperado florecimiento del orgullo patriótico; del otro, la angustia de saber que estábamos entrando en una guerra tenebrosa y de incierto destino. Porque la guerra fue la consecuencia, no de la voluntad nacional de recuperar un territorio irredento, sino de un acto profundamente doloso del gobierno militar de entonces, a los que sólo les interesaba hallar la forma de prolongar una dictadura que ya se desmoronaba.
Pero en este libro no corresponde hablar de aquella dictadura, que estará presente en comentarios o anécdotas, sí queremos honrar a nuestros héroes, jóvenes que estudiaban en distintas academias con el sueño de ser soldado, de ser marino, de ser piloto de avión, con el sueño de cuidar nuestras fronteras, también a aquellos jóvenes que estaban cumpliendo con el servicio militar obligatorio, y que se encontraron repentinamente luchando cuerpo a cuerpo con soldados profesionales, “expertos” en el arte de la guerra, lo cual no es una cualidad. Jóvenes argentinos superados en equipamiento, en armamento y capacitación, en un contexto de hambre, miedo y frío. Contra eso lucharon, contra todos, y lo siguen haciendo…
Quizás este libro despeje algunas dudas, quizás cada fuerza que intervino tuvo su impronta, nos enseñará desde la experiencia personal de vecinos que cruzamos en la calle, que son HÉROES.
Seguimos en deuda con ellos, con su valor, con su sacrificio, con su entrega y con el mensaje que nos dejaron.
Es imprescindible que aprendamos, que realicemos el duro aprendizaje de poder diferenciar las cosas y saber comprender que la patria y sus derechos están por sobre toda otra cualquier circunstancia o episodio que nos haya tocado vivir a cada uno de nosotros.
Pasó la Guerra de Malvinas y varios confundieron, confundieron la dictadura con los Veteranos, con los excombatientes, por eso reitero palabras del párrafo anterior debemos “diferenciar las cosas” y rendir el homenaje que corresponde, vivir la guerra es una experiencia que conlleva una carga eterna, no la pueden dejar de lado, quizás la siguen viviendo…
El Presidente (f) Néstor Kirchner transitó un camino que muchos en su lugar no quisieron caminar, otorgó el reconocimiento a soldados que dejaron de lado sin una explicación consistente, y vaya que lo merecían. Se destaca el rol de quienes cumplían el servicio militar en ese lejano 1982 pero no se hablaba de los suboficiales, de los que por vocación estaban en la Armada, en Aeronáutica u otra fuerza. Costumbre de los argentinos generalizar, costumbre que suele conducir a errores.
Los presidentes argentinos enarbolan el tema Malvinas ante los organismos internacionales y debemos insistir, el camino debe ser la PAZ pero no debemos claudicar en nuestro derecho irrenunciable, las Islas Malvinas fueron, son y serán ARGENTINAS, por Juan, por Luis, por Julio, por Néstor y por aquellos que participaron en esa guerra…, difícil, triste, pero que no debemos olvidar.
La historia de Argentina, tan caracterizada por grietas, enfrentamientos y posiciones disímiles, suele unirse cuando se habla de Malvinas. Ojalá se transfiera ese sentimiento en todo aspecto.
Prof. Javier A. Navarro
Centenario
Provincia de Neuquén
Siempre que hablamos de la historia, de nuestros héroes, nos vienen a la memoria, de manera inmediata, el General José de San Martín, el General Manuel Belgrano, después de ellos comienza un listado en el que predomina el corazón, la región en la que se vive, y podemos oír el nombre del Sargento Cabral, inmortalizado en la Marcha de San Lorenzo, o pensar en el Gaucho Martín Miguel de Güemes, pero rara vez pensamos en los héroes que viven cerca, muy cerca.
En el Alto Valle de la Patagonia, en Cinco Saltos, provincia de Río Negro, un enfermero, un maestro, un trabajador común y corriente, pueden ocupar ese rol de héroe, nos los cruzamos a diario, en el hospital, en la escuela, en la calle, en la oficina, y desconocemos la historia, la gran historia que pueden cargar en sus espaldas, en su memoria, en su retina; viven en una ciudad como la tuya, y vale la pena conocer su pasado, su infancia, su adolescencia, su juventud, para entenderlos, para admirarlos.
