Estados Unidos y Cuba - Francisca López Civeira - E-Book

Estados Unidos y Cuba E-Book

Francisca López Civeira

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Son indiscutibles los vínculos entre Cuba y Estados Unidos en la historia. El libro que tiene en sus manos, de una manera didáctica y atractiva, indaga los orígenes y el devenir de las relaciones, a menudo conflictivas, de las dos naciones. Su autora, Premio Nacional de Historia y profesora De Mérito de la Universidad de La Habana, es la guía experta de este recorrido por aspectos políticos, económicos, sociales y culturales. La estructura de preguntas y respuestas convierte este volumen en una herramienta de consulta práctica y accesible, además de una lectura amena y pausada, llena de datos interesantes que por lo general no son tratados en los libros escolares.

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Veröffentlichungsjahr: 2022

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Edición y corrección: Gabriela Casuso Cabrera

Diseño y composición: Carlos Javier Solís Méndez

Dirección de arte: Rafael Lago Sarichev

© Francisca López Civeira, 2020

© Sobre la presente edición:

Ediciones Cubanas, Artex, 2020

ISBN Ebook formato ePub: 9789593141215

Sin la autorización de la editorial Ediciones

Cubanas queda prohibido todo tipo de

reproducción o distribución de contenido. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Ediciones Cubanas

5ta. Ave., no. 9210, esquina a 94, Miramar, Playa

e-mail: [email protected]

Telef (53) 7204-5492, 7204-3585, 7204-4132

Índice

Sinopsis

Al lector

1. ¿Conoce cuándo y cómo se iniciaron las relaciones entre la población de Cuba y la de la zona de América del Norte?

2. ¿Hubo alguna ayuda desde Cuba a la independencia de las Trece Colonias?

3. ¿Cuándo se mencionó a Cuba por primera vez en la formulación de política exterior de Estados Unidos?

4. ¿Cuándo comenzó el comercio legal entre los dos países?

5. ¿Por qué hubo un temprano interés de Estados Unidos por Cuba?

6. ¿Cuáles fueron las primeras acciones estadounidenses con respecto a Cuba?

7. ¿Qué fue la política de la fruta madura?

8. ¿Hay alguna relación entre el interés por Cuba y la formulación de la Doctrina Monroe?

9. ¿Qué visión tenía Estados Unidos de Cuba en las primeras décadas del siglo xix?

10. ¿Cómo se manifestaron las miradas que surgían en Cuba de Estados Unidos en las primeras décadas del siglo xix?

11. ¿Qué relación hubo entre el interés por Cuba y la actitud de Estados Unidos ante el Congreso Anfictiónico de Panamá?

12. ¿Cuáles fueron las primeras ofertas de comprar la Isla a España?

13. ¿Por qué tomó fuerza el anexionismo a mitad del siglo xix?

14.¿Qué proyectos de anexión hubo en ese tiempo?

15. ¿Cómo eran vistos los Estados Unidos en Cuba a mediados del siglo xix?

16. ¿Qué visión tenía José Martí de Abraham Lincoln?

17. ¿Cuál fue la actitud de Estados Unidos ante la Guerra de los Diez Años?

18. ¿Quién fue John A. Rawlins y por qué habló Martí de él y cómo?

19. ¿Hubo estadounidenses en las guerras de independencia cubanas del siglo xix?

20. ¿Cómo los cubanos veían a Estados Unidos durante la Guerra de los Diez Años?

21. ¿Cuándo comenzaron las inversiones de capital estadounidense en Cuba?

22. ¿Conoce que en la última década del siglo xix hubo un tratado comercial que incluía a Cuba?

23. ¿Cuál era la percepción sobre Estados Unidos en Cuba en las últimas décadas del siglo xix?

24. ¿Qué análisis hizo José Martí sobre las diferencias entre Estados Unidos y Cuba en cuanto a sus identidades y perspectivas?

25. ¿Cuándo surgió el panamericanismo y cómo lo vio José Martí?

26. ¿Por qué Martí habló de «impedir a tiempo» la expansión norteamericana por América Latina con la independencia de Cuba?

27. ¿Qué política siguió Estados Unidos con la guerra de independencia iniciada en Cuba en 1895?

28. ¿Cómo veían los cubanos la intervención estadounidense en la guerra cubano-española?

29. ¿Cómo se vio la Guerra de Independencia cubana en Estados Unidos?

30. ¿Qué documentos se discutieron en el Congreso norteamericano para decidir la intervención en la guerra cubano-española?

31. ¿Cómo percibieron los cubanos el acuerdo del Congreso estadounidense?

32. ¿Qué acciones principales se desarrollaron durante la guerra que declaró Estados Unidos a España?

