Inteligencia Emocional en el Trabajo - Eva María Arrabal Martín - E-Book

Inteligencia Emocional en el Trabajo E-Book

Eva María Arrabal Martín

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  • Herausgeber: WS
  • Kategorie: Fachliteratur
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2018
Beschreibung

- Conocer qué es la inteligencia emocional y para qué sirve.
- Conocer las claves esenciales de la inteligencia emocional.
- Saber para qué sirven las emociones.
- Conocer algunas de las emociones que más nos influyen en nuestro comportamiento.
- Ser consciente de la importancia de la gestión emocional sana en las empresas.
- Conocer cómo puede actuar un líder con inteligencia emocional.
- Saber cómo afectan las emociones a nivel grupal en el trabajo.
- Conocer el concepto y las técnicas de Mindfulness.
- Conocer diferentes herramientas para la gestión de las emociones y cómo utilizarlas dependiendo de las circunstancias.


Tema 1. ¿Qué es la inteligencia emocional?
1.1. ¿Para qué sirve la inteligencia emocional?
1.2. Claves esenciales de la I.E. Inteligencia emocional.
1.3. La necesidad del optimismo

Tema 2. La gestión de las emociones
2.1. ¿Para qué sirven las emociones?
2.2. El miedo
2.3. La ira
2.4. La frustración
2.4.1. La aceptación
2.5. La resiliencia
2.6. El perdón
2.7. La gratitud
2.8. La asertividad

Tema 3. La inteligencia emocional en la empresa
3.1. El líder con inteligencia emocional
3.1.1. Efecto Pigmalión en la empresa
3.2. Inteligencia emocional grupal
3.3. Mindfulness en el trabajo

Tema 4: Herramientas
4.1. Rueda de la vida
4.2. Tengo o elijo
4.3. Formulario para identificar creencias limitantes
4.4. Transformando creencias
4.5. Expresar nuestros sentimientos contando nuestra historia
4.6. Cambio de actitud: De negativa a positiva
4.7. Autoestima

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Seitenzahl: 80

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Elaborado por: Eva María Arrabal Martín

Edición: 1.0

Editorial Elearning S.L.

ISBN: 978-84-17814-29-8

No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquiera de sus formas gráficas o audiovisuales sin la autorización previa y por escrito de los titulares del depósito legal.

Impreso en España - Printed in Spain

UD1.¿Qué es la inteligencia emocional? 5

1.1. ¿Para qué sirve la inteligencia emocional? 7

1.2. Claves esenciales de la I.E. Inteligencia emocional. 10

1.3. La necesidad del optimismo 18

UD2.La gestión de las emociones 33

2.1. ¿Para qué sirven las emociones? 35

2.2. El miedo 36

2.3. La ira 40

2.4. La frustración 41

2.4.1. La aceptación 43

2.5. La resiliencia 46

2.6. El perdón 47

2.7. La gratitud 50

2.8. La asertividad 53

UD3.La inteligencia emocional en la empresa 59

3.1. El líder con inteligencia emocional 61

3.1.1. Efecto Pigmalión en la empresa 63

3.2. Inteligencia emocional grupal 65

3.3. Mindfulness en el trabajo 67

UD4.Herramientas 75

4.1. Rueda de la vida 77

4.2. Tengo o elijo 80

4.3. Formulario para identificar creencias limitantes 82

4.4. Transformando creencias 83

4.5. Expresar nuestros sentimientos contando nuestra historia 84

4.6. Cambio de actitud: De negativa a positiva 85

4.7. Autoestima 86

Glosario 91

Bibliografía 93

UD1

¿Qué es la inteligencia emocional?

1.1.¿Para qué sirve la inteligencia emocional?

Mujer fingiendo una emoción

Es decir, hasta hace pocas décadas se pensaba que al tomar decisiones como puede ser el simple hecho de comprar una casa, elegir un trabajo y otro, o decidir a dónde viajar, echábamos mano solamente de nuestro (CI) cociente intelectual. Sin embargo, desde hace poco tiempo se conoce que las emociones influyen en absolutamente todos los pasos que damos en nuestra existencia. Aunque estemos hablando de decisiones aparentemente carente de emociones o que deberían de ser tomadas de manera más racional. El 95% de todas nuestras decisiones están influenciadas por nuestras emociones.

Las emociones son las que nos llevan a finalizar una relación sentimental, iniciar una guerra, vengarnos, perdonar, etc.