Ellos son Julio Méndez, Luis Vallejo, Néstor Almaza y Juan Torres.
Debemos recordar, en 1.832, Juan Ramón Balcarce, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, decidió crear la Gobernación y Capitanía de las Islas Malvinas. Pero en 1.833, a pesar de las protestas del gobernador y de su sucesor, Juan Manuel de Rosas, las islas fueron ocupadas por los ingleses. Rebautizaron las islas con el nombre de Falkland. Desde entonces, los distintos gobiernos argentinos que se sucedieron presionaron diplomáticamente para que Gran Bretaña devolviese las Islas Malvinas.
“1.982”
Este año en la historia argentina está incluido en el período nefasto de la Dictadura militar (1.976 – 1.983) y remite inevitablemente a la Guerra de Malvinas.
Por qué llegamos a esa situación?
Fue planificado?
Fue pergeñado en una reunión de delirantes?
Se midieron consecuencias?
Cuántos interrogantes sin respuestas, cuántas versiones diferentes.
En ese contexto, de un país donde la política era mala palabra, donde concurríamos a la escuela y no se escuchaban ni remotamente críticas a los militares, hubo jóvenes de 18 a 21 años que transcurrían su vida, sin suponer lo que se avecinaba. Hago mención a esa franja etaria porque en ese tiempo era obligatorio el servicio militar.
En los primeros meses de ese año, el Proceso de Reorganización Nacional, así bautizado por la Junta Militar, estaba en una encrucijada, el pueblo comenzaba a sublevarse, los excesos, las desapariciones, un modelo económico desacertado que hundía inexorablemente al país, jaqueaban sus intereses, la actividad política volvía a surgir, los sindicatos, con cierto y justificado temor, hacían conocer sus reclamos salariales a la patronal. Se constituía la Multipartidaria, formada por distintos partidos políticos.
La mayor expresión de descontento la realizaría la CGT “BRASIL” encabezada por Saúl Ubaldini, el 30 de marzo de ese año, bajo la consigna UNIDOS TRIUNFAREMOS “TODOS A PLAZA DE MAYO”, miles y miles de manifestantes marcharon a Plaza de Mayo sin conseguir llegar a la misma, ya que todo estaba fuertemente custodiado, hubo corridas, enfrentamientos, represión y detenciones. Bronca en los manifestantes pero también preocupación en los dictadores que veían como el Pueblo comenzaba a despertar. Para los más jóvenes debemos acotar que en esos años estaba prohibida esta clase de movilizaciones, inclusive estaba prohibido reunirse en grupos en la vía pública.
Era Presidente (de facto) el General Leopoldo Fortunato Galtieri, quien ante lo acaecido el 30 de marzo decide que el mejor “golpe de efecto” que podía sostener a la Dictadura en el poder, era la recuperación de las Islas Malvinas. El proyecto se llamó “Recuperación de la Dignidad Nacional”
El 2 de abril las tropas argentinas, alrededor de 5000 efectivos del Ejército, la Marina y Aviación, desembarcaron en Puerto Argentino. Luego de la rendición del Gobernador de la Isla, Rex Hunt, el General Mario Benjamín Menéndez asumió la gobernación. Las Falkland volvían a ser Malvinas.
El 10 de abril más de 150.000 personas llenaron la Plaza de Mayo, expresando su apoyo por la recuperación de las islas, el General Galtieri, desde el balcón de la Casa Rosada pronuncia una frase que queda en la historia: “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”
Si tuviéramos que resumir fríamente los datos serían:
74 días de control argentino sobre las islas
44 días de combate
649 muertos argentinos
255 muertos británicos
De los 649 argentinos muertos, 323 corresponden al Crucero General Belgrano, el cual fuera hundido fuera de la zona de exclusión el 2 de mayo.
El 14 de junio se produce la rendición de las fuerzas argentinas.