33. ¿Cuál fue el lugar de las fuerzas cubanas en la guerra que declaró Estados Unidos a España?

34. ¿Cuál fue el resultado de la guerra entre Estados Unidos y España?

35. ¿En qué condición quedó Cuba según el Tratado de París?

36. ¿Cuándo Estados Unidos inició la ocupación militar y cuánto duró?

37. ¿Qué imagen de Cuba tenía Estados Unidos al terminar la guerra?

38. ¿Qué reacciones tuvieron lugar en Cuba ante los hechos de 1898 y la ocupación militar?

39. ¿En qué dirección se desarrolló la gestión del gobierno de ocupación en aquellos años?

40. ¿Hubo debate en Cuba acerca de las futuras relaciones con Estados Unidos durante la ocupación militar?

41. ¿Por qué Estados Unidos decidió convocar a una Asamblea Constituyente en Cuba y cuáles fueron sus términos?

42. ¿Cuál fue la reacción en Cuba ante la convocatoria para elegir delegados a una Asamblea Constituyente en 1900?

43. ¿Qué fue la llamada Enmienda Platt?

44. ¿Hubo resistencia a la aprobación de la Enmienda Platt en Cuba?

45. ¿Qué fue el Tratado de Reciprocidad Comercial y cuál fue su importancia?

46. ¿Conoce el tratado de bases navales y carboneras de 1903?

47. ¿Qué fueron las políticas del gran garrote y la diplomacia del dólar?

48. ¿Cómo se aplicaron esas políticas en Cuba?

49. ¿Cuándo hubo una segunda intervención estadounidense en nuestro país?

50. ¿Cómo presentó la administración estadounidense esta intervención a la opinión pública y por qué?

51. ¿Cuál fue la gestión del gobierno de la segunda intervención y cómo fue percibida por los cubanos?

52. ¿Cómo se expresaron las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial?

53. En 1917 se produjo una reelección en Cuba que provocó un alzamiento, ¿cuál fue la actitud estadounidense ante esto?

54. ¿Cuáles fueron las características de las inversiones de capital norteamericano en Cuba en las tres primeras décadas del siglo xx?

55. ¿Cuál era la percepción en Cuba de Estados Unidos durante las primeras décadas del siglo xx?

56. ¿Quién fue Enoch Crowder y cuál fue su papel en Cuba?

57. ¿Cuál fue la posición de Cuba en la VI Conferencia Panamericana celebrada en La Habana?

58. ¿Qué fue la «buena vecindad» y por qué surgió?

59. ¿Cómo se aplicó en Cuba la política de «buena vecindad»?

60. ¿Cuál fue la posición de Cuba en la VII Conferencia Panamericana?

61. ¿Qué tratados bilaterales se firmaron en 1934 y cuál fue su alcance?

62. ¿Cuál fue la reacción en Cuba ante la firma del nuevo Tratado Permanente de Relaciones?

63. ¿Cómo se vio desde Cuba la política de buena vecindad y a su creador?

64. En 1934 una comisión de la Foreign Policy Association hizo un estudio acerca de Cuba, ¿cuáles fueron sus resultados?

65. ¿Cómo se aplicó a Cuba el sistema de cuotas azucareras a partir de 1934?

66. ¿Cómo se determinó la participación de Cuba en la Segunda Guerra Mundial?

67. ¿Qué restructuración de política exterior se hizo en Estados Unidos al finalizar la Segunda Guerra Mundial?

68. ¿Cómo participó Cuba en la reorganización de las relaciones internacionales encabezada por Estados Unidos?

69. ¿Cómo incidió en Cuba la política de «Guerra Fría»?

70. ¿Cómo fueron las relaciones económicas entre los dos países después de la Segunda Guerra Mundial?

71. ¿Cómo era percibido Estados Unidos a mediados del siglo xx en Cuba?

72. En 1950 una comisión del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento realizó una investigación sobre Cuba, ¿cuál fue su diagnóstico?

73. ¿Qué acuerdos militares se firmaron entre Estados Unidos y Cuba en la década del cincuenta del siglo xx?

74. ¿Cuál fue la actitud estadounidense frente al golpe de Estado de 1952?

75. ¿Qué características tenían las inversiones de capital norteamericano en Cuba en la década de los cincuenta del siglo xx?

76. ¿Cuál fue la reacción de Estados Unidos frente a la lucha revolucionaria contra la dictadura de Batista?

77. En 1957 Estados Unidos cambió su embajador en Cuba. ¿Quién vino y qué instrucciones traía?

78. ¿Cuál fue la principal preocupación de Estados Unidos cuando en 1958 cobró fuerza la lucha revolucionaria en Cuba?