Por otra parte, se ha demostrado que existen casos en los que una persona con un alto coeficiente emocional pero no tanto intelectual, puede en muchos casos tomar mejores decisiones que una persona que tiene un cociente intelectual superior al emocional. De hecho, se conocen infinidad de casos de personas de éxito en diferentes terrenos, cuya inteligencia emocional está muy por encima del intelectual. Por ello, en el campo de la psicología actual se está profundizando de manera intensa en el desarrollo de nuevas inteligencias como la emocional, con el fin de poder enriquecer la vida de las personas y el resultado de las decisiones. Aspecto que finalmente nos acaba acercando más a un estado de felicidad o estabilidad emocional. En definitiva, el objetivo final buscado por la psicología positiva.

Daniel Goleman, psicólogo especializado en IE (Inteligencia emocional) y doctorado en Harvard, pionero en la divulgación sobre la importancia de la inteligencia emocional en la vida y el trabajo, afirma literalmente que la inteligencia emocional es: “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás”.

La inteligencia emocional bien trabajada y gestionada nos hace personas capacitadas para relacionarnos con nosotros mismos y con el resto de las personas. Nos impulsa a dar un uso constructivo a partir de toda la información emocional que tenemos de nosotros mismos y del resto de las personas y además, es según Daniel Goleman, la herramienta más poderosa que tenemos, incluso por encima del cociente intelectual, para tomar cualquier decisión de cualquier índole durante nuestra vida.

En definitiva, de nuestro cociente intelectual depende en gran medida el fruto de nuestras decisiones, nuestra felicidad y por lo tanto, nuestro destino.

Gráfico de la influencia de la I.E. en nuestras relaciones:

1.2.Claves esenciales de la I.E. Inteligencia emocional.

Según el propio Goleman, las claves esenciales de la inteligencia emocional son las siguientes:

1. Autoconciencia emocional.

Este punto nos habla de la auto observación y evaluación de nuestras propias emociones y sentimientos. Parece algo sin importancia o incluso evidente, pero sorprendente para la mayoría de las personas lo poco que nos conocemos interiormente. Damos por hecho ciertas cosas sobre nuestros propios sentimientos como por ejemplo que cuando nos encontramos mal sabemos que nos encontramos mal y ya está, pero no nos paramos a pensar en cómo afecta ese estado en ese momento, en las decisiones que tomamos durante esas horas o en los siguientes días. No tenemos consciencia de lo influyente que puede llegar a ser. A veces ocurre que incluso no somos conscientes de que nos encontramos mal.

¿Y cómo podemos evaluar lo que sentimos en un momento dado? A continuación, vamos a conocer una herramienta práctica que nos ayudará.

HERRAMIENTA: MEDITACIÓN PARA LOCALIZAR Y OBSERVAR LO QUE SENTIMOS

En muchos casos, sólo con este primer paso podemos comenzar a sentir una mejoría en nuestro estado de ánimo simplemente con un ejercicio de observación. Normalmente vivimos con nuestro enfoque puesto en el exterior, dejando nuestro interior olvidado. Esto hace que cuando sentimos dolor, este se mantiene en el tiempo e incluso crece, porque es como si tuviese su propia autonomía al no ser evaluado y estar bajo nuestro control. Es como cuando dejamos a un niño pequeño totalmente libre ante los peligros y con falta de unas normas. Si no ponemos límites o como mínimo observemos su comportamiento, va a ir a más hasta que se convierta en algo incontrolable e insoportable. Sin embargo, cuando cambiamos el enfoque y observamos hacia adentro, concretamente cada uno de nuestros sentimientos, en el momento en el que los sentimientos son observados con atención estos a veces disminuyen o se dispersan. Puede resultar difícil de comprender, hasta que lo llevamos a la práctica. Por ello, y para conocer cómo funciona, vamos a ver cómo se puede llevar a la práctica.

Para poder llevar a cabo el acto de observación interior cuando nos sentimos mal, angustiados, irritables, enfadados, etc., vamos a seguir los siguientes pasos:

1. Buscamos un lugar tranquilo y silencioso en el que podamos estar solos.

2. Nos relajamos (sin tumbarnos para evitar quedarnos dormidos), haciendo tres respiraciones profundas y evaluando que todos los músculos de nuestro cuerpo se relajan.