Viernes 2 de abril de 1982, el diario de la región titulaba:
En tanto que un diario nacional informaba:
Diario Río Negro, sábado 3 de abril de 1982
Diario Río Negro, domingo 4 de abril de 1982
Diario Río Negro, jueves 8 de abril de 1982
Un diario inglés y su portada
El Diario Daily Mayl del Reino Unido
La traducción del título principal es “DESHONRA”, crisis adversa.
Pero la historia que queremos leer, conocer, es la de ellos. Y vamos a comenzar con Luis Vallejo.
Luis Vallejo, nació el 1ro de junio de 1959, en San Francisco del Monte de Oro, provincia de San Luis, “Tierra de Maestros”, en esa ciudad ubicamos la primera escuela de Domingo Faustino Sarmiento, es por ello que cada 11 de septiembre se lleva a cabo allí la Fiesta Nacional del Maestro.
Su testimonio:
“En esa ciudad hice la escuela primaria, la que se llama DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, antes Escuela Nacional Nro 24, ahora es provincial.
Soy hijo de madre soltera, mi mamá se llamaba María Vallejo.
Se casó teniendo yo corta edad, de ese matrimonio tengo tres hermanas, que son docentes también, María, Zaida y Alicia, una de ellas vive en Cinco Saltos, es prosecretaria del Centro de Enseñanza Media Nro 90 y maestra en la Escuela Primaria Nro 135 de Contralmirante Cordero.
Hice la primaria, quería seguir estudiando, pero mi padrastro –que no era muy bueno– no me dejó.
De chico tenía una meta muy clara “No me iba a quedar en el pueblo, me marcharía” y siempre decía “donde vaya me va a ir muy bien”.
Mi pueblo está rodeado de montañas, es un valle, muy buen lugar, mi padrastro trabajaba en las minas, en la época de vacaciones tenía que ir con él a ayudarlo. Nos íbamos temprano, muy temprano a trabajar, en el camino pasábamos por una montaña, cuando llegábamos a la mitad de esa montaña yo miraba hacia el horizonte y decía: “algún día voy a estar allá, allá a lo lejos”, ese lejos, para mí, significaba Buenos Aires o Mendoza, o el sur, siempre me acuerdo de eso, mientras escuchaba cantar los pájaros decía “me voy a ir”, soñaba con eso, irme, pero a la vez pensaba en ser militar y maestro.
Me acuerdo de la maestra de 1er grado, se llama Violeta, también de la maestra de 3er grado, Nelba, ella me festejó el cumpleaños, a mí nunca me lo habían festejado, llevó una torta y hubo fiesta en el aula.
En 5to, una maestra, Ada Aostri, quería que bailara y yo no quería. Me gustaba participar en los actos, pasar a la bandera, pero no quería bailar, me dijo que tenía que bailar, ante mi negativa recibí una cachetada y un “vos bailás” … tuve que bailar.
Mi padrastro, al estar la casa cerca de la escuela, nos miraba en el recreo, momento en el que nosotros jugábamos como la mayoría a la pelota, él observaba eso y al volver a casa se producían discusiones porque iba a la escuela a jugar y eso era perder tiempo, a veces me hacía faltar.
Mi infancia fue fea, la situación con mi padrastro era mala, era un chileno malo, muy malo.
En el mapa observamos la ubicación de San Francisco del Monte de Oro en la provincia de San Luis
En la época que terminé la primaria eran muy pocos los que iban a estudiar, a “hacer la secundaria”, iban los que tenían plata, había un colegio normal en la ciudad, allí se recibían de maestro. A mí no me dejaron ir a la secundaria, la orden fue “ir a trabajar”, por eso me fui a trabajar con mi tío, que era albañil, me mandaron a trabajar, a mí no me gustaba, quería otra cosa, sentía que merecía otra cosa, tenía 12 o 13 años.
A los 13 años ya quería irme, se lo dije a mamá, pero no me dejó, decía que era muy chico, las épocas cambian, los 13 años de antes no eran los mismos de ahora.
Algo tenía que ir haciendo, no me podía quedar con que no podía estudiar, así que trabajaba pero a la vez me puse a estudiar y practicar dactilografía, “escribir a máquina”.