79. ¿Qué fue la «operación antiaérea» de junio de 1958 y qué objetivos perseguía?

80. ¿Cómo se veía a Estados Unidos desde los grupos de poder internos durante la crisis del batistato?

81. ¿Estados Unidos intentó impedir el triunfo de las fuerzas lideradas por Fidel Castro?

82. ¿Qué fue la Misión Pawley?

83. ¿Cuándo Estados Unidos retiró oficialmente su apoyo a Batista?

84. ¿Cuál fue la reacción estadounidense ante la inminente derrota de Batista?

85. ¿Cómo se proyectó el liderazgo de la Revolución triunfante ante Estados Unidos en sus primeros momentos?

86. ¿Qué actitud asumió el gobierno norteamericano cuando la Revolución tomó el poder?

87. ¿Qué cambio de embajador estadounidense se produjo en 1959?

88. ¿Cuándo y cómo se definió en Estados Unidos la acción de destruir la Revolución cubana?

89. ¿Cómo actuó la OEA ante la Revolución cubana?

90. ¿Cómo respondió Cuba a las acciones de la OEA?

91. ¿Qué pasó en abril de 1961?

92. ¿Cuándo se decretó el bloqueo económico contra Cuba?

93. ¿Cómo respondió Cuba a las agresiones de Estados Unidos en el plano económico?

94. ¿Qué fue la Operación Mangosta?

95. ¿Conoce que el presidente Kennedy inició un acercamiento en las relaciones con Cuba?

96. ¿Cuáles fueron las características de la política de Estados Unidos hacia Cuba a partir de 1964?

97. ¿Hubo algún cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba a partir de 1990?

98. ¿Qué nuevas medidas se adoptaron contra la Revolución cubana en la última década del siglo xx?

99. ¿Qué cambios se han producido en la OEA respecto a Cuba?

100. ¿Se produjeron cambios en la relación bilateral al iniciarse el siglo xxi?

101. ¿Qué cambios se produjeron el 17 de diciembre de 2014 en las relaciones bilaterales?

102. ¿Cuándo se restablecieron las relaciones bilaterales?

103. ¿Cómo se desarrollaron las relaciones bilaterales después del restablecimiento de las embajadas?

Sobre la autora

Sinopsis

Son indiscutibles los vínculos entre Cuba y Estados Unidos en la historia. El libro que tiene en sus manos, de una manera didáctica y atractiva, indaga los orígenes y el devenir de las relaciones, a menudo conflictivas, de las dos naciones. Su autora, Premio Nacional de Historia y profesora De Mérito de la Universidad de La Habana, es la guía experta de este recorrido por aspectos políticos, económicos, sociales y culturales. La estructura de preguntas y respuestas convierte este volumen en una herramienta de consulta práctica y accesible, además de una lectura amena y pausada, llena de datos interesantes que por lo general no son tratados en los libros escolares.

A Luis, presente en su ausencia.

A nuestros hijos, nietos y nietas,

que han llenado nuestras vidas.

Al pueblo cubano, que ha construido

y construye su identidad.

Al lector

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tienen una larga data debido a la cercanía geográfica y, en especial, a la posición que ocupa la llamada Llave del Golfo o Perla de las Antillas en el espacio continental, asunto que José Martí destacó al referirse al futuro de Cuba, su independencia y la de Nuestra América. Este libro pretende ofrecer una visión panorámica de las relaciones de la gran potencia del Norte con la isla vecina, conflictivas durante siglos, desde sus orígenes hasta la actualidad. Nuestro propósito es mostrar su devenir en una lectura amena, a través de preguntas y respuestas que pueden ser de interés para cualquier lector atraído por el tema.

Ojalá cumpla las expectativas de quienes se acerquen a estas páginas.

La autora

Junio, 2019.

1. ¿Conoce cuándo y cómo se iniciaron las relaciones entre la población de Cuba y la de la zona de América del Norte?

Las relaciones entre la población de ambas orillas son bastante antiguas, anteriores a la llegada de los británicos al norte del continente e incluso de los europeos en general. Durante el proceso de colonización española en esta parte del mundo, la información obtenida de los aborígenes de Cuba permitió realizar los primeros intentos de conquista de lo que se denominó posteriormente La Florida, a partir de expediciones que salieron de la Isla y de México. Así se establecieron las colonias de San Agustín, San Marcos y San Mateo, asentamientos desde donde se mantuvo el creciente comercio con La Habana, de manera que en 1698 alcanzó el valor de 180 000 pesos, según el historiador Jacobo de la Pezuela.1 Los aborígenes realizaban la travesía hacia el estrecho de La Florida en canoas, según una antigua costumbre.