3. A continuación, nos enfocamos en lo que estamos sintiendo en ese momento. Nos preguntamos “¿Qué siento exactamente?” “¿En qué parte de mi cuerpo lo estoy sintiendo?” “¿En el pecho?” “¿La barriga?” “¿La cabeza?” “¿Con qué intensidad entre el 1 y el 10 lo estoy sintiendo?” (Teniendo en cuenta que 1 es poco y 10 es insoportable)

4. En el momento en el que tenemos localizado el sentimiento, el lugar en el que lo sentimos y la intensidad, nos limitamos a poner nuestro foco íntegro en ello. Solamente vamos a observar, sin juzgar y lo vamos a hacer imaginando que no somos nosotros los que observamos. Para que sea más fácil de entender, vamos a imaginar que somos otra persona fuera de nosotros que está observando cómo nos sentimos. Cuando observamos cómo nos sentimos y durante el proceso estamos sufriendo, es porque lo estamos haciendo desde dentro, desde el “ojo del huracán” y eso sólo provoca más sufrimiento. Vamos a buscar observar como si saliéramos de nosotros mismos. Vamos a evitar pensar si nos sentimos especialmente mal, si queremos que ese sentimiento se vaya, si no nos gusta, etc. Cualquier pensamiento de esa índole conlleva un juicio y esto solamente va a alimentar el dolor. Vamos a limitarnos a observar sin juicios. Vamos a pensar que ese sentimiento no está bien, ni está mal, simplemente “es”.

5. Con este simple acto, podremos notar como en cuestión de segundos ese sentimiento va disminuyendo o incluso puede dispersarse. Porque el simple hecho de observar desde fuera hacia adentro hace que no sea posible que se quede ahí estancado.

Cuando lo sintamos en la práctica resultará más fácil comprenderlo.

Este ejercicio hecho una vez no va a hacer que el sentimiento desaparezca para siempre, puede que incluso las primeras veces sintamos que sigue ahí. Si logramos disminuirlo, en un principio será por un corto plazo de tiempo. Sin embargo, si hacemos este ejercicio de manera habitual, siempre que nos sintamos mal, estaremos haciendo que el sentimiento no pueda estar de manera permanente y cuando hayamos creado el hábito podremos entrenarnos mentalmente para acercarnos a un estado de paz mental, además de tomar el control de lo que sentimos en cada momento.

En el caso de que haciendo el ejercicio no notemos mejoría, al menos estamos ganando en consciencia sobre lo que sentimos, para poder reconocerlo y poder tomar el control sobre sus efectos en nuestras decisiones.

Con este ejercicio aprenderemos a cambiar el foco exclusivamente en el exterior, para llevarlo a nuestro interior cada vez que lo deseemos.

2. Autocontrol emocional.

Cuando hablamos de controlar nuestras propias emociones no estamos hablando de reprimirlas. Hablamos de aceptarlas tal y como son y a partir de ahí, dominar la intensidad y por lo tanto, la influencia que pueda tener sobre lo que llevamos a cabo en los siguientes días.

En un caso como este, no estaríamos hablando de un nivel de molestia proporcionado ya que desconocemos las circunstancias exactas que han llevado a esa persona a hacer eso. Quizás si lo pensamos de otro modo, esa persona a lo mejor se encontraba despistada debido a la cantidad de gente dispersa alrededor de la fila, no se percató de quién estaba en el último puesto de la final y se colocó en ese sitio pensando que acababa ahí. O probablemente tenga problemas personales y no haya estado lo suficientemente atenta para ver que estábamos nosotros justo al final. Si pensamos de esta otra manera, nuestra reacción podría ser la de hablar con esa persona y decirle por ejemplo: “Disculpe, yo soy la última persona de la fina” y probablemente en ese momento esa persona se diese cuenta y nos pidiera disculpas, colocándose detrás nuestra. Entonces quizás todo quedaría solucionado.

Nuestra primera posible reacción de enfado se debe a una cadena de pensamientos tóxicos que nos llevan a hacer crecer el sentimiento negativo con respecto a la otra persona. Esta cadena puede ser frenada conscientemente, siempre que conozcamos nuestra capacidad de pensar como en la segunda posible opción. Es decir, conocer que somos nosotros los que podemos decidir tomar el control de nuestros pensamientos y por lo tanto, de nuestras emociones.

HERRAMIENTA: ROMPIENDO LA CADENA DE PENSAMIENTOS TÓXICOS.

Esta herramienta es tan simple y sencilla como