Pedro Martínez de Avilés fundó San Agustín, que al igual que el resto de los poblados que se crearon allí dependía de La Habana para su gobierno. Este territorio fue objeto de disputa con los ingleses cuando establecieron posteriormente sus colonias, con quienes se mantuvo el comercio ilícito. La parte inglesa intercambiaba con Cuba harinas, telas, instrumentos y hasta esclavos a cambio de azúcar, alcohol, miel y cuero, fundamentalmente. Por tanto, con los asentamientos de ingleses en el norte tomó auge el contrabando entre las dos partes, lo que desarrolló las primeras relaciones mutuas.

El vínculo más directo entre las poblaciones de ambos enclaves coloniales se produjo cuando La Habana permaneció bajo dominio inglés durante once meses (1762-1763), pues entonces llegaron tropas integradas en gran medida por personas provenientes de las Trece Colonias. No obstante, la relación más prolongada se dio a través del comercio, que estimuló también el asentamiento en Cuba de algunos de los que se dedicaban a esto en aquel territorio.

2. ¿Hubo alguna ayuda desde Cuba a la independencia de las Trece Colonias?

Un episodio poco conocido es la participación de Cuba en el proceso independentista contra la metrópoli inglesa de las Trece Colonias asentadas al norte del continente. En los años de la guerra contra Inglaterra (1775-1783) España mantuvo un doble juego diplomático hasta que declaró la guerra a Gran Bretaña en 1779, en lo que involucró a sus dependencias al abrir el comercio con las Trece Colonias rebeldes y admitir buques de esas fuerzas en sus puertos, entre otras acciones. Los cubanos, sin embargo, hicieron mucho más que eso, pues dieron su aporte financiero a las tropas que luchaban contra el dominio inglés y naturales de la Isla participaron en las partidas independentistas.

Un comerciante de La Habana, Juan de Miralles, fue designado por España para establecer relaciones con el Congreso de Filadelfia y con George Washington en 1777, quien a su vez autorizó el comercio con esta ciudad en un barco que también sirviera de correo, lo cual se amplió en los meses siguientes.2 Miralles murió de pulmonía en el campamento de Washington el 28 de abril de 1780.

Desde La Habana se enviaron recursos en armas y municiones a los colonos sublevados, salieron expediciones de voluntarios y milicianos cubanos, tanto blancos como negros y mulatos, y algunas de las acciones destacadas los tuvieron entre sus combatientes, como en Baton Rouge, Mobila, Pensacola y otras. Debe recordarse que en ese tiempo estaba el venezolano Francisco de Miranda en Cuba, quien participó en estas gestiones.

En 1780 se produjo una situación muy difícil dentro de las tropas independentistas por falta de recursos, de ahí que se hiciera una colecta en la capital cubana para ayudar al ejército de Washington. No solo se entregó dinero de los fondos de Cuba, sino que se hicieron recaudaciones en las que algunas damas de La Habana entregaron joyas. Miranda confió al joven francés Claude-Henri de Saint-Simon los recursos reunidos para suministrar a las fuerzas de Washington, con los que se pudo pagar a las tropas y se cubrieron varios gastos. Además, se contó con refuerzos de La Habana y de Haití, lo que brindó los recursos necesarios para la batalla decisiva de Yorktown días después.3

3. ¿Cuándo se mencionó a Cuba por primera vez en la formulación de política exterior de Estados Unidos?

Antes de la existencia de Estados Unidos, propiamente dicho, ya se habían hecho referencias a Cuba. Sin embargo, una vez constituido ese Estado, el presidente Thomas Jefferson (1801-1809), uno de los padres fundadores de la Unión norteamericana, formuló en sentido general la visión de gran nación para Estados Unidos cuando en 1801 expresó a James Monroe: «Como quiera que nuestros presentes intereses pueden restringirnos dentro de nuestros propios límites, es imposible no prever los tiempos distantes, cuando nuestra rápida multiplicación se expandirá más allá de esos límites y cubrirá todo el norte si no el sur del continente».4 Desde su perspectiva hacia un futuro en el que fuera posible la expansión del joven Estado, el propio Jefferson notificó, en 1805, al ministro inglés en Washington que «consideraba que la Florida Oriental y Occidental y sucesivamente la Isla de Cuba, cuya posición era necesaria para la defensa de la Luisiana y la Florida… sería una conquista fácil».5 El presidente norteamericano insistió en numerosas ocasiones en la idea de tomar a Cuba. Así lo hizo en 1807, en carta a su secretario de Estado:

Yo prefiero tener guerra contra España que no, si vamos a una guerra contra Inglaterra. Nuestra fuerza defensiva del sur puede tomar las Floridas, voluntarios para un ejército mexicano se unirán a nuestro estandarte, y un rico pasto será ofrecido a nuestros corsarios en el saqueo de su comercio y costas. Probablemente Cuba se añadirá por sí misma a nuestra confederación…6

Otras declaraciones y documentos de esos años se refieren al interés por Cuba. En 1810 el presidente James Madison (1809-1817) explicitó la cuestión: «la posición [geográfica] de Cuba le da a los Estados Unidos un interés profundo en el destino… de esa Isla que… no podrían estar satisfechos con su caída bajo cualquier gobierno europeo, el cual podría hacer de esa posesión un apoyo contra el comercio y la seguridad de Estados Unidos».7 Como puede verse, Cuba fue de interés para la política exterior de Estados Unidos desde muy temprano en su crecimiento como nación.

4. ¿Cuándo comenzó el comercio legal entre los dos países?

España tenía el monopolio absoluto sobre el comercio de la Isla, por lo que la relación comercial con otras tierras se mantenía desde el contrabando. Así ocurrió primero con las Trece Colonias y después con Estados Unidos. En la época del dominio británico en las tierras del norte se había producido un breve período de comercio durante la ocupación inglesa en La Habana entre 1762 y 1763. Ese paréntesis terminó cuando el territorio volvió a España, por lo que también se retomó el contrabando. En las bahías norteñas había corsarios que comerciaban con distintos puntos de la Isla en el occidente, centro y oriente. Cuando estalló la Guerra de Independencia norteamericana la metrópoli ibérica autorizó el comercio de sus posesiones con las colonias en rebeldía, lo que significó un momento de esplendor en ese intercambio que se cerró legalmente al terminar el conflicto.

Posteriormente, durante la guerra contra la Francia republicana (1793-1795), se produjo una escasez notable de abastecimiento por la actividad francesa en la zona, ante lo cual el capitán general español Luis de Las Casas abrió el comercio, legalizado después por España con licencias y permisos temporales. Entre 1797 y 1801 una nueva situación bélica abrió la legalidad al comercio: la interrupción provocada por la escuadra inglesa en las comunicaciones de la región llevó al gobierno ibérico a la apertura del comercio neutral por la situación de emergencia. El mayor volumen de comercio en esa época correspondió a Estados Unidos, de manera que este ya sobrepasaba al que se realizaba con España. Cuando en 1799 la metrópoli ordenó el cese de dicha situación se produjeron fuertes protestas, por lo que el capitán general informó la imposibilidad de cumplir la orden. No obstante, en 1801 se cerró completamente.

En 1804 España entró en la guerra entre Francia e Inglaterra y abrió de nuevo el comercio neutral de su colonia, lo que incrementó aún más el intercambio entre Cuba y Estados Unidos. Este llegaba a tal punto que la orden de limitar el comercio de Cuba a España en 1810 no pudo cumplirse por el capitán general Someruelos. De hecho, el volumen de ese comercio era notable, lo que se aprecia en informes como el del cónsul Hill, que refiere que en los primeros cuatro meses de 1805 unos 175 barcos estadounidenses habían salido del puerto de La Habana, en cambio solo 25 españoles y 3 daneses.8 En 1818 España decretó la libertad de comercio, aunque imponiendo derechos arancelarios diferenciados para proteger su participación en esa actividad. Lo cierto es que el comercio se mantuvo durante todos esos años entre la vía del contrabando y la legal. Este fue creciendo de manera sostenida, lo que construyó una relación comercial muy fuerte que se convertía en la más importante para la Isla, muy por encima de la que existía con su metrópoli. De hecho, del azúcar exportado por Cuba en 1790 el 14,32 % fue a Estados Unidos, mientras en 1805 ya esa exportación representó el 74,15 %.9

5. ¿Por qué hubo un temprano interés de Estados Unidos por Cuba?

La posición geográfica de la Isla tuvo una importancia capital en el interés de los nacientes Estados Unidos por adueñarse de este territorio. A finales del siglo xviii e inicios del xix la salida al mar del río Mississippi por Nueva Orleans resultaba fundamental para el comercio de las antiguas Trece Colonias, de ahí que Cuba y México fueran territorios importantes por cuanto dominan ese paso. Lo mismo ocurría desde el punto de vista defensivo para la costa sur de la Unión. La compra de Luisiana en 1803 y el proceso para adquirir las Floridas occidental y oriental entre 1810 y 1819 incrementaron esa ambición. Por tanto, razones geoestratégicas y geopolíticas provocaron el temprano interés de Estados Unidos por Cuba.

6. ¿Cuáles fueron las primeras acciones estadounidenses con respecto a Cuba?

En el contexto del conflicto español frente a la invasión napoleónica, Estados Unidos comenzó las primeras gestiones con vistas a la posible adquisición de la Isla. En 1808 llegó a La Habana el general James Wilkinson, quien venía a explorar la situación y hacer algunas propuestas en esa dirección, pero el capitán general español, Marqués de Someruelos, se opuso a esta presencia que también fue protestada por Inglaterra. En 1810 enviaron a William Shaler como cónsul y agente confidencial, quien se acercó a determinadas figuras cubanas con vistas a explorar la actitud que podían tener ante una posible anexión, al tiempo que informaba a su país acerca de la compleja relación de Cuba con su metrópoli en aquel momento de crisis española. No obstante, la situación interna estadounidense se complicó por la guerra con Inglaterra de 1812, por lo que no era un momento propicio para actuar en relación con Cuba; tenían que esperar.

7. ¿Qué fue la política de la fruta madura?

En los años veinte del siglo xix estaba en fase de culminación el proceso independentista de la América continental frente a España. Por tanto, a esta solo le quedaban Cuba y Puerto Rico como colonias en esta parte del mundo. Estados Unidos, por su parte, había completado el proceso de adquisición de Luisiana y de todo el territorio que comprende La Florida. En tal circunstancia, y a partir del interés que ese país había mostrado por Cuba, se produjo la definición de política que se proyectaba hacia el futuro mediato. Esta definición está contenida en las instrucciones al ministro norteamericano en España, redactadas por el secretario de Estado John Quincy Adams el 28 de abril de 1823.

El documento de Adams afirmaba que el dominio español en América había terminado, pero quedaban las islas caribeñas de Cuba y Puerto Rico en sus manos, por lo que podían ser transferidas a otros. «Estas islas por su posición local son apéndices naturales del continente (norte) americano, y una de ellas [la isla de Cuba], casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser, por una multitud de razones, de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión».10 Luego de esta explicación, el secretario de Estado centró su atención en Cuba, a partir de su posición dominante en el Golfo de México y el Mar de las Antillas, su lugar «a mitad del camino entre nuestra costa meridional y la isla de Santo Domingo», además del provechoso comercio que podría desarrollarse y las virtudes del puerto de La Habana como asuntos de interés para su país. Desde esa mirada establecía el sentido de las relaciones futuras con la Isla:

Son tales, en verdad, entre los intereses de aquella isla y los de este país, los vínculos geográficos, comerciales y políticos formados por la naturaleza, fomentados y fortalecidos gradualmente con el transcurso del tiempo que, cuando se echa una mirada hacia el curso que tomarán probablemente los acontecimientos en los próximos cincuenta años, casi es imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a nuestra República federal será indispensable para la continuación de la Unión y el mantenimiento de su integridad.11

El propósito de anexión no era realizable de inmediato, pues el propio Adams reconocía que aún no estaban preparados para tal acción que, sin embargo, se haría en un futuro mediato:

Pero hay leyes de gravitación política como las hay de gravitación física, y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana, y hacia ella exclusivamente, mientras que a la Unión misma, en virtud de la propia ley, le será imposible dejar de admitirla en su seno.12

Esta formulación es lo que se conoce como «política de la fruta madura», que descansaba en la espera de que Cuba cayera en sus manos, pero mientras tanto debía permanecer en manos de España.

8. ¿Hay alguna relación entre el interés por Cuba y la formulación de la Doctrina Monroe?

El 20 de agosto de 1823 el ministro de relaciones exteriores de Inglaterra lord Canning envió una propuesta de declaración conjunta a Estados Unidos sobre las colonias españolas en América que alcanzaban su independencia. La declaración decía que sus gobiernos no tenían intención de apropiarse de ninguna de esas antiguas colonias y que no serían indiferentes a la cesión de alguna parte de tales territorios a otra potencia.

El análisis de la posible respuesta por parte del gobierno estadounidense incluyó la aspiración de obtener a Cuba como parte de las consideraciones. Así lo hizo el presidente James Monroe (1817-1825) en carta al expresidente Jefferson, cuando le dijo que Cuba debía incorporarse a la Unión cuando hubiera un momento favorable, pues «Cabo Florida y Cuba forman la boca del Mississippi y otros ríos que desembocan en el Golfo de México dentro de nuestros límites como el propio Golfo, en consecuencia su adquisición para nuestra Unión sería de la mayor importancia para nuestra tranquilidad interna, tanto como para nuestra prosperidad y engrandecimiento».13 Jefferson, por su parte, respondió a la consulta que se le hizo sobre la propuesta de Canning:

Primero tenemos que preguntarnos nosotros mismos una cuestión. ¿Deseamos adquirir para nuestra confederación alguna o más de las provincias españolas? Yo cándidamente confieso que siempre he mirado a Cuba como la más interesante adición que pudiera ser jamás hecha a nuestro sistema de estados. El control que, junto con el punto de la Florida, esta isla nos daría sobre el Golfo de México y los países y el istmo que lo bordean, al igual que todas las aguas que fluyen hacia él, colmarían la medida de nuestro bienestar político.14

John Quincy Adams, entonces secretario de Estado, fue muy claro en una anotación en su diario:

[Los habitantes de Cuba o de Tejas] pueden ejercer sus primordiales derechos y solicitar su unión con nosotros. Ciertamente no harán lo mismo con Gran Bretaña. Uniéndonos, pues, a ésta en su propuesta declaración, hacemos con ella un positivo y acaso inconveniente compromiso, sin obtener realmente nada en cambio (…) Debiéramos, por lo menos, mantenernos libres para actuar según se presenten los acontecimientos, y no amarrarnos a ningún principio que pudiese luego ser invocado contra nosotros.15

Como resultado de estas consultas y del criterio prevaleciente no hubo declaración conjunta. El mensaje anual del presidente del 2 de diciembre de 1823 sería la respuesta indirecta a lord Canning, pues expresó: «se ha juzgado la ocasión propicia para afirmar, como un principio que afecta los derechos e intereses de los Estados Unidos, que los continentes americanos, por la condición de libres e independientes que han adquirido y mantienen, no deben en lo adelante ser considerados como objetos de una colonización futura por ninguna potencia europea».16 El enunciado del presidente en ese discurso es lo que se conoce como Doctrina Monroe. El sentido último era la afirmación de que cualquier intento europeo de extender su sistema a alguna parte de este hemisferio sería considerado «como peligroso para nuestra paz y seguridad». Por tanto, en esta decisión estuvo presente el interés por Cuba.

9. ¿Qué visión tenía Estados Unidos de Cuba en las primeras décadas del siglo xix?

A partir de la cercanía geográfica y el interés que Cuba ocasionaba, Estados Unidos empezó a prestarle atención tempranamente, al igual que a su población. Algunos norteamericanos de paso por la Isla dejaron noticias de su percepción, tal como Robert Joel Poinsett, quien desde su corta estancia en 1822 escribió sus apreciaciones: «El tamaño, la riqueza y más que nada, la situación de esta isla le hacen de gran importancia política», decía para luego caracterizar a la población. Respecto a esta última mostraba cierta preocupación, debido a la posible fuerza del componente negro, pero

lo que me atemoriza aún más es lo que, a mi juicio sería mucho más perjudicial para nuestros intereses, sería que esta isla fuese ocupada por alguna gran potencia marítima. Tal suceso no sólo nos privaría de esta extensa y lucrativa rama del comercio, sino también, en caso de guerra con esa nación (acontecimiento que en toda probabilidad se vería acelerado por nuestra proximidad) le brindaría una posición militar desde donde podría aniquilar todo nuestro comercio en nuestros mares —podría invadir nuestra indefensa frontera marítima del sur, cuando así le pareciera conveniente—, bloquear efectivamente todos los puertos, y cerrar todas las salidas, en nuestras extensas aguas occidentales. Cuba no es solamente la llave del Golfo de México, sino también la de toda nuestra frontera marítima al sur de Savannah, en su suerte están involucrados algunos de nuestros más altos intereses, tanto políticos como comerciales.17

Estas consideraciones llevaban a Poinsett a decir que debían sentirse satisfechos por la pertenencia de Cuba a España o que, en su momento, fuera independiente de toda nación extranjera, en cuyo caso mantendrían estrechos vínculos.

El aspecto más reiterado fue la cercanía geográfica, la «vecindad», que se expresaba de manera frecuente en afirmaciones como «la posición geográfica que la coloca casi a la vista de nuestras costas sureñas», como decía Van Buren en 1829, o el citado John Quincy Adams, con su visión de Cuba como apéndice natural. Este argumento podía acompañarse de un discurso de incompetencia cubana para el autogobierno, en palabras de políticos como Quincy Adams o Henry Clay, o con tesis como la de Alexander Everett, ministro en España, que creía que «los habitantes blancos conforman una porción demasiado pequeña del número total para constituirse por sí mismos en un Estado independiente».18 Desde esas representaciones se construía la imagen de Cuba en Estados Unidos.

10. ¿Cómo se manifestaron las miradas que surgían en Cuba de Estados Unidos en las primeras décadas del siglo xix?

Estados Unidos era para muchos en el mundo un paradigma, a partir de su independencia y el desenvolvimiento de su república, opinión que también se compartió en Cuba. Un ejemplo de la percepción que existía en algunos grupos de la Isla puede verse en el informe de 5 de junio de 1811 del cónsul William Shaler a su gobierno, acerca del mal efecto que había causado en Cuba la propuesta en las Cortes españolas de abolir la trata y la esclavitud. El 14 de junio Shaler sostuvo una entrevista con José de Arango y Núñez del Castillo, tesorero de la Real Hacienda y comisionado del Cabildo habanero, para protestar ante las Cortes por dicha propuesta, en la cual el cubano manifestó, según informó Shaler:

Contra los Estados Unidos no existen aquí sentimientos inamistosos ni celos: nosotros admiramos sus instituciones, sus leyes y su forma de gobierno; vemos que ellas procuran su prosperidad y felicidad. Ahora por las circunstancias de nuestra situación hay solamente un curso a tomar por nosotros, que es solicitar la unión con ustedes y convertirnos en uno de los Estados Confederados. Me parece que esta medida debe ser igualmente interesante para ambas partes. Nuestra situación garantiza la navegación por el Mississippi; y nuestros puertos, nuestro suelo, nuestro clima, ofrecen increíbles recursos al comercio y la agricultura, y cuando estas ventajosas cualidades de nuestra Isla sean desarrolladas por un gobierno como el de ustedes, además de hacernos ricos y felices, se añadirán incalculablemente a su valor nacional e importancia política. […] Sobre este arreglo no hay objeción mayor que la de la religión, la cual espero y creo puede ser reconciliada.19

No obstante, el propio Shaler reportaba un manifiesto sin firma que planteaba la debilidad de Estados Unidos para ayudar a enfrentar las presiones inglesas que preocupaban a esos grupos en Cuba, sin dejar de reconocer el interés norteño por promover su propia utilidad en esa circunstancia.20 Sin duda, en los círculos de mayor poder económico de la Isla había surgido una percepción de Estados Unidos que tomaba fuerza como posible solución al mantenimiento de la esclavitud, pero no se confiaba en una acción real en aquel momento.

11. ¿Qué relación hubo entre el interés por Cuba y la actitud de Estados Unidos ante el Congreso Anfictiónico de Panamá?

La indudable independencia de las que habían sido colonias españolas en el continente americano provocó distintas actitudes en las esferas de decisión estadounidenses respecto al reconocimiento de las nuevas repúblicas, cuestión que fue planteada insistentemente por Henry Clay como congresista y luego desde la Secretaría de Estado que ocupó. Sin embargo, en 1820 el secretario de Estado John Quincy Adams tenía una opinión contraria: «En lo que se refiere al sistema americano, lo somos nosotros mismos, nosotros formamos ese sistema. Entre América del Norte y del Sur no hay una comunidad de intereses, no hay una base para la creación de un sistema americano común».21 Estas diversas posiciones se manifestaron también en la prensa, aunque finalmente en 1822 se aprobó el reconocimiento, pero sin abandonar el espionaje y el abastecimiento militar a España.

Por su parte, las nuevas repúblicas buscarían vínculos propios para la concertación, de ahí que se convocara el Congreso Anfictiónico, a celebrarse en Panamá en 1826. En los intereses de las repúblicas latinoamericanas tenía importancia la situación de Cuba, que permanecía como colonia española, y la promoción de su independencia. En el primer lustro de la década del veinte México y Colombia se habían relacionado con conspiraciones independentistas en la Isla, lo cual fue motivo de preocupación para Estados Unidos. Por tanto, en 1825 Henry Clay, como secretario de Estado, ordenó a su ministro en Madrid que aconsejara a España terminar la guerra con sus antiguas colonias y le expresara que estaban satisfechos con la pertenencia de Puerto Rico y Cuba a España, pero

si la guerra de España contra las nuevas repúblicas continuase, y aquellas islas llegasen a ser el objeto y el teatro de ella, las riquezas en ellas existentes tienen tal conexión con la prosperidad de los Estados Unidos que quizá éstos no podrían permanecer espectadores indiferentes, y las contingencias posibles de tan prolongada lucha indudablemente acarrearían al gobierno de Estados Unidos deberes y obligaciones cuyo cumplimiento, por penoso que le fuese, no podría eludir.22

Este interés estuvo presente en la posición que adoptó Estados Unidos ante el Congreso Anfictiónico de Panamá. El presidente John Quincy Adams (1825-1829) fue partidario de asistir y así lo dijo a su Congreso al referirse a la posible relación con Europa de los países recién independizados y sus aspiraciones: